Autor: Hannon
miércoles, 04 de octubre de 2006
Sección: Roma y Grecia en Celtiberia
Información publicada por: Hannon
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Enhorabuena por esta interesante puesta al día.
Me gustaría hacer una contribución relativa a la causa por la que los mercenarios hispanos, especialmente los celtíberos, fueron tan apreciados en la segunda mitad del primer milenio a.C. por las potencias mediterráneas, e incluso por otros hispanos (el caso de los turdetanos, que en el 195 a.C. para enfrentarse a Roma contratan a 10.000 celtíberos).
Siempre se ha dicho que esto se debía a su belicosidad. Sin excluirlo que esto tuviera también importancia, en mis diversos estudios desde 1991 sobre la Beturia Céltica he propuesto que la causa de esta predilección pudo ser más bien la excelencia y eficacia de las armas celtíberas. Hay distintas citas antiguas acerca de su dominio del temple del hierro, llegando a veces a conseguir un acero flexible. Su espada recta y corta (alrededor del medio metro) apoyada en un punto podía doblarse, y su doble filo y punta afilada eran tan eficaces al hundirse como cortando una cabeza por la cerviz, como dice Livio. Tanto es así que, como es sabido (aunque hay quien confunde la referencia con las falcatas), los romanos adoptaron la espada celtíbera como una de las armas de base del propio ejército romano bajo el nombre de "gladius hispaniensis", porque la sabían más potente que las suyas (hasta entonces la "machaira" macedónica). Y, por lógica, eran los celtíberos los que les sabían sacar el mayor partido. Si además las potencias les pagaban más como mercenarios de lo que ellos podían ganar en su tierra, es normal que prefirieran ocasionalmente este tipo de vida a pesar de sus riesgos.
Esta evidencia sobre la pericia de los celtíberos en el trabajo del hierro me llevó a sugerir también, yendo más atrás, que la causa real del paso de pueblos celtas a la península, hacia el siglo VIII-VII a.C., no fuera la trashumancia o a los problemas demográficos en Galia o Germania, como también se ha dicho siempre, sino su interés por ocupar y explotar los riquísimos filones de hierro hispanos. Sobre esto, que ya no afecta al tema que aquí interesa, voy a colgar un breve comentario en el artículo de Bea sobre Los Celtas en la Península Ibérica.
Saludos y Feliz Año.
No tiene que darlas. Como le decía, no excluyo el factor belicosidad, pero sí pienso que su eficaz armamento y la manera de usarlo debieron ser el motivo principal.
Por otro lado, sobre lo que dice Ud. ahora en su respuesta del interés de Amílcar por el control de la minería de Sierra Morena, me parece en general que los cartagineses están en la Península exclusiva, o principalmente, por ese motivo (y, si creemos a alguna fuente, desde el 500 a.C.), como bien se ve en el lugar de elección de su Nova Carthago, o en su constante presencia en torno a Iliturgi y Castulo. No en balde últimamente pagaban con metal hispano, sobre todo plata, las cantidades pactadas con Roma. De la misma manera, parece claro que el principal motivo de pasar los romanos a Hispania en el 218 es su ambición de quitar a Cartago la posesión de tan espléndida minería. En la disputa sobre el control del mundo antiguo en los siglos siguientes parece que la clave estaba en quién dominara la Península Ibérica. Y, a juzgar por el resultado final, lo hizo la potencia que finalmente la consiguió.
No tengo noticias de tribus "célticas" en Sierra Morena, una zona además carente de mineral de hierro en forma significativa. ¿Qué referencia tiene sobre ello?
Saludos.
