Autor: Carlos Sánchez-Montaña
domingo, 25 de febrero de 2007
Sección: Roma y Grecia en Celtiberia
Información publicada por: lucusaugusti
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La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron

Algunas fechas dan por iniciados los trabajos en el momento en que Octavio Augusto gobernaba sobre las tierras de la Callaecia y cuando era el único promotor de los fantásticos trabajos de ingeniería y arquitectura llevados a cabo en Hispania.























Fechando la Torres de Hércules




..."Estrabon, que habló con tanto conocimiento de los Gallegos, y Mela y Plinio que describieron esta costa con tanta exâctitud, y que no se olvidáron de las Aras de Sestio y de las Torres de Augusto, no pasasen por alto la de Hércules, que por su magnitud les hacia muchas ventajas, y por su situación no podía ocultárseles"...
Joseph Cornide, Madrid - 1792.
Investigaciones sobre la fundación y fábrica de la torre llamada de Hércules, Situada a la entrada del puerto de la Coruña
http://www.estudioshistoricos.com/articulo/jlv/jlv_08.doc
por: Fco-Javier López Vallo

Es común encontrar hoy en día en ensayos, guías y folletos turísticos que el origen de la Torre de Hércules se remonta al gobierno del emperador Trajano en el siglo II d.C.
Parece que la certeza alcanzada en estos tiempos de avanzada técnica no ofrece dudas a los estudiosos y que no existe fisura en la fecha de los comienzos de los trabajos que después de siglos, y tras múltiples vicisitudes, dan como resultado el monumento representativo de la ciudad de A Coruña.
Sin embargo este monolitismo sobre la fecha es solo aparente. No siempre fue esta la consideración, otros estudiosos argumentaron en otro sentido, no sin buenos cimientos, para exponer sus razones.
Estas contrapuestas fechas dan por iniciados los trabajos algunos cuantos años antes, en el momento en que Octavio Augusto gobernaba sobre las tierras de la Callaecia y cuando era el único promotor de los fantásticos trabajos de ingeniería y arquitectura llevados a cabo en Hispania.



Reproduzco extracto del trabajo de López Vallo sobre el texto Florian de Ocampo escrito en 1553:
"Este Príncipe dicen todos los Cronistas Españoles haber sido muy noble, muy justo, muy franco y muy humano, por donde fue siempre muy amado de todas sus gentes. Dicen mas, que pobló diversos Puertos de mar, y que Calix fué su principal asiento, donde todas estas Crónicas tienen creido que fuéron vencidos los Geriones; atribuyendo tambien la población de Sevilla, y afirman que por su causa fue llamada Hispalis, sin hacer memoria del Rey Hispalo, de quien primero hablamos: lo cual nunca me desagradó. Hácenle mas, fundador de Segovia, donde certifican asimismo que labró la puente maravillosa que permanece hasta nuestros días firme y entera, de labor en gran manera suntuosa, por donde traen el agua para la Ciudad. Escriben también haber edificado cierta Torre crecida y altísima, cuya mayor parte dura también ahora sobre las entradas del puerto de la Coruña de Galicia, con un espejo grandísimo; y aun suelen decir que le puso grandes encantamientos para ver los navíos que por la mar anduviesen, antes que llegasen á la Ciudad: lo qual ciertamente fué todo considerado, y no se puediera hablar cosa mas atrevida; porque mucho tiempo después de este siglo que tratamos aquí, se hico la puente de Segovia, que más propiamente se debe llamar caño para le traer el agua; la cual, y ya que sepamos muy averiguado ser edificio labrado cuando los Romanos residían en las Españas, y los Españoles usaban sus labores, y sus trajes, y toda su manera de vivir al modo Romano: hay personas que les parecen hallar indicios bastantes para conjeturar haberse hecho por mandado del Emperador Trajano, Señor de Roma, nuestro natural Español y nuestro Príncipe: pero desde [por "desto"] muy largo trataremos adelante mostrando la verdad, y todo lo que de tal edificio se deba saber. Y pues en la fábrica y en el tiempo de la puente no concertaron; de sospechar es, que tampoco va firme la población de Segovia, como después en el décimo capítulo del segundo libro manifestaremos mayormente que cuanto se pude conjeturar de las buenas Historias, no se hallaban estos días en España poblaciones tan metidas dentro de la tierra como hoy tenemos á Segovia, sino por lo cercano de la mar, ó muy poco más adelante alejadas de ella contra la vuelta del Andalucía y Cataluña, con otras en la costa del mar Océano de Poniente: dado que sea verdad lo que primero diximos en el séptimo capítulo del Rey Brigo y de sus fundaciones, las cuales todas hay sospecha no mala, que debieron ser por aquellas marinas y partes arriba declaradas, y las otras que también allí quedaron apuntadas, fue cierto que se poblaron mucho tiempo después dentro de la tierra con el sobrenombre de Briga, que significa Ciudad en la habla muy antigua de los Españoles.

La Torre que llaman ahora del Faro, sobre la Coruña de Galicia, fue también obra romana, porque hallamos aquel pueblo ser primeramente llamado gran Puerto Brigantino, reputado por uno de los más principales en toda su Provincia: dentro del qual por veneracion y honra de Ocataviano César Augusto, Emperador de Roma y Señor de España, los vecinos y moradores en él mandáron hacer aquella Torre famosa. Y el Maestro que tuvo cargo de su labor fué también Español nombrado Cayo Sevio Lupo, según parece por unas letras que dexó cavadas en unos peñascos cerca de la misma Torre, que dicen de esta manera, tornadas del latín á nuestro romance vulgar.

Cayo Sevio Lope, hijo de Aulo Daniense Lusitano Arquitecto : que significa tanto como Maestro de obras á las victorias de Augusto César la consagró por promesa que de ello hizo: esta memoria pusiéron en las pizarras por haber un estatuto de ley antigua, que ningun Maestro ni persona que tuviese cargo de semejantes obras, podia jamas escribir su nombre dentro del cuerpo de los edificios que se hiciesen á costa de qualquiera República, dado que bien lo podian hacer en las obras que fuesen labradas á sus espensas; la qual instrucción y mandado hallamos hoy dia conservada y escrita dentro en el cuerpo de las leyes Romanas, en el libro de las Pandetas que mandó recolegir el Emperador Justiniano. Y lo que dice del espejo encantado, que Hércules allí puso, fué tan mala ceguera, que no puede ser mayor: porque dexado muy aparte la burla de los encantamientos, queda muy averiguado que la Torre sobredicha no se hizo con otro fin, sino para que de noche pusiesen allí fuegos y lumbreras á los mareantes en que reconociesen tener Puerto seguro, quando tormentas les recreciesen: tambien para los viages y derrotas que traian, si les fuese menester. Esta costumbre de labrar Torres, y hacer en ellas fuego de noche sobre los Puertos y sitios principales, fué siempre muy provechosa y muy usada, y de mucha solemnidad entre los antiguos; llamábanlas en latin Speculas, que significa descubrideros y lugar alto, donde se divisan grandes anchuras de mar, ó de tierra. Los Moros les dicen Atalayas en su lenguage vulgar; y por otro nombre tambien los antiguos les decian Faros, por haber seido la primera parte donde se hicieron una Isla que solia ser cerca de la tierra de Egipto, frontera de la Ciudad de Damiata: la qual Isla se decia Faro, donde tienen algunos creido que fué natural y procediente la casta de los Príncipes Egipcianos, á quien la Sagrada Escritura llama Faraones; y quedándoles costumbre por su respecto de nombrar Farones ó Faraones en la lengua de los Egipcianos, á los mismos que las otras gentes decian Reyes. Allí por mandado de Ptolomeo Filadelfo, Rey en aquellas tierras, un Maestro llamado Sostrato Gnido, labró cierta Torre para los fuegos ya dichos de tan extraña hechura, que quanto duró fué reputada por una de las maravillas del mundo: y aun hoy dia se guarda la costumbre de los tales fuegos en algunos Puertos y Ciudades conocidas, como son Génova de Italia, donde tienen una Torre que llaman agora la Lenterna, para cada noche poner allí fuegos que los navegantes divisan. En Alexandria hacen otro tal, y lo mismo tambien en Caliz sobre la Torre Sant Sebastian, que por otro nombre llaman el farol; y aun muchas veces he visto yo por otros Puertos, que si faltan aquellas Torres, algunas personas tienen costumbre de poner lenternas con lumbre de noche sobre las Iglesias, ó sobre lugares altos donde se descubra la mar, para que reconozcan ser alli parte segura donde pueda guarecer. Creo yo que la falta de sospechar que la torre de la Coruña tuviese tal espejo, nacio de que (como tenemos dicho) las tales Atalayas en latin se llaman Speculas; y Paulo Orosio, Historiador Español, hablando de ella la nombra Specula; y como en el tiempo de estos Cronistas Castellanos fuese menester mas las armas contra los Moros, que las letras para los echar de la tierra que nos tenian ocupada, habia acá tan poco latin, que sospecháron el nombre de Specula que Paulo Orosio le daba ser algo de espejo; y así fingiéron esta hablilla fuera de propósito. He querido poner esto tan detenido, porque nuestra gente vulgar salga del engaño que los Cronistas pasados imagináron sobre la Torre de la Coruña, pues no va bien mirado quanto fuera de esto se platica.

La Torre de Augusto en A Coruña

La retórica que utiliza en el texto de encabezamiento Cornide sobre la ausencia de mención en las fuentes antiguas de la Torre de A Coruña y sin embargo la detallada presencia de las tres Aras Sestianas y las Torres de Augusto se contrapone con la seguridad con que Florian de Ocampo establece que fue Octavio Augusto el promotor de la Torre de Hércules.

En otro artículo he presentado una hipótesis general sobre el emplazamiento de las tres Aras Sestianas, expongo en él de manera breve argumentos sobre la posibilidad que tanto Cornide y de Ocampo tuvieran coincidencia en el sentido de sus textos, y que la Torre de Augusto en A Coruña no fuera otra que la conocida como Torre de Hércules.

Que evidencias puedo aportar a la afirmación ya realizada por Florián de Ocampo sobre que Augusto fue el promotor de la torre de A Coruña.

I) Moneda de Augusto al pie de la torre.
Durante el transcurso de la excavación realizada en el siglo XX se encontró una moneda que debe ayudar a fechar el edificio. Una moneda romana con el rostro del emperador Augusto, que gobernó hasta el 14 dC.

"En el Museo Arqueológico del Castillo de San Antón se conservaban algunos fragmentos de cerámica romana que habían sido localizados en 1947 por Luis Monteagudo, en los cortes realizados con motivo de unas obras en la llanada inmediata a la Torre de Hércules por su lado sur...."
..."Así pudimos contemplar los fragmentos de terra sigillata, entre los cuales figuraban modelos nada frecuentes en Galicia, como el plato nº 18 de la clasificación de Dragendorff, o un asa del tipo 39 de la misma tabla, ambos datables a comienzos del siglo II de nuestra era. No estaban, por el contrario, los más antiguos fragmentos de cerámica campaniense; pero a cambio de esta ausencia, otros materiales, como una moneda de plata (un quinario) de Carisio, o incluso un fragmento de borde cerámico que a decir de Schubart sería de procedencia iberopúnica, nos remitirían a momentos anteriores, el siglo I aC el primer caso y hasta el III aC el segundo."

Excavación arqueológica al pie de la Torre de Hércules
http://www.elpater.com/webtorre/Textomanito.PDF



Moneda aparecida en la Torre de Hercules
Quinario (1,9 g) - Augusto
Moneda de plata acuñada en Emerita (Hispania) entre el 25 y el 23 a.C., bajo el legado augústeo y propraetor de Lusitania, Publius Carisius, aludiendo a las victorias del emperador en la guerra contra los cántabros y astures.
Anverso: AVGVSTus
Cabeza descubierta del emperador, mirando hacia la derecha.
Reverso: (P. CARISI) LEGatus
Victoria estante, mirando hacia la derecha, coronando un trofeo militar, sobre una pila de armas, entre las que se aprecian la falcata y el puñal celtibérico.

Moneda similar a la aparecida en la Torre de Hercules
http://www.tesorillo.com/republica/carisia/carisia.htm


En torno al año 25 a. de C., Publio Carisio, legado augustal, empieza a acuñar monedas, principalmente de plata, para pagar a los veteranos que habían luchado contra cántabros y astures y que se asentaron en los nuevos territorios del N.O. y en la colonia de Emerita.
P. Carisio tras terminar su campaña en el N.O. se estableció en Mérida, capital de la Lusitania, y desde allí dirigió los trabajos que Augusto estableció debían ser desarrollados en la ciudad, no se ha llegado a un completo acuerdo sobre la fundación ex-novo de Emerita por Carisio pero nadie pone en duda la gran variedad de trabajos de construcción que el legado lleva a cabo en Mérida.
Carisio como legado augustal "constructor" tuvo una gran actividad en esa época. Construyó puentes, acueductos, torres ...., y luego pagaba estos trabajos en monedas de plata. Como la que apareció en la Torre de Hércules.

La característica de los reversos de sus denarios es la aparición de tipos militares, con motivos que celebrasen sus triunfos sobre los bárbaros sometidos. Las siguientes monedas de Publio Carisio ya en bronce se emiten hacia el año 23 a.C, sustituyen el LEG PROP por el de LEG AVGVSTI.
Las emisiones a nombre de Augusto, ya plenamente coloniales, que contienen las siglas del permiso imperial presentan una cronología del 2 a.C. hasta el 14 d.C. año de la muerte del emperador. Los tipos monetales presentan una amplia gama de motivos tremendamente representativos de la colonia y de la vida municipal, como son el templo tetrástilo, el altar, la puerta de la ciudad, o el sacerdote delimitando el territorio de la ciudad.
La aparición de monedas en los yacimientos arqueológicos es una de las evidencias que se utiliza para su datación, la aparición de esta moneda de plata de Augusto en la zona sur de la Torre y cercana al ara dedicada por el arquitecto lusitano director de los trabajos permite dar crédito a la tesis defendida por Florián de Ocampo.
No se puede imaginar mejor firma para un promotor, ni mejor promotor para la Torre de Hércules. El mismo Augusto emperador.

II) La firma del arquitecto al pie de la torre.
Pocas construcciones antiguas presentan una firma tan rotunda del arquitecto director de las obras, Gaio Sevio Lupo dejó grabado en roca viva y a escasos metros del pie de la torre su perenne ara orientada al sur.


MARTI
AVG SACR
C SEVIVS
LVPVS
ARCHITECTVS
AEMINIENSIS
LVSITANVS EX V°"
"Consagrado a Marte Augusto.
Gaio Sevio Lupo, arquitecto
de Aeminium (junto a la actual Coimbra),
Lusitano, en cumplimiento de una promesa".
Imagen en b/n publicada por Abo y (c) (varios autores) en http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=4775

Este arquitecto lusitano no fecha su trabajo, sin embargo la aparición en la zona próxima de la moneda de Augusto ya reseñada, permite imaginar que el ara y la moneda forman conjunto de una común "cápsula del tiempo" que depositada en la cimentación del edificio permitiría recordar a quienes participaron en su construcción.
No deja de ser significativo la procedencia del arquitecto, la Lusitania, territorio que dependía del legado Publio Carisio y que en ese momento empleaba a varios arquitectos para la construcción de innumerables trabajos en honor del emperador.
La hipótesis de que el arquitecto Sevio Lupo, de origen lusitano, fue contratado por Carisio en Mérida para que se encargase de la ejecución de la Torre de Hércules es verosímil. La Lusitana ya había sido romanizada con anterioridad a la Callaecia y sin duda en los trabajos de construcción acometidos por Carisio como legado de Augusto intervinieron algunos arquitectos nativos.(*)
Por otra parte, es muy interesante la dedicatoria del arquitecto a Marte Augusto, dios de la guerra, en total consonancia con el reverso de la moneda encontrada en el lugar, con una victoria estante coronando un trofeo militar, sobre una pila de armas, entre las que se aprecian la falcata y el puñal celtibérico. ¿Sería la moneda parte de la ofrenda del arquitecto al dios de la guerra?


