Autor: Carlos Sánchez-Montaña
domingo, 25 de febrero de 2007
Sección: Roma y Grecia en Celtiberia
Información publicada por: lucusaugusti
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La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron

Algunas fechas dan por iniciados los trabajos en el momento en que Octavio Augusto gobernaba sobre las tierras de la Callaecia y cuando era el único promotor de los fantásticos trabajos de ingeniería y arquitectura llevados a cabo en Hispania.























Fechando la Torres de Hércules




..."Estrabon, que habló con tanto conocimiento de los Gallegos, y Mela y Plinio que describieron esta costa con tanta exâctitud, y que no se olvidáron de las Aras de Sestio y de las Torres de Augusto, no pasasen por alto la de Hércules, que por su magnitud les hacia muchas ventajas, y por su situación no podía ocultárseles"...
Joseph Cornide, Madrid - 1792.
Investigaciones sobre la fundación y fábrica de la torre llamada de Hércules, Situada a la entrada del puerto de la Coruña
http://www.estudioshistoricos.com/articulo/jlv/jlv_08.doc
por: Fco-Javier López Vallo

Es común encontrar hoy en día en ensayos, guías y folletos turísticos que el origen de la Torre de Hércules se remonta al gobierno del emperador Trajano en el siglo II d.C.
Parece que la certeza alcanzada en estos tiempos de avanzada técnica no ofrece dudas a los estudiosos y que no existe fisura en la fecha de los comienzos de los trabajos que después de siglos, y tras múltiples vicisitudes, dan como resultado el monumento representativo de la ciudad de A Coruña.
Sin embargo este monolitismo sobre la fecha es solo aparente. No siempre fue esta la consideración, otros estudiosos argumentaron en otro sentido, no sin buenos cimientos, para exponer sus razones.
Estas contrapuestas fechas dan por iniciados los trabajos algunos cuantos años antes, en el momento en que Octavio Augusto gobernaba sobre las tierras de la Callaecia y cuando era el único promotor de los fantásticos trabajos de ingeniería y arquitectura llevados a cabo en Hispania.



Reproduzco extracto del trabajo de López Vallo sobre el texto Florian de Ocampo escrito en 1553:
"Este Príncipe dicen todos los Cronistas Españoles haber sido muy noble, muy justo, muy franco y muy humano, por donde fue siempre muy amado de todas sus gentes. Dicen mas, que pobló diversos Puertos de mar, y que Calix fué su principal asiento, donde todas estas Crónicas tienen creido que fuéron vencidos los Geriones; atribuyendo tambien la población de Sevilla, y afirman que por su causa fue llamada Hispalis, sin hacer memoria del Rey Hispalo, de quien primero hablamos: lo cual nunca me desagradó. Hácenle mas, fundador de Segovia, donde certifican asimismo que labró la puente maravillosa que permanece hasta nuestros días firme y entera, de labor en gran manera suntuosa, por donde traen el agua para la Ciudad. Escriben también haber edificado cierta Torre crecida y altísima, cuya mayor parte dura también ahora sobre las entradas del puerto de la Coruña de Galicia, con un espejo grandísimo; y aun suelen decir que le puso grandes encantamientos para ver los navíos que por la mar anduviesen, antes que llegasen á la Ciudad: lo qual ciertamente fué todo considerado, y no se puediera hablar cosa mas atrevida; porque mucho tiempo después de este siglo que tratamos aquí, se hico la puente de Segovia, que más propiamente se debe llamar caño para le traer el agua; la cual, y ya que sepamos muy averiguado ser edificio labrado cuando los Romanos residían en las Españas, y los Españoles usaban sus labores, y sus trajes, y toda su manera de vivir al modo Romano: hay personas que les parecen hallar indicios bastantes para conjeturar haberse hecho por mandado del Emperador Trajano, Señor de Roma, nuestro natural Español y nuestro Príncipe: pero desde [por "desto"] muy largo trataremos adelante mostrando la verdad, y todo lo que de tal edificio se deba saber. Y pues en la fábrica y en el tiempo de la puente no concertaron; de sospechar es, que tampoco va firme la población de Segovia, como después en el décimo capítulo del segundo libro manifestaremos mayormente que cuanto se pude conjeturar de las buenas Historias, no se hallaban estos días en España poblaciones tan metidas dentro de la tierra como hoy tenemos á Segovia, sino por lo cercano de la mar, ó muy poco más adelante alejadas de ella contra la vuelta del Andalucía y Cataluña, con otras en la costa del mar Océano de Poniente: dado que sea verdad lo que primero diximos en el séptimo capítulo del Rey Brigo y de sus fundaciones, las cuales todas hay sospecha no mala, que debieron ser por aquellas marinas y partes arriba declaradas, y las otras que también allí quedaron apuntadas, fue cierto que se poblaron mucho tiempo después dentro de la tierra con el sobrenombre de Briga, que significa Ciudad en la habla muy antigua de los Españoles.

La Torre que llaman ahora del Faro, sobre la Coruña de Galicia, fue también obra romana, porque hallamos aquel pueblo ser primeramente llamado gran Puerto Brigantino, reputado por uno de los más principales en toda su Provincia: dentro del qual por veneracion y honra de Ocataviano César Augusto, Emperador de Roma y Señor de España, los vecinos y moradores en él mandáron hacer aquella Torre famosa. Y el Maestro que tuvo cargo de su labor fué también Español nombrado Cayo Sevio Lupo, según parece por unas letras que dexó cavadas en unos peñascos cerca de la misma Torre, que dicen de esta manera, tornadas del latín á nuestro romance vulgar.

