Autor: Pablo Chaves
jueves, 22 de junio de 2006
Sección: Opinión
Información publicada por: Virio
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Don Pelayo y la manipulación política del pensamiento radical.

Me han dejado un libro escrito por Jose Luis Olaizola titulado:

Don Pelayo, del cuál debo decir que al margen de lo entretenido y su amena y divertida lectura me temo que está influído por la "nueva ola" de "historiadores radiofónicos" de dudosa objetividad y lo que es más preocupante de dudosa documentalidad.

¿Cómo puede aventurarse a escribir este autor, por poner un simple ejemplo, que Pelayo nació en Cosgalla y era rubio y espigado?

¿O los amoríos que tuvo con Doña Egilona y toda la parafernalia legendaria que rodea a su historia?

¿Es ético inducir a los lectores de forma sutil a pensar que todo esto que cuenta se encuentra en las crónicas, sobre todo la del Casto a la que hace alusión constantemente?

Así es como se publicita el libro en casadelibro.com:

"Una historia de amor propició la reconquista más antigua de la historia de nuestro país. Don Pelayo, orgullo de los asturianos y símbolo de la reconquista de la península ibérica, se muestra en esta nueva obra del periodista José Luis Olaizola, en su faceta más humana, siendo capaz de las mayores gestas y de las mayores derrotas con un solo obejtivo: el amor de una mujer. Una obra amena, llena de anécdotas con las que podrá saber muchos aspectos de la historia de España. El inicio de la lucha contra el infiel, que comenzó con la batalla de Covadonga y culminó en 1492 con la expulsión por parte de los Reyes Católicos."

Se documentó para esta novela de los trabajos de Claudio Sánchez Albornoz, de la “historia de las armes” del conde Clonard, los libros sobre los visigodos de Juan Antonio Cebrián y la historia de los reinos visigóticos d’Orlandis.

Sin embargo, aún es más triste que los asturianos debamos la divulgación de nuestra historia , que no es sólo nuestra ojo, a intelectuales foráneos y casi siempre con tendencias nacionalistas de corte centrípeto.






Aquí pongo el CULMINATUM de a dónde puede llegar esta tendencia citando a nada más y nada menos que Federico Jiménez Losantos

Aunque algunos mizifuces y ciertas zapaquildas le nieguen hasta la existencia, lo cierto es que Don Pelayo vivió y fue rey y luchó en Covadonga y venció a los moros. Pero tampoco son ciertas las grandes batallas, la voluntad de lucha desde el principio, el poder de su ejército ni la extensión de su reino. Pelayo fue cristiano, godo, o hispanogodo, nació a finales del siglo VII, en fecha y lugar que desconocemos y murió en el año 737, tras comenzar la Reconquista de España a los invasores musulmanes.

Porque para Pelayo no había la menor duda de que los musulmanes eran invasores y que le habían arrebatado su patria. Cómo y por qué llegó a ser nombrado rey y a fundar un reino más en el aire que en el suelo son cosas harto confusas en los detalles aunque clarísimas en el fondo.

Era Pelayo espatario, una suerte de guardia real en la corte de Don Rodrigo, el último de los reyes godos. Su padre se llamaba probablemente Favila y su abuelo Pelayo, porque era costumbre hispanogoda heredar el nombre del abuelo y por eso mismo el hijo y sucesor de Pelayo fue Don Favila, al que mató un oso. En alguna crónica se da por muerto al padre de Don Pelayo a manos de Vitiza, antecesar y rival de Don Rodrigo en la lucha de clanes godos que acabó en la derrota del Guadalete. Es posible: el asesinato era una de las costumbres más asentadas entre los godos.

También es casi seguro que Pelayo fuera uno de los combatientes más cercanos al derrotado Rodrigo en aquella batalla del 711 que marcó toda la historia posterior. Debía de ser del clan de Rodrigo o adoptado por éste y soldado de valor y autoridad indudables, porque no tuvo que disputar con nadie el trono de España, que en el año 718, cuando se alzó en armas, era una simple silla de montar.

Pero esos siete años, desde la derrota en 711 hasta la rebelión en las montañas de Asturias, son muy oscuros. En principio, Pelayo fue, como otros godos e hispanorromanos notables, parte de la aparatosa espantada, desparrame sin orden ni concierto, de los cristianos ante los invasores moros.