III) Las Torres de Augusto
La Torre de Hércules pudo ser en su origen similar a la Torre de Augusto en Campa Torres mencionada por P. Mela en el siglo I dC.
La doctora Fernández Ochoa ha realizado excavaciones arqueológicas para establecer el emplazamiento y la forma de la Torre de Augusto en la Campa Torres mencionada en las fuentes antiguas. Los hallazgos permiten construir la hipótesis de cómo era este edificio y la función para la cual fue construido.


TORRE DE AUGUSTO EN CAMPA TORRES Y TORRE DE HERCULES ANTIGUA

Fernández Ochoa cree que la torre tuvo carácter simbólico, pero también pudo cumplir otra función además de mero hito conmemorativo. Llega a la conclusión de que un faro situado en la península de Torres prestaría indudable servicio a la navegación. Después de examinar la documentación historiográfica, los expertos han establecido la relación con la lápida de Calpurnio Pisón y apuestan por la existencia de una torre consagrada a Augusto en el extremo del Cabo Torres, que haría las veces de faro.
Dice la inscripción:
"Al emperador Cesar Augusto, hijo del Divino (César) trece veces cónsul, emperador con veinte salutaciones imperiales, pontífice máximo, padre de la patria, treinta y tres veces investido con la potestad tribunicia (Cneo Calpurnio Pisón, hijo de Cneo, legado propretor) consagró este monumento".
Según la inscripción es Augusto él que en este momento, siglo I aC., es promotor de la construcción de torres-faro en la costa noroeste de Hispania. Monumentos muy similares al de A Coruña.
La Torre de Hércules conjuntamente con la Torre de Augusto aparecida en Campa Torres y su compañera cercana a Finisterre y descrita por Mela, podían ser las tres Aras Sestianas Augustas que en la antigüedad alcanzaron gran renombre.
Ver: La Torre de Augusto en Cabo Touriñán y las Aras Sestianas
© Carlos Sánchez-Montaña- 2007



IV) Hércules Egipcio, señor de la Torre.
Alfonso X en su "Crónica General", afirma que la torre fue construida por Hércules Egipcio después de enterrar la cabeza del gigante Gerión entre sus cimientos.
Hércules es el nombre romano del héroe griego Heracles. Era hijo del dios Zeus y de Alcmena, mujer del general tebano Anfitrión. Heracles aceptó la imposición de una docena de casi imposibles trabajos que tendría que realizar para llegar a ser dios. Podemos seguir la mitología de Hércules para describir la biografía oficial del emperador Augusto.
En el siglo I aC. Augusto y Hércules eran representados de forma similar. (canon doriforo).



En el momento en que se propone la construcción de la Torre de Hércules el emperador es el héroe de Egipto, el nuevo faraón que realiza trabajos imposibles para los demás hombres, y que se encamina a ser un nuevo dios en el panteón romano. Según la leyenda del siglo I aC. Augusto, como un nuevo Hércules, vence a todos los pueblos de Hispania, al igual que Hércules venció al gigante Gerión que habitaba en estas tierras, y cuyo cuerpo se componía de partes distintas. La Torre en el extremo occidente simboliza la conquista de toda Hispania por el emperador.

Nombrar una "hipotética" Torre de Hércules Egipcio era equivalente a nombrar a la Torre de Augusto: Herculi Augusto. En honor de Hércules Augusto. En honor del Augusto Hércules, es decir del emperador que es descendiente del propio Hércules y que conquistó Egipto e Hispania convirtiéndose en faraón y dios.

Imagen de Augusto como faraón egipcio
http://recursos.cnice.mec.es/


EPILOGO
"El segundo ángulo de Hispania está orientado al Norte, donde la ciudad galaica de Brigantia eleva para observación de Britania su faro altísimo y digno de mención entre muy pocas cosas".
Historiarum adversus paganum libri septem . Pablo Osorio. Siglo V

Actualmente la Torre de Hércules sigue en funcionamiento, es el único faro en todo el mundo, de origen y base romana, que lo hace y sin duda el promotor de la obra, Octavio Augusto, su legado Publio Carisio y el arquitecto contratado para su ejecución Gaio Sevio Lupo se sentirían hoy orgullosos de su emblemática obra.


© Carlos Sánchez-Montaña- 2007

(*)Para saber algo más de Sevio Lupo tenemos su lugar de procedencia: el oppidum Aeminium, de fundación prerromana y anterior a la fundación en el siglo I del oppida Conimbriga, a 15 Km. al sur. (Aeminium es la actual Coimbra).
Aeminium dependía de Emerita Augusta cuando Carisio contrataba arquitectos para las obras patrocinadas por Augusto. Y era el principal asentamiento romano al norte de Emerita. (Ni Conimbriga, ni Bracara, ni Lucus, ni Astúrica se habían fundado en tiempos de Carisio.
Posiblemente Carisio contrata a un arquitecto de las “afueras” de Mérida para el proyecto de la torre-faro de A Coruña. De los de su confianza es el arquitecto que tiene su “estudio” más al norte.
Lupus, loco por el encargo, el proyecto y su ejecución, al terminar el trabajo y contraviniendo otras estipulaciones, inmortaliza su nombre a escasos metros del edificio, por el sur, dedicando a Marte sus votos. Marte y la moneda están muy relacionados en ese momento cronológico. Marte fecunda la victoria de Augusto.

Más informacióen en: http://eltablerodepiedra.blogspot.com


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Comentarios

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  1. #1 El Brujo Redivivo 10 de feb. 2007

    Cualquiera que estudie con un poco de rigor la Torre de Hércules sabe sobradamente que no está establecida con firmeza la cronología inicial del monumento. Si bien es cierto que en guías y demás publicaciones acostumbradas a beber en fuentes inciertas, y siempre sin citar, suele aparecer la mención a Trajano, la investigación dista mucho de aceptarlo como hecho establecido.. Más bien al contrario. Sin ir más lejos, en este mismo portal se pueden encontrar comentarios al respecto, firmados, entre otros, por mí.

    La atribución a Augusto, que el autor pretende originalidad suya, tampoco es nueva. Salvo error de mi memoria, Rodríguez Colmenero o Fernández Nieto ya han escrito sobre esa idea. Yo mismo también.

    Para variar, tampoco es nueva la idea de que la Torre puede ser una de las aras de Augusto. Hay más autores, pero el que ahora recuerdo con más nitidez es Fernández Nieto.

    El autor llega tarde. Llega tarde y, para colmo, llega mal: no sólo su proceso de construcción del conocimiento es inválido, sino que, por variar, se basa en datos dudosos cuando no en puras y simples mentiras.

    Por ejemplo, lo que se refiere al quinario de Publio Carisio. Bajo las fotografías pone el autor que es una "moneda aparecida en la Torre de Hércules" y más arriba dice que fue encontrada "durante el transcurso de la excavación realizada en el siglo XX".

    Ambas cosas son falsas, y lo grave es que no sólo lo sabe el autor, sino que la falsedad resulta patente al leer el texto que incluye: "... habían sido localizados en 1947 por Luis Monteagudo, en los cortes realizados con motivo de unas obras en la llanada inmediata a la Torre de Hércules por su lado sur".

    Nada de excavación, nada de "en la Torre". Unas obras en las proximidades.

    Aunque no sea grave para el fondo de la cuestión, no deja de ser sintomático de su forma de hacer que señale, en la cita, que los restos a los que se refiere estaban en el Castillo de San Antón, cuando el texto deja perfectamente claro que no estaban allí, sino en el Archivo del Reino de Galicia. Una muestra más de la incapacidad del autor de tocar un tema sin tergiversarlo. Fíjese, Sr. autor, en lo que dice el texto, y lea ahora con más atención:

    "Con todo, las cerámicas del Museo no completaban la panoplia de lo
    encontrado por Monteagudo, de hacer caso a las informaciones publicadas
    en su momento por la prensa. Faltaban fragmentos de tégulas
    e ímbrices (lombrices decía el diario local) y, sobre todo, fragmentos
    de sigillata y campaniense.
    Dimos con las piezas que faltaban de forma casual, gracias al director
    de entonces del Archivo del Reino de Galicia, Pedro López. En
    unas cajas con objetos que Monteagudo había entregado al Archivo
    junto con su fondo documental familiar, se enconraron las piezas buscadas,
    así como otras de diversa procedencia.
    Así pudimos contemplar los fragmentos de terra sigillata, entre los
    cuales figuraban modelos nada frecuentes en Galicia,..." [etc]

    Es decir, el quinario de Carisio no apareció en la Torre de Hércules, no apareció en el transcurso de una excavación, y no fue encontrado entre los materiales del Museo Arqueológico. Hay que reconocer al autor el mérito de no haber dado ni una cuando en el texto que manejó todo está perfectamente claro. Salvo, claro está, que a pesar de haber entendido el texto haya decidido manipularlo para que se ajustase mejor a sus pretensiones. "No dejes que la realidad te estropee una teoría" es una máxima bien conocida que inspira el actuar de todo buen deturpador.

    Dice el autor que "La aparición de monedas en los yacimientos arqueológicos es una de las evidencias que se utiliza para su datación". Dejando a un lado la mala utilización del término "evidencia", por desgracia cada vez más frecuente en la mala literatura arqueológica, es cierto lo que dice. Las monedas, como cualquier otro resto material, pueden ser elementos que ayuden a establecer la cronología de algún acontecimiento. Pero para que puedan serlo se requieren muchas condiciones, entre las cuales tal vez sea la fundamental la existencia de un contexto claro. Ese contexto, en el caso que se comenta, no existe, por lo que su valor como prueba cronológica queda reducido a cero, a la nada. De modo que la frase "... la aparición de esta moneda de plata de Augusto en la zona sur de la Torre y cercana al ara dedicada por el arquitecto lusitano director de los trabajos permite dar crédito a la tesis defendida por Florián de Campo" se desvanece.

    Claro que, además, tampoco es cierto que la moneda se hubiese encontraro "en la zona sur de la Torre", sino fuera de la Torre hacia el sur; ni que estuviese "cercana al ara dedicada por el arquitecto", salvo contemplando la escena desde una perspectiva lejana.

    Pero es que, para colmo, la moneda aparece en los materiales de Monteagudo con un fragmento de cerámica iberopúnica que, a decir de Shubart (quien de esas cosas sabe un rato), debe ser fechada en el siglo III aC. Si la moneda es prueba de la construcción de la Torre en el I aC, como afirma el autor, la cerámica debe tomarse a su vez prueba de que fue construída en el III aC; y como ambas están igualmente "cercanas" a la inscripción del arquitecto, hemos de deducir, siguiendo su peculiar hermenéutica, que el arquitecto era un púnico de la comarca gaditana.

    Y todo ello sin considerar que las monedas perviven, tanto en su uso como en su tesaurización en el caso de ser de metales nobles. El quinario de Carisio está rodado, muy rodado, tanto que su lectura es difícil y sólo se consigue con una iluminación muy rasante y matizada. Lo sé muy bien porque no fue nada inmediato hacer las fotos con las que se ilustra el "artículo".

    Pero hay más, aunque parezca imposible. Fiel a la vocación de tergiversador, el autor nos dice más adelante que "... Este arquitecto lusitano no fecha su trabajo, sin embargo la aparición en la zona próxima de la moneda de Augusto ya reseñada, permite imaginar que el ara y la moneda forman conjunto de una común "cápsula del tiempo" que depositada en la cimentación del edificio permitiría recordar a quienes participaron en su construcción."

    La moneda aparecida casualmente, fuera y bien fuera del edificio de la Torre y bien alejada de la inscripción de Sevio Lupo, aparece por arte de birlibirloque "en la cimentación del edificio". Pues no. Ni cimentación, ni edificio, ni cápsula del tiempo, ni nada de nada. Tan sólo invento y tergiversación, como siempre.

    Podría seguir, pero es aburrido andar corrigiendo errores de quien no quiere aprender. Aunque sea un deber social enfrentarse a los desmanes de los pseudocientíficos, siempre dispuestos a retorcer la verdad para acomodarla a sus intereses. Espurios, por más señas.

    Antes de cerrar de puro aburrimiento, sólo un comentario más a lo que parece indicar el próximo advenimiento de nuevas barbaridades:

    1) La intensa labor constructora de Publio Carisio, quien por lo visto contrató una legión de arquitectos para llenar el mundo con acueductos y no sé cuántas zarandajas más. Todo inventado.

    2) El cambio de nombre de Carisio por Carisino. A saber qué horrores nos está anunciando esta nueva e inusitada acrobacia.

    Y ya está. Qué aburrido, joder. Qué aburrido.

    Todo lo cual, aclaro, nada tiene que ver con que la Torre sea de Trajano, de Augusto o incluso de Julio César.

    Está claro que la falsa ciencia, cuando no la pura pseudociencia, dan para mucho.

  2. #2 lucusaugusti 10 de feb. 2007

    Brujo, parece que está usted en horas bajas.
    Mi artículo tiene aspectos que sin duda pueden ser discutidos, ya que toda obra humana lo es y un pequeño texto en Celtiberia.net más.
    Pero querer enmendar sus propias palabras dando un sentido diferente me produce risa.
    Escribe:
    “Ambas cosas son falsas, y lo grave es que no sólo lo sabe el autor, sino que la falsedad resulta patente al leer el texto que incluye: "... habían sido localizados en 1947 por Luis Monteagudo, en los cortes realizados con motivo de unas obras en la llanada inmediata a la Torre de Hércules por su lado sur".

    Nada de excavación, nada de "en la Torre". Unas obras en las proximidades.
    :-)))))))))))))

    Unas obras próximas por el sur a la Torre y que prosupuesto generaron una excavación donde apareció la moneda.
    ¿o es que se encontraba depositada sobre el suelo?

    La moneda que figura en el pdf de la web pública del Museo Arqueológico de A Coruña está relacionada con la Torre y fue encontrada en las proximidades del ara de Lupus. Próxima a la Torre por el sur, idéntica orientación que el ara.
    Ver: Excavación arqueológica al pie de la Torre de Hércules
    http://www.elpater.com/webtorre/Textomanito.PDF

    El identificar la moneda y su significado parece que molesta al funcionario que lleva a cuestas. Augusto y Carisio encontrados en una obra en las proximidades de la Torre de Hércules. Es eso lo que le molesta. A buenas horas......
    Su manifiesta ignorancia sobre Carisio y su labor constructora es algo que me sorprende un poco, pero quizás menos cada segundo que pasa. Seguro que Mérida ya era Augusta por voluntad de Julio César. :-))))))))

    Un funcionario debe guardar y proteger los bienes públicos para el uso y disfrute de la ciudadanía, pero nunca comportarse como su único dueño e interlocutor. Su comportamiento me recuerda una celebre frase de la trilogía de Tolkien: “Mi tesoro”
    Espero que en vista de los acontecimientos no se le ocurra “expurgarla de manera inmediata”.

    La Torre de Hércules es patrimonio de todos.

