Autor: QartHadasth
martes, 13 de marzo de 2007
Sección: Lenguas
Información publicada por: QartHadasth
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Las hablas del Sureste español. ¿Romance diferente o castellano mal pronunciado?
Recopilando información vertida en un foro de internet podría iniciarse un debate sobre si lo que se habla en el Sureste español, conocido como hablas murcianas, y pudiendo hacerlo extensible a todo el sur hispano es la evolución de una lengua romance propia, la latinia evolucionada o la simple convergencia de otras lenguas romances.
A través de información encontrada en un foro de internet pretendo iniciar un debate sobre lo allí expuesto que, básicamente, trata de separar estas hablas de un origen netamente castellano y concebirlas como una evolución del romance aljamiado Latinia.
Creo que puede resultar interesante habiendo expertos filólogos en este portal.
Información obtenida de http://servicios.laverdad.es/murcia/foros/read.php?v=t&f=196&i=34035&t=34035 que a su vez se dice obtenida de la de Llengua maere.
EL INICIO. EL HABLA ANTES DE LA RECONQUISTA
Veremos que, pese a no negar alguna influencia del catalán, el aragones y el castellano existía una lengua romance de la que derivará nuestro habla actual.
Entre los siglos VII y XIII, si bien la lengua oficial es el árabe, se mantienen, en el habla popular, una lengua, enraizada en el latín llamada Aljamía o Mozárabe Aljamiado. Existen dos dialectos, muy similares, de esta lengua romance, el Oriental y el Occidental. El Oriental se conocerá como Latinia o Ladino. Su gran similitud nos permite extrapolar algunos casos occidentales al oriental.
La máxima expresión del lenguaje aljamiado escrito (aunque sea en árabe) serán las conocidas como jarchas.
Pero existen otras pruebas de la existencia de esta lengua romance y su uso habitual mucho antes de la aparición de las Glosas Emilianenses (que marcan el inicio del romance Castellano)
Menéndez y Pidal en su obra “Orígenes del Español” dice:
En el Concilio de Córdoba de 839 aparece la palabra (ya considerada romance) “acebaleos” en lugar del latinismo “acephalos”. En 864 el abad Samsón recrimina al obispo de Málaga por no escribir bien en latín. La polémica es porque escribe contempti por «contenti», y quidam pestis por «quaedam pestis»: «quidam dicitur vir, et quaedam mulier».
“Con este dato hay que confrontar el de Alvaro Cordobés, cuyo lndiculus luminosus, escrito en 854, lamenta la gran desnacionalización que cundía entre los mozárabes; los jóvenes cristianos adoptaban hasta tal punto las costumbres de los dominadores, que se circuncidaban por evitar denuestos, y enamorados de la erudición musulmana, sólo se deleitaban en los versos y las fábulas árabes, sólo leían los libros de los infieles, así que, desconociendo los textos latinos, olvidaban el propio idioma: «¡Heu, pro dolor! linguam suam nesciunt christiani et linguam propriam non advertunt latini!»; «en la gente de Cristo apenas hallarás uno entre mil que pueda escribir razonablemente una carta a su hermano, y, en cambio, los hay innumerables que os sabrán declarar la pompa de las voces arábigas y que conocen los primores de la métrica árabe mejor que los infieles». Claro es que Alvaro se refiere aquí a la lengua. latina, única lengua escrita entonces.
Sin embargo, esas palabras de Alvaro han hecho creer a algunos que el romanismo se estaba perdiendo entre los mozárabes, aunque sólo nos autorizan a afirmar que los mozárabes más cultos eran bilingües, como el mártir san Perfecto, que hablaba en árabe con sus acusadores. Tan lejos de olvidarse estaba la lengua vulgar, que sabemos había entre los musulmanes muy altos personajes, o muy venerables por su virtud, que no sabían hablar árabe y sólo se expresaban en lengua aljamiada o romance. Por ejemplo, el padre del eunuco Násar, favorito de Abderrahman II, no sabía hablar sino en aljamía; así nos lo dice expresamente una anécdota de Aljoxaní al presentárnoslo en una calle de Córdoba, hacia 850, rodeado fastuosamente de su guardia personal y gritando en romance a las personas del séquito del cadí o juez. Otra anécdota del mismo AIjoxaní nos cuenta de un virtuoso cordobés llamado Yenáir (nótese que lleva nombre romance, esto es, Januarius, Genero Giner), hombre popular y venerado por sus ortodoxas doctrinas musulmanas, el cual no hablaba sino romance, y en un proceso contra el cadí, hacia 836, ante los ministros del califa declara en aljamía, y califica al acusado con un diminutivo romance tan expresivo, que el monarca Abderrahman II, cuando le fue comunicado por los ministros el texto de la frase, quedó convencido de la culpabilidad del enjuiciado y lo destituyó. Mas dejando aparte estos casos extremos, repetimos que, en general, los musulmanes cultos, lo mismo que los mozárabes, serían bilingües, como el cadí o juez de Córdoba Suléiman ben Asuad (hacia 870), que, en la SALA de la audiencia pública, contesta humorísticamente en aljamía a una pobre mujer que le habla en aljamía pidiéndole justicia. Un alto funcionario podía tener como lengua materna la romance; así, en 921, entre los candidatos para el cargo de cadí de la capital del califato, figuraba uno cuyo padre y madre eran de familia completamente latinada; ¿qué no sucedería en puntos alejados del gran centro oficial? Entre el pueblo dominaba sin duda el romance, y esta lengua se imponía a los poetas musulmanes populares, como lo muestra el hecho mencionado por Ben Bassam del ciego Mocáddam de Cabra, el inventor del género lírico hispano-árabe de las muswaššahas, o canciones estróficas con estribillo, en las cuales se empleaba «la manera de hablar del vulgo ignorante y la lengua aljamiada». Es que Mocáddam sería español de raza y tendría como lengua principal la romance; pero su vulgarismo y su aljamía no impidieron que él fuese uno de los poetas favoritos del sultán Abdállah (888-912), según nos dice Ben Jaldún”
