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viernes, 04 de enero de 2008
Sección: De los pueblos de Celtiberia
Información publicada por: DelaCarpetania
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El teatro romano de Sagunto deberá volver a su estado original

El teatro romano, de la ciudad de Sagunto, volverá a su estado original antes de las obras de reconstrucción.

La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha confirmado el plazo de dieciocho meses para que se ejecuten las obras de reversión del Teatro Romano de Sagunto dictadas en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) de abril de 2003.


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  1. #1 A.M.Canto 04 de ene. 2008

    Primero algunas referencias de la sentencia en los medios:



    El Supremo obliga a quitar el
    mármol del Teatro de Sagunto. El Tribunal otorga un plazo de 18 meses para
    demoler la escena y el graderío y devolver el monumento a su estado original

    http://www.lasprovincias.es/valencia/20080103/local/valenciana/supremo-obliga-quitar-marmol-200801030721.html



    El
    Supremo confirma el plazo de 18 meses para revertir las obras del teatro de
    Sagunto

    http://es.noticias.yahoo.com/efe/20080102/tes-el-supremo-confirma-el-plazo-de-18-m-61bd63d.html

    El
    Teatro Romano de Sagunto volverá a ser una ruina

    El Supremo confirma la ejecución
    de la sentencia contra la restauración

    http://www.elpais.com/articulo/cultura/Teatro/Romano/Sagunto/volvera/ser/ruina/elpepucul/20080103elpepicul_5/Tes

    ..........

    Es una buenísima noticia el que, aunque con un retraso de 17 años, se haga por fin respetar la Ley de Patrimonio de 1985 y las
    autonómicas, que van en la misma dirección, y revalida el principio de que las ruinas no
    están para reconstruirlas al modo "violletiano" del siglo XIX (desacreditado desde la "Carta
    de Atenas" de 1931)
    o para satisfacer egos políticos diversos, sino para conservarlas y
    consolidarlas como nos llegan y que se admiren en su estado tras el paso y el
    deterioro lógico de los siglos. La 'scaenae frons' del teatro en la versión
    Grassi-Portaceli, usada como galería de epígrafes y otros materiales (¡!), hubiera sido un horror
    para un romano, como la especie de "trampolín de piscina" que le pusieron
    detrás, y tantos otros añadidos.
    El murallón moderno, íntegramente levantado desde el metro de altura, acabó con la vista tradicional del castillo y con el perfil mismo de la ciudad.

    La pena es que en su día se gastaron 2.000 millones de pesetas en hacer esta
    barbaridad (sin que se levantaran grandes protestas por
    parte del mundo arqueológico, que todo hay que decirlo), y ahora hay que gastar
    otros 6 millones de euros (1.000 millones) más en revertirla. En total, al menos
    3.000.000 (tres mil) millones de pesetas tirados a la basura.


    ¿Y quién paga por ese error monumental, valga la redundancia? Pues "Juan Español
    sufrido y pagano". ¿Y para cuándo que los políticos y los técnicos asuman su
    cuota en los errores que perpetran, gracias a que disparan "con la pólvora del
    rey"? Para nunca. Se hizo bajo el PSOE, pero el PP, después de combatirla duramente, cuando llegó al poder autonómico prohijó la obra como si fuera suya. Misterios de la política.

    Y todo se debe al empeño y la constancia de un solo hombre, un particular, el abogado Juan Marco Molines, que empezó su batalla cuando nadie -y digo nadie- se atrevía a criticar las decisiones de dos arquitectos tan renombrados. Dicho abogado afirmó ayer que "Se puede actuar contra Lerma y Ciscar por la vía penal... todavía podría hacerse, porque entiendo que es un delito
    continuado y que no prescribe. La administración, que es la afectada,
    también podría hacerlo, por el perjuicio económico que le supondrá la
    aplicación del fallo
    .” (habría que verlo...).

    Como complemento para el que lo desee, aquí tenéis una serie de imágenes del
    teatro antes y después de la “restauración”, que subí a la red y comenté hace un
    par de años:

    1) Sagunto_el teatro antes de Grassi 1
    http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2381 (vista antigua, obsérvese el
    graderío conservado, y lo que quedaba realmente de la escena)

    2) Sagunto_el teatro antes de Grassi 2
    http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2382 (vista de las ‘caveae’ y los
    ‘itinera’ o accesos laterales, antes de la restauración)


    3) Sagunto_el teatro de Grassi - 1
    http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2380 (proyecto original del italiano Grassi)

    4)Sagunto_el teatro de Grassi – 2
    http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2377 (vista de conjunto de la mole)

    5) Sagunto_el teatro de Grassi – 3
    http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2378 (fachada hacia el pueblo, tapando
    la tradicional vista del Castillo)

    6) Sagunto_el teatro de Grassi – 4
    http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2379 (escena con galería lapidaria)

    7) Sagunto_el teatro de Grassi – 5
    http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2383 (con el graderío reconstruído en mármol
    blanco)

    Esperemos que el caso sirva de precedente para otras administraciones y otras restauraciones abusivas, que bordean la misma ley o pueden vulnerarla.

    El caso de Orange

    Por último, para gente que desconoce lo más elemental: la escena del teatro romano de Orange (aquí) es un unicum, porque conserva su elevación original de 103 m de largo por 37 de altura, "la plus belle muraille de mon royaume", según Luis XIV, mientras en Sagunto se conserva poco más de 1 m de alto de ella.

    La escena de Orange fue restaurada tal como la vemos... ¡en 1825!, y el graderío se reconstruyó a fines del siglo XIX, esto es, todavía bajo los criterios reconstructivos de Viollet-le-Duc, hoy completamente desprestigiados para el que sepa algo del tema. 

    Así que lo único que han hecho en Orange "los que cuidan de la cultura en Francia" (# 3) no es precisamente la restauración del edificio, que es plenamente decimonónica, sino simplemente añadirle, en 2006, un tejadillo de vidrio y metal para mejor protección del muro, y puesto con exquisito cuidado. Nada más, como correponde a los tiempos contemporáneos y a los criterios establecidos por sucesivas cartas de restauración internacionales.

    Cuando no se sabe bien de lo que se habla, un poco de información antes de confundir al lector siempre es aconsejable.

    Orange teatro tejadillo sobre la escena_de wikipedia
  2. #2 Dressel 04 de ene. 2008

    En el caso de Mérida, la scaena se reconstruyó en 1912. De hecho, creo que sólo un 30% de la misma pertenece al teatro original. Con lo que, en un último término también es una mala recostrucción. Pero las leyes no tienen carácter retroactivo en la mayoría de ocasiones.

    Otro problema que se ha planteado en Mérida, al caso de lo que se comenta de los anfiteatros en uso, es el de su utilización para espectáculos. El mal uso del mismo para espectáculos que no se deben realizar en un teatro, y menos en un yacimiento arqueológico, propicia casos como el de usar motocicletas en la scaena del teatro, o el de colocar altavoces encima de los aditus. El problema estriba en que el Consorcio arqueológico de Mérida no puede opinar sobre el uso del teatro que tiene que mantener. Así que, a este paso, en 20 años se lo habrán cargado.

    En Cartagena, no está previsto que se use el teatro para representaciones, porque, ante todo, es un yacimiento arqueológico. Parece que eso se nos olvida muchas veces, y se deterioran bastante los yacimientos debido al mal uso de los mismos.

  3. #3 lucusaugusti 06 de ene. 2008

    Extractos de los artículos publicados en la revista “ON Diseño”, nº 147

    “Y aquellos jueces condenaron a Adriano. Por atreverse a construir de nuevo el Panteón.” Había levantado a los dioses la más espléndida arquitectura jamás construida por los hombres. Y además, había utilizado materiales nuevos...........Y sus descendientes en Córdoba se asombraros al ver una catedral, hecha con nuevos materiales, levantada sobre el petrificado bosque de palmeras Omeya. Los jueces, imbuidos de sopladas ortodoxias, condenaros a Hernán Ruiz por atreverse a maridar la Mezquita con su fantástica Catedral.................Y sus descendientes en Granada, se quedaron pasmados al contemplar un palacio renacentista, hecho con nuevos materiales, alzándose sobre la llorada Alambra. Los jueces, investidos de ínfulas nacionalistas, condenaron a Pedro Machuca por atreverse a implantar el increíble palacio de Carlos V sobre el paraíso nazarí de La Alambra................
    Alberto Campo Baeza, arquitecto: “Jueces inicuos e ignorantes: a propósito del Teatro Romano de Sagunto”


    “Si el primer objetivo del proyecto, como he indicado anteriormente, ha sido la restitución del espacio del Teatro Romano de Sagunto, el segundo, en consecuencia de áquel, es la recuperación del rol urbano que el monumento ejercía entre la zona monumental, el foro, en la parte superior y la ciudad que se desarrolla en la pendiente de la colina......Los criterios: En primer lugar, conservar, consolidar y poner en evidencia los restos auténticos del Teatro y restituir, a partir de los estudios e hipótesis del equipo arqueológico, con el que se ha trabajado desde un primer momento, el espacio característico y único del Teatro de Sagunto........Así, se utilizan materiales naturales, técnicas romanas ( piedra, hormigón y ladrillo), indispensables para la estabilidad, mantenimiento y conocimiento del monumento, haciendo siempre evidente la diferenciación entre las partes originales y las rehabilitadas......”
    Giorgio Grassi y Manuel Portaceli, arquitectos: “Rehabilitación del Teatro Romano de Sagunto”