  3. #3 lucusaugusti 11 de feb. 2007

    Sobre las evidencias constructoras de P. Carisio en el N.O. y en Lusitania:

    - La historia de Mérida empieza a sernos conocida a partir de sufundación,cuando en el. año 729 de la Erade Roma, o sea el 25 antesdeJesucristo, ellegado deOctavio Augusto
    Publio Carisio hechó suscimientos para asentar en ellaa lossoldados veteranos de las legio-nes VAlaudae yX Gémina, al concluir las guerras cántabras merceda la tácticae intervención decisivadel generalMarco V.Agripa,yernodel emperador. El acierto de P. Carisio en la elección del lugar> prue-ba indirecta de la pre-existencia de una población anterromana, esindudable, por ser punto de paso obligado de las rutas que uníanla España más romanizada y de cultura ancestral más elevada delSurdela península, con lasricas,pero más distantes eindómitas delas costas cantábricas> y las más inmediatas y hostiles de Lusitania.La decisión imperial más que de simple alcance local o comarcal,iba más lejos, y es de presumir le dio un valor superior
    Evolución urbana y demográfica de la ciudad de MéridaFormato de archivo: www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/02130181/articulos/GERI8888220081A.PDF -

    - El conjunto de La Carisa está integrado por la vía romana, el campamento imperial y una gran línea defensiva indígena. El campamento tiene una extensión aproximada de quince hectáreas, tres veces más de lo que se pensaba en un primer momento. En principio, tendría capacidad para dos legiones, es decir, entre 9.000 y 10.0000 soldados.
    http://www.santiagoapostol.net/grammaticus/modules.php?name=Sections&op=viewarticle&artid=130

    -La Carisa, enclave estratégico para las conquistas de Augusto
    Publio Carisio fue el mando romano que dirigió la campaña y la construcción de la vía que lleva su nombre
    Entre los objetos de mayor interés figuran monedas sumamente interesantes por su exacta adecuación al período de conquista.
    http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=1516&pIdSeccion=46&pIdNoticia=481779

    -Museo Nacional de Arte Romano de Mérida VirtualLas siguientes monedas de Publio Carisio
    http://www.ffil.uam.es/merida/musvir/numisma.php

  4. #4 El Brujo Redivivo 11 de feb. 2007

    No tenga problema, que quien localizó -no sin trabajo- la moneda en cuestión en lugar tan exótico como el Archivo del Reino de Galicia, que es el mismo que dio los pasos pertinentes para identificarla de forma segura (unos cuantos años antes que usted, por cierto, y sin la ayuda de Google), que la fotografió, que la dio a conocer en conferencias y publicaciones (en papel y en la red) y que la expuso en la vitrina del Museo en la que se encuentra a vista de todos, no tiene la menor intención de proceder a ningún tipo de caprichoso "expurgo" que más bien suena a censura. La moneda, a pesar de su falta de contexto preciso, aunque no es prueba como usted pretende, sí es indicio. Y aunque no lo fuera, existe y debe ser mostrada para que todo interesado la conozca y la emplee como guste. Incluso aunque, como en su caso, la emplee mal: para esos casos está la libertad de crítica y de debate, correlato intrínseco de la libertad de expresión.

    Cuando uno se enfrenta a un libro o un artículo, suele ser buena cosa leer con atención el texto en vez de quedarse sólo en contemplar los "santos". Si usted, después de darle al Google para informarse de quién era el hijo de Tito, hubiese vuelto al texto y lo hubiera leído, tal vez se hubiese enterado de las circunstancias deposicionales de la moneda en la que cree haber encontrado la piedra filosofal. Lea ahora con más atención, a ver si pilla:

    "Si bien la media se sitúa en torno a los 50 cm de potencia [en los sondeos practicados en la llanada que se extiende al S de la Torre], como se aventuraba en el proyecto de intervención sometido en su día a aprobación, las dos potencias mayores, en torno al metro, las presentan las catas B y F, en las que se presumía una mayor sedimentación a la luz de la topografía disponible, al situarse en una zona deprimida que recorre el centro de la llanada en dirección Sur. Esta depresión cruza también la construcción
    militar en cuyos cimientos Monteagudo había encontrado materiales romanos, interpretados por dicho autor como venidos por arrastre de una zona más alta; el hecho de que el único resto romano aparecido en la actual intervención proceda de la cata B refuerza los argumentos de dicho autor, haciendo suponer que los restos romanos hayan estado en su origen en los alrededores inmediatamente próximos a la Torre, quizá en su zona Este."

    Es decir, ya Monteagudo había interpretado que los restos encontrados por él no estaban en posición primaria, sino que venían del arrastre, y su interpretación se ve reforzada por los resultados de los sondeos. Pero es que, además,

    "La mayor parte de las catas puso de manifiesto la utilización de la roca madre como cantera. Este hecho resulta coherente con los datos obtenidos de la investigación documental llevada a cabo al compás de la preparación de la exposición "Ciudad y Torre. Roma y la Ilustración en La Coruña", con posterioridad por lo tanto a la intervención arqueológica. Nos referimos al aprovechamiento de los alrededores de la Torre como cantera por parte de particulares, documentada cuando menos desde 1729 (Copia de la carta que la ciudad de La Coruña remitió al Conde de Ytre en la que se le pide conceda libertad de arrancar piedra sin que esto vaya a perjudicar la construcción de fortificaciones, en Libro de Actas de Acuerdos Municipales, Acta del 2 de Agosto de 1729. Archivo Municipal de La Coruña, 1.2. Pleno. C-38.), y la misma utilización como cantera durante las obras de reedificación llevadas a cabo entre 1788 y 1791. Las rocas de las inmediaciones de la Torre sirvieron para la extracción de mampostería con destino a dichas obras, en cantidad que supera los 1.500 carros, "arrancada en el monte por los operarios de la obra", "de la falda del monte de la Torre", o "de las inmediaciones", según consta en el Cuaderno copiador de las relaciones mensuales de la obra ejecutada en la de reparación de la Torre de Hércules desde su principio hasta su conclusión (ms., Biblioteca del Real Consulado de La Coruña)."

    Es decir, esos estratos de aluvión depositados en la llanada a lo largo de los siglos, fueron removidos y modificados por intensas labores de cantería; lo que ya estaba fuera de su lugar original vuelve a ser cambiado de lugar, tanto en superficie como en altura. Pero es que, además,

    "Todo el material, con excepción del fragmento de tégula, aparece revuelto entre distintas capas de echadizo, lo que parece evidenciar un relleno del terreno, posterior a la reedificación de la Torre, quizá como preparación para su utilización agropecuaria."

    Es decir, después de toda la llegada de materiales de aluvión, después de que éstos fueron revueltos por la cantera, se rellena ésta con tierra traída de vaya usted a saber dónde; y esa tierra contiene materiales de épocas muy distintas que aparecen, desordenados y mezclados, en las catas practicadas.

    Volviendo a la moneda (y a los restantes materiales encontrados por Monteagudo, que son tanto o más interesantes que ella), desconocemos las circunstancias de su posición estratigráfica antes de ser removida por las obras. Si hubiese estado, por ejemplo, en una tierra compacta rellenando una irregularidad del terreno, podríamos aventurar que permanecía en el mismo lugar en que fue depositada por el arrastre de aguas (un arrastre que situaría hipotéticamente su origen en la zona E de la Torre, es decir, en la contraria a la inscripción con la que está usted empeñado en vincularla); pero no lo sabemos. Así, no podemos afirmar que no haya venido con las tierras, originalmente en otro lugar, vertidas durante la actividad de extracción de piedras, o con las tierras de relleno posteriores.

    Por eso de la moneda no podemos deducir todo eso que a usted le gustaría, aunque la tentación sea fuerte. ¿De verdad piensa que es usted el primero en saber que Carisio era el legado de Augusto, y que la presencia de la moneda apunta a la posibilidad de que la Torre hubiera sido edificada, o cuando menos iniciada, durante su imperio? En fin, allá usted con sus megalomanías.

    Por seguir la costumbre, se equivoca, y ya le he dicho antes que otros más sabios y con más conocimiento de causa, más sensatez y más mollera, han hablado y hablan de un origen augústeo de la Torre y de su posible interpretación como una de las Aras Sestianas.

    ¡Qué hermoso hubiera sido encontrar en los sondeos algo, un resto constructivo, un suelo original, unas ruinas de edículo, algo que documentase una presencia augústea (nunca supe bien si es "augústea" o "augustea", de ambas formas lo he visto escrito) estable en la llanada de la Torre, que contextualizase la moneda y la campaniense! Pero no, nada de nada. Tan sólo un subsuelo granítico objeto de mil puñeterías a lo largo de los siglos. Pues tampoco pasa nada: el gozo al pozo, y a seguir trabajando.

    A seguir trabajando. No me refiero al trabajo de excavación, que es complicado de hacer por su necesidad de financiación, concurrencia de especialistas, obligatoriedad de permisos, etcétera. Hay muchas cosas que se pueden hacer sin necesidad de permiso alguno. Por ejemplo, un estudio arquitectónico de detalle de los aparejos, los módulos de los perpiaños de los cimientos y de los vanos del edificio, de los grandes sillares moldurados que conservan los negativos de grapas, de la cornisa que se exhibe en la cripta en el mismo lugar en que fue encontrada sin modificación alguna, del mortero empleado en los cimientos y en el edificio, etcétera. Un estudio arquitectónico de verdad, no esotérico. Para estimular los jugos gástricos puedo apuntar que otros sabios (en este caso una sabia, catedrática en Cataluña por más señas) ya apuntó hace años, empleando su ojo de buena cubera, la opinión de que algunos de esos rasgos estaban hablando de Augusto. Pero no llega con eso. Lo siguiente es trabajar, trabajar, trabajar y, si hay suerte, demostrar.

    ¡Pues hágalo usted!, me dirán algunos, no sin razón. El problema es que para hacerlo hay que tener tiempo y ánimo; desde hace unos años me falta sistemáticamente lo primero, y lo segundo se va y se viene alternativamente, como con la luna. Pero ahí está para quien disponga de tiempo y se anime a hacerlo, y no se requieren especiales permisos, ni costosos análisis, ni kafkianas deambulaciones eternas por pasillos y despachos para obtener una bendición burocrática.

    Pero mire, ya puestos, lanzo el reto a don Giannini, a don Brigantinus y a quien se apunte, por si pican. Si se animan, damos un vistazo al asunto un fin de semana o así y después lo contamos por aquí para colectiva discusión. Todo es válido en el objetivo de zamparse un buen pulpo en O Fiuza, también próximo a la Torre hacia el sur y asimismo sin relación alguna con la inscripción de Sevio Lupo, o para tomarse unas garimbas en la Cervecería por antonomasia, más alejada de la Torre pero emplazada en el camino hacia O Corgo del río de Monelos, donde los habitantes de la Torre romana ponían el lino a secar, de modo que también vale.

    Volvamos a los materiales de Monteagudo. En el momento en que los recogió nada seguro había sobre la Torre más que la Torre misma, el dato epigráfico de la inscripción de Sevio Lupo, la referencia de Orosio al altissimam pharum y los documentos medievales que hablaban de la pinnam ab antiquis hominibus fabricatam (cito de memoria, no lo tomen como textual). Los restantes documentos eran ya interpretaciones, que dicen más de las manías de cada época que de la Torre misma; así, y también de memoria y con riesgo de error, en el siglo XII se suponía que el autor era Julio César, en la Edad Moderna se le calzaba a Augusto, y en el XVIII a Trajano (por no meter en danza a Hércules, Breoganes y demás); parece un asunto de modas intelectuales más que otra cosa, aunque esas modas se razonasen como hizo Cornide.

    Los materiales de Monteagudo, de antigüedad nada supuesta, son los primeros documentos de índole arqueológica mueble asociados, si no a la Torre misma, sí al cabo o península en la que la Torre se asienta. Son indicios de que una intervención arqueológica podría resultar científicamente rentable, y sugieren presencia humana en dicha península desde momentos muy tempranos, tan tempranos como el III aC (siempre que la identificación de Schubart sea correcta), continuados en el I aC (moneda y campaniense) y en el I-II dC (sigillatas hispánicas).

    Todo ello resultaba coherente con lo que se iba sabiendo, poco a poco, del solar de la ciudad y de las aguas de la bahía. En estas últimas habían sido dragados materiales de las mismas épocas, como una boca de ánfora púnica Mañá A, de en torno al III a.C., y restos del II-I aC como son un plato campaniense y buenos fragmentos de ánforas Dressel 1 (todo ello identificado en su momento por Naveiro, cuyo buen hacer me parece más que fiable). Campanienses y Dressel 1 aparecían también en diferentes puntos de la ciudad.

    Nada de ello prueba, pero todo ello indica y sugiere. Son, por lo tanto, restos importantes, básicos a la hora de proponer hipótesis de trabajo. De trabajo, es decir, hipótesis que ayuden a diseñar el trabajo posterior que permitirá, con suerte, rebatirlas o hacerlas más fuertes si salen airosas.

    Los restos de Monteagudo no prueban, como usted pretende, que la Torre haya sido edificada por Publio Carisio. Pero sí que pueden señalar que desde momentos muy tempranos hubo presencia humana (y de materiales mediterráneos) en la península de la Torre. En nuestro caso, sabemos además que alguien perdió una moneda y rompió un plato o una taza a finales del I aC. Ciertamente es posible y coherente, dado que no se conoce asentamiento alguno en las inmediaciones, que esa presencia tuviera que ver con la valoración y el uso de la citada península en el marco de la navegación marítima. Una valoración y un uso que llevaron, en algún momento, a la construcción de un faro: ahí está. Pero aun dando por bueno que la península se usase a tales efectos desde cuando menos Augusto si no César o antes, no sabemos cuándo se construyó el faro. Ni siquiera sabemos si se construyó de una vez o por etapas, o si primero fue pequeño y más tarde se hizo más grande.

    Contra lo que usted piensa, a mí me gustaría que se probase que el faro es de Augusto, o al menos que su construcción comienza con Augusto. Pero entiendo que hasta ahora no se ha probado (aunque, como le he ido diciendo, la idea no es original ni nueva y puede que cada vez más indicios apunten hacia ahí). Queda todavía mucho por hacer hasta llegar a una conclusión que pueda darse como cierta.

    En otro lugar de alguno de estos foros comenté lo incierto de la atribución de la Torre a Trajano (y de hecho los estudiosos del emperador no ponen la Torre en la lista de sus obras, o eso creo; corríjaseme si estoy errado). En otro, creo que respondiendo a Giannini, conté la mala suerte que cayó sobre una muestra enviada a los laboratorios de C14 y que, a mi entender, podía ser preciosa para establecer con cierta precisión (con las limitaciones propias de la técnica empleada, por supuesto) el momento de inicio de las construcciones en la Torre.

    Pues bien, debo agradecerle haberme hecho volver de nuevo a la Torre. Ayer por la noche, al volver de una cena tardía y copiosa con unos amigos, me puse a escribir una larga respuesta de la que ésta no es más que una especie de duplicado. Al llegar a estos comentarios sobre datación, cedí a la tentación de volver a abrir, una vez más, mis viejos archivos con los resultados de las fechas de C14, la relación de unidades estratigráficas, los listados de materiales asociados a cada una de ellas, la enorme matriz Harris, etc. Eran, más o menos, las tres de la madrugada.

    Ahí me puse de nuevo a torturar el coco a ver si sonaba la imposible flauta. Y tal vez sonó, no lo sé. Lo cierto es que me di cuenta de algo evidente pero que hasta ahora se me había escapado. Hasta ayer me había obsesionado la fecha, incongruente, resultado de esa pequeña lámina de carbón que podría fechar el inicio de la construcción de la Torre. Y no le había prestado mayor atención a otra fecha, asimismo incongruente, de un estrato bien datado por sus materiales. Ayer se me iluminó la bombilla y me di cuenta de que sólo había dos fechas incongruentes en la larga relación de muestras analizadas; tan sólo dos de un total de 32. Además, esas dos muestras formaban parte de un paquete de tres (el resultado de la tercera es coherente con su contexto) que se analizaron en un momento distinto a las restantes. El asunto es que si se invierten los resultados, es decir, si aplicamos cada resultado a la otra muestra, todo encaja. Error en esas muestras lo hay seguro. ¿Es posible que el error venga de algo tan tonto como una equivocación al pasar a limpio un listado, cruzando dos líneas? Desde luego, puede ser, y no sería nada infrecuente. Ayer mismo me encontré con un error similar en un listado que me pasó el comisario de una exposición: un cruce de números en los de inventario de las piezas. Pero hay un abismo enorme entre que algo pueda ser y que algo sea.

