Autor: Jessica M Puga- Diario El Comercio de Gijón
viernes, 15 de julio de 2016
						Sección: De los pueblos de Celtiberia
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¿Asturias celta o Asturias romana?
Está claro que los astures eran pueblos célticos por su cultura, su tipo de hábitat y la toponimia de la región», explica el arqueólogo Jesús Francisco Torres Martínez, director de las excavaciones del yacimiento de Monte Bernorio (Palencia) y profesor de la Universidad Complutense de Madrid. «Hay que tener en cuenta que, en la Edad de Hierro, las identidades eran incluyentes, por lo que es posible que los pueblos fueran celtas, astures y lugones, todo a la vez; la exclusión llega con la presencia romana», concluye.

Recreación de una lucha de astures y romanos en el Festival Astur Romano de La Carisa, en Carabanzo /
				Juan Carlos Román
¿Asturias celta o Asturias romana?
La respuesta es compleja. La influencia de ambos pueblos en la sociedad actual es materia de debate entre los expertos
http://www.elcomercio.es/asturias/201408/31/asturias-celta-asturias-romana-20140831093932.html
La historia está llena de incógnitas, de eso no cabe duda. Tampoco de
 que nunca llueve a gusto de todos y que verdades universales, cuando se
 buscan sobre aquello que pasó un par de miles de años, existen más bien
 a medias. En lo referido a Asturias, nadie duda del paso romano, ni de 
que antes de ellos había otros pobladores, los astures. Lo que no está 
ya tan claro es si aquellos pueblos eran o no celtas. De ser cierto que 
lo eran, cabría preguntarse si los actuales asturianos son más romanos 
que celtas, o viceversa; o si quizás somos la ''mezcla'' perfecta. El 
debate está servido y, según los investigadores, es muy difícil 
conseguir el material que nos saque de dudas pues hablamos de un periodo
 del que apenas existen documentos escritos y en el que las muchas 
evidencias materiales han desaparecido. 
Para buscar el origen de todo el lío es necesario viajar a los 
últimos años de la Edad de Bronce, en el último milenio antes de Cristo.
 Y de ahí, establecer un viaje en el tiempo que nos transporte hasta la 
Edad del Hierro, el momento de mayor esplendor de los pueblos celtas del
 norte de la península. Antes de empezar, aparece la primera disputa que
 enfrenta a arqueólogos, lingüistas e historiadores. ¿Antes de los 
romanos lo que había en la actual Asturias eran astures? «Está claro que
 los astures eran pueblos célticos por su cultura, su tipo de hábitat y 
la toponimia de la región», explica el arqueólogo Jesús Francisco Torres
 Martínez, director de las excavaciones del yacimiento de Monte Bernorio
 (Palencia) y profesor de la Universidad Complutense de Madrid. «Hay que
 tener en cuenta que, en la Edad de Hierro, las identidades eran 
incluyentes, por lo que es posible que los pueblos fueran celtas, 
astures y lugones, todo a la vez; la exclusión llega con la presencia 
romana», concluye.
Todo apunta a que a ellos les debemos muchas cosas porque «ningún 
decreto, aunque sea romano, puede frenar la influencia lingüística y 
cultural», dicen los estudiosos. La mitología asturiana, algunos 
vocablos e incluso parte de nuestra fauna se remontan, presumiblemente, a
 ellos. La similitud que estos rasgos presentan con el idioma 
indoeuropeo primigenio y la coincidencia de leyendas con el resto de 
países del arco atlántico (Francia, Bretaña, islas británicas y norte de
 la Península Ibérica) sirven de evidencia. En cuanto a la mitología, el
 escritor y etnógrafo asturiano Alberto Álvarez Peña diferencia, por un 
lado, las antiguas divinidades celtas adaptadas a la toponimia regional;
 y por otro, la influencia de la tradición oral en la mitología 
asturiana, sin obviar que en la evolución de su tratamiento han influido
 también los romanos o los visigodos. «Tenemos topónimos como San Juan 
de Beleño (Ponga), semejante al dios celta Belenus; lo mismo ocurre con 
Taranes (también en Ponga) o Tarna (Caso), que se asemejan al dios del 
cielo Taranis o con Lugones, que procede del dios solar Lug», explica 
Álvarez Peña, para quien este tipo de divinidades han terminado 
arrinconadas «como cosas del demonio». Por otro parte, el folklore 
asturiano es clave para rastrear la influencia celta. «Las xanas 
coinciden con las hadas irlandesas y con las ''kórrigan'' bretonas, y 
muchas de nuestras leyendas tienen símiles en los países del arco 
atlántico, como la del diañu burlón que se transforma en caballo blanco,
 igual que el ''kelpie'' escocés; o la leyenda de las siete culebras o 
cuélebres, a la que se refieren los romanos en el siglo I», continúa, y 
explica que «sobre asentamientos celtas apareció en Piloña una lápida 
del clan de los viroménigos». El Paganismo de los celtas ha quedado en 
la festividad de San Juan o la de Difuntos, pese a que el paso de los 
años las ha hecho filtrarse por el tamiz cristiano.
