Autor: Arturo
miércoles, 19 de febrero de 2003
Sección: Lenguas
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Algunas reflexiones sobre la lengua vasca (Euskera, Euskara, Eskuera o Vascuence)

El euskera es un idioma preindoeuropeo perteneciente a poblaciones (caristios, várdulos, autrigones y vascones del Pirineo) que a lo largo de la historia no han convivido nunca como comunidad política en un único reino o Estado, ni han tenido alfabeto propio ni literatura escrita en idioma indígena (que se conozca).

El origen, evolución, situación actual y futuro del euskera es un tema apasionante, debatido desde hace siglos y que resulta de singular interés y caracter polémico.

La lengua vasca: Euskera, Euskara, Eskuera o Vascuence

El euskera es el idioma cooficial con el castellano en la Comunidad Autónoma del País Vasco desde el año 1980; también hablan esta lengua en el norte de Navarra (“lingua navarrorum”) y en el departamento francés de los Pirineos Occidentales (zona del Pais Vascofrancés).

Desde 1863 el príncipe Luis Bonaparte clasificó los dialectos vascos en dos grandes grupos, los hablados en España (vizcaíno, guipuzcoano, altonavarro septentrional y altonavarro meridional) y los hablados en Francia: suletino, labortano bajonavarro oriental y bajonavarro occidental. Los dialectos, aun siéndolo de un mismo idioma, eran y son de difícil comprensión para hablantes de diferentes variedades dialectales (por ejemplo, un hablante vizcaíno y otro suletino en muchos casos deben entenderse en castellano o en francés).

En nuestra época la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia) ha revisado esta clasificación tras la unificación gramatical y de vocabulario dialectal realizada en los años 60 del siglo XX bajo la denominación de “euskara batua” o unificado, basada en el dialecto guipuzcoano fundamentalmente: Los dialectos están desapareciendo y las nuevas generaciones hablan un euskera estandarizado propagado por la enseñanza, la televisión vasca, la radio y la nueva literatura, pronunciado de manera diferente a la pronunciación dialectal y curiosamente bastante ininteligible para muchos hablantes dialectales de edad avanzada.


El euskera es un idioma preindoeuropeo (al igual que el íbero y otras lenguas desaparecidas de Hispania y Galia) perteneciente a poblaciones (tribus denominadas por Estrabón y otros geógrafos de la antigüedad como caristios, várdulos, autrigones y vascones del Pirineo) que a lo largo de la historia no han convivido nunca como comunidad política en un único reino o Estado, ni han tenido alfabeto propio ni literatura escrita en idioma indígena (que se conozca).

Estos pueblos o tribus parecen haber compartido lenguas de raíz similar (protovasco), de las que el euskera de hoy es una de las diversas ramas que existieron y la única que pervivió -evolucionando con los siglos al igual que cualquier idioma y generando dialectos que han pervivido hasta el presente- por la causa que fuera. No hay datos que indiquen que todas las tribus fueran parte de un mismo pueblo genéticamente hablando, y ni siquiera sabemos si todas sobrevivieron o solo algunas, o si los vascones del pirineo ocuparon la zona actual del Pais Vasco a la caída del imperio y desplazaron a las tribus antiguas (hipótesis que algunos han defendido).

En realidad, se sabe muy poco, los documentos históricos son escasos, en muchas ocasiones tendenciosos (interpretan el pasado para justificar situaciones o proyectos del presente) y las fabulaciones mitológicas de los siglos XVI al XX (Poza, Larramendi, Erro, Arana, carlismo, fuerismo, nacionalismo,...) han impregnado de ideas a priori y prejuicios un tema muy complejo y que debiera centrarse en juicios científicos y no en debates políticos.

Recordemos que desde el siglo XVI al XIX se ha empleado el carácter primitivo y original del euskera para defender cosas como las siguientes:

- los vascos (vizcaínos) eran los habitantes originales de España, venidos con Tubal (nieto de Noé), y cristianos naturales antes del nacimiento de Cristo (Tubalismo).

