Autor: Cossue
jueves, 27 de diciembre de 2007
Sección: TardoAntigüedad
Información publicada por: Cossue
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De realezas gallegas y monarcas suevos (y III)
Una colección de retales que pululaban en mi disco duro, sobre un tema que siempre se llena de necedades, "disque" a favor o en contra. Espero no acrecentarlas.
B -Breve Historia del Reino Suevo hasta 470:
Para la siguiente cronología, que cubre los primeros 60
años del reino suevo, la fuente inexcusable es el Cronicón de Hidacio, y a él me
remito como referencia.
406:
Suevos, vándalos, alanos y otros pueblos atraviesan las heladas aguas del Rin en
nochevieja del año 406. Los alanos eran un pueblo de lengua irania, emparentado
con los actuales osetios, y con los antiguos sármatas y escitas. Vándalos y
suevos eran gentes germánicas que habitaban al este del Elba y al norte del
Danuvio, en la Germania Libera. Suevos, vándalos, godos, burgundios, gépidas y
otros pueblos usaban los mismos nombres personales, de tipología antigua (alias
Gótica) y probablemente hablaban dialectos muy similares.
409: Suevos, vándalos y alanos penetran en la
península ibérica. No sabemos exactamente cuantos eran, pero teniendo en cuenta
que los vándalos que salieron hacia África eran 50.000 o 80.000, según las
fuentes, es razonable suponer unos 100.000-200.000.
411: los “bárbaros” se reparten los conventos o
regiones del occidente de la península ibérica (“ad inhabitandum”), muy
probablemente con la aquiescencia de las autoridades romanas, que retienen la
provincia Tarraconense. Los alanos consiguen las provincias Lusitana y
Cartaginense, los vándalos silingos la Bética, los vándalos asdingos y los
suevos se reparten las regiones de la Gallaecia. Según Orosio, el
establecimiento de los bárbaros es inicialmente pacífico, y son muchos los
campesinos que se les unen es una vida libre de impuestos.
Los suevos empiezan a emitir moneda en nombre del emperador
Honorio. Es una pista que los sitúa como originarios del limes romano,
probablemente de orillas del Danuvio.
417-418: Roma dirige a los godos contra silingos y
alanos, diezmándolos y forzando a los supervivientes a buscar cobijo bajo la
protección de los vándalos asdingos asentados en la meseta norte. Tras esto,
Roma establece a los visigodos en la Aquitania, entre Tolosa y el Océano,
alejándolos del camino del granero africano.
420: Los vándalos abandonan la Gallaecia tras ver
frustrado por la intervención de Roma un gran asalto sobre los suevos, y se
dirigen hacia la Bética. Política expansiva de los vándalos y conservadora de
los suevos de Hermerico, que se mantienen en paz con el Imperio.
429: Los vándalos abandonan la península ibérica y
se dirigen a África. Los suevos, únicos bárbaros asentados en Hispania, y
movidos tal vez por los éxitos de otros germanos, o por causas de crecimiento
demográfico, inician una política expansiva luego de 20 años de paz.
430: Los suevos toman las partes medias de la
Gallaecia (probablemente las actuales provincias de León y Zamora, desocupadas
por los asdingos).
439: Los suevos toman Mérida, capital de la
Lusitania y de la Diócesis de Hispania.
440: Los suevos obtienen Mértola, en el Guadiana, y
apresan al conde Censorio.
441: Los suevos toman Sevilla y someten a su
autoridad la Bética y la Cartaginense: Rex Rechila Hispali obtenta, Baeticam
et Carthaginiensem provincias in suam redigit potestatem.
446: Los suevos derrotan al magister utrisque
militiae ("Señor de Todos los Ejércitos") Vito y a sus auxiliares godos, que
habían sido enviados, aparentemente, a “liberar” la Cartaginense y la Bética.
448-449: El rey Reckiario, cristiano católico,
invade las “regiones más remotas” de la Gallaecia. Luego saquea Vasconia y el
valle del Ebro, en connivencia con los bagaudas locales, y contrae matrimonio
con la hija del rey visigodo de Tolosa, Teodorico/Teodoredo/Thiudorit. La
política de Reckiario busca que se le reconozca como monarca sobre toda Hispania.
En consonancia con ello, es el primer rey europeo de la época en emitir moneda
en su nombre, con la leyenda “Iussu Reckiarii Rege“: "Por orden del rey
Recciario".
452: Batalla de los Campos Cataláunicos. Derrota de
los hunos e inicio de su decadencia. Momento álgido de los visigodos, que
aparecen como sostén de Roma junto con los burgundios.
453: Paz entre Roma y los suevos, que devuelven las
regiones costeras de la provincia Cartaginense.
455: El galorromano Avito es hecho emperador a
instancia de los visigodos y de la oligarquía gala local. Jordanes, el
hagiógrafo de los godos, que esconde su existencia, lo califica de usurpador al
referirse de pasada a su hijo.
456-457: Luego de intensas negociaciones, acompañada
de se desata la guerra entre los suevos y los godos, soportes del emperador
Avito, por el control de la Tarraconense y de la Cartaginense, que Avito quería
retener para Roma. Un ingente ejercito de visigodos, burgundios y otros pueblos
“bárbaros” federados penetran en Hispania, al mando de sus respectivos reyes, y
se enfrentan con el ejército suevo, que le sale al paso en el "Campo Páramo",
cerca del Órbigo y a doce millas de Astorga, ciudad con población sueva y llave
de los pasos hacia Lugo y Braga. Los suevos son derrotados, y el rey Rekiario es
más tarde capturado y ejecutado. Los godos y sus aliados, en una campaña de
varios meses, saquean Braga, asaltan Mérida y destruyen Astorga y Palencia. Los
acontecimientos del imperio obligan a los godos a replegarse hacia las Galias,
no sin antes dejar a un hérulo de nombre Agiulfo, que debió desempeñar algún
papel relevante durante la guerra, como régulo títere. Al poco, éste declara su
independencia, y es capturado y ejecutado. Los jefes suevos Maldras y Frantanes
son proclamados reyes por sus respectivos partidarios.
458-464: Tras la destrucción de la dinastía de
Hermerico, el reino de los suevos se convulsiona en un lustro de guerra civil,
aderezada con incursiones godas y hérulas, en que se rompe la confianza entre
suevos y galaico-romanos; a pesar de ello, logran retener o recuperar tres de
los cuatro conventos de la Gallaecia y el norte de la Lusitania hasta Lisboa y
el río Tajo. Maldras y Frantanes son sucedidos por Reckimundo y Frumario.
465-468: A la muerte de Frumario, Remismundo/Reckimundo
es reconocido rey por todos los suevos. Fin de las guerras civiles y
reconstitución del reino, en amistad y alianza con los visigodos. Unos y otros
se dedican al saqueo ocasional de la Gallaecia, la Lusitania y la Bética. Los
godos envían esposa y otros regalos al rey Remismundo, y comisionan al
“patriarca” Ajax, que convierte a los suevos al arrianismo.
469: Hidacio, consciente de estar asistiendo al
final de su mundo y de Roma, finaliza su cronicón.
C - LA EDAD OSCURA:
Año 469
En el año 469 Hidacio, autor de una de las pocas crónicas
del siglo V europeo narradas desde el tiempo y el lugar de los hechos, hace
callar su pluma. Desde este momento, y hasta mediados del siglo VI, apenas
tenemos noticias que nos acerquen a los sucesos del reino. Y no sólo eso, sino
que incluso desconocemos el nombre de (casi) todos los reyes habidos durante 80
años. A menudo esto es tomado como una especie de catástrofe informativa, cuando
lo correcto es que haber tenido un Hidacio que nos narrase este momento es lo
excepcional; los anglo, sajones y jutos no tuvieron quien narrase por lo menudo
su llegada a las islas Británicas.
Por tanto, y retomo el hilo del epígrafe, en el año 469.