Cayo Sevio Lope, hijo de Aulo Daniense Lusitano Arquitecto : que significa tanto como Maestro de obras á las victorias de Augusto César la consagró por promesa que de ello hizo: esta memoria pusiéron en las pizarras por haber un estatuto de ley antigua, que ningun Maestro ni persona que tuviese cargo de semejantes obras, podia jamas escribir su nombre dentro del cuerpo de los edificios que se hiciesen á costa de qualquiera República, dado que bien lo podian hacer en las obras que fuesen labradas á sus espensas; la qual instrucción y mandado hallamos hoy dia conservada y escrita dentro en el cuerpo de las leyes Romanas, en el libro de las Pandetas que mandó recolegir el Emperador Justiniano. Y lo que dice del espejo encantado, que Hércules allí puso, fué tan mala ceguera, que no puede ser mayor: porque dexado muy aparte la burla de los encantamientos, queda muy averiguado que la Torre sobredicha no se hizo con otro fin, sino para que de noche pusiesen allí fuegos y lumbreras á los mareantes en que reconociesen tener Puerto seguro, quando tormentas les recreciesen: tambien para los viages y derrotas que traian, si les fuese menester. Esta costumbre de labrar Torres, y hacer en ellas fuego de noche sobre los Puertos y sitios principales, fué siempre muy provechosa y muy usada, y de mucha solemnidad entre los antiguos; llamábanlas en latin Speculas, que significa descubrideros y lugar alto, donde se divisan grandes anchuras de mar, ó de tierra. Los Moros les dicen Atalayas en su lenguage vulgar; y por otro nombre tambien los antiguos les decian Faros, por haber seido la primera parte donde se hicieron una Isla que solia ser cerca de la tierra de Egipto, frontera de la Ciudad de Damiata: la qual Isla se decia Faro, donde tienen algunos creido que fué natural y procediente la casta de los Príncipes Egipcianos, á quien la Sagrada Escritura llama Faraones; y quedándoles costumbre por su respecto de nombrar Farones ó Faraones en la lengua de los Egipcianos, á los mismos que las otras gentes decian Reyes. Allí por mandado de Ptolomeo Filadelfo, Rey en aquellas tierras, un Maestro llamado Sostrato Gnido, labró cierta Torre para los fuegos ya dichos de tan extraña hechura, que quanto duró fué reputada por una de las maravillas del mundo: y aun hoy dia se guarda la costumbre de los tales fuegos en algunos Puertos y Ciudades conocidas, como son Génova de Italia, donde tienen una Torre que llaman agora la Lenterna, para cada noche poner allí fuegos que los navegantes divisan. En Alexandria hacen otro tal, y lo mismo tambien en Caliz sobre la Torre Sant Sebastian, que por otro nombre llaman el farol; y aun muchas veces he visto yo por otros Puertos, que si faltan aquellas Torres, algunas personas tienen costumbre de poner lenternas con lumbre de noche sobre las Iglesias, ó sobre lugares altos donde se descubra la mar, para que reconozcan ser alli parte segura donde pueda guarecer. Creo yo que la falta de sospechar que la torre de la Coruña tuviese tal espejo, nacio de que (como tenemos dicho) las tales Atalayas en latin se llaman Speculas; y Paulo Orosio, Historiador Español, hablando de ella la nombra Specula; y como en el tiempo de estos Cronistas Castellanos fuese menester mas las armas contra los Moros, que las letras para los echar de la tierra que nos tenian ocupada, habia acá tan poco latin, que sospecháron el nombre de Specula que Paulo Orosio le daba ser algo de espejo; y así fingiéron esta hablilla fuera de propósito. He querido poner esto tan detenido, porque nuestra gente vulgar salga del engaño que los Cronistas pasados imagináron sobre la Torre de la Coruña, pues no va bien mirado quanto fuera de esto se platica.

La Torre de Augusto en A Coruña

La retórica que utiliza en el texto de encabezamiento Cornide sobre la ausencia de mención en las fuentes antiguas de la Torre de A Coruña y sin embargo la detallada presencia de las tres Aras Sestianas y las Torres de Augusto se contrapone con la seguridad con que Florian de Ocampo establece que fue Octavio Augusto el promotor de la Torre de Hércules.

En otro artículo he presentado una hipótesis general sobre el emplazamiento de las tres Aras Sestianas, expongo en él de manera breve argumentos sobre la posibilidad que tanto Cornide y de Ocampo tuvieran coincidencia en el sentido de sus textos, y que la Torre de Augusto en A Coruña no fuera otra que la conocida como Torre de Hércules.

Que evidencias puedo aportar a la afirmación ya realizada por Florián de Ocampo sobre que Augusto fue el promotor de la torre de A Coruña.

I) Moneda de Augusto al pie de la torre.
Durante el transcurso de la excavación realizada en el siglo XX se encontró una moneda que debe ayudar a fechar el edificio. Una moneda romana con el rostro del emperador Augusto, que gobernó hasta el 14 dC.

"En el Museo Arqueológico del Castillo de San Antón se conservaban algunos fragmentos de cerámica romana que habían sido localizados en 1947 por Luis Monteagudo, en los cortes realizados con motivo de unas obras en la llanada inmediata a la Torre de Hércules por su lado sur...."
..."Así pudimos contemplar los fragmentos de terra sigillata, entre los cuales figuraban modelos nada frecuentes en Galicia, como el plato nº 18 de la clasificación de Dragendorff, o un asa del tipo 39 de la misma tabla, ambos datables a comienzos del siglo II de nuestra era. No estaban, por el contrario, los más antiguos fragmentos de cerámica campaniense; pero a cambio de esta ausencia, otros materiales, como una moneda de plata (un quinario) de Carisio, o incluso un fragmento de borde cerámico que a decir de Schubart sería de procedencia iberopúnica, nos remitirían a momentos anteriores, el siglo I aC el primer caso y hasta el III aC el segundo."

