Autor: Olarticoechea
viernes, 03 de junio de 2005
Sección: Historia
Información publicada por: Olarticoechea


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Los inicios de la Reconquista. Derribando el mito.

El análisis detallado de los primeros siglos de la Reconquista en los reinos cristianos demuestra claramente una visión diferente a la proporcionada por la historia oficial española.


Los inicios de la Reconquista.

Todos sabemos la teoría oficial; la Península en manos árabes y Pelayo en el norte asturiano indómito, manteniendo el último bastión del cristianismo visigótico que luego “reconquistaría” España. ¿ Pero qué hay de cierto es esta teoría? ¿Se puede demostrar o simplemente se corresponde a una interpretación política a posteriori?

La verdad es que no hay ninguna razón para suponer que la zona actualmente denominada Asturias se librase de la invasión musulmana, incluso la mayoría de los defensores de la visión oficial de la historia reconocen que Munuza fue el gobernador del territorio astur hasta 722. Asentando este su poder en Gijón (Gigia), que era uno de los pocos asentamientos humanos importantes en el norte del antiguo Convento Asturum de la Gallaecia.

Sin embargo en la zona de Galicia se cree que las invasiones islámicas tuvieron –como mucho- su limite en el Miño, quedando un terreno relativamente grande libre de árabes al norte de dicho río. Tal teoría es defendida por multitud de datos y testimonios, incluso historiadores que siguen las teorías clásicas como Abilio Barbero y Marcelo Vigil reconocen que la ocupación árabe solo fue parcial en Galicia.

Las estructuras de población.

En esta Galicia no ocupada, sobresalían ciudades importantes, obispados, y una importante demografía, que desde el periodo castrexo había explotado en innumerables castros a veces de tamaño considerable.

Valga como ejemplo de ciudad importante de la época Iria Flavia, que tenía una importante actividad comercial y portuaria, junto con la sede de un obispado, el UNICO de la Península que tuvo una sucesión ininterrumpida de Obispos a pesar de la invasión musulmana. Lo que demuestra la no conquista de estas tierras y su conversión en refugio de los demás obispos del noroeste junto con el norteño obispado de Britonia, que mantuvo su personalidad también durante las invasiones árabes hasta varios siglos más tarde.

Por el contrario en el antiguo Convento Asturum los núcleos de población más importantes desde tiempos romanos se hallaban en la zona del actual León (en poder árabe) siguiendo una importante vía romana. En el norte hasta la mismísima Gigia había sido despoblada después de su etapa romana y no había ninguna estructura de población ni de poder lo suficientemente fuerte para combatir al enemigo musulmán y extenderse por otras zonas como Galicia. Hasta la famosa Cangas de Onís no dejaba de ser una ermita en una montaña. Fueron precisamente los reyes mal llamados asturianos (realmente gallegos) los que levantaron ciudades como Oviedo y construyeron allí iglesias y palacios. Efectivamente durante los primeros años de la Reconquista todos los núcleos de población importantes estaban en Galicia como Iria Flavia, Bretoña, seguramente Lugo y zonas donde había constancia de importantes contingentes de población en esas fechas o en el pasado: Brigancia, Viladonga, Baroña, Coaña, Troña, Proencia, Flavia Lambriaca...

El reino cristiano como continuidad del reino suevo y no visigodo.

Que este “territorio” gallego fue la continuación del famoso “Galliciense Regnum” de origen suevo desaparecido más de cien años atrás es algo muy discutido, como dicen sus partidarios (entre los que me incluyo) este reino tenía una larga tradición, había acuñado moneda con dicha denominación y abrazado el catolicismo muy pronto, merced a una fuerte integración con las elites religiosas galaicas y todo esto dejaría su huella en algún tipo de organización que perviviría . Pero también sus detractores le suponen una absorción total por parte del visigodo y una ausencia de ideal de nación, ya que en esas fechas aún no existía el idioma gallego. Lo que sí es cierto es que durante los reinados suevos se abandonaron muchos castros y se pasó a una estructura parroquial típica gallega que fue auténticamente conformadora de la nación gallega ( y no los ayuntamientos posteriores y artificiales) dicho evolución del castro a la parroquia quedo reflejado en cientos de topónimos germánicos que llevan dichas entidades.

Por otra parte es bien conocido que durante el reino visigodo los concilios no eran solo un acto religioso sino también político, de hecho eran la manifestación más importante de aspectos legislativos y gubernativos. Pues bien el noroeste peninsular siguió celebrando sus concilios en tiempo visigodo como cuando el “Galiciense Regnum” era independiente y además en su capital Braga. Es obvio que en aquellos tiempos política y religión iban muy de la mano y no eran más que un reflejo de la personalidad propia y relativa independencia de dicho reino. Incluso el obispado de Bretoña fue a su vez una provincia con cierta independencia política gracias a su importancia religiosa.

Como demostración de la conservación de una cierta estructura de poder en la Galicia de esos años se cita habitualmente el titulo que se daban a si mismos diversos reyes visigodos “reyes de Hispania, Galicia y Galia Narbonense”. Aquí conviene aclarar que la zona Astur a la que luego se le adjudico el protagonismo de la Reconquista no era un territorio visigodo sino suevo dentro de Gallaecia según la división administrativa de Diocleciano que marcaría las zonas de asentamiento suevo.

El principal reino cristiano de la alta edad media.

De acuerdo con todo lo expuesto anteriormente, la denominación de Asturiano o Leonés a los primeros reyes de la reconquista (hasta mediados del siglo XIII) sería una visión subjetiva e interesada de la historia, ya que serían reyes gallegos propiamente hablando. El cambio de reino de Galicia hacía reino Astur-Leonés corresponde a una historiografía española posterior al nacimiento del estado español de los reyes católicos.

