Autor: Brenno
lunes, 14 de marzo de 2005
Sección: Historia
Información publicada por: Brenno
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¡Varo,Varo,devuelveme mis legiones!
¿Que datos nos desvelan la excavaciones en Kalkriese y los escritos de Dio y Tacito en cuanto a la perdida de 3 legiones en Teutoburgo y por consiguiente la perdida de la Germania Magna en manos del Gobernador Varo tras sucumbir a las tropas germanas?
Antecedentes a la batalla
Por aquellos tiempos, la reciente ocupación romana de Germania había traído a sus gentes, nuevas y desconocidas costumbres. Las habituales guerras intestinas entre pueblos y clanes tenían que llegar a su fin, a partir de este momento deberían regirse todos por las leyes romanas, harto difícil sin duda para un pueblo tan belicoso como este. Probablemente durante el gobierno del veterano Sencio Saturnino los germanos comenzaron a amoldarse a la nueva situación, cualquier romano conocedor de aquellos parajes y de aquellas gentes, y Saturnino lo era, sabia de lo difícil y dedicado de la tarea de mantener subyugados a tan numerosos y temibles pueblos bárbaros. Ante los excesos acometidos por Publio Quintilio Varo, el caudillo querusco Arminio junto con otros jefes germanos (marsios, chattis, bructerios, etc) pone en pie de guerra un ejercito de unos 100,000 soldados.
Varo, Publio Quintilio(¿?50 aC-9 dC): hijo de Sexto Quintilio, quien militaba en el bando republicano durante la guerra civil y que se suicido tras la batalla de Filipos. Quintilio Varo, familiar (casado con la hija de Agrippa, la nieta de Augusto) y amigo de Augusto, se le describe (Veleyo Paterculo) como un hombre amable, moderado y mas bien inclinado a los placeres del ocio que a los sacrificios derivados de la vida militar. Su cursus Honorum comenzó con la cuestura, año 22 aC., En el año 15 aC es Legado en la provincia de Asia, Cónsul en el 13 aC teniendo como colega al propio Tiberio, del año 7 aC al 6 aC estuvo como gobernador en África y del 6 aC al año 4 aC al frente del gobierno de Siria, provincia que dicen recibió rica siendo el pobre y que dejo pobre habiendose convertido él en rico. En el año 7 recibe el gobierno de la Belgica como (legatus Augusti pro praetore)
Arminio (17 aC-21 dC): hijo de Sigimero, líder de los Queruscos. Entregado de joven como rehén a los romanos, de ellos aprendió sus costumbres, su idioma, sus leyes y su forma de combatir, sirvió en las fuerzas auxiliares y, recompensado por su lealtad, recibió la ciudadanía y mas tarde fue elevado al rango de caballero, en definitiva, parecía haber hecho todo lo posible para ganarse los favores y la confianza de Roma. Como no podía ser menos, se nos lo describe como un personaje astuto, valiente, rápido en comprender, el mas listo de entre los de su raza.
Desarrollo de la batalla
Varo se hizo muy amigo de los jefes queruscos incluido el joven Arminio el cual conspiraba contra el. Cuando Varo fue a retirarse a los cuarteles de invierno en el Rhin con sus tres legiones: XVII, XVIII y XIX los germanos le convencieron de que cambiase de ruta. Varo queria llegar a Vetera por la calzada militar, sin embargo un falso informe a cerca de una insurreccion local le indujo a dar un rodeo hacia el noroeste aconsejado por los lideres germanos, que serian los que le traicionarian con Arminio a la cabeza.
FASE I (el ejercito germano aguarda)
Mientras los romanos marchaban por el bosque cerca de la fortaleza de Aliso una lluvia de dardos cae sobre ellos dando comienzo al ataque germano.A falta de tropas auxiliares para contraatacar la unica esperanza de los romanos era llegar a la fortaleza de Aliso.
Las evidencias arqueologicas en Kalkriese no desmienten este primer ataque pero existe evidencia escrita de que Varo no murio en la primera atacada.
FASE II (reagrupamiento de las legiones)
Esta fase es hipotetica aunque conociendo las estrategias romanas se supone que los legionarios intentarian reagruparse. Eran soldados profesionales y aunque el primer ataque fue una gran sorpresa era muy dificil derrotarlos de un solo golpe. La primera legion retorno desde el Noroeste y trato de juntarse con las otras dos.
FASE III (a la mañana siguiente)
Durante la noche en el bosque sufrieron bajas, no solo por los germanos, la oscuridad dificultaba diferenciar a amigos de enemigos. A la mañana el jefe de la caballeria romana escapo con su regimiento con la esperanza de alcanzar el Rhin. Varo fue herido y conociendo a los germanos prefirio suicidarse, el resto del estado mayor siguio su ejemplo.
Algunos soldados escaparon amparados por la noche pero 18,000 soldados mas unos 10,000 no combatientes fueron matados o capturados y posteriormente sacrificados.
¿Que supuso este duro golpe para Roma? Que sintio Augusto que años despues se cuenta que seguia golpendo su cabeza contra las puertas al grito de ¡Varo,Varo,devuelveme mis legiones!