Excavación arqueológica al pie de la Torre de Hércules
http://www.elpater.com/webtorre/Textomanito.PDF



Moneda aparecida en la Torre de Hercules
Quinario (1,9 g) - Augusto
Moneda de plata acuñada en Emerita (Hispania) entre el 25 y el 23 a.C., bajo el legado augústeo y propraetor de Lusitania, Publius Carisius, aludiendo a las victorias del emperador en la guerra contra los cántabros y astures.
Anverso: AVGVSTus
Cabeza descubierta del emperador, mirando hacia la derecha.
Reverso: (P. CARISI) LEGatus
Victoria estante, mirando hacia la derecha, coronando un trofeo militar, sobre una pila de armas, entre las que se aprecian la falcata y el puñal celtibérico.

Moneda similar a la aparecida en la Torre de Hercules
http://www.tesorillo.com/republica/carisia/carisia.htm


En torno al año 25 a. de C., Publio Carisio, legado augustal, empieza a acuñar monedas, principalmente de plata, para pagar a los veteranos que habían luchado contra cántabros y astures y que se asentaron en los nuevos territorios del N.O. y en la colonia de Emerita.
P. Carisio tras terminar su campaña en el N.O. se estableció en Mérida, capital de la Lusitania, y desde allí dirigió los trabajos que Augusto estableció debían ser desarrollados en la ciudad, no se ha llegado a un completo acuerdo sobre la fundación ex-novo de Emerita por Carisio pero nadie pone en duda la gran variedad de trabajos de construcción que el legado lleva a cabo en Mérida.
Carisio como legado augustal "constructor" tuvo una gran actividad en esa época. Construyó puentes, acueductos, torres ...., y luego pagaba estos trabajos en monedas de plata. Como la que apareció en la Torre de Hércules.

La característica de los reversos de sus denarios es la aparición de tipos militares, con motivos que celebrasen sus triunfos sobre los bárbaros sometidos. Las siguientes monedas de Publio Carisio ya en bronce se emiten hacia el año 23 a.C, sustituyen el LEG PROP por el de LEG AVGVSTI.
Las emisiones a nombre de Augusto, ya plenamente coloniales, que contienen las siglas del permiso imperial presentan una cronología del 2 a.C. hasta el 14 d.C. año de la muerte del emperador. Los tipos monetales presentan una amplia gama de motivos tremendamente representativos de la colonia y de la vida municipal, como son el templo tetrástilo, el altar, la puerta de la ciudad, o el sacerdote delimitando el territorio de la ciudad.
La aparición de monedas en los yacimientos arqueológicos es una de las evidencias que se utiliza para su datación, la aparición de esta moneda de plata de Augusto en la zona sur de la Torre y cercana al ara dedicada por el arquitecto lusitano director de los trabajos permite dar crédito a la tesis defendida por Florián de Ocampo.
No se puede imaginar mejor firma para un promotor, ni mejor promotor para la Torre de Hércules. El mismo Augusto emperador.

II) La firma del arquitecto al pie de la torre.
Pocas construcciones antiguas presentan una firma tan rotunda del arquitecto director de las obras, Gaio Sevio Lupo dejó grabado en roca viva y a escasos metros del pie de la torre su perenne ara orientada al sur.


MARTI
AVG SACR
C SEVIVS
LVPVS
ARCHITECTVS
AEMINIENSIS
LVSITANVS EX V°"
"Consagrado a Marte Augusto.
Gaio Sevio Lupo, arquitecto
de Aeminium (junto a la actual Coimbra),
Lusitano, en cumplimiento de una promesa".
Imagen en b/n publicada por Abo y (c) (varios autores) en http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=4775

Este arquitecto lusitano no fecha su trabajo, sin embargo la aparición en la zona próxima de la moneda de Augusto ya reseñada, permite imaginar que el ara y la moneda forman conjunto de una común "cápsula del tiempo" que depositada en la cimentación del edificio permitiría recordar a quienes participaron en su construcción.
No deja de ser significativo la procedencia del arquitecto, la Lusitania, territorio que dependía del legado Publio Carisio y que en ese momento empleaba a varios arquitectos para la construcción de innumerables trabajos en honor del emperador.
La hipótesis de que el arquitecto Sevio Lupo, de origen lusitano, fue contratado por Carisio en Mérida para que se encargase de la ejecución de la Torre de Hércules es verosímil. La Lusitana ya había sido romanizada con anterioridad a la Callaecia y sin duda en los trabajos de construcción acometidos por Carisio como legado de Augusto intervinieron algunos arquitectos nativos.(*)
Por otra parte, es muy interesante la dedicatoria del arquitecto a Marte Augusto, dios de la guerra, en total consonancia con el reverso de la moneda encontrada en el lugar, con una victoria estante coronando un trofeo militar, sobre una pila de armas, entre las que se aprecian la falcata y el puñal celtibérico. ¿Sería la moneda parte de la ofrenda del arquitecto al dios de la guerra?


III) Las Torres de Augusto
La Torre de Hércules pudo ser en su origen similar a la Torre de Augusto en Campa Torres mencionada por P. Mela en el siglo I dC.
La doctora Fernández Ochoa ha realizado excavaciones arqueológicas para establecer el emplazamiento y la forma de la Torre de Augusto en la Campa Torres mencionada en las fuentes antiguas. Los hallazgos permiten construir la hipótesis de cómo era este edificio y la función para la cual fue construido.


