Autor: NOSTI
martes, 14 de octubre de 2003
Sección: Artículos generales
Información publicada por: NOSTI
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LOS VAQUEIROS DE ALZADA
El apartheid hispano
En una sociedad se pueden dar casos de xenofobia y racismo pero lo que determina si un país o una comunidad es o no verdaderamente racista son sus leyes, que en definitiva son el reflejo de las sociedades que las crean.
En nuestra Historia fueron conocidas las diferencias entre cristianos viejos y judíos, y la discriminación hecha hacia ellos desde las tempranas Partidas del rey Alfonso X, entre otros monarcas, y los pogromos (el más virulento fue el del año 1.391) de los que fueron víctimas antes de su expulsión definitiva así como la de los musulmanes. Los gitanos también fueron objeto de discriminación desde un punto de vista jurídico, posiblemente el ejemplo más conocido lo constituya la resolución del monarca Carlos III, al decretar que en su Marina Real no deseaba “ni murcianos, ni gitanos, ni gente de mal vivir” (no afectaba a los naturales de Murcia, como muchos han creído, ya que se refería a los ladrones en general por proceder el término murciar del antiguo verbo castellano robar).
Estos hechos históricos se han intentado explicar planteándolos no desde una postura puramente racial (como es el caso de muchos países, entre ellos Estados Unidos, donde las poblaciones afroamericana y latinoamericana, por ejemplo, se han adaptado generacionalmente a la forma de vida de su país adoptivo y sin embargo siguen siendo en muchos casos objeto de racismo) sino tan sólo por una diferencia de credos religiosos o porque estos colectivos mantenían sus propias costumbres sin adaptarse al resto de la sociedad, lo que acabó afectando a judíos, musulmanes, o como en el último caso a los gitanos; y se ha justificado por el hecho de la mestización así como en los lugares de ultramar colonizados posteriormente por los españoles, y que incluso las tres culturas, cristiana, judía y musulmana conocieron efectivamente periodos de convivencia pacífica.
¿Pero qué sucede cuando un colectivo de la misma religión y costumbres de sus conciudadanos es objeto de discriminación? Esta marginación a la que me refiero, y poco conocida, afectó a los vaqueiros de alzada, una población montañesa habitante de una parte de las brañas asturianas y que llegan a colindar con León e incluso con una pequeña parte de Lugo, su localización tradicional y más legítima abarca los concejos de Cudillero, Luarca, Navia, Villayón, Pravia, Salas, Timeo, Allande, Belmonte de Miranda, Teverga, Somiedo y Cangas de Narcea.
Me referiré a los vaqueiros de alzada en pretérito para diferenciarlos de los actuales, pues los hechos que voy a referir afectaron a este colectivo desde principios del siglo XV hasta los inicios del XIX. Su principal actividad, que define su nombre, era la cría de ganado vacuno, y de alzada por alzar su morada constantemente debido a la trashumancia; su dialecto era, como en la actualidad, el bable. En síntesis los dos motivos principales que se barajan para que fueran objeto de discriminación eran, por una parte el económico, pues al parecer no contribuían a pagar los tributos concejiles (o al menos al principio) al dedicarse al pastoreo trashumante y no estar asentados de forma permanente en ningún sitio ni estar empadronados, al contrario que los aldeanos que contaban con una residencia fija; el segundo motivo (quizás propiciado por el mal entendimiento con sus vecinos por lo que acabo de comentar, aunque eso mismo sucedió en otros lugares de la península con poblaciones trashumantes y no justifica el odio acérrimo que sufrieron) era que debido a su tono de piel supuestamente más oscuro se les atribuía, infundadamente, ser descendientes de esclavos moros.
Como explica todo esto Ramón Baragaño los atropellos e injusticias desde un punto de vista jurídico fueron constantes, se les llegó a desembargar y desposeer propiedades justamente adquiridas por el simple hecho de ser vaqueiros, como atestiguan las resoluciones judiciales, e incluso Diego das Marinas, noble asturiano señor de la Campona (Grado) a mediados del siglo XVII había elevado una petición al rey para que se castrase a los vaqueiros y que de esta forma no se propagase esa, en su miserable opinión, despreciable raza.
Incluso pagando los derechos de paso por las tierras de los nobles como en el caso de las del conde de Luna (Laciana -León-) no fueron óbice para que dejaran de recibir un trato vejatorio, de lo que se quejaron a las autoridades tal y como recogen documentos del siglo XVI.
