Autor: Cierzo
martes, 07 de marzo de 2006
Sección: Toponimia
Información publicada por: Cierzo
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Ibones del Pirineo aragonés
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Para los amantes de la hidronimia y de la montaña os voy a presentar una lista de ibones del Pirineo aragonés, para los que se atrevan a buscar significado a sus nombres lo hagan. Del mismo modo iré incluyendo algunas fotos para los que les guste la montaña se animen a visitar alguno.
IBÓN DE ESCARPINOSA
Parece que la palabra “Ibón” podría estar relacionada con el Ibai (rio) euskera, y quizá la misma raiz que encontramos para el rio Iber (Ebro)
Según wikipedia “Los ibones son pequeños lagos de montaña de origen glaciar situados en los Pirineos, generalmente por encima de los 2.000 metros de altitud. Son, en muchos casos, el origen o nacimiento de los ríos de Aragón.
Etimológicamente, la palabra ibón deriva con casi completa seguridad del vocablo vasco "ibai" (río), y servía en su origen para designar a las fuentes cuyas aguas manan a borbotones; cuando el terreno donde se sitúa el manantial forma un vaso, estas aguas dan origen a lagos de mayor o menor tamaño, según las características orográficas del terreno donde se sitúa el manantial.
Están "censados" un total de 94 ibones de muy diferentes tamaños y formas; algunos son utilizados para alimentar pequeñas centrales hidroeléctricas.
Hay ibones encantados, donde, según las leyendas locales, "viven" hadas, como el de Plan. Otros ibones conocidos son los de Anayet y el de Sabocos.” En ellos habitan las FADAS D'OS IBONS
Ibón de Acherito o Ibón de la Cherito
Ibón de Tortiellas o Ibón de Tardiella, Ibón de Tortiella
Ibón de Estanés o Ibón de Astanés
Ibón de Orná o Cravelas, Ibón de Oruá
Humedal de Aguas Tuertas
Humedal de Plana Mistresa o Humedal de Paúl de Bernera
Ibón del Escalar
Ibón de Astún
Ibones de Anayet (El Mal Paso) 1
Ibones de Anayet (El Salto del Agua) 1
Ibones de Anayet (El Salto del Agua) 2
Ibón de Samán o Ibón de Iserias
Ibón de la Sierra
Ibón de Bucuesa
Ibón de Piedrafita
Ibón de Sabocos
Ibón de los Asnos
Embalse de Ip o Ibón de Ip
Embalse de Tramacastilla o Embalse de las Paúles
Ibón de Bernatuara
Ibón de Lapazosa
Ibones de la Munia 1 o Ibones de la Larri
Ibones de la Munia 2 o Ibones de la Larri
Lago de Marboré o Lago de Pineta de Marboré, Lago Helado de Marboré
Humedal de Salarons
Humedales de Millaris 1
Lago de Trigoniero
Lago de Bachimala
Ibón de Gistaín
Bachimala
Ibón de Gías
Ibón Blanco de Lliterola o Lago de Literola
Ibón de Gorgutes o Lago de Gurgute
Ibonet de Lliterola o Ibonet de Literola
Ibón de Remuñe o
Ibones de la Montañeta 1 o Ibones de la Solana de Gorgutes
Ibones de la Montañeta 2
Ibón de Malpás
Lago El Cao o Ibón El Cao
Ibón Vasa de la Mora
Ibón de Armeña
Lago Basibé
Ibones de Escarpinosa 1
Ibones de Escarpinosa 2
Lago de Pomero
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Pues antes de seguir con hidronimias , toponimia y leyendas , vamos a situarnos y saber que es un ibón¿os parece? algo de cultura geológica y los problemas por los que atraviesan ahora estos Maravillosos lagos , para completar información que a lo mejor no viene al caso pero que creo será interesante. Como son las páginas de clubs de montaña y montañeros los que más información manejan , aqui os dejo unos apuntes de Juanjo para NEVASPORT.
