Autor: verdinegre
jueves, 17 de mayo de 2007
Sección: Toponimia
Información publicada por: verdinegre
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La Senda Aborígen, una re-visión de la prehistoria

La arqueología está desenterrando las pruebas que están provocando el derrumbamiento de la prehistoria oficial. Está destapando una cultura común que nos puede ayudar a vislumbrar el sendero de nuestra primitiva identidad perdida. Un tiempo más milenario en duración y antigüedad que toda la historia guerrera que nos cuentan los libros de la escuela y en el que además, el ser humano vivía en paz e integrado en la naturaleza. Una sociedad "igualitaria, no patriarcal, no guerrera y en la que el trabajo estuvo unido al juego".
Y es que según nos revelan innumerables muestras arqueológicas, hubo un tiempo (entre el 10.000 y el 2.000 adne.) en el que l@s europe@s vivieron durante milenios en aldeas y ciudades asentadas en el centro de fértiles valles, mucho tiempo antes de que sus futuros descendientes se vieran obligados a vivir en fortificados castros en lo alto de las montañas por temor a que alguien les atacase. Estos pueblos no adoraban a belicosos dioses guerreros (como los que se han apoderado de la mitología calificada como "Clásica") sino que sus ritos y creencias seguían siendo herencia del "animismo" paleolítico y, por tanto, muy similares a los de las pocas culturas indígenas actuales que se mantienen todavía al margen de la sociedad industrial.
Dichas comunidades fueron paulatinamente sometidas por culturas patriarcales y guerreras que portaban una nueva religión (adoración del dios celeste), un nuevo modo de vida (ganadero) y una nueva estructura social jerarquizada. Está nueva forma de concebir el mundo, que se desarrollará posteriormente en Grecia y Roma, marca el inicio de una Era que se prolonga hasta la actualidad y cuyas desastrosas consecuencias padecemos.

La Vieja Europa : “Su cultura parece haber sido básicamente igualitaria, pacífica, prospera y jovial. Sus ciudades carecían de muros defensivos, y en su arte no se aprecian escenas de violencia. (...) Asoma una cultura basada en la “celebración de

La arqueología está desenterrando las pruebas que están provocando el derrumbamiento de la prehistoria oficial. Está destapando una cultura común que nos puede ayudar a vislumbrar el sendero de nuestra primitiva identidad perdida. Un tiempo más milenario en duración y antigüedad que toda la historia guerrera que nos cuentan los libros de la escuela y en el que además, el ser humano vivía en paz e integrado en la naturaleza. Una sociedad "igualitaria, no patriarcal, no guerrera y en la que el trabajo estuvo unido al juego".
Y es que según nos revelan innumerables muestras arqueológicas, hubo un tiempo (entre el 10.000 y el 2.000 adne.) en el que l@s europe@s vivieron durante milenios en aldeas y ciudades asentadas en el centro de fértiles valles, mucho tiempo antes de que sus futuros descendientes se vieran obligados a vivir en fortificados castros en lo alto de las montañas por temor a que alguien les atacase. Estos pueblos no adoraban a belicosos dioses guerreros (como los que se han apoderado de la mitología calificada como "Clásica") sino que sus ritos y creencias seguían siendo herencia del "animismo" paleolítico y, por tanto, muy similares a los de las pocas culturas indígenas actuales que se mantienen todavía al margen de la sociedad industrial.
Dichas comunidades fueron paulatinamente sometidas por culturas patriarcales y guerreras que portaban una nueva religión (adoración del dios celeste), un nuevo modo de vida (ganadero) y una nueva estructura social jerarquizada. Está nueva forma de concebir el mundo, que se desarrollará posteriormente en Grecia y Roma, marca el inicio de una Era que se prolonga hasta la actualidad y cuyas desastrosas consecuencias padecemos.


> A modo de INTRODUCCIÓN
La civilización que hoy padecemos, digna heredera de sus abuelas griega y romana, es mil veces más sanguinaria y destructiva que aquellas dos juntas. Grecia y Roma han sido elevadas a mito y señaladas como punto de partida del “progreso humano”. Y es que si “progreso humano” es someter a gran parte de su población a la esclavitud para que una élite pueda dedicarse a pensar y disertar y otra a guerrear y expandir el Imperio, no hay duda, la humanidad ha llegado a cotas de “progreso” inimaginables. Y claro, al no tener otros referentes en los libros de historia o en los manuales escolares, nos hemos creído que ésto ha sido siempre así, que la historia discurre unida al poder y la guerra desde siempre.
Afortunadamente, la arqueología está desenterrando las pruebas que están provocando el derrumbamiento de la prehistoria oficial. Está destapando una cultura común que nos puede ayudar a vislumbrar el sendero de nuestra primitiva identidad perdida. Un tiempo más milenario en duración y antigüedad que toda la historia guerrera que nos cuentan los libros de la escuela y en el que además, el ser humano vivía en paz e integrado en la naturaleza. Una sociedad “igualitaria, no patriarcal, no guerrera y en la que el trabajo estuvo unido al juego”.
