Autor: Nepocianus
sábado, 01 de septiembre de 2007
Sección: Historia Antigua
Información publicada por: nepocianus
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2007 Avance de los últimos descubrimientos en el frente bélico de la Carisa.

Dada la enorme importancia del descubrimiento Madrid a enviado a militares expertos que ayuden a los arqueólogos a interpretar el frente bélico a fin de orientar las excavaciones.

Enconada batalla

Tras varias campañas en el entorno de las murallas defensivas levantadas  en diferentes épocas en la Cordillera Cantábrica, sector Astur, para impedir penetraciones desde el sur,  Madrid envió un equipo de expertos militares para analizar los descubrimientos y ayudar a los arqueólogos.


  En esta última campaña del año 2007 según la orientación de los militares enviados por el Gobierno parece ser que el campamento militar romano de Curriechos tuvo una importancia mayor de la sospechada cuando comenzaron las excavaciones.


Los arqueólogos han comprobado que el enclave dobla las medidas iniciales hasta alcanzar las diez hectáreas acogiendo a unas nueve cohortes -5.000- legionarios en los momentos más críticos del enfrentamiento. Este suceso tuvo lugar en el 22 antes de cristo cuando los astures sitiaron el campamento. Este campamento está estratégicamente situado en la tercera jornada de marcha desde León a la costa Astur siendo el lugar propicio para abastecimiento logístico y descanso en la marcha legionaria. La vía Carisa llamada así por el general romano Carisio parte de León hasta conectar con Gijón atravesando la cordillera en los límites entre Aller y Lena. En la costa conectarían las columnas romanas con la Armada que atacaba la retaguardia astur. Los astures sabiendo de la gran importancia de este puesto avanzado romano trataron de aniquilarlo varias veces sometiéndolo a un largo asedio en torno al año 22 A.C.  y poniendo en grave aprieto a la guarnición que fue salvada a duras penas por los refuerzos enviados desde la Tarraconense al mando de Furno. La colección de monedas halladas en este importantísimo enclave juega a favor de la teoría defendida por los militares de Madrid. Entre las piezas encontradas hay dos ases uno acuñado por Carisio en el 23 A.C. y otro emitido cinco años antes en Velilla del Ebro la antigua colonia Victrix Iulia Celsa llegando probablemente en la bolsa de alguno de los legionarios venidos del Este en ayuda de los asediados. Dice el coronel Ramos Oliver y el resto de los expertos militares del ejército de Tierra que llegaron acompañados con aparatos de última tecnología " La concentración significativa de tropa astur en la cumbre de la sierra para oponerse a los convoyes militares romanos que alcanzarían una longitud calculada de unos 15 km hacen de la posición indígena del Homón de Faro el lugar mas favorable para la interposición y simultáneo ataque a los convoyes romanos que pondrían al campamento en grave problema de abastecimiento". Dado que  las legiones romanas en campo abierto son imbatibles parece que la estrategia indígena se basó en el estrangulamiento de esa espina que tenían clavada mediante el sitio y el asalto a los convoyes  y evitar a toda costa la conexión entre el frente del sur con los ataques navales romanos en el Cantábrico.

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Comentarios

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  1. #1 nepocianus 05 de sep. 2007

    Amigos Virio, Lábaru  y resto de participantes os rogaría consultáseis en www.vacarizu.es en el cuaderno nº 36 la conquista romana de Campoo: arqueología de las guerras cántabras de E Peralta mencionado por Lábaru en su intervención. OS RUEGO LO LEAIS ATENTAMENTE  fijaos especialmente en el pasaje CAMPOO COMO BASE PARA LA CONQUISTA DE LA CANTABRIA COSTERA donde relaciona la similitud de los combates en torno a Espina del Gallego contra los Cántabros con los mantenidos en Curriechos contra los Astures así como la forma de operar del ejército romano, fijaos también en la utilización de la Escuadra Romana  en conexión a los avances por el sur Y SOBRE TODO al principio de la exposición este párrafo premonitorio a tenor de la intervención de A. M. Canto que reproduzco por su interés.


    Dice Peralta: "Pese a recientes intentos académicos por minimizar e incluso silenciar las Guerras Cántabras, éstas fueron un acontecimiento histórico DE PRIMER RANGO y un hito dentro de la romanización de la Península Ibérica al constituir la culminación de la conquista de Hispania. No fueron unas guerras de interés local sino que su importancia de RANGO EUROPEO queda reflejada por la enorme importancia bélica, institucional, personal y augural que tiene para el emperador Augusto y para su regimen: dos consulados ejercidos en Hispania, cierre del templo de Jano, movilización de un nutrido ejército de siete u ocho legiones, UNA FLOTA, e igual número de auxiliares y fundación de una colonia de enorme importancia como EMERITA AUGUSTA con los veteranos de la guerra".