Sobre la rebelión de los cristianos en la Serranía de Ronda (891) el historiador Ben Haán nos dice que los sublevados hablan en romance. “Cuando el sultán Abdállah, después de gran demora, sacó al fin su ejército para combatir a los rebeldes en 891, Omar manifestó su alegría dirigiéndose a su amigo Ben Mastana en unas frases dichas en español, las primeras palabras de las cuales eran «¡Esto es una bravata de la boyada!», y Ben Ha
án inserta en su árabe, para más propiedad, la palabra romance boyata, explicándola «voz que en aljamía quiere decir manada de bueye»”
“ Varias inscripciones latinas que se han hallado en Córdoba, en Granada o en Málaga, pertenecientes a la segunda mitad del siglo X y a la primera del XI, nos atestiguan el uso del latín como lengua escrita en aquella sociedad cristiana regularmente organizada dentro de la musulmana. Son a veces largos epitafios, rememorando a un monje Amansvindo de la sierra de Málaga, 982 (24 hemistiquios), a un obispo Daniel (de Badajoz?), año 1000, a un noble Cipriano de Granada, 1002. La lengua hablada era romance, y esto aun en Córdoba, donde naturalmente el poder de atracción de la lengua oficial árabe había de ser mayor. Así sabemos que en Agosto de 971 los cristianos de Córdoba sirvieron de intérpretes entre los embajadores del conde barcelonés Borrell y el califa Alháken II, y en octubre de ese mismo año, el cadí de los cristianos de Córdoba, su obispo Iça ben Mansur su conde Moawia ben Lupo y el metropolitano de Sevilla, Obaidállah ben Cásim, sirven también de intérpretes a los embajadores llegados de parte de Elvira, regente del rey leonés Ramiro III. Poco después, en 973, el mismo cadí, actuando de nuevo como intérprete, por traducir con demasiada. exactitud otra embajada. insultante de la rejna Elvira , fué destituido, y el metropolitano marchó a León como intérprete de la embajada que Alháken II enviaba a su vez ante Elvira. Los mozárabes cultos seguían, pues, siendo bilingües. El hecho de que hablasen el árabe como lengua. propia era excepcionalisimo y exigía una explicación especial; un autor musulmán refiere como cosa rara que cuando el rey de Sevilla, Abulcásim, hizo una incursión en Portugal, hacia 1025, encontró en Alafoens (al Noroeste de Viseo ) unos cristianos originarios de gentes que habían pactado con el conquistador de España Muza ben Nosair, y entre ellos había muchos que hablaban en lengua árabe, los cuales pretendían descender de un Jebala ben AIayham, árabe que se había convertido al cristianismo; pero la verdad era que descendían de los antiguos cristianos del tiempo de la conquista.
2] Entre los musulmanes también continúan usándose las dos lenguas. Abderrahman III y sus cortesanos bromean, improvisando versos en los cuales intercalan una frase española que sirve de rima. Todos los escritores árabes españoles interesados en la nomenclatura de las cosas aluden a cada paso a la lengua romance usada entre ellos; Ben Jóljol, por ejemplo, que comenta a Dioscórides en Córdoba, en 982, dice una vez que la planta 'dafne" «entre nosotros se llama en latiní orbaco», y en otra ocasión dice que el 'heliotropion' «se nombra en latiní vulgar entre nosotros tornašole». Este bilingüismo de la España musulmana es notado por el viajero oriental Almocadasí, en la segunda mitad del siglo X, el cual, aunque no estuvo por los países de Occidente, está bien informado de ellos, y dice: «La lengua que hablan los de Occidente es arábiga, si bien oscura y difícil de entender, distinta de las que hemos mencionado de otras regiones; tienen además otra lengua semejante o relacionada con la romí» (esto es, con la latina). El hecho de carecer de este bilingüismo parece raro”
En el siglo XIII también se sigue hablando el romance aljamiado en el Sur español y así lo demuestra “una inscripción latina que se puso al edificar una iglesia en Sanlúcar la Mayor, en 1214, y que acababa con una frase romance del arquitecto : «EN ERA DE M.CC.LII TOMÉ ACABÓ DE LABRAR ESTA EGLESIA». También en la primera mitad del XIII, Jacobo de Vitry nos asegura que los cristianos que convivían con los sarracenos, «mosarabes nuncupati», usaban el latín como lengua docta en los escritos”
“Los botánicos que escriben entre los siglos XI y XII siguen lo mismo que en el X, juzgando necesario dar el nombre mozárabe de las plantas que describen, prueba de que el bilingüismo continuaba muy vigoroso en todo el Andalus.
El anónimo sevillano que escribe en los últimos años del siglo XI y primeros del XII, da los nombres de las plantas en árabe con su correspondencia en la aljamía de al-Andalus, a la cual asigna voces como nabello (que en otro pasaje escribe con diptongo, nabiello, Asin 373°); zobolla de porco, «que en árabe significa 'cebolla de cerdo'» (200º); yerba putda, «que quiere decir 'pútida, hedionda'» (463°), yerba de foco, «(esto es 'de fuego'» (649°), cocómir d'asno 'cohombro de asno' (Asin 147°) o mentrašto 'mastranzo' (Asin 351°); señala también denominaciones locales que no hay que tomar como exclusivas de tal localidad, sino como frecuentes en ella, así, de Córdoba, espina alba (222°); de Zaragoza , bontronca 'betónica' por abundar mucho en tierra zaragozana (83°), también cambrón (111º); de Toledo y Zaragoza, mansanilla; de la Frontera Superior, o sea de la frontera de Aragón y Barcelona, mauro bišco (342°); en la aljamía de l a F r o n t e r a, sin especificar qué frontera, malbella, «cuyo significado en árabe es 'malvita pequeña'» (322°), o gritada ira 'gritadera', la planta que en aljamía general se llama tracontíya 'dragontea', «y se la llama gritadaira porque, cuando la corteza de su tallo se abre por la salida de los brotes, produce un sonido agudo que se oye perfectamente» (586°), camellín «porque es pasto para los camellos» (112°), etc.
