Autor: F.
sábado, 21 de abril de 2007
Sección: Artículos generales
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La querella priscilianista. Aspectos políticos

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  1. #1 pérola 22 de abr. 2007

    Hola F

    Gracias

    Me hace pensar esa frase que se trata del mismo Celenis de nuestra per loca maritima: Aquis Celenis.
    Y era según el sínodo de Toledo del 400 un municipio...
    ¡no?

    Gracias

  2. #2 giannini 22 de abr. 2007

    Si se trata de un notario de Marbella, yo también me fío más de Martín de Tours. Pero si no conocemos otras fuentes de contraste y no se usan escrituras notarios procesados o imputados de dicha localidad, me quedo con el testimonio de un notario.

    Tampoco es un desprecio hacia los filólogos, es simplemente que a veces las fuentes no dan más de si. Supongo que un filólogo -y no sé si es mucho suponer- puede llegar a separar el trijo de la paja y obtener en una edición crítica el documento auténtico. Perfecto. Eso no garantiza que el documento nos cuente algo cierto, y por eso creo que no se me debe exigir que me lo crea si la información que proporciona no está contrastada con otras fuentes que proporcionen información "segura".

  3. #3 Cossue 23 de abr. 2007

    Gracias por el artículo F. (que vaya sequía llevabamos). Si te digo que es muy bueno, no te voy a decir nada que tú no sepas, pero lo digo igual. Es muy bueno. Pero bueno, ya sabes... mis "peros". El primero es la afirmación que Prisciliano intentara situarse en Mérida, que para el momento debía ser el obispado más importante de la península. Y era un obispado que no estaba vacante. Lo que sabemos como seguro (y corrígeme si me equivoco, lo que es más que probable) es que Prisciliano y los suyos fueron agredidos en Mérida por una turba instigada por el obispo local. Podemos suponer los motivos de Prisciliano y evidenciarlos, pero no lo condenemos sin prueba, convirtiéndolo en un asaltador de iglesias.
    Segundo, bueno, el Priscilianismo en Galicia durante los siglos V y VI. Partamos de que estoy de acuerdo en que su importancia política fue reducida; pero para la iglesia católica siguió Es verdad que leyendo a Hidacio uno se queda un poco sorprendido. Por un lado dice que la Gallaecia fue inundada por los priscilianistas. Por otra, apenas los menciona. Pero es que de toda su actuación como inquisidor sólo sabemos de tuvo un moderado éxito con respecto a unos maniqueistas de Astorga. Sin embargo, cuando nos habla de la llegada de la carta del papa León a Toribio de Astorga, hacia el 447, se nos dice que algunos obispos de la provincia se congratularon falsamente por ella. O lo que es lo mismo, no tiene prueba para acusar de Priscilianismo, pero deja sembrada la duda. Por otra parte, esta misma carta del papa a Toribio, es una pormenorizada enmienda teológica de las creencias atribuidas (con o sin justicia) a los priscilianistas, y por la que se proponen medidas como el la quema de los escritos priscilianistas (de Prisciliano o de susu seguidores, como el Libra de Dictinio), o las pruebas alimentarias anti-priscilianistas (forzar a los sospechosos a consumir verduras guisadas con carne). Por otra parte, la regla de fé católica contra los pricilianistas que emergió probablemente del I concilio de Toledo, fue dirigida a los obispos de la Gallaecia por los obispos de las otras provincias de Hispania (o eso reza su encabezado). El priscilianismo vuelve a ser citado en la carta del papa Vigilio a Profuturo de Braga, del ~540; y, por suspuesto, en el primer concilio de Braga del año 561, que es casi un monográfico, en que la carta del papa León es puesta en forma de anatémas. Finalmente, vuelve a mencionarse el priscilianismo en el segundo concilio de Braga, pero ya tangencialmente. Doscientos años después de Prisciliano el priscilianismo empezaba a morir en la Gallaecia. Por supuesto, durante este periodo, es más que seguro que su poder debió menguar, sobre todo teniendo en cuenta la competencia del arrianismo de los suevos, y de los propios restos de paganismo, superviviente como culto aún durante el siglo VII. Por otra parte, no existió una iglesia priscilianista, sino priscilianistas dentro de la iglesia romana. Y esta iglesia romana de la Gallaecia aparece preocupada a menudo por si sus ritos, ceremonias y fechas han sido "contaminadas" por ideas o ceremonias pricilianistas (triple inmersión, fecha de pascua, comunión con leche y uvas...) En todo caso, y como puede verse, el pricilianismo es mencionado de un modo u otro en casi todas las fuentes que tenemos para el estudio de la Gallaecia del momento. Y eso ya no es poco (y creo que ni excesivo).