  2. #2 A.M.Canto 08 de sep. 2007

    #44Beturio (Ayer, a las
    14:27) dijo: "A. Canto escribe "Observo con agrado que los
    expertos militares ya se han enterado de que los romanos habían desencadenado
    un ataque simultáneo naval desde el norte
    " 15:39, 04-09-2007... Pues
    parece que ya llevaban 24 años sabiéndolo. El que un arqueólogo desconozca un
    yacimiento no significa que los arqueólogos, en general, lo desconozcan..."


    Es mala costumbre sacar frases de su contexto, o citar sólo parcialmente.
    Mi frase siguiente, en el mensaje en cuestión (# 3), deja claro que me refería
    a los militares involucrados en esta investigación, pues omite Ud. lo que
    seguía: "...Recuerdo sus opiniones de marzo de 2005, cuando decían:
    [...] A partir de esas victorias, las tropas imperiales se marcarían como
    objetivo principal llegar al mar Cantábrico
    [...]"


    Su última referencia (#44) lo único que demuestra (aparte de poco rigor al citar y
    responder a otros) es que el coronel Gárate Córdoba sabía en 1983 que el
    Cantábico estaba controlado ya de antes por Roma, y que había habido presión
    también desde la costa. Pero esto no es aplicable al general Ramos Oliver en
    2005. Las propias declaraciones de éste en 2005, que para eso las reproduje,
    demuestran que por entonces ellos, como suele decirse, "no habían hecho
    bien sus deberes". Es obvio que tampoco me refería con ello a los
    arqueólogos sino, como bien se ve, a "los expertos militares", que
    podían haber comenzado por leer, no ya las fuentes antiguas, sino la propia
    literatura militar al respecto.


    …………

    De paso, para servir como recordatorio y panorámica, recomiendo la lectura de
    estos otros artículos al respecto pues, aunque aquí aún no se hayan citado,
    este tema ha sido ya objeto de otros debates en Celtiberia, donde varios
    expresamos nuestros argumentos desde marzo de 2005, por orden cronológico:

    "Relaciones pueblos prerromanos en la Península Ibérica":
    http://celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=4662

    "¿Manipulación informativa de los avances
    arqueológicos?"
    :


    http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1982

    "Los arqueólogos buscarán ahora vestigios de batallas para explicar
    el origen de

    La Carisa ": http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=2026

    "La Carisa: el enemigo no da la cara":
    http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=2245

    Además de las fotos ya citadas por Hannón (# 22): http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=720
    y http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=1024

    y, sobre todo, el artículo retirado por Diviciaco, tras las noticias sobre
    la cronología altomedieval del Homón de Faro, cuyos comentarios, no obstante,
    sí se conservan: http://celtiberia.net/articulo.asp?id=1980

    Depósito de noticias de 2004: http://www.skyscrapercity.com/archive/index.php/t-120820.html

    Releyendo todo se puede obtener una correcta impresión de cómo han ido
    cambiando los conocimientos y las hipótesis. Por mi parte me mantengo en la que
    desde el principio formulé:

    13/03/2005: “Entre Floro, Dión Casio y Orosio dicen, más o menos, que en el 25 a.. los astures
    "bajaron" de sus nevadas montañas (¿La Carisa no está a 1.700 m de altitud?) y
    colocaron su campamento junto al río Astura; y, cuando iban a atacar en tres
    columnas a los romanos, una para cada campamento, "con un plan bien
    estudiado" (dice Floro), sus congéneres los brigiecinos los traicionaron,
    Carisio venció (y tuvo que ser en la zona baja), y ahí se acabó todo. Vamos,
    que después de eso los hacen bajar a todos para Asturica y ponerse a trabajar
    en las minas, no creo que pudieran ya construir ninguna muralla después del 25,
    como se supone...


    Y, si hay un campamento romano allí arriba, lo construirían los romanos a
    posteriori para vigilar el control del territorio, es lo más razonable. Pero,
    ¿hacer un campamento sólo para una supuesta batalla de la que no hay
    rastros...? sobre todo cuando los autores antiguos nos cuentan que fueron los
    astures los que bajaron al llano.”

    http://terraeantiqvae.blogia.com/2005/031301-la-liga-astur-de-la-carisa.php

    #2 jueves, 24 de marzo de 2005
    a las 12:06: “Perdón, pero este campamento de La Carisa debe de ser más bien
    romano y posterior, para el control del territorio una vez terminada la
    conquista. Su mismo nombre, "Carisa", que recuerda al general P.
    Carisius, ya parece ser un buen indicio de ello
    .” 

    #7 viernes,
    05 de mayo de 2006 a las 14:48: “[esto] choca directamente con lo que hicieron los astures según las
    fuentes literarias
    [o sea, bajar a atacar/defenderse al llano]. De todos modos,
    la moneda más reciente es la que data, por lo que más bien parece un campamento
    de control del territorio una vez dominado, y no un campamento montado para las
    guerras.