De ese sevillano anónimo es contemporáneo Aben Buclárix, que escribe en Zaragoza pocos años antes de la reconquista de esta ciudad por Alfonso el Batallador en 1118; también él nos menciona muchas voces de uso general en la aIjamía del Andalus, y también distingue algunas más propias de la aljamía de Zaragoza, como la ya citada bentrónica, o la de la planta tracontíya, o la de vitriáira ' vidraria'; otras voces dice pertenecen a la aljamía de Valencia, como táparaš 'alcaparras'; otras a la aljamía del Oriente del Andalus (La de nuestra zona, el Sureste español), como grámen 'grama' (Del lat. gramĭna, pl. de gramen).”
Al terminarse ya la dominación musulmana en la mayor parte de Andalucía, el botánico malagueño Aben AIbeitar, muerto en 1248, aparte de unas treinta veces que cita la aljamía del Andalus, sin más, especifica otras cinco veces que esa aljamía andaluza era latinía y hasta da una docena de nombres diciendo sólo que son de latinía, o latín; también atribuye algunas voces particularmente a la Aljamía del Oriente del Andalu s como bentónica y bobrella.
Este bilingüismo del Andalus no tenía sólo efectos en la literatura erudita; los tenía también en la poesía. Las canciones mozárabes que en el siglo IX inspiraron a Mocáddam de Cabra siguieron influyendo sobre los continuadores de esa escuela. La muwaššaha, popularizada en el Andalus, era llamada zéjel, canción estrófica con estribillo en la que se continuaban empleando palabras y frases románicas mezcladas al árabe popular andaluz. Se conserva un único cancionero de zéjeles, el de Ben Cuzmán, poeta cordobés muerto en 1160, copiado en Oriente, en el siglo XIII , por quien no entendía nada de las voces románicas insertadas en los versos árabes, así que las deforma lastimosamente. Uno de sus versos (canción 828) parece ser el estribillo de una albada mozárabe Alba, alba es de luz en una die, donde, si nos podemos fiar de la grafía árabe, se ve el sustantivo «día» usado en género femenino. La muwaššaha propiamente dicha, no el zéjel, tenía, salvo excepciones, su última estrofa escrita en árabe vulgar o en aljamía mozárabe, vulgar y callejera; por desgracia, entre las pocas muestras conservadas las hay con su estrofa final en árabe vulgar, pero no en español. Sólo una ha aparecido últimamente, debida al Ciego de Tudela, AI-Amá el-Tutelí, muerto en 1126, la cual tiene sus últimos versos en romance, mezclado con alguna palabra arábiga. Esta extrema escasez de textos se remedia en parte mediante la conservación de muwaššahas hebreas, imitadas de las árabes, pues en ellas se encuentran bastantes versos finales en dialecto mozárabe. Pongamos como ejemplo de Judá Ha-Leví (1075-1161?) cuando Cidello, médico judío y ministro de Alfonso VI, visitó a Guadalajara hacia 1100: Deš cuand meu Cidiello viened, ¡tan buona albišara (albricia)! como rayo de šol exed en Wadalhijara».
La mozarabía usaba ll en vez de la j castellana. En vez del castellano conejo, cerraja, los mozárabes! decían conelyo, xarralya, la mismo en Toledo que en Córdoba y Málaga, o en Zaragoza y Valencia (§ 504), coincidiendo en esto con el aragonés antiguo conello, conill, con el catalán cunill, serralla, con el gallego-portugués coenllo, coelho, serralha, y con la generalidad de los romances de fuera de España.
Los mozárabes usaban t en vez de la ch peculiar del castellano, y a la hierba cuajaleche llamaban lahtáira, y por noche decían nohte, la mismo en Córdoba que en Zaragoza (§ 504); en esto se asemejaban al gallego-portugués, al leonés occidental y al aragonés, que dicen leite, noite o nueite, feito, y al catalán, que dice llet, nit, fet, concordando en esto con el italiano, francés y demás romances, a diferencia del castellano, que creó en este caso un sonido especial.
Frente al castellano enero, hiniesta, hinojo, helar, que pierden la j- o g- latina, conservan esta consonante los demás romances, incluso los de la Peninsula; portugués janeiro, giesta, leonés y aragonés antiguo jenero, giniesta,. catalán janer, ,qinesta. Pues los mozárabes de Córdoba y de Málaga decían jenáir, yenexta (§ 421}, siguiendo el uso general y no el castellano.
El castellano dice llantén a la hierballamada en latín plantagine, y dice llorar por plorare; los demás romances conservan pl- cl-latinas o las alteran de otro modo: aragonés plantaina, plorar; catalán plantatge, plorar; portugués chantagem, chorar. Los mozárabes decían plantain, según testimonios de Córdoba, de Sevilla y de Zaragoza (§ 434}.
El leonés, el catalán y parte del aragonés, palatalizan la l- inicial diciendo llengua, llabrar o llaurar, lluna, mientras el castellano concuerda aquí con la generalidad de los romances, conservando la inicial, lengua, labrar, luna. Pues los mozárabes cordobeses del siglo decían yengua, con pronunciación yeísta de la ll (§ 44}. ,
También la diptongación ante yod que se revela en el nombre toponímico Caracuey o en el vocablo uello 'ojo', es un rasgo que los mozárabes poseen en común con el leonés y el aragonés (§ 253}.
De todo esto volveremos a tratar en los §§ 100-102, desde puntos de vista más generales. Por ahora nos basta sentar, según vemos bien claro, que el uso de los rasgos castellanos en Toledo, Andalucía y demás territorios mozárabes fue de introducción tardía, como efecto de la reconquista y repoblación castellana. Cosa análoga en Portugal: los rasgos típicamente portugueses no se introdujeron en las regiones del Sur sino por efecto de la portuguesización tardía. Los mozárabes de Lusitania, por ejemplo, no perdían la -l- y -n- intervocálicas, como hacían al Norte los portugueses del siglo XI; esto nos indican ciertos nombres toponímicos del Sur, como Mértola < *Mirtula, Myrtilis, Baselga < basilica, Odiana < wadi-Ana o río Guadiana, Madroneira en Beja (Madroeira en Santarem), Molino en Évora (Moinho en el Norte), y otros así.