En el pasado que se nos oculta están las claves para comprender y transformar el presente, no se trata de fabricar piezas de museo, sino de valorar la manera de ver y entender el mundo que tenían aquellos pueblos primitivos como válida para nuestra realidad cotidiana. Una cosmovisión que, como comprobaremos en la primera parte de esta obra, esta radicalmente enfrentada con la del Imperio que hoy nos domina, basado éste en el racionalismo a ultranza, la conquista por la fuerza y el patriarcado.
No espere el lector o la lectora un análisis profundo y exhaustivo, pues aquí hay material suficiente para realizar una tesis. Se trata de una pequeña aproximación realizada con el objeto de mostrar las premisas básicas de un estudio que por fuerza necesita de la unión de la mayor parte de las ciencias. Por tanto, esta obra tiene un carácter multidisciplinar, y en ella tienen cabida diversas disciplinas como la lingüística, la antropología, la etnología, la astronomía, la geobiología, la genética, la historia, la sociología, la psicología, la arqueología,...
Como comprenderéis, resulta del todo imposible hablar con propiedad de campos tan diversos. Es por ello que la mayor parte de los pasajes resultan mucho más inteligibles en boca de los que verdaderamente los conocen. Por este motivo podríamos calificar a “La Senda Aborigen” como una obra periodística, como periodismo de investigación histórico. Hágase la idea el lector que esta viendo un documental en la televisión en la que se van sucediendo cortes de diversas entrevistas con los expertos de cada materia entre los que se intercala, de vez en cuando, la voz del narrador. En este caso las entrevistas serán los libros y la voz en off del periodista las frases de quién escribe. Algunos me acusarán de plagiador y yo les diré que no plagió, sino divulgo.
Las piezas de este complejo rompecabezas son fruto del trabajo realizado por diversas gentes que, a mi juicio, se dirigen hacia el mismo lugar a través de diferentes caminos. No pretendo pues elaborar una tesis propia, sino sintetizar y acercar las de otr@s al mayor número de gente posible. Es por ello por lo que los nombres de l@s autor@s van en negrita, también por lo que al inicio presento a los que propongo como conocedores de cada campo específico y es por ello también, por lo que al final ofrezco una bibliografía con direcciones que facilitan conseguir los libros de los que hablo (en caso de que así se desee).
Todo este cúmulo de factores ha propiciado una obra “de corta y pega”, heredera del espíritu Punk del “háztelo tu mismo” o “tu también puedes”.
Mi intención es que este montón de hojas tome vida propia al ser fotocopiadas y vueltas a fotocopiar, intentando así romper, en la medida de lo posible, con el carácter mercantilista de esta sociedad podrida y enferma. Así que animo a todo aquel que considere relevante o digno de comentario lo que estas páginas recogen, a que fotocopié este trabajo o haga con él lo que le parezca.
> Las piezas del rompecabezas
“El testimonio de los heterodoxos ha sido siempre muy difícil. Muchos han sido expulsados o perseguidos y otros han tenido que ceder y cambiarse de bando. En todos los tiempos ha sido necesaria la fuerza de Sísifo para levantar el peso de la independencia intelectual, y muchos no han podido resistir. El intelectual desinteresado, que no sirve a intereses poderosos, que dice y escribe lo que cree, es un modelo difícil de encontrar, desplazado, muchas veces incomprendido, ignorado o silenciado”.Gregorio Peces-Barba.
Josu Naberan, quien en su libro “La vuelta de Sugaar” nos sumerge en aquel universo igualitario de “la Vieja Europa” y lo contrapone como alternativa al modelo capitalista actual. Además sugiere que el re-descubrimiento de aquellas culturas primitivas es fundamental para recuperar la identidad perdida que aún perdura en el inconsciente colectivo vasco, el último pueblo indígena de Occidente.
Casilda Rodrigañez, quién en su libro “El asalto al Hades” y según sus propias palabras, realiza “una propuesta de recuperar la vida que quedo prohibida y excluida del orden patriarcal. Los mitólogos inventaron el Hades para desterrar esa vida que no debía saberse ni imaginarse; las manzanas y la serpiente, símbolos del placer que impulsa la vida, fueron conquistadas y destruidas por Hércules, arquetipo del nuevo ser humano patriarcal, que instituye la superioridad masculina y sustituye el principio del placer por el de la fuerza física”.
Francisca Martín Cano, que en sus múltiples y diversas páginas-web y en su libro “Las claves astronómicas del arte y la religión”, realiza una detallada y revolucionaria descripción de aquellas sociedades matrifocales con el fin de demostrar el grandísimo conocimiento astronómico de aquellos pueblos y como ese conocimiento estaba estrechamente relacionado con sus mitos y sus representaciones artísticas. Demuestra como la mayor parte del arte neolítico mundial, está inundado de metáforas astronómicas que a su vez se relacionan con la agricultura.
