Autor: J.C. Bermejo/Alicia M. Canto
jueves, 22 de mayo de 2008
Sección: Eventos festivos
Información publicada por: A.M.Canto
Mostrado 43.338 veces.
Oligarquía y caciquismo en la universidad y la ciencia españolas
Anuncio de una conferencia en Madrid del Prof. José Carlos Bermejo Barrera, de la Universidad de Santiago, sobre este espinoso tema. Viene precedida por una inesperada polémica de estos días, a causa un artículo crítico suyo en la revista Arbor (emblemática del C.S.I.C.), retirado "cautelarmente" cuando ya estaba publicado y en red. Se complementa (7/06/2008) con un resumen breve de la misma.
Prometedora conferencia en Madrid del Prof. Bermejo Barrera:
"Oligarquía y caciquismo en la
universidad y la ciencia españolas: una contribución al estudio del poder
académico"
Tengo el gusto de anunciar, casi convocar, a la próxima conferencia del Prof. José Carlos
Bermejo Barrera, de título "Oligarquía y caciquismo en la universidad y la
ciencia españolas: una contribución al estudio del poder académico", que promete
ser muy interesante, además de una excepción en el panorama general, en el que
escasea la necesaria actividad crítica.
Tendrá lugar en Madrid, en el Instituto
de Historia del CSIC (nuevo Edificio de Humanidades: c/ Albasanz, 26-28) el
próximo jueves 5 de junio a las 12 h. Más abajo transcribo el resumen de la
misma (de la nutritiva web compostelana Fírgoa), y unas pinceladas sobre el autor, con sus últimas publicaciones
relacionadas con el tema. Un link da paso a quien interese a su web personal, con su CV y publicaciones.
Los "costistas", regeneracionistas irredentos y sin esperanzas, tendremos
sin duda un gran interés en escucharle, aunque él, en función de la mayor generalidad del enfoque, seguramente no pueda detenerse en lo que pasa hace
décadas en las calderas de las áreas de conocimiento y cátedras universitarias, muchas de ellas presididas por otros oligarcas y caciques, de semejante o incluso menor calibre científico que los políticos, lo que acaba afectando decisivamente, no sólo a la vida y derechos de seres humanos muy concretos, sino al propio conocimiento científico, con su consecuente impacto final en los alumnos y en la propia sociedad, que no están generalmente en condiciones de poder discriminar.
Creo que procede añadir que justamente en los últimos días ha saltado a los
foros en red, y a la prensa gallega, lo que ha parecido un intento de censura (y a posteriori, lo que resulta más chocante) de
un artículo del propio Bermejo, que fue publicado en el nº de mayo/junio de la revista
emblemática del CSIC, Arbor. Se trata de un trabajo crítico con el método de investigación
arqueológico oficial en Galicia, que la revista ha terminado por reponer en red,
con una "retractación", de ayer mismo, que resulta casi más insólita que la propia
"suspensión cautelar" de algo ya publicado (véase en el Índice, aquí: "Estrategias institucionales y retórica de la ciencia en un Grupo de
Investigación Arqueológica Español: una contribución a la sociología de
la ciencia [retractado]" (sic!, el que suele retractarse de algo es el autor), y el artículo aquí, provisto de una advertencia inicial que, sin duda, pasará a la posteridad, tanto por el intento mismo, como por su sorprendente confusión
entre lo que es "original" y lo que es "inédito" (1), y no menos porque deja sin resolver la reclamación a la que apelaban para la suspensión, que citan en primer término (aparte de que, normalmente, para saber si un artículo es inédito o no, no hace falta convocar una "comisión de investigación independiente").
Toda la polémica en torno a ese artículo ayer repuesto, junto
con los links a la prensa, puede seguirse muy bien en este link al citado portal de la
Universidad de Santiago:
http://firgoa.usc.es/drupal/node/39988
Indudablemente, el artículo mismo, así como la próxima conferencia, ya de por sí atractiva, se han beneficiado
así de una alta cuota de publicidad suplementaria, sin duda muy inesperada para el autor, pero parece que también para quienes la han suscitado.