    Mañana me pondré en contacto con el laboratorio para que revisen los listados originales suyos, para que revisen incluso las muestras originales, para ver si se dio este error. Si es así, el bingo es de categoría. Si no, pues tampoco pasa nada: el gozo al pozo, y a seguir trabajando. Ya les contaré.

    Cuando terminé de mirar todo eso y de escribírselo a ustedes, eran las siete de la mañana. Le di al botón para que entrase, con el resultado que ya otros padecieron antes: la conexión estaba cerrada y se perdió todo lo escrito.

    Para acabar con el tema de la moneda, resumo lo que ya le dije en anterior mensaje: ni apareció en la Torre, ni mucho menos en sus cimientos, ni nada indica que esté relacionada con la inscripción de Sevio Lupo, ni existe ninguna “cápsula del tiempo” que encierre ambos elementos. Entiendo que sí podemos afirmar que esa moneda fue perdida en algún momento de finales del I aC en una amplia zona que abarca la llanada que se extiende al sur de la Torre, incluyendo al monumento mismo; pero no hay nada que nos permita ir más allá. Ni que nos diga si en el momento de perderla la Torre ya estaba construída, estaba en construcción, o todavía tenía que esperar un tiempo antes de que fuese comenzada. No lo sabemos.

    Así es, y así lo cuento. Y como es, la moneda y los restantes objetos se exponen y seguirán expuestos en la vitrina del museo, en la medida en que puedo afirmarlo, que es menos de lo que muchos pueden creer pero más que lo que a algunos les gustaría que fuese. Porque tanta manipulación y tergiversación hay en inventar datos, como en retorcerlos de forma ilícita para hacerlos decir lo que no dicen, o como en ocultar los que, por una u otra razón, nos resultan molestos o inconvenientes. Y porque todos los ciudadanos tienen derecho a saber la verdad, incluso la verdad de que el pasado no es fácil de aprehender, de que hay objetos que, por mejor identificados y por más que sea conocida su antigüedad (y éstos lo están y su antigüedad no tiene nada de supuesta, siempre, por supuesto, mientras no se demuestre lo contrario, que seguridades absolutas sólo las hay en las matemáticas y en la religión, y esto no va ni de unas ni de otra) no nos hablan con la claridad que desearíamos sino que su resupesta es ambigua cual de oráculo, y de que lo que importa es el desarrollo honesto de un proceso que intenta, con rigurosidad y sin concesiones, llegar hasta donde se pueda.

    Aunque el resultado final sea haber aumentado las dudas y las frustraciones de no poder llegar a donde se quería. Que, a fin de cuentas, o importante é ter saúde e os pés quentes.

    Y además no sé por qué les largo todo este rollo, cuando todos sabemos que el faro romano estaba en Curtis del Obispo.

    Y Dios en la de todos.

    PS: Aunque le cueste entenderlo, aunque poquito, algo conocemos. Por ejemplo, conocíamos lo de Mérida y lo de la Carisa (un campamento de fortuna, no estable, por cierto). Pero no me refería a eso, sino a esa imparable actividad febrilmente constructora de Carisio, la que le llevó a enviar una legión de arquitectos para que, cual misioneros, llenasen el mundo de “torres, puentes y acueductos” además de erigir “infinidad de monumentos conmemorativos” o algo parecido (las comillas no significan aquí cita textual). Y todo ello en el poco tiempo que el buen (es un decir) hombre actuó como legado. ¿Ha sacado todo eso de algún lugar diferente a su imaginación?

    PS(2): Pues claro que los objetos bien contextualizados pueden datar muchas cosas. Doy por supuesto el buen hacer de Jorge Camino, por lo que si él dice que la moneda de Carisio de la Carisa data el yacimiento, así debe ser salvo prueba en contrario. Pero no es el caso, como ya hemos visto, de la moneda de la Torre. Otras hay, bien contextualizadas, que sí datan acontecimientos concretos de la vida de la Torre. Pero ésa, no.

    Y que sea con salud. Mejorando lo presente y salva sea la parte, por supuesto.


  5. #5 giannini 12 de feb. 2007

    Prosigamos, que si es en plan civilizado, entretiene.

    "II) -Un arquitecto, a escasos 24 codos de la Torre de Hércules, deja su firma y dices que no se puede relacionar una cosa con otra. ?????". Pues no, al menos no necesariamente. Quiero decir que una cosa no lleva "necesariamente" a la otra, que hay otras explicaciones posibles: que la inscripción votiva se tallase antes de construirse el edificio; o con motivo de alguna reforma; o después de haberse concluido las obras, etc. Y no lo digo yo, ya en 1792 dijo Cornide de la "dedicación" situada a los pies de la estatua desaparecida: "Si esta dedicacion fué solo de la estatua ó se extendió á la Torre, ni se colige de la inscripcion ni me atreveré á asegurarlo". O sea, que no soy el único que dice que "no se colige". Yo tampoco me atrevo a asegurarlo porque nos estamos saltando pasos, y la pequeña experiencia que tengo me dice que saltarse pasos, puede dar buenos resultados, incluso espectaculares, pero puede llevarnos a un auténtico fiasco. En resumen, que me quedo con aquello de que las apariencias engañan. Desde Madrid se cree que Palloza procede de Oza -lo vimos en el debate sobre los judíos-, les parecía evidente, pero resulta que es una apariencia engañosa, que los que somos de aquí sabemos que Palloza y Oza no tienen que ver.

    "III) -Se excava la Torre de Augusto en Campa Torres y resulta similar a la Torre de Hércules y crees que no existen evidencias arqueológicas comunes. ?????". No conozco el artículo, así que carezco de elementos de juicio suficientes. En cualquier caso, la imagen que pones es una mera reconstrucción conjetural, y hago hincapié en lo conjetural, porque si de ese edificio no quedan apenas los cimientos, aún no me acabo de explicar cómo fueron capaces de dibujar esas fachadas con sus ventanitas -que no las dibujan ni con puntos- o de darle la altura que le dan, en definitiva, que si sólo valoro el artículo por el dibujo, me parece que no es de recibo. Por no pensar de dónde han sacado esas cornisas o la forma del último cuerpo, e incluso la llama, que es muy bonito pensar que un faro fuese como los actuales, con una luz en su cúspide, y si existía esa llama ¿cómo se protegía del viento a esa altura sin que al primer ventarrón se apagase? Por cierto, aprovecho para comentar que en la imagen que pones junto a la reconstrucción conjetural de Campa Torres no es de la "Torre de Hércules antigua", al menos no es de la Torre en época romana. Se trata de una imagen que recoge el estado del edificio en 1788, antes de comenzar las labores de rehabilitación. Como verás, aparece una amplia roza que serpentea el edificio, roza en donde se encastraban las losas que formaban la rampa de subida; aparece también un tejadillo añadido, es de suponer, en 1684, fecha en la que también se añadieron los dos torreoncillos en los que había astas para colocar banderas de señales y faroles para iluminar.

    IV) En la identificación de Hércules egipcio con Augusto no entro. En lo que sí entro es en el hecho de que la denominación "Torre de Hércules" aparece con la Crónica General de España. Repito que ni Paulo Orosio, ni el Cruzado Osborne, ni Trezenzonio la denominan Torre de Hércules. La microtopinimia es significativa al respecto y el entorno de la Torre se conoce como "Agra do Castelo" o "Agra do Castelo Vello"; son multitud las menciones al "Castillo Viejo" en la documentación municipal. Si no recuerdo mal, sólo a partir del siglo XVII en documentos oficiales se denomina al edificio "Torre de Hércules".

    Trufa, el pulpo de Mugardos, guisado, sí muy rico, pero cuando vengas por aquí avisa y nos vamos a otras pulpeiras, y ya me contarás. :-)

  6. #6 giannini 15 de feb. 2007

    Supongo que estará recogida aquí:

    THEODOSIANI LIBRI XVI CUM CONSTITUTIONIBUS SIRMONDIANIS ET LEGES NOVELLAE AD THEODOSIANUM PERTINENTES. Liber quintus decimus http://webu2.upmf-grenoble.fr/Haiti/Cours/Ak/Constitutiones/CTh15.html#1

    Podría intentar localizar la "ley" en cuestión, pero espero que alguien más ducho que yo en latín lo haga.

  7. #7 giannini 15 de feb. 2007

    Citar de forma precisa creo que es importante, sobre todo cuando la cita es necesaria. Como soy algo desconfiado, sospecho que algunos autores citan mal a posta, para tener ellos la última palabra. No digo que sea tu caso, simplemente tú no le das importancia a citar con precisión y citas un "livre", una parte, en lugar de citar la obra, el todo. Por otra parte, una cita mal hecha o que impide localizar la fuente hace que la información que se proporcione pierda verosimilitud.

    Recuerdo un caso de cierto señor que quería localizar un documento que se citaba tal que así: "Archivo del Reino de la Lluvia, Protocolos notariales". Y nada más. Ni la signatura, ni el nombre del escribano, ni el año del otorgamiento de la escritura buscada. Una cita que no sirve para nada, porque se obliga al investigador a rastrear, en el caso que nos ocupa, más de tres mil protocolos notariales, y si el escribano otorgaba cuando menos una escritura cada día... Es cuestión de echar cuentas.

    Hay gente muy "pilla", desde los que hacen desaparecer una ficha para que el que venga detrás no pueda localizar el documento, hasta los que añaden una nota dentro del mismo que puede decir: "Este documento lo consultó fulanito, y lo va a publicar en breve". Por no pensar en los que doblan un documento y lo esconden dentro de otro para que el que venga detrás no pueda localizarlo. En fin, que la casuistica es muy variada, y en ella entra citar bien, que las formas son importantes, o eso creo.

  8. #8 Abo 15 de feb. 2007

    Podéis ver la inscripción:

    http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=4775


    De "La Romanización de Galicia" 1976. Acuña, Arias Vilas, Balil, Freixeiro, Díaz, Mañanes, C. Torres y V. Varela.

    La foto posiblemente de Fernando Acuña Castroviejo, autor del capítulo: "La cultura en la Galicia Romana"

    Hasta la noche. Saludos.

    ps. quizá se "lea" mejor que la imagen que nos coloca Lucus. aunque se encuentre remarcada con tiza y no sea lo correcto.

  9. #9 lucusaugusti 15 de feb. 2007

    Existe una larga lista de textos que sitúan un Ara Sestiana en Campa Torres, desde Mela: “En el litoral de los Astures está la ciudad de Noega, y tres aras que llaman Sestianas se encuentran en una península y están consagradas al nombre de Augusto, ilustrando tierras antes ignoradas.” Hasta Joaquín Manzanares.

    La investigación arqueológica de la Dra. Fernández Ochoa establece la existencia de un Faro-Torre dedicado a Augusto en ese lugar y del siglo I a.C.
    Un Faro-Torre muy similar al de A Coruña.
    Y entre otras cosas Fernández Ochoa cree que la torre tuvo carácter simbólico, pero también pudo cumplir otra función además de mero hito conmemorativo. Llega a la conclusión de que un faro situado en la península de Torres prestaría indudable servicio a la navegación. Después de examinar la documentación historiográfica, los expertos han establecido la relación con la lápida de Calpurnio Pisón y apuestan por la existencia de una torre consagrada a Augusto en el extremo del Cabo Torres, que haría las veces de faro.

    Y en un artículo mío titulado:
    La Torre de Augusto en Cabo Touriñán y las Aras Sestianas
    http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=2445
    expongo la hipótesis: La Torre de Hércules conjuntamente con la Torre de Augusto aparecida en Campa Torres y su compañera cercana a Finisterre y descrita por Mela, podían ser las tres Aras Sestianas Augustas que en la antigüedad alcanzaron gran renombre.

    Mi aportación original trata de situar una Torre de Augusto entre Finisterre y Touriñan.

    Otros colocaron aras y torres en Coruña y Campa Torres.
    El Brujo Redivivo
    10/02/2007 15:59:59
    La atribución a Augusto, que el autor pretende originalidad suya, tampoco es nueva. Salvo error de mi memoria, Rodríguez Colmenero o Fernández Nieto ya han escrito sobre esa idea. Yo mismo también.Para variar, tampoco es nueva la idea de que la Torre puede ser una de las aras de Augusto. Hay más autores, pero el que ahora recuerdo con más nitidez es Fernández Nieto.

    Una aportación más mía a las Aras Setianas:
    Pensemos que un faro romano es una torre alta realizada en piedra, y que emplazada en la costa, posee fuego (luz) en su parte superior y así servir de señal a los navegantes. No podemos imaginar un ara más monumental en honor de un dios. Las Aras Sestianas, en forma de faro-torre, pudieron ser las mayores del imperio.
    Los tres emplazamientos poseen una clara relación geográfica y geométrica con otros dos enclaves estratégicos del Convento Lucense: el campamento de Cidadela en A Coruña y la ciudad de Lucus Augusti, capital del convento, y permiten combinar simbolismo y territorio de una forma muy habitual en el gobierno de Octavio Augusto.

  10. #10 lucusaugusti 15 de feb. 2007

    He colocado la foto subida por Abo en el artículo al lado de la mía en color para comparar.

    Ainé lo del apellido es definitivo.
    "Con apellido Sebio en España (primero y segundo): 171 habitantes (de ellos, 138 en Coruña)"

  11. #11 El Brujo Redivivo 15 de feb. 2007

    Lucusaugusti, lo suyo es realmente tremendo.

    Me refiero a su probada incapacidad de tocar una cita sin tergiversarla. Pero hombre, fíjese un poco, por amor de Dios. Que no llega con tener muchas ganas; ni siquiera llegaría (si fuese el caso) con tener mucha mollera, sino que hay que trabajar, al menos un poco, fíjándose en lo que se hace.

    Primero fue la falsedad de que la moneda de Carisio había aparecido en los cimientos de la Torre, cuando usted mismo cita un texto que describe con precisión su hallazgo, resultando que no tiene nada que ver con eso.

    Y ahora cita un comentario de este Brujo Redivivo que suscribe aplicándolo a las Aras Sestianas sin que tampoco tenga que ver con el asunto:

    SU COMENTARIO:

    "Otros colocaron aras y torres en Coruña y Campa Torres.
    El Brujo Redivivo
    10/02/2007 15:59:59
    La atribución a Augusto, que el autor pretende originalidad suya, tampoco es nueva. Salvo error de mi memoria, Rodríguez Colmenero o Fernández Nieto ya han escrito sobre esa idea. Yo mismo también.Para variar, tampoco es nueva la idea de que la Torre puede ser una de las aras de Augusto. Hay más autores, pero el que ahora recuerdo con más nitidez es Fernández Nieto."

    MI COMENTARIO SOBRE LAS ARAS SESTIANAS:

    "Para variar, tampoco es nueva la idea de que la Torre puede ser una de las aras de Augusto. Hay más autores, pero el que ahora recuerdo con más nitidez es Fernández Nieto."

    Ni Rodríguez Colmenero ni yo. Sólo Fernández Nieto. Y lo tiene un poco más arriba en esta misma página. El párrafo anterior, el que usted cita, hace referencia a Augusto, no a las Aras Sestianas. No es difícil entenderlo, de verdad.

    En las otras locuras suyas (e inventos) ya no entro. Allá usted y quien le haga caso.

  12. #12 Abo 16 de feb. 2007

    Pater, la foto parece ser del profesor Fernando Acuña Castroviejo, epigrafista y docente en esa materia en la Universidad de Santiago. Dice en el libro, más arriba citado por mi, lo siguiente:

    "La obra - se refiere al faro romano - que fue ejecutada por C. Sevio Lupo, arquitecto natural de Aeminium (la actual Coimbra, Portugal), según consta en una lápida colocada a sus pies (2), debió realizarse en el siglo II de nuestra era"

    (2).- IRG I Sup., núm.11.