    Aconsejo, para los interesados, una visita a http://libro.uca.edu, donde podrán consultar "Paganism & Pagan survivals..." de Stephen McKenna; o las "obras completas" de San Martín de Dume, con su De Correctione Rusticorum, o su De Formula Vita Honesta dedicada al rey Miro, pero también con las actas de los concilios de Braga I y II, y con la carta del papa Vigilio. La carta del papa Leon también está disponible en internet, pero no recuerdo ya donde, así como las actas de los diversos concilios toledanos.

    Un cordial saludo.

  4. #4 F. 23 de abr. 2007

    Gracias dra. Canto por sus precisiones. Igualmente gracias a cossue quien, como siempre, enriqueze mis artículos. Bueno, cossue, sobre el intento de los priscilianistas por hacerse con el control del obispado de Mérida, transcribo a continuación lo escrito por M. Victoria Escribano, sin duda la mejor especialista española sobre el tema:

    "(...) después de [el Concilio de] Caesaraugusta los obispos priscilianistas, ante la gravedad de la acusación de maniqueismo, decidieron reforzar su facción haciéndose con el control de distintas sillas espiscopales y otras tantas ciudades de Lusitania. Conscientes de la importancia de la sede metropolitana y de la responsabilidad que en su situación personal tenía su titulas planearon sustituir a Idacio por Prisciliano, valiéndose del apoyo que les prestaban determinados sectores del clero y el pueblo local. El medio elegido para justificar su plan consistió en acusar a Idacio, a traves de un presbítero de su iglesia, "in actis eclesiasticis", difundir por distintas iglesias lusitanas libelos inculpatorios y buscar la conformidad de otros obispos extra lusitanos, tales como Simposio de Astorga e Higinio de Córdoba, para poner en práctica la sustitución. La resistencia armada al plan por una parte del pueblo emeritense, que salió en defensa de su obispo, decidió su fracaso. En su defecto, optaron por consagrar a Prisciliano obispo de Mérida" La fuente principal para estos hechos es la "Chonica" de Sulpicio Severo (2.28, 39). La cita proviene de M. V. Escribano Paño, "Cristianización y liderazgo en la Lusitania tardía", IV reunió d'Arqueologia Cristiana Hispànica, Lisboa (1992), Barcelona, 1995, p. 274.

    En cuanto al tema de la expansión del priscilianismo en Galecia en el siglo V, yo no la niego, pues es indudable que la hubo. Yo opino que de la lectura de Hidacio, nuestra fuente principal, podemos deducir que no era una gran preocupación. A Hidacio le preocupaban más los nombramientos ilegales de obispos (como indica en el Prólogo de su Crónica). Lo que ocurre es que ha habido autores, sobre todo Tranoy, que han querdio ver al priscilianismo en casi todas las noticias relacionadas con la iglesia galaica. Lo cierto es que fue en Tarraconense, como indica la epístola 11* de Consencio, donde encontramos el más importante episodio de tensión priscilianismo-iglesia oficial.

    Saludos

    P. D. Gracias por el enlace al McKenna, cossue.

  5. #5 pérola 05 de mayo de 2007

    Esta realidade peculiar de Callaecia será denunciada, máis tarde por San Martiño Dumiense,
    quen en torno ó ano 550 chegua a Gallaecia coa intención de reformar a igrexa local, e de converter
    ó catolicismo á monarquía sueva (DíAZ 2000). Nomeado no ano 561 bispo de Dumio acodirá ó Concilio
    do ano 572 como metropolitano de Bracara, e será ahí onde arremeta contra ós costumes galaicos de
    iluminar os cruces dos camiños dicindo:

    “ Nam ad petras et ad arbores et ad fontes et per trivia cereolos incendere,
    quid est aliud nisi cultura diabolici?” .

    No último tercio do século VI, escoitamos as queixas das autoridades eclesiásticas pola persistencia dun sentimento
    alleo a relixión imperante, circunscripto a Gallaecia e que levaba as suas xentes a encender cirios nas encrucilladas.
    San Martiño manifesta o carácter relixioso das luminarias nos cruces dos camiños de Gallaecia ó calificalas como
    producto dunha cultura diabólica.