(J.C. Bermejo Barrera, foto de Fírgoa)
Resumen
(de aquí) Tomando el título del célebre libro de Joaquín Costa, será objeto
de esta intervención desarrollar una tesis según la cual las universidades y la
gestión de la ciencia en España, aunque aparentemente están gobernadas
democráticamente y con criterios de transparencia, en realidad ni están
democráticamente gobernadas, ni atienden a la búsqueda del bien común en los
campos educativo, político y económico y social.
Por el contrario, tal y como en su momento señaló Costa para la España de la
Restauración, un sistema formalmente democrático se ha convertido en el
patrimonio de unas oligarquías que utilizan criterios de gobierno y control de
recursos profundamente antidemocráticos, procurando además hacer desaparecer la
libre competencia y la libertad de expresión académicas.
Siguiendo los análisis de Fritz Ringer, Pierre Bourdieu y Randall Collins
sobre la sociología de los grupos de intelectuales, aplicada en varios trabajos
del autor, se trazarán tres etapas en el desarrollo de la universidad y de la
ciencia española contemporáneas, centrándose en tres puntos: la estructura
interna del poder académico, los condicionantes políticos de la vida académica
ycientífica y las relaciones entre estos ámbitos y el de la producción
económica.
Se distinguirán tres etapas: 1) la de la institucionalización de la
universidad y la ciencia españolas, que se verá truncada por la Guerra Civil;
2) la marcada -a partir del primer gobierno socialista- por el incremento de
medios materiales y humanos, y por el proceso de integración en las comunidades
académicas internacionales; 3) la de patrimonialización y formación de
oligarquías de funcionarios que, en nombre de la libre empresa, el desarrollo
económico y el interés social, crean un discurso radicalmente falso en su
manejo de los datos económicos, científicos y académicos, con el único fin de
justificar su proceso de apropiación y desmantelamiento de unas instituciones
que nunca llegaron a desarrollarse íntegramente.
AUTOR: José Carlos Bermejo Barrera (1952) es catedrático I+D de la
Universidad de Santiago desde 1992. Trabaja en los campos de la religión y la
mitología clásicas y de la teoría y filosofía de la historia.
Ha publicado 25 libros de investigación en esos dos campos, y sus trabajos
de investigación han sido publicados en revistas de los siguientes paises:
EE.UU., Polonia, Nueva Zelanda, Italia, Francia, Portugal y España, como puede
verse en su Curriculum Vitae accesible en su página personal http://web.usc.es/~jcbermej/.
En el campo de los estudios de sociología académica y de la interrelación
ciencia, economía y sociedad ha publicado últimamente los siguientes títulos:
- Ciencia, Ideología y Mercado,
Akal, Madrid, 2006.
- La Aurora de los enanos:
decadencia y caída de las universidades europeas, FOCA, Madrid, 2007.
- “La inconsistencia de las
evaluaciones científicas:elogio del silencio”, Revista Internacional de
Filosofía política, 27, junio 2006, págs. 169/186.
Edificio: Instituto de Historia del CSIC - Centro de Ciencias Humanas y Sociales
Rúa: Albasanz 26-28
Cidade: Madrid 28037
________________________________________
(1) "El director de la revista tendría que haberlo indicado en la
publicación", dijo Puig [D. Miguel Ángel Puig Samper, director del departamento de publicaciones del CSIC], quien señaló que hacia él se dirige la
"retractación", aunque precisó que el responsable de la edición del
número, Juan Goberna, se lo había tenido que haber advertido antes. Goberna, antiguo investigador del CSIC, considera "sospechoso" y poco
democrático lo ocurrido y dice que "original quiere decir que es del
autor, no inédito". "Pueden alegar lo que quieran, pero ese es un
argumento muy poco inteligente y discutible", dijo el coordinador del
último número de la revista (aquí, in fine)
P.D.- Dados los precedentes y los consecuentes, es muy de esperar que la conferencia no acabe también "retractada"...