Aparte estos caracteres más generales, hallamos en el mozárabe otros que asemejan al gallego-portugués y al leonés occidental más que al aragonés y catalán. Me refiero, por ejemplo, a la conservación del grupo mb latino (§ 524); como el gallego-portugués pomba, leonés palomba, decían en Granada Colombaira al pueblo que los castellanos llamaron Colomera, ya que el castellano y aragonés simplifican la mb en m, diciendo paloma, y el catalán coloma o paloma.
Más significativo es hablar, tanto en el mozárabe como en el gallego-portugués y leonés, conservados los diptongos ai ei, au ou, que el catalán y aragonés, lo mismo que el castellano, monoptongaron muy pronto en e y o. En Toledo, en Córdoba, en Granada, en Zaragoza y en Valencia se decía carrayra, çapatáir, yenair , como en gallego-portugués carreira, sapateiro, janeiro, en vez del castellano, aragonés, catalán carrera, zapatero o sabater, enero o janer; se decía baiga, como en gallego y leonés veiga, en vez del castellano vega; se decía xaira y xairón, como en portugués ceira, ceirāo, en vez del castellano sera, serón (§ 182); la persona Yo del Futuro era demandarey (§ 741); y todavía perduran hoy en Granada, Málaga y Almería nombres toponímicos de apariencia enteramente gallega, como Capileira, Pampaneira, Junqueira, el cerro de Beila en el término de Huétor-Tájar (part. de Loja). De igual modo en Valencia, To]edo o Anda]ucía se decía lauxa, como en gallego-portugués lousa, frente al castellano losa, catalán llosa; se decía fauchil, como en gallego-portugués fouce, fouciña, por hoz, hocino, y aún hoy se conservan nombres toponímicos como Faucena, cortijada en el Ayuntamiento de IznaIloz (Granada), o La Fausilla, caserío en Cartagena (Murcia). Como el gallego-portugués y el leonés son dialectos muy arcaizantes, también lo era el mozárabe, y era aún más que ellos, porque mantenía por más tiempo que el leonés las formas primitivas ai, au, en vez de ei, ou.
Otro gran arcaísmo del mozárabe era la tendencia a conservar la consonante sorda intervocálica: toto 'todo', boyata 'boyada', aunque usaba también la sonorización sogro 'socru' (§ 464); la consonante sorda se mantuvo más en Aragón, pues aun hoy subsiste en el alto aragonés.
También ofrece el territorio mozárabe ciertos topónimos en que la evolución de I i y n i se ve detenida en un grado arcaico i l, i n, Bailén, Lucainena, Concentaina.”
LA LATINIA FOSIL. EL JUDEOESPAÑOL.
El Ladino, judeoespañol y jaquetía mantienen fosilizados rasgos del mozárabe del sureste en la actualidad. Veamos como sonaba nuestro habla hasta al menos el s. XVI.
""Yo nasi en Salonik, un porto del nord de la Gresia la kuala tiene una estoria de mas de dos mil i trezyentos anios. Una sivda ke arekojo kon amor a los djidios asegyidos de todo lugar. No ay de maraviyar ke un tiempo fue yamada " Madre del puevlo de Israel.". Muncho fue eskrito sovre la lingua estoria de las komunitas djudias de Salonik, i sovre todo por las de los Sefaradim, ke fueron fondadas por los ke toparon un porto ke los arekojo kuando fuyeron de la "Inkizision" de los reyes katolikos d’ Espania. Estas komunitas dominaron la sivda durante kaje 5 siklos, teniendo ayinda la yave de sus kazas piedridas, sus uzos i kostumbres, sus muzika, i sovre todo sus lingua.La komunita djudia de Salonik, la luz del sefaradizmo en Evropa, no pudo fuyir del terrivle destino ke los Nazis aviyan programado para todas las komunitas djudias de Evropa. Despues de la gerra, la mozaika vibrante de la sivdad, poliglota i de diferentes kulturas aviya pyedrido una grande parte de su splendor. A la fin de los anios "quarenta" i mezmo durante los "siquenta" las yaras ayinda estavan aviertas; el espanto siempre en los ojos de los pokos ke aviyan sovrebivido. El aniyo de la kadena ke durante muchos siklos deteniya rezya la nave de muestra egsistensia en la sivda, era delikado i pronta a romperse a todo momento.No se sentiya mas la melodioza lingua del Djudeo-Espaniol en la sivda. Las kriaturas nasidas despues de la gerra no keriyan mas sintir esta lingua mizmo en kaza. O, eran los parientes ke, para prezervarlos de una otra katastrofa, no keriyan avlarlos en espaniol. Portanto, las bendisiones, los kastigos, las kantigas para durmir eran en djudezmo, porke la madre no saviya dizir todo esto en otra lingua. Las kantigas ke aviyan trayido de Espania ke avlavan de amor, tristeza i muerte, en los salones, en las tavernas, en el porto, estavan olvidadas. Era solo en la keila sovre todo en Yom Kippur ke se pudiya sintir la dulse lingua i yorar mizmo si no la avlavas mas. "O Dio Piadozo"...Los mansevos teniyan difikulta a konsintir la alegria de sus parientes kuando en la meza del Seder viniya la storia de la salvasion "I sakomos Adonay de Ayifto kon brasso tendido." No pudiyan entender este dialekto del Kastiliano vyejo ke su version oral se fue enrikisiendo kon munchas palavras gregas, turkas, fransezas o italianas. Los anios pasaron i el dezeyo de bushkar su identita en la generasion mueva se aziya sintir. Los rekuerdos del pasado les vino en supito komo un relámpago. Las palavras de amor de la nona i tambien los pletos aviyan kedado gravados para siempre." Mi alma, regalado mio, luz de mi vida, malgrado ke no te veyo, fishugo, pesgado i embatakado.". Se akodraron los nombres de los sabrosos komeres ke las madres i nonas ke fueron serviendo en la meza todos estos anios guadrando ansina esta parte de la erensya. Borekitas de merendjena, tajikos de bimbrio, fijones kon salchichas..."
