Autor: silmarillion
viernes, 18 de abril de 2008
Sección: Historia
Información publicada por: silmarillion


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De la construcción y pérdida del Imperio español.

A casi doscientos años del comienzo de la emancipación de las colonias americanas, cabe recordar el como un Imperio fue
ganado y el como fue perdido.





























Del monopolio a la revolución

Más informacióen en: http://www.apresmoiledeluge.blogspot.com


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  1. #1 silmarillion 14 de mayo de 2005

    Datos sobre emigración hispana:

    Nuestro análisis de las remesas de emigrantes en el siglo XVIII isleño revela que la media de los giros en concepto de ayuda familiar ascendía a 505 reales de plata, o sea, a 42.900 mrs. castellanos; como el SALArio medio de los jornaleros era de 127 mrs./día, la ayuda familiar suponía un ingreso anual equivalente a 337 días de trabajo, es decir, una cantidad superior a la renta teórica anual de un peón agrícola2. Una suma cuya importancia se refuerza si consideramos la contracción experimentada por el mercado de trabajo, consecuencia de la regresión vitícola y de la sustitución del régimen directo por la medianería en las haciendas, de modo que la mayor parte de las unidades familiares de pequeños propietarios con excedente de fuerza de trabajo, carecían de empleo fijo anual fuera de la unidad de producción doméstica. Se deduce entonces que la remesa de la migración en concepto de ayuda familiar, era al menos similar al ingreso medio anual que dejaba de percibir la unidad doméstica por el activo que, carente de empleo remunerado en la deprimida economia de este lado del Atlántico, colocaba en la próspera economia del otro lado especialmente en Cuba y Venezuela, abonando su pasaje mediante el préstamo hipotecario, es decir, incluyendo como garantía el corto patrimonio familiar. En resumen, no puede quedar mejor medido el grado de eficiencia mostrado por las unidades familiares migrantes de nuestro siglo XVIII en la asignación de su fuerza de trabajo y, en definitiva, en la adopción de su decisión de emigrar3

    La emigración española al Caribe. Por Antonio M. Macías Hernández
    http://www.mgar.net/cuba/vegueros2.htm

  2. #2 A.M.Canto 04 de mayo de 2006

    Interesante noticia de hoy que complementa mi comentario de 14/05/2005, 21:58:36; el libro mismo es muy interesante, por cubrir un hueco en los conocimientos actuales, ya que nuestros niños y jóvenes saben más de Toro Sentado y el general Custer que se cualquier explorador o conquistador español en América. Claro que, teniendo en cuenta el "noble interés" que muchas veces les guiaba (pero no más espurio que los de casi todos los invasores que cayeron antes por aquí):

    Un historiador publica un diccionario sobre 248 conquistadores de América
    EFE - Valladolid
    http://www.elpais.es/articulo/cultura/historiador/publica/diccionario/248/conquistadores/America/elpporcul/20060504elpepucul_1/Tes/

    El historiador Tello Mañueco Baranda registra 248 capitanes, cabecillas y jefes de expedición entre 1492 y 1580 en su Diccionario del Nuevo Mundo (Ámbito Ediciones), donde pone de manifiesto las luces y sombras en la conquista y la expansión de América por parte de España.

    Es el periodo comprendido entre la gesta del descubrimiento (1492) y la refundación de la ciudad de Buenos Aires a cargo de Juan de Garay (1580), donde Mañueco ha catalogado las principales incidencias y protagonistas de las incursiones por Brasil, Chile, Cuba, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay y Venezuela.

    Tello Mañueco, nacido en Baltanás (Palencia), licenciado en Historia General por la Universidad de SALAmanca y funcionario de la Diputación de Palencia, ha localizado y sistematizado hasta 248 conquistadores en su mayor parte procedentes de Andalucía, las dos Castillas, Extremadura y el País Vasco.

    Todos ellos están relacionados por orden alfabético y cuentan con una reseña de su biografía y peripecias por el Nuevo Mundo, más o menos extensas en función de las fuentes localizadas por el autor, básicamente enciclopedias, historias generales y crónicas de los propios protagonistas de la conquista, como fueron las de Bernal Díaz del Castillo, Cieza de León y Franciso de Jerez, entre otras.

    A través de toda esa investigación, el autor ha llegado a la conclusión de que la conquista de América fue “la de la rapiña de riquezas y de vidas en nombre del Viejo Mundo y de Dios, una epopeya donde se mezclaron el valor, la codicia, el heroísmo y la crueldad”, señala en su Diccionario del Nuevo Mundo, novedad editorial presentada dentro de la 39 Feria del Libro de Valladolid.

    El “casi total exterminio” de esas civilizaciones, la imposición a la fuerza de la religión católica sin respetar las costumbres de los nativos y sus formas de vida ocasionó, según el historiador, una gran mortalidad debido a enfermedades, malos tratos e incluso a suicidios colectivos provocados por esa situación.

    Tello Mañueco constata cómo en poco más de tres décadas, desde la llegada de los españoles a las islas Antillas (Cuba, La Española, Jamaica y Puerto Rico), en estos lugares la población pasó de 800.000 habitantes a poco más de 50.000 almas.

    El autor del diccionario también criticó la codicia, en forma de rapiña y saqueo de tesoros de oro y plata y la explotación de minas con metales preciosos, hasta el punto de comprobar cómo tanto en los escritos de los cronistas que participaron en la conquista como en las cartas que dirigen a la Corona, “lo primero que describen de los pueblos con los que entran en contacto son las joyas de oro con las que se adornan los nativos”.

    En poco más de cien años, subraya el historiador palentino, “de las minas americanas llegaron a España 200.000 kilos de oro y 17 millones de kilos de plata, aunque estudiosos del tema, como Ramón Carande, doblan esta cifra”.

    Procedían principalmente de las minas de Zacatecas y Guanajuato, en México, y de Potosí, en la actual Bolivia, pero “por desgracia, nada más tocar las costas españolas, estas enormes riquezas iban a parar a los banqueros genoveses y alemanes, con los que estaban endeudados los Austrias a causa de sus costosas e interminables guerras”, aprecia Mañueco.

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