Autor: J. C. Martínez-C. García Machuca
miércoles, 19 de abril de 2006
Sección: Roma y Grecia en Celtiberia
Información publicada por: ainé
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Un ara extraordinaria en Areal-Vigo. Abuela, hijo y nieta, vigueses de la era romana.

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A continuación de las noticias de prensa sobre la reciente aparición de una gran ara funeraria romana en la c/ Areal, 16 de Vigo, expuesta ahora en las dependencias de la Xunta, un grupo de Celtíberos, en el apartado de mensajes, han ido ilustrando la inscripción y debatiendo sobre ella, intentando aclarar su verdadera lectura.


Imagen que ilustra la lectura inicial, según aparece en los carteles informativos de la exposición abierta al público, desde el 4 de abril, en los locales de la Xunta, Praza da Estrela, Vigo:

Nota que figura al final del cartel y casi ni se aprecia:
la lectura y la traducción de el Ara de Iulia, son provisionales, a la espera de un estudio exhaustivo


Iulia Ovia y Iulio Ensenio, vigueses de la era romana
Texto del primer artículo publicado en La Voz de Galicia sobre el tema

(Juan Carlos Martínez)
El control arqueológico que se está realizando en un solar en pleno centro de Vigo, en la esquina de la calle Pontevedra con Areal, donde se localizó una estructura pétrea de época tardorromana, no para de dar sorpresas. Los arqueólogos se han topado con un ara funeraria en excelente estado de conservación, con una inscripción en latín que reza lo siguiente: «Consagrada a los dioses Manes. La puso Iulia Ovia para su hijo, Iulio Ensio, de 32 años, y también para su queridísimo Duribdi Enepti». El hallazgo fue presentado ayer y se expondrá durante 15 días, a partir del 1 de abril, en las dependencias administrativas de la Xunta en Vigo.

Los expertos también han encontrado estructuras de cronología tardorromana que forman parte de una construcción mayor. «Aparecen ánforas, fragmentos de cerámica negra común de cocina, fragmentos de vidrio y cobre, y una veintena de monedas, una muy bien caracterizada de Constancio II de 337 e 354 después de Cristo», indica el arqueólogo Xurxo Constela.

Lo que sigue sin saberse es cuál era el nombre de Vigo en la época, aunque los arqueólogos apuestan por la denominación Vicus Helleni, por los helenos que habitaban en las construcciones castreñas.


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La noticia vista desde "casa"
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El hallazgo de un ara funeraria en Areal refuerza la importancia del Vigo romano
Texto del primer artículo publicado en Faro de Vigo sobre el tema



"Esto no era el Lugo antiguo, pero tampoco la aldea que se creía", dicen los expertos tras el descubrimiento.


Carlos García Machuca / VIGO
Los arqueólogos se mostraron ayer "impresionados" por el carácter "monumental" del ara funeraria romana que fue descubierta, hace dos semanas, en el solar ubicado en el número 16 de la calle Areal. Conservado en perfecto estado, este altar de piedra, fechado entre los siglos II y III después de Cristo, refuerza, según los expertos, "la gran importancia" que el Vigo romano tuvo en aquella época.
"Esto no era el Lugo antiguo, pero tampoco la aldea que durante muchos años nos hicieron creer", subraya Xulio Carballo, arqueólogo de la Consellería de Cultura de la Xunta.

Según los expertos, la franja litoral que va desde el Berbés al Areal constituía "el núcleo del Vigo romano" y, concretamente, "este espectacular hallazgo", tal y como lo calificaron ayer, "se sitúa justo en la zona que delimitaba la ciudad de los vivos (hacia el Casco Vello y el Berbés) de la ciudad de los muertos (hacia las calles Oporto y República Argentina)".

La pieza monumental, que pasará a engrosar en el futuro los fondos del Museo de Castrelos, será expuesta a partir de la semana que viene, y durante al menos quince días, en el vestíbulo del edificio administrativo de la Xunta de Galicia en la Praza da Estrela. "Así podrá ser visitado por todos aquellos ciudadanos que lo deseen", explicó Marta Souto, delegada de la Consellería de Cultura. Esta muestra temporal estará acompañada de paneles y fotografías explicativas del yacimiento en que se ultiman las excavaciones.

"Este tipo de hallazgos refuerzan la autoestima colectiva y demuestran que, salvo la ciudad de Ferrol, todas las principales urbes de Galicia tuvieron un papel destacado en la época romana", razona la responsable de Cultura en la provincia.
En el mismo solar en que se halló la pieza funeraria, los trabajadores de la empresa especializada Anta de Moura -"que están a punto de concluir sus trabajos en el yacimiento", precisó el también arqueólogo Xurxo Constenla-, "descubrieron varias estructuras de la época tardorromana que formaban parte de una construcción mayor".