    El pie de página de la fotografia en cuestión pone lo siguiente:

    "Lápida de la Torre de Hércules. Las letras hubieron de ser retocadas con tiza para poder apreciarlas, a pesar de tratarse de un método poco ortodoxo".

    Un trabajo divulgativo. Eso ya lo sabíamos, no es foto para ninguna investigación, la investigación (y valga la redundancia) ya la había realizado el profesor previamente, supongo.

  13. #13 ofion_serpiente 16 de feb. 2007

    Perdonad el rollo de corta y pega, pero creo que puede interesar para conocer qué era IANUS. Significativo lo de IANUS CURIATA, altar dedicado a Ianus Sororium y contiguo a otro dedicado a Iuno Sorora

    Sobre el Janículo, el mismo libro y autor explica

    The name was usually explained by the ancients as meaning' the city of Janus' (Serv. Aen. viii. 357; Varro ap. August. civ. Dei vii. 4; Solin. ii. 5; Macrob. i. 7. 19; Ov. Fast. i. 245); sometimes, apparently, as the 'gate' (Fest. 104). The connection between the hill and Janus was doubtless due to the presence here of a cult of the god, who was afterwards explained as an early king of the district (cf. WR 103 ff.). No trace of this cult existed in historical times, but it may be inferred from that of FONS or FONTUS (q.v.), the reputed son of Janus. According to Pliny (NH iii. 68), the original name of this settlement was Antipolis (v. PAGUS IANICULENSIS).

    De Ianus, indica

    IANUS
    an arch or gate, intended for a passage way (Cic. de nat. deor. ii. 67: Ianum . . . ab eundo. .. ex quo transitiones perviae iani ... nominantur), sometimes surmounted with statues (Suet. Aug. 31: Pompei quoque statuam ... marmoreo Iano superposuit), of which there were many in Rome (Suet. Dom. 13: ianos arcusque.. . tantos ac tot exstruxit; Ov. Fast. i. 257: cum tot sis iani cur stas sacratus in uno). The word was also used of one of the passage ways through a double gate (Liv. ii. 49. 7:infelici via dextro iano portae Carmentalis profecti ad Cremeram flumen perveniunt). Of these iani in Rome one, Ianus Primus, is mentioned only in one inscription (CIL vi. 12816: L. Aufidius L. l. Eperastus ab Iano primo, cf. Comm. in hon. Momms. 642), and its site is unknown, although often supposed to have been in the forum.

    The second is the well-known Ianus medius which, wherever it occurs in literature, designates the place in the forum where bankers and speculators gathered for business (Cic. de off. ii. 87: de collocanda pecunia . .commodius a quibusdam optimis viris ad Ianum medium sedentibus . . . disputatur; Phil. 6. 15: L. Antonio a lano medio patrono; 7. 16: patronus Iani medii; CIL vi. 5845: a Iano medio; 10027; Hor. Sat. ii. 3. 18: postquam omnis res mea Ianum ad medium fracta est; and without doubt Ov. Rem. Am. 56 : qui puteal Ianumque timet celeresque Kalendas torqueat hunc aeris mutua summa sui). The scholia on the passage in Horace (Porphyr.: hoc ideo qui omnes ad Ianum in basilica consistebant; Acron: Iani statuae tres erant; ad unam illarum solebant convenire creditores et feneratores, alii ad reddendum, alii ad locandum fenus. Ianum ad medium ideo, quoniam in Rostris simulacrum Iani erat, ubi res pecuniariae agebantur per feneratores. Aliter: Ianus medius locus dictus est prope basilicam Pauli ubi vasa aenea venundabantur; similarly Comm. Cruq.) seem to agree in placing the ianus medius near the basilica Aemilia, although they confuse statues with arches. With this position of the Ianus subsequent topographers have agreed, although they differed as to which end of the basilica should be understood.

    A second passage in Horace (Ep. i. I. 53-54: o cives cives quaerenda pecunia primum est; virtus post nummos: haec Ianus summus ab imo [p. 276] Prodocet) has complicated the matter. Summus and imus have been brought into connection with medius, and in support of the theory of three iani in the forum at different points, summus, medius and imus, some scholars cite a passage in Livy (xli. 27: forum porticibus tabernisque claudendum et Ianos tres faciendos) which states that in the year 174 B.C. the magistrates erected three iani in some colony, presumably in imitation of conditions in the forum at Rome. No hint of any such connection of summus and imus with medius is given by the scholiasts (Porphyr.:ad ianos eos qui sunt in regione basilicae Pauli feneratores consistunt... Unus enim illic ianus in summo alius in imo est quos haec inducit monere; Acron: duo Iani ante basilicam Pauli steterunt ubi locus erat faeneratorum. Ianus dicebatur locus in quo solebant convenire feneratores), who agree, however, in placing the two iani in front of the basilica Aemilia, as they did the medius. The Commentator Cruquii gives another explanation of summus ab imo-hoc est omnes Romani a maximo ad minimum qui ad Ianum conveniunt hoc prodocent, i.e. aperte dicunt.

    There is still a third passage in Horace (Ep. i. 20. I : Vortumnum Ianumque liber spectare videris, scilicet ut prostes Sosiorum pumice Mundus) on which the scholiast (Porphyr.) remarks: Vortumnus ... in vico Turario sacellum habuit; Ianus quoque similiter vicus est ab Iano gemino sic appellatus qui in eo arcum habet sibi consecratum (cf. Acron and Comm. Cruq., which, however, do not mention any vicus). This is the only mention of a vicus Ianus, and is evidently due to confusion and an error of interpretation on the part of the scholiast, but nevertheless a theory has been constructed on this basis which identifies this vicus Ianus with a supposed street in front of the basilica Aemilia, on the north side of the area of the forum, corresponding with the continuation of the Sacra via on the south side, and spans this with three arches, Ianus summus medius and imus, from west to east (Bentley, Hor. Ep. i. I. 54; Lanciani, BC 1899, 99; LR 253-254; BPW 1913, 981; Thdd. 176, who identifies Ianus medius with Ianus Geminus; and many edd. of Horace). If there were any sufficient evidence for a vicus Ianus, Ianus summus ab imo might easily be explained as referring to this street, but it is altogether probable that the phrase is a poetical expression meaning ' from one end of the Forum to the other' (Jord.), and cannot be taken as authority for a Ianus summus and a Ianus imus.

    It is probable that at the beginning of the Augustan period, Ianus medius was a small single arch, near the basilica Aemilia, but it is not possible to decide whether medius refers to its position in the forum or with respect to other arches. There may have been other iani in the forum, but there are no certain references to them. Those who suppose that such iani stood where other streets entered the forum, look for evidence to the two cases of possible iani on the Rostra relief (see ROSTRA), the remains of an arch of later date across the vicus Iugarius, the presence of such a Ianus near the statue of Vortumnus (see above) in the vicus [p. 277] Tuscus, where traces of an arch are alleged to have been found (BPW 1903, 1117), and some indications in the scholia. The inconsistencies and errors of the scholia may be due to the changes of the later empire. (Jord. i. 2. 214-218; Richter, 106-107; Th6d. 175-176; DS iii. 615; Burchett, Janus in Roman Life and Cult, Menasha, Wis. 1918, 42-47).

    IANUS, AEDES
    * (templum, Tac.):

    a temple in the forum Holitorium, built by C. Duilius after the victory at Mylae (Tac. Ann. ii. 49). Its position is defined as ad theatrum Marcelli (Fast. Allif. et Vail. ad xvi Kal. Sept., CIL is. p. 217, 240; Fast. Amit. ad xv Kal. Nov., CILi.2 p.245, 325, 332), iuxta theatrum Marcelli (Serv. Aen. vii. 607, which is an interpolation),1 and extra portam Carmentalem (Fest. 285). The day of dedication was the Portunalia, 17th August (see Fast. Allif. et Vallens.; and for the significance of the fact, Pais, Fasti Triumphales Capitolini, ii. 474-478). The restoration of this temple was begun by Augustus and completed by Tiberius in 17 A.D. (Tac. loc. cit.), but the dedication day of the restored structure was 8th October (Fast. Amit.). According to Pliny (NH xxxvi. 28) Augustus dedicated in this temple a statue to Janus which was brought from Egypt, the work either of Scopas or Praxiteles. It was probably theErmês dikephalosof the former (WR 106; Jahr. d. Inst. 1890, 148-149). The statement is made (Fest. 285) that the senate was forbidden to meet in this temple because their decree that the Fabii should go forth to the siege of Veii was made in aede Iani; but this is probably apocryphal, for there is no evidence of an earlier temple of Janus in Rome in which a meeting of the senate could have been held. The structure of Duilius, however, was probably on the site of an earlier shrine (HJ 508; Rosch. ii. 26; Gilb. i. 260-265; iii. 380; Jord. i. 2.347).

    IANUS CURIATIUS, ARA
    one of the two altars near the Tigillum Sororium (Fest. 297: Dionys. iii. 22. 7: bômos Ianou Koratiôn. The other was dedicated to Iuno Sororia (Êra adelphê), and on them expiatory sacrifices had been offered from very early times. These altars belonged originally, in all probability, to the common cult of Janus and Juno at the beginning of the month (WR 104), but afterwards they were connected with the legend of Horatius and the murder of his sister (see TIGILLUM SORORIUM, and HJ 322; Gilb. i. 178-179; ii. 55-56; Rosch. ii. 21; RE Suppl. iii. 1178-1179

  14. #14 El Brujo Redivivo 16 de feb. 2007

    Abo, yo iba más a la Viuda, aunque al Eligio también tengo ido. La Viuda era más de tralla; el vino, siendo peor que el del Eligio, no era malo y era más barato, tenían navallas y huevas a precio razonable, y sobre todo había un grupo de señores que cantaban piezas populares y las cantaban francamente bien, al menos mientras no estaban demasiado cocidos. Ese grupo dio lugar después a A Roda.

    Mi recuerdo del conjuro es que, colgado en una de las paredes del Eligio, estaba colgado el texto, con una aclaración que decía que dicho texto había sido escrito en la taberna, por fulano, zutano y mengano, tal día de tal año. Entre las firmas estaban famosos del tipo de los que usted cita, aunque ahora ya no me atrevo a afirmar si se trataba de Laxeiro, Colmeiro, Castroviejo, Lodeiro o quiénes.

    El Porrón que cita usted debe tratarse de La Riojana, bajando por ¿Carral? Una noche, al salir del local, presencié una escena sencilla que se me quedó grabada, reflejo de estos terribles contrastes urbanos: un chaval, pacíficamente sentado a la entrada de un portal, en solitario, estaba pinchándose heroína con el agua de un charco.

  15. #15 Brigantinus 16 de feb. 2007

    Brujo.
    Acabo de catar en la Biblioteca de Estudios locales los Brigantium 18 y 19...Mmmmmmm.

  16. #16 giannini 17 de feb. 2007

    Dice kallaikoi a las 21.40:

    "Consultando "La Torre de Hércules" de Tettamancy, éste ya menciona dudas en autores como el P. Mariana, respecto a que las leyes romanas prohibían al arquitecto grabar su nombre en las obras que dirigía". Es al revés.

    La obra de Tettamancy tiene fallos, no cita o cita mal. Por ejemplo, reproduce una "Memoria" que según él "se conservaba en la Secretaría del Real Consulado de La Coruña a mediados del siglo XIX", y cita tan mal, que parece que la hubiese consultado el mismo, cuando realmente aparece publicada "a mediados del siglo XIX" en la voz "Coruña" del Madoz, de donde la toma Tettamancy, y como sostiene J.M. Bello Diéguez, que localizó dos copias de la misma entre los papeles de Cornide de la Real Academia de la Historia, debió redactarla Joseph Cornide cuando el Real Consulado le encargó redactar una memoria para solicitar al Rey la reparación del faro.

    En cuanto a la prohibición, la cosa ya digo que es al revés. Tettamancy escribe en 1919, y Cornide -del que toma la información Tettamancy- lo hace en 1792. Como la obra de Cornide supera con creces a la de Tettamancy, el primero ya señala al Digesto o Pandetas junto con la observación del P. Mariana en torno a la no prohibición de inscribir el nombre "dentro de" los edificios públicos si los financiaba algún "mecenas". Pero el caso es que aquí, la inscripción no está "dentro" del cuerpo del edificio, sino fuera, con lo cual, si se asume que el arquitecto que levantó el faro pudo ser el mismo que aparece en la inscripción, no violaría ley alguna.

    "No se puede demostrar que el graffiti sea contemporáneo de la construcción de la Torre, ni que su arquitecto haya sido Lupo". De acuerdo.

    "Ni siquiera que la Torre sea una construcción romana". A ver, que esto es nuevo...
    ¿Tú has visto algún edificio romano? ¿Has consultado literatura al respecto? Creo que en este debate hay enlaces y nadie, al menos nadie en su sano juicio, duda, ya no sólo con la simple observación de los paramentos interiores, sino que tras las excavaciones realizadas en los años 1992-1994, no hay lugar a la menor duda acerca de la romanidad de la construcción.

  17. #17 giannini 21 de feb. 2007

    Como quiera que en varias ocasiones mencionamos los artículos de D. Luis Monteagudo publicados en El Ideal Gallego, esta mañana los fotocopié, o mejor dicho, fotocopié el artículo aparecido en dicho periódico el 20-IX-1945. Tanto el día 21 del mismo mes, como el 4 de octubre de 1945, el diario recoge únicamente dos fotografías del lugar en el que aparecieron las piezas y de las piezas en sí con sus correspondientes pies de página, recuerdo que en uno de ellos se habla de la aparición de "almireces". El artículo de 20-IX-1945, es breve:

    Importantes hallazgos arqueológicos al pie de la Torre de Hércules

    Con motivo de unas obras que se están realizando en las inmediaciones de la Torre de Hércules, han aparecido interesantes restos prerromanos y romanos, que denotan la existencia de población en aquel lugar.

    De las exploraciones practicadas fueron exhumados gran cantidad de tégulas con marcas, lombrices
    [jejeje, por "ímbrices"] estriadas, cerámica ordinaria hecha a torno, "terra sigillata" de bella ornamentación y un "pondus", todo romano.

    Más toscos en su masa y sus adornos aparecieron muchos fragmentos de cerámica negruzca, hecha sin torno, igual a la que se encuentra en la cultura de los castros.

    También fueron exhumadas dos curiosas piedras con varias cazoletas de distinto tamaño, siendo de notar que una de éstas estaba llena de cuarzo puro triturado, taponado con una capa de barro cocido de la misma masa que las tégulas.

    Es muy importante este hallazgo porque las piedras de esta clase hasta ahora encontradas (Coaña, Briteiros, Neixón, Elviña, Pastoriza, etc.) lo han sido siempre con las cazoletas vacías, ignorándose a ciencia cierta su destino.

    No aparecieron restos de viviendas, lo cual hace suponer que el yacimiento encontrado proceda del deshecho de un núcleo de población colocado más arriba, al pie de la Torre, pudiendo pertenecer este simplemente a los constructores o antiguos torreros, o bien a los habitantes de un poblado contemporáneo de la cultura de los castros.

    Sería muy interesante que en este lugar, lo mismo que en los notabilísimos castros de Elviña y Pastoriza, que tenemos tan cerca de La Coruña, se practicaran excavaciones, que ayudaran a esclarecer los problemas de la protohistoria de nuestra tierra.
    L.M.G.

  18. #18 lucusaugusti 22 de feb. 2007

    Giannini escribió: "en donde Monteagudo "recolectó" -no "excavó"-
    Bueno, seguro que pronto se dirá que la moneda se encontraba depositada sobre una roca a la vista de las gaviotas.
    Las informaciones sobre este asunto más fiables dicen:
    "habían sido localizados en 1947 por Luis Monteagudo, en los cortes realizados con motivo de unas obras en la llanada inmediata a la Torre de Hércules por su lado sur".