TORRE DE AUGUSTO EN CAMPA TORRES Y TORRE DE HERCULES ANTIGUA

Fernández Ochoa cree que la torre tuvo carácter simbólico, pero también pudo cumplir otra función además de mero hito conmemorativo. Llega a la conclusión de que un faro situado en la península de Torres prestaría indudable servicio a la navegación. Después de examinar la documentación historiográfica, los expertos han establecido la relación con la lápida de Calpurnio Pisón y apuestan por la existencia de una torre consagrada a Augusto en el extremo del Cabo Torres, que haría las veces de faro.
Dice la inscripción:
"Al emperador Cesar Augusto, hijo del Divino (César) trece veces cónsul, emperador con veinte salutaciones imperiales, pontífice máximo, padre de la patria, treinta y tres veces investido con la potestad tribunicia (Cneo Calpurnio Pisón, hijo de Cneo, legado propretor) consagró este monumento".
Según la inscripción es Augusto él que en este momento, siglo I aC., es promotor de la construcción de torres-faro en la costa noroeste de Hispania. Monumentos muy similares al de A Coruña.
La Torre de Hércules conjuntamente con la Torre de Augusto aparecida en Campa Torres y su compañera cercana a Finisterre y descrita por Mela, podían ser las tres Aras Sestianas Augustas que en la antigüedad alcanzaron gran renombre.
Ver: La Torre de Augusto en Cabo Touriñán y las Aras Sestianas
© Carlos Sánchez-Montaña- 2007



IV) Hércules Egipcio, señor de la Torre.
Alfonso X en su "Crónica General", afirma que la torre fue construida por Hércules Egipcio después de enterrar la cabeza del gigante Gerión entre sus cimientos.
Hércules es el nombre romano del héroe griego Heracles. Era hijo del dios Zeus y de Alcmena, mujer del general tebano Anfitrión. Heracles aceptó la imposición de una docena de casi imposibles trabajos que tendría que realizar para llegar a ser dios. Podemos seguir la mitología de Hércules para describir la biografía oficial del emperador Augusto.
En el siglo I aC. Augusto y Hércules eran representados de forma similar. (canon doriforo).



En el momento en que se propone la construcción de la Torre de Hércules el emperador es el héroe de Egipto, el nuevo faraón que realiza trabajos imposibles para los demás hombres, y que se encamina a ser un nuevo dios en el panteón romano. Según la leyenda del siglo I aC. Augusto, como un nuevo Hércules, vence a todos los pueblos de Hispania, al igual que Hércules venció al gigante Gerión que habitaba en estas tierras, y cuyo cuerpo se componía de partes distintas. La Torre en el extremo occidente simboliza la conquista de toda Hispania por el emperador.

Nombrar una "hipotética" Torre de Hércules Egipcio era equivalente a nombrar a la Torre de Augusto: Herculi Augusto. En honor de Hércules Augusto. En honor del Augusto Hércules, es decir del emperador que es descendiente del propio Hércules y que conquistó Egipto e Hispania convirtiéndose en faraón y dios.

Imagen de Augusto como faraón egipcio
http://recursos.cnice.mec.es/


EPILOGO
"El segundo ángulo de Hispania está orientado al Norte, donde la ciudad galaica de Brigantia eleva para observación de Britania su faro altísimo y digno de mención entre muy pocas cosas".
Historiarum adversus paganum libri septem . Pablo Osorio. Siglo V

Actualmente la Torre de Hércules sigue en funcionamiento, es el único faro en todo el mundo, de origen y base romana, que lo hace y sin duda el promotor de la obra, Octavio Augusto, su legado Publio Carisio y el arquitecto contratado para su ejecución Gaio Sevio Lupo se sentirían hoy orgullosos de su emblemática obra.


© Carlos Sánchez-Montaña- 2007

(*)Para saber algo más de Sevio Lupo tenemos su lugar de procedencia: el oppidum Aeminium, de fundación prerromana y anterior a la fundación en el siglo I del oppida Conimbriga, a 15 Km. al sur. (Aeminium es la actual Coimbra).
Aeminium dependía de Emerita Augusta cuando Carisio contrataba arquitectos para las obras patrocinadas por Augusto. Y era el principal asentamiento romano al norte de Emerita. (Ni Conimbriga, ni Bracara, ni Lucus, ni Astúrica se habían fundado en tiempos de Carisio.
Posiblemente Carisio contrata a un arquitecto de las “afueras” de Mérida para el proyecto de la torre-faro de A Coruña. De los de su confianza es el arquitecto que tiene su “estudio” más al norte.
Lupus, loco por el encargo, el proyecto y su ejecución, al terminar el trabajo y contraviniendo otras estipulaciones, inmortaliza su nombre a escasos metros del edificio, por el sur, dedicando a Marte sus votos. Marte y la moneda están muy relacionados en ese momento cronológico. Marte fecunda la victoria de Augusto.

Más informacióen en: http://eltablerodepiedra.blogspot.com


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Comentarios

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  1. #1 giannini 03 de mar. 2007

    Espíritu crítico con todo, incluso conmigo, que me equivoco más de lo que quisiera. Para que se pueda valorar la calidad intelectual de José María Segovia y contar con mayores elementos de juicio acerca de su opinión, copio el artículo completo que le dedica a la Torre de Hércules. En su diario hay alusiones en otros lugares, por ejemplo cuando toma notas de los libros de actas del Real Consulado de La Coruña y otros papeles:


    6.3.2. TORRE DE HÉRCULES .

    La Torre de Hércules se halla situada, según Tofiño, al NO. 1/4 N. de la Ciudad, en un terromontero escueto y avanzado al mar, que en mi concepto tendrá como unas treinta varas de altura sobre su nivel. Le baña al pie la ensenada que he dicho, llamada el Orzán. No se sabe porque se le dio el nombre de Hércules que conserva en nuestros días, aunque es de presumir que lo tomase porque estos antiguos monumentos se han atribuido al fabuloso Hércules Fenicio. Llamo fabuloso porque aunque los mejores escritores concuerdan en que vino uno hasta el estrecho, fundando a Cádiz, éste no llegó a estas costas, y que dando los griegos y fenicios el sobrenombre de Hércules a todos sus héroes y guerreros de mar y tierra, no se sabe que ninguno de ellos hiciese tal cosa, siendo su primera construcción en tiempos más modernos.

