Autor: Pangur
domingo, 30 de noviembre de 2003
Sección: De los pueblos de Celtiberia
Información publicada por: Pangur
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Aislinge Oengusso (2ª parte)
Continuación y final de la Visión en sueños de Oengus, texto irlandés del siglo IX.
Aislinge Oengusso
Oengus fue en su carro al Síd de Femen. El Rey les dió un gran festín a cada uno. Fueron bienvenidos. Estuvieron tres dias y tres noches festejando.
-Ve a conocer a la joven, para que la veas y la reconozcas. Aunque la reconozcas, no podemos dártela, así que solo la verás.
Entonces fueron al Lago.
Vieron allí trescientas muchachas núbiles. Y vieron a aquella joven entre ellas. No llegaron a alcanzarla, sino que la vieron de espaldas. Una cadena de plata había entre cada dos muchachas; collares plateados y cadenas de oro fino llevaban al cuello.
Entonces preguntó Bodb:
-¿Reconoces a la muchacha?.
-Sí que la reconozco -dijo Oengus.
-No puedo hacer más por ti -dijo Bodb.
-No importa, ya la he visto, aunque no pueda llevármela en este momento -dijo Oengus- ¿Quién es esa chica, Bodb?.
-Lo sé muy bien -respondió Bodb-. Es Caer Ibormeith, la hija de Ethal Anbuail del Síd de Uamain, en el territorio de Connacht.
Luego, Oengus y los suyos fuero rapidamente a su territorio.
Bodb fue con el para consultar al Dagda en el Albergue del Joven Hijo . Les relataron las noticias y les dijeron como era de pies a cabeza la (joven) que habían visto. Y les contaron cuál era su nombre, el de su padre y el de su abuelo.
-Sentimos no poder dártela -dijo Dagda.
-Sería bueno que fueras donde Ailill y Medb, ya que es en su Quinto donde se encuentra la chica -dijo Bodb.
Fue el Dagda a las tierras de Connacht (llevando) consigo ciento cincuenta carros.
El Rey y la Reina les dieron la bienvenida. Estuvieron una semana festejándoles con cerveza.
-¿Qué os ha traído aquí? -dijo el Rey.
-Hay en tu tierra una muchacha y mi hijo se ha enamorado de élla, (lo cual) le ha puesto enfermo. Hemos venido para ver si tú se la darías al muchacho.
-¿De quién es?.
-Es la hija de Ethal Anbuail.
-No podemos -dijeron Ailill y Medb-. Si pudiéramos, te la daríamos.
-Sería bueno que trajeseis aquí al Rey de (ése) Síd.
El mayordomo de Ailill y Medb fue a eso. Ailill y Medb mandaron (a Ethal) que fuera a hablar con ellos.
-No iré -dijo Ethal- ni daré mi hija al hijo del Dagda.
Le dijeron a Ailill: "No se le puede traer, ni sabe por qué se le llama".
-¡No importa!. Ya vendrá y traerá las cabezas de sus guerreros consigo.
Se dirigieron las gentes de la casa de Ailill y los compañeros del Dagda al Sídhe. Revolvieron todo el Sídhe, llevándose a Connacht ciento cincuenta cabezas y al Rey en cautividad.
Entonces le dijo Ailill a Ethal Anbúal.
-Dale tu hija al hijo del Dagda.
-No puedo -respondió el-. Su poder es muy grande.
-¿Qué gran poder es el que tiene?.
-No es difícil de decir. Está en forma de pájaro un año y al otro en forma de persona.
-¿Que año está en forma de pájaro?.
-No te lo diré -dijo su padre.
-Te castigaré si no nos lo dices.
-No insistiré más, ya que estás tan decidido a conseguirla. Te lo diré: el próximo Samain estará en forma de ave en el Lago de Bel Dracon. Y habrá con ella (otras) aves mágicas y ciento cincuenta cisnes a su alrededor y yo tengo que defenderlas.