Así cuando la historiografía española entiende que durante la alta edad media el reino gallego solo era independiente en pequeños periodos de tiempo, y luego era absorbido por reinos leoneses o castellanos, se esta produciendo un ocultamiento de datos y de la realidad , pues el rey gallego independiente sigue conservando en sus diplomas el titulo de su territorio gallego junto con el de los otros territorios que “supuestamente” lo absorberían, siendo más probable que fuese el reino gallego el que absorbiese a los restantes. Apoyado este argumento también por el hecho de que muchos reyes eran criados en Galicia y de idioma gallego .Como siempre se suele decir el rey ya solamente castellano Alfonso X (Alfonso IX fue el ultimo rey gallego) escribía en gallego porque era la lengua de sus abuelos.

Otro dato que ayuda a esta manipulación es la costumbre de los primeros reyes de Galicia de titularse en función de su linaje y no de su territorio (rey hijo de... y no rey de...), costumbre que fue superada en tiempos de Fernando I.

Este carácter gallego de los reyes cristianos explicaría el enorme prestigio que tenía la lengua gallega en esas fechas, ya que era la lengua de la corte y que tuvo su mejor reflejo en la importantísima lírica gallega medieval llamada actualmente gallego-portuguesa, y que no solo tenía como marco Galicia sino el resto de zonas peninsulares cristianas.

Sí el poder político estaba en Galicia es lógico pensar que los mayores avances en la reconquista se produjesen en el sur gallego, y esto se demuestra fácilmente en cualquier mapa de Europa del siglo X.
Se pude argumentar en contra que la capital del reino estuviese en un territorio actualmente no gallego como Oviedo, pero esto no demuestra nada ya que en los primeros años del reino cristiano hubo más de 50 grandes incursiones por parte de vikingos y árabes que destrozaron centros de poder como Santiago (Almanzor) y Bretoña (vikingos), la capital pudo ser casi itinerante asentándose en Oviedo, Santiago, León, Lugo, Braga, Tui, Rivadavia, Allariz, Pravia...la elección de una corte estable en Oviedo pudo deberse a motivos de seguridad al estar bastante al norte y protegida. La posterior designación de León como capital podría corresponder a un interés geográfico, ya que el reino gallego avanzaba hacía el sur y el este y su capital convendría acercarla al centro geográfico.

Un ejemplo de todo esto es que la capital Zamora aún en fechas como 1120 era una simple sufragánea del arzobispado de Compostela, junto con ciudades como Salamanca, donde los reyes gallegos fundaron la famosa universidad, regida durante siglos desde Galicia y con profesorado inicial gallego.

Y es que aunque la capital no estuviera en la Galicia actual, la principal referencia y auto-identificación de los reinos del norte frente al sur árabe era el cristianismo y este tenía su foco más importante en Santiago de Compostela, verdadero centro de poder. Muchas veces los cristianos del norte más que definirse como miembros de uno u otro reino se identificaban como pertenecientes al “Regnum Christianorum”.

Siguiendo con estos argumentos podemos llegar a la conclusión de que el famoso arte prerrománico asturiano sería en realidad arte prerrománico gallego-asturiano, que tendría su mejor ejemplo en la segunda basílica de Compostela completamente derribada por Almanzor en su famosa incursión, pero que hoy en día se le supone dentro del mismo estilo que Santa María del Naranco.

La independencia y hegemonía del reino de Galicia se perdieron a mediados del siglo XIII, cuando el territorio gallego debilitado por la secesión de su parte sur en forma del reino de Portugal (por problemas dinásticos en 1143) quedo aislado y excéntrico al perder también el territorio castellano que se unió con un incipiente reino de León que en esas fechas ya tenía una personalidad propia. Así Galicia quedo sin posibilidad alguna de expandirse hacía el sur y quedo en desventaja respecto a los demás reinos. La dinastía real gallega ya era desde Alfonso IX castellana y continuaría reinando allí gracias al papel central que estaba adquiriendo el reino castellano, pero los sucesores de Alfonso IX en el trono castellano ya estaban desvinculados completamente de Galicia.

Pese a todo y a una cierta castellanización del territorio gallego impuesta desde fuera , el período que abarca los siglos XIII-XV fue de cierta independencia en Galicia, merced al poder que acumulaban los nobles. Con el nuevo estado de los Reyes Católicos este poder autóctono fue eliminado por las armas, siendo este un hecho trascendental en la historia posterior de Galicia, pues se quedaría sin una clase dirigente llamada a tener gran influencia en el desarrollo gallego, y que de alguna manera tenía que ser la precursora de la burguesía de tiempos bastante más posteriores. Esto fue la famosa “doma y castración”.




Las fuentes escritas medievales.

La existencia de este reino gallego se demuestra fácilmente a pesar de todo lo dicho por la historiografía española oficial. Si un reino desarrolla un poder muy grande y durante muchos siglos, lo lógico es que las fuentes escritas de su época lo reconozcan como tal, y en el caso del reino de Galicia las fuentes europeas contemporáneas suyas lo citan constantemente.

Las citas vienen de todas las fuentes fiables de la época como son: El papado, cartas de monarcas de otros reinos, cronistas árabes, poesía épica germánica, sagas escandinavas, historiadores flamencos, cantares de gesta franceses, poesía popular inglesa, obras de trovadores, poetas de Italia, lírica provenzal...

Algunos ejemplos son:

- En 1088 el Papa Urbano II se dirige por escrito a Alfonso VI, que pasa por ser el de León y Castilla, como "Regi Ildefonso Gallitie”.

- En el libro IV del Codex Calixtinus, de 1140, el reino de Galicia incluye Lamego, Viseu e Coimbra, y en él aparecen expresiónes como "Yspaniam e Galleciam", "tellurem Yspanicam et Gallecianam", "Hyspani scilicet et Galleciani, totam terram Hispanicam e Gallecianam", entendiéndose como si Galicia fuese la parte cristiana de la Península frente a una Hispania musulmana.