    Como se verá a continuación, no soy la única que pienso así desde el
    comienzo, o al menos que se "atreve" a ponerlo por escrito. Ya que,
    como bien se ha podido leer aquí, la simple circunspección científica está mal
    vista y conlleva riesgos.

  3. #3 A.M.Canto 08 de sep. 2007

    Por lo dicho creo conveniente, al servicio de la objetividad, reproducir este artículo, posterior, de 10/8/2006,
    debido a un arqueólogo, informado y creo que asturiano por más señas. Poco sospechoso (se supone) de ser
    de esos “historiadores con ganas de despreciar lo que aún está por desvelar
    (#6), “sibilinamente”, formando parte de algún “complot” (# 7 y 10):

    LA BATALLA DE LA CARISA: UNA PELÍCULA DE ROMANOS EN ASTURIAS

    http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=1360&pIdSeccion=52&pIdNoticia=431741

    ALFONSO FANJUL PERAZA

    La arqueología asturiana de las últimas décadas
    es capaz, entre otras cosas, de mostrarnos una serie
    de situaciones peculiares, e incluso cómicas, de profundo interés historiográfico para aquellos que
    siguen la
    evolución de la
    investigación de nuestro pasado.



    Fue en otoño de
    2005, en Pola de Allande, cuando tuve la
    posibilidad de asistir a una presentación de los resultados de las excavaciones en el
    campamento romano de La
    Carisa por parte de su director, Jorge Camino Mayor, dentro de un ciclo de conferencias que
    anualmente organiza la Fundación
    de Estudios Etnográficos «Belenos».

    Ya entonces pude
    constatar con cierta perplejidad cómo, pese a las
    profundas dudas sobre la correlación entre el yacimiento romano y las «defensas astures», el
    director de tales investigaciones continuaba defendiendo las hipótesis del enfrentamiento bélico,
    reflejadas en el libro de
    lujosa edición titulado «La Carisa. Astures
    y romanos frente
    a frente
    », y publicado por la Caja
    de Ahorros de
    Asturias.

    Finalizada la exposición de Camino Mayor, y ya dentro
    del turno de
    preguntas, mostré dudas a través de diversas
    preguntas a este arqueólogo, las cuales tenían como base los siguientes
    puntos:

    1.-La
    totalidad de las
    hipótesis sólo tenía un apoyo cronológico
    fiable, en los datos materiales del campamento, sin que
    en el momento de la publicación ni de la presentación se dispusieran de
    fechas de carbono 14.



    2.-En la base del «muro
    astur» del Camino de La
    Mesa, se citaba la aparición de «cerámica indígena»
    y de una espuela, cuando bien es
    sabido de la
    inexistencia de
    espuelas en la cultura material de
    los castros asturianos y en general de buena parte del Noroeste
    antes de la
    llegada de Roma, y, sobre todo, de los tiempos medievales.

    3.-De la misma forma, se daba a conocer un arsenal de cantos rodados
    sobre uno de los muros frente al campamento
    romano, algo que, pese a su lógica defensiva en los castros,
    tan sólo puede citarse en
    el norte de la península Ibérica con claridad en uno o dos
    yacimientos arqueológicos de esta época.

    4.-Se mostraba una
    inexplicable ausencia de
    material bélico
    entre el campamento y el muro, a diferencia
    de los campos de batalla excavados en la alta Cantabria, donde
    tal material aparece en grandes cantidades.

    Pese a esta falta de evidencias de un contacto
    bélico
    entre romanos
    y astures, se mantiene tal postura, reflejada en unas hermosas
    ilustraciones del libro de
    Camino y su equipo, que ahora sabemos carecen de valor científico
    para explicar el yacimiento.



    Hoy en día, sabiendo ya que ahora los muros
    astures tienen un contexto medieval,
    hemos de resaltar que la
    publicación de tal obra, sin disponer de fechas de carbono 14, ha sido, cuando menos, una temeridad
    que, en mi opinión, puede
    calificarse de poco científica,
    y cuyo alcance social, debido a la constante presencia
    mediática de tales investigaciones en los dos últimos años, no tiene
    paralelos en la
    investigación histórica de nuestra región.

    De hecho, sólo habría que haber revisado
    parte de la
    abundante bibliografía, principalmente
    británica, sobre los recintos campamentales romanos en Europa para
    darse cuenta de
    que muchos de estos lugares están vinculados a la construcción
    y control de vías de
    comunicación, más que a campañas bélicas de
    conquista.
    (Recomiendo
    los trabajos de Cotteril 1993, Hanson y Friell
    1995 o la más reciente
    monografía de Ottaway 1996, sobre la romanización de la costa de Yorkshire),
    por no hablar de
    los estudios clásicos sobre las fuentes de las guerras astur-cántabras, como el de Lomas Salmonte, que ponen
    en evidencia la escasa trascendencia de las operaciones romanas en
    los territorios transmontanos.



