Autor: Xabrés da Teixeira
lunes, 26 de noviembre de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: xabres


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TEOTIUACAN ?

¿Que fué esto?

TEOTIUACAN.-

 Hace unos cuantos años, aproximadamente 20, he estado unos días en MEXICO, en una convención de una editorial española, con implantación en el país.  

 Nos llevaron a conocer,  Taxco, y sus minas de plata, Acapulco y sus playas y Clavadistas, un poco de Mexico D.F. y una jornada de ida y vuelta a TEOTIUACAN.

 Solo me pude subir a la pirámide de la Luna, la del Sol me tuve que conformar  con verla desde la gran avenida, prácticamente eso fue todo.

Algo nos contaron sobre lo que fue aquello.

Aprovechando que por este foro, hay un Druida mexicano, y que creo que sabría darnos buenas explicaciones de las culturas de ese gran país, aztecas, mayas, toltecas etc. Es por lo que le pido, ruego o como mejor le venga, tenga a bien ilustrarnos con sus conocimientos.

Como también sé que es buen gastrónomo, a ver que le parece si como agradecimiento, le apetece compartir unos marisqitos gallegos, regados con un buen Albariño y algo de lo que por aquí llamamos marisco de terra.(Ahora hay unas jamones de cerdo celta, que ya, ya.), también regados con un buen Ribera del Duero.

 ¿Hace, Arquidioniso?

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  1. #1 xabres 30 de nov. 2007

    Arnulfo, te transcribo la leyenda de la REINA LUPA, tal como la refiere Leandro Carré Alvarellos, que la encuadra como leyenda religiosa.

     La luna rielaba sobre el mar en  calma. Sólo, con un murmullo suave, unas débiles ondulaciones iban a morir en las arenas de la playa con una postrera caricia de besos.

     Flotando sobre el rizo de las aguas, una extraña nave se acercaba al arenal poco a poco, suavemente; no era como las que acostumbraban a surcar las aguas de Galicia, sinó mas bien del tipo de aquellas otras en que Jesucristo había navegado con sus discípulos. No llevaba remeros ni marinero al timón, pués la barca navegaba sin guía; Sin embargo, cuatro hombres envueltos en blancos lienzos rodeaban un cuerpo sin vida, al parecer.

     La barca llegó hasta la desembocadura de un río y remontó las aguas de éste hasta un lugar en donde se detuvo, quedando varada. Saltaron a tierra los hombres y amarraron e una especie de media columna de PIEDRA, un pedrón que allí había, la cuerda que sujetaba la barca. Después sacaron el cuerpo inerte de la embarcación y lo posaron sobre una gran losa que, como si fuese de cera, se reblandeció para acoger amorosamente en su seno aquel cadáver. Desde entonces se aplicó a aquel lugar el nombre de Pedrón, en recuerdo del milagro que convirtió la gran PIEDRA en lecho mortuorio.

     Uno de los hombres, después de tender su mirada sobre la parte de la ribera que desde allí se divisa, dijo:

    - ¿Dónde vamos a enterrarlo? No me parece apropiado este lugar; pero, ¿cómo transportarlo a otro más apropiado?

    - Veamos si hay cerca alguna casa, si encontramos un carro.

    - Aguardadme aquí al pié del Santo Patrón; yo iré a ver – dijo el mas joven de los cuatro.

     Y se encaminó por la única vereda que entre las hierbas y los zarzales trazaron las pisadas.

     Anduvo algún tiempo y, al fin, divisó en la lejanía una luz mortecina que, sin duda alguna, señalaba una morada.

     Apresuró el paso y, cuando llegó a la cumbre de una colina en  la cual se asentaba, vió que era un gran castillo. Batió fuertemente la puerta y una voz le preguntó que era lo que allí buscaba a tales horas.

    - Quisiera hablar con el señor amo de este castillo.

    - No son estas horas para hablar con nuestra señora la reina Lupa- le respondieron.

     Fue preciso aguardar hasta el día ; y cuando el sol ya se elevaba sobre los picachos de los montes vecinos, la reina Lupa se dignó recibir a aquel hombre desconocido que había llegado a sus puertas.

     Él pidió ayuda para trasladar aquel cuerpo santo que con ellos traían, diciéndole:

    - Dios te envía muerto aquel a quien tal vez no quisieras recibir en vida; acógelo y hónralo para que seas honrada al llegar tu hora.

     Con una sonrisa burlona la replicó ella:

    - Es preciso que veas a Régulo, el Gran Jefe, el sacerdote de Ara Solis que mora en Duyo. Es él quien puede ayudaros.

     Pero aconteció que Régulo hizo prender y encarcelar a los cuatro navegantes. Y bueno fue que el cuerpo santo que con ellos habían triado, estuviese recubierto por las retamas y codesos que crecían en el lugar; así nadie se dio cuenta de su presencia.