- En los “chansons de geste” francesas Galicia aparece citada 50 veces mientrás que el nombre de León casí no aparece.

-Una cita muy posterior: Pedro Salazar de Mendoza en su monarquía de España, publicada en el siglo XVIII: Fue llamada Galicia toda una tierra que hay desde el nacimiento del Duero y toda su corriente hasta el mar septentrional, incluyendo los Montes Iúbedas, Balbanera, Rioja, Montes de Oca y Birviesca.

- Gerardo de Gales escribe en los Annales Cambriae: "Los tres imperios de la cristiandad: Alemania, bizancio y Galicia".

-"Spanland , Galizuland , Skarland,.." (pueblos de la península ibérica según la geografía normanda).

-Alfonso II es designado en su época como “totius Galletiae rex” en los Annales Regni Francorum

- El cronista inglés Mateo Paris escribe en el siglo XIII, que en 1184 Fernando II es el rey de Galicia y no lo denomina de León.

-En el siglo X, Al-Mas'udi escribe en Bagdad una especie de enciclopedia en la cual denomina a Ramiro II rey de los gallegos y designa Zamora como capital de Galicia.

-Para los escritores de Al-Andalus era normal distinguir unicamente entre francos (catalanes) y gallegos (pobladores de los demás reinos cristianos del norte).

-En la composición lírica provenzal de Arnaut Daniel (1180-1195) titulada “Doutz Brais E Crirz” se hace referencia a Fernando II como “Seignor dels galecs”.

-En escritos de Beato de Liébana se considera “Gallaecia” la parte cristiana de la Península y a Hispania la árabe.

-Sancho III de Navarra en 1029 titulaba a Vermudo III como “Imperator domus Vermudus in Gallaecia”

-En una escritura de 1092 se dice que Alfonso VI (1065-1109) “regnante... in Toleto et in Legione, Castellam, Galleciam e Portugalem”.

- El rey Abb-Allah, después de ser destronado en Granada, escribe en su memorias entre 1090 y 1095 que el Conde Sisnando lo informara de que Al-Andalus era en un principio de los cristianos hasta que los árabes los vencieran y los aislaran en Galicia.

-Los autores árabes Al-Maqqari y Ibn Jaldun identifican al reino cristiano del norte como “Jaliyiquia” (Galicia).

-Una fuente bastante posterior es la relación de naciones que participaron en la primera cruzada, citada por Ekkehard of Aura en “Recueil des Historiens des Croisades: Historiens Occidentaux” de 1895 en la que se afirma "...centum millia virorum ex Aquitania scilicet atque Normannia, Anglia, Scotia et Hibernia, Britannia, Galicia, Wasconia, Gallia, Flandria, Lotharingia, caeterisque gentibus christianis, quaram nunc minime occurrunt vocabula."

Para los seguidores de las teorías oficiales españolas, esta mención constante a Galicia como reino se debería al conocimiento de todo el NO ibérico como Gallaecia siguiendo la divisón tradicional romana, que en tiempos oscuros y remotos sería el único conocimiento geográfico accesible , pero esto no deja de ser un argumento simplista, porque las relaciones entre reinos y naciones en aquellas épocas no era algo esporádico y el conocimiento que tenían de ellas entre sí vendría dado por el contacto directo. Sirvan como ejemplos el establecimiento de una embajada del reino gallego en Córdoba (965), el camino de Santiago cuando se estableció y los intercambios comerciales, que ya en la época anterior del reino suevo había llevado monedas de Galicia “Galliciense Regnum” hasta los actuales países nórdicos. (hecho constatado arqueológicamente).
Por otra parte la denominación “Gallaecia” o “Gallaetia” en la época alto medieval no hace referencia a la provincia romana, sino a la denominación latina de Galicia, ya que el latín era el idioma de la diplomacia.

Mito e historiografía oficial al servicio de un estado.

Desde los Reyes Católicos el estado español se fue haciendo cada vez más centralista, un centralismo promovido por intereses políticos y económicos (que siempre van de la mano). Y es que un estado centralizado y centralista es un mercado más grande para las clases dominantes y con intereses económicos, el idioma común, la moneda común y las leyes comunes ayudan a conseguirlo y una historiografía parcial e interesada ayuda a justificarlo.

En el escudo de España están representados tres o cuatro territorios que fueron los que mantuvieron clases dirigentes y derechos históricos en el momento de la formación del estado español (siglo XV), aunque con el paso del tiempo el territorio castellano acabase imponiendo su hegemonía casi totalmente. Como consecuencia de esto la historia oficial está hecha desde un punto de vista castellanista ya que si consideramos a Cantabria como la “montaña” originaria de Castilla que junto con una Asturias no muy diferenciada iniciaron la Reconquista, los antepasados de los castellanos serían los iniciadores de la Reconquista y pueblo dominante en España desde tiempos muy remotos.

Frente a todos los datos expuestos en este trabajo que explican la existencia de un reino gallego y no un reino asturiano ni leonés, la historiografía española solo se apoya para sus afirmaciones en datos anecdóticos y parciales como la crónica albeldense, documento posterior en más de cien años a Pelayo y que fue hecho en un momento en que los hijos de Alfonso III (862-910) se repartían el reino gallego. Probablemente esta crónica fue hecha para justificar la legitimidad de los nuevos territorios independientes como Asturias, dándole a sucesos como la batalla de Covadonga un carácter netamente asturiano, cuando simplemente debió ser una victoria gallega frente a los árabes en territorio astur.

Aparte del documento albeldense el resto de fuentes que legitimen la teoría oficial son muy escasas, se suele citar dos citas de cronistas árabes que afirman que la conquista islámica solo dejo pequeñas bolsas de resistencia cristiana en Asturias, pero son insuficientes ya pudieron ser una exageración en tiempo de guerra, y una de ellas hace referencia a Asturias dentro de Galicia, además el grueso de fuentes de cronistas árabes conocen a la zona cristiana como Galicia y no Asturias.

