Autor: Bea
domingo, 20 de mayo de 2007
Sección: De los pueblos de Celtiberia
Información publicada por: Bea
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Los Celtíbros y la Guerra, III-I a. C. Fuentes Clásicas y Arqueología
INTRODUCCIÓN.
No tenemos datos escritos que nos permitan afirmar la existencia de un corpus teórico sobre la forma de hacer la guerra entre los celtíberos, no podemos afirmar tampoco que las ideas sobre la misma fueran transmitidas de forma escrita, como hacen los greco-latinos. Pero, podemos contar con otros elementos que nos permiten conocer apenas sin equivocarnos, que dentro de las comunidades prerromanas existió un concepto específico sobre las formas de combatir, sistemas que variaron a lo largo del primer Milenio a. C.
El armamento, a parte del prestigio social que supone, la panoplia de cada fase cronológica responde a que las armas se diseñan según su uso, y el guerreo que las posee tiene un conocimiento exacto del uso de las mismas.
El concepto de la Guerra.
El origen del concepto surge con la idea de combate en formación, sistema en el que el individuo no es importante por sí mismo, sino como pieza de un conjunto, un arma más compleja: grupo de guerreros que combaten juntos.
La Guerra: factor de cohesión social.
La antropología ha demostrado que los grupos humanos, desarrollan el concepto de convivencia pacífica para mejorar el sistema social. La aparición del concepto de Guerra, siempre es motivo de un factor externo. Las causas suelen ser una crisis de subsistencia, como un periodo amplio de malas cosechas, el agotamiento del suelo… situaciones que crean la necesidad de ampliar los límites territoriales que controla el grupo, y en un segundo momento, en el que prima el aumento de los bienes, desarrollar la potencia económica, o aumenta el prestigio.
El concepto de Guerra, lleva a que el esfuerzo colectivo realizado en la batalla, signifique que todos los integrantes del ejército tengan derecho al mismo prestigio. No triunfaba el individuos, triunfaba el grupo.
En la Península Ibérica, no tenemos textos que nos expliquen la visión del concepto de Guerra, pero, por ejemplo, observamos como las mayores movilizaciones de contingentes peninsulares se levantan para repeler la agresión romana. Cuando, por ejemplo, los numantinos derrotan a los romanos, nunca aprovechan los triunfos para ampliar su territorio de control, simplemente se dedican a una guerra defensiva. El concepto de Guerra les proporciona la cohesión social q ue necesitan para mantener la lucha, la idea es que no se combate para obtener el beneficio de una elite, sino para el bien común.
El componente humano.
Los recursos humanos que se emplean son un esfuerzo demográfico, se pierde mano de obra especializada, desciende el número de personas en edad fértil, y las situaciones de asedio, al ser tomadas las ciudades, la población es aniquilada, o vendida como esclava.
La guerra compleja, afectará directa o indirectamente de igual manera a ambos sexos y a todas las franjas de edad(11).
LOS CELTÍBEROS Y LA GUERRA (III-I A. C.). FUENTES CLÁSICAS Y ARQUEOLOGÍA.
Los textos escritos entre finales del siglo III y el I a. C. definen una elite social, que podría identificarse con los nobiles. Individuos que tuvieran ascendencia sobre su comunidad en función de su valor militar (furor). Por ejemplo, una figura destacada del conjunto de ideales celtibérico es el numantino Retógenes(1), cuya posición social se puede asociar a los equites, formando parte de una elite social ligada a un princeps. Como la unidades compactas que Alucio(2), y esta elite social se representa en los ajuares de las necrópolis de la Meseta, en los que los bocados y arreos de caballo, los cuales se asocian a panoplias o equipos de guerrero completos.
Esta elite guerrera mantenía su cohesión a partir de una serie de ideas, la virtus, como es la heroización del valor del guerrero, llegando a pensar que la muerte en combate es el único medio digno de muerte para ellos, siendo una deshonra la muerte por enfermedad o vejez. Por ejemplo, los numantinos, cuando se dieron cuenta de que no podrían romper el cerco y no iban a ser socorridos, le pidieron a Escipión que les prestase batalla campal, no con la intención de vencer a las legiones, sino para morir con orgullo en la batalla como hombres libres.