- Los vascos nunca fueron conquistados por Roma, y eran en realidad los antiguos Cántabros (Vasco-cantabrismo).

- La lengua del Paraíso Terrenal fue el euskera, hablado antes de la Torre de Babel y traído a Euskalerría por Tubal (edenismo linguístico).

- Por tanto, el pueblo vascohablante vivió en el Edén y sus costumbres y tradciones son las del paraíso perdido (edenismo cultural).

- El euskera se ha mantenido siempre igual, perfecto, completo y válido para cualquier circunstancia y necesidad desde Tubal hasta hoy (invariabilidad).

- Los vascos nunca se mezclaron con moros, judíos, conversos, negros o gentes extrañas, y eran en realidad los únicos cristianos viejos de sangre limpia y noble (Hidalguía universal de Vizcaínos y guipuzcoanos).

- España y Francia sojuzgaron el Pais Vasco, independiente desde el origen de los tiempos hasta 1839, siendo potencias ocupantes del mismo que acabaron con su democracia originaria (aranismo).

- Los vascos son el único pueblo europeo, siendo los indoeuropeos invasores recientes que arrinconaron a los vascos en su actual emplazamiento (teoría muy reciente, heredera sin saberlo de tópicos y jucios a priori defendidos por Arana, este planteamiento mezcla estudios filológicos y de ADN con tópicos, y sus conclusiones confunden raíces culturales, troncos lingüísticos y orígenes genéticos de poblaciones nómadas de hace miles de años).

En resumen, se ha utilizado la pervivencia de una de las ramas (euskera actual) de la lengua protovasca (o de las lenguas protovascas), y la desaparición de sus parientes lingüísticos (que los hubo) para justificar una relación inmutable y necesaria entre pueblo (nación vasca), lengua (habla vasca), territorio (solar vasco), costumbres (tradiciones vascas), modos políticos (democracia vasca) e incluso religión ligada a las mismas desde el Paraíso terrenal (esto último se ha ido dejando de lado en el siglo XX, quizás `por la secularización de los tiempos). Es un ejemplo de cómo la política puede lastrar y oscurecer la historia y su investigación.

La cultura de las tribus “vascas” prerromanas es bastante desconocida, discutida y discutible, y parece que caristios, várdulos y autrigones estaban celtizados en gran parte, mientras que los vascones y otras tribus pirenaicas y de la Gascuña tenían modos de vida diferentes. Curiosamente, la relación de los vascones con el mundo romano fue bastante mejor que la, por ejemplo, belicosa relación de los vecinos cántabros y celtíberos.

Por ello, el mito de la independencia de los vascones frente a Roma es un hecho sin fundamente, procedente de la imaginación de literatos y eruditos de los siglos XVI a XIX, preocupados de recrear una historia que consolidara su derecha a ciertos privilegios más que de investigar el pasado real de la tierra vasca. Parte de sus invenciones las basaron en los enfrentamientos entre vascones y visigodos, constantes en los siglos VI y VII por las rapiñas de unos (vascones) y los afanes conquistadores de otros (godos).

Debido a la pobreza histórica, aislamiento parcial y escasa actividad intelectual y literaria de Euskalerria hasta el siglo XIX, siendo las únicas publicaciones destacables en euskera obra de clérigos, la lengua vasca ha vivido durante silos ágrafa y fragmentada. Ha habido tantas variedades lingüísticas documentadas como pequeñas comunidades asentadas en los valles que constituyen su territorio. Los textos legales y debates políticos (Juntas Generales) se han desarrollado en latín y, luego, en castellano (los Fueros se escribieron en lengua castellana, no en euskera). Solo una cierta poesía popular y composiciones musicales han sido realizadas en euskera hasta el siglo XIX, en el que la explosión de un romanticismo idealizador del pasado ha comenzado a generar obras de diverso género en lengua vasca, muchas de ellas dedicadas a promover una idea mitológica del propio pasado, y a “recuperar” dicho pasado inventándolo de hecho.