    “La arquitectura siempre persigue configurar paisajes interiores, tanto en el caso de sencillas viviendas como en aquel cuya pretensión sea construir grandes monumentos........ La funcionalidad específica del teatro romano no puede incorporar nada ajeno al desarrollo teatral mientras que, por otra parte, su cualidad como contenedor del drama le obliga como condición prioritaria a fundirse con el espectáculo...........Bajo estas consideraciones cualquier restitución del espacio escénico romano debe, como condición prioritaria e indiscutible, recuperar su paisaje interno...........El proyecto de restitución del Teatro Romano de Sagunto, obra de los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli, está planteado básicamente desde una perspectiva de estricto respeto a la historia del monumento, inspirándose originariamente en la recuperación morfológica del tipo, buscando a través de su diseño recomponer la unidad espacial que le es propia......la reconfiguración de su paisaje interior........”
    Pilar Insausti y Tito Llopis, arquitectos: “Reconfigurar paisajes interiores: el caso del Teatro Romano de Sagunto”


    “Las Ruinas del Pasado, descarnadas irrevocablemente, ya no son las obra que fueron porque su mundo se ha desvanecido, pero su mayor encanto reside en que, con su sola presencia, a modo de flechas indicadoras, nos permiten imaginar y pensar desde ellas.......Si embargo, a veces y desde la exaltación romántica y el idealismo metafísico, se las ha colocado tan alto, tan alto que, congeladas sobre su suelo nativo en embalsamados simulacros, parecen –en su desolación, sin uso- no servir para nada..........Y ahora, este proyecto de Grassi y Portaceli busca anular esta distancia in situ sobre los despojos del Teatro Romano de Sagunto. Y de esta novedad nace el escándalo........El resultado, la vida nueva devuelta al Teatro Romano de Sagunto. El teatro reconstruido, al restablecer su mundo interior y exterior, no hace que la Ruina se consuma o desaparezca, sino que ahora sus fragmentos, sabiamente encuadrados por las partes restituidas brillan con nueva presencia en la totalidad de la obra.........Lo cerrado de las restauraciones o anastilosis convencionales se sustituyó aquí por una propuesta que, en su desnudez esencial, acoge la posibilidad de todo sueño......”
    Alberto Ustárroz, arquitecto: “Sagunto, la Arquitectura a escena”

  4. #4 A.M.Canto 07 de ene. 2008

    Brigantinus: Muy de acuerdo, éste es el tema de fondo.
    Transcribo un interesante artículo de ayer (sólo tiene, creo, un lapsus, en lo de "1993": en ese año es cuando se paralizaron las obras ya hechas):

    CONTRA LA PREPOTENCIA

    F. P. PUCHE

    Esperaba escaparme. Con la excusa de las fiestas pretendía pasar de
    puntillas sobre la sentencia del Supremo que ha condenado las obras que
    desfiguraron el Teatro Romano de Sagunto. Pero el interesantísimo
    artículo que el gran arquitecto y mejor amigo Francisco Cervera publicó
    el sábado en estas páginas hace inexcusable el deber de intervenir. No
    tanto para discrepar de sus reflexiones sobre la sentencia, materias
    sobre las que ya escribimos en 2002, sino para, acompañándole, poder
    extraer alguna consecuencia sobre la decisión del alto tribunal. Porque
    ¿para qué querrán las democracias tribunales supremos sino para extraer
    valores morales, moralejas, de sus decisiones?

    La primera reflexión es elemental: ¿para qué querremos una
    sentencia del Supremo, para qué un Tribunal Supremo, si sus sentencias
    no se cumplen?
    No, el teatro romano de Sagunto debe volver a su estado
    primero, al de 1993, guste o no guste. Porque para eso se polemizó y se
    clamó. Para eso se pleiteó. Si en ningún caso dejaríamos en la cárcel a
    un condenado que tuviera una decisión de libertad del Supremo, igual
    con la ilegal obra de Portaceli-Grassi y de Ciscar-Lerma. Derribo,
    pues. Porque solo así habrá "ejemplo visual", evidencia del desastre
    que, por encima y por debajo de las leyes, cometieron.
    Hagamos ejemplo,
    inyectemos temor a la infracción, para que nadie haga cosas parecidas
    en el futuro
    . Porque esta no es solo una sentencia sobre defensa de
    patrimonio histórico sino en defensa de los valores de equilibrio,
    armonía y orden lógico en la arquitectura y el urbanismo. Esta es una
    sentencia moral sobre la huella que los humanos dejan en su entorno
    ; da
    igual que hablemos de ruinas romanas que de la calle de la Paz, la Font
    Roja o la marjalería de la desembocadura del Júcar. Porque hay bienes
    intangibles que la prepotencia humana no debe hollar.

    Hablamos de prepotencia, sí. De la peligrosa alianza de la
    prepotencia de la arquitectura y la política.
    Porque en los 90, en el
    caso Sagunto, se dieron cita los peores valores. Cuando Ciscar impuso a
    Lerma el papanatismo de traer a un extranjero de segundo nivel (Grassi)
    de la mano de un diletante local (Portaceli) se aplicó en nuestra
    política el modelo clásico de los aduladores y el rey desnudo. De modo
    que la obra pública se convirtió en soberbia y la gestión política en
    prepotencia; que intentó acallar las críticas de este periódico de un
    modo más soez que el que el franquismo había aplicado en la dictadura.
    Fascista es el epíteto más sereno que escuchamos quienes en, los
    felices noventa, quisimos discrepar, en medio del temeroso silencio del
    Colegio de Arquitectos
    , del mamotreto que nos traían, para nuestra
    felicidad, como buena nueva copiada de las revistas de arquitectura y
    decoración de la Italia fina.

    Lerma nunca ha sabido si Ciscar, el golondrino eterno de su
    quehacer, le ayudaba o le hundía. Se le quiso disculpar diciendo que no
    entendía la culta modernidad ciscarista y que se dejó llevar para no
    parecer un pueblerino. Ocurrió lo peor: quedó en manos de la
    prepotencia intelectual que le proponían
    . Como en las ruinas del
    Palacio Real o los yacimientos de las Cortes. ¡Ojo! Y como durante
    todos los años siguientes han venido haciendo y hacen los políticos que
    alían su nombre y su fama a la seducción de los arquitectos y
    urbanistas de corte
    , a quienes se perdonan, disimulan y disculpan los
    errores pese al clamor del pueblo.

    Pagará el pueblo los gastos del "destapado", dice el amigo Cervera
    con meridiana sensatez. Claro, como paga el presupuesto de prisiones y
    las resmas de folios de las sentencias. Pero solo si el gobierno Camps
    derriba y paga, con dinero nuestro, los desaguisados del gobierno Lerma
    -o del de Zaplana, que todo puede ser- la metáfora será circular y
    perfecta. Sólo así la voz del buen pueblo pagano, y de su prensa, se
    hará más justa y más libre, y estará cargada de razón moral contra la
    prepotencia.

    Copyright: F.P. Puche y Diario Las Provincias (Valencia)
    Fuente: http://www.lasprovincias.es/valencia/20080106/opinion/-20080106.html

  5. #5 lucusaugusti 07 de ene. 2008














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  6. #7 A.M.Canto 12 de ene. 2008

    El enlace de la encuesta no funciona clicando directamente donde lo tomé (de la portada), pero está en http://www.lasprovincias.es/valencia/local/morvedre/

  7. #8 jeromor 13 de ene. 2008

    Mensaje de Juan Blanco en Terrae Antiqvae


    “En la página Historia UNED (no oficial) hay un hilo sobre el teatro de Sagunto donde encuentro este mensaje, no sé si el autor estará aquí en Terrae...


     


           Juan Blanco


     


    -----------------------------------


     


    http://uned-historia.metropoliglobal.com/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=9938


     


     


    Hola compis!!!

    Cuando estaba en primero de carrera (corría el año 2001), asistí a un curso de "Patrimonio al Debate" y mi investigación final consistió en la polémicas restauraciones del Teatro de Sagunto. Os pego mi trabajo, xq recoge bastante información sobre el tema y puede conseguir de q nos hagamos una idea de en q consistió la "restauración" de Grassi y Portaceli.


     

    "LAS POLEMICAS RESTAURACIONES EN EL MUNDO ANTIGUO.