Siguiendo esta idea, el tratamiento del cadáver del guerrero caído en batalla, no era incinerado, ya que no necesitaba purificación, el morir como un héroe, era una forma de purificación. El cadáver permanecía en el campo para ser devorado por los buitres(3), entendiendo que los buitres, mediante la ingesta de la carne, llevaban el alma junto a los dioses(4), el buitre para ellos era un ser psicopompo. Tenemos ejemplos arqueológicos que lo corroboran. Es el caso de algunas estelas, como la Estela de El Palao, en Alcañiz Teruel, o la Estela de Zurita, en Piélagos, Cantabria, y las representaciones en la cerámica, como es la cenefa de buitres transportando cabezas humanas en una urna cineraria de Uxama, Soria, los restos de un boch pintado con buitres devorando a guerreros caídos, de Numancia, Garray, Soria.
Este ideal celtibérico, también se representaba en el combate individual, la monomachia, a través de la cual se demostraba el valor ante los nobiles. Tenemos una representación en el vaso de los Guerreros de Numancia.
Las fuentes clásicas recogen, por ejemplo, las victorias de Quinto Ocio, que se impuso en combate singular a dos miembros de iuventus de los celtíberos, quienes, en reconocimiento de su derrota, le entregaron los símbolos de su estatus; el sagun, la espada y el arma de puño, emblema de su posición social(5). O el caso de Escipión Emiliano en 151 a. C., durante la campaña del cónsul Lucio Licinio Lúculo contra Intercatia, quien venció a un jinete que desafió en varias ocasiones a las legiones. El honor logrado por el vencedor, era tal que según Plinio, su hijo firmaba con un sello que representaba el combate singular. Podemos deducir que el prestigio obtenido sería clave para el ascenso social del vencedor y también de la familia o gens a la que pertenecía.
La iuuventus celtíbera se relaciona con la existencia de rituales iniciáticos, como son el entrenamiento militar, primeros combates, expediciones de saqueo que se articularían en fratrías, banquetes y baños de vapor. Para aspectos como las comidas en grupo, Estrabón(6) hace referencia a este aspecto, pero no se han podido documentar arqueológicamente, aunque por ejemplo, los baños de vapor, en el ámbito de la Península Ibérica sí se han documentado, aunque no para los celtíberos, para los Vettones, con la Sauna de Ulaca.
Las relaciones entre jefes militares y guerreros celtibéricos se basaban en la devotio concepto derivado de la fides, a través del cual un guerrero se comprometía a mantener fidelidad a un caudillo, apoyarlo en combate, defenderlo, llegando incluso a sacrificar su vida para preservar la suya, costumbre que también recogen Estrabón(7), Plutarco y Valerio Máximo(8).
La iuventus celtibérica, en ocasiones se enfrentaba con el consejo de ancianos, o senatus, de la ciudad, por sus intenciones de participar en la guerra, con independencia de las consecuencias políticas que tenga el hecho. Como por ejemplo ocurre en la ciudad arévaca de Lutia, cuando los miembros de la iuventus tras oír a Retógenes, guerrero numantino, intentaron ayudar a la ciudad sitiada, pero los ancianos avisaron a Publio Cornelio Escipión, el cual exigió la entrega de los guerreros bajo pena de destrucción de Lutia. Fueron entregados 400 hombres, a quienes les fueron cortadas las manos(9). Las consecuencias para ellos debieron ser extremas, por un lado estaban incapacitados para la guerra, y no volverían a valerse por sí mismos en caso de sobrevivir a la amputación, y por otro lado, nunca más volverían a empuñar las armas, acto emblemático de su estatus, y sin poder realizarlo, perderían su estatus de guerrero.