De su origen puede afirmarse que la lengua vasca se trata de una lengua afincada en el territorio desde la época prerromana, usada más o menos en los mismos confines físicos donde hoy se emplea, y en contacto con el íbero y las lenguas celtas peninsulares, así como con las lenguas del sur de la Galia (seguramente, muchas palabras serían compartidas por hablantes de diferentes lenguas).

En todo caso, el euskera, claramente diferenciada de las demás indoeuropeas colindantes, posee características aglutinantes como la lenguas laponas, caucásicas y bereberes; además es ergativa como otras lenguas del mundo, lo que contribuyó a elaborar todo tipo de teorías sobre la familia lingüística a la que pertenece. Lo más verosímil es que llegara a la península traído por pueblos invasores en el periodo final del paleolítico superior o por poblaciones cuyos modos de vida seguían próximos a culturas de este estadio.

Más o menos esto es lo que sugirió Miguel de Unamuno por la existencia en euskera de los términos aitz, aitzur, aizkora para significar 'roca', 'azada' y 'hacha' respectivamente, lo que sugiere la pervivencia del recuerdo o memoria de instrumentos de piedra entre los hablantes, prueba de su primitivismo, sea cultural, sea cronológico o sea lingüístico.

El asentamiento del euskera en el País Vasco es tan ancestral que puede afirmarse sin exageraciones su carácter de lengua indígena. Convivió en época prerromana con el ibero y celtas vecinos, y tomó muchos préstamos léxicos del latín durante el imperio y edad media (se calcula que más del 50 por ciento del vocabulario del euskera se basa en raíces latinas; ver el estudio de Santiago Segura Mungía al respecto).

Es evidente que el euskera sirvió como sustrato a la configuración del castellano (la pronunciación y vocales de este son las de el euskera, diferentes de las del gallego y catalán por ejemplo) y durante siglos permaneció intacto y reducido al ámbito de la comunicación local y familiar de una zona pobre y algo apartada de las rutas de comercio y peregrinación.

El vasco posee cinco vocales, que se corresponden básicamente con las del español como hemos dicho. Las vocales e y o presentan grandes diferencias según su entorno fonético; es muy frecuente que en el caso de la e cambie de timbre, desde el fonema /i/ hasta el /a/. En el sistema consonántico la consonante f parece con claridad un préstamo. Posee una sibilante sorda s, otra sonora z, y otra palatal fricativa x, como la francesa, que corresponde al fonema /š/.

Otra característica de su sistema consonántico es la articulación africada de los tres fonemas sibilantes bajo las grafías ts, tz, tx, este último puede escribirse también como ch en los préstamos entre vasco y castellano ya que tiene el mismo sonido. Buena muestra de ello es el apellido Echevarría que procede de etxe, que significa 'casa' y berri que significa 'nuevo'. El acento varía su posición en función de la oración, de la frase y de la palabra, de ahí la gran vacilación que se observa en la transcRIPción de los nombres al castellano.

Morfológicamente es una lengua muy rica en partículas y pertenece al tipo aglutinante. Posee un sistema de casos, una (extraordinariamente) compleja conjugación verbal y sintácticamente mantiene el orden nombre-adjetivo-artículo como en aita gurea (literalmente 'padre nuestro el', donde el sufijo a corresponde al artículo). Su léxico actual ha tomado últimamente numerosas raíces procedentes directamente del castellano y del francés modernos.

