Miércoles, 14 de marzo de 2007

La informática aporta nuevos datos sobre la alfarería antigua

Un profesor crea una aplicación para medir la capacidad de las vasijas

M. CRUZ AGUILAR / Teruel
El profesor turolense Juan Carlos Calvo ha creado un programa informático que, a partir de un dibujo de un recipiente, permite establecer su capacidad. Esta aplicación posibilita definir la tipología de la cerámica antigua sin necesidad de dañarla y “buscar relaciones entre piezas de distintos lugares para ver si hay una unidad subyacente en los mismos”, explica el investigador.

Juan Carlos Calvo es licenciado en Física y da clases de matemáticas en la Facultad Politécnica de Teruel y en el Colegio Las Viñas. Además, está estudiando Humanidades y su tesis doctoral, que lleva por título Aproximación a los sistemas metrológicos prerromanos, se centra en la aplicación de las matemáticas a la arqueología.

Su investigación busca establecer las unidades de medida, tanto de volúmenes como de longitudes o pesos, que se empleaban antes de la llegada a la península de los romanos, quienes uniformaron el sistema métrico.

Los mayores avances del profesor turolense son en el campo de las medidas de capacidad debido a la escasez de trabajos existentes. En este sentido, el problema con el que se encontraban los arqueólogos a la hora de calcular la capacidad de un recipiente es que no podían llenarlo de agua porque se estropeaba y sólo tenían posibilidad de medir aquellos de poco valor o a través de réplicas. Estas dificultades técnicas imposibilitaban conocer las unidades de medida empleadas por las diferentes culturas.

Mínimo porcentaje de error

El programa informático ideado por Juan Carlos Calvo pone al alcance de los estudiosos las capacidades de recipientes de cualquier época, ya que sólo se necesita un dibujo del mismo, que se puede obtener a través de la bibliografía. “Se toman una serie de cotas, se introducen en el programa de ordenador y éste transforma el dibujo en una serie de cilindros”, explica el autor. El porcentaje de error es inferior al 3%, lo que se puede atribuir a “efectos del dibujo”, matiza el profesor.

Esta forma de medición permite detallar el volumen útil de un recipiente, ya que nunca se llena hasta el borde. Calvo comenta que este volumen parcial se obtiene mediante la comparación con los recipientes actuales.

(entrevista al profesor Calvo)

M. C. A. / Teruel
- ¿Para qué sirve el programa de medición?

- Nos permite saber la capacidad de muchas piezas y buscar relaciones entre ellas para ver si hay una unidad subyacente.

- ¿A qué conclusiones han llegado después de saber la capacidad de algunas vasijas prerromanas?

- Hemos identificado algunas cosas. Por ejemplo, en Segeda, antes de la llegada de los romanos a mediados del siglo II antes de Cristo, se usaban medidas de capacidad de origen Griego. Así, se ha identificado la cótila, que tiene 283 centímetros cúbicos, en diferentes recipientes como los kalathos.

- ¿Cómo llegó a Segeda?

- Tal vez a través del comercio.

- ¿Para qué se usaba?

- Es una ración individual, similar a la que usamos nosotros en la actualidad con nuestros vasos, que aunque son de formas distintas todos tienen una misma capacidad. En esta medida subyace el concepto de antropometría que también se emplea en la construcción y que está vinculado al cuerpo humano. Así, la ración que una persona puede beber es una unidad.

- ¿Han identificado otras unidades de medida?

- Sí, había una de 160 centímetros cúbicos en la zona Verona que no está relacionada con otras culturas, pero sí podría estar vinculada con el ritual de estos pueblos de consumir vino en copas o vasos a través de cráteras.

- Con estas unidades identificadas ¿En qué va a consistir su trabajo a partir de ahora?

- Lo que hemos hecho hasta ahora son los comienzos. Hemos analizado una serie de conjuntos cerámicos, pero tenemos que estudiar muchos más para obtener el dato estadístico y afinar.

- ¿Cómo se va a desarrollar ese trabajo?

- Seguiremos estudiando distintos conjuntos cerámicos de la celtiberia para ver si esa unidad de 160 centímetros cúbicos que hemos propuesta está más extendida. Además, queremos corroborar si la cótila se usaba en otras zonas y analizar si hay otras unidades de capacidad.


APUNTES

Pesos con rastro cartaginés. Shekel.
La investigación de Juan Carlos Calvo abarca los distintos sistemas petrológicos. En lo que se refiere a las medidas de peso, el doctorando ha llegado a la conclusión de que los celtiberos usaban las ya conocidas medidas de influencia griega y fenicia, pero apunta que también empleaban una unidad basada en el shekel cartaginés de 7.25 gramos.

Un pie más pequeño que el romano. Longitud.
El profesor turolense también ha llegado a interesantes conclusiones en lo que se refiere a las medidas de longitud. Así, según comenta, el estudio de los adobes, sillares y las medidas de edificios y calles le ha llevado a establecer que el pie (unidad de medida) celtibérico era de 24 centímetros, frente a los 29 de los romanos e íberos. Esto no significa que los celtíberos fueran personas de menor tamaño, ya que no hay diferencias en los esqueletos analizados. Esta particular medida del pie ya había sido apuntada por otros investigadores con anterioridad, pero ha sido el equipo turolense quien lo ha confirmado.

Un equipo que investiga en Teruel. Pioneros.
Juan Carlos Calvo forma parte de un equipo de investigadores de distintas disciplinas que desarrollan sus tesis doctorales en Teruel sobre temas vinculados a la ciudad celtíbera de Segeda y están dirigidos por el Doctor Francísco Burillo.

Dificultad en buscar generalidades. Unidades comunes.
La dificultad del trabajo que está desarrollando Juan Carlos Calvo no radica, según argumenta él mísmo, en la creación del programa informático, sino en la búsqueda de unidades de medida comunes. Para poder afinar y llegar al dato estadístico deberá analizar miles de recipientes.