Hidacio silencia su pluma, en un momento en que había paz y amistad entre suevos
y visigodos, entre el Rey Remismundo, casado con una goda, y el rey Eurico. Poco
antes, y con la llegada misionera del patriarca arriano Ajax, comisionado por
los godos y acogido de buen grado por Remismundo, gran número de suevos se
habían convertido desde el paganismo al arrianismo, que iba camino de
consolidarse como la iglesia propia de los germanos orientales. Los suevos
habían retornado a una tímida expansión, retomando Coimbra y Lisboa. Sin embargo
la narración de Hidacio y otras fuentes epigráficas parecen sugerir que los
godos habrían convertido Emérita o Híspalis en algo parecido a protectorados,
dejando la Bética y la Lusitania al sur del Tajo fuera del alcance de los
suevos. Para los godos, que no empezarían a habitar en cierto número la
península hasta ya el siglo VI, las tierras de Hispania se iban a convertir en
su patio de atrás, alternando saqueos con acciones más civiles. Sólo unos años
más tarde, el imperio de occidente era terminado, y nacía la nueva gran potencia
de occidente: la Italia Ostrogoda.
Año 500
Poco sabemos de la historia de la península ibérica durante
el último tercio del siglo V. La crónica zaragozana nos informa de que los
visigodos traspasan los Pirineos en 494 (“Ad a 494. His coss. Gotthi in Hispania
ingressi sunt”), habrá que entender que con vocación de habitar en la península
ibérica, pues su llegada como militares era bastante anterior.
Así pues, para el año 500 el estatus de la península sería
similar al siguiente: Al occidente, del Cantábrico al Tajo, y del Océano al Esla,
nos encontraríamos con el reino de los Suevos, habitado por una mayoría de
personas externamente católicas, pero con importantes minorías paganas,
priscilianistas y arrianas. De estas minorías, eran los arrianos, suevos y
seguramente algunos romanos de clase ecuestre o senatorial, los que dominaban
políticamente el estado, manteniendo relaciones amistosas con godos y vándalos.
Por otra parte, a la caída del imperio, la toma de posiciones de los godos en
Mérida y Sevilla habrían impedido la expansión territorial sueva al sur del
tajo. El otro estado que existiría en la península sería el de los godos,
arrianos, con capital aún en la Galia, y con presencia importante en la
Tarraconense. Luego de la batalla de Vouillé (“Ad a 507. His diebus pugna
Gotthorum et Francorum Boglada facta. Alaricus rex in proelio a Francis
interfecus est: regnum Tolossanum destructum est.“, en la crónica zaragozana”)
sin embargo, el estado visigodo es prácticamente aniquilado por los francos, y
sólo la intervención de los ostrogodos evita que estos penetren en la península,
que junto con la Galia Septimania se convierte en refugio de un reino que
durante decenios será tutelado por Theodorico y sus sucesores. De hecho, y a mi
entender, los godos no se reencontrarán a sí mismo hasta los tiempos del enorme
Leovigildo.
¿Quién reinaba en Galicia en ese momento? Si hacemos caso
de las noticias, hoy incontrastables, de un cuaderno leonés hallado en el siglo
XVI por un tal Jerónimo Román, Remismundo aún reinaría para el año 480, y habría
sido sucedido por un arriano furibundo, Hermenerico (esto es, Hermerico
II), que habría perseguido el catolicismo, y habría derrocado iglesias y lugares
sagrados. Tiene dos puntos buenos a su favor, este historia:
1) El primero es que la grafía del nombre, Hermenerico,
está más cerca de la tradición visigoda (Hermanaricus) que de la sueva (Hermerico),
o de la grafía de los nombres germánicos gallegos de la alta edad media, cuando
se habría de preferir formas como Hermegildo a otras como Hermenegildo. Podría
indicar la influencia cultural de los godos arrianos sobre el reino. Godos
arrianos que, recordemos, tenían escritura propia y su propia traducción de la
Biblia a la lengua germánica común a ambas gentes. Es notorio también que una
lápida de Tomeza (Pontevedra) pertenecía al sepulcro de una mujer de nombre "Ermengon",
que había vivido a principios del siglo VII y finales del VI; mismo nombre
presente en la célebre inscripción tunecina "Ermengon suaba", esposa de un
vándalo probablemente arriano. Y, sin embargo, tal nombre femenino no se
documenta en la edad media gallega si no es en la forma "Ermego" (Tumbo de
Celanova, doc. 454). Creo que esto es indicio de la llegada a Galicia de
escritos góticos que fuerzan la recuperación de formas que en la lengua de los
suevos estaban empezando a sufrir cambios fonéticos. En todo caso, en la
Cataluña alto-medieval abundan formas como Ermegillus, Ermesindo o Ermerico, que
garantizan que el mismo proceso estaba afectando a la lengua gótica, pero no a
la franca (Ermengar, Ermengaudius, Ermentrudis...). Por cierto, que todo esto (Ermene-
> Erme-), viene a ser otro indicio, y pienso que muy relevante, de la cercanía
lingüística de ambas gentes. El mismo fenomeno se da en nombres basados en otros
temas: Ragina- > Ragi-; Magina- >Magi-...
2) En año 538, el papa Vigilio contesta una carta del
metropolitano de Galicia, Profuturo de Braga. En esta contestación, cuajada de
referencias a Priscilianistas y Arrianos, el papa da instrucciones acerca de
cómo deben consagrarse las iglesias, nuevas o restauradas; y por el lenguaje que
emplea (usa el término <I>diruta</I> = demolida, arrasada), podría
deducirse que la reconstrucción era debida a una previa destrucción causada por
el hombre, y no por la naturaleza:
“IV. De ecclesiarum restauratione in fabricis, vel
dedicatione quid sit observandum.
De fabrica vero cuiuslibet ecclesiae, quae diruta
fuerat, restauranda, et si in eo loco consecrationis solemnitas debeat iterari
in quo sanctuaria non fuerunt, nihil iudicamus officere, si per eam minime aqua
exorcidiata iactetur; quia consecrationem cuiuslibet ecclesiae, in qua
sanctuaria non ponuntur, celebritatem tantum scimus esse missarum. Et ideo si
qua sanctorum basilica a fundamentis etiam fuerit innovata, sine aliqua
dubitatione, cum in ea missarum fuerit celebrata solemnitas, totius
sanctificatio consecrationis implebitur. Si vero sanctuaria quae habebat ablata
sint, rursus eorum repositione et missarum solemnitate reverentiam
sanctificationis accipiat.”
De ello podemos concluir que, al igual que en reino de los
vándalos, o en el de los visigodos bajo Eurico, se produjo conflicto entre
católicos y arrianos en algún momento anterior al año 538, fecha de la carta.
Por otra parte, y según el documento conocido como División
de Bamba, fuente muy sospechosa y peliaguda por haber sido interpolada hacia el
año 1200, en el siglo VI habría reinado también un tal Teodemundo.
VEREMUNDO
Sí sabemos con seguridad como se llamaba el rey hacia el
año 535, gracias a una inscripción portuguesa de Vila do Conde:
“IN N(OMINE) D(OMI)NI PERFECTUM EST TEMPLUM HUNC PER
MARISPALLA D(E)O VOTA / SUB DIE XIII K(ALENDAS) AP(RILES) (A)ER(A) DLXXIII
REGANTE SERENISSIMO VEREMUNDU R(EG)E”.
Es decir, “En nombre del Señor rematado es este templo por
Marispalla devota [monja], a 13 días de las calendas de abril de la era 573 [año
535], reinando el serenísimo rey Veremundo”. La coincidencia de fechas (año 535
y 538) y de contenido (construcción de iglesias) entre esta inscripción y la
carta del papa Virgilio, me resulta muy interesante y reveladora. Por otra parte
es también interesante el atributo del rey: “serenísimo”; así, los reyes
Ariamiro y Miro son “gloriosísimo y piísimo” y “gloriosísimo” en el primer y
segundo concilios de Braga, respectivamente. Y San Martín de Braga, de quien
pronto trataremos, llama “gloriosísimo, tranquilísimo, insigne y agraciado con
la fe católica” a Miro, en el prefacio de su opérculo “Fórmula de la Vida
Honesta”, dedicada al rey. Similares epítetos adornan a los reyes visigodos en
las actas de los concilios toledanos: “gloriosissimo atque piissimo et deo
fidelissimo domno Recaredo rege”, “religiosissimi Sisenandi regis”,
“clementissimi domni nostri Chindasvindi regis”, “serenissimi Ervigii principis“,
etc.