El resto de la historia oficial sobre los orígenes de la Reconquista tiene más de mito y de propaganda que de hechos científicamente estudiados, ya que no hay razones para suponer a Asturias ni Cantabria unas zonas continuadoras del poder visigodo (la presencia visigoda en Asturias debió de ser muy escasa, sino sueva), tampoco continuadoras del Imperio romano (algo obvio y que demuestra el carácter propagandístico de la fuente que defiende tal idea, la crónica albeldense) e igualmente imposible que el primer reino cristiano fuese producto de “irreductibles” tribus astures, sin fuerza ni tradición para semejante empresa. También la idea de una España visigoda comprimida y asentada en el norte se cae por su propio peso, y el argumento de emigraciones godas a las zonas libres cristianas no explica que dicha emigración se dirigió no solo a Asturias, sino también al sur de Francia y a Galicia.

Igualmente la denominación de Príncipe de Asturias del heredero de la monarquía española, no se corresponde con una tradición heredada desde Pelayo, sino que fue creada en 1388, en una situación política muy diferente a la de los primeros años de la Reconquista. Y la Cruz de la Victoria no reside en Oviedo porqué fuese empleada por un rey astur, sino porque conmemora una victoria en territorio asturiano.
Finalmente explicar que porque el primer reino cristiano y hegemónico hasta el siglo XIII fuese gallego y no asturiano, no significa destruir la historia asturiana, ya que dentro de la antigua provincia romana de la Gallaecia, y desde primitivo reino gallego medieval surgieron naciones como la actual Galicia, Portugal (independiente desde 1143) o Asturias (que fue independiente tres siglos antes que Portugal, aunque luego perdió esa independencia ), siendo esto datos objetivos que permiten estudiar la zona Astur como nación en su contexto histórico, y no convertirla en símbolo y estandarte de una historiografía subjetiva y españolista, al servicio de los mismos que intentan destruir la identidad asturiana.

(C) C.D.F.O e C. 2003.

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  1. #1 seanport 25 de mar. 2007

    Gallaecia islámica: mentiras da história nacionalista dos hispanos

    Cláudio Sánchez-Albornoz e o Mito da “Reconquista Española”:
    Como um nacionalista hispano construiu umha história nacionalista hispana para justificar a sua novelesca “nación española eterna”


    Já escuitárom vocés muitas vezes a história oficial dos ibero-mediterráneos: “El Rey Pelayo de Asturias, padre de la patria y gran héroe de la única e indivisible nación española de estirpe visigoda y romana, se levantó contra los moros para devolverle a los españoles, por Dios y por España, el país que había caído en manos de los invasores”.

    Esta história fantasiosa dos hispanos, ao estilo do “Senhor dos Aneis”, é actualmente de fabricaçom muito recente e nasceu apenas no século XX a partir da publicaçom da tese do historiador nacionalista hispano Cláudio Sánchez-Albornoz “La Monarquía en Asturias, León y Castilla durante los siglos VIII al XIII”.

    Antes desta tese do historiador nacionalista hispano, nom existia nengumha história oficial do Estado Espanhol. O nacionalista Sánchez-Albornoz desejava que o seu Estado tivesse umha romántica história nacional, e começou a construir o novelesco mito da “Reconquista Española” como origem fundacional da sua fantasiosa protonaçom iberomediterránea.

    A tese de Sánchez-Albornoz “La Monarquía en Asturias, León y Castilla durante los siglos VIII al XIII” sostinha que a corajosa “nación española” resistira heróicamente a invasom islámica desde as Austúrias (nom desde a actual Galiza galegofalante nem desde o Euskadi bascofalante) e que na sua missom histórica desejavam unificar toda a “España” num só reino: Asturias = León = Castilla = España

    A novela do nacionalista Sánchez-Albornoz converteu-se na bíblia ideológica do sistema educativo franquista. Os doutrinadores mapas da “Reconquista” pintados por Sánchez-Albornoz, onde toda a Península é árabe com a excepçom da província das Austúrias, som os mesmos que aparecem ainda hoje nos temários e livros de texto do sistema educativo espanhol.

    O nacionalismo hispano já tinha o seu dogma, o Mito da “Reconquista Española”, para justificar a sua pretendida “nación española eterna”. Cláudio Sánchez-Albornoz foi galardoado com a Gran Cruz de Carlos III de serviço á “nación española”. Também foi declarado “Hijo adoptivo” polas instituçons provinciais hispanas de Astúrias e de León, e recebeu o Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.



    Rigorosidade científica da história nacional da Gallaecia contra as Mentiras da historia nacionalista dos hispanos


    Tras o fim da ditadura franquista os historiadores sérios começárom a criticar as contradiçons, distorçons e manipulaçons históricas do mito nacional hispano construido polo nacionalista ibero Sánchez-Albornoz.

    No nosso País a historiografia galaica leva já anos a denunciar as manipulaçons históricas da historiografia nacionalista hispana, mas os hispanos semelham ter muita dificultade em comprender a diferença entre novelas e feitos históricamente contrastáveis. Nom é previsível que os hispanos renúnciem á sua mitologia nacional, e eles som livres de crer em fadas e cavaleiros andantes, mas aos olhos da ciéncia historiográfica séria e europeia, estes som os feitos históricos reais, contrastáveis e documentados:



    A Dinastia Real Visigótica e as suas possessons: “Spaniae, Galliae vel Galliciae”



    A historiografia nacionalista hispana fala dos germanos visigodos como se eles fossem patriotas iberos que tinham um conceito nacional para a península celtibérica e “amaban a España”. Nom é certo. O reino dos germanos visigodos tinha o seu centro e capital na cidade de Toulouse, na Gallia, e a Hispánia era apenas um território de rapina. Os visigodos só ficárom a governar na Hispánia depois de ser expulsos militarmente da Gallia polos exércitos francos do Rei Clovis. Ao nom ter outro território melhor no que viver, os visigodos nom tiveram outro remedio que fazer capital longe dos francos, na cidade hispana de Toledo, no deserto ibero-central.

