Autor: J.J.Guijarro
martes, 08 de febrero de 2005
Sección: Opinión
Información publicada por: J.J.Guijarro
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Algo demasiado terrenal en la web celtíbera
Nada tan terrenal como la vida y la muerte. En este mundo que rueda y rueda no está de más recordar a quienes van escribiendo poco a poco este mercadeo en el que vivimos y que es la Historia.
La repentina, aunque anunciada y por ello más terrible, pérdida del Dr. Javier Tussel me lleva a preguntarme una vez más cual es el valor verdadero de las críticas crueles, de las envidias, de las falsedades. Sin tratar de ser moralista, tan sólo invito a la reflexión acerca de un tema que muchos sufren, que casi todos tenemos en la mente y del que casi nadie habla.
Se fue en sigilo quien no escribió sobre tiempos de sigilo
Fallece el historiador Javier Tusell
El historiador Javier Tusell falleció hoy a los 59 años de edad, tras una larga enfermedad según confirmaron fuentes oficiales.
Tusell era catedrático de Historia Contemporánea en la UNED, colaborador habitual de diversas publicaciones y ex director general del Patrimonio y de Bellas Artes.
Escribió, entre otras, 'Las elecciones del Frente Popular en España' (1971) o 'La reforma de la Administración local en España' (1973).
Nacido en Barcelona en 1945, Tusell estuvo muy grave en marzo de 2002 cuando sufrió una infección generalizada de la sangre y se vio obligado a permanecer varias semanas ingresados en la clínica Moncloa de Madrid.
Considerado uno de los cronistas más cualificados de la reciente historia de España, Tusell fue director general del Patrimonio y de Bellas Artes en la época de UCD, entre otros cargos políticos.
Generoso, valiente y dinámico
Desde el punto de vista personal, este historiador que le conoció en el 68 en la universidad, resaltó su generosidad vitalismo, dinamismo, y su sobre todo, su coherencia. "Desde que yo le conocí en la universidad era un demócrata cristiano y siempre ha permanecido en esa posición", indicó.
Respecto a sus polémicas con otros historiadores en algunos medios de comunicación, Fusi señaló que "nunca rehuyo la polémica ni desde el punto de vista de la política ni desde el historiográfico". Yo he asistido y vivido alguna de esas polémicas y siempre ha actuado con una enorme generosidad sin usar descalificaciones.
Fusi, conmovido por la pérdida de su compañero, recordó que la última vez que habló con él fue en diciembre, y advirtió que su enfermedad le hacía muy vulnerable a cualquier infección.
Fuente: http://actualidad.terra.es/articulo/html/av2138861.htm
Acerca de luchas de poder, envidias y otros menesteres:reflexión final
Quiero escribir sobre algo sobre lo que generalmente no se habla y de lo que se suele pensar está mal visto hablar.
Fuera de mi estilo habitual, pero muy dentro de mi modo, cada vez, más cotidiano de pensar desearía reflexionar acerca de un hecho tan simple y común como la muerte.
Deseo, aprovechando con pena el momento de esta pérdida, picar un poco la curiosidad de algunos, un tanto más el amor propio de otros y sobre todo ser punzada certera para quienes piensan que este camino, en el que aparentemente todo vale, se recorre a golpe de puñal.
Hoy nos quedamos con el titular lacónico de una muerte. En breve escucharemos los pesarosos lamentos de algunos colegas que le fueron hostiles, que no le apreciaron en demasía y que, como siempre, no tienen problema alguno para aparecer como ángeles salvadores de quien atacaron friamente.
Ellos dirán que todo se debió al guión. Lamentablemente aún hay quienes piensan que hay un guión que divide nuestra profesión de cronistas de lo viejo o de lo nuevo, en dos bandos, el de los buenos y el de los malos -siempre dos bandos-.
El Profesor Tussel es un ejemplo de cierta brillantez que incomodó a algunos colegas demasiado tocados por la envidia. El fue de centro cuando lo complicado era, como sigue siendo, precisamente estar en el centro. Aceptó un puesto de responsabilidad política que le atrajo no pocas envidias; sobre todo cuando compañeros especialistas en historias no tan modernas como la que él profesaba, le solicitaban subvenciones y ayudas que no terminaban de llegar; quizás poque no era posible concederlas, quizás porque quien las solicitaba pensaba que su apellido todo lo podía.
Su cese inminente como Director General de Bellas Artes sentó bien a más de uno. Como siempre, escribir acerca de la Historia reciente de España es problemático y levanta ampollas...sobre todo en quien tiene algo que esconder o en quien escribió su historia a fuerza de torcer la verdad.
Como el Profesor Tussel hubo otros y habrá más. Podría retomar casos como el de Caro Baroja, demonizado por recordar en más de una ocasión, a más de un engreido compañero de pupitre cómo habían sido de veras las cosas.
Podría recordar a otros, con más o menospeso político y científico que sufrieron primero los halagos de propios y extraños -sobre todo aquellos que alcanzaron cieta responsabilidad política o social- para inmediatamente pasar a engrosar la interminable lista de los odios más encendidos.
Podría traer a colación centenares de apellidos de jóvenes minimizados, ninguneados, apartados de toda posibilidad de desarrollo profesional por odios, rencores o envidias de compañeros y...¡aún peor! maestros. No seá este el momento.
Tan sólo reflexionar acerca de lo que estamos construyendo. Reflexionar ante lo facil que resulta reducir a tres líneas la carera, el trabajo...pero también el sufrimiento de aquellos que, con su implicación, decidieron un día trabajar para y por los demás.
Que escondan la cabeza ahora aquellos que se vistieron siempre con plumas ajenas...porque hay quienes os conocemos. Si os queda algo de decencia guardad vuestra opinión y no cometais de nuevo el oprobio de glosar a quien en más de una comida y cervecería dilapidasteis un día.
Como Don Pío señalaba... La eternidad es permanecer en la memoria de quienes te aprecian.
Más informacióen en: http://actualidad.terra.es/articulo/html/av2138861
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Tres años de regalo
JOSÉ ÁLVAREZ JUNCO
EL PAÍS - Cultura - 09-02-2005
Hace ahora tres años sufrió Javier Tusell una gravísima enfermedad que le mantuvo en coma profundo durante varios meses. Tras una serie de crisis de las que parecía imposible que saliera, sobrevivió, contra todo pronóstico. Más imposible aún parecía que retoMara su trepidante vida anterior, y en especial que, después de aquel largo apagón, volviese a tomar el pulso a la actualidad política. Pero, también contra todo pronóstico, lo hizo. Y no sólo volvió a leer y escribir mucho. Es que el Tusell que resurgió era mejor que el anterior. Todos conocemos casos de personas que, tras estar al borde de la muerte, ganan en humanidad y cercanía. Javier Tusell lo hizo. Pero además aumentó su sensibilidad histórica y política, su sensatez y clarividencia.
Siempre había sido un trabajador infatigable y políticamente cercano a un centro tan carente de adeptos en este país, pero ahora su trabajo ganó en calma y reflexión, como su juicio político ganó en cordura y sabio escepticismo. Vivía de prestado, de regalo, y ello sin duda le ayudaba a estar por encima de miserias inmediatas. Nos aconsejaba, en cierto modo, desde el más allá.
Qué suerte este regalo, para él, para Veva y sus hijos, para nosotros, sus amigos, y para todos sus lectores. Con qué dignidad se nos va Javier Tusell.
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