Autor: J.N. y La Nueva España
lunes, 24 de diciembre de 2007
Sección: Edad Media
Información publicada por: A.M.Canto
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Opiniones expertas sobre Pelayo y los orígenes del reino de Asturias

Tres conocidos y prestigiosos historiadores, dos de ellos asturianos, reflexionan brevemente sobre la existencia real de Pelayo, la entidad de la batalla de Covadonga y los nebulosos orígenes del reino de Asturias.


Me ha parecido de gran interés un reportaje de hoy en el diario "La Nueva España" de Oviedo (www.lne.es), firmado por J.N., que trae causa directa de la polémica (que se puede seguir, con ilustraciones, en los sitios indicados al final, así como en Celtiberia: www.celtiberia.net/articulo.asp?id=2736) en torno a la restauración (abusiva a juicio de muchos) de la iglesia de Santa Eulalia de Abamia, en Corao (Cangas de Onís, Asturias). Una persistente tradición afirma que en el exterior inmediato de la primera fase de esta iglesia (anterior al siglo X según las recientes excavaciones) descansaron los restos del rey godo don Pelayo y de su esposa Gaudiosa hasta su traslado en el siglo XIII a Covadonga por el rey Alfonso III. La iglesia, según algunos documentos históricos, podría ser del siglo VIII, aunque su estado actual se remonta a reformas de los
siglos XIII-XIV y XV-XVI. Es Monumento Histórico desde 1962, gozando
para ello en su día del aval de la Real Academia de la Historia.

Con motivo de la polémica (que parece próxima a ser zanjada, dada la actitud dialogante del Director General de Patrimonio del Principado), mayor por el carácter histórico que tendría el edificio, el diario ha preguntado a tres destacados historiadores medievalistas, catedráticos y/o académicos, dos de ellos asturianos, su opinión en torno a varios temas relacionados con los orígenes del reino de Asturias, que me permito transcribir:


PELAYO Y ABAMIA: ENTRE LA HISTORIA, EL MITO Y LA TRADICIÓN

Luis Suárez, Faustino Menéndez-Pidal y Manuel FernándEZ reflexionan sobre el origen del reino de Asturias

Oviedo, J. N.

La polémica restauración del templo de Santa Eulalia de Abamia ha abierto una línea de reflexión sobre Asturias a cuenta de su historia ya que el pasado condiciona el presente con enorme fuerza. En torno a Abamia bailan los momentos fundacionales del reino de Asturias que, como todo lo importante, debe ser sometido a constante crítica y reinterpretación. Tres prestigiosos historiadores reflexionan en esta página sobre Abamia, Pelayo, la batalla de Covadonga, el primitivo reino de Asturias y las mil vueltas que se puedan dar a una realidad remota, sobre la que apenas hay trazos para juzgarla con la objetividad que la historia como ciencia requiere, pero que va mucho más allá del universo de leyendas y mitos.


Luis Suárez, asturiano de Gijón, catedrático emérito de la Autónoma de Madrid
, no
entiende «que pueda haber polémica sobre los restos de Pelayo, ¿cómo va a haber
constancia? No tenemos la menor idea de dónde está enterrado Pelayo. El gran
problema de mucha gente hoy en día es la fantasía. No puede hablarse tampoco de
una tradición importante que fije el lugar de enterramiento. El Romanticismo
planteó habitualmente estas cosas
».


Suárez considera que «incluso se cuestiona la misma figura de Pelayo aunque al
respecto hay más certeza. Una certeza relativa, claro. Figura en una crónica
musulmana que habla de Pelayo, luego confirma su existencia y dice además algo
muy importante, habla de Pelayo el romano, el rumi. Y es que Pelayo es un
nombre romano, no es un nombre godo. Cualquiera sabe, aunque estuviese en la
corte del rey visigodo podría haber sido descendiente de alguna de las granes
familias del rey visigodo
».