__________________________
Breve resumen de la conferencia “Oligarquía
y caciquismo en la universidad y la ciencia españolas” (Madrid, CSIC, 5 de junio de 2008)
La duración de la conferencia, y la del debate que siguió (en total de 12 a 14.45), ya indican
por sí mismas su interés, que no defraudó las expectativas, y a la vez justifican la imposibilidad
de poder hacer un relato detallado. Dado lo apartado del actual Centro de
Humanidades y Sociales del CSIC, y el ofrecerse en horario matutino, un
auditorio de unas 50-60 personas puede considerarse satisfactorio. Creo que debe ser puesto de relieve que la conferencia fue organizada desde la sección de Historia Moderna y Contemporánea.
La parte introductoria la dedicó B.B. en primer lugar a los aspectos docentes, e
incluyó referencias (salpicadas de alusiones a las respectivas fuentes
bibliográficas y varias anécdotas) a: el origen medieval de las universidades;
la consolidación del modelo moderno de universidades en las alemanas, durante
el siglo XIX; las cuatro principales facultades existentes (Medicina, Derecho,
Teologia y Filosofía); algunos prestigiosos docentes germanos, como Hegel o
Kant, y los métodos de docencia al uso o su necesidad de publicar por sí mismos
sus obras (caso también de Nietzsche); y copia posterior del modelo alemán por
Francia, Reino Unido, Estados Unidos… Este modelo se basaba en la excelencia
intelectual, en contratar profesores creativos y originales, capaces de
generar por sí mismos conocimientos propios y nuevos, para lo que se les
daba autonomía.
Es muy significativo, y genera explicaciones para lo que
después pasó, el que este modelo alemán nunca llegara a implantarse en España.
Entre fines del XIX y XX hubo personalidades notables aisladas (Unamuno, Ortega…)
pero nunca unas verdaderas estructuras universitarias asimilables a las
alemanas o europeas en general, debido, según él, al poder y control de la
entonces Universidad Central (que, por ejemplo, era la única en la que se podía obtener
el doctorado). Esto (unido a otros factores) explica el que a mediados de los
50 puedan coexistir en una misma universidad catedráticos e investigadores del
máximo nivel, como Álvaro D’Ors, con otros que demostraron ser mediocres, o
hasta auténticos indocumentados (con algunas anécdotas ilustrativas, como la de la "carrera de óbices", y dejaré en piadoso olvido a su protagonista).
Para introducir el aspecto de la investigación el conferenciante se apoyó en
obras como The Decline of the German Mandarins: The German Academic Community 1890-1933 de Fritz K. Ringer (Cambridge, 1969), Homo academicus de Pierre
Bourdieu (Paris, Minuit, 1984, aquí cap.V: ),
en la coetánea y más célebre entre nosotros, de Alejandro Nieto (antiguo presidente
del CSIC) La tribu universitaria: fenomenología de los
catedráticos de la Universidad española (Madrid,
1984) y la más reciente de Randall Collins Sociología de las
filosofías. Una teoría global del cambio intelectual (Barcelona, 2005). Bourdieu afirma, en la línea de Agustín de Hipona, que todo
profesor se debate entre los dos motores del alma, la libido sciendi
(“pasión de saber”) y la libido dominandi (“pasión del poder”), dando
lugar, respectivamente a dos clases de académicos: los “profesores monjes” y los
“profesores cortesanos” (según Brecher y Trowler, 2001: pero
esta parte de la conferencia puede ser ampliada por el lector leyendo este
largo artículo de B.B. ,
en el que se ejemplifica muy bien a lo largo de siglos la lucha entre la
sumisión acomodaticia al poder/ortodoxia y las incomodidades, hasta peligros,
de la libertad de pensar, con casos españoles como los de Unamuno, Ortega o
Zubiri, así como el choque de la "tecnociencia" contra las Humanidades).