     Cuando la noche cerró, encapotada y oscura, se perfiló en la prisión como una lucecita de luciérnagas o de pequeñisimas estrellas, como una portada que no tenia existencia real, pero que permitió salir a la libertad de los campos a aquellos prisioneros por un milagro de los ángeles. Y los cuatro caminaron en busca del sagrado cuerpo que estaba junto al pedrón. Pero pronto se vieron perseguidos por los soldados de Régulo que iban tras ellos. Fue por poco tiempo. Al pasar un puente sus perseguidores se hundió aquél  con gran estruendo y todos cayeron al agua, muriendo unos bajo las PIEDRAs y arrastrados los otros por la corriente del río Támara o Tambre.

     Se extendió rápidamente la noticia y nadie se atrevió a ir contra aquellos hombres. Ellos entonces volvieron al castillo de la reina Lupa y le pidieron ayuda nuevamente.

    - Dios está con nosotros –dijeronle-; mejor será para ti que nos ayudes. Solamente queremos que nos prestes un carro y una pareja de bueyes.

    - Pués si –dijo ella-; pero yo no tengo bueyes en el castillo; todos andan sueltos en el monte. Id allá y tomad los que preciséis.

     Y les indicó el monte, en el cual tenía gran cantidad de toros bravos.

     Fueron los cuatro hombres en busca de los bueyes; y sucedió que aquellos toros acudieron mansamente junto a ellos y se dejaron uncir como si fueran dóciles corderillos. Entonces pusieron en el carro la losa en donde reposaba el santo cuerpo de Sant Yago y, guiados por una estrella del cielo, caminaron hasta un lugar que llaman Libredón. Y allí silenciosamente enterraron el santo cuerpo, donde años más adelante, fue descubierto y venerado.

     Dícese que la cruel  reina Lupa, admirada de tantos milagros, mandó derribar el templo de Ara Solis y se hizo cristiana.

     Leandro Carré Alvarellos.

     Espero que os guste.

     Un cordial saludo.

  2. #2 MENTERCOSA 03 de dic. 2007


    Xabres: espero que haya disfrutado de las patirrojas, junto a su perdiguera amiga, aunque, gracias a su ojo perdiz, se muestran bien esquivas. En cualquier caso, seguro es que, si Tras Os Montes anduvo apuntando a su Diana, habrá cargado baterías hasta el próximo fin de semana.


    En otra vida debí ser gran cazador, ya que, desde bien temprano, mostré gran inclinación por cazar moscas, aplastar mosquitos, pisar arañas, cortar el rabo a lagartijas, ahogar culebras, desmembrar saltamontes, esclavizar ranas y renacuajos, pescar cuanto podía, expoliar de sus nidos huevos y polluelos, siendo diestro en el arte del tirachinas, y, aún hoy, con notable habilidad, depredo almejas, cangrejos, camarones y arranco percebes, destrozándome los pellejos, en mis vacaciones. Sin embargo, cuando jugaba en el infantil del Madrid, desde que abatí con un perdigón un jilguero español, mientras contemplaba su no mirada envuelta entre sus rojigualdas plumas, cambió mi circunstancia recluyéndome en el colegio y en el deporte del balompié, en los límites de la Carpetania. Aún así, la magia de Jara y Sedal me siguen encantando, quizá, si hubiera podido disfrutar de la convivencia de mi abuelo, que fue un buen cazador, pero al que mataron los hombres lobo, habría comprobado que, en realidad, como diría Zapatero, yo habría nacido para ser cazador.


    Admirado me quedo escuchando a los viejos furtivos, que no se cansaban en mostrar la foto de su carnet impresa en la suela de sus humildes botas, que por aquí siguen habitando. No pocas veces he contemplado, desde lo alto de PIEDRAescrita, las Anchuras de estas fértiles tierras cinegéticas, donde, como usted conocerá, "por estas tierras no sólo se encuentra la perdiz, sino también el "venao" y el jabalí. Sin embargo, la "patirroja" tiene asentado aquí su reino". También sabrá que, "al Coto Social de Sevilleja de la Jara y Anchuras tendrán acceso, según prescribe la nueva Ley de Caza, todos los cazadores españoles con arreglo a los sorteos y precios que se establecerán en el oportuno plan anual de aprovechamientos. Los permisos oportunos podrán conseguirse en las oficinas provinciales del Servicio o bien dentro de los municipios de Sevilleja y Anchuras, donde se encuentran los controles de vigilancia y mantenimiento de los cotos." En estos lares, se encontrará bien rodeado de mozárabes, donde "aquí la gente ama la caza hasta los mismos huesos. No es de extrañar pues, que aquí se encuentre el primer Coto Social de España." "El paisaje es hermoso, casi infinito, con montes chatos que rompen la línea de horizonte e impiden divisar cualquier núcleo de población. Con un poco de suerte puede verse a la perdiz detrás de los matorrales o bien elevándose al cielo, en vuelo recto y rápido." (el entrecomillado extraído de wikipedia)


    De paso se puede admirar algunos de los verracos de PIEDRA, que esculpió la mismísima Medusa antes de ser decapitada por Perseo, marcando los limes de la Vettonia, que le recordaran a usted lo pesado que puede llegar a ser un jabalí.

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