    As luitas internas no Reino da Gallaecia de 584-585 permitirom ao rei visigodo Leovigildo aproveitar a ocasom para usurpar a coroa galaica. A historiografia nacionalista hispana conta que a Gallaecia foi integrada dentro da Hispánia, mas a verdade histórica é que os reinos da Gallaecia e da Hispánia jamais fórom unificados baixo umha única administraçom estatal. A verdade histórica é que havia dous reinos diferentes, o Reino da Gallaecia e o Reino da Hispánia, que partilhavam umha mesma dinastia monárquica. Institucionalmente, o Reino da Gallaecia e o Reino da Hispánia eram dous reinos diferenciados. A verdade histórica está escrita nos documentos da época: “Leovigildus Rex Gallaecia, Hispania et Gallia Narbonensis”, e os concílios celebrados na capital visigoda de Toledo, que falam das “In provinciam Galliae vel Galliciae atque in omnes provincias Hispaniae” e das Igrejas “Spaniae, Galliae vel Galliciae”, ou a carta do Papa Hadriano em resposta ao concílio de Frankfurt, dirigida ás igrejas de “Hispania et Gallaecia”. A historiografia nacionalista hispana oculta e nom quere contar que no século VI os termos Gallaecia e Hispania faziam referéncia a dous reinos diferentes. Ainda se partilhavam umha mesma dinastia monárquica, o Reino da Hispánia nom era o Reino da Gallaecia e o Reino da Gallaecia nom era o Reino da Hispánia.



    No século VIII a Corte do Galliciense Regnum, que estivera na cidade de Braga durante a dinastia sueva, foi levada á cidade de Tui. Durante este periodo governava no Reino da Gallaecia um rei da dinastia visigoda, o rei Witiza, no entanto um outro rei visigodo Egica governava no Reino da Hispánia. A historiografia nacionalista hispana oculta e nom quere contar que no século VIII o Reino da Gallaecia era governado desde a corte real de Tui, no entanto o reino dos hispanos era governado desde a cidade ibera de Toledo. Ainda que partilhavam umha mesma dinastia monárquica, o Reino da Hispánia nom era o Reino da Gallaecia e o Reino da Gallaecia nom era o Reino da Hispánia.



    O Reino da Gallaecia resiste o ataque islámico
    O Reino da Hispánia e Gallia Narbonensis som conquistados polos africanos


    No ano 711 os africanos-muçulmanos da tribo Umayyad invadem e conquistam rápidamente e sem resisténcia o territorio visigodo dos hispanos e da Gallia Narbonensis, mas som freados polos galaicos á altura do rio Minho quando tentam invadir o território da Gallaecia, e também som freados polos francos á altura da cidade de Poitiers quando tentam invadir toda a Europa continental.



    A historiografia nacionalista hispana inventada por Sánchez-Albornoz conta que todo o território peninsular foi conquistado polos árabes com a excepçom única da província das Astúrias (entre a Galiza moderna e Euskadi) onde um grupo de heroes “españoles” mantinham viva a resisténcia ibera.

    Mas a verdade histórica, documentada, científica e séria é outra.

    Sem achar resisténcia no seu passo pola Hispánia, no ano 714 os muçulmanos chegam ás fronteiras meridionais do Reino da Gallaecia. Por razons de seguridade, e segundo relatam documentos da Igreja Galaica da época, a sé de Dume é evacuada e levada á sé de Britonia na Gallaecia Lugense, longe da fronteira de guerra com os islámicos. Os documentos da Igreja Galaica também demonstram que a sé de Iria (predecessora histórica de Santiago de Compostela) jamais sofreu nengumha interrupçom a pesar da ameaça islámica nas fronteiras meridionais da Gallaecia. Noutras palavras: está documentado pola Igreja Galaica da época que os muçulmanos jamais chegárom a conquistar os territórios da Gallaecia Lugense entre as sés de Iria (Santiago) e Britónia. Isto também está confirmado polos próprios muçulmanos: textos árabes da época celebram a excepcional e fugaz expediçom do general hispanoandalús Al-Mansur á cidade de Santiago no ano 997 dizindo que esse militar “chegou até onde nengum outro muçulmano jamais chegara”.

    Com os documentos históricos conservados polas autoridades eclesiásticas galaicas e os historiadores muçulmanos é factualmente indiscutível que:

    - a Gallaecia Lugense nunca foi ocupada polos islámicos. Nunca houve muçulmanos comendo kebabs em Ortigueira nem islámicos pregando em mesquitas na Costa da Morte.

    - a Gallaecia Bracarense converteu-se em fronteira de batalha entre galaicos e muçulmanos e foi parcialmente dominada militarmente polos islámicos durante quase um século.

    - a Gallaecia Austuriense converteu-se em fronteira de batalha entre galaicos e muçulmanos e foi ocupada polos islámicos durante duas décadas. As cidades de O Viedo e Xixón caírom em poder muçulmano no ano 714 durante a campanha militar do general Tariq. A cidade de Xixón foi até o ano 722 a capital da Austúrias muçulmana, governada por um prefeito árabe chamado Munuza. A sé administrativa islámica de Xixón foi o assentamento muçulmano mais importante de toda a Gallaecia ocupada. Na Gallaecia bracarense os islámicos nom criaram um assentamento tam importante e estável como o de Xixón na Gallaecia austuriense.

    O historiador nacionalista hispano Sánchez-Albornoz também podia ter lembrado que há apenas tres séculos durante as guerras europeias da dinastia hispana dos Austrias, as tropas hispanas deviam ajeolhar-se durante as missas militares, mas as tropas galegas ficavam em pé com o seu estandarte do Santo Graal porque foram o único reino da península que nom se rendera aos exércitos islámicos.