La natural necesidad de reconocimiento se
compensaba antes mediante el prestigio académico o intelectual, que un profesor
adquiría por la fuerza de la calidad de su trabajo científico, de su obra. Pero
de unas décadas hacia acá, concretamente desde el final de la SGM, al tiempo
que se entraba en la ciencia postacadémica y en la tecnociencia,
marcadas por los criterios económicos y de “rentabilidad”, lo que se está imponiendo
es la libido dominandi, por la que el prestigio intelectual ha
sido sustituído por distinciones económicas y políticas.
Entró B.B. entonces en el tema del “anonimato” del científico,
sumido en grupos o perdido entre una enorme masa de “trabajadores
intelectuales”, cuya eficacia se mide en función de parámetros en los que la
calidad ya no es importante, sino la cantidad. Se publican 3 millones de
artículos científicos al año, la mayor parte de los cuales no son importantes (de hecho, en
el MIT crearon un ordenador que era capaz de producir artículos y colarlos en
revistas de rango A). Se cuenta el “paper” como unidad de conocimiento en sí
mismo, cuando es sólo una forma de expresión del conocimiento,
independientemente de su veracidad o importancia real. Por ello, según Collins
–dijo– un artículo
que no aporte nada nuevo tiene un 85% de
posibilidades de ser aceptado, mientras uno que cuestione algo del conocimiento ortodoxo ve esas opciones reducidas al 10%. Por ejemplo, el número de
recensiones y de citas de un trabajo cuenta positivamente, aunque éstas sean
para despellejarlo. De ahí el axioma de que la evaluación no depende del
contenido, sino del número de recensiones [añado: siendo que éstas en realidad no siempre,
y en algunas ramas casi nunca, tienen valor científico, pues la mayoría son meros resúmenes
con escaso compromiso crítico].
En conexión con ello, B. B. hizo una exposición acerca de cómo en el
mundo avanzado el 80-85% del dinero que se invierte en I+D tiene un origen
privado. Cuando en un país como España esa proporción se invierte, es porque
carece de una red industrial, y la desproporcionada inversión pública es más
bien una muestra de atraso científico. Un país cuya riqueza está basada en el
ladrillo y el turismo no puede tener ni pretender, ni presumir, de mucho I+D.
2) Tras comentar algo sobre el, por fin teorema, de Fermat y la aún
conjetura de Kepler, y sobre cómo, con los criterios de hoy día, seguramente ni
Einstein ni Eisenberg serían contratados por alguna universidad, pasó a glosar
la irracionalidad de la estructura universitaria española, sumida además en un
sistema corrupto, oligárquico y nepótico. Partiendo de memorables casos
[que algunos hemos conocido y podríamos corroborar] de cómo “se limpiaban los
establos” de la Universidad Central mandando "a los sobreros a
provincias” [dando así una idea de cómo se gestó el poder de algunos
catedráticos que ejercen de prestigiosos "régulos" en su demarcación], comentó, respecto de la
irracionalidad, diversos ejemplos de universidades inútiles por el número de
sus alumnos, la multiplicación de los mismos títulos en áreas relativamente
pequeñas, las facultades que mantienen licenciaturas con un solo alumno (sobre
todo Filologías) y el excesivo número de profesores en general, en todas
partes. En resumen, unas plantillas sin sentido y que cuestan carísimas al país. La
Universidad necesita una reconversión urgente. En España se han reconvertido
casi todos los sectores, pero a la Universidad nadie le mete mano en serio.
Pasando a la forma en la que se gestiona el dinero de salarios
y el de investigación, aportó un dato muy inquietante, a partir del Informe del Tribunal de Cuentas sobre las universidades españolas (año 2003): a pesar de que, dijo, las universidades
sólo mandan a auditar lo que quieren, el TC considera que el control y la
liquidación de gastos de las universidades españolas son muy irregulares [en
efecto, amplíese aquí, en este pavoroso resumen de febrero de 2008: “El Tribunal de
Cuentas desconfía de la gestión financiera de las universidades públicas" ,
o el escandaloso caso de la Universidad de Vigo, marzo de 2008, aquí; el largo informe mismo se puede ver y descargar aquí].
