Autor: Xabrés da Teixeira
lunes, 26 de noviembre de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: xabres
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TEOTIUACAN ?
¿Que fué esto?
TEOTIUACAN.-
Hace unos cuantos años, aproximadamente 20, he estado unos días en MEXICO, en una convención de una editorial española, con implantación en el país.
Nos llevaron a conocer, Taxco, y sus minas de plata, Acapulco y sus playas y Clavadistas, un poco de Mexico D.F. y una jornada de ida y vuelta a TEOTIUACAN.
Solo me pude subir a la pirámide de la Luna, la del Sol me tuve que conformar con verla desde la gran avenida, prácticamente eso fue todo.
Algo nos contaron sobre lo que fue aquello.
Aprovechando que por este foro, hay un Druida mexicano, y que creo que sabría darnos buenas explicaciones de las culturas de ese gran país, aztecas, mayas, toltecas etc. Es por lo que le pido, ruego o como mejor le venga, tenga a bien ilustrarnos con sus conocimientos.
Como también sé que es buen gastrónomo, a ver que le parece si como agradecimiento, le apetece compartir unos marisqitos gallegos, regados con un buen Albariño y algo de lo que por aquí llamamos marisco de terra.(Ahora hay unas jamones de cerdo celta, que ya, ya.), también regados con un buen Ribera del Duero.
¿Hace, Arquidioniso?
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Mentercosa...En los asuntos de cocina es difícil tener santo aborrecido. Cada día se aprende algo nuevo. De la línea delgada o gruesa y las gloria o penas que esto cause son de cada quien para su cada cual.
Y mire que el trigo deja una redonda marca, y cualquier cosa que se coma en exceso, mata.
Entiendo sus reservas... mi origen mexicano- andaluz-occitano-piamontés, me lleva de la mano a conocer y descubrir que en comida no hay nada escrito, y le hago la fiesta grande a los platos genuinos de cualquier civilización incluida la gringa tan insipida. La cultura culinaria es celosa y por naturaleza surge de fusiones, confusiones y divisiones, todas más o menos afortunadas para enriquecer nuestras alma, mentes y cuerpos.
Aclaro que no soy historiador ni nada parecido, mi formación es de semiólogo y agradezco la hospitalidad de Celtiberia.
Cuide usted su apolínea figura, hace bien. Coma lo que un guerrero puede y debe. Que aca en el Pacífico guerrear se antoja primitivo. Preferimos crear. Si viera la Maravilla que es enfrentarse a los ajos y cebollas y transformalos en arte nutritivo.
Un sabio mexicano, Don José Vasconcelos dijo que donde comienza la carne asada termina la civilización.
Por fortuna ya superé las etapas en las que se me antojaba cambiar al mundo. Eso dejemoslo a los jovenes. Disculpe mis gazapos, incorrecciones y pifías, que para eso las publico, para que me corrijan.
Compartir la mesa es nobleza y aceptarla es de príncipes hacerlo.
Gracias por sus consejos y le saludo cordialmente.
pd...Le agradecería mucho que nos ilustrara con las diferencias entre cultura y civilización y su relación con la evolución de la dieta en el horizonte celtiberico?
Usted sabe...cuantas calorías por día, la dinámica corporal de los guerreros, el gasto energético y el aporte nutricional de los ingredientes de la caza, pesca y recolección, la aportación de otros pueblos y culturas como Roma o las Galias...en fin, esas cosillas que hacen que el saber sea precioso por escaso, entre los ociosos como yo.
Arnulfo, te transcribo la leyenda de la REINA LUPA, tal como la refiere Leandro Carré Alvarellos, que la encuadra como leyenda religiosa.
La luna rielaba sobre el mar en calma. Sólo, con un murmullo suave, unas débiles ondulaciones iban a morir en las arenas de la playa con una postrera caricia de besos.
Flotando sobre el rizo de las aguas, una extraña nave se acercaba al arenal poco a poco, suavemente; no era como las que acostumbraban a surcar las aguas de Galicia, sinó mas bien del tipo de aquellas otras en que Jesucristo había navegado con sus discípulos. No llevaba remeros ni marinero al timón, pués la barca navegaba sin guía; Sin embargo, cuatro hombres envueltos en blancos lienzos rodeaban un cuerpo sin vida, al parecer.
