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lunes, 14 de enero de 2008
Sección: Artículos generales
Información publicada por: jeromor


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Ha muerto Gonzalo Arias Bonet



Gonzalo Arias Bonet


(1926-2008)


falleció (es decir, pasó de una a otra dimensión espacial y temporal) el día 11 de enero de 2008 a los 81 años de edad.


He vivido como cristiano –ha dejado él escrito--, y como tal entiendo morir, después de haber intentado aplicar y practicar, desde la doctrina de la noviolencia, el mensaje de amor universal que Jesús nos trajo de parte de Dios para la construcción del Reino de Dios.


Sin embargo, no deseo que se celebren para mí funerales ni cualesquiera otros ritos de la Iglesia Católica. Llegada la hora de la sinceridad, debo decir que he evolucionado al final de mi vida de manera que ya no tengo esperanza en la renovación de la Iglesia Católico Romana desde dentro, aunque conservo la esperanza en la renovación del cristianismo por obra de comunidades de base, iglesias pacifistas y movimientos ecuménicos. Entiéndase esto como una forma de protesta frente a una Iglesia ritualista y dogmática, poco sensible a los signos de los tiempos.


Sé que no siempre he respondido a las expectativas de personas que podían esperar de mí ayuda, consuelo o simplemente amistad. Espero que me perdonen.


En definitiva, me considero afortunado por la vida que he vivido y por el cariño de que me veo rodeado en mi fase final. Alabado sea Dios."


Su esposa Hilde, sus hijos Irene, Sonia, Ana, Mario, Diego y Marta, sus nietos Germán, Paula, Olivia, Celia, Aorinco, Nadiejda, Daniel y Lara se sienten afortunados por haberte tenido de compañero, padre y abuelo. Has sido y sigues siendo en nuestros corazones un ejemplo excelente y  gracias a tu bondad, tenacidad, paciencia, humildad y honradez, nos has transmitido valores de gran coherencia y unos principios éticos que siempre recordaremos y nos servirán de guía en los momentos difíciles.


Tu espíritu rebelde, inquieto y curioso ha sido la mejor educación que tus hijos podríamos desear.


Queremos agradecerte la valentía, buen humor y tranquilidad con que supiste afrontar tu enfermedad y los que sabías eran los últimos días entre nosotros. Fuiste un buen paciente y para nosotros fue una gran suerte y satisfacción haberte acompañado hasta el final; esperamos haberte servido de ayuda.


Sabemos que quisiste ahorrarnos trabajo preparando tus libros y otros asuntos en tu último año de vida, gracias de nuevo.


Te deseamos que tengas un buen viaje, que allá donde estés sigas explorando e investigando, y seas feliz en cualquier rama de la historia a donde hayas ido a parar.


 

Gonzalo Arias Bonet, renovador de los estudios de las vías romanas en España e impulsor de la revista El Miliario Extravagante, punto de encuentro de casi todos los que han tenido algo que decir sobre el tema, ha fallecido el viernes en su casa de Arcos de la Frontera. Descanse en paz. Sit tibi terra levis.


"El viernes 11 de enero de 2008, a la edad de los 81 años, en su casa de Cortes
de la Frontera (Málaga) y con el calor de todos los suyos, se ha ido de entre
nosotros Gonzalo Arias Bonet, un gran experto de los viejos caminos de Hispania,
fundador de "El Miliario Extravagante" y verdadero apóstol de la no-violencia.
Más abajo transcribo una pequeña autobiografía suya, inserta en un pequeño
espacio de su gran sitio web http://www.gonzaloarias.net/index.html, un lugar
lleno de mapas y de informaciones útiles para los estudiosos, pero también de un
ideario "gandhiano" no menos gratificante, presidido por una paloma de la paz.
El 14 de noviembre pasado subió a él su última actualización, con otro libro de
su tan querida no-violencia.

Los profesionales y aficionados a la Antigüedad le conocen más, sin embargo, por
aquel "Boletín trimestral para el estudio de las vías romanas y otros temas de
Geografía Histórica", que él bautizó "El miliario extravagante" porque él mismo
y su boletín "vagaban" fuera de España, siguiendo como tantos otros el difícil
destino del exilio, él en París. En 1987 publicaría, a su costa, el "Repertorio
de caminos de la Hispania romana", tras lo cual consiguió reanudar la
interrumpida publicación de la revista, que poco a poco fue haciéndose un
prestigio y un lugar propio en las bibliotecas especializadas, mientras seguía
siendo nuestra única publicación periódica sobre el tema. Una revista tan
participativa, amigable y abierta como lo era él mismo, y en la que los estudios
de campo y los mapas, como las réplicas y contrarréplicas y las noticias de sus
espontáneos "corresponsables", se sucedían con gran agilidad, muchas veces con
buena carga de materiales inéditos.

Habiendo cumplido ya él muchos veranos, cuando vio que le sería imposible
continuar con la revista, de la que era, como él mismo decía, "editor, director,
redactor-jefe, administrador y mecanógrafo" (con la inestimable ayuda de su
esposa, la hospitalaria Hilde), nos convocó a sus suscriptores a una inolvidable
asamblea en Madrid, de la que acabó surgiendo la deseada continuidad, de la mano
de Carlos Caballero, Guillermo-Sven Reher y Santiago "Santi" Palomero. En
septiembre de 2004 aparecía el nº 90 del viejo Miliario, con su propio editorial
describiendo la "agonía" de la revista, y el "Manifiesto de despedida del
Miliario Extravagante" de Palomero
(http://www.gonzaloarias.net/textos/sumarios/sumario90.htm), pero la antorcha
era recogida casi de inmediato por "El Nuevo Miliario", que afortunadamente
continúa su obra con el mismo espíritu y renovadas tecnologías.

