Autor: R. Cancho terraeantiqvae@yahoogroups.com
miércoles, 09 de mayo de 2007
Sección: Roma y Grecia en Celtiberia
Información publicada por: jeromor
Mostrado 151.001 veces.
Iruña- Veleia III
-
Tres de los 10 arqueólogos de Veleia abandonan por sorpresa las excavaciones.
La dirección del yacimiento alavés atribuye la marcha de los tres expertos a motivos «laborales»
El proyecto Iruña-Veleia III Mileno que dirige Eliseo Gil acaba de perder por sorpresa a tres de sus diez arqueólogos. Apenas medio año después de que se diera a conocer el hallazgo de un importante conjunto de grafitos que podría colocar al yacimiento romano alavés a la altura de los de Vindolanda (Reino Unido) y Pompeya (Italia), Miguel Ángel Berjón Lobato, José Ángel Apellániz González y Carlos Crespo Beistegui han abandonado el equipo por motivos «estrictamente personales y profesionales», según ha podido saber EL CORREO. Ninguno de los tres especialistas ha querido hacer declaraciones.
Los tres historiadores han trabajado intensamente en los últimos cinco años en el proyecto que lidera Gil y que ha logrado dar a conocer al mundo los tesoros de la villa de época romana hallada a diez kilómetros de Vitoria, en los campos de Trespuentes. Su marcha se produce en un momento en que el yacimiento se encuentra en su máximo esplendor. El descubrimiento del conjunto de inscripciones en cerámica y huesos de entre los siglos III y V después de Cristo, que incluyen el calvario más antiguo hasta ahora conocido, y las primeras palabras de la vida cotidiana escritas en euskera han despertado el interés internacional.
Su contenido es tan excepcional que, de confirmarse su autenticidad, podría echar por tierra tesis de todo tipo, desde las que se refieren a la cristianización hasta lingüísticas, históricas o etnográficas.
Responsables de las excavaciones de Iruña-Veleia restaron ayer importancia a la decisión de los tres arqueólogos. Confirmaron a este periódico que rompieron su contrato con la empresa Lurmen -gestora de los trabajos- hace un mes, y atribuyeron su despedida a razones «laborales». «Las condiciones de este trabajo son duras. En verano se pasa calor y, además, en la zona no disponemos más que de un prefabricado sin agua y que tiene luz gracias a un generador», indicó un portavoz de la empresa. «Los años pasan y la gente puede tener otros planes», sentenció. Según aseguró la misma fuente, sus vacantes ya han sido suplidas.
Tareas importantes
Los tres arqueólogos estaban a cargo de algunas de las tareas más delicadas e importantes de las excavaciones. En concreto, Míchel Berjón, licenciado en Historia por la UPV, era el especialista en industria ósea. El arqueólogo acumula años de experiencia y ha participado en proyectos como el italiano de Fregellae y en otros más cercanos como la catedral de Santa María y Kutzemendi (Vitoria) o Las pilas del camino de Logroño y el convento de los Capuchinos (Laguardia). Precisamente, el director de estos dos últimos proyectos de intervención arqueológica fue José Ángel Apellániz, licenciado en Geografía e Historia, y experto en industria latericia (o de piezas de alfarería) y materiales constructivos en Veleia. Su currículo es extenso y ha participado en excavaciones en Canadá y en proyectos más próximos con el de Aldaieta, en Nanclares de Gamboa, o Peña Larga, en Cripán.
Carlos Crespo, también licenciado en Historia, era el máximo responsable de la cerámica de paredes finas del proyecto que lidera Gil. Además de curtirse en Italia, también trabajó en Aldaieta, Kutzemendi, Las pilas del camino de Logroño y el convento de los Capuchinos.
En el equipo se quedan los dos directores, Eliseo Gil e Idoia Filloy, sus hermanos Ainhoa Gil y Aitor Filloy, Aitor Iriarte, Oskar Escribano y José Manuel Tarriño.
EL YACIMIENTO
Ubicación: entre los pueblos de Víllodas y Trespuentes, a unos diez kilómetros de Vitoria.
Origen: Data del siglo VIII antes de Cristo. Entre los siglos I y V d. C. fue un asentamiento romano.
Hallazgos: grafitos que incluyen la representación de Cristo en la cruz más antigua y texto en euskera del siglo III d. C.
Fuente: R. CANCHO r.cancho@diario-elcorreo.com, Vitoria / El Correo Digital, 9 de febrero de 2006
Enlace: http://www.elcorreodigital.com/alava/prensa/20070209/cultura_ala/tres-diez-arqueologos-veleia_20070209.html
-
Más informacióen en: http://www.elcorreodigital.com/alava/prensa/20070209/cultura_ala/tres-diez-arqueologos-veleia_20070209.html
No hay imágenes relacionadas.