    EL TEATRO ROMANO DE SAGUNTO


    Aunque últimamente hayamos visto proliferar las intervenciones en nuestros monumentos de forma rápida, no han ido con la misma velocidad, los estudios sobre nuestro patrimonio y lo que este nos puede transmitir, o lo que es mejor, enseñar. Es por esto mismo, que hablamos de intervenciones y no de restauraciones, ya que sería impropio utilizar este último término, para designar a actuaciones que se caracterizan por su falta de documentación y rigor. De todas formas, no todas las intervenciones se realizan mal, sino que todo depende del interés que despierte el monumento que se va a someter a restauración. En este caso, el monumento a investigar es el Teatro Romano de Sagunto, el cual se encuentra entre los primeros a los que el Estado dio tal calificativo. Tras la destrucción ejecutada por el hombre en la baja antigüedad, convirtiéndose en un esqueleto al ser saqueado de toda ornamentación y de los sillares que conformaban sus partes más nobles, la majestuosidad y potencia de su estructura se han mantenido expresando la sabiduría y conocimientos técnicos de sus constructores y ha sido causa de admiración y curiosidad, por todos los que han sentido y sienten la atracción por el pasado y sus variantes.


    Existen arqueólogos que tienen diferentes conceptos sobre la restauración y rehabilitación de los monumentos, pudiéndose englobar en tres grupos:

    - Arqueólogos no intervencionistas: esta postura deja en manos de los arquitectos la libertad para hacer lo que quieran. Este extremismo llevaría a la gloria (o lo contrario) a un arquitecto y a la empresa que lo dirige, manteniéndose el arqueólogo, relegado a un plano secundario.

    - Arqueólogos que sólo permiten unas "restituciones mínimas": aunque este concepto es muy débil, y sino sólo hay que ver el teatro romano de Sagunto o monumentos comparables a este. Este sentido ha conseguido convertir en un caos, monumentos y tipologías arquitectónicas.

    - Arqueólogos clásicos: promueven la restauración profunda de los monumentos, y se preocupan por como deberían ser las relaciones entre arqueólogos y arquitectos, aunque estos últimos están mejor situados que los primeros.

    La problemática relación de los dos profesionales antes nombrados se ha sacado a la luz tras las opiniones sobre la rehabilitación del Teatro de Sagunto, monumento al que va dirigido este trabajo. En estos últimos años, algunos arquitectos han criticado la situación penosa a la que se ven sometidos los arqueólogos, haciendo de esta forma una crítica indirecta hacia sus compañeros arquitectos Grassi y Portaceli, que llevaron a cabo la rehabilitación ejercida sobre el monumento mencionado. A pesar de estas críticas, los arquitectos han englobado el trabajo que debería ser ejercido por los arqueólogos, los cuales son los que conocen sobre los temas de Patrimonio y Arqueología, ya que un arquitecto intervendría guiándose solamente por la estética.

    Las leyes españolas, que rigen el desarrollo científico de la investigación arqueológica y la materia de patrimonio histórico, viven en una constante renovación. Por ejemplo, la ley de 1985 sustituye el término de ruina-monumento, por el de bien de interés cultural. Este término hace que el concepto que se tiene de un arqueólogo no sea el de experto en ruinas, y se le juzgue por sus estudios y su documentación. En la actualidad, el turismo cultural crece, por lo que se demanda espacios históricos, es ahora cuando los arqueólogos deben aprovechar para demostrar que sus investigaciones son estudios con base y argumento.

    Una sentencia del Tribunal Supremo de Valencia, acaba da avivar la polémica en lo referido a la rehabilitación llevada a cabo en el Teatro Romano de Sagunto. Esta sentencia ha declarado ilegal, dicha intervención, basándose en el artículo 39.2 de la ley de Patrimonio Histórico Español, que contiene una redacción del artículo 19 de la antigua ley del Tesoro Artístico que prohibía toda reconstrucción en los monumentos. La redacción matiza esta ley, utilizando términos ambiguos que dan pie a confusión. Ante la poca claridad que esta ley transmite, los jueces han aplicado una interpretación general, a pesar de que a estos no se les debería permitir juzgar casos en los que entre en juego la restauración arqueológica. Las redacciones de la ley tampoco resolverán el problema, ya que los intentos de precisión, sólo serán los desencadenantes de más dificultades. Para mejorar una ley, esta debe ser discutida y elaborada por las personas implicadas en el cuidado y la conservación de nuestro Patrimonio Cultural, siendo esta fruto del sentido común y de lo lícito y correcto, sino será imposible que exista una ley que garantice una adecuada restauración de los monumentos. Todo esto se corresponde con los criterios de restauración, basados en una situación cultural concreta.

    Un ejemplo en los errores cometidos en la intervención al Teatro de Sagunto: la cávea tiene un boquete debido a que la "restitución mínima" de las gradas ha desajustado su ritmo compositivo, de modo que en la parte superior irrumpe la bóveda de un pasillo subterráneo de distribución, al no haberse calculado que las losas que recubrían los asientos iban sumando altura a las gradas.

    Los extremos de la cávea se han consolidado como si fueran parodoi, elemento que no tiene lugar en un teatro latino, aunque para conseguir ese plano vertical se recurriera a volar con un cartucho de dinamita una parte de la estructura romana.
    También el escenario se había ensanchado, sellando las substrucciones del frente escénico y del proscenio, con un piso de cemento sobre el que se elevan los restos de dos valvas.

    Pueden elaborarse trabajos orientados a subsanar esos errores. No podemos tener un planteamiento rígido en cuanto a la restauración. Por eso, esas intervenciones mínimas, a veces irreversibles, son tan peligrosas como una restauración de mayores ambiciones, siendo por este motivo, por lo que el informe arqueológico es decisivo para optar por uno o por otro grado de intervención. Para conocer la articulación constructiva, la arqueología clásica dispone de un método basado en el estudio directo del monumento. Se han realizado la planta y las secciones arqueológicas del Teatro de Sagunto en la documentación aportada por Emilia Hernández en 1986 y esas conclusiones sí que han sido utilizadas en la rehabilitación planteada por el proyecto, de modo que el recubrimiento de las gradas, la anchura y distribución de los praecinctiones, el lugar en que se elevan los baltei, la correspondencia y servicio de cada uno de los vomitorios y la consiguiente altura del edificio escénico por los que se decide el proyecto de los arquitectos G. Grassi y M. Portaceli, incorpora el resultado de un análisis arqueológico. Por una vez el equipo arqueológico no se ha limitado a hacer un simple seguimiento de la obra, sino que ha ido por delante, frente a cuyas propuestas se ha manifestado disconforme.

    La contemplación de las formas romanas desprovistas de decoración, produce una impresión de proyecto inacabado y eso puede achacarse al proyecto del Teatro de Sagunto: un cuerpo arquitectónico de ladrillo depositado sobre la cimentación pétrea romana, limpio y claro, que cobija en su interior capiteles, inscripciones y mosaicos procedentes de la ciudad de Sagunto. Hay quien opina que la memoria del lugar no justifica una restauración. La intervención de G. Grassi y M. Portaceli partía de unos criterios que pueden tomarse como defendibles, pero que analizados no soportan una crítica rigurosa. G. Grassi atribuye a anteriores intervenciones objetivos y criterios que parecen infundados y subjetivos, al definir el estado del monumento como una ruina artificial. En base a ello, se establecían las justificaciones de su actuación. Pero esto no podía resultar excusa para el tipo de intervención realizada, que se desentiende de la originalidad del propio monumento para plantear una idea propia sobre el mismo que acaba implantándose por encima de toda otra consideración. No puede afirmarse que el proyecto se haya basado en un conocimiento científico del edificio, ni que haya sido respetuoso con éste. Ni se hizo la adecuada investigación previa a la fase del proyecto, ni los resultados obtenidos de los hallazgos o estudios posteriores han provocado las modificaciones que hubieran sido de rigor, lo que lleva a suponer que tales datos no importaban a los autores del proyecto.

    Como ejemplo: la reconstrucción del muro de cierre de postscaenium. En sus orígenes seguramente fue ejecutado en dos fases y presentaba exteriormente una estructura de machones de refuerzo de opus quadratum, cuyos grandes sillares habían sido arrancados ya de antiguo, pero de los que quedaban las huellas, con relleno de sillarejos de opus vittatum. Respecto al remontaje de algunos elementos de los órdenes que decoraron el frons scaena parece un intento serio de mostrar lo que pudo ser la ornamentación del teatro. Las columnas se han dispuesto con una proporción rechoncha, lo que las priva de la elegancia y de la armonía que caracteriza a los órdenes clásicos. Parece que la escena tuvo triple orden, lo que el montaje realizado se encarga de contradecir. La reconstrucción del edificio escénico es errónea en la altura, pues queda achaparrado al no haber alcanzado la altura que debió tener originalmente. Las superficies que se presentan, ni siquiera una cuarta parte son restos originales romanos.

    A este efecto contribuye en gran medida la reconstrucción del graderío realizado en un material, distinto del original tanto en color como en textura, pues frente al color gris azulado de los sillares opus quadratum de caliza local se ha utilizado un aplacado de piedra blanca de tipo travertino, de Teruel. A esto le unimos la arbitraria decisión de interrumpir la scalae en los corredores o balteus.

