Autor: Olarticoechea
viernes, 03 de junio de 2005
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Olarticoechea
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El mundo céltico de los castros gallegos
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Dentro del mosaico de pueblos que vivían en Europa en la Edad Antigua, los celtas son uno de los que más curiosidad y entusiasmo despiertan. Pertenecientes culturalmente al mundo indoeuropeo, fueron conocidos principalmente por su mentalidad belicosa e indómita, su idioma propio, su arte y sus ancestrales tradiciones vinculadas a la naturaleza y a su visión del mundo.
Conquistadores y guerreros, sus origenes se remontan a centro-Europa, donde desarrollaron las culturas Hallstat y La Tené. En el apogeo de su expansión la cultura céltica abarcaba toda la parte occidental y central de Europa, donde asombraron a Griegos y Romanos. Hoy en día miles de años después, el mundo celta sobrevive como minoría en los lugares más occidentales y aislados como Irlanda, Escocia, Bretaña, Gales, Cornualles y la isla de Mann, aunque en otras regiones donde antaño su influencia fue grande, se puede percibir un importante substrato cultural celta como sucede en Galicia o en Francia.
El mundo celta en la Gallaecia.
Aunque determinados historiadores actuales nieguen la presencia celta en Galicia, lo cierto es que los historiadores contemporáneos de Roma describieron abundantemente la presencia de tribus celtas en la región. El primero en testimoniarlo fue Rufo Festo Avieno con su celebre invasión de Saefes, pero no fue el único, así Estrabón (III, 3,5), Plinio (III,28 y IV, 111) y Mela (III,10 y 13) también nos hablaron de los celtas que vivían en la Gallaecia, en concreto Mela se refería a los celtas “neri” y “praestamarci”. Herodoto por su parte narra la existencia de celtas en el noroeste peninsular, similares afirmaciones hace Pomponio Melo que dice que había poblaciones de celtas en la costa occidental de Galicia.
Todas estas fuentes históricas son corroboradas por la arqueología, ya que en la antigua Gallaecia se desarrollo una famosa cultura conocida como “cultura castrexa”. Esta cultura presenta grandes afinidades con los castros prehistóricos de Irlanda y del occidente europeo, sobre todo en lo que se refiere a la forma circular de las casas de los castros.
Los arqueólogos desenterraron dentro de los castros gallegos numerosos objetos, algunos son genuinamente galaicos, pero muchos otros presentan un claro origen celta, estos elementos son los trísqueles, los torques y diademas adornados con espirales y motivos célticos, cascos y puñales estilo “ La Tené” , espadas hallstaticas del tipo de antenas, típicos dibujos zooformos célticos como los de la diadema de ribadeo, o estatuas de guerreros similares a otras encontradas en centroeuropa. También se hallaron inscripciones que hacen referencia al carácter celta de sus habitantes, así por ejemplo en una inscripción encontrada cerca de Lugo se puede leer: “Apana, filla de Ambolo, Céltica supertamarica, do castro de ????obre”.
La arqueología también nos permite conocer las divinidades que adoraban los antiguos habitantes de los castros, claramente celtas, similares a las encontradas en otros lugares de Europa, algunas de ellas son:
- Lug: este es el dios céltico por excelencia, según Murguía de él tomo nombre la ciudad de Lugo, su culto está testimoniado por diversas inscipciones encontradas cerca de la ciudad lucense: Lugubus Arquienobus y Lucobus Arquienis.
- Brigancia: Importante diosa celta de la antigua Irlanda , dio nombre a la antigua Coruña (Brigancia).
- Coventina: deidad que se puede encontrar en la Galia, en la antigua Britania y en Curvenos y Santa Cruz de Loio (Lugo).
- Navia: se cree que su culto estaría relacionado con las aguas, de ahí el nombre del río.
-Bormanicus: Dios celta, del que esta testimoniado su adoración en el norte de Portugal.
-Lahus Paraliomegus: Laha fue identificada como diosa acuática en la Galia y también se encuentra en Galicia.
-Matrae: El culto a las matrae (madres protectoras) fue muy corriente en el mundo celta.
Asimismo otras deidades célticas o indoeuropeas fueron Bandua, Coso o Reva, y el nombre de la antigua ciudad de Nemetobriga (en Ourense) tomo el nombre de Nemeton (bosque sagrado céltico).
Como vemos la sociedad que poblaba los castros era típicamente celta y estos pueblos eran conocidos por su belicosidad, algo de lo que también tenemos constancia por fuentes arqueológicas y escritas. Esto explica que viviesen en ciudadelas fuertemente amuralladas con fosos y parapetos defensivos, que practicasen constantes ejercicios de entrenamiento para el combate como nos recuerda Estrabón e incluso que fueran reclutados como mercenarios de Aníbal como explica Silio Itálico.
El armamento encontrado en los castros consta de escudos (Caetras), puntas de lanzas, espadas y accesorios. Dentro de sus creencias célticas arrojaban armas a los ríos, como las espadas que se tienen encontrado en el Miño y el Ulla. (Sacrificios votivos).
La creencia de cortar la cabeza del enemigo estaba arraigada en los celtas y en Ourense se encontraron representaciones de esta práctica. También se cree que las cofradías de guerreros practicaban ritos iniciáticos en saunas, lo que se asocia frecuentemente a la aparición de “pedras formosas”. La guerra para estos pueblos tenía carácter sagrado, lo que explica que practicasen suicidios en masa sino podían alcanzar la victoria (Monte Medulio) o que no les importase morir en la batalla.
En lo referente a su lengua no tenemos testimonios escritos, pero todo nos indica que debió ser una lengua céltica, aún hoy en día existen en el gallego muchas palabras derivadas del antiguo idioma goidélico, estas palabras abundan en el léxico rural por lo que difícilmente tienen otro origen que no sea el de los primitivos habitantes de los castros, algunos ejemplos:
-Aramio: Tierra de labranza.