El prestigioso historiador asturiano indica, asimismo, que «tampoco tenemos
mucha seguridad de qué ocurrió en Covadonga. Aunque se ha admitido siempre que
se dio esa batalla y no hay por qué dejar de admitirlo. Pelayo se liga a
Covadonga pero no sabemos la importancia de la batalla. Quizá no tuvo mucha
trascendencia en sí misma pero posiblemente para las generaciones posteriores
fue importante. La resistencia vence a los musulmanes, que de esa forma no
pueden quedarse en Gijón, que era su gran fortaleza. Una fuerza de resistencia
y ahí empieza lo que más adelante se llamó Reconquista. En aquel momento no era
una Reconquista, era sólo una resistencia
».


«Hasta Alfonso II no se puede hablar de Estado, no cabe hablar en esos
términos
», añade Luis Suárez. «Hasta Alfonso II no hay una forma de Estado,
existe sólo un movimiento de resistencia o como se quiera considerar. La
primera vez que se crea un reino y logrando que eso tenga importancia es con
Alfonso II cuando se hace el Palacio y se establecen relaciones con Carlo Magno
y lo que está pintando entonces en Europa. Esa es la novedad
».


El historiador asturiano destaca que «hay conciencia de que se están
defendiendo como en otros valles o lugares del norte de la Península donde los
mulsulmanes o no son capaces de llegar o de montar una colonización. En cuanto
a la restauración de Abamia, me parece bien, con su polémica pero, ¿cuándo no
hay polémica?
».


Por su parte, Faustino Menéndez-Pidal, miembro de número de la Real Academia de la Historia, considera que
«Pelayo es una figura histórica y también mítica porque en su tiempo no tenía
el valor que después logró. Mítico no quiere decir que sea falso. Existe
constancia histórica pero ligera y a partir de hipótesis porque entonces sin
duda habría otras personas destacadas aunque al final todo aquel contexto se
cifra en sólo una. De estarse viviendo entonces problemas, como obviamente
había, habrían surgido asimismo otras personas destacadas pero todo eso se ha
acabado centrando en una. Es la hipótesis más lógica. Y la batalla de
Covadonga, lo mismo. Si duda se produjeron muchas escaramuzas pero todo se
centra al final en Covadonga. El triunfo cristiano se centra y cifra sólo en
una y, claro, parece exagerado
».


En relación a la cruz de Pelayo, Menéndez-Pidal opina que «hay que tener en
cuenta tanto la cruz como la joya. Todos los caudillos cristianos tenían, como
lo que hoy llamaríamos bandera, una cruz. A los asturianos los imitaron los
reyes de Pamplona. De eso hay testimonios escritos irrebatibles. Y de ahí nace
la costumbre de hacer cruces votivas. Había muchas. Lo que sin embargo está ya
un poco fuera de la realidad o de la lógica es considerar las armas del
Principado, la cruz, como resultado de la enseña de Pelayo y no de la joya
».


Menéndez-Pidal afirma que «no se puede hablar de reino» en referencia a la
realidad asturiana del siglo octavo «ese término como todos, no ya el término
sino el concepto, ha variado muchísimo. Reino viene de rey, claro, y las
diferencias son enormes. Entre Felipe II y el actual rey de los belgas las
diferencias son abismales y sin embargo a todos los llamamos rey. Pues con un
reino pasa lo mismo. En ese momento no hay concepto de reino. Existe el jefe o
caudillo o guía de un pueblo. No hay otra idea. Ni se puede hablar de un
territorio delimitado. Esas ideas son muy posteriores
».


Manuel Fernández, también destacadísimo historiador asturiano y catedrático emérito de la Universidad de SALAmanca
, cree que «por supuesto Pelayo se convierte en algo mítico pero
con un trasfondo real e histórico. Hay enfrentamientos entre las fuerzas del
emir musulmán y un caudillo de la nobleza visigoda que es Pelayo. Asturias se
convierte en el último reducto con una historia heroica. Las fuerzas en liza
quizá no fueron de gran magnitud, unas avanzadas de caballería árabe y un
puñado de aguerridos soldados visigodos que acompañaban a Pelayo con algunos
montañeses astures. Pero el hecho es real, no cabe duda, y la resonancia es
inmensa pues cambia el panorama, los que cedían pasan a avanzar
».