Sin capacidad para fortalecerse en Toledo o atrincherarse siquiera en las tierras altas de la Meseta, aquellas tropas fueron dando tumbos y rindiéndose, cada vez más al norte, hasta pasar los Pirineos o quedar contra el Cantábrico, en las montañas astures y cántabras.

Pero también las tierras asturianas cayeron bajo control musulmán. Munuza se llamaba el gobernador de aquella comarca, que se estableció en lo que hoy es Gijón. En virtud de los acuerdos entre cristianos derrotados y musulmanes vencedores, Pelayo marchó a Córdoba como enviado o como rehén, mientras una hermana suya, con la que había hehco toda la retirada hasta el norte, quedaba en Asturias.

La hermana de Pelayo, mientras éste vivía en Córdoba, pasó al harén de Munuza y este hecco fue uno de los determinantes en su rebelión. Probablemente, los musulmanes rompieron sus promesas de respetar la religión y costumbres de los cristianos en cuanto se vieron dueños de la situación y eso movió a los soldados más cualificados a declararse en guerra.

La desigualdad entre los ocupantes y los rebeldes era tan grande que se comprende lo limitado del ejército de Pelayo, pero también debía de ser muy clara la disyuntiva de someterse totalmente o luchar a muerte para que un grupo suficientemente furte emprendiera tan desigual batalla.

No había reivindicaciones, no había reformas por discutir y ni unos ni otros buscaron un pacto. Por ambas partes estaba clara la determinación de luchar. En los moros, para aniquilar a los cristianos rebeldes; y en los cristianos, para defenderse de los moros.

Desde el principio de la guerra, y así lo cuentan los propios cronistas árabes, Pelayo fue rey. Es por tanto muy posible que su elección fuera clandestina y previa a la rebelión. Como la monarquía goda era electiva bastaría con la pertenencia de Pelayo a la familia del rey Rodrigo e, incluso, con su incostestada jefatura militar para alcanzar la corona.

Como desde Recaredo los reyes godos y cristianos lo eran de toda España y como además no existía un territorio claro dominado por Pelayo y sus menguadas huestes, ostentar esa corona lo significaba todo a la vez no significaba nada. Pelayo era rey de España, pero de la España perdida, con la excepción de los reductos, más humanos que geográficos, de las montañas astures. La España cristiana era más una reivindicación que una realidad, una empresa más que un negocio.

Pelayo entronca su realeza de forma natural con la monarquía goda, pero, como dijo el historiador moro Ben Jaldún y repetía gustoso el cristianísimo Fray Justo Pérez de Urben, «con él comienza una dinastía nueva sobre un pueblo nuevo». La legitimidad, al margen del origen godo, hispanorromano o mixto, se forma en una lucha que es territorial y religiosa, de legitimidad y de fuerza.

El objeto de la contienda está bien claro desde el principio: el antiguo territorio de la España visigoda, antes hispanorromana, donde se practicaba la religión de Cristo. En recobrar ese territorio para un orden político que ya no era ni podía ser godo, sino esencialmente cristiano, se entretendrán los habitantes de la Península Ibérica y sus islas anejas cerca de 800 años.

Naturalmente, al principio, los nobles godos que vivían con cierta comodidad sometidos a los musulmanes consideraron disparatado el proyecto de Pelayo. Mucho más cuando el valí Ambasa encabezó un ejército para ayudar a Munuza y aplastar definitivamente a los cristianos.

Los rebeldes, según el historiador musulmán Al Maqqari, que recoge testimonios de la famosa Crónica del Moro Rasis (Al Rasis), Ben Haz, y Ben Jaldún, llegaron a pasarlo muy mal: «No quedaba sino la roca donde se refugió el rey llamado Pelayo con 300 hombres. Los musulmanes no dejaron de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre, y no quedaron en su compañía más que 30 hombres y 10 mujeres». Pero fueran esas sus fuerzas o superiores, el hecho indiscutible es que Pelayo consiguió escapar.

Ambasa consideró suficiente el castigo porque llevó sus tropas más allá de los Pirineos, donde tomó Narbona y sitió Tolosa, lugar en que encontró la muerte. Alqama, su sucesor, tuvo que hacer frente de nuevo a Pelayo, señal de que se había rehecho y reforzado. Que no se trataba de una simple rebelión más o menos militar sino de un movimiento de indudable calado político lo prueba que en la expedición iba el obispo toledano Don Oppas, del clan de Vitiza, sin duda para romper la unidad de godos y cristianos rebeldes.