Todo tenyia Salomoniko: sarna, lepra i sarampionico."
"Kandelika en la kaye, oskurina de kaza "
"La manya la sapa dizen de viejo, esto es verdad kon unas kuantas de muestras mujerikas, ke lo tomaron por ofisyo de estar indo de pedromo en pedromo, por avlar mal de unas, gomitar por otras, i echar la myel i la fyel por mujerikas onestas ke no tyenen alishik kon ijos de ombre."
Esto es Ladino actual. Conserva muchísimos rasgos del mozárabe del sur de la península (fijaos en las últimas entradas con los diminutivos en -Iko -Ika) que ha evolucionado a lo que hablamos ahora(El sh paso j y el nn o ni/ny a ñ por influencias del castellano) podemos ver que no hay muchas diferencia.
Pero lo que más interesante me parece son las reglas que tiene el Ladino (numerosos autores lo estudian) y que me recuerdan muchísimo a como seguimos hablando aquí:
NO UZAMOS = Q, W, C (aparte de en nombres propios). (X solo para biervos komo exodus, exilo, etc.).
Para el sonido de la C ke se sona komo (s) ¿Algo que ver con el seseo cartagenero?, uzamos la S, si se sona komo (k), uzamos la K.
Y es konsonante solo (yerno, yorar, etc.); no se uza sola. Uzamos i para el konjunktivo ( "y" en Kasteyano, "and" en Inglez), no Y.
Abasho representamos los sonidos del alfabeto, aziendo apareser detras de kada letra un nombre konosido:
A – Albert, B – Baruh, CH - CHarlie (en Inglez), D – David, DJ – Joe (en Inglez), E – Ester, F – Franko, G – Galanti, H – Hayim, I – Izak, J – Jacques (en Fransez), K – Kaden, L – Leon, M – Miriam, N – Neama, O – Oro, P – Pola, R – Roza, S – SALAmon, SH – SHemuel, T – Tuvi, U – Uziel, V – Vitali, Y – Yavuz, Z – Zakuto.
Egzempios de biervos: alhad (Sunday), djugeves (Thursday), kaza (house), kuando (when), tu i yo (you and me), meldar (to read), eskrivir (to write).
Estos esfuerzos no nacen de tratar de aplicar una lingüística moderna sino de recuperar los sonidos que tenía el Ladino en la década del 30-40, en especial en Turquía y Grecia, donde no sólo se hablaba en las calles, casas, negocios, colegios y sinagogas, sino que también se publicaba en periódicos (uno muy famoso era La vara) y libros y se escribía en cartas.
EL SESEO. Y ENTONCES LLEGO LA CASTELLANA J.
Considero que habría que empezar a investigar las diferencias entre la Aljamía Occidental y la Latinia (Oriental) así como la influencia de estas en la génesis del Castellano post-reconquista y Español actual.
Con la ç y la x en los textos en Latinia (pueden verse transcritos aquí http://boards4.melodysoft.com/app?ID=ForoJarique&msg=909&DOC=41) pienso que se representa el sonido SH que se pronunciaría como el seseo cartagenero, con la lengua tocando las dos filas de muelas de la parte superior de la boca. Recordemos que la mayoría se escribía con grafía árabe o hebrea. La llegada de los castellanos acabaría asimilándo los sonidos a Z y J, eso sí, la J no llegaría al nivel de la castellana y quedaría con un sonido suave, h aspirada.
¿Cómo puede ser que una s (sh) se convierta en j?
"En latín la i(j)era una "i" consonántica sin ruido fricación, por eso no usaron ningún símbolo especial, pero con frecuencia la expresaban con la I longa. Más tarde adopta, en la época imperial, carácter de aspirante como la h del inglés o alemán, luego, en algunos dialectos del vulgus latino paso a "silbante" y se representaba con una Z, S, DI(DJ), JI. ¿Recordáis las palabras en ladino actual como DJudio, que se pronunciaría SHudio y su grafía podría ser también çudio, xudio, diudio, iudio (esta ultima sería la del castellano primigeneo que daría Judío). Así tendríamos Sustus (con esta S especial) por Iustus. Más tarde aparecieron los cambios fonéticos y grafológicos, transformando a la I que hacía uso de consonante en J. El castellano primitivo desplazó nuestro SH para la I consonántica a la J.Puede incluso que fuera adoptado en el sureste para diferenciar la pronunciación de la J de la usada para los sonido ZA, ZE, ZI, ZO , ZU que probablemente era igual o muy similar.
Recordemos que el ladino actual tiene sonidos muy parecidos representados por diferentes grafías.
DJ.- Se pronuncia como la J en inglés. jovial (dchóvial),join (dchóin) (¿equivaldría a la X de los textos de arriba?)
J.- Se pronuncia como la J francesa.Suena como la g en portugués en la palabra general. Como la ll argentina. Es el mismo sonido de la ch francesa, sci italiana y sh inglesa pero vibrante. (Sería el sonido ll que aquí hemos perdido por el yeismo (pronunciamos la LL como Y, habría que saber si antes pronunciabamos la LL)
SH.- Sonido SH (como en inglés ¿y el seseo cartagenero?)(¿equivaldría a la ç de los textos de arriba?)
S.- Sonido S como en español
CH.- Como la CH española
Una curiosidad. Tenemos que:
"El leonés, el catalán y parte del aragonés, palatalizan la l- inicial diciendo llengua, llabrar o llaurar, lluna, mientras el castellano concuerda aquí con la generalidad de los romances, conservando la inicial, lengua, labrar, luna. Pues los mozárabes cordobeses del siglo decían yengua, con pronunciación yeísta de la ll"
La generalidad de los romances ¿incluye la latinia? ¿En ladino la inicial L es L no LL o Y. En Córdoba sí, pero pertenece al romance occidental (Como se decía fuera de Córdoba). ¿Es seguro que es LLibre (Yibre) y no Libre en el romance oriental? Yo, por la proximidad al Ladino (que recordemos que el actual se lleva reglas del s.XVI (post-reconquista) mantiene un sóla L inicial. Y es más afín a nuestra pronunciación actual.