PANOPLIA DE GUERRERO CELTIBÉRICA: EVOLUCIÓN
Las armas del guerrero, a parte de servir para la guerra, eran el elemento emblemático del su honor. Tal y como expone Alberto Lorrio en tu tesis(10), la panoplia guerrera celtibérica se compone de una serie de elementos, y sufriendo una evolución desde el siglo IV al I a. C.
Fase I.- La panoplia reflejada en las sepulturas se caracteriza por la ausencia de espadas o puñales y por la existencia de largas puntas de lanza de fuerte nervio central de sección cuadrada, rectangular o circular, aletas estrechas, y longitudes que a veces superan los 50 cm., provistas de un regatón, a veces de gran longitud, que puede incluso ser considerado como una punta de jabalina, y cuchillos de dorso curvo. En la necrópolis de Carratiermes se habrían documentado también en ciertos casos los elementos para la sujeción de las manillas de escudo.
Fase II.- Durante los siglos V-IV y, en menor medida, el III a.C., aparecen en los ajuares funerarios de nuevos tipos de armas, con decoraciones que aparecen en éstas con frecuencia. Las variaciones regionales, evidencian la existencia de grupos culturales de gran personalidad, se hacen patentes desde este período.
• El Alto Tajo-Alto Jalón.- de los numerosos enterramientos exhumados en esta zona, que apenas en algunos casos debieron contener armas, únicamente unos pocos conjuntos cerrados ofrecen datos que permitan de finir los equipos así como su evolución y la de los elementos que los componen. De los numerosos enterramientos exhumados en esta zona, que apenas en algunos casos debieron contener armas, únicamente unos pocos conjuntos cerrados ofrecen datos que permitan de finir los equipos así como su evolución y la de los elementos que los componen. Junto a las diferentes variantes de espadas de antenas o a los ejemplares de frontón, provistos todos ellos de sus vainas correspondientes, se depositan en las sepulturas las puntas de lanza, algunas de las cuales, con longitudes en torno a los 40 cm. y nervio marcado, coinciden con los modelos característicos de la fase precedente, acompañadas de su regatón. Por más que algunas de las mencionadas puntas de lanza, dado su reducido tamaño, pudieran corresponder a jabalinas, la existencia de armas arrojadizas está perfectamente documentada en cualquier caso con la presencia de soliferrea. Aparecen en algunas tumbas umbos de escudo, o las abrazaderas de la parte interna de los mismos. Se completaría la panoplia con el cuchillo de dorso curvo. Algunos casos presentan discos coraza, y cascos. Un momento avanzado de esta fase, se caracteriza por ausencia de corazas y cascos.
• El Alto Duero.- Las necrópolis del Alto Duero, tienen una serie de diferencias tipológicas con respecto a las del Alto Tajo-Alto Jalón. -constatadas por la dispersión geográfica de ciertos modelos de fíbulas, broches de cinturón o de ciertos tipos de puñales- o relativas a la composición de la panoplia, añadiendo además una mayor representatividad numérica de las sepulturas de guerrero, pudiéndose plantear, por tanto, el carácter militar de la sociedad que da lugar a estos cementerios, que con toda seguridad cabe vincular con los Arévacos.
Fase III.- Este período está capitalizado por un hecho histórico de primer orden, el enfrentamiento con Roma que culminó con la total conquista de la Península Ibérica en tiempos de Augusto. Algunas evidencias apuntan hacia una cierta homogeneización de la panoplia y a una estandarización de los tipos de armas utilizadas, de lo que es buen ejemplo la dispersión geográfica de un arma tan típicamente celtibérica como el puñal biglobular, que se ha convertido en el arma corta por excelencia del guerrero céltico peninsular.
Tal y cómo hemos podidos observar, los autores clásicos, tanto griegos, como latinos, nos dibujaron una sociedad guerrera, sociedad que se documenta especialmente en las necrópolis. Aunque, debemos tener en cuenta que jamás fueron sociedades expansionistas, ni imperialistas, más bien su concepto de guerra era defensivo, y un medio para alcanzar unas posiciones sociales altas.
