Autor: Corgo
viernes, 09 de junio de 2006
Sección: Toponimia
Información publicada por: Corgo
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ETIMOLOGÍA DE OÍMBRA
Nueva propuesta para topónimos hispanos CONIMBRIGA, OÍMBRA, etc. con un segundo elemento -MBRIGA y no, como venía siendo habitual, -BRIGA.
OÍMBRA / OLIMBRIA, COÍMBRA / CONIMBRIGA y otros topónimos antiguos y modernos analizados como topónimos (presuntamente) compuestos con –BRIGA.
Por dificultades de tipo informático he optado por presentar como trabajo autónomo los que deberían ser comentarios a lo que otros participantes en Celtiberia.net han expuesto sobre la etimología del topónimo orensano OÍMBRA y otros formalmente afines, y también sobre otros topónimos que han ido presentándose a lo largo del debate sobre OÍMBRA y afines.
Para llevar la exposición con un cierto orden me atendré, no rigurosamente, al cronológico de las intervenciones a las que quiero hacer mi comentario crítico, pero empezaré por un par de nociones básicas que, por cierto, podrán implicar ya críticas o precisiones a algunas de las antedichas intervenciones.
1. Sobra bibliografía (Menéndez Pidal, A. Moralejo, Untermann, Villar, Búa y muchos más) sobre los topónimos de documentación antigua, medieval y moderna compuestos con segundo elemento (lexema ¡no sufijo!; imprecisión grave y frecuente ésta de llamarle sufijo) que se presenta como -BRIGA, -BRICA, -BRIA, -BRIX, -BRIS, -BRA, -BRE, -VRE, -BE, -VE según fechas y áreas, tendencias de hipercorrección o relajación, remodelación morfológica, evoluciones fónicas varias, tradiciones ortográficas, etc. (NEMETOBRIGA, ARCOBRICA, BROUTOBRIA, KAITÓBRIX, AVILIOBRIS, OBRA, LAÑOBRE, CALAVRE, TROBE, CASTROVE … valgan como ejemplos). Hay además resultados no reducibles a grupo y debidos a condiciones muy diversas (CAETOBRIGA > SETÚBAL, *SEPPOBRIGA > SEPÚLVEDA, SEGOBRIS > SEGORBE, etc.).
Es opinión común que –BRIGA y variantes, presentes también en otras áreas célticas, son la evolución inequívocamente céltica de la raíz indoeuropea que en grado cero –es decir, sin vocal- es *BHRGH- y significa ‘altura’ o ‘elevación’ en que se asienta un poblamiento. El desarrollo de la vocal –I- tras *-R- y también la pérdida de aspiración en *BH > B y *GH > G son los rasgos fónicos que definen la celticidad del lexema –BRIGA y afines, topónimos que siguen siendo decisivos en una cierta (y ortodoxa) manera de distinguir entre la Hispania indoeuropeizada y la no indoeuropea. Nos perdonamos discutir alternativas y problemas de detalle.
2. OÍMBRA es en fecha medieval (Tumbo de Celanova) OLIMBRIA (e incluso OLISIMPRIA para un notario al que se le cruzaron los cables con OLISIPONA y se puso hipercorrecto con –PRIA por –BRIA). Puestos en esta documentación, es superflua la hipótesis de que un **UÍMARA con variante **OÍMARA haya dado OÍMBRA, pues, a juzgar por la documentación medieval, parece que mientras se producía la consonantización inicial de UI- en VIMARA, BIMARA, GIMARA, GUIMBRA, GUIMARÁNS, etc., OÍMBRA era todavía OLIMBRIA (cf. Piel – Kremer, Hispano-gotisches Namenbuch § 304 y Piel, Estudos de Lingüística Histórica Galego-Portuguesa, pp. 95-99).
Obviamente y como ya se ha hecho notar, OLIMBRIA excluye que OÍMBRA proceda de un supuesto **ONIMBRIGA. Y proponer que OÍMBRA procede de AOBRIGA no tiene, creo, base alguna.
3. OIA no puede resultar de ABOBRIGA. Partiendo de la variante documentada AOBRIG(ENSES) podríamos llegar a OBRA (que lo hay, pero no entro en identificarlo con la antigua AOBRIGA). De AVOBRIGA tendríamos **AVOBRA o similar.
De NEMETOBRIGA no saldrá nunca NEMIÑA, que podrá, en cambio, haber sido un *NEMINA, *NEMINIA … Y de NEMETOBRIGA tampoco saldrá MENDOIA, por cerca que esté y por tentadora que la parezca la cosa al P. Sarmiento, a Monteagudo, a Moralejo, etc. Por allí cerca se registra un epigráfico MENTOVIACO que puede nombrar al natural de una *MENTOVIA, actual MENDOIA, pero también aquí hay algún problema (por ejemplo, el de –NT- > -ND-).