    Mas contradizendo toda a evidéncia documental das fontes históricas galaicas e islámicas da época, a historiografia nacionalista hispana inventada por Sánchez-Albornoz difundiu no sistema educativo do Estado espanhol o infame mapa oficial da “Reconquista Española” onde a Gallaecia Lugense aparece toda ocupada polos islámicos mas o território da actual provincia das Astúrias aparece libre da ocupaçom islámica.

    Era Sánchez-Albornoz um total incompetente? Nom, el era primeiro um nacionalista hispano, e depois historiador. O nacionalismo hispano, “la nación española”, tinha que estar fundada por patriotas hispanos. Por essa razom a sua novela histórica-nacionalista de “La Reconquista Española” nom podia começar no actual território da Galiza galegofalante ou do Euscadi bascofalante. A soluçom foi simples: o cenário da nova “historieta española” situaria-se nas províncias hispanofalantes das Astúrias e Cantábria, e o heroe da novela seria um grande rei e “patriota español”, descendente dos nobres visigodos (jamais suevos) que tinham a sua capital em Toledo, perto de Madrid: “El Rey Pelayo, fundador de la nación española”.



    Existiu um “Rey Pelayo”? Quem era essa personagem?

    Pelaio foi umha personagem real e existiu. Segundo a Crónica Albeldense escrita no século IX (também confirmada pola Crónica de Tui, a Crónica de Lucas, a Crónica de Rodrigo de Toledo e a Crónica de Sebastián Salmaticense):


    "Uittizza rg. ab. X. Iste in uita patris in Tudense hurbe Gallicie resedit. Ibique Fafilanem ducem Pelagii patrem, quem Egica rex illuc direxerat, quadam occasione uxoris fuste in capite percussit, unde post ad mortem peruenit"

    O rei Witiza converteu Tui em capital da Gallaecia. Na corte moravam o duque Fabila, a sua mulher e o seu filho Pelaio. O rei Witiza assassinou ao duque Fabila para se apropriar da sua mulher, e Pelaio fugiu a Britonia para escapar de Witiza. Passados vários anos, Pelaio converteu-se num chefe militar que abortou no ano 722 um ataque islámico no passo de Cova d’Onga da Gallaecia austuriense. O único filho de Pelaio foi chamado Fabila, em memória do seu pai suevo-galaico de Tui. Estes som os feitos históricos contrastados polas fontes cristás da época.

    As fontes muçulmanas da época confirmam o que contam as fontes cristás. O historiador Hhaya en Ahmed conta que “em tempos de Ambesa ben Sohhim apareceu na Gallaecia o guerreiro Pelaio”. O historiador Ahmed Mokri conta que “o primeiro que unificou aos cristaos foi Pelaio do povo da Gallaecia”. O historiador Al-Maqqari conta que “Un bárbaro da Gallaecia chamado Pelaio começou a animar aos seus compatriotas para expulsar aos muçulmanos do seu país”. O historiador Ajbar Machmua conta que “os galaicos, aproveitando a guerra civil entre os muçulmanos do século VIII, levantárom-se contra o Islám e conquistárom todo o distrito das Austúrias”.

    Na historiografia hispano-teatral inventada por Sánchez-Alborznoz no século XX, Pelaio foi un grande rei, heroe e “patriota español”, descendente dos nobres visigodos que tinham a sua capital em Toledo: “El Rey Pelayo, fundador de la nación española”.

    Contradizendo todas as fontes históricas galaicas e islámicas da época, a historiografia nacionalista hispana inventada por Sánchez-Albornoz oculta que Pelaio era de Tui, capital do Reino da Gallaecia com o rei Witiza, e oculta que todos os historiadores extrangeiros da época confirmam sempre a nacionalidade galaica do guerreiro Pelaio. O nacionalista hispano Sánchez-Albornoz oculta também que o território esturiense ou oriental era a parte leste do Galliciense Regnum durante as dinastias sueva e visigoda.

    Era Sánchez-Albornoz um total incompetente? Nom, el era primeiro um nacionalista hispano, e depois historiador, e sabia bem o que fazia. O nacionalismo hispano, “la nación española”, tinha que estar fundada por patriotas hispanos. Por essa razom a sua novela histórica-nacionalista de “La Reconquista Española” nom podia ter como protagonista a um heroe galaico originário do actual território da Galiza galegofalante. A soluçom foi simples: o heroe da novela seria um grande rei e “patriota español”, descendente dos nobres hispano-visigodos (jamais galaico-suevos) de Toledo, deslocados á província hispanofalante das Astúrias.




    Existiu um “Reino de Astúrias” motor da reconquista espanhola? …ou existiu um mosaico de principados galaicos entre os que estavam alguns principados galaico-austurienses?

    Albornoz construiu a sua historieta nacionalista hispana a partir de tres falsedades históricas:
    1) Provincia española de Oviedo non ocupada polos islámicos, mas a Galiza galegofalante sí.
    2) Pelaio, rei de origem hispano-visigoda da regiom asturiana, um heroe e patriota hispano.
    3) Um Reino de Astúrias produto dumha mera deslocalizaçom da capital hispana de Toledo ao norte. Com a “reconquista”, os asturianos como bons espanhois patriotas e submisos devolvérom a capital hispana a Leom e depois a Castela.

    Mas a verdade histórica é que no tempo de vida de Pelaio nunca existiu nengum reino das Astúrias. Quando a rede dinástica visigoda desapareceu, trás a derrota contra os africanos, deixou de existir umha dinastia monárquica forte e capaz de manter a Gallaecia unificada. A dinastia real sueva fora capaz de manter unificados os principados comarcais celtogalaicos. Quando deixou de existir umha dinastia monárquica forte, a Gallaecia voltou organizar-se em principados comarcais de carácter céltico, igual que estava a passar na Irlanda e Bretanha nesse mesmo periodo histórico.