    ¿Hasta qué punto se justifica una intervención de esta envergadura en un monumento histórico?
    Existen dos tipos de justificaciones:

    a) En primer lugar se apela que históricamente ha habido intervenciones de cada época en los edificios, llegando alguna a tener tanta o mayor calidad que la obra original. La existencia de una mayor conciencia histórica y de un respeto hacia el legado del pasado, en este caso arquitectónico. Nuestra época se caracteriza por haber plasmado este sentir en legislaciones protectoras de este legado. En este caso nos enfrentamos con la esencia misma del concepto de conservación de un patrimonio. Argumentar que igual que se hizo en esas épocas se puede hacer hoy, es un contrasentido histórico, y será en su concepción y actitud, arquitectura de otra época, no arquitectura actual. En cualquier caso debe respetar la esencia y la naturaleza del monumento, no sobreponerse a él, ni menos ocultarlo o enmascararlo detrás de la obra actual. Y respetar su esencia puede en muchos casos querer decir respetar su estado de ruina. Conviene aquí preguntarse hasta que punto es necesario que todos los monumentos vuelvan a recuperar un uso. Hay muchos que merecen quedar como meros símbolos. Y si hace falta un teatro, hay muchos lugares en que poder edificarlo.

    b) Otro de los argumentos es la supuesta restauración del espacio original. La recuperación del espacio primigenio original, choca con la conservación de la materia auténtica del monumento. Lo que no tiene sentido es una restauración cree un espacio nuevo o transforme el original. En un monumento llegado a nosotros en estado de ruina, su espacio ruinoso no será el "auténtico" original, pero puede llegar a cobrar significación propia como ruina, y por tanto nueva autenticidad.

    El atractivo y la veneración que para nuestra sociedad encierran muchos monumentos, no cabe duda que en muchos casos se desvanecería tras actuaciones de reconstrucción como la aquí realizada. La idea de recuperar el espacio original no puede tomarse como válida en todos los casos y cuando hay serias dificultades para conocer su auténtica forma, y más cuando exige realizar un volumen de obra que rivaliza con las partes originales conservadas, resulta dudosa su validez como criterio de actuación. Es comprensible que una parte de la sociedad haya entendido que la obra ha supuesto una agresión contra el monumento. Y que hayan intentado detener esa agresión por todos los medios, incluidos los legales.

    En la actualidad, quince meses después de que el Tribunal Superior de Justicia confirmara la sentencia dictada en 1993 a favor de la reversibilidad del Teatro Romano de Sagunto, la Generalitat ha anunciado las zonas en que se realizarán los trabajos que devolverán al recinto al estado en que se encontraba en 1988. Todas las obras de nueva construcción en parte del escenario, los laterales y las gradas serán derribadas hasta dejar el teatro tal y como estaba antes de la polémica intervención de los arquitectos Grassi y Portaceli.

    El derribo podría costar unos seis millones de euros y, no comenzará hasta septiembre. Todos los informes sobre la reversibilidad de las obras en la zona de la gradería son favorables tras la realización de diversas catas sobre la zona. En cuanto a la zona del escenario, la reversibilidad será posible hasta cuotas de 1/20, ya que este a partir de este nivel cuando hay peligro de tocar la piedra original. Habrá partes del escenario en las que será posible intervenir en mayor profundidad debido a que la obra de mármol no está nivelada. Es imposible devolver los restos arqueológicos hallados y sacados del teatro cuando se hicieron las obras. Estos restos pasarán a exponerse en uno de los museos de la localidad, en la denominada casa del Mestre Penya.

    El proyecto definitivo de restauración será elaborado por una comisión multidisciplinar, en la que tendrán cabida desde arquitectos a delineantes, pasando por historiadores. Los miembros de esta comisión debatirán exclusivamente cuestiones técnicas. La sentencia prohibe la nueva construcción y sólo indica la demolición de la obra nueva y la adecuación del recinto para que éste tenga finalidad funcional y pueda ser utilizado por el público. Se harán las reformas pertinentes para evitar las filtraciones de agua que han perjudicado durante estos años la piedra original de la gradería."

    Espero q os haya gustado mi trabajo, si véis algún fallo me lo decís.

    Las fuentes q utilicé fueron:

    - El Teatro Romano de Sagunto: Génesis y Construcción.
    LARA ORTEGA, Salvador
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 147
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 150
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 153

    Para finalizar, voy a citar algo q escribí en la opinión personal de este trabajo y q no os he adjuntado (xq son opiniones personales sin importancia... y tampoco soy un experto en arqueología
    ). Lo escribí hace 6 años, pero para mi sigue teniendo la misma validez:

    "El patrimonio es nuestro pasado, el cual nos ayuda a afrontar el futuro sin sensación de desarraigo, ni cultural, ni social. Si acabamos con este patrimonio o lo convertimos en una obra actual, perdiendo así su identidad, no habrá pasado al que recurrir para fijar nuestro presente, ni tampoco para sentir nostalgia por él y enorgullecernos de lo que un día fuimos."


     


     

  8. #9 A.M.Canto 13 de ene. 2008

    Más documentación. El que sigue es un trabajo de curso reportado por J. Blanco en la Lista de terraeantiqvae. Procede un hilo de foros de la UNED sobre el mismo tema del teatro, y lo firma "gericault", de Tenerife, aquí. Lo voy a transcribir con ambas venias (espero), porque contiene detalles y precisiones poco comentadas en prensa sobre algunos errores muy concretos, que me permitiré resaltar, entre otros:

    «Cuando
    estaba en primero de carrera (corría el año 2001), asistí a un curso de
    "Patrimonio al Debate" y mi investigación final consistió en la
    polémicas restauraciones del Teatro de Sagunto. Os pego mi trabajo, xq recoge
    bastante información sobre el tema y puede conseguir de q nos hagamos una idea
    de en q consistió la "restauración" de Grassi y Portaceli.



    "LAS POLEMICAS RESTAURACIONES EN EL MUNDO ANTIGUO. EL
    TEATRO ROMANO DE SAGUNTO


    Aunque últimamente hayamos visto proliferar las intervenciones en nuestros
    monumentos de forma rápida, no han ido con la misma velocidad, los estudios
    sobre nuestro patrimonio y lo que este nos puede transmitir, o lo que es mejor,
    enseñar. Es por esto mismo que hablamos de intervenciones y no de restauraciones, ya que sería
    impropio utilizar este último término, para designar a actuaciones que se
    caracterizan por su falta de documentación y rigor. De todas formas, no
    todas las intervenciones se realizan mal, sino que todo depende del interés que
    despierte el monumento que se va a someter a restauración. En este caso, el
    monumento a investigar es el Teatro Romano de Sagunto, el cual se encuentra
    entre los primeros a los que el Estado dio tal calificativo. Tras la
    destrucción ejecutada por el hombre en la baja antigüedad, convirtiéndose en un
    esqueleto al ser saqueado de toda ornamentación y de los sillares que
    conformaban sus partes más nobles, la majestuosidad y potencia de su estructura
    se han mantenido expresando la sabiduría y conocimientos técnicos de sus
    constructores y ha sido causa de admiración y curiosidad, por todos los que han
    sentido y sienten la atracción por el pasado y sus variantes.


    Existen arqueólogos que
    tienen diferentes conceptos sobre la restauración y rehabilitación de los
    monumentos, pudiéndose englobar en tres grupos:


    - Arqueólogos no intervencionistas: esta postura deja en manos de los
    arquitectos la libertad para hacer lo que quieran. Este extremismo llevaría a
    la gloria (o lo contrario) a un arquitecto y a la empresa que lo dirige,
    manteniéndose el arqueólogo relegado a un plano secundario.


    - Arqueólogos que sólo permiten unas "restituciones mínimas": aunque
    este concepto es muy débil, y si no sólo hay que ver el teatro romano de
    Sagunto o monumentos comparables a este. Este sentido ha conseguido convertir
    en un caos, monumentos y tipologías arquitectónicas.


    - Arqueólogos clásicos: promueven la restauración profunda de los monumentos, y
    se preocupan por como deberían ser las relaciones entre arqueólogos y
    arquitectos, aunque estos últimos están mejor situados que los primeros.


    La problemática relación de los dos profesionales antes nombrados
    se ha sacado
    a la luz tras las opiniones sobre la rehabilitación del Teatro de Sagunto,
    monumento al que va dirigido este trabajo. En estos últimos años, algunos arquitectos han criticado
    la situación penosa a la que se ven sometidos los arqueólogos, haciendo de esta
    forma una crítica indirecta hacia sus compañeros arquitectos Grassi y Portaceli
    ,
    que llevaron a cabo la rehabilitación ejercida sobre el monumento mencionado. A
    pesar de estas críticas, los
    arquitectos han englobado el trabajo que debería ser ejercido por los
    arqueólogos
    , los cuales son los que conocen sobre los temas de Patrimonio y
    Arqueología, ya que un arquitecto intervendría guiándose solamente por la
    estética.


    Las leyes españolas, que rigen el desarrollo científico de la investigación
    arqueológica y la materia de patrimonio histórico, viven en una constante
    renovación. Por ejemplo,
    la ley de 1985 sustituye el término de ruina-monumento, por el de bien de
    interés cultural. Este
    término hace que el concepto que se tiene de un arqueólogo no sea el de experto
    en ruinas, y se le juzgue por sus estudios y su documentación
    . En la
    actualidad, el turismo cultural crece, por lo que se demanda espacios
    históricos, es ahora cuando los arqueólogos deben aprovechar para demostrar que
    sus investigaciones son estudios con base y argumento.


