Sobre el año 1240 venía al mundo, en la judería de la ciudad de León, Moshe’ben Sem Tob, que sería más conocido como Moisés de León en los círculos cabalísticos. Nació en el seno de una familia de rabínos y estudiosos que dió más de un personaje importante en las comunidades hebraicas de la Edad Media y de la que existen datos de su asentamiento en León desde el año 1049. Vivió nuestro protagonista durante los reinados de Alfonso X, su hijo rebelde Sancho IV y Fernando IV, compartiendo universo intelectual con personajes como Don Juan Manuel o Ramón Llull.
Poco sabemos sobre su vida, principalmente por dos razones. Una vendría unida al hecho de ser judío y por ello permanecer en el ostracismo intelectual de la época, quedando sus trabajos vedados a la mayoría y sí únicamente en manos de eruditos en la Ley Judía. La otra razón se debió a la humildad en la que basó su existencia, siempre lejano de homenajes y alharacas. Se conoce su interés por la filosofía pues esta documentado que se hizo para él una copia de la “Guía de los Perplejos”, de Maimónides. Suponemos que tuvo una infancia y juventud que debió ser, sino feliz, al menos tranquila pues en la capital leonesa, tanto moriscos como judíos siempre gozaron de un ambiente de comprensión y tolerancia. También sabemos que su vida se desarrollo itinerante por diferentes aljamas de la península, como Burgos, Guadalajara, Ávila y Arévalo donde, hay dudas entre las dos últimas localidades, falleció en 1305.
Cuatro son sus obras conocidas:
· “Séfer ha- Sadot”. Una racionalización del judaísmo enfrentándolo al resto de las religiones, procurando no caer ni en fanatismos ni en concesiones, buscando la naturaleza original de las creencias aunque parezcan que estas contradicen las leyes de la razón, pués estas no tienen porque coincidir con las de Elohim, Dios creador de Lógicas y Razones.
· “Ha- Miskal”. Un alegato contra la filosofía que trataba de involucrarse en las creencias religiosas con el fin de hacerlas supuestamente más coherentes y comprensibles.
· “Séfer ha-Rimmon”. Obra que ha permanecido inédita hasta nuestros días. Trata de una interpretación personal de la religión judía y de sus ritos.
“Séfer ha-Zóhar”, conocido como “El Libro del Esplendor”. Es sin duda su obra más conocida y, junto con el Talmud y el Antiguo Testamento, forma la trilogía sagrada de la mística cabalista. Es obra en la que intervienen varios autores, siendo la redacción final obra de nuestro protagonista a pesar de que, siguiendo costumbre muy de la época de atribuir la propia obra a alguien más conocido y prestigioso, él dice que ha sido escrito por Simón bar Yohai, uno de los precursores de la Cábala. Las doctrinas contenidas en este libro lo han convertido en la principal fuente de estudio de la doctrina judía, para muchos más importante que el mismo Talmud. Es conocida la anécdota que sucedió en los primeros tiempos de la fundación del Estado de Israel, cuando llega una gran multitud de inmigrantes yemeníes que se habían visto obligados a dejar prácticamente todos sus bienes en su país de origen y que, entre lo poco y esencial para ellos que consiguieron conservar, estaban varios ejemplares del “Zóhar”.
La fama de este libro viene dada por la interpretación que hace del Antiguo Testamento, proponiendo una vuelta al conocimiento originario en la línea de lo que se ha dado en llamar Cábala (Kibel=Recibir), que no es más que buscar una interpretación al mensaje divino expresado en los libros que componen el Antiguo Testamento, dado que todo lo creado es una emanación de Dios, el cual es inaccesible al espíritu humano. El Antiguo Testamento sería un compendio semántico de las proyecciones divinas ya que Dios solo es apreciable por los humanos a través de sus cualidades manifestadas a través de los “sefirot” o principios sagrados que permiten al iniciado alcanzar el conocimiento y transmitirlo a su comunidad para beneficio de todos.Existen dos escuelas en la Cábala:
ü La de los que aspiran a través de la Cábala al conocimiento de Dios a través del estudio e interpretación de Su Palabra, codificada en un mensaje a través de los sabios que sirvieron de herramienta divina para su divulgación. Para los cabalistas esta claro el que si el Antiguo Testamento ha sido inspirado por Dios, no puede limitarse ha ser un simple conjunto de historietas ni sucesos históricos, sino que tiene que esconder algo más profundo, tal y como se dice en el Libro de los Salmos “Oh Dios, quita la venda de mis ojos para que sea capaz de contemplar el tesoro que esconde tu libro” .Esta escuela era seguida por los Sefardíes (judíos españoles) la parte más intelectual de los cabalistas.