BIBLIOGRAFÍA
• Gracia Alonso, F (2003): La Guerra en la Protohistoria. Héroes, nobles, mercenarios y campesinos. Ariel Prehistoria. Barcelona.
• Lorrio, A (1997): Los Celtíberos. Extra Complutum 7. Ediciones de la Universidad Complutense, Madrid.
• V.V.A.A. (2005): Celtíberos: Tras la Estela de Numancia. Catálogo de la Exposición. Junta Castilla y León. Soria.
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NOTAS:
(1) Apiano, Iberia, 93.
(2) Alucio, príncipe Celtíbero que envió a Publio Cornelio Escisión 1.400 jinetes, cuándo éste le devolvió a su prometida: Tito Livio, Historia de Roma desde su fundación, XXVI, 50.
(3) Eliano, De naturabilis ant, 10, 22.
(4) Silicio Itálico, III, 340-343.
(5) Valerio Máximo, III, 2, 21.
(6) Estrabón. Geografía de Iberia, III, 3, 6.
(7) “Es costumbre ibérica la de consagrarse a aquellos quienes se unen hasta sufrir la muerte por ellos” Estrabón, Geografía de Iberia, III, 4, 18.
(8) “Siendo costumbre entre los hispanos que los que hacían formación aparte con un jefe, perecían con él si venía a morir, a lo que aquellos bárbaros llamaban consagración; al lado de los demás jefes sólo se ponían algunos asistentes o amigos, pero a Sartorio le seguían muchos miles de hombres, resueltos a hacer esta especie de consagración”. Plutarco, Sertorio, 14; Valerio Máximo, II, 6, 14.
(9) Apiano, Iberia, 93.
(10) Lorrio, A (1997): Los Celtíberos. Extra Complutuum 7. Ediciones de la Universidad Complutense, Madrid.
(11) Conferencia leída el 14 de noviembre de 2005 en las IV Jornadas de Historia de la Academia Pomposa, en la UAM de Madrid.
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Hola Bea, nunca he habaldo contigo porque llevo no mucho tiempo aqui, pero te he leido en algunas cosas que escribias y me alegro que vuelvas por esta página. He leido tu artículo y espero que no te importe, me gustaría añadir a Catulo sobre la referencia que hace en el uso de los meados para el higiene de los celtiberos.
XXXVII (J. Petit, en Catulo. Poesías, Barcelona, 1950) y recogido por Gillermo Fatas en Antología de textos parra el estudio de la antigüedad en el territorio del Aragón actual.
"Indecente taberna y vosotros su parroquianos, junto a la novena columna después de los hermanos del gorro frigio, ¿os figurais que sólo vosotros sois hombres, y que sólo a vosotros está permitido hacerse con cuantas mozas hay y dejar por cabrones a los demás? O, porque os estaís estupidamente sentados cien o doscientos en fila, ¿no creéis que pueda atreverme a demostrar de una sola vez mi virilidad a doscientos tíos sentados? Pues creedlo, porque escribiré que sois unos maricas por toda la fachada de la taberna. Porque mi amada, que huye de mi seno, querida por mí como ninguna otra lo será jamás, por quien libre tan grandes batallas, se sienta ahí con vosotros. Todos la amáis, todos los buenos y felices, y lo que es indigno, todos los cualesquiera y los tenorios de callejón; y tú sobre todo, modelo de los cabelludos, hijo de la conejuda Celtiberia, Egnacio, a quien embellece una espesa barba y una dentadura fregada con ibéricos meados"
Voy a seguir citando a Catulo en otro verso, esta sacado de la misma fuente, y refieriendosé de nuevo a la costumbre celtibera del uso de meados.
