Autor: Nusius
martes, 20 de octubre de 2015
Sección: Protohistoria
Información publicada por: Nusius
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La Cultura Kurgan no es el ancestro de la lengua protoindoeuropea (PIE).
Nuevas aportaciones genéticas provinientes de la Cultura Yamna reabre el debate sobre la lengua indoeuropea.
Los recientes hallazgos genéticos obtenidos en ejemplares humanos pertenecientes a la cultura Yamnaya de las estepas pónticas (y otros ejemplos pertenecientes a las culturas danubianas del IV milenio aC), han sorprendido a todo mundo. Su y-DNA, de transmisión paternal, es R1b como la mayor parte de los europeos occidentales. Además se piensa en un desplazamiento masivo de estas poblaciones pastoriles pónticas, dando razón a los planteamientos de Gimbutas.
Estos nuevos resultados describen prácticamente el proceso de indoeuropeización. Los Yamnaya de los bosques fueron portadores de R1a y darán orígen a las lenguas satem. La cultura Yamna de las riberas del Caspio y de las estepas adyacentes eran, por el contrario, R1b y son, por tanto, quienes difundieron las lenguas centum. Sin embargo no fueron el ancestro de la lengua PIE como suponen Gimbutas o Mallory. Éste debemos hacerlo proceder de algún lugar al norte de Anatolia.
Pero estos descubrimientos aportan nuevos datos. En primer lugar, el campaniforme es indoeuropeo. Echa por tierra la
especulación de Klyosov, muy extendida en ciertos ambientes, que
consideraba el campaniforme como portador de una lengua no indoeuropea, si bien genéticamente se corresponde con una población con linaje R1b. Este genetista ruso había rebajado previamente la cronología genética vasca a unos 2500 ybp.
El marcador genético L51 no es centroeuropeo sino Yamnaya. La lengua indoeuropea que se habló en el Occidente procede directamente de estas poblaciones. La consecuencia, al menos de momento, es que la Península Ibérica pasa a ser el segundo foco indoeuropeizador de Europa, canalizándose a través de la difusión de los hechos culturales que se recogen durante el periodo campaniforme y difusión del linaje S116. Esto implicaría muchas cosas a nivel lingüístico, puesto que supone que el Occidente hispánico es el ancestro de las lenguas celtas y posiblemente también de las itálicas.
Falta por determinar la cronología de L51 en el Occidente peninsular. Con este dato sabremos si L51 procede de los Alpes o si se trata de un hecho particular del Occidente de Iberia, como las estelas de guerreros.
Finalmente quiero destacar aquí el trabajo conjunto, Universidades de Santiago y Vigo, de Rosario Calderón et al. "GM and KM immunoglobulin allotypes in the Galician population: new insights into the peopling of the Iberian Peninsula", 2007, quienes ya predicen la antigua afinidad entre la población de Galicia y las poblaciones del Danubio medio y su distanciamiento de los parámetros genéticos vascos. Esta afinidad, puede hoy plasmarse en los siguientes mapas:
LINAJE L51 (Yamnaya):
ESTELAS DE GUERREROS (según Bichero):
Referencias:
- http://ibg.anrb.ru/disovet/zashita/2015/02Trofimova/2015_02_TrofimovaAvtoref.pdf (Trofimova 2015, en ruso)
- http://rspb.royalsocietypublishing.org/content/royprsb/282/1805/20150339.full.pdf (Nagy et al. 2015)
- http://biorxiv.org/content/biorxiv/early/2015/02/10/013433.full.pdf (Haak et al. 2015)
- http://www.heritagedaily.com/2015/03/genetic-study-revives-debate-origin-expansion-indo-european-languages-europe/106940
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Hola Uma, no parece ser tan así. Brun en Francia, Almagro en España y buena parte de los estudiosos británicos siempre lo han asociado a un determinado pueblo. La relación de las gentes pónticas con el campaniforme es precisamente el argumento básico que esgrimen, entre otros, Richard Harrison & Volker Heyd (1).
La cuestión, Uma, es que la cultura Yamna es el precedente indoeuropeo de la gente occidental de Europa. Hasta ahora sólo se consideraba como marcador indoeuropeo R1a. Con la aparición de bastantes ejemplos de R1b (L23 > L51) en las estepas pónticas y en yacimientos del Danubio medio, hemos llegado hasta los Yamnaya y probablemente llegaremos al origen neolítico y anatólico (meseta armenia > Cáucaso > norte mar Caspio) de sendos Hg.
