Autor: Vascon
domingo, 17 de abril de 2005
Sección: Leyendas
Información publicada por: Vascon
Mostrado 84.746 veces.
LA RELIGIÓN DE LOS ANTIGUOS VASCOS
La religion de Mari, diosa creadora y suprema
El mundo de Mari
La antigua religión de los vascos: Mari (mári), Maia (mái-a) o Ama-Lur (áma lur; madre tierra) era la diosa suprema de la antigua religión vasca, su símbolo cósmico era el sol, y su representación gráfica, el disco solar llamado lauburu (laubúru, tetracéfalo, éste símbolo lo puede observar en la parte superior del texto). El lauburu puede variar de número de brazos, pero el más extendido y conocido por todos los vascos es el de cuatro. Los discos solares con alguna que otra modificación, pueden encontrarse en todas las culturas euroasiáticas antiguas, desde la península ibérica hasta Alaska. Es común ver en las lápidas de los cementerios del País Vasco, que en lugar de utilizarse cruces cristianas, se siga con la costumbre de esculpir en las lápidas la cruz vasca, el lauburu, siguiendo de esta forma el rito antiguo de la religión de Mari.
Mari toma, generalmente, formas zoomórficas en sus moradas subterráneas (toro, carnero, macho-cabrío, caballo, serpiente, buitre, etc) y forma humana fuera de ellas, una de estas es la de una mujer esbelta y bella, de largos cabellos, atabiada con una túnica que le llega a los pies, con una cinta de oro en la frente, sosteniendo un castillo de oro en su mano derecha y enroscado al rededor de sus piernas, un herensuge (erénsugué; dragón), sobre el que se alza la figura de Mari. Sus moradas subterráneas se encuentran en los montes más altos de Vasconia [ Anboto (ambóto), Oitz (óits), Txindoki (chindóki), ...). Cambia de morada cada siete años. Cuando cambia de morada, Mari, se convierte en una hoz de fuego que surca el firmamento, generando un gran estruendo a su paso.
Esta religión, contaba con una trinidad integrada por Mari y sus dos hijos Atarrabi (la representación del bien) y Mikelats (la representación del mal), de los que surgían el resto de númenes y espíritus tanto benébolos como malébolos.
Según la antigua religión vasca, cuando las tinieblas reinaban en la Tierra, los humanos suplicaron a Mari que les ayudara en la lucha contra los espíritus y númenes malébolos que les acechaban. Mari escuchando sus súplicas, dio vida a su hija, la Luna. Los humanos agradecieron su luz, pero su luz no era suficiente para poder luchar contra el mal, entonces los humanos pidieron otra vez a Mari que les otorgara algo que tuviera más luz y que pudiera vencer a las tinieblas. Mari creó entonces a su otra hija, el Sol (en la cultura vasca el sol es femenino), y de esta forma nació el día. Ningún espíritu maligno desde entonces acechó a los humanos durante el día. Pero cuando el Sol se sumergía en los confines de la Tierra, en Itsasgorrieta (ichásgorrí-etá; en los Mares Bermejos), surgía la noche. El mal al llegar la noche, salía de su guarida y seguía acechando a los humanos. Entonces los humanos pidieron a Mari que les diera algo para luchar contra el mal durante la noche y Mari les dio el Eguzki Lore [ egúski lóre; flor del sol, es la flor del cardo silvestre (Carlina Acaulis) ]. Les indicó que nunca salieran de sus moradas durante la noche y que pusieran el Eguzki Lore encima de la puerta de sus casas para protegerles del mal. Desde entonces los humanos que siguieron lo indicado por Mari, nunca más sufrieron el acecho del mal.
Mari, de esta forma, dividió la cosmogonía vasca en dos mundos, el mundo de los del día (egunekoak; egúneko-ák) o el de los vivos, el cual era iluminado por el Sol y el mundo de los de la noche (gauekoak; gau-éko-ák) o el de los espíritus y almas de los muertos, iluminado por la Luna. Según la antiguas creencias, en el Cielo se mueven los astros, los cuales, al ponerse en el occidente, se introducen en los "mares bermejos" (Itsasgorrieta), para seguir su curso a través del mundo subterráneo. Así, el Sol, que durante una parte de su curso alumbra al mundo de la superficie, luce durante la otra debajo de la Tierra. El Sol y la Luna son divinidades femeninas, hijas de la Tierra (Mari), a cuyo seno van todos los días después de su recorrido por el Cielo.