Los arqueólogos hallaron en concreto dos estancias de planta cuadrada, semidestruidas, "que podrían corresponder a la cocina y al almacén de una vivienda", según apuntaron los expertos. Además, descubrieron "un patio interior a mayor altura y un semisótano, con granito y perpiaño, similares a los de la finca Mirambell".

Constancio II
Los arqueólogos también han recopilado de la zona fragmentos de ánforas y cerámicas "de tradición africana"; restos de vidrio y de cobre; y una veintena de monedas, una de las cuales fue acuñada en tiempos de Constancio II, hallazgos todos ellos que refuerzan la tesis de que sobre esta zona hubo un asentamiento romano consolidado.
Xurxo Constenla, en su intento por contextualizar el hallazgo, recordó que en 1953 ya habían aparecido en la zona una treintena de lápidas funerarias romanas, "de gran calidad", apostilló, justo en un solar que hace esquina entre las calles Pontevedra e Inés Pérez de Ceta (antes calle Hospital). Sin embargo, este yacimiento quedó prácticamente olvidado coincidiendo con el desarrollo urbanístico de toda la manzana.

Entre los años 1992 y 1993, nuevos descubrimientos en la zona no dejaron lugar a las dudas: existía un yacimiento arqueológico romano "de mayor importancia a la que se esperaba", indican los expertos, que sitúan "el Vigo romano entre los siglos I y VII de nuestra era".

Volviendo al ara funeraria, los expertos la califican de "texto histórico" que puede ofrecer muchos datos sobre la esperanza de vida en la época y otras particularidades del Vigo romano; desconocen la relación existente entre dos de los nombres de su epitafio; creen que estaba situada muy cerca del mar, en una pequeña cala; y que no tiene por qué corresponderse con dos tumbas aparecidas en las proximidades.


Imágenes del Ara do Areal facilitadas por Abo (comparando...la segunda es el "Ara de Flacinia"):






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Hablando sobre la misma noticia en ABC
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Pequeño fragmento que ha llamado mi atención y he extraído de:
http://www.abc.es/abc/pg060327/actualidad/cultura/cultura/200603/27/ara_funeraria_romana_vigo.asp

"El texto explica que el ara funeraria está consagrada a los dioses Manes, y que fue puesta por "Iulia Ovia para su hijo, Iulio Ensio, de 32 años, y también para su queridísimo Duribdi Enepti", todo ello distribuido en once líneas, una característica que tampoco es habitual, ya que los textos suelen ocupar menos espacio."


Otro ejemplo de lápida romana con más de once líneas:
Lápida de "Lucio Pompeio Reburro Fabro" (A Rúa-Ourense)



La podemos encontrar en:
www.arqweb.com
www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1235

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Comentarios

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  1. #1 Airdargh 21 de abr. 2006

    Hola carísim@s druidas. Velaí, en rigurosa primicia, para insertar aquí con la venia de Ainé, fragmento del artigo TROVADORES DAS RÍAS, con fuentes en la obra de Xosé Mª Alvarez Blázquez, descubridor de los monumentos de la calle Pontevedra de Vigo. Conviene, no obstante, para la comprensión del mismo (sírvanse caso contrario solicitar algún "Manual de Lectura Comprensiva"), saber diferenciar: 1): Ciudad inundada de Valverde o Atlántida de 2):Ciudad inundada de Valverde o "Atlántida". Esperemos que en esa Gallaecia tengan en cuenta el sentido que adquiere el texto bajo "comillas" y/o en "cursiva"... galimatías de lectura aguarda al lector caso contrario. Entiendan que 1) hace referencia a miticos y legendarios lugares, 2) a lo que aquellos significan, simbólicamente comprenden, y representan: un modo de civilización perdida, en medio de terremotos (movimientos de tierra) e inundaciones, o bien semi-perdida, cuyos restos podemos contemplar, cuando no yacen ya soterrados, reutilizados en tantos casos, formando parte de estructuras urbanísticas mas recientes, como sería el caso que nos concierne.

    MARTÍN CODAX TROVADOR


    LA ESCULTURA DEL SALVADOR


    Nace Martín Codas en una villa semiclausurada, de precaria defensa militar para la población que mediado el s. XIII, que no se atrichera en la cima del Castro, ya para cobijarse medio oculto en sus estribaciones, alrededor de la iglesia de Santa María, donada por Fernando II en 1170 a Don Juan, obispo de Tuy, y otrora concedida al Cabildo por su padre el Emperador:

    Eccesiam etiam Sanctae Mariae de Vico a tempore avorum meorum pacifice possiditis circa faucen de Anceu adjacentem per loca assignata vobis cautamus, scilicet, per fontem Sanctae Eugeniae, inde per locum quem vocant viam veterem, inde per vallum ad piscariam descendentem

    Donde se trazan los límites de la feligresía que comprende el casco urbano cincuenta años antes de nacer del trovador, por un lado el muro que baja hasta la pesquería, el camino viejo por el otro. Con la fuente de Santa Eugenia en el Berbés estos limites comprenden un amplio arco costero, desde el poblado pesquero del Berbés hasta el naviero del Areal donde el camino viejo señala la vía de paso a la feligresía colindante de Santiago de Vigo.