La franca hostilidad de los aldeanos y su sentimiento de superioridad hacia los vaqueiros queda reflejado en todo tipo de hechos tales como servirles la bebida en las tabernas en vasos hechos de cuerno como muestra de desprecio pues les estaba vedado los de cristal reservados sólo para los aldeanos; los bailes en las romerías tenían que hacerlas aparte y las canciones y dichos ofensivos sobre ellos se prodigaban a cual peor, como este:
Los vaqueiros van pal puertu
chevan la chabazá en cuerpu
ya las tripas nun caldeiru;
¡arriba puercu vaqueiru!
Allá van las cochinas
de la montera;
más quisiera ser vaca
que no vaquera
La Iglesia no sólo no contribuyó a remediar esta situación sino que favoreció esta vergonzosa marginación; a los vaqueiros les estaba prohibido portar cruces, pendones o imágenes en las procesiones, estaban relegados a la parte posterior de las iglesias y las hay todavía en las que se pueden comprobar las marcas a partir de las cuales no podían pasar a oír misa ni mezclarse con los demás feligreses, incluso al morir se les enterraba en lugar aparte. El propio Jovellanos denunció en 1.792 un pleito que perdieron los vaqueiros motivado por el hecho de negarse algunas autoridades eclesiásticas a darles la Sagrada Comunión si no era a la puerta de la iglesia prohibiéndoles además entrar en ella a los divinos oficios. Este estado de cosas no habría de cambiar hasta principios del siglo XIX con el cambio político del país y porque se tomaron muy seriamente cartas en el asunto con respecto a este colectivo injustamente tratado, no sin grandes dificultades y reticencias por parte de quienes no deseaban cambiar unas costumbres racistas fuertemente arraigadas desde muchas generaciones, aunque también influyó al cambio la actitud decidida y violenta de los vaqueiros a no aceptar más humillaciones, lo que hizo realidad la frase de que la libertad y los derechos no se dan sino que se ganan.
Todo lo expuesto suponía un auténtico apartheid en el que los matrimonios mixtos entre vaqueiros y aldeanos eran inexistentes por lo que tantos siglos de exclusiva mezcla entre los propios vaqueiros despertó desde finales del XIX una gran curiosidad sobre sus orígenes. Descartando la idea del vulgo de hacerlos descendientes de esclavos moros las teorías van desde las más absurdas, como las que los hacían descender de los caldeos o los vikingos, hasta las del romanticismo decimonónico que los creía celtas puros. Lo cierto es que el tema desde un punto de vista antropológico plantea cuestiones interesantes; hoy sabemos que la península no fue sólo un lugar de encuentro entre pueblos celtas e iberos como si anteriormente no existieran más habitantes. Los auténticamente autóctonos absorbieron racialmente a todos los demás pueblos colonizadores que siempre estuvieron en inferioridad numérica con respecto a ellos. Quizás, y es tan sólo mi opinión, los vaqueiros de alzada sean una reliquia (más anecdótica que racial como se verá más adelante) de aquellos primeros pobladores peninsulares establecidos en tiempos prehistóricos y aislados de las conquistas posteriores en las montañas asturianas, el hecho de que su piel sea al parecer más oscura y su propia complexión podría confirmar lo que nos narran las fuentes sobre los astures y cántabros al compararlos con los beréberes por ser más bien bajos de estatura, atezados, enjutos, ágiles y nerviosos (parece una descripción del típico español de la generación de los 50).
Los doctores Félix Gómez y Pilar Hors realizaron un estudio comparativo entre 350 asturianos no vaqueiros y 200 vaqueiros puros de varias generaciones, y no consanguíneos, con apellidos típicos de las brañas vaqueiras. Las pruebas sero-antropológicas efectuadas dieron como resultado un ligero dominio del tipo M a expensas del MN en los vaqueiros, dato que no se ha considerado significativo, por lo que el estudio concluía afirmando que los vaqueiros no difieren del resto de la población asturiana. Esto vendría a demostrar, gracias a la endogamia secular a la que se vieron obligados a practicar los vaqueiros desde el siglo XV hasta principios del XX, que efectivamente y a pesar de mantenerse supuestamente como una raza pura no existen apenas diferencias con otros grupos que sí se mezclaron con poblaciones invasoras pues en éstas pudo más el poder de absorción de la población autóctona que las nuevas aportaciones raciales, tal y como se ha expuesto anteriormente.
Estas pequeñas diferencias se pueden hacer extensivas a toda la población peninsular por lo que hablar de una “raza celta diferenciada” como algunos pretenden resulta absurdo, o lo que es peor, una manipulación politizada.
Esta es mi última participación por lo que aprovecho para despedirme de vosotros. Saludos.
