Autor: arquidioniso
sábado, 21 de junio de 2008
Sección: Artículos generales
Información publicada por: arquidioniso
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Los cultos solares en el reino de Mechoacan.
Esto aparecerá en la portada de Celtiberia.net, así que no escribas más de 4 o 5 líneas.
Hoy es el solsticio de verano y las flores esplenden en el vergel rebosante de color y vida.
El reino de Mechoacan es eso; un vergel florido en el que se da el culto solar y lunar a la par de una serie de rituales que se cumplen con delicia, y que abarcan desde el comer hasta el amar, el danzar y el rezar, el pedir y el dar.
La generosidad de este momento es evidente. Las ireris o princesas de cada barrio caminan ataviadas con sus trajes brillantes y coloridos...los niños pululan y las mujeres mayores preparan cazuelas llenas de guisos maravillosos y aromáticos.
Mis observaciones son ridículas desde la óptica del semiólogo y prefiero particiar en la degustación multisensorial de tales prodigios. Ya habra tiempo para las consideraciones técnicas y hermenéuticas.
La lengua purhepecha canta, el rio Cupatitzio canta y el volcán Paricútin resuena en su centro la tierra...desde la mañana, la fragancia de los pinares inunda el alma y me dispongo a ser parte de la fiesta, una de tantas en tantos días que celebramos.
Fiesta tras fiesta, los cúrpites y las maringuías conducen el cortejo solar y floral para que todos participen con el ánimo dispuesto...no importa si hay turismo fotográfico, se quedan boquiabiertos ante la belleza de esta gente. Ellas morenas y de ojos hermosamente avellanados, ellos con mirada de jaguar...asi son aqui, y asi se han mantenido, casi puros en sus costumbres y modos de vivir, amar y morir.
En la torre de la iglesia las campanas tañen y la llamada a misa es contestada por la multitud de fieles que van a celebrar al Sagrado Corazón de Jesús.
Concidencia de mitos y ritos...el pecho en llamas y el centro del cielo encendido.
Los símbolos solares abundan en todas partes y en todas formas: labrados en piedra, bordados en las vestimentas, pintados en los rótulos de los que venden la changunga, por doquier flores y más flores y como dijo Goethe: "Luz más luz".
Claro que las consideraciones de un antropologo serán muy valiosas en estas notas a vuelapluma, que son parte de mi cotidiano pasar en este paraíso cantador de corolas y danzas elegantes de mujeres bellas. las estructuras metafóricas de esta cultura en especial, se basan en el culto a las flores como fuego y al agua como luna...dualidad lunar y solar y armonía en las manifestaciones, siempre pacíficas de una cultura de principes que sobrevive y bien que lo hace, desde hace ya mas de un milenio.
A los Medicis les hubiera encantado departir con el linaje de los príncipes Huitziméngari, al fin contemporaneos, latinizados y cultos observadores del cielo y de la tierra, conocedores de Platón y Séneca y hablantes de más de cuatro lenguas, cinco ciencias y seis cortesanías.
La presencia hispánica fue bondadosa y util en estas tierras. La tecnología y el saber mediterraneos se fundieron en las buenas y en las malas, mientras se gestaba esta raza luminosa.
Ahora en la ansiosa rapidéz del siglo XXI es preferible sentarse en una banca de la plaza, admirar a las doncellas y degustar un helado de changunga, mientras canta el rio y el sol esplende victorioso.
Antier la luna estuvo llena y roja, presagio del encuentro y señal de fertilidades variadísimas en los vientres femeninos y en las entrañas del jardín.
Hoy asombrado, simplemente disfruto del momento y ya veré la ocasión de ponerme académico en esta arena celtibérica, a la que regreso coronado de amores y delicias.
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