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Los lagos pirenaicos fueron ignorados durante mucho, muchísimo tiempo.
Estos lagos han ido adquiriendo nombres distintos según la comunidad: Ibón (Pirineos), Boum (occitania), Estany (Cataluña y Andorra), Estanh (Arán) y lagos fuera del ámbito de la Alta Montaña.
Será desde finales del siglo XIX, guiados por los pastores de la cordillera cuando se aproximen hasta estos espejos mágicos y helados .
Los lagos pirenaicos son herederos de los hielos cubrieron gran parte de Europa. Durante el Máximo Glaciar del pleistoceno (hace unos 50.000 años), las temperaturas llegaros a ser 6 ó 7 grados inferiores a las actuales, dando lugar a inviernos crudisimos y veranos cortos en el que los glaciares pirenaicos (desde el Pico Orhi en los pirineos occidentales al Canig en los orientales), alcanzaron su máxima extensión.
Desde entonces muchos lagos de origen glaciar se han formado, y otros han desaparecido. Son junto a glaciares, morrenas, circos y valles , la máxima expresión del paisaje de alta montaña .
Los lagos pirenaicos son de aguas muy transparentes debido a la baja densidad de sus poblaciones planctónicas y a la rápida renovación de sus aguas. Otros ven disminuido su transparencia por su aporte de minerales turbosos y nutrientes desde sus orillas. Los lagos permanecen helados en invierno, incluso los más elevados pueden estar helados 8 meses del año , pero bajo el hielo permanece el agua a una temperatura máxima de 4ºC., suficiente para mantener funciones orgánicas y vida biológica en estado latente.
Los lagos pirenaicos constituyen ecosistemas húmedos de Alta Montaña de gran fragilidad y vulnerabilidad. Un territorio testigo de los climas fríos del Cuaternario, un patrimonio natural que dista mucho de estar protegido en su totalidad. La amenaza de nuevos proyectos hidroelécticos, los cañones de innivación artificial o un turismo a veces masificado y poco respetuoso, pueden ser las claves que introduzcan un futuro poco esperanzador en los Ibones pirenaicos.
A partir de este momento, y propiciado por las empresas hidroeléctricas , los ibones empiezan a ser descritos e investigados con el fin de realizar aprovechamientos hidráulicos. Se inicia así una carrera, con mejor o peor fortuna, de construcción de embalses , tuberias forzadas, centrales eléctricas e infraestructuras de apoyo (carreteras o pistas de acceso, edificios, barracones, teleféricos, etc..) a lo largo y ancho de la montaña pirenaica. Sus impactos ambientales a veces muy negativos, pueden contemplarse en las cuencas de Respomuso , Panticosa , Ariège , etc.. donde el majestuoso paisaje de la Alta Montaña ha mostrado toda su fragilidad ante el sentido más irracional del hombre.
De YF-18 (Juanjo), para NEVASPORT.COM
Una pena que estén desapareciendo verdad? Y con ellos esas leyendas, toponimias e hidronimias que nosotros ahora estamos intentando rescatar.
Esta leyenda no es del Pirineo, si no de Sierra Nevada, pero tiene como escenario otra laguna glaciar perdida en las montañas: la laguna de Vacares.
La recoge Ambrosio Fernandez en su libro "La vida de las Mariposas", escrito en el año 35 y hoy en día (creo) lamentablemente agotado (a mí me lo dió mi madre que lo encontró entre los libros de mi bisabuelo, toda una reliquia).
Y es una pena que ya no se pueda encontrar, porque es un libro delicioso, autobiográfico escrito por uno de esos naturalistas de los de antes, de los de verdad, que sabían tanto de tantas cosas y escribían con tanta poesía.
Se poco de Ambrosio Fernandez, apenas que era sacerdote experto en mariposas y que recorrió toda la geografía española, llegando a pie hasta los lugares más inaccesibles, con su red entomológica al hombro. Bernáldez, de joven, tuvo relación con el, y le mandaba dibujos de los especímenes que colectaba para que le ayudara a identificarlos...