XXXIX
"Egnacio, porque tiene los dientes blancos, ríe en todo momento. Si está junto al banquillo de los acusados, mientras el abogado excita el llanto, él ríe. Si la gente gime junto a la pira funebre de un buen hijo, mientras la madre desamparada llora a su hijo único, él ríe. Pase lo que pase, donde quiera que esté, cualquier cosa que haga, ríe. Tiene esa enfermedad, a mi juicio ni elegante ni de buen gusto. Por eso hay que advertirte, excelente Egnacio. Si fueras de Roma, o sabino, o tiburtino, o un austero umbro o un obeso etrusco, o un lanuvino moreno y de buenos dientes, o transpadano, para citar tambié a los míos, o de dondequiera que se laven limpiamente los dientes, no quisiera que estuvieras riéndote continuamente, pues nada hay más necio que una necia risa. Pero eres celtíbero; en tierra celtíbera, con lo que cada uno meó, suele fregarse por la mañana los dientes y las encías hasta enrojecerlas. De modo que cuanto más brillante está esa dentadura tuya más meado proclama que has bebido."
Diodoro Sículo en su "Biblioteca Histórica" también hace referencia a esta costumbre
V33 "(...) Una cosa singular y extraordinaria es propia de ellos (habla de los celtíberos): siendo cuidadosos y limpios en su modo de vida tienen un hábito repugnante y muy sucio: se lavan el cuerpo y se frotan los dientes con orines; así creen cuidar su cuerpo. (A. Schulten -P. Bosch F.H.A., II, Barcelona 1925, pp. 162-164 y 242-243 recogido por la misma obra de Fatas)
Salud
No sé vosotros pero a mi me da la sensación que los iberos eran mejores guerreros (no quiero decir más valiente ni tópicos así) porque ocupaban territorios más ricos, es decir, si podáin defenderlos contra estos pueblos celtibéricos o en un tiempo anterior lucharon por ellos parece claro quien fue el perdedor, ¿no?
Otro día colocaré una referencia de una clasico que habla de los iberos como guerreros después de haber nombrado a los celtiberos, de los cuales no destaca esta habilidad. Si algun druida sabe a los que me refiero que lo cite él, y si estoy metiendo la pata porque hablo de memoria que me corrija.
Salud
Yo estoy de acuerdo con Piedra. Que un pueblo esté asentado en una zona geográfica, no se debe en principio a su poder militar (no hablo de sociedades expansionistas), por ejemplo en la Península Ibérica, a lo largo de la Prehistoria vamos viendo como se pueblan las zonas costeras, luego más hacia el interior a través de los valles fluviales, hasta tener todo el territorio completo. Los Íberos no tenían interés en extenderse sobre los pueblos célticos, y los célticos, tampoco querían imponerse a los demás. Cierzo, los Íberos son el resultado de las poblaciones enteriores mezcladas a lo largo de tiempo con Fenicios y Griegos, esas poblaciones ya ocupaban esos territorios antes.
Respondiendo a Jaume, pues hombre... no soy dada a hacer Historia Ficción. No sé hasta qué punto los celtíberos eran conscientes de la riqueza Íbera. No me atrevería a decir cuál podría habersido un hilo de la Historia que no se tejió. Recuerda que estaban los cartagfinenes en la Península, y que en la provincia de Ávila hay una poblado (La Mesa de Miranda, en Chamartín de la Sierra), que construyó una gran muralla fechada en los momentos que Anibal andaba por la Península... igual tomban conciencia de que tenían que armarse contra algo exterior, y estaban en estas, cuando les vino Roma.
Gracias Drancos.
Abrazos
De todas maneras, aprovechando una discusión que comencé y que no me di cuenta que se siguió...
Estoy en desacuerdo...
Los pueblos llamados "ibéricos" que habitaban en las tierras más fértiles y que eran vecinos de los celtíberos seguramente eran más avanzados en el arte militar. Es decir, una mayor producción de la tierra lleva a tener un mayor excedente y eso implica a un mayor número de gente que puede decicarse en excluiva al arte de la guerra. O ¿podría Roma tener un ejercito como el que tuvo sin una base economica como la que tenía?.
Pues eso.
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