-No me importa -dijo el Dagda-, ahora que conoces su naturaleza, tráela.
Hicieron las paces entre ellos, o sea, Ailill y Ethal y el Dagda, y soltaron a Ethal. El Dagda se despidió de ellos. Volvió a su casa e hizo saber estas cosas a su hijo.
-Ve el próximo Samain al Lago de la Boca del Dragón para hablarle.
Salió el Joven Hijo para el Lago del Bel Dracon. Vió los ciento cincuenta luminosos pájaros, con cadenas de plata y candados de oro en sus cuellos.
Estaba Oengus en forma humana al borde del Lago. Llamó a su vera a la mujer.
-Ven a hablar conmigo, Caer.
-¿Quién me llama? -dijo Caer.
-Te llama Oengus.
-Iré si me prometes por tu honor que me devolverás al lago.
-Te lo juro.
Vino con él. Él la tomó en sus manos. Dormidos, en forma de dos cisnes, dieron tres vueltas al lago, para que no hubiera pérdida en su honor.
Se fueron en forma de dos pájaros blancos al Albergue del Joven Hijo y cantaron tres días y tres noches en armonía para que la gente entrara en un trance.
Desde entonces la joven estuvo con él.
Así fue el pacto entre el Joven Hijo y Ailill y Medb. Por éso trajo Oengus una división con Ailll y Medb para saquear los ganados de Cúalnge.
Por éso se llama este cuento "La visión en sueños de Oengus hijo del Dagda" en el Táin Bó Cúalnge.
FINIT
Notas
El relato Aislinge Óenguso se considera uno de los más importantes de la Literatura irlandesa medieval.
Si aceptamos la temprana fecha de redacción que el estudio de su gramática prueba, se trataría de una de las primeras veces que, fuera del Mundo Clásico, se recrearon los temas del mal de amores, las transformaciones mágicas y lo Maravilloso en un relato escrito.
El texto de Aislinge Óenguso se encuentra en un único manuscrito, lo cual es un caso relativamente raro en la literatura gaélica, que suele contar con distintas copias de un mismo relato, en manuscritos de diferentes fechas.
Este, en particular, se copió a principios del s. XVI, por varios miembros de una misma familia de escribas, los Uí Maoilchonaire.
Esta familia tiene curiosas conexiones con España, pues uno de sus más destacados miembros, el erudito y traductor Flaithrí Ó Maoilchonaire, murió en España en el s. XVII, con el nombre de Florencio Conroy.
Parece que debieron existir otras copias distintas a la que existe en el mss. Egerton, y que se conservaron hasta el s. XVII, puesto que se encuentran citas de ellas en el Glosario de O'Clery, que no pertenecen a esta versión. Tales copias no se conservan ya. También existen copias del s. XVIII, en el Trinity College y en la Biblioteca Nacional de Dublín.
Debido a la preencia de arcaismos lingüísticos (que para el primer editor, Thrneysen, proceden del Gaélico Antiguo tal como se hablaba en el s. IX) y a la carencia de manuscritos intermedios para establecer la que podría ser la primera fecha de redacción, no es fácil saber cómo tales restos de lenguaje antiguo han llegado hasta este relato.
Algunos investigadores, no obstante, pevienen de que era costumbre entre los escribas irlandeses el arcaizar su lenguaje deliberadamente, para dotar de un aire antiguo algunos fragmentos de sus historias. Este artificio era mucho más común en la poesía que en la prosa.
Por otro lado, la concisión del lenguaje presente en el relato, habla a favor de su auténtica antigüedad.
La referencia que se hace en las ultimas líneas al Táin es, probablemente, un añadido posterior, a cuenta del prestigio que dicha historia poseía entre los escribas irlandeses medievales. En el Táin (cuyo manuscrito más antiguo se remonta al inicio del s. XII) no existe mención alguna a este incidente.
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