"Iban conmigo -nos cuenta Fernandez- tres niños del cortijo donde hacía noche. En el camino nos salió al encuentro un pastor, atraído desde lejos por la sorprendente novedad de la red y demás accesorios de caza, y aún más todavía que por esto, por el acuciante afán de averiguar que nos traía por tan peregrinos parajes y en tal compañía. Grande fué su sorpresa al enterarse de que no buscábamos la planta Artemisia granatensis, la insigne manzanilla real de Sierra Nevada, tan celebrada por la gente de la comarca y sus aledaños, cuya requisa, en extremo laboriosa porque va siendo cada día más rara en los contados rodales que vejeta, le produce a él y a otros colegas suyos de pastoreo, algunas pesetillas; (...). Nuestro hombre nos acompañó una buena pieza, y al advertir que nos áibamos aproximando a la laguna se despidió, pretextando que tenía una punta de ovejas algo descarriada, y que iba a recogerlas, aunque, como ahora se verá, el verdadero motivo de su despedida era muy otro.(...)
Vencida la resistencia y el miedo de los muchachos que, al divisar la laguna, quisieron escapárseme, (...)empezamos el descenso hacia las aguas"
Una vez llegan a la orilla de la laguna, el sacerdote consigue convencer a los muchachos de que no existe nada peligroso en la laguna, y estos, olvidado el miedo inicial, comienzan a chapotear en las orillas. En esto, aparece de nuevo el pastor, que se acerca receloso y recrimina al cura que haya permitido a los niños meterse en el agua: "Porque esto naide sabe de ónde viene, ni como se hizo-transcribe Fenández literalmente las palabras del pastor- ni la hondura que tiene, ni ná(...)".
Y acto seguido comienza a contar "la historia de la lucha del pastor con el diablo, y la del que se cayó al agua y fué en el acto devorado por un desaforado vestiglo, y la de los ayes y lamentos, y la de la campañilla, y la de la comunicación de la laguna con el mar, y otras que me eran igualmente conocidas fluyeron de sus labios rápidas, expresivas, vibificadas por gestos y ademanes de lo más gráfico que he visto en mi vida.(...)"
De todas las historias, Ambroso Fernandez rescata la "leyenda del pájaro blanco" por ser, según el, "peculiar de la laguna de Vacares" y la narra, según el mismo confiesa en un pie de página, siguiendo el téxto de un tal F. Fernández, quien lo públicó en un libro titulado "Sierra Nevada".
La leyenda cuenta que, hace mucho tiempo, tres cazadores de cabras monteses se internaron en la sierra persiguiendo una res herida, y que les dió la noche en la laguna. Como no podían salir de la hoya y regresar al pueblo en la oscuridad, se refugiaron en una covacha cercana a la laguna... "Era una noche tenebrosa. El cielo estaba cubierto de nubes y, temiendo el ataque de los lobos, acordaron que uno de los cazadores velara junto al fuego, mientras los otros dos se envolvían en mantas, con las carabinas al alcance de la mano".
En mitad de la noche, un ave blanca se aparece al centinela. Este dispara su carabina contra el pájaro que se transforma, de pronto, en una hermosa mujer.
"Lo que pasara aquella noche entre el cazador extraviado y la mujer vestida de blanco, no ha sido posible averiguarlo.
Cuando, al amanecer, despertaron los otros dos caMaradas, hallaron junto a las cenizas de la hoguera el fusil dsiparado de su compañero y, a pesar de registrarlas con cuidado, no lo pudieron encontar entre las rocas que se acumulan en el crater de Vacares(...)"
Preocupados por su compañero, los otros dos cazadores restantes, deciden pasar una noche más en la laguna, por ver si lo encuentran. Ni que decir tiene que, nuevamente, uno de los dos se queda de centinela y que la historia del misterioso pájaro blanco se vuelve a repetir, descubriendo a la mañana siguiente el tercer cazador, el más joven y hermoso de los tres, que sus dos compañeros han desaparecido misteriosamente sin dejar rastro, dejándole totalmente solo en la montaña.