    No século VIII nom existia um reino da Irlanda unificado, nem um reino da Bretanha unificado, nem um reino da Gallaecia unificado. Existiam vários principados comarcais celtoirlandeses, vários principados comarcais bretóns e vários principados comarcais galaicos. Esses príncipes comarcais muito raramente se autodenominavam “rei de Bergantinhos”, “rei de Lugo”, “rei de Austúrias”, etc. Seguindo a tradiçom da soberania celta, autodenominavam-se “filho de”, de acordo com a sua genealogia. Príncipes comarcais como Pelaio, Favila, Afonso, Froila, Aurelio, Silo ou Mauregato eram todos príncipes galaicos que governavam sobre algumhas comarcas particulares da Gallaecia. Esta é a simples razom pola qual em toda Europa e na Hispánia afro-musulmana todos esses príncipes eram chamados galaicos. Simplesmente, porque eram de étnia galaica.

    No ano 732 o Islam recuava na Gallaecia mas na Gallia a ocupaçom islamista chegava perto do rio Loire. Umha aliança de exércitos Francos e Burgundios encontram e derrotam aos muçulmanos na Batalla de Tours. Os francos começam umha guerra contra os islámicos e conquistam Narbonne em 759 e Barcelona em 801, fundando a Marca Hispánica que hoje se chama “Catalunha”. O historiador muçulmano Abdal-Monin Al Hinyari compara a francos e galaicos e escreve: “Entre as naçons com as que Al-Andalus estava em hostilidades, a Gallaecia era a mais poderosa; a pesar de que os francos estám em guerra com os muçulmanos, os galaicos som os mais terrríveis inimigos”. Mesmo sem estar unificados militarmente os principados galaicos eram considerados mais perigosos que um poderoso reino franco unificado. Para comprender a cultura guerreira dos galaicos leiam a Estrabom e lembrem também que a Gallaecia foi um dos derradeiros territórios da Europa em ser conquistados polo império romano, após umha longa guerra invasora que durou 200 anos!



    Por vários anos a Gallaecia ficara sem umha dinastia real para re-unificar e governar os territórios livres do Galliciense Regnum. O príncipe-rei Afonso II começou a trabalhar no projecto de recriar umha terceira dinastia real forte e capaz de re-unificar toda a Gallaecia num só reino, igual que fixeram antes as dinastias sueva e visigoda da Gallaecia. A corte desta III Dinastia Real da Gallaecia foi primeiro itinerante polo norte da Gallaecia lugense e no ano 792 foi fixada no centro-norte da Gallaecia austuriense. Como parte da estratégia de fundaçom da III Dinastia, o novo rei dos galaicos começou um labor de propaganda política e autoprestigio. O rei Afonso II utilizou umha pretendida conexom genealógica com a anterior II dinastia visigoda para justificar o seu projecto unificador e demandar aos outros príncipes galaicos que aceitaram a sua autoridade. Algúns principados galaicos aceitaron a nova monarquia e outros nom. Assím começou um periodo de frequentes luitas pola unificaçom ou consolidaçom da autoridade real entre a nova monarquia e outros principados rebeldes, por exemplo as guerras entre o rei unificador Afonso III e o príncipe rebelde Froila, chefe dum território do noroeste da Gallaecia lugense.

    Todos os reis unificadores da III Dinastia da Gallaecia, todos sem excepçom, levam naturalmente o título de reis galaicos quando aparecem em crónicas muçulmanas. Mesma cousa aparece nas crónicas europeias daquela época. O rei Afonso II (813-842), educado no Mosteiro de Samos, Gallaecia Lucense, e reconversor do Santuário de Prisciliano, é “Príncipe das Gallaecias” na Vita Hludovici” e “Totius Galletiae Rex” nas Crónicas Carolingias, Annales Regni Francorum, e Vita Karoli Magni. O rei Afonso III (866-910) é “Adefonso Regi Gallaeciarum” nas cartas do Papa Joam IX. Os cronistas anglo-normandos entre os séculos IX-XII falam dos reis da Gallaecia: “Aldefonso Gallicae Regi”, “Amfurcio Regi Galliciae”… Nom devemos também esquecer os nossos próprios textos administrativos, religiosos e da diplomácia galaica da época, como o diploma do rei Afonso III de 905 onde fala da cidade de León como “Civitate vocatur Legione, in Gallaecia”. O rei Afonso III (866-910) fixou primeiro a sua capital en O Viedo e depois en Santiago, cidade na que foi declarado Rei da Gallaecia. O rei Ramiro I (842-850) fixou a capital do reino primeiro em Lugo e depois em O Viedo, onde construiu importantes paços. Todos governavam sempre dentro do território histórico do Galliciense Regnum.

    Segundo as fábulas do hispanista Sánchez-Albornoz, se esse reino hispánico nom-galaico das astúrias existisse, os historiadores das naçons europeias e árabes deveriam falar del. O problema do nacionalista hispano Sánchez-Albornoz é que todo o mundo medieval falava só da existéncia de duas naçons dentro da península celtibérica: a Gallaecia (territórios da Gallaecia céltica histórica) e Al-Andalus ou Hispánia ibero-arabe.

    Os papeis estám aí: os galaicos, os francos, os anglo-normandos, os papas da Igreja de Roma, e o resto de reis doutros territórios da Península falam bem claro do território do Reino da Gallaecia e dos reis da Gallaecia. Nengumha crónica politíca europeia ou galaica fala de nemgum reino sanchez-albornoziano de Astúrias, todos falam de reis da Gallaecia. Quando algum documento especifica que esse reino galaico tinha a sua corte nas Austúrias, é igual que qualquer outro documento que fale do “reino de Toledo”, sabendo que jamais existiu um Reino de Toledo mas um reino hispano da Hispania com corte em Toledo. O historiador nacionalista hispano Sánchez-Albornoz oculta isto, porque el o que necessita é que a parte austuriana seja “España”. El necessitava construir umha historieta baseada em “patriotas españoles que desde el reino de Asturias querían reconquistar España”… Mas a realidade é que nem existia um “reino hispano” do leste (das Austúrias), nem os reis que fixárom corte na Gallaecia austuriense nom estavam a pensar em nengumha ideia de conquista de territórios no deserto hispano-islámico nem em nemgumha melodramática naçom “española”.