La referencia a la que hace usted alusión la tomé de la obra: GONZÁLEZ WAGNER, Carlos.: Fenicios y Cartagineses en la Península Ibérica: Ensayo de interpretación fundamentado en un análisis de los factores internos, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 1983. (Discúlpeme, yo tampoco sé como se utilizan las cursivas en esta página). A este respecto, le reproduzco aquí el fragmento:
“Por otra parte, resulta extraño considerar que la política de Almírcar, que intentaba conseguir por medios más directos las riquezas peninsulares que antiguamente habían llegado a Cartago por medio del comercio, no supusirera desde un principio el control de las áreas mineras de Sierra Morena, habitadas algunas por tribus célticas. En este sentido, es probable que las tropas de Amílcar se enfrentaran con las tribus que, como ha señalado García Iglesias, habitaban la Beturia Céltica, región que hacía el Este no sobrepasaría el trazado de la posterior vía romana que unía Emérita con Itálica” (Op. Cit., p. 400).
En esta línea, también me fue de utilidad el pasaje de Diodoro (25, 10), que tomé de BLÁZQUEZ, José María.: España Romana. Catedra. Madrid, 1996. p. 14:
“Por otra parte, resulta extraño considerar que la política de Almírcar, que intentaba conseguir por medios más directos las riquezas peninsulares que antiguamente habían llegado a Cartago por medio del comercio, no supusirera desde un principio el control de las áreas mineras de Sierra Morena, habitadas algunas por tribus célticas. En este sentido, es probable que las tropas de Amílcar se enfrentaran con las tribus que, como ha señalado García Iglesias, habitaban la Beturia Céltica, región que hacía el Este no sobrepasaría el trazado de la posterior vía romana que unía Emérita con Itálica”.
En cuanto a la obra que usted cita, lo siento, no la conocía. Le advierto de antemano que mis conocimientos distan mucho de aproximarse a los suyos. Por ello, le reitero mi agradecimiento por sus aportaciones.
Un saludo.
La resistencia y eficacia de las armas celtibéricas no sólo eran debidas el temple del hierro sino tambien a la adicción de pequeñas cantidades de otros minerales accesorios, como la "Ilmenita" que es Óxido de Titánio, y que como mineral pesado se encuentra al lavar los aluviones de los rios mediante bateas.
Hoy se usa el Titánio para la fabricación de planchas blindadas pero los celtíberos ya lo usaban (sin saberlo) porque algunas armas de hierro contienen pequeñas cantidades de Ilmenita y este titanio en aleación con el hierro les confiere gran resistencia.
A Jugimo: Le agradezco su primera aclaración, ya que en mi comentario venía hablando de la presencia cartaginesa en Iliturgi y Cástulo y, por dar por hecho que se entendía, no precisé que de donde no tenía noticias de la existencia de tribus célticas era en esa área jienense o núcleo “duro” o central de Sierra Morena, donde en efecto la presencia de hierro es poco apreciable.
La Beturia Céltica se enmarca desde luego en las estribaciones occidentales de Sierra Morena, y conozco bastante bien el llamado “cinturón ibérico de piritas” o “Faja Pirítica Ibérica”, de la que se afirma que es la provincia metalogénica más importante del mundo, especialmente potente en Huelva y que penetra en Portugal hasta la Sierra de Caveira en el Alentejo. De hecho, en diversos trabajos he llamado la atención sobre la falla geológica del sistema Ossa-Morena como la clave de la diferenciación metalúrgica entre celtas y túrdulos, y su recorrido como un marcador bastante aproximado de la división de sus territorios (que, curiosamente, en este sector SO de Badajoz no se distingue gran cosa de la actual N-630). Por otro lado, conozco bien los trabajos del Dr. Berrocal desde que, siendo aún becario, asistió a un curso de Doctorado que impartí en 1986 en el que analicé con detalle los textos literarios grecorromanos sobre la Beturia Céltica, y él ha seguido estrechamente los míos en cuanto a identificación de ciudades, topónimos y otros asuntos.
Celti (Peñaflor, SE) no se encuentra en este territorio y por tanto no es betúrica.