La barca llegó hasta la desembocadura de un río y remontó las aguas de éste hasta un lugar en donde se detuvo, quedando varada. Saltaron a tierra los hombres y amarraron e una especie de media columna de piedra, un pedrón que allí había, la cuerda que sujetaba la barca. Después sacaron el cuerpo inerte de la embarcación y lo posaron sobre una gran losa que, como si fuese de cera, se reblandeció para acoger amorosamente en su seno aquel cadáver. Desde entonces se aplicó a aquel lugar el nombre de Pedrón, en recuerdo del milagro que convirtió la gran piedra en lecho mortuorio.
Uno de los hombres, después de tender su mirada sobre la parte de la ribera que desde allí se divisa, dijo:
- ¿Dónde vamos a enterrarlo? No me parece apropiado este lugar; pero, ¿cómo transportarlo a otro más apropiado?
- Veamos si hay cerca alguna casa, si encontramos un carro.
- Aguardadme aquí al pié del Santo Patrón; yo iré a ver – dijo el mas joven de los cuatro.
Y se encaminó por la única vereda que entre las hierbas y los zarzales trazaron las pisadas.
Anduvo algún tiempo y, al fin, divisó en la lejanía una luz mortecina que, sin duda alguna, señalaba una morada.
Apresuró el paso y, cuando llegó a la cumbre de una colina en la cual se asentaba, vió que era un gran castillo. Batió fuertemente la puerta y una voz le preguntó que era lo que allí buscaba a tales horas.
- Quisiera hablar con el señor amo de este castillo.
- No son estas horas para hablar con nuestra señora la reina Lupa- le respondieron.
Fue preciso aguardar hasta el día ; y cuando el sol ya se elevaba sobre los picachos de los montes vecinos, la reina Lupa se dignó recibir a aquel hombre desconocido que había llegado a sus puertas.
Él pidió ayuda para trasladar aquel cuerpo santo que con ellos traían, diciéndole:
- Dios te envía muerto aquel a quien tal vez no quisieras recibir en vida; acógelo y hónralo para que seas honrada al llegar tu hora.
Con una sonrisa burlona la replicó ella:
- Es preciso que veas a Régulo, el Gran Jefe, el sacerdote de Ara Solis que mora en Duyo. Es él quien puede ayudaros.
Pero aconteció que Régulo hizo prender y encarcelar a los cuatro navegantes. Y bueno fue que el cuerpo santo que con ellos habían triado, estuviese recubierto por las retamas y codesos que crecían en el lugar; así nadie se dio cuenta de su presencia.
Cuando la noche cerró, encapotada y oscura, se perfiló en la prisión como una lucecita de luciérnagas o de pequeñisimas estrellas, como una portada que no tenia existencia real, pero que permitió salir a la libertad de los campos a aquellos prisioneros por un milagro de los ángeles. Y los cuatro caminaron en busca del sagrado cuerpo que estaba junto al pedrón. Pero pronto se vieron perseguidos por los soldados de Régulo que iban tras ellos. Fue por poco tiempo. Al pasar un puente sus perseguidores se hundió aquél con gran estruendo y todos cayeron al agua, muriendo unos bajo las piedras y arrastrados los otros por la corriente del río TáMara o Tambre.
Se extendió rápidamente la noticia y nadie se atrevió a ir contra aquellos hombres. Ellos entonces volvieron al castillo de la reina Lupa y le pidieron ayuda nuevamente.
- Dios está con nosotros –dijeronle-; mejor será para ti que nos ayudes. Solamente queremos que nos prestes un carro y una pareja de bueyes.
- Pués si –dijo ella-; pero yo no tengo bueyes en el castillo; todos andan sueltos en el monte. Id allá y tomad los que preciséis.
Y les indicó el monte, en el cual tenía gran cantidad de toros bravos.
Fueron los cuatro hombres en busca de los bueyes; y sucedió que aquellos toros acudieron mansamente junto a ellos y se dejaron uncir como si fueran dóciles corderillos. Entonces pusieron en el carro la losa en donde reposaba el santo cuerpo de Sant Yago y, guiados por una estrella del cielo, caminaron hasta un lugar que llaman Libredón. Y allí silenciosamente enterraron el santo cuerpo, donde años más adelante, fue descubierto y venerado.
Dícese que la cruel reina Lupa, admirada de tantos milagros, mandó derribar el templo de Ara Solis y se hizo cristiana.
Leandro Carré Alvarellos.
Espero que os guste.
Un cordial saludo.
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