Autor: Anfus
lunes, 11 de septiembre de 2006
Sección: Sobre los nombres
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LA SAGRADA SOBERANÍA GALAICA

La Diosa de la Piedra y las Montañas es la Madre de los callaecos, así lo proclama el consagrado Callao (gran piedra). En armónica mítica unión con el rey justo ampara al pueblo próspero. La fuerza de su poder se perpetúa en el tiempo.














La diosa soberana de la Piedra y las Montañas.

A SACRA SOBERANÍA KALLAEKA (versión extensa en galego)


LA PREHISTÓRICA SAGRADA SOBERANÍA NACIÓNAL GALAICA.

Una de las más antiguas deidades de Irlanda y Gran Bretaña es La Cailleach, la Vieja del Velo, también llamada la Vieja Gris, o Azul, la Gyre Carlin, Annis la Negra o la Vieja de Beare. Controla el tiempo meteorológico y la formación de cordilleras. Madre de las Montañas en la tradición nativa, aparece ocasionalmente para ayudar al héroe o presentarle algún obstáculo. En su caldero sumerge a los héroes para que se curen y robustezcan. Como Mujer Oscura del Conocimiento se presenta bajo apariencia de fea joven poseedora de una gran sabiduría. persigue al héroe, que suele ser su propio hijo. A la vez da y toma la vida sobreviviendo al fin del mundo para renovarlo. Parte de su mito se incorpora al de la diosa de la soberanía.

En la unión sagrada del rey con el país, en la ascensión al trono y proclamación, el monarca se encuentra con la diosa de la soberanía personificada en repugnante vieja que ostenta el trono. Niall de los Nueve Rehenes se proclama rey por ser, entre sus hermanos, el único capaz de abrazar a la Cailleach Negra, guardiana del pozo. Ignorando que está siendo sometido a una prueba, la besa y se relaciona con ella amorosamente. Entre sus brazos se convierte en hermosa doncella y le anuncia que es la diosa de la soberanía, y que él y sus herederos serán reyes de Tara.

Es sagrada obligación del rey custodiar los divinos objetos santificadores del país. Bran el Bendito tiene un caldero que da la vida. Cormac Mac Art posee una copa de la verdad con cuatro lados. Nuanu una espada letal al menor rasguño, Gwyddno Garanhir una cesta mágica que produce comida. Estos objetos representan los dones otorgados por la diosa de la soberanía, son sus atributos, y le dan el poder al rey que los custodia en nombre del reino. En la leyenda del rey Artús son representados mediante el santo Grial y, en su proclamación, como la espada en la piedra.

En el centro de la llanura la excalibur es aprisionada por la piedra. Esta sagrada piedra es atributo soberano de diosas de la soberanía como Eire, que da su nombre a Irlanda, también llamada Inis Fail o Isla de Fail, por la Lia Fail o “piedra del destino” que grita bajo el guerrero escogido como rey. A imagen de la Fail (Fal-Kwall-Pal "piedra") se yergue en cada santuario una piedra como símbolo del pacto real. La plasmación del real pacto sagrado entre el rey y la Tierra, simbolizado en la piedra soberanamente consagrada, se plasma en los teónimos Crougo Magareaiaica (“piedra real del llano soberano”), Crouga Totadigoa (“piedra del pueblo”), Trebopala (“piedra/protectora de la tribu”) o Toudopalandangai (“piedra de la nación”), confiriendo la divinización de la piedra, consagrada por el pacto sagrado entre la tierra y el pueblo y la unión mítica del rey con la diosa de la soberanía.

La etimología de las voces galaicas, en toponimia Callaecia, léxico común callao (piedra) y teonomia Calaicia, Bandua Calaigus (con caída de -l-), nos remite a la piedra y las montañas. Calaicia, Bandua Calaigus en su función guerrera (deidad de la piedra, las montañas) es la diosa soberana del pueblo callaeco ("los de las Montañas") de Callaecia ("País de las Montañas"), Montañas divinizadas en tanto son creación de la deidad que a través de ellas se manifiesta. La plasmación del pacto entre la tierra (Callaecia) y el pueblo (callaecos), mediante la mítica unión de Calaicia (la diosa de la soberanía) y el rey se evidencia en grandes piedras y (callaos) que aun hoy señalan los límites territoriales, antaño soberanos, como mojones, función que frecuentemente propician mámoas y otras estructuras pétreas y formas rocosas que además propician lugares adecuados para el oficio religioso de la entronización, como en el caso de outeiros, penedos u otras formaciones rocosas cuya estructura conforma el lugar de culto donde el ritual de proclamación real se realiza, en torno a un altar, una mesa de ofrendas y para sacrificios, canales, una pila, escaleras de acceso, grabados, un trono pétreos y otros elementos de la piedra, consagrada para establecer la comunicación con la deidad a la que se invoca en la sagrada ceremonia de entronización.