Pero no pudieron con Pelayo. Cabe los Picos de Europa, por donde se despeña el río Auseba, en las cercanías de una cueva consagrada a Santa María, tuvo lugar en 722 una de tantas emboscadas que sufrieron las tropas de Alqama y su recuerdo, símbolo de aquella campaña victoriosa, acabó por denominarse Covadonga. Qué duda cabe que responde a un hecho cierto, a uno de tantos, y que hubo otros con resultado opuesto. Pero es ética y estéticamente justo que en aquel lugar se recuerde la hazaña de Don Pelayo. ¿Donde mejor?

Dotado de indudable talento militar y de prestigio político, Pelayo llevó sus tropas y su pequeña corte ambulante a las cercanas montañas cántabras y amplió así tanto sus lugares de ataque como de retirada. Durante más de 18 años sopotó ataques de los musulmanes y los devolvió, con el balance final de la consolidación de un reino cristiano español en la coronilla de un riquísimo y poderoso califato musulmán, también español, que hizo de Córdoba «luz de Europa», según la sabia monja germana Hroswitha. A la sombra de aquella hermosa luz, los sucesores de Pelayo consolidaron la dinastía asturiana, que fue, de hecho y de derecho, la monarquía cristiana de España.

Pelayo creó, en efecto, una dinastía nueva para un pueblo nuevo, o mejor, un renuevo del viejo pueblo hispano. Legó un trono a caballo, un trámite entre precipicios, pero después de casi dos décadas de lucha contra un enemigo infinitamente superior nadie discutió su legitimidad.

Cuando su hijo y heredero Don Favila murió despedazado por un oso, le sucedió el hijo de Pedro, duque de Cantabria, el noble más importante de los que le habían reconocido como rey. El hijo de Pedro estaba casado con Ermesinda, hija de Pelayo, y reinó con el nombre de Alfonso I El Católico. Reconquistó Galicia y la comarca de las Bardulias, llamada también Castilla. Pero eso ya no pudo verlo Don Pelayo, aunque sin duda lo soñó.



Luego éstos mismos señores harán gala de una gran "objetividad" cuando digan que todo el separatismo gallego se debe a una mala interpretación del celtismo en Galicia, cuando ellos hacen gala de una didáctica y una pedagogía totalmente manipuladoras.

Hala, luego tomáis de vuestro propio jarabe y os quejáis.

En mi opinión, el mundo académico debería aconsejar a estos "radicales" que se dedicaran a hablar de futbol y dejaran la historia para los historiadores.




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Comentarios

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  1. #1 Amerginh 23 de jun. 2006

    Uy no... preferimos a este (no te joe):

    ______________________________________________

    EL CONFLICTO DE EXTREMO OCCIDENTE (I)
    Como históricos habitantes de estas tierras nuestra relación con nuestros entrañables primos gallegos se remonta al principio de los tiempos, y, como buenos vecinos, siempre hemos tenido nuestros pequeños momentos de amor-odio entre largas temporadas de excelente relación.

    Pero lo que resultaba una excelente vecindad con mínimas divergencias, comparables a las de cualquier armónica relación humana (bien sea de pareja, de sociedad o laboral), recientemente ha devenido en una relación masoquista en la que parte sumisa es el gobierno asturiano del PSOE+IU (no confundir con el pueblo asturiano).

    No pretendo incluir en esta "reciente y nueva situación" la parte inmaterial o intangible de temas antiguos y ya olvidados, ni tiene sentido remover la historia (como hacen otros) recordando por ejemplo los pequeños incidentes de nuestro Rey Silo en el monte Cubeiro a finales del siglo VIII (CRONICA AD SEBASTIANUM: 18 "...Populos Gallecie contra se rebellantes in monte Cuperio bello superabit et suo imperio subiugabit..."), ni voy a analizar los nuevos descubrimientos de historia-ficción que están llevando a cabo algunos, ni comentar los mundos virtuales de internet, ni siquiera discutir sobre los artículos de opinión que cada vez mas frecuentemente publica la prensa gallega.

