Autor: naupaktos
viernes, 23 de septiembre de 2005
Sección: Opinión
Información publicada por: naupaktos
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INVASIÓN ISLÁMICA. SUS ABUELOS.
arrodillarse de grado.
Remontándonos a la primitiva etapa del Islam, en su época de incipiente desarrollo y rápida expansión, encontramos como, de una forma nada sutil los cristianos orientales fueron, más pronto que tarde, forzados a utilizar el árabe y abandonar sus idiomas maternos (al repecto la pragmática de Pedro de Deza no tiene entonces nada de innovador), coptos, arameos, persas... por los conquistadores mahometanos. La voluntariosa teoría del señor solimán, de que los hispano-visigodos adoptaron la religión y cultura islámicas como un maná caído del cielo, y que poco menos que abrazaron y estrecharon con fuerza entre sus brazos a los Tariq, Tarif y compañía, es la "teoría del Puzzle": complicado de encajar y facilísimo de desmontar.
Resulta, por obvio, hasta ridículo, volver a repetir como algo extraordinario, que gran parte de la sociedad peninsular de aquel tiempo prefirió no poner más aún en riesgo sus vidas, y aceptar el sometimiento al nuevo invasor.
Situación: ante la amenaza de la ocupación generalizada de un territorio, carente de defensas serias, y vista la fortaleza del ofensor; caben (resumiendo, claro que hay más), al menos 4 actitudes básicas delos receptores:
1. la más elemental a que empuja el instinto de defenderse, al menos en un primer momento: LUCHAR.
2. la que es producto de la necesidad de sobrevivir salvando la vida: HUIR.
3. la que la resignación impone: SOMETERSE. Y después abandonar o no tu credo (caso de que religión de invasor e invadido sean distintas), y comulgar con el suyo, generalmente a la fuerza.
4. la que, bien como resultado de una recapacitación seria y serena; bien, ¿por qué no?, de un sentimiento espontáneo de atracción de fe; bien de un golpe en la cabeza que perturbe nuestra memoria -podría ser...-: LA CONVERSIÓN voluntaria y sin tapujos.
De todas ellas, la 4, que más de uno escogería tras humedecerse hasta los talones (confío en que nadie se sienta ofendido pues ya hace demasiado de esto), es la que el señor solimán parece sostener en sus intervenciones. y, sin duda, es por la que optaron no pocos hispanos. siendo la 3, probablemente la que suscribieron la mayoría de los ocupados.
Con todo lo anterior, que no es sino una opinión mía, es de perogrullo decir que hubo conversión de multitud de hispanos. Pero, ¡qué remedio! visto los huéspedes. De ahí, a una mística revelación seductora pro-islámica, hay un trecho que muchos se saltan con demasiada gracia y elegancia.
Volviendo al principio.
Fue allí mismo, en Oriente, donde van desapareciendo culturas, lenguas y religiones preislámicas. Eso mismo podría haber pasado en la Península Ibérica apartir del s.VIII en adelante, aunque finalmente consigue sobrevivir el factor hispano-visigodo. Lógicamente con mayor fuerza y libertad en el norte peninsular, y muy atenazado en Al Andalus.
El Islam, omnipresente en cada uno de los aspectos de la vida de sus fieles, (como el catolicismo en sus momentos de mayor implantación y oscuridad), y su estrato social, conforman todavía sociedades cuasi tribales y escasamente desarrolladas en casi todos los planos culturales.
Desde las crónicas que muchos conoceréis, seguramente mejor que yo, Bizantina (741), pasando por la Profética de Alfonso II, y hasta la Albendense, todas, en mayor o menor medida, relatan la crueldad, el escaso bagage cultural, científico y social delinvasor musulmán en todas las latitudes por las que se fue asentando su dominio a uno y otro extremos del Mediterráneo.No era de esperar otra cosa por parte de poblaciones y territorios, vencidas y ocupados en gran parte, salvo que se quieran pedir peras al olmo, o calor a la nieve, que las compilaciones, crónicas reflejen sentimientos de confrontación y rencor, no exentos en buena lógica de razón y motivos. Exigir templanza y criterio objetivo a la hora de juzgar al enemigo es bordear el ridículo.
