Autor: Pangur
domingo, 30 de noviembre de 2003
Sección: Leyendas
Información publicada por: Pangur
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Aislinge Oengusso
La Visión en sueños de Oengus.
Del Manuscrito Egerton 1782. Traducción propia.
La visión en sueños de Oengus
Estaba una noche Oengus durmiendo cuando vio una dama en el larguero de su cama. Era la más hermosa que nunca hubo en Irlanda.
Oengus fue a cogerle la mano para llevarla a su cama, pero ella se apartó repentinamente. El no sabía por qué desapareció.
A la mañana siguiente, se levantó triste . Lo que había visto y no le había hablado le hacía sentirse enfermo. No podía ni comer.
A la noche siguiente, ella volvió otra vez. Llevaba en la mano un timpán con el que interpretaba para él la música más dulce, haciéndole dormir. Así estuvo hasta la mañana siguiente.
A la mañana siguiente, el no podía comer.
Así pasó un año y ella le estuvo visitando de esa manera hasta que él cayó en una enfermedad devastadora . No se lo había dicho a nadie. Se levantaba y nadie sabía lo que le pasaba.
Se hizo venir a los sanadores de Irlanda. Al final, ninguno sabía qué le pasaba.
Vino entonces Fingen, el sanador de Conchobar. Era el que podía saber la enfermedad que tenía uno (según la cara y cuántos y quienes estaban enfermos en una casa por el humo que salía). Acudió allí.
-¡Ay, no estás bien de salud! -dijo Fingen-, has caído en un "amor en ausencia".
-¡Has dado con mi enfermedad! -respondió Oengus.
-Has caído en una penosa condicion y no atreves a decirlo -dijo Fingen.
-Es cierto -dijo Oengus-. Una joven con la apariencia más hermosa y distinguida de Irlanda viene a visitarme. Con un timpán en su mano, toca para mí todas las noches.
-¡Vaya! -dijo Fingen-, ella te ha escogido como amante. Vé a casa de Boand, tu madre, a que te den consejo.
Fueron donde Boand. Dijo Fingen:
-Estoy curando a este hombre, que tiene una grave enfermedad.
Le contaron a Boand la historia.
-Que lo dejen al cuidado de su madre -dijo Fingen-, una grave enferemdad le ha atacado y ha estado recorriendo toda Irlanda para ver si puedes encontrar una joven con el aspecto de la que ha visto tu hijo.
Estuvieron así hasta el año siguiente. No encontraron a nadie semejante a ella.
Entonces, llamaron de nuevo a Fingin. Dijo Boand:
-No se ha encontrado remedio para este asunto.
Respondió Fingin:
-Que hagan venir al Dagda a aconsejar a su hijo.
Fueron con el Dagda otra vez.
-¿Para qué me llamais?.
-Para que aconsejes a tu hijo -dijo Boand-. Mejor será que le ayudes. Es una lástima como está quedándose indefenso. Está muy malo. Ha cogido un "amor en ausencia" y no encontramos ayuda para él.
-¿De qué os servirá mi ayuda? -dijo el Dagda-. No es mayor mi conocimiento que el tuyo.
-Sí que es mayor -dijo Fingen-. Eres el Rey de los Sídhe de Irlanda y... [aquí hay un salto en la voz narrativa]
-Id donde Bodb, Rey de los Sídhe de Munster, que es famosa su sabiduría en toda Irlanda.
Fueron a él. Les dieron la bienvenida.
-¡Bienvenidos, gente del Dagda! -dijo Bodb.
-¡Bueno!
-¿Qué noticias traéis?
-Pues que Oengus, hijo del Dagda, lleva enfermo dos años.
-¿Cómo así? -dijo Bodb.
-Ha visto una muchacha en sueños. No sabemos donde está la muchacha en Irlanda. El Dagda te ruega que busques por Irlanda a una joven de ese aspecto y apariencia.
-Será buscada y traída ante mí antes del fin del año, para que sepamos algo de ésto.
Al final del año fue a la casa de Bodb, en el Síd de Femuin.
-He dado una vuelta a Irlanda y he encontrado a la joven en el lago de Bel Dracon, en las Laderas de Crotta -dijo Bodb.
Se fueron al Dagda. Les dieron la bienvenida.
-¿Qué decís? -dijo el Dagda.
-Buenas noticias. Hemos encontrado a una joven de la apariencia que habeis dicho. Te encarga Bodb que nos la traigas, para que vea y conozca a la joven.
Oengus fue en su carro al Síd de Femen. El Rey les dió un gran festín a cada uno. Fueron bienvenidos. Estuvieron tres dias y tres noches festejando (...)
(Continuará)
Más informacióen en: http://www.estrata.info
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!Bravo, Pangur! Al fin alguien se acuerda de los irlandeses en Celtiberia. Aquellos también son celtas, y primitos de los celtiberos. Es una leyenda muy hermosa. Hace años la incluí en un serial de aventuras para televisión que escribí sobre la cultura celta. La leyenda la encontré en Cuchulain, de lady Gregpry, si no recuerdo mal. Junto con Valeska y Erika ya somos cuatro.
Un saludo de Liadam
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