El cazador decide entonces quedarse una noche más, y, por supuesto, encuentra al misterioso pájaro blanco que no era otro que "la pérfida ondina que atrae con engaños hasta aquel antro del agua a los pastores, para sepultarlos en el fondo donde los devora lentamente. (...) ¡Desdichado quien lo encuentra en su camino, porque su muerte es cierta, aunque se esconda en lo más oculto de la sierra! La víctima designada por el pájaro blanco tiene que ir a parar, así lo amparen todos los poderes de la Tierra, a la orilla de la Laguna, que lo absorverá en sus espantosos remolinos."
Pero había algo con lo que la ondina no contaba: su propio corazón. Seducida por la belleza del joven cazador, no puede asesinarlo, y, enamorada, se lo lleva a su palacio subacuático, donde viven los dos como amantes. Hasta que un día, en una ausencia de la ondina, el cazador descubre los restos de sus compañeros medio devorados en una oculta galería del palacio y, aterrorizado, comprende quien es su enamorada amante.
Una noche, consigue convencer a la ondina que le saque fuera de la laguna y, una vez al aire libre, con ayuda de un crucifijo, consigue poner en fuga al pájaro blanco y escapar de sus garras.
"No hay noticias-finaliza su relato Ambrosio Fernández- de que un solo mortal se haya librado de las garras del pájaro-mujer. Cuantos ha recibido su visita en las alturas de la Sierrra, han sido implacablemnet atraídos hasta los bordes de la Laguna, y sepultados bajo sus aguas tenebrosas. La ondina no ha vuelto a sentir amor ni compasión. Varios pastores la han oído de noche llamando a gritos al cazador de la montaña.(...)".
A lo mejor, la ondina de Vacares era pariente del ser misterioso que se escondía en la Laguna de Peñalara... o de la mucho menos enamoradiza protagonista de la leyenda de "Los Ojos Verdes", de Becquer... Vaya ustéd a saber.
En cuanto a las lavanderas bretonas que, como se ha dicho más arriba, son seres bastante más peligrosos que los españoles, un buen lugar para buscarlas es el encantador Foret du Broceliande, en Paimpont, al noroeste de Rennes. Es un gran bosque mixto de hayas, robles, carpes y acebos, donde la tradición sitúa, además, la fuente en la que el mago Merlín conoció a la Dama del Lago (que según algunos textos se llamaba Viviana, y yo siempre me he preguntado que tendrá que ver con Bilbiana, la dama nutria aragonesa que también habéis mencionado) y el Valle sin Retorno donde Morgana apresó a todos aquellos caballeros que, alguna vez, habían sido infieles en el amor a sus damas (esto le supuso tener que apresar a TODOS los caballeros de la Tabla Redonda, salvo a Lanzarote, cuyo amor incondicional por Ginebra, le salvó de la magia de Morgana y le permitió romper el hechizo. El hecho de que, el propio Lanzarote le estuviera siendo infiel a su amigo y protector, el Rey Arturo, no pareció importar demasiado). Además el lugar esta lleno de pequeños monumentos megalíticos... Un lugar ideal para pasarse una semanita explorando en plena naturaleza...
Y sobre la salamandra, que ese es, efectivamente, el animalito negro con manchas amarillas de la foto, y no un tritón pirenaico (los otros dos sí que lo son), no hay que confundirla con la salamanquesa o geco. La primera es un anfibio (Salamandra salamandra), que, según los alquimistas medievales, nacía del fuego y es según creo (estoy escribiendo de memoria y tendría que comprobarlo) el único anfibio español que no pone huevos, si no que pare a sus larvas vivas. La segunda es un reptil (Tarentola mauritanica), que gusta de salir por las noches a cazar polillas y mosquitos a la luz de la farolas, trepa con agilidad por las paredes de las casas y persigue a las mujeres que tiene la regla(¿¿¿???). Preguntadlo por ahí, y vereis...
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