Para los antiguos vascos el significado de la muerte no era tan lúgubre como puede resultar viéndolo desde la perspectiva occidental actual. Al morirse una persona, simplemente, pasaba a formar parte de un estado existencial diferente. Se decía en aquellos tiempos que, "Eguna egunekoentzat [ egúna egúnekoentsát; el día para los del día (los vivos) ] eta gaua gauekoentzat [ éta gáu-a gau-ékoentsát; y la noche para los de la noche (los espíritus) ] ". El espíritu Gaueko [ gáu-ekó; (espíritu guardián) de la noche] era el encargado de velar por esta norma aceptada por los antiguos vascos, ya que si algún vasco merodeaba por la noche, era arrebatado de los vivos por este espíritu y pasaba a formar parte del mundo de los de la noche (los espíritus).
La religión vasca poseía unas normas de conducta sobre lo que es el bien y el mal, que debían ser cumplidas estrictamente por los vascos. Mari condena la mentira, el robo, el orgullo y la jactancia, el incumplimiento de la palabra dada y el faltar al respeto debido a las personas y a la ayuda mutua, así como acceder a las moradas de Mari sin permiso de ella. Los delincuentes son castigados por Mari con la privación o pérdida de lo que ha sido objeto de la mentira, del robo, del orgullo, etc. También existía en esta religión un cielo y un infierno, aunque era diferente a la concepción del cielo y del infierno de las religiones judeo-cristianas. Cuando una persona fallecía, pasaba a formar parte de los de la noche. En la oscuridad, era guiado por la Luna, que en euskara se dice Ilargi (illárgui, significa luz de los muertos), por un sendero que le llevaría hasta la gruta o cueva de Mari. El fallecido, en su camino, era protegido de los malos espíritus por el símbolo de Mari, el lauburu, esculpido en su lápida. Al llegar a la gruta de Mari, viviría con ella y con todos sus antepasados eternamente, en paz, felicidad y abundancia. Este era el concepto del cielo para los antiguos vascos. Pero aquella persona que no hubiese obrado en el mundo de los vivos, según las enseñanzas de Mari y hubiese hecho el mal al prójimo. Aunque la Luna le iluminase en su camino, estaría vagando y vagando eternamente, en la oscuridad, acechado por los malos espíritus (ya que el lauburu sólo protege a los que han obrado bien), hasta poder encontrar el sendero que le llevase hasta la cueva de Mari. Este era el concepto de purgatorio (estar vagando durante un tiempo buscando el sendero correcto) y el infierno (vagar eternamente en la noche sin encontrar el camino). Como se puede observar, es una religión de claro origen prehistórico, dado que considera a la cueva como zona de paz, acogedora y protectora, el mejor sitio en donde vivir eternamente. Una creencia que proviene de un pasado remoto, en el que los protovascos en las glaciaciones, tuvieron que guarecerse en las cuevas para evitar las frías temperaturas y de esta forma poder sobrevivir. Un miedo a vagar en la oscuridad (el infierno y el purgatorio) que tiene su origen en las frías noches glaciales, ya que todo aquel que no encontrase en el anochecer el sendero hacia la cueva en donde moraba la tribu, moriría de frío. Una lucha por la supervivencia que quedó plasmada en la religión vasca, aunque los vascos hacía miles de años que ya no necesitaban guarecerse en las cuevas para poder sobrevivir del frío glacial.
Normas de actuar y desenlace final
Esta religión poseía unas normas de actuar en la vida muy similares a las cristianas, por lo que fue muy fácil dar el paso de la religión vasca al cristianismo. Sólo se tuvo que adaptar la trinidad, dioses y espíritus vascos a la trinidad y santos cristianos. Hoy es el día que a la Virgen María en euskara se le llama Andra Mari (ándra mári; Señora Mari) que era el nombre con el que era llamada la diosa Mari. Gracias al parecido entre los nombres, el culto a la diosa Mari pasó a ser también, un culto a la Virgen María. Todas las vírgenes que existen en el País Vasco, así como sus iglesias, eran antiguas zonas de culto a esa divinidad. Lo mismo ocurrió con los santos cristianos, por ejemplo, el culto a Argia (arguía; la luz) pasó a ser un culto a Santa Clara, llamada en euskara Deun Argia (deun arguía; Santa Luz). A medida que avanzaban las lenguas y culturas latinas, iba desapareciendo la religión de Mari e iba extendiéndose el cristianismo. Esta religión se perdió definitivamente en el siglo XVII, cuando las sorginas (sorguíña; sortu ::: nacer + gina ::: hacedora; hacedora de nacimientos, matrona) que eran similares a los druidas celtas y eran las encargadas de las zonas de culto, de hacer las ceremonias, de sanar a la gente a través de hierbas y de traer al mundo a los niños, fueron acusadas de brujería por la Inquisición. Según las antiguas creencias las sorginas a través de la energía mágica que movía el cosmos, el Adur (ádur), daban vida a los niños que nacían, de ahí el apelativo de hacedoras de vida (sorgin). Vascos que seguían procesando la religión de Mari y no la cristiana, así como cientos de sorginas, fueron acusados de brujería, siendo posteriormente quemadas. A partir de entonces la palabra sorgina que significaba en euskara antiguo matrona, pasó a significar bruja. La existencia de la antigua religión, se ha conservado hasta nuestros días, a través de la transmisión oral, de generación en generación, de parábolas y cuentos imbuidos en las antiguas creencias que los abuelos contaban a sus hijos y sus nietos.