Por cierto, el seseo cartagenero está desapareciendo a pasos agigantados. La mayoría lo conserva pero sólo lo usa muy de vez en cuando. Los que lo mantienen permanentemente son los menos.
¿SE LO DEBEMOS TODO A LA REPOBLACION?
Extracto de un artículo sobre el romance andalusí.
"Como dice Coloma LLeal en LA FORMACION DE LAS LENGUAS ROMANCES PENINSULARES, " En el período inicial, el romance andalusí se caracterizaba por su mayor fidelidad al latín, lo cual se refleja en la presencia de abundantes arcaísmos léxicos y la conservación prácticamente inalterada de la forma fónica latina". Debido a la sustitución del latín por el árabe como lengua culta y de escritura, en Andalucía, la lengua aljamiada no se llegó a representar con grafía latina quedando solamente como lengua hablada por lo que sólo se ha podido reconstruir la interpretación del aljamía a través de los textos árabes en los que se emplean términos aljamiados pero con la dificultad que entraña escribir con caracteres arábigos una lengua tan distinta como el romance latino.
La semejanza entre los romances del norte y el romance aljamiado andalusí lo atestiguan los primeros textos latinos en los que se intercalan palabras romanceadas y así lo manifiestan los lingüistas. "Muchos de los rasgos lingüísticos de la zona asturiana en ese período inicial coincidían con los que hemos ya analizado a propósito del mozárabe".... "Por su carácter arcaizante, el romance gallego presentaba muchos elementos en común con el romance andalusí o mozárabe. Esta coincidencia entre los distintos dialectos romances de la península queda reseñada por otros especialistas como el caso de Menendez Pidal o Rafael Lapesa, estableciéndose como común denominador de todos ellos al mozárabe. Y es aquí donde se han estancado las interpretaciones de estos grandes estudiosos, en constatar que en Andalucía hubo una época (siglos IX, X, XI y posiblemente antes) en que se decía "non queres meu amore", "non me mordas", "llança" por lanza, "fora" en vez de fuera, "colombaira" en vez de palomar," genair" por enero ,etc..
Así se explica la existencia en algunas zonas de Andalucía de topónimos como Aldeire, Poqueira, Pampaneira, Ferreira, Alpandeire, Castell de Ferro, Castril, Deifontes, etc que han subsistido como arcaísmos y no como se creía que eran producto de repoblaciones."
MAS CERCANOS AL LATIN QUE OTROS ROMANCES
Tras mirar algo de la página LLengua maere sobre las características de las hablas murcianas creo, sin quitar méritos a la ardua labor realizada, que se cometen algunos fallos principalmente motivados según parece de partir, probablemente de manera subconsciente, de la premisa de que nuestras palabras derivan de otras lenguas romances (castellano, aragonés, catalán en su mayoría).
Si bien es cierto una influencia de estos romances a lo largo del tiempo se debe tener claro que el origen del romance que aquí nos ocupa es contemporáneo, si no anterior (Las Jarchas son del s.IX) a los otros romances y que han evolucionado de manera diferente y sin olvidar la existencia de más vocales (herencia del latín) que por ejemplo el castellano.
Os lo ilustro con algunos ejemplos.
En la sección de fonología se dice:
• La i y e se permutan con frecuencia: dicir, pidir, dimpués, prencipal, témido, vesita, metá, nenguno, sigún, fegura, cevil, defunto, desimulo, menuto, etc.
Uno de los mecanismos normales de la evolución natural del latín a las lenguas romances tienden a sustituirse estas dos vocales entre ellas, si bien el paso más común es pasar de e (en latín) a i (en romance) también se realiza el paso inverso (Como de minutus a menudo (pequeño) y menuto).
Veamos como algunas de las palabras no siguen la evolución de E a I.
Analicemos algunos de lo ejemplos que se dan para esta característica.
- DICIR. Proviene del latín DICERE, no del castellano Decir. DICERE sufrió la sustitución de la primera E por I (siguiendo la evolución de un romance normal y teniendo en cuenta que la pronunciación de la -CE- será en el romance más antiguo una pronunciación DJE (similar a la J inglesa) que la conecta con la pronunciación latina de la “I longa” y perdió la E final. El murcianismo DICIR está más cercano a la forma latina primigenia(dicire) que el Castellano Decir.
- METÁ. Proviene de MEITAD. La desaparición del diptongo EI en las lenguas romances se solucionó de dos maneras. El castellano mItad y el murciano mEtá, no hay paso de I a E.
- DEFUNTO.- Proviene del latín DEFUNCTUS, no se produce cambio en la vocal E.
• La i es sustituida por u: capurucho, puncha, etc.
Similar al anterior. La evolución del latín al romance suele sustituir la mayoría de las veces la U por la I.
- PUNCHAR. En castellano es PINCHAR. Ambas provienen del latín PUNCTIARE. No hay cambio de I a U
- CAPURUCHO.Mismo caso que el anterior. El origen es CAPUT (que diera el diminutivo latino CAPITTIA (CABEZA)), al igual la italiana Capuccio y la francesa Capuce y no de la castellana CAPIRUCHO
• La e se muda a veces u y en a: ascuchar, asperar
Teniendo en cuenta las ocho vocales (Yo pienso que hay 10)y lo que en esta misma página se dice:
“Los finales de palabra históricos /aC, eC, oC/*(Siendo C una consonante) se convirtieron en /æ, ε, כ/, y el mismo proceso vocálico se produjo en el interior de palabra en el caso de vocales ante consonantes asimiladas…” El caso de ESCUCHAR no es escuchar sino aescucchae al igual que aesperae, ya que este tipo de a es una mezcla entre a y e, tipo el ae latino. Si tenemos en cuenta la primera declinación latina al nominativo singular ROSA (rosa) le corresponde el plural ROSAE (rosas) con una pronunciación como la que aquí explicamos.