    Una sentencia del Tribunal Supremo de Valencia, acaba de avivar la polémica en
    lo referido a la rehabilitación llevada a cabo en el Teatro Romano de Sagunto.
    Esta sentencia ha declarado ilegal dicha intervención, basándose en el artículo 39.2 de la ley de
    Patrimonio Histórico Español, que contiene una redacción del artículo 19 de la
    antigua Ley del Tesoro Artístico que prohibía toda reconstrucción en los
    monumentos.
    La redacción matiza esta ley, utilizando términos ambiguos
    que dan pie a confusión. Ante la poca claridad que esta ley transmite, los
    jueces han aplicado una interpretación general, a pesar de que a éstos no se
    les debería permitir juzgar casos en los que entre en juego la restauración
    arqueológica. Las redacciones de la ley tampoco resolverán el problema, ya que
    los intentos de precisión sólo serán los desencadenantes de más dificultades.
    Para mejorar una ley, esta debe ser discutida y elaborada por las personas
    implicadas en el cuidado y la conservación de nuestro Patrimonio Cultural,
    siendo esta fruto del sentido común y de lo lícito y correcto, si no será
    imposible que exista una ley que garantice una adecuada restauración de los
    monumentos. Todo esto se corresponde con los criterios de restauración, basados
    en una situación cultural concreta.


    Un ejemplo en los errores
    cometidos en la intervención
    al Teatro de Sagunto: la cávea tiene un boquete
    debido a que la "restitución mínima" de las gradas ha desajustado su
    ritmo compositivo, de modo que en la parte superior irrumpe la bóveda de un
    pasillo subterráneo de distribución, al no haberse calculado que las losas que
    recubrían los asientos iban sumando altura a las gradas.


    Los extremos de la cávea
    se han consolidado como si fueran parodoi, elemento que no tiene lugar en un
    teatro latino, aunque para conseguir ese plano vertical se recurriera a volar
    con un cartucho de dinamita una parte de la estructura romana.


    También el escenario se había ensanchado, sellando las substrucciones del
    frente escénico y del proscenio, con un piso de cemento sobre el que se elevan
    los restos de dos valvas.


    Pueden elaborarse trabajos orientados a subsanar esos errores. No podemos tener
    un planteamiento rígido en cuanto a la restauración. Por eso, esas
    intervenciones mínimas, a veces irreversibles, son tan peligrosas como una
    restauración de mayores ambiciones, siendo por este motivo, por lo que el
    informe arqueológico es decisivo para optar por uno o por otro grado de
    intervención
    . Para conocer la articulación constructiva, la arqueología clásica
    dispone de un método basado en el estudio directo del monumento. Se han realizado la planta y las
    secciones arqueológicas del Teatro de Sagunto en la documentación aportada por
    Emilia Hernández en 1986 y esas conclusiones sí que han sido utilizadas en la
    rehabilitación planteada por el proyecto, de modo que el recubrimiento
    de las gradas, la anchura y distribución de los praecinctiones, el lugar en que
    se elevan los baltei, la correspondencia y servicio de cada uno de los
    vomitorios y la consiguiente altura del edificio escénico por los que se decide
    el proyecto de los arquitectos G. Grassi y M. Portaceli, incorpora el resultado
    de un análisis arqueológico.
    Por
    una vez el equipo arqueológico no se ha limitado a hacer un simple seguimiento
    de la obra, sino que ha ido por delante, frente a cuyas propuestas se ha
    manifestado disconforme.


    La contemplación de las formas romanas desprovistas de decoración, produce una
    impresión de proyecto
    inacabado
    y eso puede achacarse al proyecto del Teatro de Sagunto: un cuerpo arquitectónico de
    ladrillo depositado sobre la cimentación pétrea romana, limpio y claro, que
    cobija en su interior capiteles, inscripciones y mosaicos procedentes de la
    ciudad de Sagunto
    .
    Hay quien opina que la memoria del lugar no justifica
    una restauración. La
    intervención de G. Grassi y M. Portaceli partía de unos criterios que pueden
    tomarse como defendibles, pero que analizados no soportan una crítica rigurosa.
    G. Grassi atribuye a anteriores intervenciones objetivos y criterios que
    parecen infundados y subjetivos, al definir el estado del monumento como una ruina artificial. En base a
    ello, se establecían las justificaciones de su actuación. Pero esto no
    podía resultar excusa para el tipo de intervención realizada, que se desentiende de la
    originalidad del propio monumento para plantear una idea propia sobre el mismo
    que acaba implantándose por encima de toda otra consideración.
    No puede
    afirmarse que el proyecto se haya basado en un conocimiento científico del
    edificio, ni que haya sido respetuoso con éste.
    Ni se hizo la adecuada
    investigación previa a la fase del proyecto, ni los resultados obtenidos de los
    hallazgos o estudios posteriores han provocado las modificaciones que hubieran
    sido de rigor, lo que lleva a suponer que tales datos no
    importaban a los autores del proyecto.


    Como ejemplo: la
    reconstrucción del muro de cierre de postscaenium. En sus orígenes
    seguramente fue ejecutado en dos fases y presentaba exteriormente una
    estructura de machones de refuerzo de opus quadratum, cuyos grandes sillares
    habían sido arrancados ya de antiguo, pero de los que quedaban las huellas, con
    relleno de sillarejos de opus vittatum
    . Respecto al remontaje de algunos elementos
    de los órdenes que decoraron el frons scaenae, parece un intento serio de
    mostrar lo que pudo ser la ornamentación del teatro. Las columnas se han dispuesto con una proporción
    rechoncha, lo que las priva de la elegancia y de la armonía que caracteriza a
    los órdenes clásicos. Parece que la escena tuvo triple orden, lo que el montaje
    realizado se encarga de contradecir. La reconstrucción del edificio escénico es
    errónea en la altura, pues queda achaparrado al no haber alcanzado la altura
    que debió tener originalmente. Las superficies que se presentan, ni siquiera
    una cuarta parte son restos originales romanos.


    A este efecto contribuye en gran medida la reconstrucción del graderío
    realizado en un material, distinto
    del original tanto en color como en textura
    , pues frente al color gris azulado
    de los sillares opus quadratum de caliza local se ha utilizado un aplacado de
    piedra blanca de tipo travertino, de Teruel. A esto le unimos la
    arbitraria decisión de interrumpir las scalae en los corredores o balteus.


    ¿Hasta qué punto se justifica una intervención de esta envergadura en un
    monumento histórico? Existen dos tipos de justificaciones:


    a) En primer lugar se apela a que históricamente ha habido intervenciones de
    cada época en los edificios, llegando alguna a tener tanta o mayor calidad que
    la obra original. La existencia de una mayor conciencia histórica y de un
    respeto hacia el legado del pasado, en este caso arquitectónico. Nuestra época se caracteriza por
    haber plasmado este sentir en legislaciones protectoras de este legado.
    En este caso nos enfrentamos con la esencia misma del concepto de conservación
    de un patrimonio.
    Argumentar que igual que se hizo en esas épocas se puede
    hacer hoy, es un contrasentido histórico, y será en su concepción y actitud,
    arquitectura de otra época, no arquitectura actual. En cualquier caso debe respetar la esencia y la
    naturaleza del monumento, no sobreponerse a él, ni menos ocultarlo o
    enmascararlo detrás de la obra actual.
    Y respetar su esencia puede en
    muchos casos querer decir respetar su estado de ruina. Conviene aquí preguntarse hasta que punto es
    necesario que todos los monumentos vuelvan a recuperar un uso. Hay muchos que
    merecen quedar como meros símbolos. Y si hace falta un teatro, hay
    muchos lugares en que poder edificarlo.


    b) Otro de los argumentos es la supuesta restauración del espacio original. La
    recuperación del espacio primigenio original, choca con la conservación de la
    materia auténtica del monumento. Lo que no tiene sentido es una restauración cree un espacio nuevo o
    transforme el original. En un monumento llegado a nosotros en estado de
    ruina
    , su espacio ruinoso no será el "auténtico" original, pero puede
    llegar a cobrar significación propia como ruina, y por tanto nueva
    autenticidad.


    El atractivo y la veneración que para nuestra sociedad encierran muchos
    monumentos, no cabe duda que en muchos casos se desvanecería tras actuaciones
    de reconstrucción como la aquí realizada. La idea de recuperar el espacio original no puede tomarse
    como válida en todos los casos y cuando hay serias dificultades para conocer su
    auténtica forma, y más cuando exige realizar un volumen de obra que rivaliza
    con las partes originales conservadas, resulta dudosa su validez como criterio
    de actuación.
    Es comprensible que una parte de la sociedad haya
    entendido que la obra ha supuesto una agresión contra el monumento. Y que hayan
    intentado detener esa agresión por todos los medios, incluidos los legales.