De este Veremundo, del que poco más sabemos que su nombre,
debemos suponer que se mantuvo como arriano, pero no parece arriesgado sugerir
una notable tolerancia para con sus súbditos católicos. En todo caso debemos
recordar que ningún concilio mantuvieron los obispos bajo su reinado.
D - SAN MARTÍN
Kharriarico
Volvemos a tener noticias del reino hacia el año 550,
cuando Gregorio de Tours, el autor de la “Historia Francorum” nos narra la
milagrosa sanación del hijo del rey Kharriarico de Galicia, enfermo de una
terrible lepra que azotaba el reino, por la intervención de San Martin de Tours:
“Chararici cuiusdam regis Galliciae
filius graviter aegrotabat, qui tale taedium incurrerat, ut solo spiritu
palpitaret. Pater autem eius faetidae se illius Arianae sectae una cum
incolis loci subdiderat. Sed et regio illa plus solito, quam aliae provintiae, a
lepra sordebat. Cumque rex videret, urgueri filium in extremis, dicit suis:
“Martinus ille, quem in Galliis dicunt multis virtutibus effulgere, cuius,
quaeso, religionis vir fuerat, enarrate?”
Posteriormente, el rey Kharriarico mandaría levantar una
hermosísima basílica. Pero esto aún no sería suficiente para sanar a su hijo y
detener la epidemia, por lo que manda traer sus reliquias a Galicia desde la
Galia; y aquí arribarán por mar en un viaje tranquilísimo. Finalmente, la piedad
del rey y la intervención del santo obrarán el milagro deseado de la sanación, y
en agradecimiento, Kharriarico se convierte al catolicismo, junto con su
familia. Todo ello envuelto en un clima de leyenda de tierras lejanas, y a mayor
gloria del santo turonense. Es por ello difícil darle todo el crédito necesario
a lo que es por lo demás, una bella narración. Es también difícil hacer casar el
dato con la aseveración de San Isidoro de Sevilla, que atribuye la conversión
del reino al rey, bien documentado, Theodomiro. En todo caso, la grafía
Kharriarico de Gregorio, con kh = h aspirada, se corresponde con las más
clásicas Ariarico o con la “hispánica” Argerico, del nombre germánico *Harjareiks,
nombre común y perfectamente válido para un suevo. No existe el nombre **Carriarico.
Sin embargo, en otro lugar y otra obra, Gregorio dice quien
es el que porta las reliquias de San Martín de Tours a Galicia: ni más ni menos
que San Martín de Dume. El cruce entre un personaje real e importante, como este
Martín y el relato de Kharriarico hace que éste último cobre substancia; por
otra parte, en este momento debe situarse la construcción de la basílica de Dume,
cerca de Braga, cuyos restos han sido excavados revelando una iglesia de nave
única, con cabecera trilobulada, e influencias orientales y ravenaicas, de unos
40x25 metros.
Por cierto, que para Gregorio, los reyes suevos (o “suebos”,
según él escribe en su Historiarum: “Mirus rex Galliciensis legatos ad
Guntchramnum regem dirixit (…) Legati autem Sueborum post
annum demissi, ad propria redierunt.”) son ya “reyes de Galicia“.
La llegada del panonio.
El panonio Martín llegó a la Gallaecia hacia el año 550,
proveniente de la Galia, y portando unas reliquias de San Martín de Tours,
probable regalo diplomático de alguno de los reyes francos del momento a su
homólogo suevo. Allí, en la Galia, Martín había trabado amistad con Gregorio de
Tours, con Venancio Fortunato y con la reina franca Radegunda, si mi latín no me
engaña. Una vez en la Gallaecia, funda un monasterio en Dume, cerca de Braga,
del que será reconocido como abad-obispo, y pronto gana prestigio entre las
élites religiosas y políticas del reino, siendo responsable final de la
conversión de la monarquía sueva al catolicismo, hecho por el que ha sido
llamado “apóstol de los suevos” y que lo llevó a la santidad en algún momento
del siglo VII. Hacia el 570 es ya obispo de Braga, máxima autoridad religiosa
tanto del reino como de la provincia de Gallaecia, y desde su sede escribe
múltiples obras dirigidas al rey y sus ministros, al obispo Nitigisio de Lugo, a
Wittimero de Ourense, o a Polemio de Astorga. Repárese, por cierto, en cuán
rápidamente nos encontramos con suevos ejerciendo como obispos católicos. Su
muerte te produce hacia el año 579, y por sus virtudes será loado tanto por sus
coetáneos Gregorio de Tours o su amigo Venancio Fortunato, como por Isidoro de
Sevilla o Fructuoso del Bierzo, ya en el siglo VII. Y si su influencia
intelectual fue intensa en la Galicia de la época, su influencia política marcó,
muy probablemente, las relaciones externas de reino, especialmente el claro
acercamiento a los reinos francos que se habría de dar durante la década de los
70 y hasta el final del reino.
Ariamiro y el primer concilio de Braga
“CONCILIUM BRACARENSE PRIMUM OCTO
EPISCOPORUM,
habitum aera DXCIX, anno tertio Ariamiri regis, die
Kalendarum Maiarum.
Cum Galliciae provinciae episcopi, Lucretius, Andreas,
Martinus, Cottus, Ildericus, Lucetius, Timotheus, Maliosus, ex praecepto
praefati gloriosissimi Ariamiri regis in metropolitana eiusdem provinciae
Bracarensis ecclesia convenissent (…)”
“CONCILIO BRACARENSE PRIMERO DE OCHO OBISPOS
Habido en la era 599, año tercero del rey Ariamiro, día de
las Calendas de Mayo.
Con los obispos de la provincia de Galicia, Lucrecio,
Andrés, Martín, Cotto, Ilderico, Lucetio, Timoteo, Malioso, y por orden del ya
mencionado gloriosísimo rey Ariamiro, reunidos en la iglesia metropolitana de
Braga (…)”
Así comienzan las actas del primer gran documento público
del reino. Era el año 561, de lo que se deduce que Ariamiro [esto és, Arjamiro o
Argimiro] habría iniciado su reinado en el 559 (si la cuenta era a la romana). Y
es por su orden que los obispos del reino y sus presbíteros auxiliares se
reúnen; obispos, que en contra de lo dicho, provenían no sólo de la Gallaecia,
sino también de la Lusitania, si bien es cierto que luego de más de cien años de
unión, el norte de esta última provincia, hasta el Tajo, se había incorporado de
facto a la Gallaecia, en cuanto provincia romana. En todo caso, y para el
momento y el lugar, la propia noción de provincia sólo tenía un valor: el obispo
de la capital, Braga, era el metropolitano del resto, incluidos los obispos de
Idaña, de Viseu o de Coimbra, que dependían teóricamente del de Mérida. No es
facil saber, en todo caso, quienes y de dónde vienen los obispos asitentes. El
metropolitano es Lucrecio; Martín es el obispo de Dume; Lucetio es el de
Coimbra, y asistirá años más tarde al segundo concilio de Braga; Andrés es el de
Iria (Padrón-Santiago); algunos creen que Malioso es el mismo Mailoc, obispo de
los bretones, que firma en el segundo concilio. Eso nos deja con tres obispos de
procedencia desconocida: Cotto e Ilderico, de nombres germánicos, y Timoteo.
Este último tal vez fuese el obispo de Astorga, pero de los primeros, uno lo
sería casi con seguridad de Lugo, co-capital del reino, y otro podría serlo de
Tui, Ourense, Magneto-Porto, Viseu, Idaña o Lamego... aunque no sabemos ni
cuantas ni cuales de estas sedes fueron establecidas unos años más tarde,
durante el concilio de cuyas actas procede la "Divisio Theodemiri" o "Parroquial
Suevo".