El historiador destaca que «los árabes no estaban tan a gusto en Asturias como
en Andalucía. La expedición que entró en Asturias era reducida y tras ese revés
y las montañas y la humedad vieron que aquello no era lo suyo. Estaban
desambientados y si a eso se suma la acción de los hombres, sea el enemigo
visigodo que quería su tierra o los asturianos pues acabaron abandonando unas
tierres que no les decían nada. Se repliegan al sur del sistema central y quedará
como tierra de nadie lo que ahora es Castilla León
».


Manuel Fernández subraya que «los visigodos son derrotados en Guadalete sin
apoyo de la población hispano romana. Sólo esa falta de apoyo explica una
derrota tan fulminante. No es un pueblo sino apenas una cúpula militar visigoda
la que es vencida. En el caso de Pelayo es al revés. Los astures están al lado
del grupo visigodo que dirige Pelayo y ahí empieza la línea de continuidad real
de la España cristiana y medieval. La evolución secular que les lleva primero a León. Pura
continuidad, no se hablará ya de godos y de hispanorromanos. Ahí es donde se
conjuntan y compenetran y fusionan los dos pueblos, la élite visigoda militar y
aristocrática y el pueblo y en este caso el pueblo asturiano. Covadonga es un
mito pero no una falsedad o un espejismo
».


Respecto a Abamia, Manuel Fernández considera que «la avala la tradición y eso
tiene un valor. A veces en todas estas cosas hay bases falsas pero suelen
arrancar de hechos reales y en este caso la tradición es aceptable siempre y
cuando documentalmente no se demuestre que los supuestos restos de Pelayo están
en otro sitio o que lo que allí se encontró pertenezca a otro personaje. Acabo
de estudiar al gran duque de Alba, un personaje mucho más cercano y sin embargo
se duda a causa de los sucesivos traslados del cadáver de Lisboa a cerca de
Alba de Tornes y a SALAmanca, donde sufre a su vez tres traslados. La cuestión
es hasta qué punto son fiables esos traslados. Lo mismo ocurre con Colón. Y con
Cervantes, no sabemos dónde está, sí donde debe de estar pero no hay lápida que
diga que esos son los restos de Cervantes. Hay misterios sobre el último
momento de la vida de los seres humanos aunque sean muy importantes. Aconsejo
prudencia y me remito a los especialistas en el Alto Medievo
».

Fuente: http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1861_46_590921__Sociedad-y-Cultura-Pelayo-Abamia-entre-historia-mito-tradicion

::::::::::::::::::::::::

Otras referencias útiles para el debate

* Informe del académico de número Marqués de Monsalud a la Real Academia de la Historia, favorable a su declaración como Monumento Nacional (17 de noviembre de 1905): ("...Pero la gloria mayor de este edificio será siempre haber servido de enterramiento al insigne Pelayo...Declarados monumentos nacionales esos dos citados templos [Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo], no hay motivo alguno para que la parroquial iglesia de Santa Eulalia de Abamia no alcance igual beneficio; es más, creo de estricta justicia el concedérselo, y ciertamente, si la nación acude con piadosa mano á salvar de la ruina aquellos muros, en extremo pequeño será el sacrificio, dadas las exiguas proporciones del monumento...") http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/57950530323262832754491/025328.pdf?incr=1

* Artículo de C. Diego Somoano y F.J. Pantín Fernández sobre la documentación existente de Abamia como sepulcro de Pelayo http://www.abamia.net/downloads/santaolayadabamia.pdf (en bable)