Tampoco TUROBRIGA acabará en TROIA, pero podría acabar en **TROBRA > **TROBA, o en TROBE, pero para el TROBE que a mí me suena creo que hay un medieval TALOBRE (creo que en Tumbo A y Tumbo Colorado de Santiago) muy a tener en cuenta.
Y, por fin, de *DUNUMBRIGA creo que tampoco tendremos DUMBRÍA: aquí la dificultad está también en la acentuación –BRÍA, que se contradice con –BRA, -BRIA … con vocal –I- átona e incluso eliminada.
Creo que del final –OBRIGA no puede haber nunca un resultado regular –OIA, pero sí puede haberlo desde –OVIA o de otros puntos de partida.
4. ¿Qué significan OLIM-, CONIM-? Estos y cientos y cientos de nombres propios de lenguas que apenas conocemos, “escombros lingüísticos”, se nos escapan o son archiproblemáticos en su etimología porque nos falta el conocimiento del correspondiente léxico común y base del onomástico. Que quiere decir MARATÓN en griego está chupado porque el término común significa ‘hinojo’; qué quieren decir AQVIS QVERQERNIS, SEGOBRIGA, PONTEVEDRA, VALVERDE DEL FRESNO, PERTH, NEUBURG, PETROGRAD… son del examen de Toponimia que le ponían a Fernando VII. Qué quieren decir cientos y cientos de nombres de la Onomástica Hispana prelatina es cosa que sólo está al alcance unos pocos, poquísimos, a los que no les cabe la menor duda … Creo que me explico.
5. Por ejemplo, CUALEDRO. Topónimo del que solamente me atrevería a destacar su aislamiento o rareza formal. No sé siquiera si es un compuesto y por dónde cortaría sus lexemas, o si es simple con sufijo de derivación. De un *QUA- prelatino o latino supongo que tendríamos **CA-, no CUA, salvo que estemos en área dialectal que mantuvo *QUA-. Para la –L- una de dos, o partimos de *-LL o suponemos un **CUAREDRO con disimilación *R - L > L – R en fecha en que –L- intervocálica ya no cae. Y todo esto se dice “con la boca pequeña”. No me tiene pinta de ser de origen fitonímico ni antroponímico, aunque el QUALADRUDIA celanovés que aporta Onnega da más que una PIEDRA. Un diminutivo *CUADRELO con metátesis CUALEDRO es puro antojo porque –ELO es elemento vivo en gallego y –EDRO es raro. Bueno, pueden darme las doce rizando el rizo.
6. Un pequeño problema de cronologías y de mapas que puede estorbar a lo fácil y atractivo que es descubrir tal o cual cosa: que en irlandés EO (genitivo IACH) sea ‘salmón’ es el resultado de evolucionar un término que, para empezar, con menor evolución es EOG en galés, EHEUC en bretón, etc. y se remite a lo que en Plinio es ESOX (el salmón del Rin, creo) y en vasco IZOKIN. Poco o nada que ver con el río que hoy es EO y en documentación medieval (ya desde s. VIII) es IUBE, OVE, EUVE … y tal vez esté en los étnicos antiguos EGI VARRI o EGOVARRI. No hay forma de comparar y emparentar en regularidad el salmón irlandés EO y el río EO con sus salmones.
7. No tengo a mano todos los papeles necesarios, pero apunto que los AUREGENSIUM LOCA que devastó Requimundo según Hidacio nada tienen que ver con una **AUREGA < AOBRIGA, sino con la mansión AQUIS OREGINIS, var. OGIRINIS del Itinerario de Antonino 428.1, o, quizá mejor lectura, AQUIS OCERENSIS, var. AQUIS OCCRENSIS del Anónimo de Ravena 320.2, etc., mansión que es el actual Riocaldo (Lobios, OU). En el Tumbo de Celanova 281 (año 1024) tenemos unas viñas AUGERES, y en nº 278 (año 1074) los ALPES UGERES. En definitiva, parece la actual sierra de O XURÉS y que el barullo de grafías medievales puede deberse a etimologización que piensa en el latino ORIGO, genit. ORIGINIS, o una aproximación a AURIA, AURIENSIS (actual OURENSE), o una grafía AU- que tiene O- por vulgar.