    O historiador nacionalista hispano Sánchez-Albornoz explorou conscientemente o tópico da suposta superioridade castelá contra a inferioridade galaica: “El reino de Asturias reconquistó al reino de Galicia”. Isto é dobremente falso e manipulador. Primeiro: a actual Galiza nom fora jamais conquistada polos islámicos, polo qual nom pode ser re-conquistada polos cristiáns. A que si foi conquistada polos islámicos foi a actual Astúrias, que mesmo tinha umha sé de governaçom islámica em Xixón. Foi a actual Astúrias a que foi “reconquistada” desde a actual Galiza. Segundo: nengúm reino asturiano podia conquistar nengum reino de Galicia porque nem existia um reino asturiano nem tampouco existia um “reino de Galicia” unificado sob um só rei. O históricamente correcto é dizer que numha comarca do norte da Gallaecia lugense começou um projecto de monarquía unificadora da Gallaecia que logo estableceu a sua corte durante vários anos na parte centro-norte da Gallaecia austuriense. Mas Albornoz nom estava interessado no históricamente correcto porque el era primeiro um nacionalista hispano com umha missom…


    Os galaicos do oeste desconfiam dos galaicos do leste
    O fracaso dumha nova dinastia, a fragmentaçom da Gallaecia, e a manipulaçom da história nacionalista hispana

    Os intentos de re-unificar toda a Gallaecia durante a III Dinastia continuárom até o século X mas numca chegárom a ter a grande coesom da I Dinastia da Casa Real Sueva. Sem umha dinastia real forte, a Gallaecia terminou fragmentada em dous blocos de poder, o occidental (gallaecias lugense e bracarense) e o do leste (gallaecia austuriense), que fórom convertidos em dous reinos diferentes. O reino occidental guardou o nome da Gallaecia ou Galiza e o reino do leste tomou o nome de “León” porque lá estava a sua capital. Mas a pesar da separaçom os dous reinos seguiam a partilhar umha mesma dinastia monárquica galaica de reis que nasciam no oeste e governavam no leste ou que nasciam no leste para governar no oeste: Rei Ordonho II (910-925), governa primeiro como Rei da Galiza (910) com capital em Santiago, e depois em Leom desde 916. O rei Afonso IV (924-930) governa primeiro em León (924) e depois na Galiza (929), etc, etc, etc.

    Provávelmente, ao final as gallaecias occidentais e oriental terminárom separando-se em dous reinos porque os galaicos do atlántico (Gallaecias lugense e bracarense) levavam muito tempo sem confiar completamente na lealdade política dos galaicos do leste (Gallaecia austuriense). Esta é a razom pola qual a III Dinastia, que escoulheu ter corte na Gallaecia austuriense, nom foi tam sólida como a Dinastia sueva. Parece claro que a origem dos problemas entre galaicos occidentais e orientais era a desconfiança. Se quadra os galaicos occidentais já nom consideravam aos galaicos do leste como galaicos puros. Os austurienses, por mor da sua secular situaçom geográfica fronteiriça, misturavam-se facilmente com hispanos e muçulmanos. Um exemplo é os problemas dinásticos dos anos 955-982, quando por primeira vez a Gallaecia occidental (Reino da Galiza) nom aceitou como próprios aos monarcas da Gallaecia oriental (Reino de León). Por que? porque o rei de León Sancho I (955-956) aliou-se com os reis da Navarra, condes de Castela, e mesmo com os islámicos de Abd-el-Rahman III para atacar ao Reino da Galiza. Logo o estúpido rei Ordonho IV (956-960) de León cometeu o erro de conceder a independéncia do pequeno condado de Castela. Tampouco o galaico oriental Ramiro III (960-984) foi aceitado como rei próprio na Gallaecia occidental. A situaçom só se amanhou com Vermudo II (982-999), rei da Galiza primeiro (982) e depois de León (984), mas os galaicos do leste já demonstraram outras vezes no passado (e depois também no futuro) que eles tém umha tendéncia a misturar-se politicamente com os seus vizinhos os hispano-mediterráneos. Um exemplo actual som as actitudes anti-galaicas do regionalismo asturiano, que cópia a mesma xenofóbia anti-galaica dos nacionalistas hipano-ibéricos. Provávelmente esta fosse a razom de fundo da separaçom das gallaecias occidentais e a gallaecia do leste: os galaicos do atlántico nom confiárom no projecto político da dinastia austuriense ao considerar que as gentes do leste perderam muita da sua essencia galaica e se converteram num povo quase extrangeiro de transiçom étnica galaico-hispana, galaico-ibera, ou celtibera, como prefiram chama-lo.

    Noutras palavras: o projecto de restauraçom unificadora dumha III Dinastia promovido por vários príncipes da Gallaecia austuriense terminou fracasando porque os principados galaicos celtoatlánticos desejavam ser governados por umha dinastia real celtoatlántica e nom celtibera.

    O historiador nacionalista hispano Sánchez-Albornoz era consciente da secular situaçom e mistura fronteiriça dos galaicos-austurienses com os hispanos e muçulmanos. Como a corda sempre arrebenta do lado mais fraco, o nacionalista hispano e historiador Sánchez-Albornoz manipulou as fontes históricas exagerando a hispanidade dos príncipes austúricos e convertendo aos povo galaico-austuriense no orgulhoso protagonista da famosa frase do nacionalismo hispano-mediterráneo: “Asturias es España y el resto es tierra conquistada”.

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