    En resumen, sólo pretendo recordar hechos materiales, tangibles, reales y recientes, en los que el gobierno de Asturias del PSOE+IU, tan galleguista, en el sentido de seguidor del gallego Von Sacher-Masoch (1835, Lemberg, en Galitzia), ha consentido, permitido, y presuntamente disfrutado con las siguientes acciones:


    SEPTIEMBRE 2004: El "plan xeral de normalización da lingua galega" presentado por el gobierno del PP (con Fraga presidente) y aprobado por unanimidad en el Parlamento de Galicia PP+PSOE+BNG (plan con claras y directas alusiones a Asturias, sin la consulta ni participación de instituciones asturianas)

    DICIEMBRE 2004: La RAG (Real Academia Gallega) nombra un representante para Asturias (sin la consulta ni participación de instituciones asturianas)

    MARZO 2005: El PSOE pide a la Xunta Gallega (mediante proposición no de ley) que promueva el gallego en Asturias con actividades culturales y educativas, circuitos culturales, programas de vacaciones e intercambio, forzando que las instituciones gallegas designen representantes para Asturias (tal y como ya lo hace la RAG) y apoyando a aquellos que contribuyan y participen en la difusión del gallego en Asturias.

    JULIO 2005: El portavoz del BNG (socios del PSOE) en el Congreso de los Diputados, afirma que la Xunta gallega aumentará el apoyo y las ayudas a las asociaciones galleguistas del occidente de Asturias, y que esto formará parte del marco de la negociación con PSOE para formar gobierno

    AGOSTO 2005: Declaraciones de Fernando Blanco (conselleiro de Innovación e Industria del gobierno gallego PSOE+BNG) apoyando la candidatura para la catalogación de la tradición oral GALAICO-PORTUGUESA como Patrimonio Inmaterial en San Tiso d'Abres (Asturias), con la asistencia, participación y aquiescencia del director del Instituto de Desarrollo Rural en representación del gobierno asturiano (candidatura con claras y directas alusiones a Asturias, y que no cuenta con la previa consulta ni participación de ninguna institución asturiana)

    SEPTIEMBRE 2005: ERC (socios de PSOE e IU) pide en el Congreso de los diputados la oficialidad del gallego en la franja occidental de Asturias

    SEPTIEMBRE 2005: el BNG (socio del PSOE) defenderá en el Parlamento del Estado el proyecto de "LEY DE LENGUAS" "de aplicación directa (...) a los territorios gallegoparlantes de la franja occidental de Asturias (...)".

    SEPTIEMBRE 2005: el BNG (socio del PSOE), a través de su representación en el Parlamento Europeo GALEUSCA (coalición de catalanes, gallegos y vascos), ha pedido a Bruselas que respalde la inclusión del gallego-portugués en la lista del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO (candidatura con claras y directas alusiones a Asturias, y que no cuenta con la previa consulta ni participación de ninguna institución asturiana)

    OCTUBRE 2005: El gobierno gallego (PSOE+BNG) aprueba una declaración oficial de apoyo a candidatura del patrimonio inmaterial gallego-portugués que opta a ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO con una DECLARACION INSTITUCIONAL de la Xunta de Galicia (candidatura con claras y directas alusiones a Asturias, y que no cuenta con la previa consulta ni participación de ninguna institución asturiana)

    Dicha declaración institucional es comunicada únicamente a los gobiernos español y portugués y a la UNESCO (a pesar de ser una candidatura con claras y directas alusiones a Asturias, y a pesar de ser el PSOE, también, partido gobernante en Asturias)

    OCTUBRE 2005: El municipio de Ribadeo (PSOE+BNG), junto con la Universidad de Vigo, analizan la realidad del idioma gallego en Asturias.


    Tras todo un año de total y absoluto de silencio, y sin ningún comentario a estos hechos enunciados, en "la tourné" por el occidente de Asturias del pasado 18/10/2005, el Presidente socialista del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces (en compañía de las Consejeras de la Presidencia, de Medio Rural y Pesca, de Cultura y Portavoz del Gobierno, y del Director General de Promoción Cultural y Política Lingüística) minimizó e incluso negó supuestas injerencias de Galicia, declaró que las mismas "no afectan al conjunto de la población", descartó cualquier tipo de amenaza o presión, y habló de una polémica "ficticia" y de "un conflicto inexistente". Ampliando de esta manera, y una vez más, su particular nómina de "leyendas urbanas".