Pervivencia, crisis y futuro

La lengua vasca, en otros tiempos llamada vascuence en castellano y hoy eusquera, euskera o euskara (y eskuara en la zona francesa), propia del pueblo “euskaldun”, esto es, del pueblo que habla euskera frente a otros pueblos que hablan otra lengua (“erdera”), pudo haberse perdido como otras lenguas peninsulares hispanas (celtas, íbero) y de la Galia, pero fue precisamente su aislamiento, pobreza del territorio y escaso interés en asentar núcleos de población importantes salvo en el sur agrícola (Álava, ribera navarra) y en la costa (puertos del cantábrico) lo que permitió que sobreviviera al mundo romano y comienzos del mundo medieval.

En el siglo IX la lengua vasca estaba consolidada en un territorio ámplio (Pais Vasco, norte y centro de navarra, zonas de repoblación de Rioja), siempre en contacto con lenguas romances derivadas del latín e incluso con la lengua árabe (ribera navarra) , aunque mantenía su existencia como lengua de carácter familiar.

Es curioso que la lengua vasca tiene sus primeras palabras escritas a la vez que las primeras palabras en lengua castellana, como lo testimonian las glosas en vasco para predicar a vascohablantes de San Millán de la Cogolla. El primer texto impreso en lengua vasca pertenece al poeta y clérigo Dechepare (1545). En el siglo XIX surge un movimiento de afirmación nacional (al igual que en otros lugares de España y Europa) conocido como Fuerismo, muy ligado a la lengua y a la literatura, las cuales experimentaron un extraordinario desarrollo dentro de presupuestos románticos, idealizadores del pasado y recreadores del mismo.

La creación de la Academia de la Lengua Vasca va a suponer un paso importante en la búsqueda de una norma unificadora (imprescindible para permitir una literatura comprensible para todos los hablantes), que no pudo desarrollarse porque después de la Guerra Civil española el vasco sufrió una represión.

Sin embargo, a partir de 1968 Gabriel Aresti (bajo la dirección del linguista Koldo Mitxelena y de otros estudiosos) inician la normalización de la ortografía, el léxico, la declinación y el verbo. Con la llegada de la Democracia el vasco fue reconocido como lengua cooficial en el País Vasco y en 1984 el congreso de Euzkaltzaindia sentó las bases para la normalización en un idioma de los diferentes dialectos vascos, que es el llamado batua como hemos señalado.

Esto ha dado lugar a una producción literaria y científica, a publicaciones periódicas, emisoras de radio y canales de televisión que normalizan y difunden la lengua. Su enseñanza en el ámbito del País Vasco es obligatoria en los niveles de enseñanza primaria y secundaria, lo que asegura ya definitivamente su pervivencia, aunque la lengua que pervive no es ninguno de los dialectos históricos y existe una cierta polémica sobre las consecuencias reales de la unificación.

Finalmente, cabe señalar que hoy en día casi el cien por cien de los vascohablantes hablan a su vez otra lengua (castellano o francés), cosa que no sucedía en el pasado, y casi siempre la hablan mejor y con mayor dominio que el de la lengua vasca, por lo que algunos estudiosos señalan que en el futuro (siglo XXI avanzado) existirán dos dialectos del batua, el de los castellanohablantes y el de los hablantes franceses. Los dialectos históricos irán desapareciendo según pasen las generaciones hoy vivas y el euskera pervivirá en una versión escrita común a todos los hablantes, siendo la pronunciación y giros los propios de la segunda lengua (castellano o francés) que conozcan.



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Comentarios

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  1. #1 Euskera 21 de ene. 2005

    TOPÓNIMO Y EMPLAZAMIENTO: Un topónimo, por ser descRIPtivo de lugar, hay que comprovarlo in situ por ver si coincide con lo que dice y resulte o no un hallazgo verdadero. Si bien la interpretación por arquetipos se funda en las consonantes, en el lenguaje oral, como en caso del vascuence, siempre va acompañado de vocales, cuya mayor o menor abertura indica el grado de participación del arquetipo, como Abai/ibai/ibi “el Nilo Azul, rio/vado”.