    Aquí, en este párrafo anterior vemos como san Martiño critica las desviaciones heréticas galaicas. Quizás como dice Delcampo porque se trata de un sincretismo con las tradiciones o manifestaciones de la religiosidad popular, y lo hace sin nombrar al priscilianismo o el intento de algunos obispos galaicos de aunar lo tradicional con la religión del ya desaparecido imperio, cristiano. Lo que quedaba de el, los obispados, como vemos en Celenis, sino querían ser desterrados por " el pueblo" tenían que atender a la religiosidad local.

    O eran sincréticos o eran nada. Una de dos. Ante la disyuntiva ...

    A ver si me explico. Cuando llega San Martiño, parece que no eran, o no había obispos heréticos, con concilios como el del 400 o el amago del 447....pero con el Dumiense, ese si debió apretar las tuercas, y poner a la línea a todos. Ese si puso orden, ¿verdad?. No se si decirlo...

    me lo pienso.

  6. #6 pérola 06 de mayo de 2007

    Como me explico cuando quiero!

    Quería decir que Gallaecia tenía sus peculiaridades religiosas ya durante el Imperio. Algo que vemos en el Santuario galaicorromano de O Facho de Donón, Oío, no confín da península do Morrazo.
    La religiosidad local hizo posible ese sincretismo que hará de Oío el mayor y el mas importante santuario de profundos rasgos indígenas del imperio. La proliferación de aras, que superan los dos centenares, encontrados en una reducida área de este confín así lo sugieren. Este altar natural sacralizado por los indígenas allí donde el sol y el mar se unen no solpor, se caracteriza por el uso de una simbiología empleada para retratar a ese Lar Verobreus y es un aspa, una cruz aspada. Este motivo iconográfico que hace referencia a ese verdadero diós de los galaicorromanaos todavía es hoy adorado, una vez que se sincretiza en el cristianismo bajo la advocación de San Andrés de Oío.

    Las aras romanas dedicadas a los dioses de los caminos durante el S. III, bajo la advocación de Lares Viales, hablan de lo mismo, y su localización geográfica sugieren (Franco/Gallaecia 21, pp 217) un culto peculiar de Gallaecia .

    El priscilianismo nos vuelve a mostrar las dificultades de los galaicos para adoptar la religión oficial: le cortan la cabeza al hereje y nos lo traen peregrinanado a Gallaecia. Otra vez un problema religioso circunscripto a Gallaecia. El camino siempre presente en estas desviaciones de las religiones oficiales.

    Posteriormente las rabietas de San Martiño contra los raros costumbres galaicos en materia religiosa, nos dicen que el cristianismo galaico trajo de cabeza a las autoridades eclesiásticas de Gallaecia todavía en el S. VI, con su idea de encender velas en las encrucijadas de los caminos.

    Y Santiago, que casualidad, enterrado al final de un camino, consigue en el 813 cristianizar un mito pagano, anterior por supuesto a Prisciliano, que parece hundir sus raices en las profundidades de la historia.


    A ver si me expliqué mejor ahora

    Saludos

  7. #7 pérola 06 de mayo de 2007

    Y una curiosidad existe un cruceiro, con una capela, claro, en donde el cirio, la vela, nunca se paga, los vecinos se encargan de mantener viva la llama hoy en día.

    El cruceiro se localiza en O marco das Pías, límite de A Coruña y Lugo. Este lugar es el paso natural que se abre en la dorsal gallega que divide las provincias de Lugo y Coruña. Ese paso estrecho en la Dorsal es el que permite comunicar Brigantium y Lucus Augusti, y por él que se desliza una vía romana llamada per loca maritima.

    salut

  8. #8 F. 06 de mayo de 2007

    No olvidemos que paganismo tiene su raiz en el término pagus. Parece bastante obvio que muchas tradiciones religiosas perduraron a la romanización y a la cristianización. SEguro que bastantes aún perduran en la actualidad. Lo único que hacían los romanos era darles nombres latinos a las deidades locales y asimilarlas con alguna grecorromana. El cristianismo hizo algo similar. ESto ocurría tanto en Gallaecia como en la Narbonense (paradigma de romanización) y Britania.

    Lo que ya me parece más complicado es ver en qué aspectos estas tradiciones religiosas autóctonas hispanas pudieron influir en el priscilianismo, si es que lo hicieron, que esa es otra. Pero, como no estoy muy versado en ese tema, lo dejo a los especialistas.

    Saludos

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