* Noticia de las excavaciones arqueológicas de 2006: "«Han aparecido restos de una capilla anterior, restos de construcciones que aún no sabemos a que época pertenecen»... En esta ocasión se han localizado una veintena de enterramientos del medievo aunque la disposición de los esqueletos hace intuir a los expertos que se trata de dos épocas diferentes. Los más recientes, enterrados en fosas en la zona más superficial, datan del siglo XIII, según apuntan las primeras hipótesis. A mayor profundidad, se ha localizado otra serie de esqueletos introducidos en tumbas elaboradas con losas de piedra.."
http://www.elcomerciodigital.com/pg060209/prensa/noticias/Oriente/200602/09/GIJ-ORI-107.html

* El ortostato superviviente del dolmen perdido de Abamia, en Celtiberia:
dibujo y referencias, fotografía

* Algunos textos de época sobre el mas posible "Asturum Regnum" (generalmente llamado "Asturorum Regnum") están recogidos en el artículo ¿Asturorum regnum?, en: www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1790

* Sobre la iglesia, ubicada en zona dolménica y de necrópolis vadiniense:
- http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_Santa_Eulalia_de_Abamia

- www.abamia.net : Sitio web de la "Asociación Cultural Abamia", principal impulsora de los trabajos oficiales de restauración y también la principal crítica de sus resultados (contiene numerosos documentos y artículos antiguos).

- http://elenaguti.blogspot.com/2007/12/y-tambin-en-el-comercio.html: Blog de Elena Gutiérrez (artículos sucesivos en la barra derecha, y excelente colección de fotos).

* Sobre los tejos que rodean la iglesia desde tiempo inmemorial, y su defensa:
- Asociación "Amigos del texu": http://texu.wordpress.com/
http://texu.wordpress.com/2007/12/09/amigos-de-abamia-la-perseverancia/
- http://www.amorteira.org/actualidad/noticias_2006/06-03-29_obras_texu_secao.htm
http://texu.wordpress.com/2007/12/20/abamia-arrogancia-y-desprecio/

© De las opiniones expresadas, sus autores respectivos.

Del reportaje: J. N. y La Nueva España.

De la introducción y las referencias: Alicia M. Canto, U.A.M. 24-12-2007.

P.D.- Cuando disponga de más tiempo seguiré corrigiendo los problemas de edición normales en esta v3.

Más informacióen en: http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1861_46_590921__Sociedad-y-Cultura-Pelayo-Abamia-entre-historia-mito-tradicion


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Comentarios

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  1. #1 Txerrin 29 de dic. 2007

    Vaya no hay nadie que se halla dado cuenta todavia de que los astures augustanos eran vascos otra cosa son los astures transmontanos.

    Otra pista!!!!

    Como dije estos vascones idólatras  tenian un monte en alaba El chabal al-machus para mi seria el jabal al-majus y sugar o maju es el consorte de la diosa Mari que se llama  el culebro.

    Sugar  su "fuego" +gar" llama"

    Ibn Haiyan dice que este monte significa «montaña de los

    adoradores del fuego.

    Maura retorna con un esposo al amanecer el dia de San Juan ( el dia del fuego)

    Pongo un texto del amigo Gastiz que nos habla de culebro vasco

    La parte interesante

    J. Aranzadi,

    Milenarismo vasco

    , Madrid, 1981, 328, nota, señala con razón que Barandiaran no menciona la palabra

    coouro

    (es decir,

    coovro

    )
    «culebro» d
    el texto de Barcelos, que Guerra sí recogió (v. RIEV 6,
    1912, 501 n.), en traducción de Menéndez Pelayo, si no he entendido
    mal.

    El monte Courio esta en la alaba Asturiana sera " el monte Chabal al-Machus" el monte de Maju o del Couro.

    Espero que me vallan tomando en serio.