No hay, creo, criterio para que AURIA sea latinización de AUREGA (< AOBRIGA) y BRIGA nunca significó ‘puente’ en lenguas célticas, pero sí lo significó BRIVA y sigue significándolo hoy con evoluciones según lenguas. Lo más prudente, pero no seguro, será llevar A(V)OBRIGA al río AVOS, actual AVE, portugués, y dejar en paz a Rivadavia con su AVIA.
8. Y vamos ya con lo principal. Dejando a un lado un conjunto de nombres que no pertenecen al conjunto de –BRIGA, -BRIS, -BRE y variantes (por ejemplo, TAMARIS > TAMBRE, el hidrónimo LAMBRE, etc.), hago notar que la inmensa mayoría de los nombres de dicho conjunto se segmentan de manera clara y segura –y cumpliendo con la regularidad indoeuropea- con un primer elemento con final vocálico: SEGO-, NEMETO-, CALU- … AVILIO- … antes de –BRIGA, -BRIS… y hoy ALCA-BRE, DEIXE-BRE, LU-BRE, TRAGO-VE … Para los pocos que tienen hoy primer elemento con final consonántico hay explicación fácil de que es secundario, resultante de evolución de lo originario: por ejemplo, OMBRE < medieval OOVRE, ANOVRE, o SEGORBE < *SEGOBRIS.
Pero hay un puñado, antiguo, medieval y actual, de topónimos en –BRIGA y variantes cuyo primer elemento es de final consonántico, siempre –M-, que no se puede desechar por secundario: CONIMBRIGA / COÍMBRA, asturiano CALAMBRE, gallego CAMBRE, medieval CALAMBRE y CALAMBRIA, portugués CAMBRA, medieval CALAMBRIA, CAAMBRIA … (Nótese que también hay CALABRIENSIS y otras formas que certifican CALA-, final vocálico); gallego PAMBRE, medieval PAAMBRA, OÍMBRA, medieval OLIMBRIA, portugués SESIMBRA, medieval SESIMBRIA. Con estos ejemplos baste para lo que creo que se puede proponer: una segmentación CONI – MBRIGA, *CALA – MBRIGA, *PALA – MBRIS, OLI – MBRIGA, SESI- MBRIGA, es decir, compuestos cuyo segundo elemento es el lexema –MBRIGA.
Suena fuerte decir que CONIMBRIGA, OÍMBRA, etc. no son nombres en –BRIGA como lo son SEGOBRIGA, NEMETOBRIGA, ARCOBRIGA… pero el desastre no es grave. Siguiendo una sugerencia de Búa nos vamos a Pokorny IEW 738, *MERG-, raíz con el significado de ‘territorio, límite, frontera’ (cf. lat. MARGO, genit. MARGINIS, ‘margen’, got. MARKA y nuestro germanismo MARCA, cf. irl. MRUIG, BRUIG ‘país, territorio’ y el escolio a Juvenal BROGAE GALLI AGRUM DICUNT, ‘los galos llaman BROGAS al campo’. De un *MRG- en grado cero o ausencia de vocal, tendremos, con epéntesis de –B- y desarrollo de vocal –I-, el lexema *-MBRIG-, no sólo de muy notable homofonía con –BRIGA y variantes, sino también susceptible de las mismas flexiones *-MBRIGA, tema en –A, o *-MBRIX, tema en –K-, que pasará a *-MBRIS, tema en –I-. Insisto en que el desastre no es grave y bastará con “traducir” como ‘límite / frontera / territorio de X’ lo que antes era ‘villa / ciudad de X’.
Adviértase que, sin crear dificultad fonológica, gramatical o léxico-semántica alguna, se presenta una hipótesis con el indudable mérito de establecer segmentaciones o análisis regulares de términos compuestos según la norma indoeuropea, concretamente el final vocálico como habitual en el primer elemento de composición.
Me permito recomendar BÚA, “Estudio lingüístico de la teonimia lusitano-gallega”. Tesis doctoral (inédita). Universidad de Salamanca, 2000. BÚA, “Tres cuestións relacionadas coa toponimia antiga en –BRIS, moderna en BRE”, en A. I. BOULLÓN (ed.), Novi te ex nomine. Estudos filolóxicos ofrecidos ao Prof. Dr. Dieter Kremer, A Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza, 2004, pp. 381-399. MORALEJO, J.: “CONIMBRIGA y otros topónimos en –BRIGA”, en J. Mª NIETO (coord.), “Lógos Hellenikós. Homenaje al Profesor Gaspar Morocho Gayo, I. Universidad de León, 2003, pp. 185-195; MORALEJO J., “CAMBRE, PAMBRE e outros topónimos en –BRE”, Revista Galega de Filología 4 (2003), 97-113.
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