Aunque muy mermadas, diversas zonas de los montes Pirineos aún Permanecen cubiertas de bosques de hayas (fagus silvatica), como la Selva de Irati, en Navarra, uno de los mejores hayedos de Europa. Hace dos mil años el haya debió ser uno de los árboles más abundantes de nuestros bosques.
La dendrolatría, o culto al númen o espíritu de los árboles, fue parte importante del paganismo europeo y por tanto hispánico. Fue un aspecto más de la divinización de la Naturaleza en la que estaba inmerso el politeísmo o paganismo. Antes de la cristianización de nuestra tierra el haya, entre otros árboles, fue especialmente venerada. En la vertiente norte de los Pirineos, en Saint Bertrand de Commings (la antigua Lugdunum Convenarum) se conocen inscripciones sagradas dedicadas a FAGVS DEVS, es decir, a un “Dios del Haya” o el “DIOS-HAYA”. En Tibiran y En Saint-Beat, localidad francesa muy cercana al valle de Arán, también está atestiguado el culto al Dios FAGVS a través de la epigrafía. Resulta curioso el hecho de que en esta localidad también esté constatado el culto al Dios de los bosques SILVANO, lo que tal vez puede indicar una relación del Dios-Haya indígena pirenaico con el latino SILVANO.
Por otra parte, el nombre de Faido, bello pueblecito al sur de Vitoria-Gasteiz (Álava-Araba) rodeado de bosques donde abunda aun el haya, derive, posiblemente, de fagus (haya). En una ermita de origen medieval (Nuestra Señora de la Peña), muy cercana a esta localidad, en el interior de una cueva, existe una pintura rupestre de época precristiana en la que aparece un árbol, tal vez una representación del viejo Dios-Haya al que se le rindiese culto en esa cueva-santuario antes de que nuestras gentes fuesen cristianizadas.
En Roma, por otro lado, se veneró especialmente al Haya de IVPPITER, árbol que estaba consagrado a este Dios, en un recinto sagrado. En Grecia también recibió culto el haya, así como entre otros pueblos europeos.

IVLIANVS.