¿Es este rey Ariamiro, que ordena la celebración del
concilio, el mismo Ariarico (Charriarico) durante cuyo reinado llegaría a
Galicia San Martín de Braga? Ambos nombres no son muy distintos ¿O será acaso el
hijo de éste Ariarico, tal vez el propio enfermo milagrosamente sanado? Sea de
hecho el que menciona Gregorio de Tours, que se habría convertido en privado al
Catolicismo, o sea su sucesor, la apariencia que darán las actas del concilio
son las de un país donde el catolicismo aún no puede atacar directamente al
arrianismo. Y es que es notable que en el I concilio de Braga, casi un
monográfico contra los herejes, no se mencione ni de pasada a Arrio o sus
doctrinas; como sino se quisiesen herir sensibilidades, o tocar temas complejos.
O tal vez simplemente, porque el reino aún no era oficialmente católico, y no lo
sería hasta su sucesor Teodomiro, a quien Isidoro de Sevilla atribuye esta
conversión.
Por otra parte, el hecho de que el rey ordene la
celebración, significa, probablemente, que antes estaba explícitamente
prohibido. De otro modo no se entiende que los obispos galaicos no mantuviesen
concilios provinciales según las recomendaciones canónicas. En todo caso es el
propio metropolitano quien hace esto aún más evidente: “(…) Lucrecio, obispo de
la mencionada iglesia metropolitana, dijo: Ha pasado un largo tiempo, santísimos
hermanos, desde que, según establecen los venerables cánones y decreta la
disciplina católica y apostólica, deseábamos los sacerdotes reunirnos según es
nuestro deber (…)”.
Recordemos que la situación que se vivía en el vecino reino
visigodo era idéntica a esta que propongo, con los católicos imposibilitados de
celebrar concilio, salvo permiso del rey.
Priscilianismo en Galicia
Esas tres palabras seguidas dan, no ya para un libro, sino
para una completa enciclopedia. Perdonadme por tanto la brevedad en lo siguiente
(y permitidme que recuerde que ya hay cosas mejores en la propia Celtiberia).
1. Prisciliano nace en algún lugar de la provincia de la
Gallaecia á mediados del siglo IV; y según Sulpicio Severo, en el seno de una
familia noble. Este mismo autor nos lo describe como un líder de hombres:
“riquísimo, sagaz, inquieto, elocuente, erudito en muchos temas, pronto al
debate y la discusión (...)”. Muy probablemente Prisciliano conoce el
cristianismo por su familia, y por su familia y amistades de clase acomodada,
llega a conocer otros cultos mistéricos.
2. Prisciliano elabora con un grupo de allegados su propia
visión del cristianismo, basada en la lectura de la Biblia y en un ascetismo
extremo. Y a pesar de que será acusado de prácticas mágicas, su pensamiento se
basará en la idea de que todo hombre y toda mujer es el templo de Dios, por lo
que debe renunciar a todos lo placeres terrenales, y a todo lo que pudiese
mancillar este templo. El crecimiento del movimiento empieza a encontrar
enemigos, que no consiguen declarar heréticas sus prácticas en concilio en
Zaragoza (AÑO 380).
3. Lanzando un "tour de force" contra sus enemigos, los
obispos de Mérida y Faro, Prisciliano es elevado al obispado de Ávila por sus
seguidores. Su movimiento religioso se expande por toda Hispania y por la Galia.
Esta notoriedad y lo irregular de su nombramiento, atrae la atención de Roma.
Allí se dirige, sin conseguir la audiencia ni del papa ni de su principal
contrapeso, el obispo de Milán; consigue el favor sin embargo de un alto
mandatario, Macedonio. Sus enemigos se ven obligados a la huída para evitar ser
arrestados.
4. En el año 383 las legiones de Bretaña se revelan y
elevan al imperio a un simple oficial con un buen nombre (y no bromeo), Maximo.
El obispo de Faro recurre a éste nuevo emperador, que deseando medrar con la
jerarquía católica, atrae a Prisciliano a Tréveris. A pesar de la defensa de
algunos, incluido San Martín de Tours, Prisciliano se convierte en el primer
cristiano ejecutado por hereje, junto con algunos de sus compañeros. El cuerpo
decapitado del mártir es trasladado a la Gallaecia por sus seguidores, donde
hoy es muy probablemente reverenciado como el cuerpo del apóstol Santiago el
Mayor. Esta aseveración se basa en que: a. la catedral de Santiago se levanta
sobre un edículo romano, dotado de las características típicas del mausoleo de
un mártir o santo; b. las leyendas de la inventio (palabra que significa
descubrimiento, no montaje, señores navegantes) parecen reflejar el lugar como
centro de peregrinaciones locales, con su profusión de cánticos, luces y otros
OVNIS; y c. me parece un pelín improbable que el cuerpo de Santiago hubiese
venido a parar a Galicia, aunque de hacerlo no me cabe duda de que lo habría
hecho en barca de piedra.
5. Según Hidacio, el priscilianismo inunda la Gallaecia,
aparentemente como consecuencia de lo anterior. Dos veces más volverá el
cronista a referirse abiertamente a este movimiento, una a raíz del concilio de
Toledo del año 400, cuando sugiere que algunos obispos galaicos se retractan
falsamente de su priscilianismo; y otra vez cuando llega de Roma una misiva
antipriscilianista del Papa León.
6. Concilio de Toledo del año 400: sólo es convocado un
obispo gallego, el cileno Exuperantio. Los reunidos elaboran una regla de fe
católica contra los herejes ("y especialmente los priscilianistas") en 17
artículos, dirigidos a los obispos de la Gallaecia. Tres días después son
convocados estos obispos; 5 se retractan y son mantenidos en sus puestos, entre
ellos Dictinio, autor de una obra post-priscilianista, el "Libra" los cuatro
restantes declaran mártir a Prisciliano y son removidos.
7. La iglesia gallega retorna en su conjunto a la
ortodoxia, pero la llegada de los suevos y vándalos, impide a las autoridades
actuar contra el priscilianismo con la dureza con la que se emplean en, por
ejemplo, la Tarraconense. El priscilianismo en Galicia sobrevivirá en la
clandestinidad otros doscientos años, mientras se extingue ahora en la Galia o
en el resto de Hispania. Es la diferencia entre lo agudo y lo crónico; la
apendicitis y el reuma; lo que se extirpa, y lo que te cambia las costumbres y
aún la forma de ser.
8. Carta de contestación del papa León al obispo de Astorga
Toribio, del año 447. Es un largo tratado contra el priscilianismo; por su
lenguaje parece deducirse que luego de un tiempo de calma, en que el
priscilianismo parecía definitivamente vencido, había vuelto a reavivarse con
inesperada virulencia. Sí, como si estuviésemos hablando de una enfermedad. Es
de gran importancia señalar que en esta carta, que será usada nuevamente durante
el Primer Concilio de Braga, el Papa señala coincidencias con el Arrianismo,
pero muchas más con el Maniqueísmo. De hecho, considera que Maniqueismo y
Priscilianismo son extraordinariamente similares, con la diferencia de que éstos
últimos aceptaban el Viejo Testamento. Por otra parte confirma que las
invasiones bárbaras han perjudicado los trabajos de la iglesia contra los
herejes: "Ya que muchas provincias han sido ocupadas por la irrupción del
enemigo, y que la ejecución de las leyes ha sido bloqueada por la tempestad de
la guerra, y que es difícil el viaje de los sacerdotes y raras las reuniones, la
secreta perfidia ha sido libre de actuar en el desorden general, y han incitado
a la subversión de muchas gentes aquellos enfermos cuyo deber era corregirla":
"Ex quo autem multas provintias hostilis occupavit inruptio, et exsecutiones
legum tempestates interclusere bellorum, ex quo in sacerdotes dei difficilis
commeatus et rari esse coeperunt conventus, invenit ob publicam perturbationem
secreta perfidia libertatem, et ad multarum gentium subversionem his malis est
incitata, quibus debuit esse correcta."
Es interesante notar que la carta menciona a "nuestro
hermano Idacio", el cronista.
9. Tras largos años sin noticias, para el año 538 el Papa
Vigilio contesta una misiva anterior de Profuturo de Braga, por la que podemos
saber cuales eran las preocupaciones de la iglesia gallega en la época:
i) Los priscilianistas, que se abstenían de comer carne; a
lo que contesta el Papa que ni condena la abstemia, ni admite a los que
desprecían las criaturas de Dios (los priscilianistas consideraban que el cuerpo
no era obra de Dios, sino del mal, por lo que se abstenían de comer carne).
ii) Lo lícito o no del bautismo con triple inmersión; la
fecha de la pascua; y el baustismo por las tres personas de la Santísima
Trinidad.
iii) Y como debía actuarse acerca de los que son
rebautizados por los arrianos. Del lenguaje parece deducirse que había
conversiones voluntarias, y es esta una de las pocas noticias que tenemos acerca
del arrianismo en Galicia.