Es muy interesante su observación sobre la presencia de óxido de titanio en algunas armas celtibéricas; eso explicaría también su mayor perfección, aunque el uso de aguas muy carbonatadas y gélidas en el proceso de temple sin duda era esencial, de lo que informa por ejemplo con respecto al río Jalón en Bilbilis el poeta Marcial, que era de allí, y llama a este río “templador” y “congelador”:
Saevo Bilbilin optimam metallo /
Quae vincit Chalybasque Noricosque/
Et ferro Plateam suo sonantem, /
Quam fluctu tenui, sed inquieto /
Armorum Salo temperator ambit (Epigr. IV. 55, vv. 11-15).
Y en:
Videbis altam, Liciniane, Bibilin, /
equis et armis nobilem...//
remissum corpus adstringes brevi /
Salone, qui ferrum gelat. (Epigr. I.49, vv. 3-4 y 11-12).
Incluso el eco de esta fama y proceso los recoge todavía Shakespeare, en boca de Otelo: " I have another weapon in this chamber. It is a sword of Spain, the ice-brook's temper" (Otelo, acto 5).
Saludos.
Para Brigantinus: Me temo que es imposible saber a qué tipo de espada hispana concreta se refería Shakespeare en la cita de Otelo. En cuanto a su mención de "bilbos", que se cree son espadas vizcaínas, lo hace dos veces en "Las alegres comadres de Windsor", que le transcribo:
Acto 1º (parlamento de Pistol):
"Ha, thou mountain foreigner!—Sir John and master mine, I combat challenge of this latten BILBO. Word of denial in thy labras here! Word of denial: froth and scum, thou liest".
Acto 3º (parlamento de Falstaff):
"I suffered the pangs of three several deaths: first, an intolerable fright, to be detected with a jealous rotten bell-wether; next, to be compassed, like a good BILBO, in the circumference of a peck, hilt to point, heel to head; and then, to be stopped in, like a strong distillation, with stinking clothes that fretted in their own grease..."
Puede buscar otras citas en este excelente buscador del autor inglés: http://absoluteshakespeare.com/
Ahora viene el problema: ¿Significa realmente BILBO en Shakespeare, esto es, en la Inglaterra de su época, “una espada forjada en Bilbao”? Yendo a dos buenos diccionarios de inglés, sí que le dan esa etimología a la primera acepción de esta palabra (espada), por ejemplo en el Dictionary of the English Language de The American Heritage (consultable en http://www.bartleby.com/61/, muy bueno, da incluso en audio la pronunciación de las palabras):
BILBO(1): Inflected forms: pl. bil·boes
Archaic: A sword, especially one having a well-tempered blade.
ETYMOLOGY: After Bilbao.
BILBO(2): NOUN: Inflected forms: pl. bil·boes
An iron bar to which sliding fetters are attached, formerly used to shackle the feet of prisoners.
ETYMOLOGY: Origin unknown.
Y lo mismo en este otro:
http://www.hyperdictionary.com/dictionary/bilbo
\Bil"bo\, n.; pl. {Bilboes}.
1. A rapier; a sword; so named from Bilbao, in Spain. --Shak.
2. pl. A long bar or bolt of iron with sliding shackles, and a lock at the end, to confine the feet of prisoners or offenders, esp. on board of ships.
"Methought I lay Worse than the mutines in the bilboes". --Shak.
Sin embargo, no lo veo tan claro. Si bien "Bilbo" es el nombre euskérico de Bilbao (más bien de origen celtibérico en mi opinión), sospecho que esta definición arcaica de "espada" podría referirse más bien a las de Bilbilis, que tiene exactamente el mismo radical que Bilbo (Bilb-ili) y, como vimos en la cita de Marcial, Bilbilis era ya en la Antigüedad "famosa por sus armas".
Los aceros de Bilbao son de indiscutible calidad y también justamente famosos, pero especialmente en los dos últimos siglos. Por eso me inclino más bien a pensar que durante la Edad Media y comienzos de la Moderna una "espada hispana por antonomasia" debía ser la forjada en Bilbilis (esto es, celtibérica) de donde la abreviatura "un bilbo", pero seguramente por aquí andan algunos expertos en armas modernas que podrían indicar algo más al respecto. Saludos.
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