La transformación de u en a es normal en las lenguas romances. Por ejemplo, campUs (Campo) da campArius (campero) y no campurius. Lo mismo que en la evolución del romance que nos ocupa.
• La e es sustituida por la u: campusino, escapuruzar, zuño, CAMPUSINO.- Del latín CAMPUS, no de Campesino ni camperol. De nuevo no hay sustitución de letras desde la palabra originaria.
Es sólo una breve muestra. Creo que es importante no pensar en la palabra en otro romance sino buscar el origen latino o árabe (ya que el púnico e ibero es más difícil de rastrear, aunque esté) y si éste no puede producir la palabra recurrir a prestamos de otras lenguas, inicialmente romances pero sin olvidar los germanismos (visigodos), etc…
Un ejemplo de caso de palabra derivada del púnico es, por ejemplo el nombre de algunos montes (cabezos) o cabos que en púnico es RUS (monte, elevación del terreno), como Cabo ROIG o cabezo de ROCHE que no encuentra etimológicamente ninguna relación con el latín russus (rojo) con los que en ocasiones se ha relacionado.
PERDIDA DE S IMPLOSIVA DEL PLURAL. ¿HABLAMOS MAL?
Lo que primero debemos preguntarnos es si la inexistencia de –s en los plurales o al final de sílaba en el español meridional se debe a una pérdida de la –s que tienen otros romances hispanos o nunca se utilizó para desarrollar los plurales como en los romances francés, italiano…
Tengo una teoría sobre este caso. Personalmente considero que nunca poseímos ese rasgo (la –s final) y os cuento la teoría.
¿De donde viene el uso del sufijo -s para la creación de los plurales en español?
“Cada nombre latino disponía de una rica variedad de formas para expresar distintas funciones sintácticas, además del género y el número, a este conjunto de formas de un nombre lo llamamos declinación y a cada uno de los elementos caso. El latín clásico disponía de cinco modelos o declinaciones y de seis casos. La declinación permite determinar la función sintáctica de los sustantivos, pronombres y adjetivos en la oración. La paulatina pérdida de la flexión nominal o declinación es probablemente el fenómeno lingüístico más importante que sucede en relación con el latín vulgar. El sistema del latín clásico, que disponía de seis casos, perdió muy pronto el vocativo, después el ablativo. Siguieron el genitivo y dativo, para terminar en la única oposición nominativo-acusativo.
En fase prerrománica desaparece por completo. Esta simplificación se suplió con el uso de preposiciones y el orden oracional como elementos que determinan la función sintáctica en la frase, tal y como sucede en las lenguas románicas actuales.
En general las lenguas románicas occidentales, forman los nombres a partir del acusativo, como vemos en hominem > hombre frente a las orientales que los forman a partir del nominativo, como vemos en homo > it. Uomo.
Esto explica el plural con s en las lenguas occidentales, frente al plural en i – e de las orientales.
Paralela a la simplificación del número de casos corrió la del número de modelos, de las cinco declinaciones del latín clásico se pasó a tres. Así las palabras de la cuarta pasaron a la segunda partus > parto, manus > mano, cornu > cuerno. Las de la quinta a la primera materies > materia > madera, dies > día.
A la vez que se reducía el número de casos y modelos, fue desapareciendo paulatinamente el género neutro, pasando los sustantivos que poseían este género a masculinos o femeninos. Así tenemos de una palabra neutra latina a veces una masculina, a veces una femenina, a veces las dos. Así tenemos lignum > leño, pero ligna > leña. Otras veces la palabra neutra latina ha dado una masculina en unas lenguas y femenina en otras, como lacte > es. leche (f.), gal-por. leite (m.)
Simplificación de la conjugación
En el caso de la conjugación, la reducción no supuso la pérdida del sistema latino, que se mantiene en sus fundamentos en algunas lenguas románicas como las hispánicas. Pero sí hubo algunos cambios importantes. De entre estos destacamos la pérdida de la voz pasiva con desinencias propias. Algunas formas de los verbos latinos se ponían en voz pasiva con unas desinencias personales específicas, sin necesidad de verbos auxiliares. También se perdieron algunos tiempos y formas personales, y otros modificaron su valor. Por ejemplo el pretérito pluscuamperfecto latino pasó a pretérito imperfecto de subjuntivo: lat. fuerat (“había sido”) > es. fuera.”
http://recursos.cnice.mec.es/latingriego/Palladium/latin/esl232ca5.php
Sabiendo ya el origen de ese sufijo veamos como son el nominativo y el acusativo de las tres primeras declinaciones (la que se mantendrán en el latín tardío)
Primera declinación
Nominativo singular/plural A/AE
Acusativo singular/plural AM / AS
Segunda declinación
Nominativo singular/plural US o ER/ I
Acusativo singular/plural UM/OS
Tercera declinación
Nominativo singular/plural X o S o ES /ES
Acusativo singular/plural EM /ES
El español utiliza las formas de acusativo (la m final del singular se pierde en las lenguas romances hispanas), por tanto nos quedaría para las palabras femeninas las formas (siguiendo la primera declinación), Singular –a, plural –as.
Para el género masculino utilizaría el acusativo de la segunda declinación (-um, -us y -u evolucionan a –o). Singular –o, plural –os.
En español se mantienen palabras que pertenecen a la tercera declinación usando su acusativo (Tras el paso de EM a E), como cafE/cafES, clavE/clavES… pero hay otro tipo de palabras que siendo de la tercera declinación, curiosamente no utilizan el acusativo sino el nominativo, como rey/reyes, cipres/cipreses e incluso, profesor/profesores…
Sabemos que las lenguas en su evolución natural tienden a simplificarse.