    Saludos

    El texto de Gastiz

    www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=8030 - 62k

    Sobre

    Sugar

    y el cuélebre/culebro, copio de Mitxelena “Toponimia, léxico y gramática”:

    6. SUGARTEGIETA


    En

    Textos arcaicos vascos

    , Madrid 1964, p. 45 s., se recoge la mención de un collazo navarro llamado

    Gomiz Sugaharra

    , año 1074, «in uilla... que uocitatur Mendicoa», junto al nombre de una bustaliza,

    Sugarteguieta

    , «en el término de Lascoz, en Ariçegui», tomado del Libro rubro de Iranzu. Ya se indicó allí que es ésta, con

    Lamiturri

    (Burgos) y

    Lamiategui(a)

    (Navarra), una de las muestras más antiguas de representaciones mitológicas en la toponimia vasca.

    Lo que no quedaba demasiado patente era mi opinión, o mi falta de ella, sobre la formación y el valor de vasc.

    sugaar

    . Voy a citarme con alguna extensión, ya que se trata de reparar una falta: «Barandiaran,

    Mitología vasca

    , Madrid 1960, p. 79 s. y 89 s., con bibliografía, analiza

    suga-ar

    ‘serpiente macho’ y lo asimila al «diablo que llaman en Bizcaya

    culebro

    »
    que, según Lope García de SALAzar, se ayuntó en Mundaca con una hija
    del rey de Escocia de quien tuvo como fruto a Juan Zuria, primer señor
    de Vizcaya. Sin embargo, se diría que en las representaciones de

    sugaar

    ha habido un cruce con

    sugar

    ‘llamarada’».

    A juzgar por paralelos vecinos que yo debería haber conocido y citado,
    no puede caber duda de que el análisis de Barandiarán es totalmente
    correcto:

    sugaar


    no puede ser más que ‘culebro’, lit. ‘serpiente macho’, animal —si así
    puede llamársele— que podía volar rodeado de llamas, aun en países en
    cuya lengua ‘

    llama

    ’ (

    sugar

    ) no tenía ningún parecido con ‘culebro’ (

    sugaar

    ).
    Remito, como es inevitable en estos casos, a Corominas, DCELC 1, 979 a,
    donde se recogen los testimonios más antiguos de culebro y variantes,
    definido «nombre de un ser mitológico como dragón alado».
    De entre
    ellos sólo trasladaré aquí el pasaje del Poema de Fernán González,
    estrofas 465 s. y 468 de la ed. de Alonso Zamora Vicente, Madrid 19542,
    que relatan el extraño suceso que precedió a la batalla de Hacinas.
    Como no nos importa el tenor literal, incorporo al texto, sin
    indicación alguna, las adiciones del editor:

    465

    Vyeron aquella noche una muy fyera cosa

    venie por el ayre una sierpe rrabiosa,

    dando muy fuertes gruytos la fantasma astrosa,

    toda venie sangruienta, bermeja como rrosa

    .

    466.

    Fazia ella semblante que feryda venia,

    semejava en los gruytos que el cielo partya,

    alumbrava las vestes el fuego que vertya,

    todos ovyeron miedo que quemar los venia

    .

    468.

    Despertaron al conde que era ya dormido,

    ante que el veniesse el culuebro era ydo,

    fallo todo el su pueblo como muy desmaydo,

    demando del culuebro commo fuesse venido

    .

    En la narración de la Primera Crónica General, ed. Menéndez Pidal, que
    aduce en nota Zamora Vicente, se lee: «Et desque ennochecio uieron una
    serpient yrada que uinie por el aer sangrienta et como rauiosa, et daua
    tan fieros siulos, que non ouo y ninguno que non fuesse espantado; et
    tan grandes fuegos echaua por la boca, que todos los de la hueste se
    ueyen unos a otros. Et espertaron al conde que yazie dormiendo; mas
    quando el fue espierto et leuantado, passada era aquella serpiente».

