Autor: coyradas
sábado, 05 de noviembre de 2005
Sección: Artículos generales
Información publicada por: coyradas


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Nuestro querido lunfardo.

Cuando a los pueblos se los recibía con los brazos abiertos, todos bajo la misma sombra, y con gran entusiasmo por esta nueva tierra, me viene a la cabeza una pregunta que hoy por hoy sigo cuestionando y creo que con razón, ¿Habrá sido por la gran cantidad de pueblos, conviviendo entre ellos?
Si bien todos llegaban con maletas, esperanzas y costumbres; y todos debían comenzar desde cero, forjando pueblos, apellidos e ilusiones, el que tiene el listado con hora de llegada y salida en nuestras vidas, nos puso una piedra en el camino, apareció con el tiempo lo que se podría llamar nuestro lunfardo, nuestro famoso y querido lunfardo. Forjado a través del tiempo y de los hijos, de los hijos, como buscando una identidad propia y al mismo tiempo tratando de olvidar todo lo bueno que trajeron nuestros abuelos, todos los españoles terminaron siendo gallegos y si te encontrabas con uno, un poco mas cabeza dura seguro que era “vasco”; con los italianos, lo mismo, si era duro, seguro que era siciliano y demás…, solo quedaba el reto de la abuela, aclarando la procedencia sin entender la diferencia entre uno u otro.
Este famoso lunfardo que lo entiendo, lo hablo y que es parte de nuestra vida, solo le sirvió a un par de generaciones como, la moda del momento, pero que aun persiste sin ser moda, como si todo lo expuesto en él sea un idioma comparable al inglés o quizá mejor; pero que solo se habla en Argentina.
Ya se que todos los encargados de mantener las tradiciones y los fantasmas de una época pasada, se me van a tirar encima, pero nunca se pusieron a pensar que ese lunfardo hablado por años trajo como consecuencia hasta nuestros días el hecho de que hay tanto analfabetismo o que el léxico de la juventud actual se basa solo en 30 palabras y dan vueltas sobre ella todo el día, sin saber expresarse en forma correcta ante cualquier situación. No cuestiono la identidad que cada uno de nosotros posee , o la identidad de nuestro pueblo y mucho menos la de nuestros ancestros, que como mencione anteriormente tantos males pasaron; sino que cuestiono el procedimiento, la ineficacia de los encargados de mantener culta a nuestra sociedad, esos burros, “con el perdón de los burros”, que hablan más ingles que castellano, en fin…
Por este motivo recordemos el sacrificio de nuestros abuelos, para que no sea en vano todo su esfuerzo, su pesar y su constancia; no somos los mejores, saquéenselo de las cabezas, solo mediocres por pensar que si lo somos.
Ah!!! Sobre el lunfardo, basta por favor, tratemos de mejorar nuestra forma de hablar, de expresarse, de darnos a conocer; saquemos esa piedra del camino y empecemos por el principio.


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  1. #1 silmarillion 05 de nov. 2005

    EDUCACION PRIMARIA Y SECUNDARIA EN ARGENTINA: DIAGNOSTICO Y PROPUESTAS *
    por Juan José Llach

    El gasto argentino en educación

    En general, hay una muy fuerte relación entre el nivel de ingreso de la sociedad y los resultados de la educación, aunque en algunos casos hay países que para el mismo nivel de ingreso obtienen mejores resultados.

    De entrada se bifurcan los caminos: por un lado están los que dicen que hay que instalarse en el sendero del crecimiento económico puesto que es este último el que induce a la gente a educarse al advertir que la educación no sólo es redituable sino también una condición imprescindible para no estar desempleado. Este proceso se daría naturalmente y es casi inútil forzar la marcha. Por otro lado, una segunda lógica de pensamiento sugiere que hay países en los que a pesar de lo fuerte de la relación entre ingreso y educación, podría hacerse algo. Esos son los dos enfoques básicos, el primero fatalista, el segundo moderadamente optimista.

    Miremos ahora la fuerte relación entre el gasto por alumno – ya sea primario o secundario – y el nivel de ingreso. Por ejemplo en Argentina se discute mucho si se gasta mucho o poco en educación y la verdad es que no gastamos ni mucho ni poco.

    Tanto en la relación ingreso-resultados y en la relación ingreso-gasto en educación, la Argentina está siempre parada sobre la línea de tendencia. Por eso el debate es tan complicado en Argentina: porque la situación no es ni blanca ni negra, sino gris por el empate de intereses que hace difícil generar una situación de cambio importante.

    No es muy fuerte la tercera relación: la relación entre el gasto y los resultados. El gasto es importante en un sentido muy cuantitativo: en términos de incorporación de gente al sistema. Pero cuando uno trata de ver si el gasto tiene impacto en los resultados más finamente medidos, se va a encontrar que muchas veces no es así.

    Algo falla en la organización de un sistema donde independientemente de lo que se gasta por alumno, los resultados pueden ser cero o cincuenta. Para nuestro consuelo, a nivel internacional sucede algo parecido. Por ejemplo, en la prueba TIMSS la República Checa obtiene 580 puntos con un gasto de $2000 por alumno, mientras que Suiza obtiene un puntaje inferior gastando $6000 por alumno.

    Una de las razones fundamentales por las cuales el vínculo entre gasto y resultados es tan débil, es lo mal que se gasta. La estructura del gasto en Argentina es mala:

    *

    en gastos de capital tenemos 2 puntos menos que los países en desarrollo
    *

    en gasto docente tenemos 9 puntos menos que los países en desarrollo
    *

    en gasto no docente tenemos 17 puntos menos que los países en desarrollo
    *

    gastamos sólo el 2% del total en insumos (que se traducen esencialmente en la tecnología de la tiza y el pizarrón).


    Hay un problema de pésima asignación de los recursos, lo cual es básicamente responsabilidad de las provincias. Si la Argentina asignara sus recursos como lo hacen los países en desarrollo, podría gastar $700 millones más por año en SALArios docentes, $300 millones más en insumos y $200 millones más por año en bienes de capital, infraestructura, computadoras, etc. El total es de $1200 millones, simplemente si gastando lo mismo disminuyéramos el gasto burocrático y gastáramos como gastan los países en desarrollo.

    http://www.utdt.edu/eduforum/ensayo5.htm

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