Comentarios
Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.
Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.
Sobre inscripciones indígenas en ciudades romanas. Mucho depende de lo que se entienda por ciudad romana, porque hay diferencia entre Emerita Augusta, colonia ciuium romanorum, es decir, colonia de ciudadanos romanos, muchos itálicos y la mayoría licenciados con méritos y compensación de su servicio en la legíón romana, y Veleia, ciudad estipendiaria, que adquiriría sus derechos de manera generalizada a lo largo del imperio. Por ejemplo, Andelo,en Navarra, era originariamente un asentamiento vascón, luego romanizado evidentemente, pero, como dice Gorrrochategui en el artículo cuya referencia da biosildun líneas arriba, ha librado una de las inscripciones indígenas más famosas, en periodo plenamente romano. Ahora mismo no sé de más inscripciones indígenas procedentes de ciudades romanizadas, ya bajo dominio romano, pero creo que en Numancia también las hay, según pude comprobar en la exposición sobre los Celtíberos que organizaron en Soria hace un año o así.
Sobre la continuación de Veleia durante la alta edad media nos tendrán que contar algo los arqueólogos y amigos de Álava (ya que Sotero está de vacaciones). Yo poco tengo que decir sobre los toponimos menores de Iruña, salvo que me interesaría saber si hay modo de averiguar sobre su antigüedad lingüística. Me refiero a cuestiones como el comentario de Dorido acerca de una conservación de -m final trifinium en Tribinunbidea, (fenómeno muy poco probable desde el punto de vista latino), que pudieran ayudar sobre la antigüedad de creación de los topónimos. Es decir,¿tiene Arrizuriostea algo nítidamente antiguo o no?
Aunia nos incita otra vez por el camino de la incredulidad, pero por hoy lo dejo que me han caido algunas cervezas encima y la crítica necesita ingenio no embotado.
El hecho de que los nombres tribales de los Vardulos y Caristios sean diferentes del de los Vascones no impide que los primeros fueran de lengua vasca. Los aquitanos tenían nombres diferentes y propios (Bigerriores, Conuenae, etc.) y nadie duda actualmente de que su lengua fuera la vasca. El hecho de que Roma los hubiera organizado en otro convento jurídico tampoco es argumento de peso, como a veces se ha dicho y escrito: lo mismo hizo con los celtíberos: a unos los metió en el cesaraugustano, a otros en el cluniense y todos hablaban celtibérico. A los iberos, en cambio, los dividió entre Galia e Hispania, y a los hispanos entre la tarraconense y la cartaginense. O sea, que es mejor olvidar ese tipo de argumentos para cuestiones de lengua. Es claro que los Romanos los separaban y adscribían por alguna razón: desde la meramente militar hasta la cultural, pero la lengua no tenía por qué ser en modo alguno el factor decisivo. Hay que buscar las pruebas directas, y si no, los indicios de naturaleza propiamente lingüística.
Aunia nos da algunas claves sobre la arqueología de intervención y de investigación. Supongo que lo ideal es un buen equlibrio entre las dos formas de actividad y seguro que es posible. Tampoco quería establecer una separación irreconciliable entre los modos, ni cargar sobre las enmpresas de arqueología todos los males y sobre los equipos académicos (universidades y museos) todas las bondades. También hay casos de"precipitación" y "exageraciones" entre estos últimos; y hasta manipulación.
Lo preocupante de nuestro Equipo de Iruña-Veleia es que ya no es ni equipo. Todo un inmenso yacimiento, donde hay trabajo para generaciones de arqueólogos, ha quedado a expensas de la interpretación de un Director de orquesta sin solistas.
Por último, estoy intrigado por lo que Lyconius quería colgar en la página four de este culebrón.
Ah, me lo debí de imaginar. Por otro lado, caramba con las citas de memoria, siento que antes le dije Meineke cuando fue Kramer en 1844, como detallo en la pág. 458 del artículo, lo que pasa es que Meineke fue el que más influyó en los posteriores. Lasserre, en efecto, fue el único editor que dijo que la corrección de "stolâtoi" en "togâtoi" era caprichosa, pero las dos razones que dio no me parecen convincentes (ibid. pág. 461 y nota 91), y además no se le siguió (quizá por eso mismo).
No he visto aún la nueva traducción que me dice (supongo que la de Alianza 2006), y así no sé cómo traducen el "perì toùs Keltíberas", ¡espero que al menos hayan abandonado los tradicionales "entre los Celtíberos" y "en territorio celtíbero"! Incluso J. Arce en 1973 siguió colocando Caesarea Augusta «entre las ciudades de la Celtiberia»... pero, como digo en Gerión, antes de mi estudio sólo encontré una traducción correcta en Salinas de Frías 1988 (pág. 442 y nota 41).