Nosti
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Aine:
Aunque non te guste nada la religion, las coplas de Rafal Lorenzo son solo coplas ( una pregunta: Rafael ya xaldo, vaqueiro o villano(de villa)?), pero la culpa de la viga no la tenian los curas, la tenia la sociedad estamental, que perduro mientras existio el Antiguo Regimen que dividia la sociedad por clases sociales, Primero los nobles, despues los hijosdalgo, despuesl el pueblo llano o pecheros y tras de ellos los extranjeros o no vecinos. Y esto estaba establecido en toda España y tambien en el extranjero. Los vaquerios eran "no vecinos" en muchas parroquias por ser trashumantes e intentar no estar censados en ningun sitio para no pagar impuestos ni ir al ejercito ( esto esta en todos los Libros y autores que investigaron el tema, incluidos los apologistas como Acevedo o los descendientes como Ardura Parrondo).
Los curas tenian la culpa de no aplicar con hechos lo que predicaban, pero me gustaria verte a ti en aquellos tiempos intentando saltarte las costumbres establecidas de cientos de años.
Piniolo:
Llevo unos cuantos años investigando la historia, la cultura y las costumbres de los vaqueiros y nunca me encontrado a ningun investigador ni escritor con esa teoria de moriscos a los que se les pone una meta para que puedan recibir el titulo de españoles.
Como ya indique anteriormente no todas las costumbres y formas de vida eran comunes en todas las brañas y me refiero en concreto a las bodas, no eran lo mismo las de los de Salas que las de Tineo .
Lo del "pan fálico" lo insinua Jovellanos pero esta teoría la rechaza Acevedo que piso mas las brañas que el anterior, al menos del XVIII hasta hoy en dia. No existe ningun documento que lo cite, solo es una tería "de oido".
Que no descienden de moriscos esta desde hace muchos años descartado totalmente, pues ya habia vaqueiros antes de la conquista de Granada.
Los vaqueiros no son ni nuna fueron una tribu, " el ser vaquerio es una manera de pensar y de vivir que solamente pudo darse en unas circunstancias y en un medio determinado" ( Ardura Parrondo)
¿Acaso esta costumbre se dió entre "las tribus extremeñas"?
Es verdad que durante muchos años compartieron los pastos de la cordillera pastores extremeños y asturianos.
Gracias Evedutonio,hace muchos años que leí sobre los vaqueiros y no sabría decirte ahora mismo el nombre del autor que hipotéticamente los relaciona con los moriscos porque entre otras cosas vivo lejos de Asturias,donde dejé aquellos Libros olvidados en un desván.Pero creo que se apellidaba Menéndez.En cuanto a la definición "tribu",no era más que una forma de expresión.
Por otra parte,me pregunto si la Babia es zona vaqueira,pues tengo amigos que proceden de allí,de Torrestío,y tienen casa en Llanera,lo cual incluiría este concejo y otros en la lista de los invernales vaqueiros,¿no crees?.Además los rasgos físicos de esta familia son comunes a los vaqueiros.
Agradecería tu opinión al respecto.
Saludos.
Evedutonio,no es ninguno de esos autores que mencionas al que me refiero.De todas formas me sería muy dificil ahora averiguar de quien se trata por la distancia que me separa de Asturias y mis Libros de mocedá,pero te puedo decir que el libro en cuestión habrá sido editado no hace más de treinta años y el autor es o era catedrático de historia en Oviedo si mal no recuerdo.Puede que no sea Menendez y sea Martinez o Fernández,por ejemplo,pero mejor no embrollar más el asunto hasta no estar yo seguro de quien se trataba.Haré lo posible por averiguarlo.
Soy un gran aficionado a la historia,pero solo eso,ya que carezco de formación universitaria,pero lo que sí me he dado cuenta,como en muchos aspectos de nuestra historia,es que no hay acuerdo sobre el origen de estas gentes y cualquier tésis puede ser tomada por buena y defendida por unos u otros.Lo bonito en todo caso,es el interés que precisamente esa incógnita despierta en los investigadores,y la riqueza académica que de ello emana para bien de los adictos a los enigmas de la historia.
Creo sinceramente que,en mi opinión,es un error relacionar a los vaqueiros con la morisma por el hecho que mencionas de que son gentes que predominantemente tienen los ojos claros,y ésto,además del color de la piel y del pelo es altamente clarificador.Sin embargo parece que en el norte de África habitaban tribus de pelo rubio y ojos claros.Al menos ésto he leído en algunas ocasiones de autores más bien poco fiables.
En todo caso estoy contigo en que más bien su separatismo sea debido a intereses particulares o diferencias costumbristas que a una xenofobia popular o institucional.Aunque debido a su aislamiento,voluntario creo yo,la no práctica del culto católico,la perturbación que provocaban en los vecinos de la marina al llegar en invierno con sus enseres,y la dificultad en aplicarles unos impuestos que a la sazón les haría seres privilegiados a la vista de los demás,es posible que se les hubiese excomulgado y marginado por parte de las instituciones y el pueblo.
Un saludo.
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