Es importante recalcar que los Yamnaya eran portadores de la mutación L51. Hasta ahora se creía que esta mutación había sucedido en los Alpes, fragmentándose posteriormente en U106, al norte del Rin (lengua germana) y en S116 al sur de este rio (lengua italo-celta). La situación ahora mismo es que el grupo indoeuropeo centum occidental deriva directamente de los Yamnaya. R1b-L51, portado por los grupos dominantes de la cultura Yamna, parece ser el fundador de las culturas dominantes que aportan tecnología del cobre (y sin duda también los carros y las estelas de guerreros).
Una región importante en snp''''s L51 es el Oeste de Portugal y lo que podríamos denominar como Lusitania arcaica, comprendida por los Conventos de Braga y Lugo, Vettonia, Occidente de Carpetania y la Lusitania pliniana. Tiene su importancia porque en esta zona se registran, por un parte estelas de guerreros (caracteristico la cultura Yamna) y por otra, las dataciones más altas del campaniforme. Se está ahora pendiente de las edades de L51 en el Oeste de Europa. Bélgica, otro importante foco del campaniforme, es otra importante candidata para atribuirsele este hecho cultural. Si bien cuanto más al norte, más sustrato pre-indoeuropeo derivado de los cazadores-recolectores (Hg I) y la necesidad de fabricar leyes y ecuaciones fonéticas para encuadrar sus lenguas deturpadas dentro del indoeuropeo.
El clino SO > NE del campaniforme ha sido estudiado por Lemercier (2), un importante arquéologo especializado en el campaniforme del SE de Francia. Atribuye el comienzo de este fenómeno en el estuario del Ródano a poblaciones llegadas de la Península Ibérica, y también su difusión hacia el norte, siguiendo el curso del Ródano, y los Alpes. De la misma opinión es la antropóloga suiza J. Desideri (3), que analizando piezas dentales del periodo campaniforme de España, SE de Francia, Alpes y Hungría llega a la conclusión de que esta población procedía de Iberia, y que se mezclaron con las distintas poblaciones que iban encontrándose a su paso: el contexto campaniforme de Kromsdorf, Suabia, analizada geneticamente (4), es un claro ejemplo de esto mismo con su negativo U106).
Por esa razón nuestra población campaniforme, y también la húngara, se muestra, según Desideri, más homogénea que la población centro-occidental europea. Lo que queda claro es que L51 = Yamnaya y éste se distribuye especialmente por el Occidente peninsular. Por otra parte, Uma, se detecta discontinuidad en el paso del megalítico al campaniforme. El ejemplo del dolmen de A Romea (Lalín, Po.) es clásico. La diagnosis es la siguiente:
RADIOCARBON DATING
- BEGINNING: 3962-3712 cal BC: funerary pottery.
- CLOSURE of the monument: 3366-3033 cal BC: funerary pottery.
- REFORM and ABANDONAMENT: 3018-2679 cal BC: NO funerary pottery.
- RE-UTILIZATION: 2613-1915 cal BC: Bell Beaker pottery, 33 copper arrow tips, axes.
Creo que es una noticia muy a tener en cuenta y un gran descubrimiento.
(1) Richard Harrison & VolKer Heyd, 2007:129-214.
(2) Oliver Lemercier, 2002, 2004, etc..
(3) Jocelyn Desideri, 2008, 2010.
(4) Lee et al. 2012.
Señor Sala. El Dr. Henry Faux, genetista canadiense, cierto día se preguntaba en Genetic Roots:
"The Celtiberians I would suspect would be from a downstream subclade of SRY2627, but were they indigenous or did they adopt the culture of the Celts mostly found in the western regions os Spain? SRY2627 is mostly found in the northern and eastern regions of Spain which is historically associated with Basques and Iberians. To the north, the Aquitani".
Se corresponde exactamente con la visión de Almagro:
"La aparición de Las Cogotas, de facies siempre atlántica, influirá significativamente en la Meseta Superior. [...] Me temo que el área vacceo-vettona (como Las Cogotas o Yecla de Yeltes) actúa de transición hacia el área que será la futura Celtiberia".
Y con la idea pliniana "los Berones son inmigrantes de la Céltica".
Un saludo a ambos.