    Para lo referente a

    sugaar

    (y

    sugoi

    ; recuérdese además que

    sierpe


    aunque no lo mencione Azkue, existe por lo menos en Vizcaya), remito a
    la obra citada de Barandiaran, a la cual hay que añadir, por lo menos,
    AEF 12 (1932), 109. Está probado que, como el

    herensuge

    más o menos

    tergeminus

    , también

    sugaar

    ,
    de cuyas particularidades corporales no he hallado otra mención
    explícita, podía volar envuelto en llamas. Para la antigüedad
    respectiva de uno y otro ente, véase lo que escribe Barandiaran, op.
    cit., nota 27, p. 141 s.: «el área de

    sugaar

    aparece englobada, fragmentada y confinada a los lugares más apartados por la de

    erensuge

    , lo que es indicio de su mayor antigüedad en el país».

    Es evidente que ese

    sugaar

    , de

    suge

    +

    ar

    ‘macho’, es algo muy distinto de

    sugar

    llama

    ’. Ya en su primera aparición, Leizarraga, Act. 7, 30, traduce por b

    erro batetaco su-garretan


    «in igne flammae rubi, en phlogi purós bátou»: el guión es claro
    indicio de que Leizarraga se daba cuenta de la composición del término,
    de

    su

    ‘púr’ y

    gar

    ‘phlóx’. Aunque toda prueba es en rigor innecesaria, tal vez no sea ocioso recordar que ‘hogueras’ son

    sugarrak

    en Arbizu (Araquil) y Betelu (Araiz),

    sugar aundiyak

    en Torrano (Ergoyena), en las versiones de Orreaga de Campión.

    Algunos ejemplos son de difícil atribución. Así, en la única ed. de
    Isasti (1850), p. 81, se habla de un guipuzcoano, «hombre fortísimo»,
    llamado

    Muru sugur

    , que, en el único ms. que me ha sido dable consultar, es

    Muru-sugar

    , la lección genuina con gran probabilidad. El paralelo de

    Gomiz Sugaharra

    viene sin esfuerzo a la mente.

    Pero hay también un or.

    suhar

    , que SALAberry traduce «très vif;

    gizon suharra

    , l’homme vif;

    zamari suharra

    , cheval très vif». Y precisa, con un fino sentido de las

    lexikalische Solidaritäten

    : «On n’emploie pas cet adjectif pour les étres inanimés». Este parece inseparable del verbo que, en suletino, es, según Gèze,

    sühart

    , part.

    sühartü

    «enflammer, envenimer», de

    su

    más

    har

    ‘tomar’, a juzgar por las apariencias. Reaparece en el segundo elemento de a.-nav.

    eriosuar

    (de

    erio

    ‘muerte’), que llega por lo menos hasta Rentería. Queda aún

    sukar

    ‘fiebre’, en Pouvreau

    sukarra

    «fieuure, helgaitzac» que, como ya he apuntado en otras ocasiones, está formado de

    suk

    , activo indeterminado, más

    har

    ”.

    Luego, en

    Rectificaciones y enmiendas

    , escribió:

    “J. Aranzadi,

    Milenarismo vasco

    , Madrid, 1981, 328, nota, señala con razón que Barandiaran no menciona la palabra

    coouro

    (es decir,

    coovro

    )
    «culebro» d
    el texto de Barcelos, que Guerra sí recogió (v. RIEV 6,
    1912, 501 n.), en traducción de Menéndez Pelayo, si no he entendido
    mal. También toma, de Jon Juaristi, un pasaje de la

    Crónica de siete casas de Vizcaya y Castilla

    ,
    publicada por J. C. de Guerra, que ya fue incluido en la relación de
    Jon Bilbao, «La cultura tradicional en la obra de Lope García de
    SALAzar»,

    Eusko-Jakintza

    , 2, 1948, 230: «durmió con ella en sueños un diablo que llaman en Bizcaya, Señor de Casa...», sólo que éste copió «Señor de

    la

    Casa». Pero, ¿de qué casa? Esta expresión que no explican ¿no estará directamente relacionada con vasc.

    etsajaun

    que equivale por formación y sentido a

    duende

    ? Los entendidos, si los hay, tienen la palabra.”

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