En todo caso, vemos que la preocupación para con el
priscilianismo es el descubrimiento de estos por medio de aquello que no se
podían permitir (la carne), y si era lícito no tomarla aduciendo abstinencia.
Contestación: Sí es lícito, "Quapropter nec abstinentiam Deo placitam
reprobamus, nec eos qui exsecrantur Domini creaturam in nostra societate
recipimus."
10. Concilio de I Braga: En él se reelaboran 150 años de
lucha dialéctica contra el priscilianismo, refundiendo las cartas pontificias
junto con la regla de la fe católica de I concilio de Toledo. Así, elaborarán
los obispos y presbíteros asistentes una lista de dieciocho conductas o
creencias rechazables, y que caracterizaban a los priscilianistas. Para ello se
emplea fundamentalmente la carta del Papa León, del siglo V. En positivo, estas
creencias y prácticas serían:
- Las tres Personas de la trinidad son sólo una Persona.
- El Padre, eterno, es anterior en existencia al Hijo.
- El Hijo no nació como hombre sino sólo con aspecto
humano.
- Las almas y los ángeles son parte de la Divinidad.
- El Diablo no es obra divina, pues el mal no puede
proceder de Dios (la fe ortodoxa del momento sería que el mal no es sino la
ausencia del Bien, i.e. Dios). Para los priscilianistas, el mal tendría
existencia en sí mismo.
- Las criaturas malignas, así como las catástrofes, el
rayo, la sequía... son gobernadas por la voluntad del Diablo.
- Creencia y práctica de la astrología.
- Rechazo del matrimonio y la procreación, por cuanto el
cuerpo es en última instancia obra de los demonios, indigno del alma. No creían,
por tanto en la resurrección de los cuerpos en el día del juicio. De hecho, toda
la materia del universo sería creación de los diablos, no de Dios. De hecho, las
almas habrían residido antes en el Cielo, y por sus pecados habrían sido
expulsadas al Mundo, donde transmigran de unas formas a otras.
- Rechazo del consumo de carne, e incluso de otros
alimentos si se hubiesen cocinado con carne, por ser la carne inmunda.
- El ayuno el día de Navidad, además de el domingo, que es
cuando se festeja la resurrección. Por otra parte, festejaban el Jueves Santo.
- Convivencia de clérigos con mujeres no consanguíneas; el
priscilianismo animaba a los matrimonios a dedicarse a Dios en castidad.
También, los priscilianistas habían introducido cambios en
ritos y ceremonias como la salutación de la misa, el bautismo... Por otra parte,
se recordaba en el concilio la prohibición de los apócrifos y otras lecturas
prohibidas (que el papa León había ordenado quemar), así como de los escritos
del galaico Dictinio, continuador de Prisciliano antes de retractarse, y autor
del desaparecido "Libra", que parece ser que autorizaba a los seguidores de
Prisciliano a disimular su condición. Se prescribía también la obligación de
consumir carne, o verduras cocinas con carne, si era necesario por haber
sospecha de priscilianismo.
En el concilio se establecen otras costumbres que
permanecerán en vigor siglos, como la división de las rentas de la iglesia en
tres partes: una para el obispo, otra para los clérigos, y otra para la
iluminación y las reparaciones.
11. Concilio de II Braga. Apenas una decena de años más
tarde se había de celebrar el segundo de los concilios de Braga, que es a mi
entender el gran concilio suevo. En él ya sólo se hará referencia una sóla vez
al priscilianismo. Ahora la iglesia católica, con el respaldo del estado, ya
podía actuar contra ellos, especialmente contra los eclesiásticos. Y una vez
apartados estos, los restos del priscilianismo habían de fundirse con las
restantes pervivencias pre o para cristianas, yendo a conformar la mitología
rural que había de caracterizar el sistema de creencias gallego que aún ha
llegado hasta hoy mismo, con sus componedoras, sus estadeas, sus meigas
chuchonas y sus cruces de camino.
Theodomiro y la conversión del reino.
Entre el año 559 y el 569, Ariamiro es substituido en el
trono por Theodomiro. Desconocemos plenamente la relación entre ambos, y si la
substitución fue por muerte u por otra causa. De hecho, un autor gallego ya
clásico como Casimiro Torres llega sugerir que Ariamiro y Theodomiro eran una y
la misma persona, y ello para dar cuenta de un hecho transmitido por Juan de
Biclaro: Theodomiro es el autor de la conversión del reino; pero, como venimos
de ver, ya Ariamiro había convocado un concilio católico, y el Ariarico de
Gregorio de Tours se habría convertido al catolicismo por sí y por su familia.
Yo personalmente no hallo ninguna contradicción que requiera introducir esta
hipótesis adicional; el rey podía ser católico y no serlo, oficialmente, el
reino ni el grueso de los suevos. De hecho, y como ya adelanté, me resulta
sospechoso que no se mencionase ni de pasada al arrianismo en el primer concilio
de Braga; lo que considero indicio seguro de que era este un tema, como mínimo,
caliente. Por otra parte, y como veremos, en el año 569 Teodomiro ordena un
concilio que se había de celebrar en Lugo y que iba a organizar territorialmente
el reino, mediante su división en dos "provincias" eclesiásticas, con
metropolitanos en Braga y Lugo, de cada una de las cuales dependerían una serie
de obispados, iglesias (parroquias) y pagos (distritos).
En todo caso, esta que sigue es la noticia de Isidoro, que
obliga a considerar a Theodemiro como artífice de la conversión del reino: "Multis
deinde Suevorum regibus in Ariana haeresi permanentibus, tandem regni potestatem
Theudemirus suscepit. Qui confestim, Arianae impietatis errore destructo, Suevos
catholicae fidei reddidit, innitente Martino, monasterii Dumiensis episcopo,
fide et scientia claro, cujus studio et pax Ecclesiae ampliata est, et multa in
Ecclesiasticis disciplinis Gallaeciae regionibus instituta." Es decir: "Muchos
reyes hubo desde entonces (desde la conversión al arrianismo de los suevos) que
permanecieron en la herejía Arriana
El Parroquial suevo
El parroquial suevo o División de Theodomiro fue aprobado
en Lugo, en concilio del año 569. Estando reunidos los obispos, se dio lectura a
la siguiente carta del rey:
"Cupio, sanctissimi Patres, ut provida utilitate decernatis
in provincia regni nostri, quia in tota Galleciae regione spaciosae satis
dioceses a paucis episcopis tenentur, ita ut aliquantae ecclesiae per singulos
annos vix possint a suo episcopo visitari. Insuper tantae
provinciae unus tantumodo metropolitanus episcopus ptaeest ut de extremis
quibusque parrochiis longum sit singulis annis ad concilium convenire."
En cumplimiento de ella se reunió un concilio al que
acudieron los obispos del reino, y por el que se establecían dos iglesias
Metropolitanas, de las que dependían un cierto número de obispados, a los que se
fijó sedes, así como las parroquias (ecclesias) y distritos (pagi) que les
corresponderían como dependencias. Esta estructuración, de profundos ecos
históricos, que en principio parece meramente religiosa, obedece de hecho a una
doble naturaleza, como viene a mostrar que una parte importante del centenar
largo de topónimos mencionados habían de ser sede de cecas visigodas durante la
primera mitad del siglo VII, luego de la incorporación del reino suevo al de
Toledo. O expresado de otro modo, un cincuenta por ciento de las cecas visigodas
conocidas se corresponden con topónimos mencionados en el parroquial suevo, ya
como iglesia o como pago.