Pasando al campo de lo oligárquico
y nepótico, y adelantando que se iba a referir sólo a casos gallegos
(pues "sólo los gallegos -dejó claro- se deben permitir criticar lo gallego"), y sin
dar nombres, sólo alusiones a cargos, Bermejo dijo que, de 2000 profesores
universitarios en Galicia, 18 controlan todo el dinero de investigación. Mencionó
ejemplos de nóminas dobles (de 95.000, 64.000, 51.000 euros anuales, las de
menos de 15.000 “no se ponen porque sería muy largo”), en las que se
confunden simples servicios prestados a empresas con tiempo dedicado a
investigación. Evocó altos cargos de la actual administración gallega,
administrativa y universitaria, que nombran o conceden dinero a familiares (a veces mutuamente) y algunos
ejemplos sumamente curiosos, como el de “un conocido investigador que se
contrata a sí mismo como becario [¡!] de su proyecto, y después lo
gestiona mediante una empresa de la que él mismo es el dueño”. Destacó que
en el reparto de cargos y en otras esferas el buen entendimiento del PSOE,
el BNG y el PP es apreciable. Fue muy celebrada por el público la anécdota
de la Conselleira de Educación de la Xunta [que es Titular de Universidad], determinada
a preguntar cada cinco años a las universidades gallegas por su número de
premios Nobel [es un caso conocido, porque ella misma lo anunció nada menos que en una
entrevista en El País, el año pasado, no me resisto al expressis verbis:
P. Otro requisito será un número máximo de años para que los
estudiantes terminen la carrera. ¿No puede llevar a los centros a bajar el
nivel para aprobar a más gente? R. No, porque va a haber una
evaluación y se verá qué resultados alcanzan esos titulados en el ámbito profesional.
Se les preguntará: "¿Dónde están sus titulados? ¿Están al frente de
una gran empresa? ¿Tiene usted algún Premio Nobel?"…]
Para
terminar, Bermejo se refirió, de forma ya general, a cómo la oligarquía que
manda [formada de la manera que se dijo] lo controla todo, son auténticos
caciques que se dedican a fagocitar al Estado y el dinero público. Citó la
“ley de hierro de Michels” (el sociólogo alemán) [ley que aclaro: "la élite
buscará perpetuarse como tal a cualquier precio"… "la propia psicología de las
masas hace deseable el liderazgo, puesto que son apáticas, y esperan que se les
resuelvan los problemas; son agradecidas con el líder, y tienden al culto de la
personalidad" véase más aquí]
y el ocurrente “Efecto san Mateo” [definido así por el sociólogo R.K. Merton, a
partir de Mt. 19.13: “porque a cualquiera que
tiene, le será dado, y tendrá más; pero al que no tiene, aún lo que tiene le
será quitado” [sobre ello recomiendo leer este artículo de 1991 de Mario Bunge].
De esta forma, siguió Bermejo, en nuestros tiempos, la Universidad, que había empezado a
mejorar durante el primer gobierno socialista (1982-1986) gracias a la creación masiva de recursos humanos y económicos y a la nueva aproximación a Europa, al cabo de los veinte años está hundiéndose sin remedio. Finalizó leyendo su obrita (que más
arriba cité) De commercio opusculorum secundum academicas mores (o sobre la circulación
de obrillas según las costumbres académicas), tras todo lo cual recibió un nutrido y
-a mi juicio- merecido aplauso.
Dada
la hora que se ha hecho, casi no es posible que añada sino unas pinceladas sobre el
debate. Sólo diré que escuché sólo dos intervenciones realmente críticas,
formuladas por una pareja de oyentes, sociólog@s del CSIC (para mí lógicamente desconocidos) que, rozando él incluso
la falta de cortesía hacia un invitado de la casa, requirieron del
conferenciante “pruebas empíricas” de lo que había afirmado acerca de la corrupción
académica en la Universidad española, y poco menos que notas de pie de página.