No se trata de abrir debate alguno Uma, sino de divulgar estos recientes descubrimientos genéticos que cambian mucho el panaroma histórico hispánico. Tu punto de vista me parece perfecto, pero las estelas pertenece a una tradición que parte del Calcolítico hasta la llegada de Roma:
"la glorificación de las élites resulta de gran interés al interpretar socialmente el significado de las estelas, tanto las del suroeste de la Península Ibérica como las del grupo galaicoportugués aquí estudiado. Esta estatuaria, generalmente masculina, portadora de armas o de insignias de prestigio (como el motivo subrectangular en las piezas del noroeste, o los carros, instrumentos musicales, etc., de los ejemplares
del suroeste) nos remite al proceso de jerarquización que conocieron las sociedades prehistóricas
peninsulares desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce (Harrison 2004: 165-178; Bueno Ramírez et al. 2005b)".
"There is the fact that some warrior stelae were probably carved on older, previously existing monoliths, and that some others were themselves reused and re-carved in later periods, including cases of pre-Roman (Tartessian) and Latin funerary inscRIPtions—see a discussion in Harrison (2004: 44–52). These cases are a clear invitation to consider the warrior stelae as yet another material device used within the complex framework of procedures for the assimilation and manipulation of the past developed by Iberian societies between the Neolithic and the Iron Age (García Sanjuán 2011)".
"Estas reutilizaciones y conservaciones se pueden interpretar como mecanismos para conservar el recuerdo, la memoria social, uno de los procedimientos mediante los cuales las sociedades logran comprender ese “país extraño” que, para ellas, supone el pasado (Lowenthal 1998: 271-274)".
"Las relaciones entre los distintos grupos, seguramente de carácter étnico, aspecto esencial no abordado, evidencian creencias comunes, en ocasiones expresadas o ‘leídas’ con los mismos signos/símbolos en áreas
geográficas diversas, lo que indica una comunidad de creencias comunes, que cabe interpretar desde
la ideología indoeuropea (Díaz-Guardamino 2012)".
"Esta perspectiva de ‘larga duración’ explica el desarrollo de estelas en Hispania desde el Calcolítico hasta
los ‘guerreros galaico-lusitanos’, labrados ya en época romana (Schattner 2003), los cuales deben considerarse el último fenómeno de esta tradición plurimilenaria [...] Estas estelas [occidentales] deben considerarse estelas “lusitanas”, (Almagro-Gorbea 2009; Almagro-Gorbea y Lorrio 2011)" (diría más bien de la keltiké, que para Almagro-Gorbea es sinónimo).
El campaniforme para la Iberia fue un cambio enorme, una discontinuidad cultural evidente, relacionado inicialmente con la explotación minera del cobre. No se trata que una comunidad aislada hiciese un tipo determinado de enterramiento, como tú dices, sino que se adoptó, como todos los demás elementos de su cultura incluida su lengua, en todas partes, en toda Europa Occidental y en buena parte de la Oriental, con gran rapidez, El campaniforme, Uma, representa la indoeuropeización de Iberia y de todos los lugares a donde llegaron desde la Península Ibérica el linaje masculino S116 y los linajes femeninos hispánicos H1 y H3:
"hg H with substantial genetic contributions from subsequent pan-European
cultures such as the Bell Beakers expanding out of Iberia in the Late
Neolithic (~2800 BC) [...]. From around 2800 BC, the Late Neolithic culture emerged from the Iberian Peninsula to form one of the first pan-European archaeological complexes. This cultural phenomenon is recognised by a distinctive package of rich grave goods including the eponymous bell-shaped ceramic beakers. The genetic affinities between Central Europe’s Bell Beakers and present-day Iberian populations is striking and throws fresh light on long-disputed archaeological models.. We suggest these data indicate a considerable genetic influx from the West during the Late Neolithic. These far-Western genetic affinities of Mittelelbe-Saale’s Bell Beaker folk may also have intriguing linguistic implications, as the archaeologically-identified eastward movement of the Bell Beaker culture has recently been linked to the initial spread of the Celtic language family across Western Europe. This hypothesis suggests that early members of the Celtic language family initially developed from Indo-European precursors in Iberia and subsequently spread throughout the Atlantic Zone; before a period of rapid mobility, reflected by the Beaker phenomenon, carried Celtic languages across much of Western Europe. This idea not only challenges traditional views of a linguistic spread of Celtic westwards from Central Europe during the Iron Age, but also implies that Indo-European languages arrived in Western Europe substantially earlier (Brotherton et al. 2013)".