Ignacio Abellá, que en esa auténtica obra maestra que es “La magia de los árboles” nos transmite “un mensaje de los árboles para los hombres; día a día hemos ido descifrando el significado de las diferentes costumbres y leyendas, de los susurros del viento entre las hojas; de los sentimientos que todos compartimos desde nuestras respectivas religiones, tradiciones, culturas..., hacia los árboles”.
Jorge Mª Ribero-Meneses que a través de sus innumerables libros y artículos lleva veinte años reivindicando contra viento y marea que los pueblos de la Cornisa Cantábrica y su lengua originaria, el euskera, son la matriz desde donde se puebla Europa y el Mediterráneo. Esta teoría le ha valido la persecución y el descrédito de la comunidad científica durante años. Sólo ahora, que a través de la genética se está llegando a las mismas conclusiones a las que llego él hace dos décadas con la “arqueolingüistica” y el estudio de la toponímia, parece que empieza a ser ¿reconocido?
Antonio Arnáiz Villena y Jorge Alonso García que en sus diferentes libros realizados para la Universidad Complutense de Madrid traducen los textos (en su mayor parte funerarios) supervivientes de las culturas más antiguas de la humanidad. Lo novedoso es que lo hacen desde el euskera antiguo, la única lengua preindoeuropea que sobrevive en el continente. Además, elaboran una serie de comparaciones entre los vocablos de estas diferentes culturas que permiten descartar las simples coincidencias casuales dada la inmensísima similitud lingüística entre ellos. En el lenguaje funerario de estos pueblos aparecen siempre referencias a la diosa neolítica a la que en general denominan como “ama”.
Francisco Berlanga García, qué supo pensar por si mismo y despojarse de lo pre-establecido al escribir el libro “Apellidos Iberoeuskérikos”. Un sencillo método de desciframiento etimológico con el que conocer el verdadero significado que esconden los topónimos y apellidos Iberoeuskérikos.
Jakue Pascual y Alberto Peñalva, quienes en su libro “El juguete de Mari” nos acercan a la primitiva cosmovisión montañesa a través de las pistas que aquel pasado ha dejado en nuestro presente: el euskera y la mitología “vasca”.
Imanol Mújica, al que ya es hora de reconocer los estudios lingüísticos y antropológicos que desarrolla en sus libros “Lingüística baska” y “Iainkoa”.
Baltasar de Echave, al que le estaremos eternamente agradecidos por salvaguardar la memoria de nuestro pueblo.
Y también: Terence Mckenna, Jose Gómez Fernandez, Louis Pauwels y Jacques Bergier, Alfontso Martinez Lizarduikoa, Mircea Eliade, Andrés Ortiz-Oses, Pedro de Astarloa, Félix Zubiaga, Eutimio Martino, Manuel Pereda de la Reguera, y otro@s much@s...
Y como no, la arqueóloga lituana Marija Gimbutas, quién hizo saltar la chispa que encendió el fuego.
NOTA: Este trabajo ha sido elaborado sin en el consentimiento previo de las personas anteriormente citadas. No obstante, espero que no se enfaden.
Lógicamente echarás en falta bastantes autores que a tu juicio son importantes. Seguro que lo son; pero estos han sido los mimbres de los que he dispuesto para elaborar el cesto.

> Capítulo 1: La Vieja Europa
“Su cultura parece haber sido básicamente igualitaria, pacífica, prospera y jovial. Sus ciudades carecían de muros defensivos, y en su arte no se aprecian escenas de violencia. (...) Asoma una cultura basada en la “celebración de la vida”. No hay hordas ni estados, sino poblaciones autónomas de varios miles de habitantes; se conoce la metalurgia, pero no se aplica para fabricar armas. (...) Su culto esta guiado por mujeres y la descendencia pasa por línea femenina, pero no hay dominio sobre los hombres sino igualdad entre los sexos” Nikolas Platón, director del museo de pre-historia de la isla de Creta.
1) LO QUE ESTÁ DESTAPANDO LA ARQUEOLOGÍA
Como bien nos recuerda Josu Naberan en su libro "La vuelta de Sugaar”, nos han obligado a creer que la historia humana ha sido siempre así: gobernada por hombres guerreros más o menos poderosos según la fuerza de sus espadas y el poder de sus ejércitos. Hemos interiorizado una única versión de la historia llena de fronteras, emperadores y guerras. Nos han hecho creer, o nos hemos creído, que antes de la aparición de las catalogadas como “primeras civilizaciones” no había nada, que los seres humanos vagaban por ahí malviviendo y luchando contra la naturaleza hostil.