    En el caso de ABAR/IBAR el conocimiento del vascuence mantiene en general la forma sonora del arquetipo Ba a no ser que interese crear por analogía una palabra nueva, como IPAR/IFAR “Norte”, por el lado de los grandes valles europeos, según la pista de que disponían los navegantes. Este mismo interés de multiplicar los nombres, alterando la voz, sin cambiar de sentido, se sigue en la derivación de muchos topónimos, como BARRETXE> PARRÉS, pero otras veces, obedece a la evolución fonética o sicopación de vocales como en IBARBIA>BARBA.

    En el caso de PRADO>PARDO tenemos sus antecedentes BARRADO y BARDO en los que el -TU,-DO significa participio perfecto de realización o emplazamiento, como de valle>vallado en BALDO, que es susceptible de forma femenina en BARREDA>PRADA/ BERDA> BREDA, o en vallada>BALDA, a no ser que la -TA,-DA. sufija se derive, más bien, de ATE "puerta/a". El medio con que se haya realizado el envallado/envalizado/empalizado se analogiza del mismo valle, como empalizado natural que es por la corona de los montes. Idem en caso de IBAR/ABAR, “abar” viene a significar “ramaje, palo”, material del empalizado. La lógica de lo analógico está en la imagen que da el vallado en BALDO, y el abarratu>barrado en BARRADO>PRADO con significación de conjunto de “valle”, como normalmente es en el topónimo, o el analogizado especial de “vallado”, o en el caso del sustantivo “prado”. Las analogías se explican, no se contradicen y parten de lo arquetípico y general a lo analogizado y singular, como del macrocosmos de atribución divina al microcosmos de conciencia personal.

  2. #2 A.M.Canto 31 de mar. 2005

    Si, es bonita. Pero, fíjaros, Kaerkes, Hartza, Brenno... Nada más tres años después de la fecha de ese mapa moría en Gernika/Guernica Pablo de Gorosábel, que dejó inédita una Noticia de las Cosas Memorables de Guipúzcoa o descRIPción de la provincia y de sus habitantes; exposición de las instituciones, fueros, privilegios, ordenanzas y leyes; reseña del Gobierno civil, eclesiástico y militar; idea de la Administración de Justicia, etc, terminada en 1868, que se publicó en 1899.
    http://www.ingeba.euskalnet.net/klasikoa/noticia/gorobioc.htm
    Aparte de escribirla en castellano, y por lo tanto de llamarle "Guipúzcoa", la define como "/29/GUIPÚZCOA, pequeña comarca de la Nación española". No he tenido mucho tiempo para ver la edición electrónica de esta obra, y por tanto no sé si en alguna parte de ella se refiere a esa Euskadi "total" del mapa. Me temo que no, porque donde he visto las llama "Provincias Vascongadas", y son tres.
    También me llamó la atención esta parte de su estudio sobre el origen del fuero de G.:

