Autor: silmarillion
miércoles, 04 de mayo de 2005
						Sección: Denuncias
						Información publicada por: silmarillion
						
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La actual carrera de Historia del Arte va a dejar de impartirse en España
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La actual carrera de Historia del Arte va a dejar de impartirse en España al igual que otras titulacionesde humanidades como Ciencias de la Música y muchas filologías.
Este hecho supondrá un detrimento en el abanico de opciones para los futuros universitarios y una mutilación de la formación cultural de todos los españoles pues no existirán profesionales debidamente formados para llevar a cabo exposiciones, restauraciones, rehabilitaciones, bibliografía, dirección museística... 
La creación de nuevos planes de estudio conducentes a la implantación de títulos de grado implica un catálogo de nuevas titulaciones que sustituirá a las antiguas licenciaturas. La elaboración de tal catálogo corresponde inicialmente a las subcomisiones creadas por el Consejo de Coordinación Universitaria, en concreto, por lo que a la historia del arte se refiere, a la Subcomisión de Humanidades, presidida por el rector de la UAM, Ángel Gabilondo.
Esta Subcomisión ha adoptado un criterio restrictivo reduciendo el número de títulos, y entre los títulos eliminados se encuentra Historia del Arte, que actualmente se imparte en 25 universidades españolas.
Dicha Subcomisión no ha explicado las razones de esta reducción, ni en concreto las que afectan a Historia del Arte, un título en que están matriculados unos 16.000 alumnos en España, es decir, el que tiene un mayor tirón entre los estudiantes de humanidades. Este recorte ha obligado a fijar a muchas universidades una nueva nota de corte superior a 6.
Consideramos que esta subcomisión no tiene legitimidad científica para llevar a cabo este proceso drástico, pues de sus 13 miembros, 4 representan a universidades privadas católicas, 4 a Comunidades Autónomas (Asturias, Galicia y La Rioja entre otras); las universidades públicas solo están representadas por 2 miembros de la Subcomisión y estos proceden de universidades o muy pequeñas y por ello poco representativas o en las que no se imparte Historia del arte; completan el cupo del comisionado 2 consejeros ajenos también a la disciplina artística, y el presidente, licenciado en Filosofía.
Por tanto, no tienen autoridad científica legítima para llevar a cabo las resoluciones que se han propuesto, pues no representan a la universidad española ni a la comunidad científica, y en el terreno específico de la Historia del Arte se encuentran totalmente al margen.
Esta comisión tiene que entregar su resolución el día 4 de mayo de 2005 al Consejo de Coordinación Universitaria, y este se reúne los días 10 y 11 para realizar estos catálogos. En consecuencia, debemos actuar antes de estas fechas.
Las fuentes para el conocimiento de esta noticia son totalmente fidedigna puesto que se ha filtrado a través del presidente de la Comisión en la Junta de Gobierno de la Facultad de Filosofía y Letras de la UAM, y ha sido confirmada por escrito al profesorado de la UCM por una carta firmada por el mismo presidente, Ángel Gabilondo, que aquí adjuntamos.
Al margen de estos datos objetivos, se ha interpretado que la única posible razón para tal forma de actuación, por lo demás absolutamnte ilógica y contraproducente, pudieran ser intereses de tipo económico que favoreciesen a las universidades privadas, pues con la reducción de posibilidades en la enseñanza pública habría que recurrir para estudiar humanidades a las este tipo de universidad. El detrimento que supone tal plan, el debilitamiento de la universidad pública, la desventaja para los estudiantes que van a tener que costearse unos estudios diez veces más caros y seguramente más incompletos, y la repercusión que la falta de formación en los profesionales que velarán por la cultura en nuestro más cercano futuro, son factores que afectan a toda la población española y no solo a nuestro colectivo profesional. Por otra parte toda la reforma que implica el proceso en curso en estas subcomisiones repercutirá de manera similar y radical en muchas otras titulaciones, ampliándose así también el círculo de interesados directamente en nuestra reivindicación, pues es la primera de la cadena. Por todo ello una vez más te pedimos tu apoyo. 
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Más informacióen en: http://www.sialahistoriadelarte.galeon.com/
Comentarios
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Lo de ajustarse a Bolonia es complicado. Pero supongo que lo que ocurre es que dejará de existir como Licenciatura propia, no que desaparezca. Según los nuevos esquemas europeos, que están pensados en plan "macro", la idea es que el "grado", es decir, el título que se alcanza después de los 3 primeros años, pueda ser muy generalista y, si la persona quiere (y es lo que se desea políticamente) pueda colocarse ya en trabajos de tipo medio, es decir, versátiles y no muy especializados.
Pero luego viene el "master" de 2 años, en el que me parece seguro que Historia del Arte, como Arqueología, Medieval, etc., se van a mantener, y ahí se da la espcialización. El "masterizado" (glupp), "maestro", "magister" ("magistrado" sería lo suyo, pero el vocablo ya "tiene bicho") puede trabajar en algo más especializado o, si lo desea, seguir hacia el tercer ciclo otros dos años y doctorarse.
En resumidas cuentas: es lo de Penélope y su telar, y se vuelve a lo que era en mi época: 3 años de "comunes" (ahora Grado), dos de "especialidad" (ahora Master) y otros dos de Doctorado.