La recesión, según la incluyó Abo en respuesta a una
pregunta de Ainé, y recogiendo la información incluida por José Carbajal Sobral
en su tesis doctoral, titulada: "Los Concilios de Braga en los siglos VI y VII,
reflejo de la vida en la Gallaecia de la época" (1999), sería (ignoraré aquellas
inclusiones que tengo por interpolaciones medievales, e incluiré entre
paréntesis las notas que me parecen de interés):
“Dum hanc epistolam episcopi legerunt, elegerunt in
sinodo ut sedes Lucensis esset metropolitana sicut et Bracara, quia ibi erat
terminus de confinitimis episcopis, et quia ad ipsum locum Lucensem grandis
semper erat convencio Suevorum. Etiam et in ipso concilio alias sedes elegerunt
ubi episcopi ordinarentur ne inter episcopos contencio aliquatenus fieret, id
est:”
I. 1. Ad cathedram Bracarensem ecclesiae que in vicino sunt (Braga es ceca sueva
y visigoda):
2. Centumcellas.
3. Coetos
4 Lameto
5 Anoaste
6 Milia
7 Ciliolis
8 Ad Portum
9 Agilio
10 Carandonis
11 Tauuis
12 Ciliatao
13 Cetaneo
14 Oculis
15 Cerecis
16 Petroneto
17 Equesis
18 Ad saltum
ITEM PAGI.
19 Pannonias (act. Panoias, Vila Real; ceca visigótica)
20 Laetera
21 Brigantia (act. Bragança; ceca visigótica).
22 Astiatico
23 Tureco
24 Auneco
25 Merobrio
26 Berese
27 Palantucio (ceca visigótica)
28 Celo
29 Supelegio
30 Senequio
II 1. Ad sedem Portugalensem in castro novo ecclesias que in vicino sunt (Porto,
ceca visigótica):
2. Villanova
2 Betaonia
4 Visea
5 Menturio
6 Torebria
7 Bauvaste
9 Lumbo
10 Nescis
11 Napoli
12 Curmiano
13 Magneto
14 Leporeto
15 Melga
16 Tongobria
17 Villa Gomedei
18 Tauvasse
IEM PAGI.
19 Labrencio
20 Aliobrio (ceca visigótica)
21 Valle Aritia
22 Truculo
23 Zepis
24 Mendolas
25 Palentiaca
III. 1. Ad Lamecum ipsum Lamecum (Lamego, ceca visigótica):
2 Tuentica
3 Aravoca
4 Cantabriano
5 Omina
6 Camianos
IV. 1. Ad Conimbricensem Conimbriga:
2 Eminio (act. Coimbra, ceca visigótica).
3 Selio
4 Lurbine
5 Insula
6 Antunane
7 Portucale castrum antiquom
V. 1. Ad Visensem Viseo (act. Viseu, ceca visigótica):
2 Rodomiro
3 Submontio
4 Subverbeno
5 Osania
6 Ovellione
7 Tutela (ceca visigótica)
8 Coleia (ceca visigótica)
9 Caliabrica quae apud Gotos postea sedes fuit (esto es una interpolación
medieval, como puede verse; fue en el siglo VII, efectivamente, obispado y ceca
visigótica).
VI. 1. Ad Dumio familia servorum
VII. 1. Ad Egitaniensem tota Egitanis (Idanha-a-Velha, ceca visigótica):
2 Minicipio (Salamanca?, ceca visigótica como Municipio Salamanticense)
3 Francos
VIII. 1. Ad Lucendum Luco civitas cum adjacentia sua quam tenent comites undecim,
una cum (Lugo, ceca visigótica y probable ceca sueva):
2 Carioca
3 Sevios
4 Cavarcos
IX. 1. Ad Auriensem sedem:
2 Palla Aurea
3 Verugio
4 Bibalos
5 Teporos
6 Geurros(ceca visigoda)
7 Pincia (ceca visigoda)
8 Cassavio (ceca visigoda)
9 Verecanos
10 Senabria (ceca sueva y visigoda)
11 Calapacios majores
X. 1 Ad Asturicensem sedem ipsa Astorica:
2 Legio (ceca sueva y visigótica)
3 Bergido (ceca visigoda)
4 Petra speranti (ceca visigoda)
5 Comanca
6 Ventosa (ceca visigoda)
7 Maurelos superiores et inferiores
8 Senimure (Semure = Zamora, ceca visigoda)
9 Fraucelos (ceca visigoda)
10 Pesicos (ceca visigoda)
XI. 1. Ad Iriandem sedem ipsa Iria:
2 Morracio
3 Salinense
4 Contenos
5 Celenos
6 Metacios
7 Mercienses
8 Pestemarcos
XII. 1. Ad Tudensem ecclesias que in vicino sunt (ceca sueva y visigótica):
2 Turedo
3 Tabulela
4 Lucoparre
5 Aureas
6 Langetude
7 Carisiano
8 Marciliana
9 Turonio (¿ceca visigoda como Tornio?)
10 Celesantes (¿act. Cesantes, Redondela?)
11 Toruca
ITEM PAGI.
12 Aunone
13 Sacria
14 Erbilione
15 Cauda
16 Ovinia
17 Cartase
XIII. 1. Ad sedem Britonorum ecclesias que sunt intro Britones una cum
monasterio Maximi et que in Asturiis sunt. Algunos textos no incluyen esta
última apostilla, "et que in Asturiis sunt", que es posible sea una
interpolación tardía relacionado con las luchas entre Oviedo y Mondoñedo por ser
recocidas como herederas de la sede bretona.
Tengamos en cuenta esto: de 12 cecas visigodas lusitanas conocidas, 8 estaban en
la parte de la Lusitania correspondiente al reino suevo (norte de Portugal hasta
el Tajo, más la mitad occidental de la provincia de Salamanca, incluida la
capital, "Monecipio Salmantica"), y son nombradas como parroquias. Y no estaban
(o yo no sé que estuvieran): Emerita (Mérida), Contosolia, Elbora y Valentia,
que pertenecerían a la Lusitania visigoda.
En la Gallaecia son 31 las cecas ya presentes en el
parroquial. Y son 27 las cecas de las restantes cuatro provincias del reino (1
en la Narbonense, 10 Tarraco, 9 Cartaginense, 7 Bética). Es decir, encontramos
39 cecas visigóticas en el solar del reino suevo, frente a las 31 cecas
repartidas en los restantes territorios, lo que sugiere: a) que los godos
hicieron uso del modesto aparato de estado del reino suevo para su gobierno; y
que b) la división parroquial implicaba algo más que la sola ordenación
eclesiástica del reino.
Otras cecas visigodas de Gallaecia son: Arros (ceca
visigótica, norte de Galícia), Aviono, Calapa, Catora, Inceio, Cepis, Flavias (Chaves,
N de Portugal), Laure (valle del río Lor, en Lugo, antiguo territorio Laure),
Latra (Ladra, Lugo), Lauruclo, Lebea, Mandolas, Mave, Olovasio, Toriviana,
Vallearitia (Vallariza, en algunas versiones del parroquial, es un pago de
Braga).
De modo que el reino queda estructurada en 11 obispados
territoriales, más uno monástico, Dumio, más el étnico de los bretones. En el
concilio segundo de Braga encontramos además que el país es dividido en dos
provincias, con metropolis en Lugo y Braga:
Provincia de Lugo: obispados de Lugo, Ourense, Tui, Iria,
Astorga y de los bretones. Territorialmente se extendía entre el cantábrico y el
río Limia hasta su desembocadura y el Duero en Zamora, y desde el atlántico
hasta el Narcea/Nalón y el Cea.
Provincia de Braga: obispados de Braga, Dume, Lamego, Viseu,
Idaña y Coimbra. Entre el Limia y el Mondego-Serra da Estrela-Sierra de Gata; y
entre el Atlántico y Salamanca.
En total, algo más de 100.000 kilómetros cuadrados. Por
otra parte, es notable que sólo se mencionen pagos de los tres obispados
centrales del reino, Braga y Porto en el actual Portugal y Tui en la actual
Galicia. El territorio históricamente más desarrollado y rico del cuadrante
noroeste de la península, donde se desarrollaron las oppidas prerromanas, y que
aún hoy alcanza densidades de población más cercanas a las de los Países Bajos
que a las de la península ibérica.
Los Bretones
Durante los siglos V y VI oleadas de bretones abandonaron
su tierra para dirigirse al continente. La mayor parte de ellos se establecieron
en la Armórica, para luego expandirse por buena parte del norte de la Galia.