    "Todo lo expresado concurre a convencer que la última agregación de Guipúzcoa a la Corona de Castilla fue voluntaria, como lo había sido la que realizó en 1076, separándose del reino de Navarra. Bajo este supuesto, el simple sentido natural da a entender que a semejante anexión debió proceder algún pacto; por que repugna el pensar que se hubiese entregado a discreción de una manera incondicional, y a la pura merced del monarca, bajo cuyo cetro se ponía. Podrá dudarse y aún disputarse si el convenio que en tan solemne ocasión hubo de celebrarse fue escrito o meramente verbal; /271/ si fue más o menos explícito; si tuvo tal o cual extensión favorable a los guipuzcoanos. Sostener, como lo han hecho algunos émulos de sus glorias y de sus derechos, que no hubo pacto de ninguna especie, no parece conforme con el amor que los naturales de este país le han profesado en todos tiempos, ni con el talento que han manifestado en los casos decisivos de su suerte. Tal ha sido la opinión tradicional, unánime y universal de los guipuzcoanos transmitida de padres a hijos; opinión proclamada en alta voz en multitud de representaciones oficiales dirigidas a los mismos monarcas de Castilla, a sus tribunales supremos y ministros de la Corona. Estos, sin embargo, no han contradecido, y antes bien han reconocido explícitamente en muchas ocasiones, como lo hizo D. Fernando VI en una cédula expedida en 8 de octubre de 1752, a consulta del Consejo de hacienda, con motivo de unas causas de contrabando. Aquel informe decía, en efecto, que «siendo la provincia de libre dominio, se entregó voluntariamente a D. Alonso VIII, llamado el de las Navas, el año de 1200, bajo los antiguos fueros, usos y costumbres con que vivió desde su población, y en que continuó hasta que ella misma pidió al señor rey D. Enrique II se redujesen a leyes escritas, de que se formó el volumen que tiene de sus fueros impreso con pública autoridad, etc. En otro informe que sobre el uso libre del tabaco en esta provincia dieron al rey en 1770, decían también que «tenían reconocida la nativa libertad de estas provincias, y que por ella, por sus fueros y privilegios les correspondía la libre introducción de aquel artículo..." [...] "Así esta provincia en su conjunto, como los pueblos de ella en particular, tienen otros diferentes privilegios de bastante valor. Su mayor parte han sido concedidos por los reyes que se han sucedido /282/ en los reinos de Castilla en premio y recompensa de señalados servicios prestados a la Corona y al Estado; pero hay algunos que lo han sido en consideración a la pobreza del suelo, a su situación avanzada en frente de una nación guerrera, y a otras circunstancias particulares. Los privilegios pertenecientes a la universalidad de la provincia se explicarán en los capítulos inmediatos de este mismo libro, donde se hallarán aclaradas las razones de las concesiones y demás circunstancias. Cuáles sean los correspondientes a los pueblos en particular, se podrá ver en mi Diccionario de los mismos, a cuyos artículos remito al lector, puesto que su detallada relación en la presente obra la abultaría mucho..."
    Fuente: http://www.ingeba.euskalnet.net/klasikoa/noticia/marnoti.htm

    En fin, ya veis que al mismo tiempo que el mapa del francés, un tolosano ilustre, hijo de legazpiarra, veía las cosas de muy distinta manera, y llevado sólo por el deseo "de prestar un servicio a mi país natal" (prólogo).

    Parece claro que, en casi todos los tiempos, esta tan diferente manera de ver la Historia y de sentir y amar a la patria ha sido una constante del llamado "problema vasco"...

    La obra, de todos modos, es una notable curiosidad histórica, y entretenida de leer: http://www.ingeba.euskalnet.net/klasikoa/noticia/marnoti.htm (tiene que salir a la izquierda la barra de los capítulos, que están sin terminar; ahora han hecho también una traducción al euskara).

  3. #3 Onnega 01 de abr. 2005

    Sobre la leyenda Florentia Iliberritana de la ceca granadina: se ha intentado explicar por el vasco actual hiri (ciudad) y berri (nuevo), con lo que queda abierta la llamada hipótesis ibero-vasca, según la cual ambas lenguas eran la misma o muy parecidas.
    Por mi parte creo que todos los Iriberris o Iribarris, incluso el Iliberis de Granada, son hidrónimos paleoeuropeos que se corresponden con los actuales river y ribera. Confusión r / l para las lenguas peninsulares, atestiguada, lo mismo que la prótesis de vocal de apoyo para palabras que comienzan por erre.

    Por otra parte, el artículo que menciona Dorotea iltir / iltur: primero no está claro que la transcRIPción del signario sea esa, segundo sí son los signos que más se repiten en ese orden en las cecas y en las inscRIPciones. Sugiero buscar un topónimo paleoeuropeo frecuente tipo "ribera" antes que afirmar que una palabra que no sabemos si existía (iltir no aparece en cecas latinas) significa tal cosa o tal otra.

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