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(y 3):
Es difícil transmitir la impresión de pánico que reinaba en Roma
cuando fueron confirmados los rumores del desastre. La gente
comenzó a reunir sus pertenencias y a cargarlas en carros, como si
los germanos estuviesen ya a las puertas de la ciudad. Y en verdad
había buenos motivos para esa ansiedad. Las pérdidas sufridas en la
guerra de los Balcanes habían sido tan grandes, que casi se habían
utilizado todas las reservas de hombres en condiciones de combatir
que había en Italia. Augusto no sabía qué hacer para reunir un
ejército y enviarlo a las órdenes de Tiberio a consolidar las cabeceras
de puente del Rin, que en apariencia los germanos no habían tomado
aún. De los romanos incorporables al ejército sólo unos pocos se
presentaron voluntariamente cuando se publicó la orden
convocándolos. Marchar contra los germanos les parecía ir a una
muerte segura. Augusto dictó entonces una segunda orden en el
sentido de que de los que no se presentasen en el plazo de cinco días,
uno de cada cinco sería despojado de sus derechos y privado de sus
propiedades. Muchos se resistieron, incluso después de eso, de modo
que hizo ejecutar a unos cuantos como ejemplo y llevó a filas a los
demás. Algunos, en rigor, resultaron ser muy buenos soldados.
También convocó a una clase de hombres de más de treinta y cinco
años de edad, y reincorporó a muchos veteranos que habían cumplido sus dieciséis años de servicio. Con ellos y un regimiento compuesto
de libertos, que normalmente no eran incorporables al servicio
(aunque los refuerzos de Germánico en la guerra de los Balcanes
habían estado compuestos en gran medida de ellos), formó una fuerza
bastante imponente y envió a cada una de las compañías al norte en
cuanto quedaba armada y equipada.
La mayor vergüenza y pena para mí, en esa hora de suprema
necesidad de Roma, fue la de que me era imposible servir como
soldado en su defensa. Fui a ver a Augusto y le pedí que me enviase a
algún puesto en que mi debilidad física no fuese un estorbo. Sugerí
que podía ir como oficial de informaciones de Tiberio y ocuparme de
útiles tareas como la de reunir y confrontar informes sobre
movimientos del enemigo, interrogar a los prisioneros, hacer mapas y
dar instrucciones especiales a los espías. Si no se me nombraba para
ese puesto (para el cual me sentía capacitado porque había realizado
un atento estudio de las campañas de Germania y aprendido a pensar
en forma ordenada y a dirigir escribientes), me ofrecía a actuar como
intendente del ejército de Tiberio. Pediría a Roma los abastecimientos
militares necesarios, y los revisaría y distribuiría a su llegada a la
base. Augusto pareció complacido de que yo me hubiese presentado
tan espontáneamente, y dijo que hablaría con Tiberio sobre mi
ofrecimiento. Pero no pasó nada. Quizá Tiberio me consideraba
incapaz de ningún servicio útil. Quizá sólo le molestaba el que me
hubiese presentado con esa petición, cuando su hijo Cástor no hizo lo
mismo y, por el contrario, convenció a Augusto de que le enviase al
sur de Italia, a reclutar y adiestrar tropas. Pero Germánico se
encontraba en el mismo caso que yo, cosa que era algún consuelo
para mí. Se había ofrecido a ir a Germania, pero Augusto lo
necesitaba en Roma, donde era muy popular, para ayudarlo a
eliminar los disturbios civiles que temía que estallasen en cuanto las
tropas hubiesen salido de la ciudad.
Entretanto los germanos persiguieron a todos los fugitivos del ejército
de Varo y sacrificaron a decenas de ellos a sus dioses de los bosques,
quemándolos vivos en jaulas de mimbre. A los restantes los
mantuvieron cautivos. (Algunos de ellos fueron rescatados más tarde
por sus familiares, a un precio extravagantemente elevado, pero
Augusto les prohibió que volviesen a entrar en Italia.) Los germanos
también gozaron de una larga sucesión de tremendas borracheras con el vino capturado, y riñeron sangrientamente por la gloria y el botín.
Pasó mucho tiempo antes de que volvieran a mostrarse activos y se
dieran cuenta de la poca oposición que encontrarían si marchaban
hacia el Rin. Pero en cuanto el vino empezó a terminarse atacaron las
fortalezas de frontera, débilmente apoyadas, y las saquearon. Una
sola fortaleza presentó una resistencia decente: la que mandaba
Casio. Los germanos la habrían ocupado con tanta facilidad como a
las demás, porque la guarnición era reducida, pero Hermann y
Segimero estaban en otra parte y los demás no entendían el arte
romano del sitio con catapultas, la tortuga y la zapa. Casio tenía una
gran provisión de arcos y flechas en su fortaleza, y enseñó a todos a
usarlos, incluso a las mujeres y los esclavos. Rechazó con éxito varios
salvajes ataques contra las puertas, y siempre tenía preparados
grandes calderos de agua hirviente para dejarlos caer sobre los
germanos que intentasen trepar a las murallas con escalas. Los
germanos estaban tan atareados tratando de capturar esa fortaleza,
donde esperaban encontrar un rico botín, que no se lanzaron contra
las cabezas de puente del Rin, débilmente defendidas.
Robert Graves, Yo, Claudio
Brenno, completa tu artículo con unas cuantas referencias: http://www.satrapa1.archez.com/articulos/antiguedad/teutoburgo/Teutoburgo.htm.
La primera me la proporcionó hace un par de días Hannon (quien, por cierto, puede decir mucho sobre esto) y es una URL en español con la información básica sobre el suceso y sobre todo, excelentes mapas e ilustraciones:
Luego, el dato de que parece haberse descubierto el lugar del desastre (o al menos, un campo de batalla que se cree corresponde con la clades variana). Se encuentra en las cercanías de Osnabruck y hay abundante información sobre él en Internet, en alemán e inglés, además de unas cuantas publicaciones.
En tercer lugar, que conocemos el monumento de uno de los héroes de esa batalla: el epitafio de Man. Caelius T.f. Lem., primo pilo de la legión XIIX, reproducido en multitud de fotografías y conservado en el Museo de Bonn.
Y por último, que una de las novelas de Lindsay Davies —ya sabes, la de Didius Falco- tiene que ver con esos sucesos y otros geográficamente cercanos, la revuelta batava del 69-70 d.C.
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