-Lábega: Arado.
-Cheda: (celt. Cleta.) Pieza del carro.
-Broa: (mijo)
-Bogalla: (bellota).
-Briza: (celt. Vroiceus) un tipo de planta.
-Bugallo: (celt.Bullaka) parte del roble.
-Croio: (celt.Crodios=duro) piedra.
Otros autores no limitan a cierto léxico la influencia del idioma celta en el gallego sino que afirman que algunos rasgos fonéticos o alguna manera de construir palabras tienen una base claramente goidelica. Donde también se demuestra que el idioma céltico se habló en la edad del hierro gallega es en la toponimia, algunos topónimos célticos son:
-Céltigos (Sarria, Lugo)
-Vilar de Céltigos. (Santa Comba, A Coruña).
-San Xulián de Céltigos. (Frades y Ortigueira, A Coruña)
-Promontorio céltico (antiguo topónimo)
-Numerosos nombres de ríos (Navia, Sar, Eume, Sarela)
-Ciudades o lugares de la época: Brigancia, Dumbria, Tude.
-Determinados sufijos célticos presentes en muchos topónimos: -bre, -ove, -iña, -briga (fortaleza), Ej: Lestrove, Elviña, Cambre.
-Topónimos procedentes de tribus claramente célticas: Lemos (de los Lemavos), Artabros, Alobre de los alobrigaecinos (termino similar a los alobroges de las Galias).
Como vemos la influencia de la cultura céltica sobre la población galaica no debió ser despreciable, esto puede explicar porqué actualmente en el folclore gallego existen ancestrales leyendas o creencias que coinciden con las de los países célticos, ejemplos pueden ser la Santa Compaña gallega similar a la Fairy Host irlandesa, la Sluagh de Escocia o el Toili de Gales.
Pero esta tradición celta de Galicia no se recoge exclusivamente dentro de sus fronteras, conocido es la existencia de antiguos manuscritos irlandeses que hablan de antiquísimas relaciones entre Eire y Galicia como la leyenda de Breogán que supuestamente pobló Irlanda partiendo de Brigancia (A Coruña), dicho relato está recogido en el Leabhar Gabhála, a su vez otras crónicas irlandesas cuentan relaciones con “Rin Espaniae” es decir “la punta de España” donde estaba Brigancia.
Estas antiquísimas tradiciones célticas no solo aparecen en la literatura irlandesa, los escoceses por su parte poseen el “Cronica Gentis Scottorum” de John de Fordun (acabado en 1370) donde se describe como los antepasados de los escoceses provenían de Brigancia, donde se quedó el principe Simon Brecc, más adelante éste se fue a Irlanda y se apoderó de la “Piedra de Scone” y la depositó en Tara (donde actualmente se coronan los soberanos del Reino Unido).
Por su parte los galeses poseen el manuscrito Mabinogion donde se describen situaciones similares a las narradas:
“A rider and his horse arrayed in spotted yellow armour speckled with laton of Spain”.
En definitiva, la cultura celta ayudó a configurar la personalidad de Gallaecia desde tiempos remotos, su influencia es la única manera de explicar determinados hechos históricos ó arqueológicos, y hoy en día su herencia se percibe como sustrato en diversos aspectos culturales.
(C) C.D.F.O.E.C 2004.
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Si comprenden el frances escribo lo que dice Jean Arsac, por BRIGANTIUM como de dirivaccion precelta:
"En ce qui concerne briga, Rostaing, essai sur la toponymie de Provence, 105, constate que ce mot se rencontre dans des regions où les Celtes n'ont jamais penetré, et pour ce motif, il le considere comme anterieur au celte et pre-indoeuropéen. D'ailleurs, Dauzat, Dictionnaire de noms des lieux et lieuxdits, 89, note à propose de briga: "le mot est gaulois; il n'est pas moins ligure, à preuve Brigantium, plus tard Brigantione, act. Briançon, chef lieu d'une peuplade ligure au temps de César" ".
No solamente. Los franceses y nosostros italianos creemos que brigantium sea un
"hauteur fortiée/altura fortificata con un tonimen detto dunum.
Tuttavia briga e dunum non si equivalgono, perché briga è l'altura e dunum la palizzata o la spinata che circonda la briga".
Por dunum; latinizado en tonimen en la Italia del Norte:
"Tale parola tonimen, che si trova nei documenti medievali piemontesi, trova una giustificazione antichissima. Infatti, già in uno stadio antico del Neolitico, il termine originale su cui fu forgiato tonimen dovette significare “recinzione/siepe viva di recinzione” [di qui, il tedesco zaun = “recinzione, siepe” l’inglese dialettale tine = “recinzione”, con to tine = “recintare” lo svedese dialettale tun = “recinzione”]. Il termine medesimo passò, poi, a identificare lo “spazio recintato”: comunque, ancora nello stadio antico del Neolitico, dovettero formarsi significati attinenti ad uno spazio agricolo, come “giardino/orto” [che troviamo, ad esempio, nell’olandese tuin e nell’anglosassone tun]. Invece, nello stadio più recente del Neolitico, lo spazio di riferimento fu quello cittadino: in inglese, town = “città” e lo stesso, in antico indiano, tun. L’evoluzione successiva del termine si ebbe nell’Età dei metalli: periodo al quale si deve ascrivere il gallico e celtico dunum = “fortificazione” e il gotico tennon. Quindi, tonimen parrebbe solo una latinizzazione di tennon. Cfr. ALINEI, “Un modello alternativo delle origini dei popoli e delle lingue europee”, in: AA.VV. , Le radici prime dell’Europa, Milano 2001, p. 203".
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