Pues bien, según nos revelan innumerables muestras arqueológicas hubo un tiempo (entre el 10.000 y el 2.000 adne.) en el que el ser humano vivió durante milenios en pequeñas aldeas y ciudades asentadas en el centro de los valles, mucho tiempo antes de que sus futuros descendientes se vieran obligados a vivir en fortificados castros en lo alto de las montañas por temor a que alguien les atacase. A esta época de nuestro continente se la conoce como “Vieja Europa”, término acuñado por la arqueóloga lituana Marija Gimbutas, cuyas investigaciones se han convertido en referenciales para tod@ aquel/lla que pretenda sumergirse en la prehistoria
“El término Vieja Europa se aplica a la cultura pre-indoeuropea, una cultura matrifocal y probablemente matrilineal, agrícola y sedentaria, igualitaria y pacífica. Contrasta agudamente con la cultura proto-indoeuropea que viene después, que era patriarcal, estratificada, pastoral, móvil, y guerrera, que se impuso en toda Europa excepto en algunas franjas del sur y del oeste de Europa, a lo largo de tres olas de infiltración desde las estepas rusas, entre el 4500 y el 2500 a.c.” Marija Gimbutas, Diosas y Dioses de la Vieja Europa.
“En los milenios VII, VI, y V a/c., los agricultores del Este de Europa desarrollaron un modelo cultural peculiar, una cultura contemporánea, al menos, a las que se desarrollaban en Anatolia, Mesopotamia, Siria, Palestina y Egipto.
Esa cuna de la civilización comprende los mares Egeo y Adriático (las islas incluidas), y llega al norte hasta las actuales República Checa, Eslovaquia, sur de Polonia y oeste de Ucrania, incluyendo en su centro los Balcanes, Moldavia y la Cuenca del Danubio Medio. Es el área cultural al que la eminente antropóloga Marija Gimbutas ha bautizado con el nombre de “Old Europe”, Vieja o Antigua Europa.” Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”.
Este tiempo del que hablamos, es coincidente con la aparición de la agricultura y el progresivo sedentarismo, lo que ha venido a conocerse como Revolución Neolítica (el progresivo paso de las sociedades cazadoras-recolectoras hacia la agricultora) y en muchas regiones europeas coincidiría además, aunque un poquito más adelante, con la cultura megalítica (construcción de dólmenes, menhires y Cromlechs). Todo ésto comenzaría a ocurrir hace 10 ó 12 milenios según los lugares.
“El término Neolítico significa literalmente “edad de piedra nueva”. Cuando se introdujo por primera vez en el siglo XIX, otorgaba reconocimiento a la aparición de instrumentos líticos que habían sido preparados mediante técnicas de pulimentado. Hoy en día, el término se utiliza para designar no sólo nuevos métodos de trabajar la piedra, sino también nuevos métodos de producción de alimentos. Durante el Neolítico se logro un mayor control de la reproducción de plantas y animales gracias al desarrollo de la agricultura y la ganadería. Esto a su vez sentó las bases materiales para el surgimiento de densos asentamientos sedentarios y un rápido crecimiento demográfico” Marvin Harris, “Introducción a la antropología general”.
“Se han clasificado siete complejos culturales, que han recibido los nombres de sus regiones o lugares de asentamiento: Adriático, subdividido en las culturas Impresso, Danilo-Butmir y Hvar (datadas del 6400 al 3500 a.c.), Egeo, subdividido en Pre-cerámica, Sesklo y Neolítico tardío (7500 a 3500 a.c.). Centro de los Balcanes, subdividido en Satarcevo, y Vinca (6400 a 3500 a.c.), Este de los Balcanes, subdividido en Karanovo, Boian y Gumelnita (6300 a 3500 a.c.), Moldavia y Este de Ukrania, subdividido en Dniesterburg, proto-Cucuteni y Cucuteni (6300 a 3500 a.c.), Danubio Medio, subdividido en Lineal y Lengyel (6000 a 3500 a.c.) y Tisza, subdividido en Alfold, Tisza-Bukk y Tisza-Polgar (6300 a 3500 a.c.)” Casilda Rodrigañez, “El asalto al Hades”.
Estos pueblos no adoraban a belicosos dioses guerreros (como los que se han apoderado de la mitología calificada como “Clásica”) sino que sus ritos y creencias seguían siendo herencia del “animismo” paleolítico y, por tanto, muy similares a los de las pocas culturas indígenas actuales que se mantienen todavía al margen de la sociedad industrial:
"Las culturas más antiguas de la humanidad llegaron a la conclusión de que la vida surgía, se perdía y volvía a aparecer en un ciclo incesante (como les daban a entender las distintas fases de la luna, el “renacimiento de la serpiente”,...). Entendieron que todos los elementos componentes de la naturaleza sin excepción (plantas, árboles, rocas, montes, agua, viento, sol, luna, estrellas, mar...) eran seres vivientes como el ser humano mismo, puesto que todos esos elementos tomaban parte de igual manera en el ciclo de vida, muerte y regeneración.