    Desde luego el profesor Kraft-Ebing, de conocer a Areces en 1886, habría usado otro nombre para definir aquella "curiosa perversión que consiste en desear verse completamente dominado, soportando un trato autoritario y humillante, y que incluso puede alcanzar el castigo efectivo" .


    Fdo. Lluis Ánxel Núñez
    Executiva Nacional del partíu Asturianista (PAS)

    ____________________________________

    L-O F-L-I-P-O

  2. #2 Brigantinus 24 de jun. 2006

    Olarticoechea dijo: «Sobre el tan repetido soniquete "Gallaecia no es Galicia" hay que decir que es una frase falsa obviamente,con el topónimo "Gallaecia" los antiguos hacían referencia al territorio geográfico de la actual Galicia, un territorio con unas caracteristicas históricas y culturales que derivaron en la actual cultura gallega. para hacerse una idea la palabra "Gallaecia" no es más que una forma de llamarlo, otros escritores como Jordanes, Gregorio de Tours o Isidoro de Sevilla, escribian "Gallicia" es decir, "Galicia" como en la actualidad.»

    Pues me he perdido: ¿los antiguos hacían referencia con el topónimo Gallaecia a los territorios de la actual Galicia? ¿La actual Galicia llega hasta el Duero y el Pisuerga?.
    "Astur" también se parece mucho a "asturiano". Tanto como "Gallicia/Gallaecia" a "Galicia" Y no sé qué dirían leoneses, zamoranos (y ourensanos de la zona de Trives o Valdeorras) si les llaMaran "asturianos".

    En el fondo, los que de manera premeditada confunden Gallaecia con Galicia, los astures con los asturianos, Hispania con España, Lusitania con Portugal... son lo mismo.
    Unos votaran a un partido, y otros a otro. Pero fundamentalmente, se trata de evadirse de un pasado frustrante con sueños imperiales..
    Y seguro que Teodosio se crió en Cauca escuchando muiñeiras, y los astures que pelearon contra Augusto escanciaban sidra antes de entrar en combate, y los numantinos murieron envueltos en la bandera rojigualda (o quizá, en la de los castillos y leones...)

    Lo de la guerra de 1480 contra los Reyes Católicos y contra España en 1846 me llega al alma.
    Como todo el mundo sabe Solís murió fusilado en Carral gritando ¡Viva Galicia ceibe! ¿Es eso,no?
    Más o menos como convertir a Zumalacárregui en mártir de la independencia vasca.
    O a Pelayo en el primer "rey de España".

    Por cierto, una pequeño pero interesante artículo sobre el carnicero de Frouseira (al final, toda la sangre de sus víctimas cayó sobre él)
    http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/ascenso.htm

  3. #3 Virio 26 de jun. 2006

    "Astur" también se parece mucho a "asturiano". Tanto como "Gallicia/Gallaecia" a "Galicia" Y no sé qué dirían leoneses, zamoranos (y ourensanos de la zona de Trives o Valdeorras) si les llaMaran "asturianos".


    Con el añadido de que los habitantes de la Gallaecia de Diocleciano ni siquiera eran galaicos (¿cántabros galaicos?, ¿astures galaicos?) , mientras que los leoneses de la antigua Asturia sí eran astures, y no por ello reclamamos esa zona como asturiana.

  4. #4 Virio 27 de jun. 2006

    Amigo Konisberg; mi última intervención hay que leerla en el contesto alusivo al siguiente texto de Brigantinus:

    "Astur" también se parece mucho a "asturiano". Tanto como "Gallicia/Gallaecia" a "Galicia" Y no sé qué dirían leoneses, zamoranos (y ourensanos de la zona de Trives o Valdeorras) si les llaMaran "asturianos".

    Espero que así lo comprendas mejor.

    Pero ya que te sales del tema y estableces otro, te diré que los habitantes de la Gallaecia de Diocleciano siguen utilizando no sólo el etnónimo (astures, galaicos, cántabros) sino que aún se siguen conservando y lo harán hasta comienzos de la Reconquista algunas distribuciones tribales ( léase vanidienses).

  5. Hay 4 comentarios.
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