Permitidme un salto temporal para terminar. Cre recordar que no hace mucho, algún interviniente hizo referencia en algún foro al señor M. Guettat, si no es así, la haré yo. Este prestigioso escritor francés, este febril islamófilo experto en mentir (es peyorativa mi intención por el uso de "febril", de no haberlo utilizado, es decir, sólo islamófilo, no lo sería, no se me vaya a enojar nadie), expone que, desde finales del s.XV hasta principios del XVI, en España fueron ajusticiados al menos 3 MILLONES de musulmanes...que gran conciliador y docto erudito. Corrijo, más que febril, fue un burdo manipulador.Fuentes como ésta son utilizadas con demasiada asiduidad, desgraciadamente.
Disculpadme por este último inciso algo fuera del tema.
El idilio es abusivo de sostener con tanta arrogancia.
saludos
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Estamos viviendo, a pesar de todo, en una etapa de islamofilia en la que la exaltación de Al Andalus, llega a puntos ridículos avalado por escritores del tipo de Antonio Gala, Noah Gordon...Novelas que la gente lee y se las toma como dogma. Cuando no son más que novelas.
Los tópicos más manejados son:
* Convivencia pacífica;
* Superioridad del islam frente a los bárbaros cristianos;
* Sensualidad, buen gusto, delicadeza... de los árabes, frente a la rudeza de los cristianos.
Cuando los árabes llegaron a España, su nivel cultural era inferior al de los hispanovisigodos.
Quiero decir, la mayoría de los invasores eran gentes del Norte de África, ajenas a cualquier tipo de romanización.
No es que el resto del mundo fuera muy diferente, pero el haber pasado por el tamiz de Roma, y por ende del de Grecia, se nota.
Cualquier historiador serio no admite el mito de las Tres Culturas conviviendo en paz y armonía porque es sencillamente falso. El proselitismo, tanto de un lado como de otro, era el pan nuestro de cada día. Y la sociedad reciente más parecida a la que había entonces es la del apartheid.
Sino, que me expliquen por qué cada comunidad vivía en su barrio, con jueces propios y privilegios legales y fiscales, dependiendo de quien tuviera la sartén por el mango.
Los reyes cristianos, ante el avance de la reconquista, se nutrieron, entre otros, de mozárabes que buscaban la tranquilidad de vivir con los de su religión y lengua romance. Basta ver la toponimía de muchas partes de España.
Hay que tener en cuenta que la llegada de los reinos cristianos a las costas mediterráneas, les puso en el punto de mira de los piratas berberiscos, que en cuanto podían saqueaban, secuestraban y extorsionaban a los habitantes cristianos de las zonas costeras. De ahí, la prohibición que los reyes de Castilla dictaron de que los moros pudieran pasarse a Berbería mientras se trataba de buscar la asimilación de estas gentes. Tarea que resultó casi en balde, por muchas razones, pero una de ellas es que el islam impone la pena de muerte para el apóstata (ésta es la famosa tolerancia del islam).
Luego se optó por el método contrario: la expulsión.
No hay una solución de continuidad entre las poblaciones de lo que ahora es Andalucía (no confundir con Al-Andalus) y la que había entonces, ya que la práctica totalidad de los habitantes de Andalucía es descendiente de los repobladores del norte de España (leoneses, gallegos, castellanos, vizcaínos...).
Para más datos hay dos Libros de un catedrático de filología árabe llamado Serafín Fanjul que sabe de esto bastante y desmonta muchas tonterías que se dicen ahora, acudiendo a menudo a las propias fuentes árabes, desconocidas para muchos de este lado del estrecho.
Felicitaciones al autor del artículo, ya que opta por una línea lógica, alejada de las falsas mitificaciones basadas en los ojos negros de las sevillanas, el flamenco, el gracejo de los andaluces etc.
Un saludo.
Toda civilización naciente y expansionista es sus comienzos son así, es decir, la cultura más que valorarse se la tiene como un elemento superfluo, negativo, signo de debilidad. Así fue la Republica romana cuando empezaba su expansión, formada por unos indivuos austeros y duros que miraban a los cultos griegos como unos afeminados. Siglos después cambiarían de aptitud, cuando asimilaron la cultura helenística y comenzaron a vivir de las rentas de su basto Imperio. Lo mismo se puede decir en el caso de los Paleocristianos y como no, de los islámicos. En la primera ola de la expansión islámica me parece que estos seguidores de Mahoma estaban más pendientes del botín que de Aristóteles, recordemos que ellos terminaron por destruir la Biblioteca de Alejandría cuando recién habían conquistado Egipto; decían que los Libros sobraban, ya que toda la verdad estaba en el Corán, frase que perfectamente la podían hacer suya, en nuestros días, los talibanes afganos (aunque hay que decir, para ser justos, que la destrucción de la Biblioteca de Alejandría la comenzaron los cristianos).
Saludos
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