A otros corresponde el redactar unas notas menos apresuradas y más documentadas
que las mías, aunque no menos teñidas de afecto y admiración por la labor enorme
de Gonzalo, hecha y mantenida durante tantos años desde fuera y sin las
comodidades "del sistema", y casi más de admirar en todo lo referente a propagar
la vía pacífica para los hombres, un mensaje hoy de tan difícil calado.
Recordaremos siempre con respeto su figura honrada, valiente, bienhumorada y
cargada de ética.

Creo interpretar el sentimiento de muchos que le conocimos o le leyeron al decir
que la caminería hispánica está de luto, y al enviar a su esposa Hilde, a sus
seis hijos y sus ocho nietos, el testimonio de nuestra sincera gratitud por todo
el esfuerzo que, sin contrapartidas, Gonzalo dedicó a una tan amplia faceta de
la Antigüedad y a promover su conocimiento. Allá donde esté ahora hemos de
imaginarle explorando con interés un nuevo, desconocido, y seguramente
apasionante, camino, en el que esperamos que encuentre una buena "mansio" en la
que poder descansar de sus fatigas."


Copyright Alicia Canto- Terra Antiqvae 


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Comentarios

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  1. #1 A.M.Canto 14 de ene. 2008

    Me sumo a todo lo dicho y sentido. Recomiendo la visita a su sitio web, en la que, además de los temas camineros que nos son más familiares, puede profundizarse en su actividad casi más querida aún, la de militante de la noviolencia, a la que dedicó muchísima entrega personal y varios libros: http://www.gonzaloarias.net/index.html

    De ella transcribo sus propias pinceladas autobiográficas, que serán útiles e interesantes para quienes no le conocieran en todos sus aspectos vitales y más humanos:

    GONZALO ARIAS BONET - NOTAS AUTOBIOGRÁFICAS

    Nací
    en Valladolid, 1926. Hijo de José Arias Ramos (catedrático
    de Derecho Romano y magistrado del Tribunal Supremo) y de Ascención
    Bonet Guilayn. Segundo de tres hermanos: el mayor, Juan Antonio,
    también catedrático de Derecho Romano, fallecido
    en 1987; la menor, Pilar.

    Infancia
    en Santiago de Compostela y SALAmanca, estudios de Derecho en
    Valladolid. Varios intentos fracasados de ingresar en la Escuela
    Diplomática.

    Casado con
    Hilde Dietrich en 1956. Ese mismo año obtuve un puesto
    de traductor en la UNESCO, París, donde permanecí
    hasta 1968.

    De 1963-1968
    datan los 14 primeros números de El
    Miliario Extravagante
    , publicados en París.

    Paralelamente,
    el descubrimiento a través de los noviolentos franceses
    del pensamiento y la obra de Gandhi y Martin Luther King me marcó
    profundamente.

    En el contexto
    español de aquellos años, la noviolencia se me aparecía
    como el mejor desafío pacífico a la dictadura. Convencido
    de que para poder hablar de la noviolencia con verdad es preciso
    vivirla de alguna manera, me esforcé por combinar la teoría
    con la práctica.

    A los 42
    años y con seis hijos, en 1968, realicé una acción
    sencilla pero que debía conducirme necesariamente a la
    cárcel: Petición pública de elecciones (en
    cumplimiento del programa anunciado previamente en mi libro Los
    encartelados) como primer paso para la democracia, gesto por el
    que fui condenado como autor de un delito contra las leyes fundamentales.

    Otras actuaciones
    inspiradas en la noviolencia, que me valieron nuevos contactos
    (breves, a decir verdad) con el mundo carcelario fueron:

    - 1971: Participación en la "Marcha
    a la prisión" en apoyo de la objeción de conciencia
    al servicio militar cuando los objetores españoles arriesgaban
    largos años de prisión. Fue una marcha internacional
    desde Ginebra hasta (teóricamente) Valencia, aunque los
    caminantes, tal como habían previsto, fueron detenidos
    al entrar en territorio español.

    - 1976: Denuncia pública de las torturas
    policiales, en un momento (gobierno de Arias Navarro) en que había
    una expresa prohibición gubernativa de hablar sobre este
    tema.

    - 1973-1982: Repetidas visitas a Gibraltar y
    saltos de la verja fronteriza cerrada para reclamar la rectificación
    de la errónea e inhumana política de hostigamiento
    hacia los gibraltareños. Mi interés por la cuestión
    de Gibraltar me llevó a trasladar la residencia familiar
    a La Línea de la Concepción, donde hemos vivido
    de 1980 a 1997.

    Mis primeros
    libros inspirados en la noviolencia hubieron de publicarse o en
    el extranjero (Los encartelados) o ilegalmente en España
    (La no-violencia: ¿tentación o reto? y El proyecto
    político de la no-violencia), al no permitirlos la censura
    franquista. Estos y otros se han vuelto a editar después.

    En 1987
    publiqué el Repertorio de caminos de la Hispania romana,
    y ese mismo año reanudé la publicación de
    El Miliario Extravagante.

    Desde 1968
    (año en que renuncié a mi puesto permanente en la
    UNESCO) hasta la actualidad, mi fuente principal de ingresos ha
    sido el trabajo de traductor temporero para diversos organismos
    de las Naciones Unidas.

    Fuente: http://www.gonzaloarias.net/biografia/biografia.htm

  2. Hay 1 comentarios.
    1

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