    Que si bien no es una excavación arqueológica al uso del año 2007, si que fue realizada con los usos de la Galicia de 1947. Cortes en obras con la presencia de Monteagudo
    .
    Pronto la moneda será intelectualmente expurgada según propuesta anotada más arriba.


  19. #19 silmarillion 23 de feb. 2007

    Ea Giannini


    El informe expone que se han encontrado restos romanos y prerromanos, tegulas, restos de cerámica a torno y manual y unas cazoletas, una de las cuales se encuentra llena de cuarzo molido y tapada con barro cocido "de la misma masa que las tegulas" (sic). Dentro de ese contexto no es improbable inferir que quienes rellenaron la cazoleta y realizaron la tapa de barro son los mismos caballeros que fabricaron las tegulas. Las cazoletas suelen tener por finalidad la molienda y el cuarzo molido se emplea para pastas cerámicas, vidrios, fabricación de fósforos y lijas y como abrasivo. Supongo que podremos descartar a los fósforos y a las lijas. Carece de sentido emplear abrasivos para dar brillo a algo que no brillará jamás. como la cerámica. Y hasta donde he leído en el texto que tu mismo has colocado no aparecieron restos de recipientes metálicos, pero sí "Más toscos en su masa y sus adornos aparecieron muchos fragmentos de cerámica negruzca, hecha sin torno, igual a la que se encuentra en la cultura de los castros."

    Ya con el tema.

  20. #20 Brigantinus 26 de feb. 2007

    Yo creo que la cosa está más o menos clara.
    1) Alfonso X no cita a Hércules Egipcio.
    2) Cornide atribuye a Alfonso X la referencia a Hércules "Egipcio". Lo podemos considerar una cita errónea por parte del erudito coruñés. Acaso se confundió de fuentes.

    O acaso podemos retorcer un poco el argumento:
    "atribuyendo su fundacion á Hércules, llamado Egipcio"... Cornide nos deja claro que el rey Sabio atribuye la fundación a Hércules, pero la expresión que coloca entre dos comas "llamado Egipcio" ¿también puede ser considerada como una cita de la obra alfonsí, o es un añadido propio, debiendo considerar la reseña a la obra de Alfonso X concluida en "á Hércules"?

  21. #21 giannini 26 de feb. 2007

    kallaicoi, "Alfonso X nos recuerda permanentemente que la Torre es prerromana", también le da rienda suelta al tema de Hércules, por más que sea pura fábula. Pero si tienes duda, a ver si localizas algún autor moderno que considere prerromana al edificio. Por citar bibliografía reciente:

    Pablo Latorre González Moro, Luis Caballero Zoreda. "Análisis arqueológico de los parámetros del faro romano llamado Torre de Hércules (La Coruña-España)". En: Informes de la construcción, nº 435 (en.-feb. 1995) , p. 47-50.

    Es decir faro romano. Si piensas que no es romano, demuéstralo.

  22. #22 lucusaugusti 27 de feb. 2007

    Declárese, pues, la verdad, y sea Hércules tenido, como lo es, por dios antiquísimo del Egipto.

    Libro II. XLIII. Este Hércules oía yo a los egipcios contarlo por uno de sus doce dioses, pero no pude adquirir noticia alguna en el país de aquel otro Hércules que conocen los griegos. Entre varias pruebas que me conducen a creer que no deben los egipcios a los griegos el nombre de aquel dios, sino que los griegos lo tomaron de los egipcios, en especial los que designan con él al hijo de Anfitrión, no es la menor, el que Anfitrión y Alcmena, padres del Hércules griego, traían su origen del Egipto, y el que confiesen los egipcios que ni aun oyeron los nombres de Posideon o de Dioscuros[49]; tan lejos están de colocarlos en el catálogo de sus dioses. Y si algún Dios hubieran tomado los egipcios de los griegos, fueran ciertamente los que he nombrado, de quienes con mayor razón se conservara la memoria; porque en aquella época traficaban ya los griegos por el mar, y algunos habría, según creo sin duda, patrones y dueños de sus navíos; y muy natural parece que de su boca oyeran antes los egipcios el nombre de sus dioses náuticos que el de Hércules, campeón protector de la tierra. Declárese, pues, la verdad, y sea Hércules tenido, como lo es, por dios antiquísimo del Egipto; pues si hemos de oír a aquellos naturales, desde la época en que los ocho dioses engendraron a los otros doce, entre los cuales cuentan a Hércules, hasta el reinado de Amasis, han transcurrido no menos de 17.000 años.
    LOS NUEVE LIBROS DE LA HISTORIA
    Herodoto de Halicarnaso (484 adC-425 adC)
    Traducción Bartolomé Pou, S.J.
    http://www.ebooksbrasil.org/eLibris/nuevelibros.html


  23. #23 El Brujo Redivivo 27 de feb. 2007

    No sólo eso, Diocles. Nada indica que los romanos constructores de la hoy llamada Torre de Hércules la dedicasen a dicho semidiós. Lo de Hércules lo pone Alfonso X (probablemente tomado de fuentes árabes), no Roma.

    La única pista que nos lleva a algún dios es la inscripción de Sevio Lupo, dedicada (la inscripción y la más que probable estatua existente sobre ella) a Marte Augusto.

    Hércules no aparece hasta el XIII en fuentes de la España Cristiana, y hasta bien entrada la Edad Moderna en las denominaciones locales.

    Después ya vinieron quienes, comenzando con los falsos cronicones, se dedicaron a mezclar el culo con las témporas. El deporte continúa hoy, y en Lucusaugusti tenemos uno de los campeones del despelote intelectual.

  24. #24 giannini 01 de mar. 2007

    Ahí va un texto un poco largo. En Word me ocupa seis páginas pero pueder resultar curioso. Espero que no se me desmadren cursivas y negritas.

    Voy con lo prometido, unos documentos que aparecen en este interesante artículo:

    Gutiérrez Pastor, Ismael. “El manuscrito M / 563 de la Biblioteca del Instituto de Estudios Riojanos sobre la Torre de Hércules y su relación con la obra de José Cornide”. En: VI Jornadas de arte. La visión del mundo clásico en el arte español. Madrid : Departamento de Historia del Arte ‘Diego Velázquez’. Centro de Estudios Históricos, C.S.I.C., 1993, pp. 283-292.

    Antes de nada, los responsables de esa biblioteca me parecen unos siniestros, porque hará cosa de tres años les pedí copia del documento, que se extiende tan sólo a lo largo de 34 páginas y en primer lugar me mandaron copia del artículo que ya tenía y les citaba en la petición; y en el segundo intento, obtuve la callada por respuesta.

    Dicho lo anterior, en el artículo se da a conocer este interesante manuscrito que contiene, además de los textos, una estampa inédita y dos dibujos, de desigual valor. El documento llegó a la Biblioteca del Instituto de Estudios Riojanos cuando ingresó en ella la librería particular del erudito riojano Pedro González, que le añadió diversas portadillas de clasificación. El prof. Gutiérrez Pastor acepta la atribución que hace Pedro González considerando que Joseph Cornide fue el poseedor de estos documentos. Discrepo, en mi opinión, Cornide fue consultado desde Madrid y a él puede atribuirse, tal vez, uno de los documentos en los que responde al cuestionario que se le plantea. Si se tiene en cuenta que el manuscrito se data entre 1781 y 1784, a mi juicio, entra dentro de lo posible que el poseedor de estos documentos fuese alguien relacionado con las excavaciones en Campa Torres que se realizan precisamente en 1784.

    El manuscrito consta de:

    1.- La portada y páginas 1, 3, 5, 11, 15, 25 y 29, de clasificación, interpuestas por Pedro González, páginas cuyos reversos están en blanco (2, 4, 6, 12 , 16, 26 y 30).

    2.- La página 7 recoge una estampa de la Torre de Hércules, inédita, en la que se lee “Moreno F(e)c(it)”. La imagen es la de un torreón cilíndrico, con su roza en espiral y dos torreones en su cúspide, todo idealizado y apartándose bastante de la realidad. La misma estampa recoge una nueva lectura de la inscripción que se encuentra a los pies del faro:

    MARTI AVG. SACR. C. SEVIVS LVPVS ARCHITECTVS AFAVNILEVSIS LVSITANVS EXVT.

    La vista está tomada desde Monte Alto y recoge una perspectiva que abarca desde la ermita de San Amaro hasta las Lagoas. El autor data la estampa y documentos que le siguen en el año 1781 por el documento que se aparece fechado al final de este grupo.

    Le sigue un plano de la Torre de Hércules, que el prof. Gutiérrez Pastor considera realizada “in situ”. La imagen parece responder a un tanteo de reconstrucción de la rampa exterior, sobre arcos rebajados, que no cuajó. También aparece la inscripción:

    MARTI
    AVG. SACR. G.
    SEVIVS LVPVS
    ARCHITECTVS
    AFLVVIENSIS
    LVSITANVS EX.

    Estampa y dibujo, con su número y escala en varas, tienen su contexto en el apéndice I del artículo, que con negritas y notas mías entre corchetes, dice:

    “La Torre es blasón que pone la ciudad de la Coruña por armas, con quatro conchas, dos a cada lado, y al pie de su cimiento una calabera coronada.
    Su altitud 77 varas castellanas. Cada frente tiene 11 varas castellanas de ancho, y otras 6 de ancho que tenía la escalera al derredor (sic) [¿Cómo lo sabrían?], hacen 23 varas de ancho a cada frente.
    Esta torre tiene ocho altos y en cada uno cuatro estancias, porque debajo (sic) arriba tiene una pared en cruz. Este famoso edificio está sobre un monte alto, orillas del mar. La escalera es nº 1ª, 2º sobre los arcos. Nº 3 y 3 son los faroles que se le hicieron modernamente. Nº 6 es un bóveda o cimborrio que cubre todo el ancho de la Torre, donde hai una grande pieza redonda con asientos de cantería al derredor y en medio una mesa redonda de piedra [el piedrolito]. Caben sentados en esta pieza duzientas personas [¿Cómo? Me parece excesivo].

    El letrero que se halla en una peña, nº 5, junto a la Torre, tiene en la parte superior el asiento de una estatua de Ércules, donde demuestra con el aujero (sic) donde se afianza de un espigón de yerro. Y este habe [sic] creer que, el letrero dize que Sebio Lupo, arquitecto del lugar de Flaines o Flarines, en la Lucitania [¿autor andaluz o extremeño?] por su deboción hizo la estatua de Ércules el Augusto Marte que sacrificó los Geriones y que en aquel sitio, junto a la Torre, la dejó para memoria de aquel famoso hijo de la Patria, su defensor, pues si todos quantos quisieron copear (sic) este letrero se detubiesen en copearle tan puntual como está en la peña, que es a la letra como se be aquí, y reflexionasen que el letrero abla de la estatua de Ércules, y no de la Torre, que esta sin duda es obra del quinto nieto de Noé, Ércules Macedón o Macedonio”.

    Adición de dibersas noticias que se encontraron ad-mas de las contenidas en los interiores capítulos

    “La Torre llamada de Ércules consta de 77 varas de altitud, y cada uno de sus cuadros, 11 castellanas, sin lo que ocupa la famosa escalera exterior, por la qual dize el licenciado Molina subían carros conducidos de bueyes hasta el chapitel. Tiene ocho altos y en cada uno quatro estancias, porque se fixa interiormente en dos paredes cruzadas que la sostienen contra la fuerza de los vientos. Sobre la Torre hai un cimborrio o bóbeda que cubre su ancho, cuio interior hace una capaz pieza con asientos de cantería al derredor, en que caben 180 personas, y en medio una mesa de piedra. Dizen algunos autores que la fábrica de esta Torre es parecida a la del Alcázar de Segobia, hecho en tiempo de Trajano. Si hubiesen visto la Torre de Babel, quizá le hubieran inventado hermandad. Lo que bemos es que dista mucho el método de la construcción de un edificio al otro y que este es más sólido. El licenciado Molina, secretario que fue de la Capitanía General de Galicia, en su Ystoria, impresa la primera vez en el año 1550, la nombra Torre del Faro; en su tiempo no hauía en ella faroles, y dize que años antes se le ponía una luz o lumbre y no tenía el grande espejo en que se contaba se veían las nabes de alta mar, que decían hurtaron o destruyeron los extranjeros engañosamente. En Mecina de Sicilia y en Alexandría hay dos torres con el mismo nombre de faro. Florián de Ocampo y otros tienen por fábula quanto se dize del espejo de esta Torre; y Fr. Gerónimo Román en su República Gentilicia, apoyado en autores acreditados, defiende que la hizo fabricar Ércules y en ella colocó el espejo que sirvió alos próximos avitantes de aviso muchas vezes para prebenirse y rechazar a sus enemigos. El Padre Mariana cuenta que provino la fábula de este espejo de ignorar la inteligencia de la lengua latina, diciendo speculum, que significa Torre o atalaya. El P. Fr. Gerónimo Román expresa la posibilidad de que hubiese el espejo, y yo la defendería si fuese preciso, porque llemos [sic] que Esculapio fue imbentor de los espejos; que Sócrtates [sic], mirando a un espejo, vio que un dragón a distancia considerable acosaba a los hombres. Cómodo tenía en su aposento un espejo por el qual se hazía centinela de sí propio. Moluses (sic) adornó el templo con los espejos que quitó a las mujeres. Y los usaban los yndios. El emperador Anastasio tubo un espejo hecho por el famoso astrólogo y naturalista Procelo, que servía para encender las nabes vecinas a fuerza del sol. Y los mercaderes suelen tener un espejo en pieza interior para saber quienes se acercan a sus tiendas. Del mismo modo un espejo en lo alto de la Torre, azia el Norte, opuesto a las luzes del sol, proporcionará el discubrimiento de las nabes con más facilidad que mirando azia las aguas o parte del Norte principalmente, oponiéndose los vientos a la extensión de la vista. Algunos curiosos quisieron contemporizar la fábrica de la Torre y la inscripción que ya con dificultad se lee en una peña inmediata a la parte de Lebante, copeada por Molina mejor que por otros y (sic) Marti Aug. Sacr. G. Sevius Lupus Architectus A Daniensis Lusitanus oxul, sobre cuia intelijencia discordan discordan los eruditos, conviniendo en que son letras romanas y es constante esclusiba a una estatua que se puso a la parte superior de la peña, pero distante de la inscripción en que se conserva el aujero y con calidad en que se fijava. Para tratar a cerca de la inscripción es necesario otro discurso y no se acomoda al compendio y laconismo de este pliego.

    La Torre no tiene a los lados en el día fortificación alguna y está descubierta como antiguamente. Fáltale la escalera exterior y por partes está faltosa de algunas piedras, y en el fondo hai una gruta o mina que sigue subterráneamente sin saberse su extremidad. También a la inmediación de dicha Torre hai una mina de mármol expecial.

    Coruña, treze de agosto de mil setecientos ochenta y uno”.

    3.- El segundo bloque de documentos es una cuartilla fechada en Madrid que dice:

    “Se solicitará de La Coruña, un dibujito de la Torre que llaman de Ércules, donde se exprese su verdadera figura, que alto tiene y ancho; si hay uno o dos faroles, y si es redonda, cuadrada u ochavada. Y la ynscripción que dice Marti Aug. Sacr. G. Sevius Lupus Architectus Afluviensis Lusitanus ex., donde se halla. En qué año se le quitó la escalera que tenía exterior y si se hizo alguna interior. Y cualquier otra noticias de su antigüedad digna de consideración. Madrid, 7 de septiembre de 1784”.