ü La escuela de los “Hassidé Achkenat” (Santos Alemanes) nace junto al Rhin y se basa en la búsqueda del poder de Dios, en lugar de en el significado de la Palabra, en la semantica constructiva de la própia Palabra y ,a través de la Palabra divina, el provocar hechos extraordinarios que, en muchas ocasiones, se confundían con la hechicería. También tiene su base en el Libro de los Salmos” :”...de la misma manera, por el poder de la Palabra crear cielos nuevos”. Por supuesto se hizo muy pronto popular, es el típo de cábala más conocida, y ha dado lugar a muchos escritos sobre, por ejemplo, la adjudicación de un valor a las letras del abecedario y la interpretación del sentido oculto de las palabras en base a dichos valores numéricos y a la situación de las letras en la palabra empezando, por supuesto, por Y H V H. El abuso de estos métodos hizo que muchos dirigentes hebreos prohibiesen el uso de la Cábala.
Nuestro Moisés de León no solo fue un representante de la escuela sefardí sino que además, en sus obras, nos da una interpretación de los textos divinos a través de la Cábala, con la que intenta reformar la vida disoluta que, a su parecer, estaban llevando en muchas de las comunidades por el visitadas, lo cual le provoco no pocos problemas en algunas aljamas sobre todo por el contraste en la forma de vida que llevaban muchos clérigos judíos comparado con la humildad de la que hacia gala nuestro personaje. Curiosamente son coincidentes los temas de sus prédicas con las de dominicos y franciscanos, ordenes que también se estaban desarrollando paralelamente, e incluso hay coincidencia en las denuncias contra las formas de vida de los clérigos de ambas religiones. Existe una casualidad curiosa que relaciona a nuestro hombre con San Juan de la Cruz, se trata del hecho de haber “compartido” la misma vivienda, con la diferencia de siglos correspondiente, claro :”....una pequeña casa colindante con el jardín de la Encarnación......en el solar donde estuvo el antiguo cementerio judío donde en 1305 estuvo enterrado Moisés de León...”
Con la mirada fría de hoy día, Moisés de León, podría pasar por un fanático religioso, un heterodoxo con un fanatismo similar al de Santo Domingo de Guzmán o San Francisco de Asís, que procuró hacer coherente su forma de vida con las doctrinas que predicaba a pesar de que, paradojas de la vida, su hija le fue solicitada en matrimonio por un rico judío que únicamente le pidió como dote el manuscrito del “Zohar”.
Bibliografía:
“Moisés de León” – Ilia Galán
“Las Juderías de la Provincia de León” – Justiniano Rodríguez Fernández
“La Biblia Cuántica” – José Álvarez López
“Los secretos de la Alquimia” – Juan G Atienza
“La ciudad de Ávila”- José Belmonte Díaz
Paz y bien
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La verdad Ofion, no hago esas valoraciones tan negativas, solamente me parece que España en esa época, a semejanza del Islam, manifiesta una enorme energía expansiva, centrífuga, se afirma en su cristiandad, expulsa a moros y judíos y se lanza a la conquista del mundo, empresa Maravillosa que tiene también aspectos oscuros y crueles.
En contraposición a ello los principados italianos, con una energía prodigiosa de orden inverso, centrípeta, yin, acogen a los sabios bizantinos huídos de Bizancio, a los sabios judíos e islámicos huídos de España, lo que posibilita esa Maravilla del pensamiento y el arte que fué el Renacimiento en Italia.
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