Ante lo cual, los que llevamos décadas habitando en ella, incluso en varias de ellas y
otras de fuera, no pudimos sino asombrarnos. No ya porque hay que saber
diferenciar entre una conferencia y un congreso de expertos, sino porque ¡hará
falta más “empirismo” que el vivido, oído, leído y sufrido! La respuesta de
Bermejo estuvo a la altura y fue muy en su estilo, e imagino que altamente
inesperada por ambos. Tras lo que se podría calificar como un “repaso”, a la
exigencia de que no fuera tan pesimista (para no llegar a “cínico”) y que aportara
alguna solución para la Universidad española, José Carlos Bermejo les dio dos,
a elegir: “Que baje el Ángel Exterminador y las fulmine a todas” o “que
venga el Espíritu Santo y nos ilumine". Por mi parte, como vengo pensando también hace muchos años, me quedo con la primera...
P.D.- B.B. dijo o recordó varias frases lapidarias, pero con
ésta me sentí muy identificada: “Las teorías no se refutan, simplemente se
mueren los que las defienden”, que creo admitiría una segunda variante al
final: “o, alternativamente, se plagian”.
P.S.- Para curiosos: No hubo ninguna alusión al tema del
famoso artículo de Arbor, aunque me dijeron después que don Felipe Criado Boado había escuchado toda la conferencia, desde el
fondo de la sala.
Ítem final: A última hora he encontrado en red este breve guión, parece que redactado para la propuesta de la conferencia dentro del CSIC.
............................
ANEXO: SOBRE SEXENIOS Y ENDOGAMIAS
Desde 1989, el máximo indicador oficial de la calidad de la investigación en el ámbito académico español son los llamados "sexenios" (en tiempos, coloquialmente, los "gallifantes"), periodos de seis años que, de forma voluntaria, se someten a evaluación por la CNEAI (Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora) mediante una serie de comisiones y de parámetros internacionales. Los sexenios se consideran tan importantes que en la LOU del PP de 2001 el único requisito que se exigía a un catedrático para poder formar parte de las comisiones de Habilitación para cátedras era tener (sólo) dos de ellos. Lo cual no ha impedido suspender a candidatos con cuatro y cinco sexenios (muchas veces más que todo el tribunal), pues dicha ley no les obliga a reconocer al candidato méritos específicos, ni a aplicarle baremos numéricos, dejando todo a los "criterios de valoración" elegidos por el tribunal. Esto confirma lo arriba dicho acerca de los mecanismos de preservación de las oligarquías en la Universidad española, consentidos desde el Estado.
Volviendo al tema, se supone, por el "principio de excelencia" acuñado por las universidades alemanas en el siglo XIX, que una docencia de calidad debe estar en estrecha conexión con una investigación de calidad. Sin embargo, cuando la implantación de los sexenios, en 1989, asistimos al espectáculo (que en cierto modo vino a confirmar las vivencias de años) de que un 40% de los profesores numerarios a los que se ofrecía solicitar que se evaluara toda su investigación hasta entonces, y aunque producía efectos económicos, ni siquiera se presentaron a la primera convocatoria. Esto es, leídas las bases de la misma, consideraron que no serían aprobados y se autoexcluyeron. Otros muchos, que pidieron uno o dos sin serles concedido, nunca han vuelto a presentarse, y entran dentro del alto porcentaje (al que Bermejo se refirió en su charla) de los que nunca publican nada.