    La respuesta a este cuestionario ocupa las páginas 17, 18, 19, 20, 21 y 22. Como señala el prof. Gutiérrez Pastor se parece y mucho a la denominada “Memoria” del Consulado de la que J.M. Bello Diéguez localizó dos copias entre los papeles de Cornide. Pero aquí estamos en 1784, así que en mi opinión es probable que el autor de la respuesta al interrogatorio no sea otro que Joseph Cornide. Acompaña a la respuesta un dibujo de la Torre “a ojo, en demostración de las dos adjuntas, por estar tan mal figuradas” y efectivamente, tanto la estampa como el plano están “muy mal figuradas”.

    Dice así la respuesta:

    “Quanto se pregunta se halla en el tomo 19 de la España Sagrada del Padre Flórez, desde el folio 13 hasta el 20, pero a maior abundamiento va la noticia siguiente:

    La Torre llamada de Hércules se halla situada a una extremidad de la península en que está la ciudad de La Coruña, sobre la cumbre de un pequeño cerro al N. de la población. Su altura no excede de 82 pies de rey hasta el arranque de la bóbeda en que terminaba antiguamente y que, si hoy subsistiese, levantaría como otros 11 pies. Pero estando descubierto el edificio desde dicho arranque se suplió la falta con un tejado que apenas levantará 6 pies; de modo que toda la obra tendrá hoy en día como unas 36 varas castellanas de elevación con poca diferencia.

    Su planta es un quadro de 31 pies de rey por cada frente. Sus paredes tienen 4 ½ pies de grueso, y lo mismo dos que forman en su hueco una cruz para mayor firmeza de la obra. Su material interior y exterior son unos pequeños cubos de sillería de un pie de diámetro (sic) que por ambas partes revisten un derretido de cal y menudos guijarros, en todo conforme al mortero o argamasa que usaban los romanos; de la misma fábrica son las tres bóvedas interiores que hoy día se comunican por medio de una penosa escalera de madera que pasa por unos ahujeros (sic) que se abrieron en dichas bóbedas havrá como un siglo, siendo Capitán General de este Reyno el Duque de Uceda (1)

    ****

    (1) De esta obra se halla memoria en una piedra hallada en la calle de San Andrés de esta ciudad y recogida por D. Miguel de Bárcena, regidor de La Coruña y sugeto curioso. Hoy día existe aquella piedra en el zaguan de la casa de D. Josef Cornide, vecino de la misma ciudad y es como aquí se figura:

    LVPVS CONSTRVXIT EMV
    LANS MIRACVLA MEMPHIS
    GRADIBVS STRAVIT YLAM
    LVSTRANS CACVME NAVES
    …X D DVX D V…

    Aunque falta parte de la piedra y en ella verosímilmente hai quatro últimas letras del títuolo [sic] de VCEDA, que se sabe por documentos de la maior autorización que un señor de aquella gran casa era Capitán General de Galicia en fin del siglo anterior y hai tradición de que el arquitecto empleado en aquella reparación era un religioso agustino llamado Negreiros.

    ****

    con el objeto sin duda de suplir la falta de la famosa y cómoda escalera o rampa volada sobre cepas o pies derechos correspondientes a sus ángulos que circundaba espiralmente toda la Torre hasta su plataforma, sin embarazar la luz de las piezas contenidas con su centro y con tan descansado declive que podía subir un carro hasta el remate. Consérvanse las puertas o ventanas por donde se entraba desde la escalera a las piezas y son hechas con piedra de grano mui tosco. De las [sic] misma materia hai una mesa en el plano superior que, naturalmente, serviría para colocar el fogón o la fogata con que de noche se alumbraba a los navegantes, con cuio objeto se fabricaron dos torrecillas o garitas al tiempo que se abrieron las bóvedas y se hizo la mala escalera interior que ya se ha dicho a efecto de sostener dos faroles, uno de los quales se halla roto y en el otro se enciende una pequeña lámpara.

    Ignórase el fundamento de varias hablillas que corren sobre el tiempo en que se deshizo aquella escalera (2)

    *****

    (2) Hablando de esta Torre Molina de Málaga, en su Descripción de Galicia, impresa el año de 1549, dice así:

    Pues La Coruña tampoco la dexó
    Gran puerto, do nunca fortuna le corre,
    Y ablo de aquestte por sola una torre,
    Antiguo castillo que llaman el viejo.
    Aquesta es do dicen que estaba el espejo;
    Mas es fabuloso sabido lo que era,
    Estaba cercada de gran escalera,
    Que quien la deshizo no tubo consejo.

    Y luego en la prosa añade lo siguiente: “De esta ciudad puerto de La Coruña diremos adelante, quando tratemos de los puertos y agora, por casa notable pongo aquella Torre del Faro, tan afamada, de la qual son pocos los autores que de España hablan, que luego no toquen en ella; y lo que algunos quieren decir que había aquí un gran espejo do se parecían las naos que en alta mar y más lejos navegaban, y que por engaño los ingleses lo hurtaron pretendiendo tomar esta ciudad es cosa de cuentos viejos, porque lo que en esta torre havía era una luz o lumbre que se hacía y aún era justo que se hiciese agora para guiarlas al puerto las naos que de noche venían. Llamábase la Torre del Faro, por aquel faro o señal que tenía; que ansí llamamos el que agora cualquiera nao o galera capitana lleva, a quien siguen las otras. Y la misma Torre o nombre del Faro tenemos en otras partes, como es el faro de Mecina de Cecilia (sic) y otra en Alexandría que llaman el castillo del Faro… Esta Torre es junto a la ciudad a la orilla de la mar, de tan gran altura y antigüedad que es cosa maravillosa; y lo que más hai que admirar es que del principio de ella hasta lo alto iba rodeándola una ancha escalera de piedra que nacía de la misma torre, por la qual subía llanamente un carro de bueies hasta dar en lo alto del chapitel; que fuere cosa tan maravillosa de ver, quanto fue grande el error de quien la consintió deshacer. Sobre el edificador de esta Torre hay opiniones; pero al pie de ella está una peña con un letrero de la misma antigüedad”. Este letrero es el que queda copiado en esta noticia.

    Tiene en esa Corte una exacta perspectiva de esta Torre el señor D. Gaspar de Jovellano, Consejero de las Órdenes, y D. Mauricio Echandi, Protomédico de Navarra”.

    Martí
    Avg. Sacr. C.
    Sevivs Lupus
    Architectus
    Afavnilevsis
    Lusitanvs exvl.

    ****
    aunque parece lo más verosímil que se empezase aquella sensible ruina con motivo de algún sitio en las guerras de la Media Edad, quando esta Torre era fortaleza, cuia thenencia proveían los arzobispos de Santiago, acabando después el tiempo lo que huviesen empezado los enemigos. Sus materiales se emplearían en las primeras fortificaciones de la ciudad inmediata, pues junto a la Torre no queda vestigio de ellos.

    La Torre parece construida en tiempo del emperador Trajano y a lo menos no hay noticia de que existiese antes, pues no la mencionan los geógrafos anteriores, ni aún el diligentísimo Mela en medio de tocar otras menudencias mucho menos importantes de la misma costa. Que es obra de romanos lo manifiesta la misma fábrica, como queda dicho, y lo confirma la inscripción que se conserva (aunque maltratada) a tres o quatro varas de su cimiento, en esta forma:

    MARTI
    AUG. SACR.
    G. SEVIVS
    LVPVS
    ARCHITECTVS
    AF……….SIS
    LVSITANVS EX V

  25. #25 giannini 03 de mar. 2007

    Espíritu crítico con todo, incluso conmigo, que me equivoco más de lo que quisiera. Para que se pueda valorar la calidad intelectual de José María Segovia y contar con mayores elementos de juicio acerca de su opinión, copio el artículo completo que le dedica a la Torre de Hércules. En su diario hay alusiones en otros lugares, por ejemplo cuando toma notas de los libros de actas del Real Consulado de La Coruña y otros papeles:


    6.3.2. TORRE DE HÉRCULES .

    La Torre de Hércules se halla situada, según Tofiño, al NO. 1/4 N. de la Ciudad, en un terromontero escueto y avanzado al mar, que en mi concepto tendrá como unas treinta varas de altura sobre su nivel. Le baña al pie la ensenada que he dicho, llamada el Orzán. No se sabe porque se le dio el nombre de Hércules que conserva en nuestros días, aunque es de presumir que lo tomase porque estos antiguos monumentos se han atribuido al fabuloso Hércules Fenicio. Llamo fabuloso porque aunque los mejores escritores concuerdan en que vino uno hasta el estrecho, fundando a Cádiz, éste no llegó a estas costas, y que dando los griegos y fenicios el sobrenombre de Hércules a todos sus héroes y guerreros de mar y tierra, no se sabe que ninguno de ellos hiciese tal cosa, siendo su primera construcción en tiempos más modernos.

    Muchos han escrito acerca de este faro, pero los más con fábulas y cuentos hasta que el Padre Martín Sarmiento habló con más exactitud en su viaje a Galicia que se conserva manuscrito en la biblioteca de Alba, y posteriormente don José Cornide , vecino de la Coruña y socio supernumerario de la Real Academia de la Historia en un tomo intitulado Investigaciones sobre la torre de Hércules, que existe en la Biblioteca del Consulado y he leído.

    Se sabe que esta torre se fabricó en tiempo de los romanos, mas no en qué época, aunque con sobrado fundamento opina Cornide que fue en tiempo de nuestro español Trajano. Marco Ulpio Trajano, hijo adoptivo de Nerva, dice Mariana, empezó a imperar en febrero del año 99 de nuestra salvación y falleció en Cilicia a los 19 de su reinado. Siendo cierta la opinión de Cornide, esta Torre se construyó entre los años 99 y 118 de nuestra era. El objeto fue tener un punto de mira [hacia] las continuas expediciones que iban y venían de Inglaterra a este puerto cuando ambos puntos los dominaban los romanos, como también para la comodidad de los navegantes de los ríos Duero, Limia y Miño, según dice Saban en su nueva edición de la Historia de España de Mariana.

    Entre las ruinas de la torre antigua se encontró una lápida que aún existe que manifiesta la hizo Gayo Sevio Lupo, lusitano o portugués, arquitecto de Chaves, que es el antiguo Aquas-Flavias. Se hallaba la piedra entallada oblicuamente en un peñasco contiguo a una excavación rectangular en que se conoce se iba a poner un pedestal con una estatua. Ésta sería de Marte, según la inscripción y dedicación, y si éste tenía bastón o clava, dice Cornide, como muchas veces se usaba, de aquí podrían llamarla de Hércules, equivocando una divinidad con otra. En tiempo del Padre Martín Sarmiento, que es el que corrigió los errores de Ocampo, decía la inscripción:

    MARTI
    AVG. SAC
    G. SEVIVS
    LVPVS
    ARCHITECTVS
    AT===LVIENSIS
    LVSITANVS EXV.

    Cuando Cornide la vio, la atmósfera nitrosa había corroído algunas letras y estaba en este estado:

    MARTI
    AVG. SAC
    G. SEVIVS
    LVPVS
    AR===TECTVS
    AT====SIS
    LVSITANVS EXVO.

    Yo la he visto en este año de 1822 y cotejándola con la de Cornide, me he encontrado que no falta ninguna letra, que están nuevamente grabadas sobre las viejas y dadas de almagre sin los puntos de las dicciones y abreviaturas:

    MARTI
    AVG SACR
    G. SEVIVS
    LVPVS
    ARCHHECIVS
    AFIAINHNSIS
    IVSIANVS EXVL

    El que haya dirigido llenar estos huecos, la ha copiado sin duda de otra parte poco exacta, y no de las memorias de Cornide, como se nota en el contexto y letras. Además se ha procedido con poca discreción, pues quien no tenga noticia de dicha descripción, al ver las letras tan nuevas y tan dadas de color, juzgará apócrifa la inscripción, haciéndose poco favor los coruñeses cuando el Consulado en la reparación de la Torre mandó construir una casita en figura de neto, dado, o cubo geométrico de piedra berroqueña, en donde se conserva la lápida libre de la intemperie para que no faltasen más letras.

    Si el arquitecto Lupo nos hubiese dicho en la lápida de la dedicación el año, nos ahorraría el trabajo de investigar. Pero no se sabe si efectivamente fue Lupo quien la hizo. Ni Cornide asegura fuese este el arquitecto. Véanse sus palabras: “Si como suponen los más (autores) la que se halla (inscripción) cerca de sus cimientos se puso con motivo de su erección, de ella misma se saca un argumento de que no pudo ser edificada (la Torre) antes del tiempo de Vespasiano, pues siendo el arquitecto Gayo Sevio Lupo, aquiflaviense, esto es, natural de Chaves, no habiendo añadido a su nombre esta ciudad el dictado de Flavia hasta el tiempo de aquel emperador, en cuyo obsequio lo tomó como otras muchas, ¿cómo pudo haberse llamado Flaviense el dependiente de un pueblo que no se intitulaba así?”. Página 9.

    (La inscripción manifiesta que es una dedicación al dios Marte en cumplimiento de un voto, hecha por Lupo, pero que fuese la Torre, ni ella lo dice, ni se puede asegurar). En la página 41 dice Cornide: “Si esta dedicación fue sólo de la estatua, o se extendió a la Torre, ni se colige de la inscripción ni me atreveré a asegurarlo”. Aquí tenemos torre, estatua y dedicación, o como llamaban, árula. Las conjeturas son de que aquélla no se hizo antes de Trajano; que la inscripción también es posterior a este emperador, por ser su autor oriundo de un pueblo a quien él dio sobrenombre. Mas estas no son pruebas de que torre e inscripción se hiciesen al mismo tiempo; ni de que la una fuese objeto de la otra. ¿Es posible que siendo la Torre un monumento público tan hermoso, admirado de la posteridad, no lo conociese el mismo Lupo? ¿Y si lo conoció, que no hiciese mención de él y aún del día en que lo empezó o acabó? ¡A tan grandiosa fábrica, inscripción tan pobre! La inscripción pone que es una dedicación a Marte, mas no expresa lo que dedica: no sería cosa de tanto aprecio. El hallarse a la inmediación no es prueba, pues ha habido un hueco para estatua u otro triunfo sin que tenga que ver nada con la Torre. Ni sé que se hallan hecho excavaciones en averiguación de si al pie del montecillo se encuentran otras pruebas y datos. La Historia no cuenta más que tres arquitectos, dice Masdeu, en tiempo de los romanos, uno de ellos es Lupo, pero no se sabe fuese tan hábil, pues ninguna obra consta por suya más que esta, en sólo conjetura de autores posteriores.

    Además de esto, Lupo no pudo hacer una obra destinada a la utilidad pública y de objeto determinado cual es un faro sin contar con las autoridades. Muchos por vanidad hacían sepulcros y árulas, pero siempre pidiendo permiso, y algunas veces solicitaban que el pueblo lo hiciese a expensas del erario, y si la autoridad del pueblo se negaba, lo hacían a sus expensas, por bajo de cuerda, y suponiendo que era el común quien lo hacía en obsequio de los parientes. Pero en todos casos siempre se inscribía el nombre de dichas autoridades y aún el del emperador reinante ¿Cómo pues Lupo no inscribió nada de esto en torre tan magnífica y sólo hizo una árula sencilla, esto es, basa con estatua según el voto? Un estatuto de leyes antiguas romanas prohibía, dice Ocampo, inscribir los nombres de los arquitectos o constructores o de persona encargada de las obras que se hiciesen a costa de cualquiera república, pero sí, las labradas a sus expensas, dando a entender que lo hacía a su costa, lo que no es prueba, pues él podía hacer un voto y la república en el mismo sitio el faro. Así, no puede asegurarse, como dice Cornide, que Lupo fuese el constructor de este edificio. Yo le creo posterior, si bien en tiempo de Trajano.