Si, me refiero a la traducción de Alianza 2006 que para III 2 15 si dice que es Maineke quien corrige ‘togati’ frente a ‘stolatoi’de los manuscritos (pag. 202 nota 130). Y sobre la traducción de "perì toùs Keltíberas" me temo que...
Cesaraugusta en los dominios de los celtíberos
Voy terminando, pues pienso que mi papel en este foro empieza a sobrar. Ya he dicho fundamentalmente lo que quería decir respecto al motivo por el que se abrió la página: la crisis de los arqueólogos ha puesto de manifiesto los graves problemas de credibilidad que ya tenía el equipo de Iruña, ante la cual sólo cabe la presencia de otros equipos independientes que sirvan de contraste y certificación en el momento en que se produzcan nuevos hallazgos, que se esperan tan sorprendentes como los que hasta ahora se nos han presentado, en el capítulo de textos y dibujos inscritos.
Respecto a mis afirmaciones sobre teorías históricas. También aquí hay motivos para la retirada. No ha sido difícil para nadie advertir que trabajaba de oído y referencias, algunas evidentemente viejas (lo que no exige necesariamente que hayan sido superadas, sin discusión, por las nuevas). Son ya varias las ocasiones en que me ha pasado que, para poder soportar de forma más sólida mis argumentos, hubiera necesitado dedicar un tiempo del que no dispongo a la búsqueda documental (otros, evidentemente, tienen a su alcance ese tiempo y los medios). Por tanto es mejor callar, de acuerdo. En caso contrario está ocurriendo que la facilidad, y la justicia, con la que se me pide que, además de mostrar, demuestre, cada vez que comento algo, y mi imposibilidad material de hacerlo, al menos en breve, se está volviendo contra la opinión que expongo (en ningún caso de producción propia, todas escuchadas o leídas). Está resultando demasiado fácil dejar caer, lo que opina Aunia no es válido porque no lo demuestra con citas. Está siendo tan fácil que, hasta, está siendo posible jugar a que se desconoce de lo que se habla, cuando se conoce, o a no querer entender cuando se entiende.
Cuando he hablado, últimamente, de la existencia de textos que han servido para suponer la presencia de unos Vascones habladores del vasco en el Ebro, estoy convencido de que muchos en este foro saben que estoy haciendo mención a las discusiones que se han establecido sobre la extensión del ámbito de esta gente en el Ebro, en relación con iberos y celtiberos, o de la existencia de una ceca relacionable con los Vascones y el ibero en los momentos previos a la romanización. Lo hacía empleando un comentario ampliamente difundido, a favor de mi afirmación de que es posible justificar unos vascones hablantes del vasco frente a unos Autrigones, Caristios y Vardulos que no. No he puesto en duda que se hablara en el territorio pero jugando, como me gusta, a que, puesto que los escasos nominos con que contamos arqueológicamente (útiles de no haber sido trasladados sus soportes desde otro lugar) están inscritos en estelas y altares (y estos son caros) no ocurriera que la élite del territorio fuera de habla vasca y el pueblo, en este caso los pueblos Caristio y Vardulo, no.
La introducción de los Autrigones tenía como objetivo tratar de poner de manifiesto que, existiendo el acuerdo de que no eran habladores del vasco (o no hay tal acuerdo?) resultaba chocante que un buen número de manifestaciones de esta lengua , para algunos tengo entendidas que de las más antiguas, junto a un romance también primitivísimo, se hubieran encontrado precisamente en Valpuesta, es decir en el corazón de la Autrigonia (hay acuerdo en que esta zona se puede considerar así?). Introduje el tema en forma de pregunta por esperar la respuesta. Y la respuesta vuelve a jugar con lo que se da por supuesto pero no entra en lo que también se puede dar por supuesto. Se me ocurrió el comentario a propósito del viaje de Tovar. En América, dicen que dijo, la gente se enterraba en español pero vivía en su lengua nativa. Fenomenal para aplicarlo a lo que ocurre por aquí respecto a la epigrafía mortuoria, el empleo del latín, y la dificultad para conocer el habla de los humildes. Estupendo, pero también estupendo para aplicarlo a Valpuesta, donde no es fácil creer que los que ponen sus nombres en las mandas testamentarias sean solamente una elite vasca, o sí?
Vuelvo a ser claro, aunque equivocado, seguramente, lo que quiero decir es que el área de la autrigonia fue colonizada por gente de habla vasca con posterioridad a la época a que nos referimos, es decir tiempos pre-romanos y romanos. Y esto lo utilizado como argumento de acompañamiento a que, lo mismo ocurrió en el territorio de Caristios y de Vardulos, con o sin paracaídas. Agurtxu bero bat/un saludo cariñoso.
Hay 5 comentarios.
1