Como guerreros, Gregorio de Tours los mencionará a menudo, actuando muchas veces
enfrentados a los francos, o pillando los territorios de Nantes o Rennes. Por
otra parte, los bretones estaban profundamente cristianizados, y frecuentemente
la cabeza visible de estos eran sus obispos, a quienes encontramos ya hacia 460
participando en concilios galos. Pues bien, para el año 570 nos encontramos
también con bretones asentados en Galicia. La visión tradicional que se tenía
(tiene) en Galicia, es la de pacíficos refugiados que serían acogidos en paz en
las remotas tierras del norte gallego, poco habitadas y dispuestas para acoger a
los hermanos celtas. Sin embargo, un reciente libro del inglés Simon Young pone
de relieve que esta asunción es gratuita, y el comportamiento que se pretende de
los bretones no se corresponde con aquel que tuvieron en las Galias; los
bretones habrían sido más bien federados (véanse los artículos de Brigantinus
sobre la materia) de los suevos, prestando sus servicios militares a cambio de
cobijo y territorio, antes que refugiados inermes. Esto hay de ellos en la
documentación del momento:
1) En el parroquial suevo, y como venimos de ver, a los
bretones correspondía un obispo de quien dependían un monasterio (el monasterio
de Máximo, si no es errata por el "monasterio máximo") y varías iglesias "que
están entre los bretones".
2) En el segundo concilio de Braga está presente el obispo
Mailoc o Mahiloc de los Bretones, perteneciente a la provincia de Lugo (que
incluía más o menos la actual Galicia, León, Zamora y la mitad occidental de
Asturias). El nombre es celta, y se retrae a una forma *Magiloco. Por cierto,
que fue Magilo nombre común en la hispania de los primeros años de nuestra era.
D - LOS ÚLTIMOS REYES
Repito aquí lo escrito más arriba, aunque estos
acontecimientos, recogidos por muchos autores del momento, bien merecen un
tratamiento más amplio. Al final, incluyo algunas parrafos extraidos de las
obras de Gregorio de Tours:
A Theodomiro sucede su hijo Mirus o Miro
(según Gregorio de Tours, que lo llama “rey galiciense”, Juan de Biclaro e
Isidoro de Sevilla), el último de los grandes reyes del reino suevo de
Galicia (la geografía cambia, el título permanece: me niego a escribir “Rey
Legionense” para los reyes de León, así que que nadie me aburra con que si la
provincia romana de Gallaecia y demás… Porque el mismo cuento de
fronteras y territorios fluctuantes es aplicable al reino de León, y no le
cambiamos el nombre ni siquiera cuando la ciudad de León era castellana y
Bermudo III residía en Galicia). A él dedica San Martín de Dume su “Formula
Vitae Honestae”, un tratado sobre las virtudes, tal vez como reconocimiento por
haber ordenado la celebración del segundo concilio de Braga, presidido por
Martín. Así mismo, Miro mantuvo una abierta política pro católica, que lo llevo
a aliarse con francos y Bizantinos contra el arriano visigodo Leovigildo (el más
válido de los reyes godos españoles), emprendiendo una campaña por el Cantábrico
con intención de obtener un pasaje entre su reino y los francos. Muere al
retornar de una expedición a Sevilla, cuando los suevos acuden en auxilio del
católico Hermenegildo, y se retiran sin combate ante la ausencia de los
ejércitos de los otros aliados, y la superioridad del ejército arriano.
Encontrándose rodeado, se ve obligado a jurar fidelidad a Leovigildo por sí y
sus descendientes. Esta se había de demostrar como una mala decisión para el
reino, pero no culpo a Miro por ello.
Luego del gran rey Miro, sube al trono su hijo Eburicus (Juan de
Biclaro) o Eurichus (Gregorio de Tours) o Heboricus (Isidoro de
Sevilla), siendo aún muy joven. Su primera acción es renovar la amistad que
había jurado su padre con Leovigildo en Sevilla; esta amistad era de facto una
sumisión al reino vecino, lo que ocasionará un golpe de estado.
Eburico, tal vez por su política de sumisión a
Leovigildo, o tal vez por simple apetencia de poder del pretendiente, es
depuesto por su cuñado Audeca (Juan de Biclaro) o Audica (Gregorio
de Tours) o Andeca (Isidoro de Sevilla), quien lo manda tonsurar y lo
ingresa como diacono y presbítero en un monasterio, desposando a la viuda de su
padre, Siseguntia. He de decir que esta acción fue peligrosa y se
demostró fatídica, puesto que la deposición de un fiel, tonsurado e incapacitado
para ser repuesto en el trono, daba legitimidad al acto de Leovigildo de entrar
en la guerra y acabar asumiendo la corona sueva. En todo caso exhibe lo que no
siempre es evidente: el reino suevo no mantenía ninguna relación de dependencia
con sus vecinos visigodos, como muestra la temprana conversión al catolicismo,
los concilios que sobrepasaban las viejas fronteras romanas, las campañas
militares de Miro en el Cantábrico y en Sevilla, o el propio acto de Miro de
jurar amistad y fidelidad a Leovigildo por sí y sus descendientes. Como revela,
en suma, la propia historia política del reino durante el siglo VI, plenamente
independiente de los ires y venires del reino godo. Sólo durante los meses del
reinado de Eburico se puede demostrar la existencia de un sometimiento personal
entre el rey suevo y el visigodo.
En todo caso, un año después del golpe de estado de Audeca,
y luego de haber derrotado a su hijo Hemenegildo, Leovigildo y sus curtidas
tropas se dirigen a Galicia: “Liuuigildus rex Gallaecias vastat, Audecanem regem
comprehensum regno privat, Suevorum gentem, thesaurum et patriam in suam redigit
potestatem et Gothorum provinciam facit.”, escribe Juan de Biclaro. Leovigildo
se convertía de facto en rey de los suevos, y el reino de Galicia era reducida a
la condición de 6ª provincia goda. Con respecto a Audeca, éste es tonsurado y
hecho presbítero, siendo exiliado en Beja, en la Lusitania. Todas las fuentes
señalan que había recogido lo que antes había sembrado.
Pero los suevos aún iban a encontrar un referente en
Malarico (Juan de Biclaro) < *Malareikaz “Rey Fuerte”, probablemente un
noble, que se proclama rey. Su rebelión es vencida por los duques de Leovigildo,
ante quien lo presentan ya prisionero, y aunque no sabemos qué suerte corrió, no
es descartable ni el monasterio ni la ejecución. Corría el año 585.
Sin embargo el fin del reino no es el fin del pueblo, que
seguirá morando en Galicia hasta la definitiva fusión de las diversas étnias y
gentes en un pueblo de gentes con nombre germano, que habla latín modelado por
el sustrato lingüistico celta (y cuando digo celta, es que quiero decir celta),
y que se adhiere a una religión de origen semita.
Y como no es el fin del pueblo, los suevos siguen ahí cinco
años depués cuando se convoca el gran concilio de Toledo, el de la conversión
del reino Visigodo en un reino católico. Juan de Biclaro escribe: “Sancta
synodus episcoporum totius Hispaniae, Galliae et Gallaetiae in urbe
Toletana praecepto principis Reccaredi congregatur episcoporum numero LXXII.” Y
en las actas de este concilio Reccaredo se jacta de que un infinito número de
suevos ha abandonado el arrianismo por el catolicismo.
Y esto está extraído de la Historia de los Francos de
Greporio de Tours:
V.37. De Martino Calliciense episcopo.
Hoc tempore et beatus Martinus
Galliciensis episcopus obiit, magnum populo illi faciens planctum. Nam hic
Pannoniae ortus fuit, et exinde ad visitanda loca sancta in Oriente properans,
in tantum se litteris inbuit, ut nulli secundus suis temporibus haberetur.
Exinde Gallitiam venit, ubi, cum beati Martini reliquiae portarentur, episcopus
ordinatur. In quo sacerdotio impletis plus minus triginta annis, plenus
virtutibus migravit ad Dominum. Versiculos, qui super ostium sunt a parte
meridiana in basilica sancti Martini, ipse composuit.