    Veamos ahora qué forma tenía. Se componía de tres cámaras o plazas de armas, una sobre otra, y encima un fogal donde se encendía lumbre. Se subía por una escalera exterior que rodeaba en figura de hélice los cuatro frentes de la Torre. No se sabe si la escalera estaba sostenida por escocia boleada [=volada] y en forma de balcón, o con sustentantes. Cornide juzga que tenía ocho pilares, dos en cada ángulo, por haberse hallado dovelas unidas a los salmeres en las esquinas, pero esto no prueba nada y yo extraño que si tenía estos hipomoclios en cada arista, no se hayan encontrado trozos con molduras en su basamento que lo indicasen, como se han hallado pedazos de arcos. Sea como fuese, la escalera o subida era rampa, que se cree de cuatro pies de latitud, en cuyo caso no es difícil estuviese sostenida por escocia. Para entrar en estas cámaras o salas había dos o tres peldaños. No llegaba al suelo el arranque, sino que se subía a él por escalera de mano, que se retiraría para evitar las sorpresas de moros, en cuyo tiempo sirvió de fanal, de vigía y de castillo o fuerte, como consta por documentos.

    Por consiguiente, es falso que hubiese en dicha torre-vigía un espejo en que el vulgo cree se veían las costas argelinas (sic), las naves a cien leguas y que los almunices o naciones extrañas la derribaron. Esto mismo se ha contado del Faro de Alejandría, del Faro de Mesina y otros, dando pábulo a este error el que los latinos llamaban specula a lo que los moros atalaya y nosotros vigía.

    Así continuó este faro hasta que abandonado, sin saberse en qué época, las guerras y el tiempo fueron desmoronando la escalera o rampa y quedó hecho un torreón inútil, dando siempre nombre a la Ciudad, que se llamó como he dicho Briga, Brigantium o Ciudad de Briga, Torre del Faro, Castillo Viejo, Cruna o Cruña y Coruña.

    En 1684 el duque de Uceda, Capitán General de Galicia, movido de un deseo filantrópico, viendo que las embarcaciones por entrar en el puerto iban a dar en el peligroso seno del Orzán, dispuso se taladrasen los techos de los tres aposentos y se hiciese una escalera interior de madera, valiéndose del arquitecto Amaro Antúnez, vecino de la Coruña. Los cónsules de Inglaterra, Holanda y Flandes, residentes en esta ciudad, le propusieron lo conveniente que sería encender de noche un farol que sirviese de antorcha a los navegantes, ofreciendo un derecho de tonelada por cada buque de su nación, a fin de construir en la parte superior dos torreoncillos o pedestalillos cuadrados donde se colocasen. Se formaron o construyeron, y para la empresa del alumbrado se ofrecieron de nuevo por espacio de diez años a mantenerlo y conservarlo con un derecho que se les concediese. Difirió el Duque a su solicitud, entendiéndose en dicha comisión a petición de los demás cónsules, con el de la nación flamenca Adrián de Roo y éste encargó la materialidad de dicho alumbrado por medio de poder a Antonio Gómez Catoira, procurador de la Ciudad, quien no habiendo cumplido con encenderlo, fue preso en el Castillo de San Antón, separándosele del encargo, dando poder al mismo arquitecto Antúnez en 5 de mayo de 1687. Esta noticia se conserva en documentos de la Capitanía General y en una lápida que habiendo rodado por varias casas, se halla en el zaguán de la del expresado Cornide, cuya inscripción es como sigue:

    LVPVS CONSTRVXIT EMV
    LANS MIRACVLA MENPHIS
    GRADIBVS STRAVIT YLAM
    LVSTRANS CACVMINE NAVES
    =======XDDVV=======

    Los vientos y las tempestades rompían o apagaban los faroles colocados en los pilarillos, y así se abandonó y quedó otra vez sin uso hasta que Carlos III, erigiendo el Consulado (por su Real Cédula de 29 de noviembre de 1785) y este cuerpo se encargó de la reparación supliendo los caudales necesarios.

    Se reconoció este viejo torreón y se halló que tenía 36 pies de lado de cuadrado, 124 de altura hasta el arranque de la bóveda en donde los antiguos encendieron llama en vez de farol, cuya cúpula tenía 16 pies y habiéndose caído suplieron después con un tejado, siendo el total de 140 pies de elevación distribuidos en tres suelos de bóveda de desigual altura. El material era hormigón o derretido de menudos chinarros y mortero revestido exteriormente de piedras de un pie cuadrado. Vitruvio llama esta construcción de tres costras, y aunque no la tiene por buena, esta Torre, dice Cornide, manifiesta lo contrario. Las esquinas, puertas, ventanas y la rotunda o cuerpo superior, tenían sillares de piedra berroqueña de grano grueso de una cantera, una legua de la Coruña. Para la última reparación se empleó el mejor material posible. Se descarnó y derribó lo que amenazaba ruina y se hizo un revestimiento de dos pies y medio de grueso que se ha unido a la obra anterior por medio de tizones, asegurado el todo con mortero de dos de arena y uno de cal hasta la rotunda que se hizo enteramente para colocar la farola, resultando en el todo doce varas más alta que el antiguo faro.

    Por Real Orden de 4 de enero de 1788 aprobó el Rey la recomposición y se nombró para efectuarla al teniente de navío e ingeniero ordinario don Eustaquio Giannini. Se principió en tres de junio de dicho año de 1788 y se concluyó en fin de marzo de 1791 habiendo costado 762.058 reales y 11 maravedís, inclusos 105.553 y 21 maravedís que en 17 de enero de 94 se pagaron en virtud de Real Orden al asentista de la cantería por vía de indemnización de los perjuicios que justificó haber sufrido y 6.457 reales y 28 maravedís que valían las existencias al concluirse la obra. Parte de ellas estaban en una casita al pie del montecillo en la parte del sur y aún se ven las paredes maestras.

    La Torre en el estado actual, según he visto yo mismo y he medido con cuerdas y plomada, es una columna cuadrangular de 14 varas de lado en figura de un paralelepípedo. Sobre él hay un torreón octogonal y encima de esto otro torreoncillo de la misma figura en donde está la linterna o farola rodeada de balaustrada de hierro. Por el centro del chapitel (no debe confundirse capitel con chapitel, capitel es la parte superior de las columnas en la Arquitectura, chapitel es en términos de hojalatería la cubierta de las linternas de torres. Cuando son pequeñas como las de linterna de mano se llama concha o desahogadero) de hierro del faro sale un tubo recurvo para la surtida del humo al que atraviesa un espigón y en su extremo hay una ancla de hierro colocada horizontalmente que sirve de veleta y hace girar también el tubo. A pesar del uso a que se ha destinado, es un remate pobre, sin gusto, sin buen efecto, ni vista desde abajo, y sería mejor poner una esfera dorada o cobre, limpiándola anualmente, u otro cualquier adorno. En el segundo cuerpo o primer torreoncillo hay un andito o galería con su antepecho.

    Los cuatro frentes son de sillares de piedra berroqueña perfectamente trabajados y unidos, y por todos ellos corre diagonalmente una faja, plinto o resalto que se ha dejado para conservar la memoria de la antigua rampa. Entre plinto y plinto hay dos ventanas, unas para dar luz al interior y otras figuradas para la euritmia, cegado el vano con la misma piedra. En el frente del norte hay dos puertas, una corresponde a un cuartito que puede servir para cuerpo de guardia o habitación de guarda, ocupada actualmente con varios efectos, y la otra que es el ingreso a la Torre. Encima de cada una hay una inscripción que por Real Orden se mandó inventar a la Academia de la Historia, quien comisionó al efecto a sus individuos don José Guevara, don Francisco Cerda, don Casimiro Ortega, don José de Vargas y agregándose a ella el ya mencionado don José Cornide. Las inscripciones ponen:

    CAROLVS III. P. AUG. P.P.
    PROVIDENTIA
    COLLEGIVM MERCATORVM
    CALLAECIAE
    NAVIGANTIVM INCOLUMITATI
    REPARATIONEM
    VETVSTISIMAE AD BRIGANTIVM PHARI
    D.S.
    INCHOAVIT
    CAROLI IIII. OPT. MAX.
    ANNO II
    ABSOLVIT

    En la que está sobre la puerta del ingreso se lee:

    REINANDO CARLOS IV
    EL CONSULADO MARITIMO DE GALICIA
    PARA SEGVRIDAD DE LOS NAVEGANTES
    CONCLVIO A SVS ESPENSAS
    EN EL AÑO DE 1790
    LA REPARACION
    DEL MVY ANTIGVO FARO
    DE LA CORVÑA
    COMENZADA EN EL REYNADO
    Y
    DE ORDEN DE
    CARLOS III.

    Es de advertir que en las inscripciones impresas por Cornide pone 1791 y que según he dicho se principió en 1788 y concluyó en marzo de 1791, según consta en la colección de órdenes del Consulado que ha tenido la bondad de franquearme por su tesorero, el señor don José Canellas, y en la Descripción Económica de Galicia por Labrada. Y en la grabada se lee bien claro 1790, sin duda porque ya estaba esculpida antes de concluir la obra. Debía corregirse esta falta borrando el cero y sustituyendo un uno porque la posteridad no se engañe, creyendo haberse acabado en dos años, empleándose tres.

    Se entra en la Torre por tres escalones en un portalito donde hay otros dos, y se sube por una escalera de piedra berroqueña y balaustrada o pasamanos de madera pintada de verde. Es lástima que siendo todo este célebre monumento público de piedra, no se haya hecho la balaustrada de lo mismo. Esta escalera sigue en caracol por los cuatro frentes de la Torre y en una mesilla hay un cuarto para guardas o efectos, y continuando se encuentra otra gran meseta o cámara hasta donde hay ciento cinco peldaños y en ella otro cuarto con dos piezas donde habita con máquinas y fragua un maestro armero que cuida del fanal. Desde aquí estrecha la escalera y subiendo otros ochenta escalones, hay una rotunda muy espaciosa que es el torreoncillo octogonal primero, cuya bóveda apean cuatro machones, los tres (sic) rectangulares y en uno una inscripción que dice: Dirigió esta obra el teniente de navío, e Ingeniero ordinario Dn. Eustaquio Giannini. En uno de los pilares que es de más espesor que los otros hay una escalera muy estrecha en figura de caracol o hélice, y subiendo otros 35 escalones se llega a una puerta que comunica al andito del torreón expresado, con su antepecho macizo de la misma piedra.

    Se suben todavía 18 escalones y se entra en la farola. Ésta consta de un mirador o cierro de cristales de figura polígona de 16 lados que presentan otras tantas facetas o frentes, duplo número de lados que el del torreoncillo y balaustrada, cubierto con su sombrero de hierro. El fondo de la farola tiene tal diámetro, que hemos estado ocho dentro sin opresión, además de un tambor de reloj que ocupa su centro y cajones de cerca de dos pies de latitud que hay alrededor. En los ocho frentes que miran al mar están las luces. En la espalda que corresponde a tierra no hay nada más que las vidrieras. Las luces son quinqués como los que se usan en las salas, sin diferencia ninguna más que ser más grandes. Están colocados en una mesilla o chapa de hierro delgado de 7 a 8 pulgadas de latitud, sostenida por barrotes de latón. Detrás del tubo de cristal hay reverberos de más de veinte pulgadas de diámetro, barnizados de un estaño claro que usan los ingleses. Mucho mejor serían de plaqué o de platina. Delante de las luces y embebidos en las vidrieras, entre bastidores, hay unos cristales macizos representando un exacto hiperboloide de más de un pie de diámetro y siete pulgadas de altura, con lo que se aumenta la luz terriblemente. Para la ocultación no se ha hecho el fanal giratorio como el de Cádiz. Aquél es una pirámide triangular giratoria, en cada frente hay guardando la misma figura seis reverberos. En cada minuto da una vuelta. Cuando presenta las caras es el claro máximo y cuando presenta las aristas es el obscuro. Así el vulgo dice que se enciende y se apaga en cada minuto. La de la Coruña tiene un volante de hierro que gira alrededor del espigón que desde el piso sobresale por encima, según he dicho. Al extremo del volante están dos pantallas diametralmente opuestas, las que girando van ocultando sucesivamente las ocho luces. El volante anda por medio de una máquina de reloj y contrapeso que está dentro del tambor de hierro.

    En primero de octubre de [17]91, se mandó que el alumbrado de la Torre fuese un fogarón de carbón de piedra, empleándose el de la provincia, pero esto no se efectuó nunca y se dispuso un fanal de piedra sillería, dentro del cual se ponían las luces hasta que en 1800 se construyó el actual en Inglaterra ,y por cuenta de la Tesorería General se trasladó desde el Ferrol desbaratando aquel fanal. Es de notar el descuido de la Marina en no haber comisionado sujetos que con repetidos experimentos determinasen el máximo alcance de la luz en alta mar, ignorándose hasta ahora una cosa tan esencial. Así, unos dicen la han visto a doce leguas, otros a seis.

    Yo he medido como he dicho la Torre y he hallado 50 varas desde el pie al borde del antepecho del andito. Siete desde el piso de éste al extremo del pasamanos de hierro. Tres, altura de la linterna y tal vez 10 pies a la veleta. En todo 60 varas y diez pies o 190 pies.

    El Consulado pensó hacer una explanada o plataforma alrededor de la Torre, con su antepecho para seguridad y hermosura, y un camino desde la ermita de San Amaro de 350 varas, calculado el costo en 40.000 reales. Se aprobó el proyecto en Real Orden de 7 de enero de 92, pero visto que subía a 70.000 reales, se suspendió. No obstante, se principió la explanada y hay un pedazo construido por la parte del sur, con su antepecho y asiento que la hermosea mucho. También existen cuatro paredes maestras de piedra sillería que parece ser de algún cuerpo de guardia, cosa inútil cuando aquel punto no está fortificado. Más valiera que con aquel material se acabase la plataforma y antepecho y se emprendiese el camino proyectado desde San Amaro o desde el Parque de Artillería que tanto adornaría la Coruña, formándose con dos barandas, y asientos, y plantando árboles a la espalda. Sería un paseo hermoso en hibierno (sic) y verano. Se subiría con comodidad y se tendría este desahogo más que el corto recinto de la Alameda. El ayuntamiento debía emprender esta obra, pues los 70.000 reales del costo siempre se quedaban dentro de la Coruña, manteniendo artesanos pobres que les falte trabajo, con otras ventajas y utilidades.

    Desde el andito de la Torre se sube a la balaustrada de hierro por un tambor de piedra encima del que han formado un cono truncado del mismo material. Por dentro de este se sube un caracolillo de 18 peldaños hasta dicha balaustrada, y la parte superior está maciza. En el extremo hay una aguja de conductor eléctrico y la cadena va a parar por el frente del sur a una cisterna hecha dentro de una casilla de piedra, al pie del terromontero. Sobre la casilla y encima del antepecho han colocado un gran cono truncado oblicuo horadado por donde atraviesa la cadena. Mas tanto este como el de arriba desfiguran, quitan la simetría y la gracia de esta hermosa Torre.

    Para cuidar del fanal hay un maestro armero que goza 11 reales de sueldo; y siendo de su cuenta la recomposición de las piezas, disfruta al mismo tiempo veinte de gratificación. En el día está a cargo de la Marina. La farola gasta diariamente de aceite desde junio a diciembre siete libras; desde diciembre a junio 15.

    Además de este maestro hay otro atalayero, que sin incumbencia en la Torre, sirve de observar las embarcaciones que llegan a la Coruña y dar parte cada noche al Capitán del Puerto, pues no tiene asta de señales
    .

  26. #26 giannini 27 de mayo de 2007

    En fin, que no sé en qué estaba pensando, o sí, que empezaron a temblarme las carnes al atisbar la posible existencia de un dibujo de la Torre en el siglo XVI, por aquello de que las representaciones heráldicas son más o menos imprecisas y tienen su punto de fantasía. Ni dibujo de la Torre, ni de la inscripción...

    En cualquier caso, si puedes realizar algún comentario sobre los textos que Velasco le dedica a la Torre, o incluso colocar alguna imagen de ellos, ya nos apañaremos los demás para leer.

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