    En 1156 Alfonso VII reparte las parroquias viguesas otorgando Santiago al prelado Pelayo Menéndez y Sta. María al Cabildo, evidenciando el crecimiento de un Vigo que cuenta ya con dos feligresías. Del templo románico de Santiago de Vigo al que cantó Martín Codax se conserva una reliquia, la imagen en mármol de El Salvador, recuperada no hace mucho después de que intentaran llevarla al extranjero, y desaparecer posteriormente; que siendo niño Martín Codax contemplaría algo más de un siglo con posterioridad a su tallado, ya que cuenta con la leyenda ANFUS REX (1073-1109), pudiendo haber servido de ciborio o baldaquino.
    EL CAMINO VIEJO QUE CONDUCE HACIA EL SALVADOR


    Tenía su iglesia primitiva Santiago de Vigo al comienzo del barrio del Arenal, tan entrañada en él que su pavimento se hallaba a nivel inferior de la playa, limitada entonces por las altas dunas. En unas construcciones que hoy hacen esquina al antiguo paso a nivel del ferrocarril y calle Pontevedra estaba enclavada la iglesia románica de Santiago de Vigo, parroquia separada de la colindante por el desaparecido Arroyo del Hospital. Sobre las ruinas del templo edificó posteriormente Inés Pérez de Zeta, en 1550, un convento de la Orden Tercera habilitando parte de la antigua iglesia como capilla para que pudieran seguir asistiendo a misa los vecinos del Areal.

    Al templo románico de Santiago de Vigo que cantaba el trovador en el s. XIII, se llegaba desde el casco de la villa pesquera que descendía del castro, por el llamado Camino Viejo que en su tramo final, salvando la vaguada del arroyo, estaba empedrado con unas viejas y pesadas losas que antaño vigilarían a ambos lados de la via per loca marítima viguesa la fiel ofrenda de los deudos a los dioses manes de los difuntos y honrarían la memoria de los difuntos en dispersas necrópolis. Losas funerarias erguidas entre la segunda mitad del s.III y primera del IV, en memoria de un posible milite Quinto Arrio Mansueto; de Marítimo, muerto lejos de su patria; de Valeria, llegada desde Clunia con sus padres; de Caio Licino Floro, de tres años...un puñado de vigueses ciudadanos de Roma, los primeros de nombre conocido. Por allí, entre las levantadas laudas iba la calzada que subía a Teis y costeaba la ría hacia Pontevedra, Caldas de Reis y Lugo.

    El paso del tiempo dio con aquellos vetustos monumentos en tierra. Cristianizado Vigo, se erguía la iglesia que santificaría antiguos lugares de culto, habiendo sido reutilizadas las estelas y aras galaico-romanas en el pavimento del templo y aun para salvar el paso del arroyo. El posible feligrés de Santiago Martín Codax cruzó tantas veces sobre aquellas piedras derribadas, dispuestas en lineal sucesión, para alcanzar el pórtico del templo que albergaba la imagen de El Salvador proclamando el triunfo del Cristianismo sobre la yaciente paganía.

    Reconstruyendo el Vigo de la época suprimimos toda la ancha orla de relleno, desde Bouzas a Teis, que oculta por completo el primitivo trazo costero vigués e imaginamos como el mar penetra entre rocas y playas para subir hasta las costaneras calles que eran de campo o monte en el s.XIII, con una población agrupada en las casas terreras de la ribera del Berbés, en los edificios encrespados en torno a la iglesia de Santa María, algunos con blasón en la fachada y, al otro extremo, finalizando en el Roupeiro, un grupo de casas arracimadas tras los altos playales del arenal, con su iglesia asomada a las ondas.

    Iglesia de Santiago de Vigo a la que se llegaba desde la villa por un pasadizo de losas, muchas con las labras hacia abajo, otras con figuras humanas, de soles, astros y lunas, rosas, dedicatorias fúnebres sin piadosas fórmulas cristianas y entre las que destaca una, de grandes dimensiones, con la recia figura de un guerrero vestido con el ságum céltico que, con la lanza entre ambas manos, asemeja desafiar impávido el paso de la gente, año tras año y siglo tras siglo.

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