Lugubus, Lucobus, dios supremo y soberano, o Navia se acompañan de epítetos relacionados a la piedra (Arquienobus, Arquienis, Arconunieca) que simboliza la unión mítica del pueblo (Paestamari, Lucense, Naebisoci, Brigantinus) y su rey con las deidades soberanas (fuvial Tamaris, Lug, Nabia, Brigantia) de las que toman el nombre los entornos geográficos (Tambre, Lucense, Neiva, Brigantium) a través de los que la deidad se manifiesta. La conexión con la deidad propiciada, cuando no por el agua, por la formación pétrea que se constituye en umbral al otro lado e inframundo que habitan, es paralela a la que se establece con los mouros.

La moura gallega presenta varios aspectos de diosa de la soberanía. Se presenta cerca del agua o en penedos, además de cuevas y otras estructuras pétreas y formas rocosas, umbrales a sus dominios de otro mundo donde atesora riquezas, otrora posible inframundo de primigenias cnóticas deidades lunares femeninas que ceden a diosas de la soberanía como Morgana y Brigit su atributo de la sabiduría. Esta diosa de la soberanía que se presenta en el ritual de proclamación como Cailleach Negra, vieja sabia, o joven y fea pero de gran conocimiento, y cuya relación amorosa constituye la prueba que debe superar, en su proclamación, el rey, se muestra paralelamente en la épica moura bajo otra representación simbólica de la sabiduría: la serpiente, cuya relación amorosa constituye la prueba a superar por el hombre que ha de besarla para transformarla en joven hermosa que le proporcionará inmensas riquezas.

La Diosa de la Piedra y las Montañas es la Madre de los callaecos, así lo proclama el consagrado Callao (gran piedra). En armónica mítica unión con el rey justo ampara al pueblo próspero. La fuerza de su poder se perpetúa en el tiempo. D. J. Brutus el Galaico conquistara las montañas mediante un ritual de euocatio por el cual rinde pleitesía a la deidad asimilando, como su sobrenombre evidencia, el sagrado concepto que lo galaico entraña, pues es reconociendo la sagrada soberanía de la diosa sobre las montañas, buscando atraer su gracia al pedirle que les sea favorable a él y Roma, como puede el general proclamar la primacía romana, en el nombre de la diosa, en sus montañas, bajo el signo de la piedra que simboliza a la sacro-soberana nación galaica prehistórica que, como Irlanda lo recibe de Eire, toma el nombre de su diosa nacional.


Bibliografía:
ENTRONIZACIÓN REAL CELTOATLÁNTICA EN LA TREBOPALA, CROUGINTOUDADIGO O TOUDOPALANDAIGAE. Andrés Pena Graña.
Indíxenas e romanos na Galiza céltica.-Rosa Brañas Abad.
La tradición celta. Caitlín Matthews.
La soberanía femenina y sus huellas de culto. Blanca García Fernández-Abalat.




















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Comentarios

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  1. #1 elpater 12 de jun. 2006

    Dijo el Sr. Lucusaugusti:

    "Pudiera ser que este Callao que señala tenga que ver con "Madrid" y la cercana Cibeles. La Magna Mater."

    Claro que sí. Tenga en cuenta además que, yendo de Callao a Cibeles, deja a mano derecha la Puerta del Sol, del Sol Invicto, evidentemente.

    Y el camino... ¿por dónde llega a Cibeles desde Callao? Por la Gran Vía, que no es otra que la Gran Vía per loca Marítima: continúe después de Cibeles y llegará al Gran Océano, que por modestia se presenta como estanque del Retiro. Allí fue donde la Numancia, al mando de don Casto, libró la batalla del Callao, con lo que cerramos el círculo. Lo que está arriba es como lo que está abajo. Similia similibus curantur. Así pasan todas las cosas. El mal se hará presente.

    Por todo lo cual Madrid es Cidadela, quod erat demonstrandum.

    - ¿Y los celtas?

    - Bien, gracias.

  2. Hay 1 comentarios.
    1

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