Comentarios
Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.
Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.
Andre (la -a es el articulo) no viene del griego "andrea" sino de andere que todavia hoy se utiliza y aparece en las inscRIPciones aquitanas y parece ser el nombre de alguna diosa. Andra es la variante vizcaina (el cambio e>a es muy comun). Es verdad que Americ Picaud apunto Andrea Maria, pero tambien apunto "uric" para "agua" y todos sabemos que no es asi, se lo dirian declinado por alguna razon y el lo apunto tal cual, lo mismo con la virgen, lo que en euskera deberia ser Andre Mari, por influencia del romance (no se si ya se puede hablar de castellano) se le pone el articulo Andrea (Andre-a > la virgen) y pasa de Mari a Maria.
Sobre la etim. de sorgin, según Mitxelena en “Las etimologias vascas de Michelena”: SORGIN: “La etimología vasca de sorgin no deja de ofrecer graves dificultades. Partiendo de zori, se esperaría *zol- por lo menos *zor-; si se parte de que su primer elemento es lat. sortem, llegaríamos a *zortegin (cf. zort(h)e “suerte”) o por lo menos a *zorkin de *zort-gin” (BAP 11, 295). Posiblemente de sor “insensible, sordo” (la coincidencia de su sílaba inicial con fr. sorcier “me parece puramente casual”) (70-2, 72 n. 12).
>Por lo tanto, nada de lat sortem, sino la palabra vasca sor, prácticamente deconocida en el eusk. actual, por lo menos el occidental.
Aga: Hay unos personajes del carnaval navarro que se llaman los "mairus" "mairuak", para JCBaroja era una palabra derivada de moro. Por lo que tu dices es posible que la palabra tenga otro origen
>No, mairu es/ha sido ‘moro’, sin más. Que en el folklore hayan entrado los moros no tiene nada en especial, en el folklore gallego creo que tbn hay, los ‘mouros’. Los gallegos de aquí podrán precisar/corregir lo preciso.
Sobre Amalur, escribió Mitxelena en “Comparación y reconstrucción en lingüística” (1981), recogido en “Lengua e historia” (1985), pags. 94-95: “Por eso, quien tenga alguna información sobre los hechos no podrá menos de horRIPilarse (si este verbo existe y admite el uso reflexivo) al ver que se ha podido aducir el nombre Amalur en apoyo de un supuesto matriarcado vasco, no sé si de siempre como connatural a los vascos o sólo de otros tiempos, borrado salvo en vestigios como el citado por el progreso inevitable aun para nosotros. El argumento, si no está basado en una ignorancia radical (que, por otra parte, seria culpable), sólo puede calificarse de truco de mala ley.
El resumen de los hechos, en su forma más apretada, podría ser el siguiente: Amalur es el título que Basterrechea y Larruquert, creo, pusieron a una película que muchos hemos visto con agrado. No sé de quién procede el nombre, si de ellos o de algún tercero, y su acierto, medido por la adhesión del público, salta a la vista. Se trata, de cualquier modo, de algo que cuenta con muy pocos años (¿quince?, ¿veinte?, ¿menos?) de existencia.
Se supone, en segundo lugar, que es conocido de todos que los nombres vascos no tienen género, aunque los entes designados por ellos puedan tener sexo. Por eso, estoy seguro, porque le he visto reaccionar en circunstancias muy semejantes (su réplica fue: ¿Por qué Euskadi Roja? ¿Por qué no Euskadi Rojo?), de que nuestro malogrado Aresti, al oír el título Amalur, habría preguntado sin tardar: «Amalur, y ¿por qué no Aitalur?»
Porque la tierra, lur, va precedida ahí de ama «madre», por la simple razón de que el latín terra y sus continuadores, a empezar por tierra, son de género femenino, al igual que el alemán Erde, el ruso zemlja, y así sucesivamente”.
