Autor: Sotero
sábado, 01 de septiembre de 2007
Sección: Lenguas
Información publicada por: Sotero21
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La pesadilla
Un brevísimo resumen de los dos primeros capítulos del Tratado mítico patológico sobre la pesadilla en la Antigüedad Clásica.
Wilhelm Heinrich Roscher
"el Gran Pan ha muerto". Aún no había acabado y se produjo un gran gemido, no de una persona, sino de muchas, mezclado con gritos de sorpresa." Plutarco
La causa de las pesadillas en el mundo antiguo se atribuía a varios dioses y demonios con características específicas, aunque en realidad cualquier dios o demonio, incluso los espíritus de los héroes o todo ser humano con forma demoníaca podían causarlas. La característica principal de las pesadillas es que en ellas un ser que por lo general es peludo, semihumano o animal espantoso, aunque también puede presentarse como una bella mujer, entra en la habitación del durmiente y colocándose sobre él le oprime el pecho o la garganta provocándole un terror paralizante que solo se ahuyenta cuando el que duerme es capaz de sacudírselo. Desde un punto de vista moderno la pesadilla se produce normalmente cuando el durmiente se encuentra boca abajo o bien cuando por cualquier causa, que puede ser una enfermedad (difteria, tuberculosis, soplo cardíaco, asma, delirio febril, estado avanzados de hipocondría e histeria, etc.) o la opresión de los cobertores, tiene obstruidas las vías respiratorias, lo que le provoca disnea, sudoración, palpitación e hinchazón de la cara y los nervios del cuello. Esta situación produce ansiedad que se ve reforzada por la parálisis muscular. Por fin esta extrema ansiedad desemboca en un movimiento violento y la efusión de gemidos que se traduce en una liberación de los estorbos para la respiración y el brusco despertar. El oxígeno es el antídoto de la pesadilla. Este rasgo común de la pesadilla, este “salto” repentino del sueño al despertar hace oportuno el término griego “ephialtes” (el que salta) para definir la pesadilla. Los experimentos de Börner demostraban que la forma del animal o cosa que se aparecía al durmiente dependía de lo que se utilizaba para taparse la cara. Así un paño basto y peludo determinaba la presencia de un gato o un perro. Si se tapaba la cara con las manos la pesadilla representaba un ser humano hostil. El dormir contra paja se traducía en un erizo monstruoso y por fin el cubrirse con pellejas de cabra u otro animal determinaban la aparición de un ser peludo, caprino. A veces las pesadillas, especialmente en mujeres, pueden ser lujuriosas y pueden llevar a la creencia de que el fantasma ha tenido relaciones sexuales con ellas. En los hombres puede producirse eyaculación, como resultado de la presión sobre los genitales al yacer sobre el abdomen. En ocasiones las pesadillas pueden ser colectivas, lo que determina en un terror pánico, como una epidemia. Se cita el ejemplo (Radestock) de batallones de soldados que agotados por el cansancio de la marcha, durmiendo hacinados en lugares estrechos sobre montones de paja e influidos por las leyendas lugareñas sobre el lugar en que dormían (una abadía en ruinas) se levantan de súbito en medio de la noche acosados por un perro negro y peludo que los acosa.
Los médicos de la antigüedad conocían bien los síntomas de pesadilla (opresión en el pecho, incapacidad para moverse, letargo, sonidos inconexos e inarticulados) y tenían la creencia de que la pesadilla desaparecía cuando el durmiente era capaz de moverse. Sorano enfatiza en que las pesadillas solo son peligrosas si son repetidas pues esa condición puede llevar a la demencia y la muerte. Como buenos seguidores de Hipócrates no creen en la fe popular de que las pesadillas están alimentadas por un dios o demonio y la creen enfermedad, una epilepsia incipiente, según Sorano y Celio Aureliano. También habían observado que las cenas copiosas e indigestas eran causa de pesadillas, que el estado entre vigilia y sueño profundo eran un momento propicio y que la visiones del sueño persisten una vez despiertos y pueden confundir al durmiente. Galeno, Hipócrates y otros advierten de que la pesadilla a menudo es producto de enfermedades (“estar hablando con la fiebre”) aunque ignoran por completo la relación entre la obstrucción de las vías respiratorias y las pesadillas. Los métodos curativos consistían en hacer desaparecer los humores mórbidos por medio de la sangría y la purga el ayuno y una dieta dirigible, con especial proscRIPción de las habas por parte de los pitagóricos. La superstición de que los espíritus malignos habitaban en ciertos alimentos y que se introducían en los cuerpos cuando se consumían era habitual. A Dionisos se le consideraba el principal de estos espíritus que habitaban en plantas y su fuerza narcótica poseía a los hombres a través de la vid, la hiedra y quizás el cáñamo.
Las pesadillas en la antigüedad clásica constaban de los mismos elementos básicos que en la pesadilla moderna. El espectro es repugnante y aterrador, o erótico, o una mezcla de ambos, o entre animal y humano, aunque algunas veces es amable y benévolo.
Hay cosas que no cambian con el transcurso de los tiempos. Una de ellas es la pesadilla. ¿De verdad Pan está muerto o sigue tocando la siringa en los espesos bosques de nuestro subconsciente, persiguiendo ninfas y aterrorizando los rebaños de hombres y cabras?
Un brevísimo resumen de los dos primeros capítulos de
Efialtes. Tratado mítico patológico sobre la pesadilla en la Antigüedad Clásica WILHELM HEINRICH ROSCHER
Incluido en Pan y la pesadilla. JAMES HILLMAN Atalanta 2007
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