    Muchos han escrito acerca de este faro, pero los más con fábulas y cuentos hasta que el Padre Martín Sarmiento habló con más exactitud en su viaje a Galicia que se conserva manuscrito en la biblioteca de Alba, y posteriormente don José Cornide , vecino de la Coruña y socio supernumerario de la Real Academia de la Historia en un tomo intitulado Investigaciones sobre la torre de Hércules, que existe en la Biblioteca del Consulado y he leído.

    Se sabe que esta torre se fabricó en tiempo de los romanos, mas no en qué época, aunque con sobrado fundamento opina Cornide que fue en tiempo de nuestro español Trajano. Marco Ulpio Trajano, hijo adoptivo de Nerva, dice Mariana, empezó a imperar en febrero del año 99 de nuestra salvación y falleció en Cilicia a los 19 de su reinado. Siendo cierta la opinión de Cornide, esta Torre se construyó entre los años 99 y 118 de nuestra era. El objeto fue tener un punto de mira [hacia] las continuas expediciones que iban y venían de Inglaterra a este puerto cuando ambos puntos los dominaban los romanos, como también para la comodidad de los navegantes de los ríos Duero, Limia y Miño, según dice Saban en su nueva edición de la Historia de España de Mariana.

    Entre las ruinas de la torre antigua se encontró una lápida que aún existe que manifiesta la hizo Gayo Sevio Lupo, lusitano o portugués, arquitecto de Chaves, que es el antiguo Aquas-Flavias. Se hallaba la piedra entallada oblicuamente en un peñasco contiguo a una excavación rectangular en que se conoce se iba a poner un pedestal con una estatua. Ésta sería de Marte, según la inscripción y dedicación, y si éste tenía bastón o clava, dice Cornide, como muchas veces se usaba, de aquí podrían llamarla de Hércules, equivocando una divinidad con otra. En tiempo del Padre Martín Sarmiento, que es el que corrigió los errores de Ocampo, decía la inscripción:

    MARTI
    AVG. SAC
    G. SEVIVS
    LVPVS
    ARCHITECTVS
    AT===LVIENSIS
    LVSITANVS EXV.

    Cuando Cornide la vio, la atmósfera nitrosa había corroído algunas letras y estaba en este estado:

    MARTI
    AVG. SAC
    G. SEVIVS
    LVPVS
    AR===TECTVS
    AT====SIS
    LVSITANVS EXVO.

    Yo la he visto en este año de 1822 y cotejándola con la de Cornide, me he encontrado que no falta ninguna letra, que están nuevamente grabadas sobre las viejas y dadas de almagre sin los puntos de las dicciones y abreviaturas:

    MARTI
    AVG SACR
    G. SEVIVS
    LVPVS
    ARCHHECIVS
    AFIAINHNSIS
    IVSIANVS EXVL

    El que haya dirigido llenar estos huecos, la ha copiado sin duda de otra parte poco exacta, y no de las memorias de Cornide, como se nota en el contexto y letras. Además se ha procedido con poca discreción, pues quien no tenga noticia de dicha descripción, al ver las letras tan nuevas y tan dadas de color, juzgará apócrifa la inscripción, haciéndose poco favor los coruñeses cuando el Consulado en la reparación de la Torre mandó construir una casita en figura de neto, dado, o cubo geométrico de piedra berroqueña, en donde se conserva la lápida libre de la intemperie para que no faltasen más letras.

    Si el arquitecto Lupo nos hubiese dicho en la lápida de la dedicación el año, nos ahorraría el trabajo de investigar. Pero no se sabe si efectivamente fue Lupo quien la hizo. Ni Cornide asegura fuese este el arquitecto. Véanse sus palabras: “Si como suponen los más (autores) la que se halla (inscripción) cerca de sus cimientos se puso con motivo de su erección, de ella misma se saca un argumento de que no pudo ser edificada (la Torre) antes del tiempo de Vespasiano, pues siendo el arquitecto Gayo Sevio Lupo, aquiflaviense, esto es, natural de Chaves, no habiendo añadido a su nombre esta ciudad el dictado de Flavia hasta el tiempo de aquel emperador, en cuyo obsequio lo tomó como otras muchas, ¿cómo pudo haberse llamado Flaviense el dependiente de un pueblo que no se intitulaba así?”. Página 9.

    (La inscripción manifiesta que es una dedicación al dios Marte en cumplimiento de un voto, hecha por Lupo, pero que fuese la Torre, ni ella lo dice, ni se puede asegurar). En la página 41 dice Cornide: “Si esta dedicación fue sólo de la estatua, o se extendió a la Torre, ni se colige de la inscripción ni me atreveré a asegurarlo”. Aquí tenemos torre, estatua y dedicación, o como llamaban, árula. Las conjeturas son de que aquélla no se hizo antes de Trajano; que la inscripción también es posterior a este emperador, por ser su autor oriundo de un pueblo a quien él dio sobrenombre. Mas estas no son pruebas de que torre e inscripción se hiciesen al mismo tiempo; ni de que la una fuese objeto de la otra. ¿Es posible que siendo la Torre un monumento público tan hermoso, admirado de la posteridad, no lo conociese el mismo Lupo? ¿Y si lo conoció, que no hiciese mención de él y aún del día en que lo empezó o acabó? ¡A tan grandiosa fábrica, inscripción tan pobre! La inscripción pone que es una dedicación a Marte, mas no expresa lo que dedica: no sería cosa de tanto aprecio. El hallarse a la inmediación no es prueba, pues ha habido un hueco para estatua u otro triunfo sin que tenga que ver nada con la Torre. Ni sé que se hallan hecho excavaciones en averiguación de si al pie del montecillo se encuentran otras pruebas y datos. La Historia no cuenta más que tres arquitectos, dice Masdeu, en tiempo de los romanos, uno de ellos es Lupo, pero no se sabe fuese tan hábil, pues ninguna obra consta por suya más que esta, en sólo conjetura de autores posteriores.

