Autor: Patxi Aranguren Martiarena
martes, 12 de enero de 2016
Sección: Artículos generales
Información publicada por: amanus2
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La Vasconización del Siglo XXI (Leido en el DEIA)
Articulo Publicado en el Diario DEIA
La vasconización del siglo XXI
POR PATXI ARANGUREN MARTIARENA - Lunes, 11 de Enero de 2016
SE atribuye al historiador Tito Livio la frase de Hispania fue la primera provincia en ser invadida por los romanos, pero la última en ser conquistado. Y en efecto, la conquista de la Península Ibérica duró dos siglos, desde el año 218 al 19 antes de Cristo. Las dificultades que encontró Roma en Hispania contrastan con otras empresas mucho más fáciles y rápidas, como la conquista de las Galias por Julio César, que duró tan solo diez años. Prácticamente todos los pueblos de la península ofrecieron una fuerte resistencia a la dominación romana. Todos menos los vascones, que pronto se convirtieron en aliados de Roma. Existen noticias de las luchas de iberos y celtíberos contra los invasores romanos en los siglos II y I a.C., pero no hay ni una sola referencia en las fuentes a luchas de los vascones contra los romanos.
La Historia escrita por los romanos no deja lugar a dudas: en el año 196 a.C. llegan los romanos a la tierra de los vascones -actual Navarra-, estableciéndose en un territorio alejado de las turbulencias políticas de la época y donde no hubo sublevaciones o revueltas que inquietasen a los romanos. Los vascones vivieron en prolongada amistad y colaboración con Roma. En el año 74, Pompeyo se retira a la tierra de los vascones para avituallarse, estableciendo su campamento en las proximidades de Iruña, donde funda la ciudad que lleva su nombre: Pompaelo. Tanto los romanos como los vascones tenían en común los mismos enemigos, lo que daría lugar a un buen entendimiento. Los romanos pactaron con los vascones la expulsión de los celtas de su territorio, colaborando a su vez los vascones en las guerras contra los cántabros y astures. Como consecuencia de ello, y a modo de recompensa por dicha ayuda, los romanos entregaron a los vascones varias de las ciudades que conquistaron a otros pueblos.
EXPANSIÓN VASCONA Al ser aliados de Roma, las zonas conquistadas a los celtas eran posteriormente repobladas por habitantes vascones, lo que conllevó una expansión de la lengua vasca hacia territorios situados fuera de los límites del país vascón. No hay que olvidar que los territorios de la cornisa cantábrica estaban poblados mayoritariamente por tribus de origen celta. Así, cientos y cientos de vascones se fueron asentando en las nuevas zonas conquistadas. Las poblaciones celtas supervivientes habrían acabado mezclándose con los grupos de recién llegados, iniciándose un proceso rápido de vasconización. Por lo tanto, no es aventurado afirmar que los romanos permitieran que los territorios de las actuales vascongadas fuesen colonizados y ocupados por los vascones.
La supervivencia del euskera, único idioma prerrománico que existe en la península, no puede explicarse solo por residir en un refugio de la zona boscosa del Pirineo occidental, sino más bien por la protección que brindó Roma a los vascones en gratitud por su amistad y colaboración. La montaña pirenaica occidental es una zona de tránsito, con cumbres de poca altura y muy expuesta al paso de gentes de otros países y lenguas, (ahí está el camino de Santiago), y desde luego menos agreste que las zonas boscosas y recónditas de Asturias y Cantabria, donde sí pudo haberse mantenido el viejo idioma de sus gentes. Pero los cántabros y astures cometieron la imprudencia de enfrentarse al Imperio Romano y lo pagaron caro. Roma respetó la lengua y costumbres de los vascones y premió su colaboración. El euskera salió airoso de la romanización.
LA PRESIÓN VISIGODA Con ocasión de la caída del poder romano, los vascones comienzan a dar claros síntomas de inquietud y agitación, y empiezan a aflorar fuerzas vitales allí contenidas, mostrando un extraño dinamismo que les lleva a salir de su territorio ancestral para inundar de vasquismo las regiones adyacentes. Tal vez al estar sometido su territorio a presiones demográficas, habrían presentado una fuerte resistencia al paso por su territorio de gentes extrañas que mostraban una actitud hostil. Es entre los siglos V y VII, bajo la presión de los bárbaros, cuando se produce un importante desplazamiento de gentes de estirpe vascona hacia las actuales provincias vascongadas, prosiguiendo la vasconización del territorio iniciada en época de los romanos.
El dominio romano en la península es sustituido por el dominio visigodo, pero es ante estos bárbaros cuando los vascones presentan una fuerte resistencia, manifestando sus deseos de mantenerse independientes y negándose a ser sometidos e introducirlos en la órbita de un Estado unificador. La organización de los vascones no ha admitido nunca pertenecer a otra nación que no sea la suya propia. El imperio romano fue tolerante con ellos y respetó sus derechos y su libertad. El reino visigodo quiso domar a los vascones, pero fracasó en el intento. Cuando los árabes iniciaron la conquista de la península en el año 711, el rey visigodo Don Rodrigo se encontraba sitiando Pamplona. Todo un síntoma.
LA CASTELLANIZACIÓN Antropológicamente se les puede documentar a los vascones en el territorio de la actual Navarra durante la cultura megalítica (III milenio a.C.) y su idioma sigue hablándose hasta el siglo XVI en las dos terceras partes del territorio. Pero, una vez conquistado el reino navarro por los castellanos, se inicia un retroceso paulatino del euskera, llegando en el siglo XX a su mínimo histórico. Ya dijo Mitxelena que el mayor misterio del euskera no es su origen, sino su supervivencia. La clase política navarra tampoco colabora con entusiasmo en el auge del euskera ni manifiesta gran aprecio por la vieja lengua y así, en el año 1986, se aprueba la Ley Foral del Vascuence por la que se implanta en Navarra una zonificación lingüística que reconoce a la lengua de los vascones como lengua oficial, junto al castellano, solo en la parte noroccidental de Navarra. Viendo el cariño que han dispensado la mayoría de los políticos navarros a lo largo de las últimas décadas hacia una lengua que milagrosamente ha sobrevivido a los avatares de los últimos milenios, no es de extrañar que el pueblo al final les haya dado la espalda y haya propiciado con sus votos un nuevo gobierno navarro que mime nuestra lengua.
Este nuevo poder local se ha marcado como objetivo prioritario extender el euskera hasta el último rincón de nuestro territorio. Los que han tenido en sus manos la protección y fomento de nuestro tesoro más preciado y lo han despreciado van a ver cómo este pueblo se levanta y mira hacia un horizonte euskaldun. Los vascones, que ya demostraron al mundo una capacidad de supervivencia admirable, ya están de nuevo dando señales de inquietud. El ager vasconum y elsaltus vasconum van a unir sus fuerzas para crear una marea que se va a extender como un vendaval por toda Navarra. ¿Quién podrá frenar su empuje?* Economista de la Universidad Pública de Navarra
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