Vascon: Acaso he dicho yo que se conociese por ese nombre en aquella epoca [Deun Argia]? Tan solo he dicho que en euskara se la llama asi, no hago referencia a ninguna epoca.
>Sí, pero el que usa esa forma no tiene nada de popular, ‘deun’ como ‘santo’ es creación culta, y para nada estará extendida, aunque sólo supongo.
Aga: Vascón, la iglesia ha estado casi siempre al servicio de los estados….
>Gracias, Aga, por el ejemplo histórico. Tanto la iglesia como los Estados han tenido intereses que muchas veces han ido de la mano. La represión de la brujería estuvo en las manos de la justicia ordinaria, estatal. No hace falta recordar que la última dictadura en España fue calificada de nacional-catolicismo.
Vascon, sobre algún pasaje del Codex Calistinus: Desde luego aficion por la zoofilia tenian, otra cosa es que quisiesen con eso unirse a Mari.
>Pues amí me suena a un burdo insulto, que Aymeric no se reprimió en absoluto. No creo, y para creer lo contrario harían falta pruebas, que la zoofilia estuviera más extendida entre los vascos que entre cualquier otro grupo étnico de Europa occidental.
Irluachair, estas leyendas a veces tienen una base real, fíjate en que los lugareños de la isla de Flores hablaban de unos pequeños seres que les robaban la comida, etc. y van y descubren al Homínido de Flores en la isla.
Hay algunos biólogos especializados en el tema que son cRIPtozoólogos y en esta página de la asociación española tienes leyendas parecidas, así como otras españolas, que relatan la existencia de seres extraños y peludos, salvajes, que, ¿por qué no? podrían ser Neandertales (es lo que dicen en la página)
http://www.cRIPtozoologia.org/salvaje.htm
Espero que te guste
EL lauburu y todos esos simbolos solares se utilizan aqui desde antes del siglo XVIII y queme corriga alguien si me equivoco, pero la palabra "andere" es una de las mas viejas del euskera que se conocen a juzgar por las inscRIPciones aquitanas. Por lo que dudo mucho que proceda de Andres.
Dúdalo bien, Amalur, porque no procede de "Andrés" ni de coña. A no ser que las inscRIPciones aquitanas (o sea, de hace 2000 años) mientan.
El lauburu, y todos los símbolos solares semejantes... en el artículo queda bien claro en su línea 3, ¿no?
ANTIGUA RELIGIÓN DE LOS VASCOS. Hace un año pasadito que escribí por última vez en este Foro que se titula LA RELIGIÓN DE LOS ANTIGUOS VASCOS. La causa de la ausencia no es por falta de interés por mi parte. El debate que suscitó me animó a escribrir el libro que ya está en la calle y se titula ANTIGUA RELIGIÓN DE LOS VASCOS, por lo que os he de dar gracias por la sugerencia del título y el impulso que me disteis para llevar a cabo la empresa. Merecía la pena. Lo he trabajado todo el año, 147 pags. y 77 mitogramas y constancias fotográficas de hechos antropológicos de la religión de nuestros antepasados. Al decir “nuestros” me incluyo a mí mismo con todos vosotros, excepción hecha de los amerindios o de los pueblos del Imalaya para allá, los oceánicos y subsajarianos. Pronto estará también en la red:
http.www.todoebook.com/Erroteta/
He escrito para vosotros, estudiosos de los mitos y de la antropología de los pueblos, en particular. Me he servido de la hermenéutica del vascuence que es de rigor, por ser lo único fiable en esta disciplina, según los comparatistas de las religiones, como Max Müller, para el cual “el estudio de las religiones es el estudio de las lenguas que los diveros pueblos hablaron con sus dioses a lo largo de la historia”. Esto, dicho del vascuence, es totalmente cierto. No que el vascuence sea la religión de los vascos, sino que el vascuence es el testimonio vivo, de la ANTIGUA RELIGIÓN DE LOS VASCOS. En este sentido, los sicologistas como Jung llaman “mito vivo” a las lenguas, porque nacen y crecen juntamente con ellos. No dicen que “mueren” sino que “viven”, mientran vivan en el rescoldo de nuestro inconsciente colectivo, aún cuando éste, encegado, guste de negar la mayor. Prueba de ello ha sido posible este Foro que no agota la temática, y apenas ha servido para plantear el status questionis. Otros, como los catedráticos de la Complutense hablan de los pueblos usco-mediterraneos y para ello utilizan el vascuence como la “piedra roseta” en el descifre de diversas incRIPciones votivas de los antiguos pueblos circum-mediterraneos. La cosa no ha hecho sino empezar, pero ya no habrá quien lo detenga.
Hay 6 comentarios.
1