    Además de esto, Lupo no pudo hacer una obra destinada a la utilidad pública y de objeto determinado cual es un faro sin contar con las autoridades. Muchos por vanidad hacían sepulcros y árulas, pero siempre pidiendo permiso, y algunas veces solicitaban que el pueblo lo hiciese a expensas del erario, y si la autoridad del pueblo se negaba, lo hacían a sus expensas, por bajo de cuerda, y suponiendo que era el común quien lo hacía en obsequio de los parientes. Pero en todos casos siempre se inscribía el nombre de dichas autoridades y aún el del emperador reinante ¿Cómo pues Lupo no inscribió nada de esto en torre tan magnífica y sólo hizo una árula sencilla, esto es, basa con estatua según el voto? Un estatuto de leyes antiguas romanas prohibía, dice Ocampo, inscribir los nombres de los arquitectos o constructores o de persona encargada de las obras que se hiciesen a costa de cualquiera república, pero sí, las labradas a sus expensas, dando a entender que lo hacía a su costa, lo que no es prueba, pues él podía hacer un voto y la república en el mismo sitio el faro. Así, no puede asegurarse, como dice Cornide, que Lupo fuese el constructor de este edificio. Yo le creo posterior, si bien en tiempo de Trajano.

    Veamos ahora qué forma tenía. Se componía de tres cámaras o plazas de armas, una sobre otra, y encima un fogal donde se encendía lumbre. Se subía por una escalera exterior que rodeaba en figura de hélice los cuatro frentes de la Torre. No se sabe si la escalera estaba sostenida por escocia boleada [=volada] y en forma de balcón, o con sustentantes. Cornide juzga que tenía ocho pilares, dos en cada ángulo, por haberse hallado dovelas unidas a los salmeres en las esquinas, pero esto no prueba nada y yo extraño que si tenía estos hipomoclios en cada arista, no se hayan encontrado trozos con molduras en su basamento que lo indicasen, como se han hallado pedazos de arcos. Sea como fuese, la escalera o subida era rampa, que se cree de cuatro pies de latitud, en cuyo caso no es difícil estuviese sostenida por escocia. Para entrar en estas cámaras o SALAs había dos o tres peldaños. No llegaba al suelo el arranque, sino que se subía a él por escalera de mano, que se retiraría para evitar las sorpresas de moros, en cuyo tiempo sirvió de fanal, de vigía y de castillo o fuerte, como consta por documentos.

    Por consiguiente, es falso que hubiese en dicha torre-vigía un espejo en que el vulgo cree se veían las costas argelinas (sic), las naves a cien leguas y que los almunices o naciones extrañas la derribaron. Esto mismo se ha contado del Faro de Alejandría, del Faro de Mesina y otros, dando pábulo a este error el que los latinos llamaban specula a lo que los moros atalaya y nosotros vigía.

    Así continuó este faro hasta que abandonado, sin saberse en qué época, las guerras y el tiempo fueron desmoronando la escalera o rampa y quedó hecho un torreón inútil, dando siempre nombre a la Ciudad, que se llamó como he dicho Briga, Brigantium o Ciudad de Briga, Torre del Faro, Castillo Viejo, Cruna o Cruña y Coruña.

    En 1684 el duque de Uceda, Capitán General de Galicia, movido de un deseo filantrópico, viendo que las embarcaciones por entrar en el puerto iban a dar en el peligroso seno del Orzán, dispuso se taladrasen los techos de los tres aposentos y se hiciese una escalera interior de madera, valiéndose del arquitecto Amaro Antúnez, vecino de la Coruña. Los cónsules de Inglaterra, Holanda y Flandes, residentes en esta ciudad, le propusieron lo conveniente que sería encender de noche un farol que sirviese de antorcha a los navegantes, ofreciendo un derecho de tonelada por cada buque de su nación, a fin de construir en la parte superior dos torreoncillos o pedestalillos cuadrados donde se colocasen. Se formaron o construyeron, y para la empresa del alumbrado se ofrecieron de nuevo por espacio de diez años a mantenerlo y conservarlo con un derecho que se les concediese. Difirió el Duque a su solicitud, entendiéndose en dicha comisión a petición de los demás cónsules, con el de la nación flamenca Adrián de Roo y éste encargó la materialidad de dicho alumbrado por medio de poder a Antonio Gómez Catoira, procurador de la Ciudad, quien no habiendo cumplido con encenderlo, fue preso en el Castillo de San Antón, separándosele del encargo, dando poder al mismo arquitecto Antúnez en 5 de mayo de 1687. Esta noticia se conserva en documentos de la Capitanía General y en una lápida que habiendo rodado por varias casas, se halla en el zaguán de la del expresado Cornide, cuya inscripción es como sigue:

    LVPVS CONSTRVXIT EMV
    LANS MIRACVLA MENPHIS
    GRADIBVS STRAVIT YLAM
    LVSTRANS CACVMINE NAVES
    =======XDDVV=======

    Los vientos y las tempestades rompían o apagaban los faroles colocados en los pilarillos, y así se abandonó y quedó otra vez sin uso hasta que Carlos III, erigiendo el Consulado (por su Real Cédula de 29 de noviembre de 1785) y este cuerpo se encargó de la reparación supliendo los caudales necesarios.