Al hablar de la forma de vida y organización de los pueblos celtas 
todo parece indicar que eran pueblos guerreros y que vivieron 
indistintamente en zonas costeras y montañosas de la región. «Se dice 
que eran matriarcales, pero es falso. Lo que pasa es que la mujer tenía 
un papel protagonista que chocaba totalmente con la percepción de los 
griegos y los romanos contemporáneos. El hombre mandaba porque era el 
que se jugaba la vida, pero eso no quitaba para que la mujer hablara en 
las asambleas o tuvieran derecho de voto», apunta Torres Martínez. 
Vivían en aldeas, en castros de todos los tamaños y ciudades 
fortificadas y su organización era la habitual en la Europa del momento.
 «Había asambleas y a veces había un ''reix'' -líder- especialmente 
caristmático que mandaba sobre los demás, un cargo que no era 
hereditario», establece Torres Martínez, dismintiendo que hubiese 
constantes batallas entre las diferentes etnias, pues tenían que 
cooperar y hasta aliarse en ocasiones «lo que no evita que hubiese 
algunas batallas entre ellos sobre todo por el robo del ganado». 
Así eran los pueblos prerromanos de Asturias, según los estudios. 
Subsistían con una rudimentaria agricultura -especialmente en el norte 
de la actual Asturias- y dejaron para la posteridad algunas armas y un 
poco de su estilo de vida, hasta que a finales del siglo I antes de 
Cristo los romanos invaden la región y comienzan las guerras. 
Los intereses romanos eran claros: necesitaban el oro de las minas 
asturianas para sufragar sus gastos y con salida directa a la Galia ya 
conquistada por otras vías, no llegaron a crear importantes 
asentamientos ni grandes infraestructuras. Su tardía ocupación del Norte
 atiende a que los pueblos astures tenían fama de fieros guerreros. Para
 el arqueólogo e investigador Francisco José Borge Cordovilla, la 
distinción de este territorio está en que «en el resto, la romanización 
fue un fenómeno de asimilación, llevado a cabo por algún pacto legal, 
porque eran sociedades más avanzadas, algo que no ocurría con los 
''retrasados'' territorios del norte, en donde no había ni moneda ni una 
agricultura intensiva, tan siquiera». Por eso no hubo grandes 
contiendas, sino más bien guerra de guerrillas. Para Borge, los romanos 
no llegaron a considerar Asturias una región clave. «El trabajo de César
 García y Sergio Ríos sobre el Gijón romano prueba que Gigia fue una 
aglomeración urbana pero no una ciudad romana al uso, pues no tuvo una 
estructura gubernativa», explica. Después llegó el ''rodillo'' romano, con
 brutales represiones. «Hubo un levantamiento con Claudio I, sofocado 
por Nerón, del que hay constancia de que muchos astures fueron 
deportados a la Galia», explica Borge, quien comenta que algunos fueron 
finalmente reclutados en masa para formar parte de las legiones. 
La presencia romana dejó en lapenínsula principalmente la lengua, 
pues el latín ha dado origen a todas las lenguas de la actual España, a 
excepción del vasco; el alcantarillado, el sistema de canalización de 
agua, la actual organización del Estado, diferentes ámbitos de la vida 
pública y privada y hasta la aptitud para encarar grandes 
construcciones, como los embalses, asientan su base en la tradición 
romana. 
A tenor de todo ello, que cada cuál decida si somos más celtas o más 
romanos. Habrá que esperar a nuevos estudios para obtener conclusiones 
claras. Los expertos aseguran que, lo que es seguro, es que somos una 
mezcla de todo lo vivido a lo largo de la historia. 
Más informacióen en: http://www.elcomercio.es/asturias/201408/31/asturias-celta-asturias-romana-20140831093932.html
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