Si se ve en este contexto, la cosa ya no parece tan grave. Tampoco hay, ni siquiera ahora, Licenciatura en Historia Antigua o en Arqueología (salvo 2 excepciones), y no nos hemos muerto en todos estos años... Aunque incluso sólo con leer muchas noticias de prensa, en las que la fuente sabe casi tan poco como el periodista, o estudiando los rankings mundiales en Humanidades, bien se ven los resultados...
Pues hay más cocederos de habas. Os paso el manifiesto de los lingüistas a secas (sin Literatura), que me acaba de llegar.Éstos no tenían ahora Licenciatura propia, pero empeoran, al no estar previsto que tengan un Grado en "La Boloñesa" que se avecina.
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MANIFIESTO PARA DEFENDER Y JUSTIFICAR QUE LOS ESTUDIOS DE LINGÜÍSTICA HAN DE TENER, EN ESPAÑA, LA FORMA Y DURACIÓN DE UN GRADO, EN EL MARCO DE LAS NUEVAS TITULACIONES UNIVERSITARIAS DE LA UNIÓN EUROPEA
PRIMERO: en los estados de la Unión Europea, la Lingüística tiene la consideración de Licenciatura, a todos los efectos, en las instituciones universitarias, y goza del prestigio que se otorga a las áreas básicas de docencia e investigación. En cambio, en España la licenciatura de Lingüística se aprobó en 1994, comparativamente tarde, y sólo se implantó en la modalidad de segundo ciclo, cosa que ha limitado mucho el despliegue de una disciplina que, como nos demuestra tanto nuestra experiencia en estos diez años como el trato que recibe en Europa, necesita de un itinerario más largo, dada la complejidad y alcance de su objeto de estudio.
SEGUNDO: las conexiones interdisciplinarias de la Lingüística son múltiples porque el lenguaje es seguramente la facultad humana que más facetas presenta, ya que es a un tiempo un fenómeno físico, psicobiológico y sociocultural e histórico, además de ser objeto y también recurso clave para las TIC (tecnologías de la información y comunicación). Por esta razón son muchas las salidas profesionales que encuentran en la Lingüística su fundamentación natural e inalienable: Psicolingüística, Neurolingüística, Logopedia, Sociolingüística, Lingüística computacional, Lingüística teórica y tipológica, Antropología lingüística, etc. Además, un buen nivel en lingüística es hoy imprescindible en cualquiera de las titulaciones que forman a especialistas en las diversas lenguas particulares.
TERCERO: en relación muy estrecha con el punto anterior, afirmamos que es indispensable una formación lingüística sólida, o sea, un GRADO que permita que los interesados en las salidas profesionales ligadas a la lingüística y/o a las lenguas particulares puedan concentrarse en los estudios correspondientes sin tener que cursar forzosamente estudios literarios. En este sentido, exigimos que se aproveche el proceso de convergencia europea para poner fin a la situación excepcional española que hace que seamos el único estado donde no resulta posible entrar en la Universidad para hacer estudios exclusivamente lingüísticos, sin necesidad de hacer literatura. El contenido, convenientemente revisado, de la licenciatura actual de segundo ciclo debería ser el punto de partida de un grado de estudios lingüísticos que seguirían los estudiantes de las diversas especialidades de la lingüística propiamente dicha y/o de las lenguas particulares (una o más, puesto que no sería necesario que fueran afines genealógicamente, a diferencia de lo que ocurre en las actuales filologías).
CUARTO: Para llevar a término este cambio hará falta superar el comportamiento corporativista a que conducen las actuales áreas de conocimiento. Se trata de diseñar unos estudios a la altura de la demanda de los nuevos tiempos y no de diseñarlos al servicio de los intereses de un área de conocimiento. Así pues, en el cambio que propugnamos tendrá que participar tanto el profesorado del área de Lingüística General como el profesorado de lengua de las diversas filologías. Complementariamente, habrá que emprender una tarea importante de divulgación en Bachillerato acerca de la naturaleza y salidas profesionales de estos estudios.
QUINTO: si la lingüística pasara a configurarse sólo como postgrado, nos encontraríamos con que en lugar de la convergencia europea perseguida, la anomalía española se agravaría aún un poco más. Tendríamos un postgrado dedicado, de manera irracional y antiacadémica, a unos contenidos básicos, imprescindibles para cualquier especialización, que, paradójicamente, no dejarían espacio suficiente para la especialización. Además, sería imposible hacer postgrados conjuntamente con otras universidades europeas, por el hecho de que allí los conocimientos básicos ya se habrían conseguido en el grado. Naturalmente, también dejaríamos de ser competitivos: ¿Qué estudiante extranjero con un grado de lingüística podría sentirse atraído por un postgrado en que los estudiantes locales hubieran de conseguir aún la formación que el primero ya tendría? En definitiva, impulsados por la racionalidad y por el objetivo de convergir con Europa, pedimos que en el nuevo organigrama de titulaciones haya un grado de Lingüística (sin que eso sea óbice para que puedan establecerse los postgrados correspondientes a dominios disciplinarios más especializados). De esta manera, los estudios de Lingüística en la Universidad española se encontrarán finalmente en el nivel en que se encuentran en Europa y se hará justicia a la centralidad y transversalidad de una disciplina que presenta tantas y tan ricas conexiones interdisciplinarias.
Firman este manifiesto las personas siguientes:
Nota.- Los interesados en adherirse pueden contactar con la Prof. Luisa Martín Rojo
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