Autor: silmarillion
viernes, 18 de abril de 2008
Sección: Historia
Información publicada por: silmarillion
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De la construcción y pérdida del Imperio español.
A casi doscientos años del comienzo de la emancipación de las colonias americanas, cabe recordar el como un Imperio fue
ganado y el como fue perdido.
Del monopolio a la revolución
Más informacióen en: http://www.apresmoiledeluge.blogspot.com
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Por cierto, unos breves apuntes del marino Velasco, mencionado en la web citada por Silmarillion:
"Luis Vicente Velasco de Isla nace en Noja el 9-II-1711, y muere en La Habana el 31-VII-1762. La E.U.I. Espasa y la Gran Enciclopedia de Cantabria coinciden en los datos biográficos (que seguiremos) de este trasmerano, cuya vida se desarrolla dentro de las peculiaridades más llamativas de los cántabros que admiraron los historiadores griegos y romanos. Ya era guardiamarina a los 15 años y recibió el bautismo de fuego a los 16. Desde entonces estuvo presente en luchas contra los piratas berberiscos, en la conquista de Orán y en viajes al Nuevo Mundo.
Un hecho ocurrido en 1742 define el temple de nuestro paisano. Cuando al mando de una fragata de sólo 30 cañones hacía la travesía de La Habana a Matanzas, le cerró el paso un navío inglés con mayor número de cañones y que, además, tenía a la vista un bergantín también británico que se acercaba, con problemas de escasez de viento, en refuerzo de su compatriota. Velasco no lo duda y abre fuego contra la fragata, cañoneándola a corta distancia y maniobrando para abordarla; lo cual consigue y, tras muy sangrienta lucha, rinde el navío inglés antes de que pueda recibir la ayuda del bergantín. Vira rápido la fragata española para dar caza al segundo buque británico y le dispara, logrando dos impactos sobre la línea de flotación a poco de empezar el nuevo combate (hecho que habla de la pericia de los artilleros y de la eficacia de los cañones). El bergantín comienza a hundirse y arría la bandera de combate e iza la de auxilio. Velasco se lo presta y captura a los náufragos. Luego entró en La Habana con los dos buques apresados y un número de prisioneros que casi duplicaba al de su tRIPulación. Como se ve, una hazaña que la fantasía del mejor cine USA de los años dorados no se hubiera atrevido a filmar -con resultado a la inversa, como de costumbre- por considerar el hecho demasiado increíble.
Y no fue este un suceso aislado en el incesante patrullar del héroe de Noja, pues consta que en 1746 capturó al abordaje otro navío inglés de 63 cañones."
http://todoababor.webcindario.com/articulos/bio_velasco.htm
eso si que es acción en al mar y no las novelitas de O'Brian...
Interesante noticia de hoy que complementa mi comentario de 14/05/2005, 21:58:36; el libro mismo es muy interesante, por cubrir un hueco en los conocimientos actuales, ya que nuestros niños y jóvenes saben más de Toro Sentado y el general Custer que se cualquier explorador o conquistador español en América. Claro que, teniendo en cuenta el "noble interés" que muchas veces les guiaba (pero no más espurio que los de casi todos los invasores que cayeron antes por aquí):
Un historiador publica un diccionario sobre 248 conquistadores de América
EFE - Valladolid
http://www.elpais.es/articulo/cultura/historiador/publica/diccionario/248/conquistadores/America/elpporcul/20060504elpepucul_1/Tes/
El historiador Tello Mañueco Baranda registra 248 capitanes, cabecillas y jefes de expedición entre 1492 y 1580 en su Diccionario del Nuevo Mundo (Ámbito Ediciones), donde pone de manifiesto las luces y sombras en la conquista y la expansión de América por parte de España.
Es el periodo comprendido entre la gesta del descubrimiento (1492) y la refundación de la ciudad de Buenos Aires a cargo de Juan de Garay (1580), donde Mañueco ha catalogado las principales incidencias y protagonistas de las incursiones por Brasil, Chile, Cuba, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay y Venezuela.
Tello Mañueco, nacido en Baltanás (Palencia), licenciado en Historia General por la Universidad de Salamanca y funcionario de la Diputación de Palencia, ha localizado y sistematizado hasta 248 conquistadores en su mayor parte procedentes de Andalucía, las dos Castillas, Extremadura y el País Vasco.
Todos ellos están relacionados por orden alfabético y cuentan con una reseña de su biografía y peRIPecias por el Nuevo Mundo, más o menos extensas en función de las fuentes localizadas por el autor, básicamente enciclopedias, historias generales y crónicas de los propios protagonistas de la conquista, como fueron las de Bernal Díaz del Castillo, Cieza de León y Franciso de Jerez, entre otras.
A través de toda esa investigación, el autor ha llegado a la conclusión de que la conquista de América fue “la de la rapiña de riquezas y de vidas en nombre del Viejo Mundo y de Dios, una epopeya donde se mezclaron el valor, la codicia, el heroísmo y la crueldad”, señala en su Diccionario del Nuevo Mundo, novedad editorial presentada dentro de la 39 Feria del Libro de Valladolid.
El “casi total exterminio” de esas civilizaciones, la imposición a la fuerza de la religión católica sin respetar las costumbres de los nativos y sus formas de vida ocasionó, según el historiador, una gran mortalidad debido a enfermedades, malos tratos e incluso a suicidios colectivos provocados por esa situación.
Tello Mañueco constata cómo en poco más de tres décadas, desde la llegada de los españoles a las islas Antillas (Cuba, La Española, Jamaica y Puerto Rico), en estos lugares la población pasó de 800.000 habitantes a poco más de 50.000 almas.
El autor del diccionario también criticó la codicia, en forma de rapiña y saqueo de tesoros de oro y plata y la explotación de minas con metales preciosos, hasta el punto de comprobar cómo tanto en los escritos de los cronistas que participaron en la conquista como en las cartas que dirigen a la Corona, “lo primero que describen de los pueblos con los que entran en contacto son las joyas de oro con las que se adornan los nativos”.
En poco más de cien años, subraya el historiador palentino, “de las minas americanas llegaron a España 200.000 kilos de oro y 17 millones de kilos de plata, aunque estudiosos del tema, como Ramón Carande, doblan esta cifra”.
Procedían principalmente de las minas de Zacatecas y Guanajuato, en México, y de Potosí, en la actual Bolivia, pero “por desgracia, nada más tocar las costas españolas, estas enormes riquezas iban a parar a los banqueros genoveses y alemanes, con los que estaban endeudados los Austrias a causa de sus costosas e interminables guerras”, aprecia Mañueco.
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