    Se reconoció este viejo torreón y se halló que tenía 36 pies de lado de cuadrado, 124 de altura hasta el arranque de la bóveda en donde los antiguos encendieron llama en vez de farol, cuya cúpula tenía 16 pies y habiéndose caído suplieron después con un tejado, siendo el total de 140 pies de elevación distribuidos en tres suelos de bóveda de desigual altura. El material era hormigón o derretido de menudos chinarros y mortero revestido exteriormente de piedras de un pie cuadrado. Vitruvio llama esta construcción de tres costras, y aunque no la tiene por buena, esta Torre, dice Cornide, manifiesta lo contrario. Las esquinas, puertas, ventanas y la rotunda o cuerpo superior, tenían sillares de piedra berroqueña de grano grueso de una cantera, una legua de la Coruña. Para la última reparación se empleó el mejor material posible. Se descarnó y derribó lo que amenazaba ruina y se hizo un revestimiento de dos pies y medio de grueso que se ha unido a la obra anterior por medio de tizones, asegurado el todo con mortero de dos de arena y uno de cal hasta la rotunda que se hizo enteramente para colocar la farola, resultando en el todo doce varas más alta que el antiguo faro.

    Por Real Orden de 4 de enero de 1788 aprobó el Rey la recomposición y se nombró para efectuarla al teniente de navío e ingeniero ordinario don Eustaquio Giannini. Se principió en tres de junio de dicho año de 1788 y se concluyó en fin de marzo de 1791 habiendo costado 762.058 reales y 11 maravedís, inclusos 105.553 y 21 maravedís que en 17 de enero de 94 se pagaron en virtud de Real Orden al asentista de la cantería por vía de indemnización de los perjuicios que justificó haber sufrido y 6.457 reales y 28 maravedís que valían las existencias al concluirse la obra. Parte de ellas estaban en una casita al pie del montecillo en la parte del sur y aún se ven las paredes maestras.

    La Torre en el estado actual, según he visto yo mismo y he medido con cuerdas y plomada, es una columna cuadrangular de 14 varas de lado en figura de un paralelepípedo. Sobre él hay un torreón octogonal y encima de esto otro torreoncillo de la misma figura en donde está la linterna o farola rodeada de balaustrada de hierro. Por el centro del chapitel (no debe confundirse capitel con chapitel, capitel es la parte superior de las columnas en la Arquitectura, chapitel es en términos de hojalatería la cubierta de las linternas de torres. Cuando son pequeñas como las de linterna de mano se llama concha o desahogadero) de hierro del faro sale un tubo recurvo para la surtida del humo al que atraviesa un espigón y en su extremo hay una ancla de hierro colocada horizontalmente que sirve de veleta y hace girar también el tubo. A pesar del uso a que se ha destinado, es un remate pobre, sin gusto, sin buen efecto, ni vista desde abajo, y sería mejor poner una esfera dorada o cobre, limpiándola anualmente, u otro cualquier adorno. En el segundo cuerpo o primer torreoncillo hay un andito o galería con su antepecho.

    Los cuatro frentes son de sillares de piedra berroqueña perfectamente trabajados y unidos, y por todos ellos corre diagonalmente una faja, plinto o resalto que se ha dejado para conservar la memoria de la antigua rampa. Entre plinto y plinto hay dos ventanas, unas para dar luz al interior y otras figuradas para la euritmia, cegado el vano con la misma piedra. En el frente del norte hay dos puertas, una corresponde a un cuartito que puede servir para cuerpo de guardia o habitación de guarda, ocupada actualmente con varios efectos, y la otra que es el ingreso a la Torre. Encima de cada una hay una inscripción que por Real Orden se mandó inventar a la Academia de la Historia, quien comisionó al efecto a sus individuos don José Guevara, don Francisco Cerda, don Casimiro Ortega, don José de Vargas y agregándose a ella el ya mencionado don José Cornide. Las inscripciones ponen:

    CAROLVS III. P. AUG. P.P.
    PROVIDENTIA
    COLLEGIVM MERCATORVM
    CALLAECIAE
    NAVIGANTIVM INCOLUMITATI
    REPARATIONEM
    VETVSTISIMAE AD BRIGANTIVM PHARI
    D.S.
    INCHOAVIT
    CAROLI IIII. OPT. MAX.
    ANNO II
    ABSOLVIT

    En la que está sobre la puerta del ingreso se lee:

    REINANDO CARLOS IV
    EL CONSULADO MARITIMO DE GALICIA
    PARA SEGVRIDAD DE LOS NAVEGANTES
    CONCLVIO A SVS ESPENSAS
    EN EL AÑO DE 1790
    LA REPARACION
    DEL MVY ANTIGVO FARO
    DE LA CORVÑA
    COMENZADA EN EL REYNADO
    Y
    DE ORDEN DE
    CARLOS III.

    Es de advertir que en las inscripciones impresas por Cornide pone 1791 y que según he dicho se principió en 1788 y concluyó en marzo de 1791, según consta en la colección de órdenes del Consulado que ha tenido la bondad de franquearme por su tesorero, el señor don José Canellas, y en la Descripción Económica de Galicia por Labrada. Y en la grabada se lee bien claro 1790, sin duda porque ya estaba esculpida antes de concluir la obra. Debía corregirse esta falta borrando el cero y sustituyendo un uno porque la posteridad no se engañe, creyendo haberse acabado en dos años, empleándose tres.

    Se entra en la Torre por tres escalones en un portalito donde hay otros dos, y se sube por una escalera de piedra berroqueña y balaustrada o pasamanos de madera pintada de verde. Es lástima que siendo todo este célebre monumento público de piedra, no se haya hecho la balaustrada de lo mismo. Esta escalera sigue en caracol por los cuatro frentes de la Torre y en una mesilla hay un cuarto para guardas o efectos, y continuando se encuentra otra gran meseta o cámara hasta donde hay ciento cinco peldaños y en ella otro cuarto con dos piezas donde habita con máquinas y fragua un maestro armero que cuida del fanal. Desde aquí estrecha la escalera y subiendo otros ochenta escalones, hay una rotunda muy espaciosa que es el torreoncillo octogonal primero, cuya bóveda apean cuatro machones, los tres (sic) rectangulares y en uno una inscripción que dice: Dirigió esta obra el teniente de navío, e Ingeniero ordinario Dn. Eustaquio Giannini. En uno de los pilares que es de más espesor que los otros hay una escalera muy estrecha en figura de caracol o hélice, y subiendo otros 35 escalones se llega a una puerta que comunica al andito del torreón expresado, con su antepecho macizo de la misma piedra.