En el marco de este pensamiento animista, concluyeron que la naturaleza en su conjunto era una mujer/madre generadora de vida y crearon la gran metáfora que ha marcado el pensamiento del ser humano hasta nuestros días. Hoy en día está plenamente documentado que esta metáfora de natura/mujer (que ha quedado bautizada con el nombre contaminado de “Diosa”) es patente en todo el arte neolítico a través de miles y miles de imágenes”. Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”.
Esta cosmovisión aborigen ha quedado reflejada en infinidad de representaciones femeninas que las excavaciones arqueológicas están desenterrando a lo largo y ancho del planeta. Y aunque la mayor parte de ellas corresponden al periodo Neolítico, no son más que una continuación más sofisticada de los ritos y creencias de nuestr@s antepasad@s del Paleolítico, como lo demuestra el hallazgo también de multitud de estatuillas pertenecientes a este último periodo.
“El análisis del imaginario mítico de la Vieja Europa ha reconstruido el eslabón entre la religión del Paleolítico Superior y el substrato pre-indoeuropeo de las culturas europeas (...) La persistencia de la veneración a la Diosa durante más de 20.000 años, desde el Paleolítico al Neolítico y más allá del Neolítico, se demuestra por la continuidad de una variedad de series de imágenes convencionalizadas. Los aspectos específicos de sus cualidades, tales como el de dar la vida, la fertilidad y el parir nuevas criaturas, es extraordinariamente persistente”. Marija Gimbutas, “Diosas y Dioses de la Antigua Europa”
“La más arcaica forma de manifestación artística antropomorfa realizada por la humanidad prehistórica, de la que queda constancia, son las esculturas, exclusivamente femeninas en el Paleolítico, llamadas "Venus", datadas del año 45.000 al 10.000 adne, las posteriores figurillas femeninas y antropozoomorfas del Neolítico datadas del año 10.000 al 2.000 adne. Y a partir aproximadamente del año 16.000 adne. hasta épocas históricas, nuestros ancestros realizaron otras manifestaciones artísticas en variados medios: bien pintura en paredes o techos de cuevas, o grabados en paredes o suelo o en estelas de piedra, bien a la intemperie o en cuevas, también hileras de piedras en el suelo formando dibujos,... Con diferentes motivos, en agrupaciones escénicas combinando animales, figuras antropozoomorfas, humanos, de objetos, vegetales, motivos geométricos o abstractos, o en representaciones aisladas,... Y desde el IV milenio adne. se produce un cambio. Primero aparecen las figuras masculinas itifálicas acompañando a otras representaciones de seres humanos con animales, hasta que se realizan mayoritariamente figuras masculinas y las femeninas terminan por desaparecer de raíz.
O sea que durante cerca de 42.000 años de la Prehistoria sólo había figuraciones femeninas, algunas fálicas, además de representaciones de animales, quiméricas, objetos, vegetales, abstractos, geométricos, etc, hasta que aparecieron las fálicas al final del Neolítico.
Y según teoría generalmente aceptada por el mundo científico, las figuras femeninas, reflejan a la Diosa Suprema que ejercía la Soberanía en el panteón, de la primera religión matriarcal y después de la religión agrícola Mistérica”. Francisca Martín-Cano, “Las claves astronómicas del arte y la religión”.
“Hay evidencia de sociedades matrifocales humanas desde hace unos 35.000 años. Desde 33.000 años a.c. y hasta 3.000 años a.c., es decir, durante al menos, unos 30.000 años, la evidencia arqueológica prueba que la sociedad humana fue matrifocal. Los restos arqueológicos relativos a estas sociedades se van haciendo, cuantitativamente y cualitativamente más significativos, a partir de hace unos 10 ó 12 mil años. De tal manera, que hoy se podría escribir (y de algún modo, ya se ha empezado) la historia de unos 7 mil años de humanidad anteriores a los 4 ó 5 mil de la historia oficial”. Casilda Rodrigañez, “El asalto al Hades”.
“Durante los últimos cien años se han encontrado más de un millar de imágenes de mujeres de la época paleolítica entre grabados, relieves y esculturas. Estas imágenes, de un periodo comprendido entre el 33.000 y el 9.000 a/C, se han hallado en una vasta zona que se extiende desde Aquitania hasta Siberia, muchas de ellas en las inmediaciones de los Pirineos, Francia, Alemania, República Checa, Eslovaquia y Ucrania. Pues bien, esta tradición tendrá continuidad en el Neolítico, habiéndose encontrado unas 30.000 imágenes (la mayoría de arcilla y de mármol) correspondientes al periodo 6500-3500 a/C encontradas en el Este de Europa, así como Menhires de figura femenina, pequeñas imágenes de mujer o pendientes, en el Mediterráneo Occidental y en las costas de la Europa Atlántica pertenecientes al periodo comprendido entre el 5000 y el 2000 a/C”. Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”.

