Autor: Eduardo Peralta Labrador
martes, 17 de mayo de 2016
Sección: Historia Antigua
Información publicada por: SALA
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Castra Aestiva,evidencias científicas y carencias académicas.

No obstante, en fechas bien recientes,todavía encontramos autores del mundo universitario que siguen silenciando deliberadamente los campamentos de las Guerras Cántabras en estudios supuestamente científicos sobre la conquista y la implantación romana en el Norte, asegurando contra todas las evidencias científicas publicadas que "El período de las Guerras Cántabras apenas si se encuentra documentado desde el punto de vista arqueológico dada la precariedad de la presencia romana en la región" (Fernández Ochoa y Morillo,2002b:271).

Peralta contra los teóricos de gabinete

http://api.ning.com/files/6XUuZcXwzdpx5XMiAS1ThWrgvb7JNEvysLOAZi7FJkqoWMJQ6teormhbLtD08gF3aYuNq6wjOIB3CZ95ry8p87cNQhf9yDYY/CASTRA.jpg


https://revistanivelcero.files.wordpress.com/2012/08/nc10_04.pdf

.........fase que ahora se ha repetido en el solar cántabro desde intolerantes círculos político-docentes contra los arqueólogos que hemos aportado unas incontrovertibles y monumentales evidencias campamentales romanas que han venido a desmontar definitivamente todo lo que los teóricos de esa historiografía oficial de gabinete dijeron sobre las Guerras Cántabras.
A pesar de esta radicalizada facción universitaria santanderina y de sus apoyos entre ciertos responsables de la política cultural regional,preocupados exclusivamente de intentar boicotear  y de silenciar estas investigaciones por "razones políticas", los principales especialistas nacionales y extranjeros en castros prerromanos y en castramentación  militar romana de la Real Academia de la Historia, Universidad Complutense, de la Römisch Germanische Kommission de Frankfurt, de L`École Pratique des Hautes Études de la Sorbona y de la propia Universidad de Cantabria no vinculados a esos politizados intereses ajenos a lo científico , han visitado estos yacimientos y han sabido valorar su gran importancia científica, histórica y arqueológica en el trascurso del simposio sobre las Guerras Cántabras organizado por la fundación Marcelino Botín  en 1997 y en otros foros académicos.

No obstante, en fechas bien recientes,todavía encontramos autores del mundo universitario que siguen silenciando deliberadamente los campamentos de las Guerras Cántabras en estudios supuestamente científicos sobre la conquista y la implantación romana en el Norte, asegurando contra todas las evidencias científicas publicadas que "El período de las Guerras Cántabras apenas si se encuentra documentado desde el punto de vista arqueológico dada la precariedad de la presencia romana en la región" (Fernández Ochoa y Morillo,2002b:271). Incluso ha habido algún oscuro erudito local santanderino,cuya cualificación y aportaciones bibliográficas o arqueológicas sobre castros prerromanos o campamentos de campaña romanos son desconocidas, que ocasionalmente se ha atrevido a afirmar en reciente trabajo que yacimientos de la categoría de Cildá, Campo de las Cercas  o Espina del Gallego, declarados Bienes de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica, son una "invención extraordinaria" de quienes los hemos descubierto y excavado (Vega de la Torre y Cerezo Sánchez,2002:nota15), lo que nos demuestra hasta donde puede llegar la ceguera y el fanatismo de estos patéticos cenáculos provincianos cuando las fobias y las envidias personales prevalecen sobre los argumentos científicos, los conocimientos, la competencia profesional sobre la materia tratada y el afán altruista de hacer avanzar el conocimiento histórico por encima de los espurios intereses partidistas que mueven a otros.......



Más informacióen en: https://revistanivelcero.files.wordpress.com/2012/08/nc10_04.pdf


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  1. #1 SALA 18 de mayo de 2016

    Extraordinario enlace Don Percha  ¡¡muchas gracias!!  ¿Cómo va lo de Iruña Veleia?
    Honorables....... en referencia a las palabras de Don Eduardo Peralta Labrador -auténticas "banderillas al violín" en los lomos de tanto teórico de gabinete asilvestrado- tengo el honor de presentar ante Vds un documento excepcional que obra en mi poder desde hace muchos años.
    Con su venia.
    28/01/1992  DIARIO EL COMERCIO DE GIJÓN y bajo el título de "El síndrome de Astérix y las termas del Campo Valdés" y firmado por Carmen Fdez Ochoa de la Universidad mayrití de Cantoblanco podemos leer lo siguiente:

    "Tampoco hay testimonios de presencia militar romana en Asturias. Ni un campamento, ni una teja o ladrillo con marca de una legión o de un destacamento, ni una inscRIPción militar"

    Ya ven Vds honorable auditorio, magníficos druidas como el tiempo pone a cada uno en su lugar y cuán aconsejable es la prudencia y morderse la lengua antes de echarla a pacer en defensa de enfermizas querencias personales.

    ¿No es verdad?

    http://3.bp.blogspot.com/-8n4GAkK5SP0/T-9IHLQNojI/AAAAAAAABaQ/swIeFuDyzjw/s640/monteCurriechos9.jpg

  2. #2 diviciaco 28 de mayo de 2016

    Hola Sala. ¿qué tal?.

    Bueno, pues a pesar de las opiniones de toda esa insigne nómina, muy bien encaminados, por otra parte, en lo que se refiere a la localización del Vindio, no me parece que pueda descartarse la posibilidad de que el el Medulio estuviese más al occidente.

    Aunque todas las fuentes clásicas sitúan el Medulio en Cantabria, a fin de cuentas no está nada claro lo que los romanos entendían por Cantabria antes de la conquista del norte peninsular, de manera que las fuentes podrían haber estado utilizando ese corónimo en un sentido más bien lato. Por otra parte, tanto Floro como Orosio no ordenan bien los acontecimientos en sus relatos, lo que da pie a diversas interpretaciones de los mismos, como es de sobra conocido.

    Algo muy significativo, a mi modo de ver, es que Orosio añada un dato geográfico que no aportan otras fuentes: que el Medulio estaba sobre el Minio. Es lógico entender que, tratándose de un natural de la Gallaecia, difícilmente podría referirse, sin dar otras precisiones, a otro río que no fuese el Miño  (o el Sil considerado como una simple prolongación del anterior)

    Que en la antigüedad se consideraba al Sil como parte del Miño parece bastante claro, como podemos ver en las Tablas de Ptolomeo, geógrafo que pone las fuentes de Minio en el monte Vindio (Ptolomeo II,6,1) (en las Tablas el Vindio es la Cordillera Cantábrica, con una amplia extensión W E de 2,5º) .

    También, de acuerdo a Estrabón, que seguía en esto a Poseidonio, el Minio fluía desde Cantabria (Estrabón III,3,4). 

    Si consideramos al Sil como parte del Miño, resulta que todas estas descRIPciones son exactas.

    En consecuencia sigo considerando justificadas las diferentes hipótesis que ubican el emplazamiento del mítico Medulio en lugares próximos al Sil, pareciéndome completamente inverosímil que Orosio escribiese sobre el Minio para referirse, en realidad, a algún pequeño río de Cantabria, como han pretendido algunos autores, y no al río de Hispania universalmente conocido.





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