    Se suben todavía 18 escalones y se entra en la farola. Ésta consta de un mirador o cierro de cristales de figura polígona de 16 lados que presentan otras tantas facetas o frentes, duplo número de lados que el del torreoncillo y balaustrada, cubierto con su sombrero de hierro. El fondo de la farola tiene tal diámetro, que hemos estado ocho dentro sin opresión, además de un tambor de reloj que ocupa su centro y cajones de cerca de dos pies de latitud que hay alrededor. En los ocho frentes que miran al mar están las luces. En la espalda que corresponde a tierra no hay nada más que las vidrieras. Las luces son quinqués como los que se usan en las SALAs, sin diferencia ninguna más que ser más grandes. Están colocados en una mesilla o chapa de hierro delgado de 7 a 8 pulgadas de latitud, sostenida por barrotes de latón. Detrás del tubo de cristal hay reverberos de más de veinte pulgadas de diámetro, barnizados de un estaño claro que usan los ingleses. Mucho mejor serían de plaqué o de platina. Delante de las luces y embebidos en las vidrieras, entre bastidores, hay unos cristales macizos representando un exacto hiperboloide de más de un pie de diámetro y siete pulgadas de altura, con lo que se aumenta la luz terriblemente. Para la ocultación no se ha hecho el fanal giratorio como el de Cádiz. Aquél es una pirámide triangular giratoria, en cada frente hay guardando la misma figura seis reverberos. En cada minuto da una vuelta. Cuando presenta las caras es el claro máximo y cuando presenta las aristas es el obscuro. Así el vulgo dice que se enciende y se apaga en cada minuto. La de la Coruña tiene un volante de hierro que gira alrededor del espigón que desde el piso sobresale por encima, según he dicho. Al extremo del volante están dos pantallas diametralmente opuestas, las que girando van ocultando sucesivamente las ocho luces. El volante anda por medio de una máquina de reloj y contrapeso que está dentro del tambor de hierro.

    En primero de octubre de [17]91, se mandó que el alumbrado de la Torre fuese un fogarón de carbón de piedra, empleándose el de la provincia, pero esto no se efectuó nunca y se dispuso un fanal de piedra sillería, dentro del cual se ponían las luces hasta que en 1800 se construyó el actual en Inglaterra ,y por cuenta de la Tesorería General se trasladó desde el Ferrol desbaratando aquel fanal. Es de notar el descuido de la Marina en no haber comisionado sujetos que con repetidos experimentos determinasen el máximo alcance de la luz en alta mar, ignorándose hasta ahora una cosa tan esencial. Así, unos dicen la han visto a doce leguas, otros a seis.

    Yo he medido como he dicho la Torre y he hallado 50 varas desde el pie al borde del antepecho del andito. Siete desde el piso de éste al extremo del pasamanos de hierro. Tres, altura de la linterna y tal vez 10 pies a la veleta. En todo 60 varas y diez pies o 190 pies.

    El Consulado pensó hacer una explanada o plataforma alrededor de la Torre, con su antepecho para seguridad y hermosura, y un camino desde la ermita de San Amaro de 350 varas, calculado el costo en 40.000 reales. Se aprobó el proyecto en Real Orden de 7 de enero de 92, pero visto que subía a 70.000 reales, se suspendió. No obstante, se principió la explanada y hay un pedazo construido por la parte del sur, con su antepecho y asiento que la hermosea mucho. También existen cuatro paredes maestras de piedra sillería que parece ser de algún cuerpo de guardia, cosa inútil cuando aquel punto no está fortificado. Más valiera que con aquel material se acabase la plataforma y antepecho y se emprendiese el camino proyectado desde San Amaro o desde el Parque de Artillería que tanto adornaría la Coruña, formándose con dos barandas, y asientos, y plantando árboles a la espalda. Sería un paseo hermoso en hibierno (sic) y verano. Se subiría con comodidad y se tendría este desahogo más que el corto recinto de la Alameda. El ayuntamiento debía emprender esta obra, pues los 70.000 reales del costo siempre se quedaban dentro de la Coruña, manteniendo artesanos pobres que les falte trabajo, con otras ventajas y utilidades.

    Desde el andito de la Torre se sube a la balaustrada de hierro por un tambor de piedra encima del que han formado un cono truncado del mismo material. Por dentro de este se sube un caracolillo de 18 peldaños hasta dicha balaustrada, y la parte superior está maciza. En el extremo hay una aguja de conductor eléctrico y la cadena va a parar por el frente del sur a una cisterna hecha dentro de una casilla de piedra, al pie del terromontero. Sobre la casilla y encima del antepecho han colocado un gran cono truncado oblicuo horadado por donde atraviesa la cadena. Mas tanto este como el de arriba desfiguran, quitan la simetría y la gracia de esta hermosa Torre.

    Para cuidar del fanal hay un maestro armero que goza 11 reales de sueldo; y siendo de su cuenta la recomposición de las piezas, disfruta al mismo tiempo veinte de gratificación. En el día está a cargo de la Marina. La farola gasta diariamente de aceite desde junio a diciembre siete libras; desde diciembre a junio 15.

    Además de este maestro hay otro atalayero, que sin incumbencia en la Torre, sirve de observar las embarcaciones que llegan a la Coruña y dar parte cada noche al Capitán del Puerto, pues no tiene asta de señales
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