Por ser documentos poco conocidos (sobre todo por aquellos lectores que se limitan a pagar sus impuestos y creen que sus hijos, estudiantes de nivel superior, están en las mejores manos), subo sólo dos cuadros-resumen, más generales, procedentes de la más reciente Memoria del citado CNEAI, la de 2005, en la que se hace un balance general de la peticiones (o no) y concesiones (o no) de sexenios de más de 50.000 profesores universitarios funcionarios vitalicios (hasta ahora los contratados no podían presentarse), tras dieciséis años de la primera convocatoria de dicho reconocimiento (1989-2005), atendiendo a distintos parámetros y según áreas.
(Fuente: CNEAI, Memoria 2005)
Quiere esto decir (salvando excepciones), que cerca de la mitad, un 42%, de los profesores universitarios funcionarios españoles, no cuenta con investigación ninguna, o es de ínfima calidad. Si sumamos los que han conseguido sólo el mínimo de un sexenio (es imposible calcular cuántos de ellos por simplemente ser más jóvenes), nos vamos a un 63% del profesorado. ¿Qué resultados podemos esperar entonces, ni en docencia ni en investigación? (consúltese el famoso ránking de Shanghai de las mejores universidades del mundo, la primera española en 2007, la de Barcelona, en la franja 151-202).
Podría seguir con las consideraciones (y matices, que también cabrían), pero parece que no es muy arriesgado afirmar que el principal culpable de esta penosa situación es el lamentable sistema español de selección del profesorado de la docencia de más alto nivel, que no mejora en lo fundamental ni con los cambios de régimen, ni con los de partido en el gobierno, sino que ha permitido sistemáticamente que diferentes oligarquías y grupos del más alto nivel se perpetuaran a su antojo, sin garantizar realmente a las víctimas del sistema sus derechos constitucionales (art. 103.3 de la CE).
Esta realidad ha permitido llegar a otra cifra igualmente escandalosa, que va necesariamente ligada a lo anterior:
"España ha registrado el segundo nivel más alto de endogamia, un promedio del
88%, sólo superado por Portugal (91%). Las cifras para el resto son (en %):
Italia (78), Austria (73), Francia (65), Noruega (56), Bélgica (52), Finlandia
(48), Países Bajos (40), Dinamarca (39), Suecia (32), Suiza (23), Reino Unido
(5,2) y Alemania (1)." (ver aquí, o aquí, pero hay mucho en red).
Esto es: En España lo normal es "de la cuna a la jubilación a la sombra del patrón y del grupo", y con la menor movilidad posible. Por eso se perciben desde muy pronto verdaderas competiciones y codazos ya entre los alumnos, que captan pronto cuál es "el método" y quién es "el Dedo".
Con esto cerramos en cierto modo el círculo de la conferencia de Bermejo. En esas cifras puede verse bien claro lo lejos que España sigue aún -en los antípodas, para ser más exactos- del modelo alemán de calidad, y del europeo en general. Con otra consecuencia económicamente nefasta (ya lo es mantener tanta plantilla inútil) para la nación: que son esas mismas oligarquías endogámicas las que además disponen de la mayor parte (bien se ve en el caso gallego) de los millones de euros que "Juan Español" se esfuerza en pagar para que mejoremos en I+D (Investigación y Desarrollo), y que con ello mejore la sociedad toda.
Por ello mismo los resultados no van a ser nunca mejores de los que son, y es un grave error que la única solución a la que siempre se recurre sea la de que "necesitamos (haremos) más inversión en I+D". No: lo que España necesita son profesionales universitarios excelentes que, con menos presupuesto, sepan conseguir mucho más. Por eso la solución sólo podría ser el "Ángel Exterminador" que decía Bermejo. O, lo que es lo mismo: algunos creemos que el daño es tan grande y prolongado, y la estructura corrupta está tan consolidada, que no hay una solución, ni se la espera.
De renacer Joaquín Costa, Giménez Caballero, Ramón y Cajal y Ortega y Gasset, entre otros regeneracionistas frustrados, seguirían clamando lo mismo, en el mismo desierto.
Más informacióen en: http://firgoa.usc.es/drupal/node/39923
No hay imágenes relacionadas.
Comentarios
Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.
Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.
No hay más información.
...0