    En la actualidad, quince meses después de que el Tribunal Superior de Justicia
    confirmara la sentencia dictada en 1993 a favor de la reversibilidad del Teatro
    Romano de Sagunto, la
    Generalitat ha anunciado las zonas en que se realizarán los
    trabajos que devolverán al recinto al estado en que se encontraba en 1988.
    Todas las obras de nueva construcción en parte del escenario, los laterales y
    las gradas serán derribadas hasta dejar el teatro tal y como estaba antes de la
    polémica intervención de los arquitectos Grassi y Portaceli.


    El derribo podría costar unos seis millones de euros y, no comenzará hasta
    septiembre. Todos los
    informes sobre la reversibilidad de las obras en la zona de la gradería son
    favorables tras la realización de diversas catas sobre la zona. En cuanto a la
    zona del escenario, la reversibilidad será posible hasta cuotas de 1/20, ya que
    este a partir de este nivel cuando hay peligro de tocar la piedra original.
    Habrá partes del escenario en las que será posible intervenir en mayor
    profundidad debido a que la obra de mármol no está nivelada. Es imposible devolver los restos
    arqueológicos hallados y sacados del teatro cuando se hicieron las obras.
    Estos restos pasarán a exponerse en uno de los museos de la localidad, en la
    denominada casa del Mestre Penya.


    El proyecto definitivo de restauración será elaborado por una comisión
    multidisciplinar, en la que tendrán cabida desde arquitectos a delineantes,
    pasando por historiadores. Los miembros de esta comisión debatirán
    exclusivamente cuestiones técnicas. La sentencia prohibe la nueva construcción
    y sólo indica la demolición de la obra nueva y la adecuación del recinto para
    que éste tenga finalidad funcional y pueda ser utilizado por el público.
    Se
    harán las reformas pertinentes para evitar las filtraciones de agua que han
    perjudicado durante estos años la piedra original de la gradería."


    Espero q os haya gustado mi trabajo, si véis algún fallo me lo decís.


    Las fuentes q utilicé fueron:


    - El Teatro Romano de Sagunto: Génesis y Construcción. LARA ORTEGA, Salvador
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 147
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 150
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 153


    Para finalizar, voy a citar algo q escribí en la opinión personal de este
    trabajo y q no os he adjuntado (xq son opiniones personales sin importancia...
    y tampoco soy un experto en arqueología). Lo escribí hace 6
    años, pero para mi sigue teniendo la misma validez:


    "El patrimonio es nuestro pasado, el cual nos ayuda a afrontar el futuro
    sin sensación de desarraigo, ni cultural, ni social. Si acabamos con este
    patrimonio o lo convertimos en una obra actual, perdiendo así su identidad, no
    habrá pasado al que recurrir para fijar nuestro presente, ni tampoco para
    sentir nostalgia por él y enorgullecernos de lo que un día fuimos."»

  9. #10 ofion_serpiente 19 de ene. 2008

    "En
    latín, que es de donde proviene esta palabra, la clave de todo el grupo
    léxico está en la cívitas,
    que hemos tenido que traducir por ciudadanía.
    En este grupo léxico tenemos más términos en español que en latín.
    Y no porque se haya progresado en ese campo y se hayan creado por ello
    nuevas palabras, sino al contrario porque se ha retrocedido seriamente.
    Lo propio sería iniciar el análisis léxico en el nombre primitivo
    (ciudad); pero en nuestra lengua eso es engañoso, porque exactamente
    esta palabra ha perdido su significado latino original, ya que la
    palabra latina de la que procede por evolución fonética tiene simultáneamente
    los valores de ciudadanía
    (en el doble sentido de conjunto de todos los ciudadanos y en el de
    derecho inherente a la condición de ciudadano) y civismo;
    pero no
    tenía el significado actual de ciudad.
    He ahí pues cómo se ha distorsionado el significado de las palabras. 

    Vamos
    a ver cómo ha ocurrido eso: la evolución fonética del latín cívitas
    al español ciudad
    nos advierte que se pronunciaba uitas.
    Pongámoslo en acusativo plural (ciuitates),
    que al acabar coincidiendo con el español, se entenderá mejor. El
    primer salto fonético fue la pérdida de la segunda i,
    que por su posición debilísima tiende a caer, quedando reducida la
    palabra en una sílaba, gran economía: ciutates.
    La economía fonética hace también que se prefieran a las consonantes
    sordas p,
    c
    (sonido
    k),
    t,
    sus correlativas sonoras b,
    g
    (de gato), d,
    más suaves de pronunciar. Así pasamos de ciutates
    a
    ciudades.
    Hemos llegado al final del recorrido. Tenemos pues que la palabra latina
    cívitas
    es exactamente la palabra española ciudad

    Pero
    veamos qué dice el diccionario latino de cívitas
    (echemos cuenta de que nos estamos refiriendo a ciudad):
    “conjunto de ciudadanos integrantes de una ciudad o estado”. De ahí
    que a menudo se use como sinónimo de estado. Observemos ante todo que
    se trata de un nombre colectivo,
    que denomina a un conjunto de personas que gozan de la cívitas,
    el “derecho de ciudadanía”, que también en este sentido es
    colectivo (se refiere en efecto al conjunto de los derechos de que gozan
    los ciudadanos). Cicerón define muy bien la cívitas:
    Coetus
    hóminum jure sociati civitates
    appellantur.

    Las uniones de hombres asociados bajo la respectiva ley se llaman ciudades
    (civitates).
    Leyendo la “Guerra de las Galias” de César, vemos que a todos los
    pueblos que aparecen en escena se les llama civitates:
    Orgetórix
    civitati
    persuasit ut fínibus suis exirent.

    Orgetórix persuadió a la ciudad
    (es decir al conjunto de miembros del pueblo, que no vivían
    precisamente en ciudades sino dispersos por todo el territorio) que
    salieran de sus límites territoriales. Cívitas
    era también el derecho de ciudadanía: civitatem
    alicui impertiri

    era conceder a alguien la ciudadanía; civitatem amíttere,
    perder la ciudadanía. Luego al denominar metafóricamente al continente
    con el nombre del contenido, se llama ciudad a la tierra, a la patria, a
    la urbe. Esa tendencia va acentuándose a medida que se avanza hacia el
    bajo latín, hasta que resulta legítimo llamar ciudad a la urbe ya con
    valor real, no metafórico. 

    Pero
    en el latín clásico nunca se confunden la cívitas
    (el conjunto de los ciudadanos) y la urbs
    (la urbe). Aucta
    civitate
    magnitúdine urbis
    ,
    dice Livio: aumentó el número de ciudadanos por la amplitud de la
    ciudad (de la urbe)........................"

    "Por
    eso vienen los propios etimologistas romanos a advertirnos (esa fue su
    convicción) que civis
    procede del verbo cieo,
    ciere, civi, citum

    que en sustancia significa convocar, poner en movimiento, agrupar, poner
    en marcha, impeler… (pensemos en sus derivados incitar, excitar,
    concitar). En fin, que la cívitas
    sería según esta etimología, la acción y el resultado de agrupar; y civis
    sería cada uno de los que forman parte de este agrupamiento. Colocados
    en esta perspectiva, suena aún más aberrante el haber traspasado al
    territorio, al lugar en que se concurre, los derechos de la concurrencia
    (es decir del conjunto de los reunidos); es absurdo que los derechos de ciudadanía
    nos vengan de la ciudad,
    y no de la voluntad de agrupación de cada uno de los ciudadanos".


    Ciudadania

  10. #11 lucusaugusti 20 de ene. 2008

    Un claro ejemplo de comportamiento sectario el suyo A.Canto


    Como demuestra que no tiene idea sobre este tema del teatro y el mundo romano le recomiendo la lectura de:


     Le théâtre ŕ Rome,





    En el momento en que las victorias cartaginesas dislocaban el mundo romano y. hacían temer por la propia Vrbe, el teatro agrupaba a la ciudadanía y afirmaba la cohesión de su identidad.
    phobos.xtec.net/jcimarra/llatiuab/teatro/teatrolat.pdf


    Y para que compruebe la vigencia en la actualidad:


    La idea es que un festival de teatro para la ciudadanía fuese un encuentro donde el problema no es el teatro en sí, sino lo que la ciudadanía necesita ver ...
    www.culturalianet.com/art/ver.php?art=22546


    El teatro, en tanto espacio, constituía el ágora principal de la ciudad, ... de la vida comunitaria y multiplicar el "capital teatral" de la ciudadanía. www.revistasculturales.com/articulos/47/ade-teatro/232/3/pensar-el-futuro-y-construirlo.html


    Teatro y Ciudadanía. D.Xavier Marcé, director de estrategias de Focus. La financiación de las artes escénicas. D. Fernando Herrero, crítico teatral. ...
    www.unav.es/humanidades/jornadas/


    TEATRO GRIEGO Y TEATRO ACTUAL Informaweb







    El Teatro Griego tiene sus raíces en Atenas Grecia en los siglos VI Y V A.C. el ... moralidad y en proporcionar ala ciudadanía su sentido de identidad. ...
    informasol.nireblog.com/post/2007/03/03/teatro-griego-y-teatro-actual


    Historia del Teatro de Grecia




    Así, tanto en el teatro como en sus competitivos juegos públicos, los atenienses daban lugar a otra asamblea dinámica donde la ciudadanía participaba, ...
    usuarios.lycos.es/historia_teatro/griego.htm


    Esta mujer no tiene medida


     

  11. #12 lucusaugusti 20 de ene. 2008


    SOBRE EL TEATRO EN ROMA


    (Notas extraídas de la siguiente obra: J. DUMONTM.