El latín poseía 5 declinaciones para sustantivos y 5 conjugaciones para verbos. En español se han reducido a tres declinaciones de sustantivos (aunque la tercera es menos usada) y tres conjugaciones verbales.
Lógicamente, cuanto más evolucionado esté el idioma más simples serán sus reglas.
En el sur español el plural de las palabras no se hace añadiendo –s sino cambiando la última vocal.
El caso femenino sería como el nominativo de la primera declinación A/ AE.
Sin embargo el masculino no se hace cambiando la -o por –i (indicado por el nominativo de la segunda declinación) como sucede en italiano, sino cambiando la –o por una O abierta (existente en latín) y que en español ha dado, al desaparecer, el diptongo UE en puerta (latín porta), en huevo (latín Ovo), con clara semejanza a la fonética del plural del nominativo de la primera declinación latina AE.
Se debe advertir que en los casos de ae/oe las dos vocales forman diptongo. Se pronuncian aunque la e tiene un sonido cerrado: rosae [rósae] en latín clásico, en el latín vulgar evolucionará a una pronunciación entre a y e cerrando la abertura hacia el final.
Es decir, el género en el español meridional se define, por norma general, con la utilización de O (prodecente del nominativo de la segunda declinación) para el masculino y A (procedente del nominativo de la primera declinación) para el femenino.
Argumentando en que se produjera una simplificación (casi total) de la gramática latina en el español meridional podríamos afirmar que se usa por norma general la forma del nominativo de la primera declinación en dos variantes como mecanismo para no perder los sufijos de género.
Por otro lado la tercera declinación también podría haber sufrido un acercamiento a las formas de la primera declinación para hacer los plurales, (parece que existe un ejemplo de la interacción de la primera y tercera declinación en la formación de plurales como sofá / sofases(o sofales), café/cafeses(cafeles) si bien se requiere de un estudio más a fondo.
Partiendo de esta teoría tenemos que ver porque razón el español meridional mantuvo las formas del nominativo (cambio de vocal para generar el plural) típico de los romances europeos centro-orientales y el resto lo hizo con las del acusativo (aditamiento de –s –es), típico de los romances europeos occidentales.
Posiblemente la razón que produjo una evolución distinta en la formación del plural se deba al contacto con el imperio oriental entre los ss. V-VII (zona bizantina y visigótica en la Península) y mantenido durante la época islámica en la que se mantiene una fluida relación con el mediterráneo oriental y resaltando el contacto con gente de la ribera mediterránea, sobre todo italianos (Genoveses, sicilianos, napolitanos…) durante los siguientes siglos.
PERDIDA DE OTRAS S IMPLOSIVAS
En el post anterior he expuesto una teoría sobre la s implosiva (a final de sílaba) referente a los plurales (s implosiva en final de palabra), sin embargo las s implosivas interiores (final de sílaba pero no de palabra) tienden a desaparecer pero por un proceso distinto al de final de palabra.
En nuestro habla no existe en los plurales la s. Se realiza el plural, como explique antes, cambiando la última vocal, sin embargo en medio de palabra la s implosiva no desaparece por completo, sino que se convierte, por norma general, en una h aspirada que cambiará la pronunciación dependiendo de la consonante que le siga.
La teoría más difundida sobre la pérdida de la s en final de palabra es que se convierte en h aspirada y después desaparece. Sin embargo nos encontramos que en el altiplano se mantienen las s implosivas en el interior de las palabras pero no aparecen a final de la misma, por lo que podríamos pensar que la teoría de la h aspirada no es válida para final de palabra.
Entonces, ¿cómo y por qué desaparece la s implosiva en el interior de la palabra?
Os pongo un extracto de un estudio sobre la pérdida de –s implosiva.
“se ofrece un exhaustivo análisis acústico de las cuatro realizaciones de /-s/ implosiva: sibilante, aspirada, asimilada y elidida […] Uno de los hallazgos mas interesantes de este estudio acústico es la mayor duración del VOT (voice onset time) que experimentaron las consonantes que seguían al alófono aspirado de /-s/, pues constituiría un apoyo a la propuesta teórica planteada que explica la asociación de la variante aspirada al ataque de la silaba siguiente. Otro aporte importante es el hallazgo de que la representación subyacente de la vocal anterior a la variante elidida de /-s/ es mas breve que la vocal que antecede a otro fonema, “dato contrario a la idea tradicional de que el debilitamiento de /-s/ supone un alargamiento de la vocal anterior”. Finalmente este análisis aporta evidencia empírica que le permite a la autora proponer que el debilitamiento de /-s/ implosiva sigue el siguiente orden: s---h---desaparición (primero se aspira y luego se elide)” Comentario de la Revista de Lingüística de la Universidad Central de Venezuela a un articulo de la Universidad de Alicante.
Viendo esto, reafirmamos la teoría de que la inexistencia de s en los plurales no se debe a una elipsis pues el desaparecer la s implosiva conlleva cerramiento de la vocal y no apertura como en el caso que nos ocupa.
Entonces ¿Qué mecanismo sigue la desaparición de la s implosiva?
Ni más ni menos que una evolución natural.
Es el paso de las /s/ que mantenían muchas variedades en la Edad Media y se confundían con mucha facilidad por los hablantes, para ajustarse a una nueva letra traída por los castellanos, la j (con una complicada evolución desde s e i latinas) que sustituiría varios sonidos de s de la zona meridional.
El sonido j (fonema /x/) del castellano no existe en el español meridional y es sustituido por la conocida como h aspirada, que tiende a transformarse posteriormente en muda.
El proceso que nos ocupa, la posibilidad de que las s implosivas se conviertan en j y en el sur en h aspirada se ve claramente en la pronunciación j de estas eses en zonas como la castellanomanchega. Debido a que ellos si poseen el sonido j (/x/) no tiende a desaparecer dicha j, sin embargo en la zona del español meridional ya se ha dicho que la h aspirada a muy largo plazo evoluciona a muda produciendo la total desaparición de la s.
Más informacióen en: http://servicios.laverdad.es/murcia/foros/read.php?v=t&f=196&i=34035&t=34035
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