Por su parte, Marija Gimbutas nos dice: “Creo que la clave principal para desentreñar el significado de la Venus paleolítica reside en esa continuidad milenaria del Mito (de la portentosa renovación de la naturaleza simbolizada por la Diosa Procreadora). Veo una línea simple de desarrollo (comenzando en el Paleolítico Superior, a lo largo del Neolítico, hasta el Calcolítico y la Edad del Cobre) de un sistema religioso basado en un ordenamiento social matrifocal. Y en el preciso instante en que la instauración de la era indoeuropea trajo consigo un sistema social y religioso totalmente diferente (dirigida por hombres y por dioses masculinos) aconteció el final de la Antigua Europa y se interrumpió el desarrollo de su sistema cultural. De esta manera, la superioridad religiosa de la mujer aparece documentada de modo continuado a lo largo de veinticinco milenios”.
El 3 de Octubre del 2005 se presentó oficialmente ante la prensa el hallazgo de un colgante de piedra paleolítico en la cueva de Praile Aitz, en Deba (Gipuzkoa). La piedra de una antigúedad mínima de 15.000 años, parece representar una mujer de anchas caderas y grandes pechos
Hacemos un pequeño alto en el camino para reseñar el continuo “alo religioso” con el que la mayor parte de arqueólogos e historiadores cubren sus crónicas sobre la llamada “Civilización de la Diosa”. Incapaces de imaginar o sentir el pensamiento mágico y animista de las culturas primitivas, se empeñan en catalogar a las representaciones femeninas como “diosas” que se adoraban al estilo de la Virgen María. A este respecto J.Naberan afirma:
“Es un nombre un tanto contaminado, tocado por los prejuicios teístas de la divinidad (es decir, un ser divino “sobrenatural” que tuviera existencia más allá de la naturaleza) y mezclado asimismo con el concepto indoeuropeo del “ídolo”. En cambio, la Diosa de la que hablamos aquí no es más que la representación múltiple de la naturaleza misma (un concepto bastante cercano, por tanto, al de la divinidad panteísta); y los miles de estatuillas de esa diosa no son ídolos a adorar, sino imágenes, las más de las veces enmascaradas, para representar el drama cósmico. Y, como señala Gimbutas, por eso mismo son tan abundantes: porque la representación o el drama exige muchos personajes”
Por su parte Casilda Rodrigañez recalca: “Tanto la obra de Mellaart como la de Gimbutas son una fuente de conocimiento importantísima, a pesar de su divulgación tendenciosa bajo el prisma de la religiosidad que impide percibir “el telurismo más puro” y la condición gaiática del “mundo de las madres”: es decir, su auténtico significado material y simbólico”.
“Riane Eisler, en un artículo que publicó en Ser mujer y que lo titulaba Transformación social y lo femenino: de la dominación a la colaboración solidaria, dice textualmente: Pero en este proceso de desmadejar y volver a tejer de manera consciente los mitos convencionales de la masculinidad y la femenidad, tenemos que estar atentos/as al peligro de podernos encontrar inconscientemente atrapados/as en la red de los arquetipos sexuales de dominación, y tejiendo de nuevo sin quererlo un tapiz de ritos y realidades dominadoras” (Extraído de “Atenea o la niña que perdió el ombligo).
Pero sigamos nuestro recorrido. Estos antiguos habitantes de la vieja Europa han sido bautizados por los sesudos investigadores con el nombre de pre-indoeuropeos, pues representan la cultura originaria y anterior a la que más adelante se extendería por todo el continente, la denominada cultura indoeuropea. Veamos cuales eran las características de aquellas primeras sociedades agrícolas.
"Según nos revelan diversos estudios arqueológicos (como los de James Mellaart y su grupo de arqueólogos que descubrieron dos ciudades enteras del neolítico en Anatolia, o los cientos de lugares examinados por el equipo de Marija Gimbutas en Grecia, Rumanía, Los Balcanes, Polonia, Ucrania,...) las sociedades de la Antigua Europa se caracterizaban por:
a) Explotación agrícola de fértiles valles atravesados por ríos en los que sembraban trigo, avena, cebada y diversas legumbres.
b) Los restos arqueológicos de aquella época no muestran sólidas murallas ni fortalezas, y en su abundante arte no se reflejan motivos guerreros, batallas memorables, ni armas letales. Edificaron sus viviendas en valles abiertos, a la orilla de los ríos, y no, como lo harían posteriormente los indoeuropeos, en lugares de difícil acceso rodeados de gruesas murallas. Además en las citadas ciudades no aparecen daños de guerra durante largos periodos de siglos.
c) Aquella sociedad no era patriarcal, eso no quiere decir que fuera matriarcal, sino que no hay indicios de dominio, supeditación o discriminación de un género sobre otro. Ni en el sistema de división del trabajo, ni en los enterramientos, ni en ningún otro detalle.
d) La “Diosa” aparece como el símbolo principal y omnipresente en todo aquel mundo". (Extraído de “La vuelta de Sugaar”).