Sí hay toponimia a mansalva en el noroeste que muestra la relación con un sustrato vasco-aquitano-ibérico:
Bayona, Charrua, Bazarra, Orro, Orra, Urroa, Azcoito, Badarra, Chimparra, Combarro, Xorres, , chaburra, Carricoa, curro.
En el galaico-portugués hay sustrato afín al vasco-aquitano-ibérico:
• Betacismo en el gallego y norte de Portugal
Esquerda, abarca, barro, pestanha, pestaña, veiga,
portugues. samo “albura”, gallego “id.; la capa blanda que
se halla debajo de la corteza de los cuernos”, asturiano. samu “la superficie”, vascuence. zama “albura”, o el asturiano. cotolla “árgoma o tojo, aulaga”, gallego. cotaño “cepa de hiniesta”, vasco othe “árgoma”
gangorra “especie de carapuça”, testimoniada por un lado en el portugués. del sigloXV, y por otro, en el vasco gangorra “la cresta”. La relación entre ambas palabras se ve confirmada por la palabra, testimoniada también en las zonas intermedias: montañés, asturiano, Soria ganga “puntos extremos del corte de las herramientas (hachas, azuelas, dalles, etc.)”
Además tiene también importancia el arcaico sistema vigesimal que se trasluce en el Norte de Trás-os-Montes hasta el vasco y que ya G.
Rohlfs, en Archiv 183, y de nuevo en la Miscelánea de 1952, había explicado por un substrato ibérico (mejor dicho, prerromano): “Existe en laRomania aún otra tercera zona, que conoce el sistema vigesimal: la Península Ibérica. Si resumimos lo que en su tiempo ya había llegado al conocimiento de Margarete Rösler(quatro vezes vinte = 80, en la zona portuguesa de Traz-os-Montes) y lo que la más reciente investigación
dialectal ha sacado a la luz, llegaremos a la conclusión de que
en una zona que comprende la parte noroeste de Portugal (Tra
z-os-Montes), algunos trozos de la vecina Zamora (Sanabria) y la Montaña santanderina se conoce el sistema vigesimal (cuatro
veintes) ofue empleado en época más antigua
junto al mucho más extendido (sic!)sistema decimal. En este caso no será posible pensar en influjos normandos ni en posteriores influjos fran
ceses. Por el contrario, el supuesto de un substrato i b
é r i c o presenta aquí una cierta verosimilitud. De hecho, los vascos no poseen en su idioma más que el sistema vigesimal, y su sistema es tan completo, que no cabe pensar en influjos extranjeros, sino que hay que suponer que se trata de la continuación de una forma de contar muy antigua:
ogei = 20, ogeitamarr = 30(20 + 10), berrogei = 40(2 ×16 20), berrogeitamarr = 50 (2 ×20 + 10), irurogei = 60(3 ×20), irurogeitamarr =
70(3 ×20 + 10), larogei (4 ×20), Parece. pues, que junto el sistema transmitido por Roma, ha pervivido hasta hoy en algunas zonas del
Noroeste de la Península Ibérica, que han conservado especialmente su carácter primitivo, el antiguo sistema numeral autóctono entre la población campesina y en determinados ámbitos del pensamiento”
Sobre genética:
Recientemente, Michael R. Maglio, ha constatado mediante sus estudios, que el origen de R1b tiene una expansión de oeste a este siendo los R1b más antiguos los ibéricos; además critica el método cronológico que coloca a una mutación reciente de R1b, descartando así su origen expansivo en el neolítico y volviendo a colocar a épocas paleolíticas la entrada de R1b a Iberia, desde donde se expandió en el mesolítico. Esto concuerda con las evidencias aportadas en 2005 (Pereira et al) en estudios sobre ADN mitocondrial, el famoso haplogrupo H del ADN mitocondrial, que tiene su equivalente en el haplogrupo R1b del cromosoma Y.
La genética demuestras que no hay una zona de diferenciación clara entre el este peninsular y el oeste peninsular, pues la base mayoritaria de la población muestra bastante homogeneidad, con los matices indudables que va adquiriendo cada zona geográfica debida a la distancia.
Otra cosa, claro está, es el tema lingüístico, muy sujeto a interpretaciones no exentas de ser tendenciosas, como el hecho de que ciertas personas deseen fervientemente una Iberia enfrentada a la otra o una Iberia supuestamente celta v otra Iberia supuestamente no celta, etc…
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