V.41. De legatis Calliciensibus ac
prodigiis.
Mirus
rex Galliciensis legatos ad Guntchramnum regem dirixit. Cumque
per Pectavum terminum praeterirent, quod tunc Chilpericus rex tenebat, nuntiata
sunt ei. At ille sub custodia sibi eos exhibere
praecepit et Parisius custodire. Eo tempore apud
Pectavensem civitatem lopus ex silvis veniens, per portam ingressus est;
clausisque portis, infra murus ipsius urbis obpressus, occisus est. Adserebant
enim quidam et caelum ardentem se vidisse. Leger fluvius maior ab anno superiore
fuit, postquam ei Cares torrens adiunxit. Ventus auster nimium violente cucurrit,
ita ut silvas prosterneret, domus erueret, saepes efferret ipsosque hominis ad
internitionem usque volutaret. Erat enim spatium eius in latitudine quasi iugera
septem, longitudo autem non potuit aestimare. Nam et galli plauso cantu in
initio noctis saepe dederunt. Luna cumtenebricata est, et comitis stilla
apparuit. Gravis autem lues in populo subsecuta est. Legati autem Sueborum
post annum demissi, ad propria redierunt.
VI.43. De Galliciensibus regibus.
In Gallitia quoque novae res actae sunt, quae de
superius memorabuntur. Igitur cum Herminichildus, sicut supra diximus, patri
infensus esset et in civitate quadam Hispaniae cum coniuge resediret, de
imperatoris solatio fretus atque Mironis Galliciensis regis, patrem ad se
cum exercitum venire cognovit consiliumque iniit, qualiter venientem aut
repelleret aut negaret, nesciens miser, iudicium sibi inminere divinum, qui
contra genitorem, quamlibet hereticum, talia cogitaret. Habitu ergo tractatu, de
multis virorum milibus trecentos veros elegit armatus et infra castrum Osser, in
cuius eclesia fontes divinitus conplentur, includit, ut scilicet primo impetu ab
his pater territus ac lassatus, facilius ab inferiore manu, quae erat plurima,
vinceretur. Denique his dolis Leuvichildus rex cognitis, cogitatione maxima
fatigatur. 'Si', inquid, 'illuc cum omni exercitu abiero, conglobatis in unum
exercitus adversorum iaculis crudilissime sauciatur. Se vero cum paucis vadam,
virorum fortium manum nequeo superare. Tamen cum omnibus ibo'. Et accedens ad
locum, viros proteruit castrumque conbusit, sicut iam superius memoratum est.
Patrata quoque victuria, cognovit, Mironem regem contra se cum exercitu
resedere. Quo circumdato, sacramenta exigit, sibi in posterum
fore fedilem. Et sic, datis sibi invicem muneribus, unusquisque ad propria est
regressus. Sed Miro postquam in patria rediit, non multos post dies conversus ad
lectulum, obiit. Infirmatus enim ab aquis Hispaniae fuerat malis aeribusque
incommodis. Quo defuncto, filius eius Eurichus Leuvichildi regis
amicitias expetiit, dataque, ut pater fecerat, sacramenta, regnum Galliciensim
suscepit. Hoc vero anno cognatus eius Audica, qui sororem illius
disponsatam habebat, cum exercitu venit; adpraehensumque clericum facit ac
diaconatus sibi praesbiterii ei inponi honorem iobet. Ipse quoque acceptam
soceri sui uxorem, Galliciensim regnum obtenuit. Leuvichildus vero filium suum
Herminichildum coepit et sicum usque Toletum adduxit, condemnans eum exilio;
uxorem tamen eius a Grecis erepere non potuit.
VIII.35. De legatis Hispanorum.
Legati de Hispaniis ad regem
Guntchramnum venerunt cum multis muneribus, pacem petentes, sed nihil certi
accipiunt in responsis. Nam anno praeterito, cum exercitus Septimaneam
debellasset, navis, quae de Galleis in Galliciam abierant, ex
iusso Leuvieldi regis vastatae sunt, res ablatae, hominis caesi atque interfecti,
nonnulli captivi abducti sunt. Ex quibus pauci quodadmodo scafis erepti,
patriae quae acta fuerant nontiaverunt.
Y esta es la dedicatoria de San Martín de Dume a Miro de su
obra Formula Vitae Honestae:
"Gloriosissimo ac
tranquillissimo et insigni catholicae fidei praedito pietate Mironi regi
Martinus humilis episcopus.
Non ignoro,
clementissime rex, flagrantissimam tui animi sitim sapientiae insatiabiliter
poculis inhiare eaque te ardenter, quibus moralis scientiae rivuli manant,
fluenta requirere et ob hoc humilitatem meam tuis saepius litteris admoneri ut
dignationi tuae crebro aliquid per epistolam scribens aut consultationis aut
exhortationis alicuius etsi qualiacumque sint offeram dicta. Sed quamvis hoc a
me laudabile tuae pietatis exigat studium, scio tamen tenuitati meae insolentem
continuo a cautis impingi proterviam, si regalis reverentiae gravitatem aut
assiduis aut vilibus, ut libet, dictis attingam. Et ideo ne aut ego licentia
piae invitationis abuterer loquendo aut vestro magis desiderio obsisterem
reticendo, libellum hunc nulla sophismatum ostentatione politum sed planitie
purae simplicitatis exertum capacibus fidenter auribus obtuli recitandum. Quem
non vestrae specialiter institutioni, cui naturalis sapientiae sagacitas praesto
est, sed generaliter his conscripsi quos ministeriis tuis adstantes haec
convenit legere, intellegere et tenere. Titulus autem libelli est Formula Vitae
Honestae, quem idcirco tali volui vocabulo superscribi, quia non illa ardua et
perfecta quae a paucis et egregiis deicolis patrantur instituit, sed ea magis
commonet quae et sine divinarum scripturarum praeceptis naturali tantum humanae
intellegentiae lege etiam a laicis recte honesteque viventibus valeant adimpleri."
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El culto a los lares viales (dioses de los caminos y los muertos, asociados al mundo de la noche, la magia y a ciertoa animales, como el perro, de claras conexiones funerarias en muchas culturas), practicado en las encrucijadas continúa en época sueva. Los suevos son diferenciados de los demás pueblos germanos en la admiráción que Tácito, a fines del s.I, profesa por ellos, entre otras cosas, por el carácter bastante complejo de su religiosidad pagana: practican el animatismo, rinden culto a los bosques sagrados, veneran a la Diosa Madre, existe entre ellos una clase sacerdotal y practican sacrificios humanos. Con estos precedentes, en el aspecto religioso, no se diferenciaban mucho o nada de las creencias celto-galaicas que trascendieron en su buena medida a la relativa romanización de la zona.
Ciertas informaciones apuntan a contactos entre el rey Carriarico, antecesor de Teodomiro, y la Iglesia franca, pero el verdadero protagonista de la conversión al catolicismo de los suevos es San Martín de Dumio, descendiente de romanos o indígenas romanizados de Pannoia, actual Yugoslavia, región bajo control bizantino pero poblada por bastantes bárbaros adaptados ya al universo cultural y religioso tardío romano, por lo que sabría bien como integrar en el cristianismo culturas no latinas partiendo de y respetando sus peculiaridades nacionales.
Para esta conversión de los suevo-galaicos, hallará san Martín, en las comunidades bretonas que, huyendo de las invasiones germánicas, se establecen por la Galicia septentrional, valiosos, aun indirectos e involuntarios, coolaboradores. Un contingente dirigido por el ministro Maeloc, por ejemplo, asentado en la desembocadura del Eo y proximidades, emprenderán su evangelización en un territorio virtualmente ajeno al control del reino suevo.
Este paulatino proceso de fusión de poblaciones que reorganiza el espacio y reestructura el aparato gubernativo reutilizando entonces fórmulas anteriores, mediante la alianza Iglesia-Estado, convirtió al Reino Suevo de Galicia en una potencia europea de cierto nivel, primer Reino europeo, Sagrado por supuesto, además de Principal, ya pagano o cristianizado, precediendo a Recaredo y sus visigosos unos cuantos decenios, lo mismo que al resto de Europa y el mundo.
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