    H. FRANÇOISGARELLI,


    Le théâtre à Rome, Paris, 1998)


    En el momento en que las victorias cartaginesas dislocaban el mundo romano y hacían temer por la propia Vrbe, el teatro agrupaba a la ciudadanía y afirmaba la cohesión de la colectividad.


    http://phobos.xtec.net/jcimarra/llatiuab/teatro/teatrolat.pdf

  12. #13 A.M.Canto 24 de ene. 2008

    De ayer y hoy. En Las Provincias, un artículo (a favor de la sentencia del Supremo) y dos noticias (en contra) 
    aquí:

    Pleitos tengas y los ganes
    23.01.08 F. P. PUCHE

    En la historia de la jurisprudencia internacional suelen citarse cuatro
    pleitos famosos, tanto por su complejidad como porque la persistencia
    de las partes compite con fortuna con la delirante inutilidad del caso
    que les enreda. Dos de esos litigios son históricos, y responden a los
    nombres de Barcelona Traction y Matesa; y los otros dos son actuales,
    afectan a intereses valencianos y se muestran tan capaces de lastimar
    como de aburrir a la selecta audiencia valenciana.

    El primero, ya saben, es el que enfrenta a los equipos de vela
    Alinghi y BMW Oracle ante el juez Cahn, en la corte suprema de Nueva
    York. Y el segundo es el famosísimo pleito del Teatro Romano de
    Sagunto, que, de tan largo y pastoso, parece proceder de los tiempos de
    Aníbal y sus elefantes.

    Si hoy es 23 de enero, el juez neoyorquino [...] 

    Si hoy es 23 de enero, por otra parte, también es posible que el
    señor Marco Molines vea satisfecho su ego de vencedor y sea recibido
    por una instancia adecuada de la Generalitat. Él es el primero en
    saber, no obstante, que es un trámite generoso. Porque en Sagunto todo
    está dicho, escrito y sentenciado. Las habas están contadas: la
    Generalitat lo que debe hacer es o bien cumplir la sentencia, con sus
    arquitectos y un martillo pilón de alquiler, o bien enfrentarse
    penalmente al Supremo. Sencillo.

    aquí:

    El Col·lectiu inaugura un blog para aumentar las 20 adhesiones al Manifiesto del Teatro Romano




    El PP rechaza la moción del PSPV en la Diputación en la que pedía buscar soluciones a la sentencia

    24.01.08 - C. M. R. / S. G. M. SAGUNTO

    y aquí:

    El Col·lectiu pel Patrimoni convoca con 8.000 octavillas a la concentración del Teatro Romano
    La plataforma cívica se reunió ayer con el alcalde pero no logró "acercar posturas" sobre la reversión
    C. M. R. SAGUNTO

    En el Levante:



     - 

    El PP rechaza votar contra la demolición del Teatro Romano
    El grupo popular en la Diputación de Valencia rechazó ayer una moción
    presentada ante el pleno por el PSPV en la que esta formación demandaba
    que la corporación provincial solicitara a la Generalitat que «estudie
    todas las alternativas legales y llegue a los consensos necesarios para
    evitar la [...]















     - 

    Los promotores de los Talleres Clásicos ligan su continuidad al futuro del teatro romano
    El Camp de [...]



    - CULPABLE, PERO INOCENTE
    Rafael Rivera

    Este
    periplo jurídico del caso del Teatre de Sagunt llega a su fin. No diré
    que me gusta la sentencia, que no, pero está bien que las cosas
    concluyan. Supongo que los jueces han dicho lo que podían decir con las
    leyes que tenemos. Es lo que hay.

    Dicen que el teatro ha de volver
    a ser una ruina como antes, aunque aquí, la palabra antes adquiere un
    valor añadido de difícil consideración. ¿Cuándo es antes? En cualquier
    caso, ahora son los políticos los que deben tomar en consideración lo
    que, seguramente, los jueces no han podido. No son argumentos jurídicos
    pero sí civiles, por así llamarlos, y tal vez se acerquen al sentido
    común más que las propias leyes.

    Por un lado, la calidad de la obra,
    ejemplar en lo que significa el trabajo en sí y reconocida por voces
    más sabias que la mía. Un ejemplo que supone una nueva visión del
    patrimonio que, sin perder su identidad, recupera su función y se
    integra en la sociedad de hoy. Por otro, el impulso cultural que ha
    transformado el teatro en un referente no sólo para Sagunt, sino para
    todos y ha posibilitado un proyecto que va más allá de la propia
    arquitectura. Por último, la promoción económica que ha supuesto para
    el municipio y su entorno, la revitalización de actividades
    complementarias imprescindibles para entender esta ciudad rica en
    patrimonio como pocas. Todo eso es también el proyecto del teatro,
    formaba parte de una apuesta valiente por la cultura y no lo han podido
    juzgar los jueces. Con quince años de experiencia sabemos que la
    actuación ha sido un éxito, ha cumplido sus objetivos y ha llevado el
    Patrimonio, con mayúsculas, a un lugar que nunca antes había alcanzado,
    solo con los romanos.

    Por eso ahora tienen su papel los políticos, y
    ojalá den la talla. Por favor, aléjense del localismo y recurran a
    voces de prestigio internacional, hablen con el Consejo Superior de
    Colegios de Arquitectos o con la Unión Internacional de Arquitectura, y
    zanjen de verdad este asunto sin que tengamos que encadenarnos unos u
    otros a las ruinas de ayer o a la rehabilitación de hoy. Acierten, no
    vaya a ser que volvamos a salir en los telediarios de Tokio, pero esta
    vez no por un evento cirquense o un circuito desafortunado, sino por
    ser los nuevos bárbaros que destruyen otra vez el sufrido teatro.

    Tal
    vez no se ajuste a la ley, pero el indulto, la amnistía o cualquiera
    que sea la figura jurídica que lo ampare puede, dar la razón a quien lo
    denunció, pero permitir que el teatro siga admirado y cumpliendo su
    función.

    *Arquitecto.
    ...............

    En toda esta historia, el silencio sepulcral de los arqueólogos actuales y más próximos, al menos en la prensa, resulta estruendoso, parece como si no tuvieran nada que opinar en el tema.

    Para lo que opinaron algunos de ellos hace 20 años, en los informes de época, véase arriba en el mensaje # 80.

  13. #14 enki paterna 25 de ene. 2008

    Aunque yo he estado siempre en desacuerdo con los resultados de la restauración del Teatro de Sagunto, sigo manteniendo que esta sentencia es el golpe final, o la continuidad de un enfrentamiento político que comienza desde la idea misma de su restauración. Para botón este fragmente del ELPAIS.com sobre un artículo tras su ejecución, y la persecución encarnizada que desde entonces lleva los artículos de las PROVINCIAS.


    Si bien la Sra. Reyna ya no es su directora la linea no se ha modificado.


     


    UNA RESTAURACIÓN TORMENTOSA


    Romanos contra cartagineses


    Una población silenciosa contempla con estupor el nuevo aspecto del teatro romano de Sagunto


    VICENTE VERDÚ - Sagunto - 31/01/1993


     


    “Las filiaciones políticas no son vanas en la polémica. A primera vista, en la pugna saguntina, las izquierdas se alinearían con el proyecto de Grassi y las derechas clamarían en contra. Las derechas serían los romanos, y la izquierda, los invasores, asaltadores y destructores cartagineses.


    El hecho, por ejemplo, de que el diario conservador Las Provincias haya sido el. más beligerante en la defensa de las ruinas y que un miembro del comité ejecutivo del PP de Valencia, Juan Marco Molines, tenga presentado un recurso contra las obras, basándose en preceptos de la Ley del Patrimonio, parecen avalar la hipótesis. No resulta ser, sin embargo, tan sencillo. No parecen existir contactos coordinados. El mismo Marco declaraba: "A mí Las Provincias no me ha apoyado nunca". La directora tampoco lo reconoce.


    Criterios estéticos sin filiación política y rencores de orden local alimentan la disputa. El conocido temperamento enérgico de la directora del diario (LAS PROVINCIAS), María Consuelo Reyna, como del también sanguíneo abogado Juan Marco ("tengo un carácter muy dificil", asegura), son parte de los lances. En la raíz del recurso legal de Molines se encuentra su enfrentamiento en 1986 con el ex consejero Cipriano Císcar y acaso su nostalgia como delegado del Ministerio de Cultura y de la Secretaría de Estado para la Información de 1979 a 1982.