Según Villar "...sus gentes se caracterizan por ser pacíficas, con poblamientos sin fortificar con abundante agua y suelo de buena calidad, con casas rectangulares y economía agraria; utilizaban el cobre y después el oro para adornos e instrumentos, si bien no conocen el bronce; religiosamente parecen adorar a diosas madres y cultos de la fertilidad de los campos, animales y hombres que reflejarían una estructura social matriarcal. Juntamente han dejado su huella en la toponimia de Europa común en los ríos y montes". (Extraído de “La llegada de los indoeuropeos a Grecia”)
Como vamos viendo, el ser humano, al sedentarizarse, comenzó a desarrollar un tipo de sociedades mucho más complejas que aquellas originarias paleolíticas que se habían mantenido durante más de dos millones de años.
“Como señala Gimbutas, si la civilización se define como “la aptitud de un pueblo para desarrollar las artes, la tecnología y una escritura apropiada, así como para mantener relaciones sociales”, está claro que esa Antigua Europa fue una civilización exitosa.
Esa civilización alcanzó su clímax en el V milenio, pero los comienzos se remontan a dos milenios antes por lo menos. Aquellos primeros colonos fueron asentándose en valles fértiles bañados por los ríos, empezaron a cultivar cereales y legumbres, domesticaron los animales, hicieron grandes avances en la técnica de labrar los utensilios tanto de piedra como de hueso”. Josu naberan, “La vuelta de Sugaar.
“Entre el 7000 y el 3500 a.c. los habitantes de la Vieja Europa desarrollaron una organización social compleja. Según Gimbutas, pequeñas ciudades más que pueblos (como por ejemplo, la de Tal´noe, al sur de Kiev, de 1500 casas en un área de 700 acres y con una población de 20.000 personas, datada del 5000 a.c.), con un alto grado de organización no jerarquizada y especialización cultural y tecnológica reflejada en las herramientas y objetos de adorno y uso, de cobre y oro, mármol y arcilla. No solo vasijas, cuencos, jarras y todo tipo de cacharros, también se han encontrado husos de hilar, útiles de tejer, agujas e instrumentos de música (flautas, tambores...). Y todo ello decorado con pintura, grabado o esculpido. Como explican los especialistas, tan importante es lo que representan las imágenes dibujadas, como lo que no aparece en ningún sitio (escenas de guerras, de héroes peleando y recibiendo honores, arsenales de armas, etc). Por las inscripciones que han perdurado en estos objetos, sabemos que también tenían formas rudimentarias de escritura.” Casilda Rodrigañez, “El asalto al Hades”.
“En 1988, comentaba Gimbutas: mis propias excavaciones en el sureste de Europa muestran que entre hace 8.000 y 6.000 años la gente vivía más cómodamente que en algunos lugares del siglo XX. Cuando hace veinte años, excavé un poblado de 7.000 años de antigüedad en el sureste de Yugoslavia, desenterramos casas espaciosas y pulcras con losas de piedra en el suelo, y en los altares de los hogares encontramos vasijas exquisitas en forma de pájaro, esculturas de tamaño natural o en miniatura de animales y deidades, vasijas de casi un metro de alto con la cara de la diosa en su cuello... y muchos otros artefactos notables. Irónicamente, el equipo de excavación vivía en cobertizos construidos con estiércol de vaca, en un ambiente mugriento, sin agua corriente. Hace cuatro mil años, los templos-palacio minoicos tenían agua corriente y agradables lavabos. Está claro que no hubo un desarrollo progresivo de la civilización”
“No hay ningún enterramiento más lujoso o principal que otro, ni casas más importantes o lujosas que otras; esto está considerado como uno de los más importantes indicadores de ausencia de jerarquización
“Desde el punto de vista cultural, lo que caracteriza a algunas sociedades neolíticas desenterradas, es un orden simbólico no manipulador, que recrea y emula el continuum gaiático. Algunos investigadores lo han llamado acertadamente Cultura de la Celebración de la vida. Lo que llama la atención más que ninguna otra cosa, es que es un arte que discurre sobre la vida misma, sin despegarse de ella, que consigue captar y fijar en sus obras los rasgos de la vida que describíamos en el capítulo anterior: la interacción entre lo vegetal y lo animal, los movimientos asociativos, la diversidad de las formas, la armonía del caos, los ciclos, la noción del tiempo en la vida, la generación y la regeneración, la sucesión, el continuum; la calidez, el bienestar, la alegría de la vida autorregulada. Desde el punto de vista social, se caracteriza por la ausencia de jerarquía y de cualquier tipo de jefaturas o de instancias superiores, ausencia de jerarquización entre los sexos, ausencia de acotaciones territoriales, de guerras y de violencia, ausencia también de símbolos de prestigio o de poder”. Casilda Rodrigañez.