    Por otra parte, la citada publicación resumen de los trabajos de La Carisa
    contiene citas que forman parte ya de la «mítica particular» de esta «peculiar»
    forma de hacer arqueología asturiana; así, por
    ejemplo, las del
    tipo «el choque brutal entre dos pueblos y dos
    culturas...».



    Lo que yo irónicamente denomino película de romanos de La Carisa
    tiene sus antecedentes
    historiográficos en un conjunto de planteamientos escasamente sostenibles por la realidad arqueológica regional, sobre la que se ha intentado
    construir una parte de
    nuestra historia, principalmente por unos
    autores vinculados de
    algún modo con una Universidad de Oviedo, donde la lectura de tesis
    doctorales en Prehistoria y Arqueología brillan por su ausencia, si
    las comparamos con el número anual de trabajos de este
    tipo que se leen en
    universidades de
    regiones vecinas.

    A este respecto, recordemos la teoría que explicaba el poblamiento castreño del occidente de Asturias,
    fundamentalmente en torno a la minería
    aurífera romana, para encontrarnos años más tarde con un origen
    prehistórico de tales castros.



    El director de estos trabajos en La Carisa,
    Jorge Camino Mayor, años después de criticar de forma
    continuada la labor
    del equipo de la Campa
    Torres basándose, sobre todo, en
    la cronología de la muralla de módulos del yacimiento gijonés, es ahora, coincidencias
    del destino, el
    que nos debe de
    explicar qué hace una muralla de módulos en la Edad Media asturiana en los altos de Lena.

    (Alfonso Fanjul Peraza es licenciado en Historia y tiene más
    de una veintena de trabajos de arqueología publicados.
    En la actualidad
    dirige el proyecto de investigación «Astures I. Evolución del poblamiento en la alta montaña
    cantábrica»
    .)

    Fuente: La Nueva España, ya inactivo, pero archivado en:

    http://www.lacoctelera.com/andalucia/post/2006/08/10/la-batalla-la-carisa-pelicula-romanos-asturias

    referenciado en: www.asturianus.org/forum/viewtopic.php?p=7541 (al final).

    A los problemas arqueológicos señalados, y a las contradicciones con las fuentes antiguas, es a los que se debe dar respuesta, si se quiere debatir con cierta seriedad. Como es bien sabido, "matar al mensajero" no hace desaparecer el mensaje. Y los argumentos ad hominem/ad mulierem lo que demuestran es la falta de argumentos reales.

  4. #4 diviciaco 10 de sep. 2007

    No te creas Vidul, no serían barcos de tan pequeño porte Vidul.


    Aquí hay algunos datos de naves romanas mediterraneas en la provincia Citerior (Donde se encuadraba Asturia) aunque  la tipología de las naves cantábricas había de diferir necesariamente, por los condicionantes climáticos de este mar, mucho más rigorosos:


    http://64.233.183.104/search?q=cache:vHO_RzIjEukJ:mural.uv.es/vipebos/Navegacion%2520Romana.pdf+naves+romanas+atl%C3%A1ntico&hl=es&ct=clnk&cd=8&gl=es


    En la Península Ibérica existen algunos pecios destacables de los que podemos extraer algunas conclusiones. Los pecios tarraconenses de los que conocemos las dimensiones son sólo seis, de los que el menor era el de Culip IV (9,5 m. de eslora) y el mayor el Cabrera 3 (35 m. de eslora). En general, parecen dominar las naves medianas o pequeñas, con una media de 16,9 metros de eslora.


    Las naves construidas en la Hispania Citerior podrían haber tenido también unacaracterística técnica propia. Los tres únicos pecios romanos construidos con las tracas de aparaduracompletamente horizontales, están asociados a cargamentos tarraconenses. Estos, comparados con otros barcos del mismo periodo, tenían la ventaja de navegar con menor calado y mayor facilidad en aguas poco profundas, pero esta disminución de calado tenía que disminuir la estabilidad respecto alos embates laterales del viento y el oleaje, dificultando o imposibilitando la navegación del través y de bolina.


    Esta tipología, referida a un barco de 16,9 metros que no es un tamaño pequeño, no bastaría para el cantábrico, toda vez que ya en el mediterráneo no era muy estable.


    Con seguridad las naves precisas para asegurar las comunicaciones por el cantábrico desde Brigantium hasta Oiasso y la Aquitania tendrían un calado mayor que las mediterráneas, para garantizar su estabilidad. No soy marino, pero un barco lastrado de 19 ó 20 metros no sé si pasaría aún hoy en día por la barra de San Esteban de Pravia.

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