    En cuanto al reforzado ataque de Las Provincias contra la Consejería de Cultura, se cruza, en diagnóstico de esta última, la enemistad entre Reyna y el actual titular, José María Morera, en el cargo desde hace seis meses y, por tanto, ajeno al proyecto. José María Morera, conocido director teatral y miembro del PSOE, opina que Reyna practica con él una política de persecución maniaca. Ella, compartiendo su sillón de despacho con un perro carlino, replica: "Morera está majara". "Declaró que quería convertir todas las iglesias en lugares lúdicos y hacer salas cinematográficas en todos los locales que hubieran sido por un cine". José María Morera fue director de la Mostra de Cine de Valencia entre 1989 y 1991, y ya brotaron discrepancias. ¿Política? ¿Rechazo visceral? De todo un poco.


    Entretanto, mientras Las Provincias ataca y la población clama en privado, los hombres y centros de la cultura apenas han intervenido. Aparte de alguna otra opinión aislada, sólo el director de la Academia de Bellas Artes de San Carlos, Felipe María Garín (padre del que fue director del Prado), y José María Lozano, catedrático de Proyectos de la Politécnica, han participado con informes técnicos. “


     Creo

  14. #15 patinho 31 de ene. 2008

    Grisolía tilda de "animalada" revertir las obras del Teatro Romano


    El presidente del Consell Valencià de Cultura (CVC), Santiago Grisolía, manifestó que "sería una animalada" revertir las obras de restauración del Teatro Romano de Sagunt e instó a emplear el dinero que costará esa intervención a la recuperación del Castillo de la localidad, "que se está cayendo trozo a trozo", lamentó.


     


    Más en: http://www.panorama-actual.es/noticias/not248350.htm

  15. #16 Mrs Barca 09 de feb. 2008

    Hola.  Adivinen desde donde les escribo.  


     


    Exactamente, del mismísimo Sagunto.


     


    El tema del Teatro, para os que vivimos aquí, tienes muchos matices.  El peor, sin duda alguna, es que el debate sobre lo que se debe hacer se haya convertido en algo político.  Los del PSOE, autores de la masacre, pretenden que se quede así.  Y los del PP, antagonistas del PSOE, pretenden que se cumpla la sentencia a rajatabla.


     


    Y eso, es  terrible que haya tenido que surgir un colectivo para pronunciarse sobre el tema, porque el debat sobre las actuaciones a realizar no es más que un sucio debate político.


     


    ya continuaré escribiendo en otra ocasión, ahora mismo tengo unos problemillas técnicos y no puedo escribir con fluidez que preciso.


     


    Si estáis interesados, os proporcionaré los enlaces de los medios de comunicación locales para que podáis seguir la actualidad desde el mismo punto en el que se desarrolla.


     


    Personalmente, me desagrada la reforma de Grassi-Portacelli, pero es cierto que lo que había con anterioridad a esta reforma era otra reconstrucción, y también incorrecta.

  16. #17 A.M.Canto 20 de mayo de 2008

    La malla que debió
    proteger las ruinas del Teatro Romano está perforada e impide la
    reversión

    Los informes
    revelan que los restos de piedra, ladrillo y mortero de las obras están
    mezclados

    "Con la aplicación de la sentencia en ningún caso se
    devolvería al Teatro Romano al estado en que se encontraba antes de la
    intervención de Grassi y Portaceli". Esta afirmación, una de las conclusiones
    del dictamen de la comisión de expertos sobre el monumento de Sagunto, desmiente
    el principio de reversibilidad que ha regido la rehabilitación. Tanto los
    responsables de Cultura de la época del presidente Joan Lerma, como los
    arquitectos responsables del proyecto avalaron que las obras del Teatro Romano
    eran reversibles, es decir, que el monumento podría volver a su estado anterior.
    La comisión ha dictado lo contrario.

    ¿Qué ha pasado para que lo que hace
    17 años era reversible ahora no lo sea? La respuesta está en los informes
    arqueológicos de la comisión. La malla geotextil que se instaló para cubrir las
    ruinas del monumento, que ya no eran de la época romana sino del siglo XX, como
    matizó el pasado miércoles la directora de Patrimonio Valenciano, Paz Olmos,
    está perforada. Además, el tejido entre la obra nueva y los restos no es
    impermeable.

    Estas dos resoluciones, a las que concluyen catas
    arqueológicas de Cultura (algunas realizadas por georradar en 1996) e informes
    de la Universidad Politécnica de Valencia, harían muy complicado sino
    técnicamente imposible retirar el mármol. La legislación sobre actuaciones en
    bienes del patrimonio artístico e histórico establece la necesidad de cubrir las
    ruinas, sean de la época que fueran, con tejido protector.

    El informe de
    la Politécnica elaborado en su día por el profesor Bernardo Perepérez, a
    petición de la Conselleria de Cultura, ponía el dedo en la llaga. El problema de
    la intervención de Grassi y Portaceli fue que entre la malla y el hormigón no se
    extendió ninguna capa de arena o de otro material similar para evitar que
    llegara a la piedra. Además, según el mismo estudio, el tejido geotextil tiene
    pequeños agujeros por los que se ha introducido el hormigón.

    Esta
    circunstancia explica las palabras de Paz Olmos del pasado miércoles respecto a
    que, si se retirara el mármol, quedan mezclados diversos materiales: ladrillo,
    mortero, piedra y hormigón.

    Expertos en Patrimonio consultados por LAS
    PROVINCIAS y conocedores de las catas arqueológicas señalaron que, pese a que
    desconocían si en las obras se introdujo arena, "si se hubiera hecho no habría
    servido para nada puesto que el tejido protector está perforado".

    Otro
    punto de vista muy diferente sostiene uno de los tres arquitectos propuestos por
    el abogado precursor de la sentencia, Juan Marco Molines, para acometer el
    proyecto de reversión de las obras del Teatro Romano, el saguntino Francisco
    Muñoz Antonino. El arquitecto señaló que durante el litigio judicial se
    presentaron informes elaborados por expertos en Patrimonio en los que se
    "determinaba que la reversión sí era posible. Esos estudios se presentaron y
    fueron tenidos en cuenta en la resolución final".

    El experto recordó que
    antes de colocar las placas de mármol de la cávea "se instaló una malla plástica
    sobre una base de arena. Así lo determinan esos informes y así se publicó en
    aquel momento". Por lo tanto, revertir la cávea "sería muy fácil pues no habría
    que recurrir ni siquiera a métodos algo agresivos como los chorros de agua
    caliente. Se podría retirar la cubierta con agua a temperatura normal. Los
    restos que hubiera debajo no sufrirían ningún daño".

    Unanimidad
    política

    Pese a las cuestiones técnicas, la unanimidad en el Teatro Romano ha
    tardado en llegar 17 años. Los partidos políticos escenificaron ayer el cierre
    de filas con el Gobierno valenciano, que solicitará un "incidente de ejecución
    de sentencia" para evitar cumplir con el fallo del Supremo que obliga a revertir
    el monumento de Sagunto.

    El PSPV y EU ofrecieron ayer el apoyo al Consell
    en su decisión de no desmontar la rehabilitación. El monumento ha de quedar tal
    y como está ahora. Así quedó constancia durante la comparecencia en les Corts de
    la consellera de Cultura, que se esperaba desde el pasado 5 de enero. Aquel día
    Trini Miró debía dar explicaciones de cómo se iba a ejecutar la sentencia del
    Supremo, pero ayer comunicó el dictamen acordado por la comisión de expertos.
    Repitió que por imposibilidad legal, por problemas técnicos y por el principio
    constitucional de eficiencia en el gasto público, el Consell solicitaría no
    ejecutar la sentencia que obliga a retirar el mármol de las gradas y a demoler
    el muro de cierre de la escena hasta la cota + 1,20.

    La diputada
    socialista Ana Noguera mostró su "sincera satisfacción" por la determinación del
    Gobierno valenciano de no revertir el Teatro Romano. A su juicio, es una
    decisión de "lógica política" y "sentido común".

    "No me duelen prendas a
    la hora de apoyar al Consell en este asunto", resaltó Noguera, quien destacó que
    lo importante ahora es "mirar al futuro, revitalizar la comarca y no marginar en
    inversiones a Sagunto". Noguera, que afirmó que manteniendo la rehabilitación
    "se salva el Teatro Romano", mostró su deseo de que el dictamen "sea el último"
    sobre el monumento.

    La diputada de EU, Glòria Marcos, exigió un poco más
    a la consellera. Trató de arrancar un "compromiso político de que Marco Molines
    no pida de nuevo la ejecución de la sentencia", algo que Miró dijo no poder
    garantizar.

    Marcos defendió que, "independientemente de que a uno le
    guste o no la estética del Teatro Romano, lo más importante es recuperar el uso
    social del espacio", por lo que calificó los últimos 17 años de "conflicto
    estéril", "despilfarro de recursos" y "pérdida de inversiones en Sagunto". Por
    eso, solicitó que el dinero que se iba a destinar a ejecutar el fallo del
    Supremo se invierta en un plan integral de recuperación del patrimonio
    valenciano.

    Publicado por M. CVR. COMPLVTENSIS para COMMENTARIOLA
    HISPANIAE
    el 5/16/2008 08:51:00 PM

    Fuente original: Diario Las Provincias

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