“Su cultura parece haber sido básicamente igualitaria, pacífica, próspera y jovial. Sus ciudades carecían de muros defensivos, y en su arte no se aprecian escenas de violencia. Nikolas Platon, director del principal museo de la isla (de Creta) escribe:
“aquí la sucesión se transmitía por línea femenina... y el conjunto de la vida estaba impregnado por una ardiente fe en la diosa naturaleza, fuente de toda creación y armonía que inspiraba amor por la paz, aborrecimiento por la tiranía y respeto por la ley. Su arte, a la vez grácil y realista, entona un himno a la naturaleza lleno de formas ondulantes y dinámicas, revolotean las abejas, saltan gozosos los delfines, ondean las serpientes, vuelan libres los pájaros. Todo fluye, como atestiguara Heráclito muchos siglos después. En el centro de las escenas suele estar la diosa, a menudo representada como una bella muchacha de pechos descubiertos, a veces rodeada de sacerdotisas y jóvenes varones. Las figuras humanas aparecen llenas de vida, plácidas, espontáneas, siempre gesticulando, en marcado contraste con las rígidas poses del arte egipcio de la época. (... asoma una cultura basada en la celebración de la vida. No hay hordas ni estados sino poblaciones autónomas de varios miles de habitantes; se conoce la metalurgia, pero no se aplica para fabricar armas; no se levantan fortificaciones ni hay signos de violencia, pero existe un arte floreciente... su culto está guiado por mujeres y la descendencia pasa por línea femenina, pero no hay dominio sobre los hombres sino igualdad entre los sexos”.
Como vamos viendo, esta Cultura de la Celebración del Vida (hija de las cosmovisiones animistas del paleolítico), que hasta ahora la historia oficial nos ha estado presentando en islotes (Creta, Troya,...), está emergiendo del pasado para reivindicarse a sí misma como común a toda Europa y si seguimos tirando de la madeja la podríamos catalogar como universal. Así, la metáfora femenina aparece en las tres cunas principales de la agricultura: Asia Menor y Antigua Europa, Tailandia y Centroamérica. Algunos ejemplos universales son: la diosa Nammu de Mesopotamia, Ua-Zit e Isis de Egipto, Quetzalcoath de México, Dani y Kali de la India, Kuan Yin de China, Yoruba Sango de Nigeria, Stara Baba de Siberia, Mari en Kantauria..
2) UNA RE-VISION DEL MATRIARCALISMO
“En 1861 Bachofen escribió un libro en el que explica, basándose directamente en algunos autores de la Grecia antigua, la cualidad y la función social y civilizadora de la libido maternal en las primeras sociedades humanas; lo que ahora ya la antropología con la nueva aportación de la “revolución arqueológica” está confirmando; Bachofen dijo que la fraternidad, la paz, la armonía y el bienestar de aquellas sociedades del llamado Neolítico en la Vieja Europa, procedían de los cuerpos maternos, de lo maternal, del mundo de las madres. No de una religión de las Diosas ni de una organización política o social matriarcal, sino de los cuerpos maternos. Es decir, que aquella sociedad no provenía de las ideas o del mundo espiritual, sino de la sustancia emocional que fluía de los cuerpos físicos y que organizaba las relaciones humanas en función del bienestar; y de donde salían las energías que vertebraban los esfuerzos por cuidar de la vida humana." Casilda Rodrigañez
a) El “Ginecogrupo” y la estructura “matrifocal”
“El derecho materno, cuya existencia histórica ha sido probada, no representa solamente la organización de la democracia natural del trabajo, sino también la organización natural de la sociedad que obedece a los imperativos de la economía sexual”. Wilhem Reich
Como hemos visto hasta ahora, una de las principales características de estas culturas primitivas es lo que l@s autor@s denominan como “matriarcal”, “matriarcado”, etc... Es muy difícil describir algo que nunca se ha vivido. Muy al contrario, la mayor parte de nosotros hemos sido educados en valores contrapuestos. No obstante, intentaremos acercarnos a aquellas culturas con el fin de comprender mejor nuestra realidad cotidiana patriarcal. Comencemos:
“El primer vínculo social estable de la especie humana no fue la pareja heterosexual (mujer y varón) creada por el cazador, como sostiene la mayoría de científicos sociales, sino el conjunto de lazos que unen a la mujer con la criatura que da a luz. El vínculo original diádico madre/criatura se expande al agregarse otras mujeres en estado de gestación-crianza, y las que habían pasado por esas etapas, para ayudarse en la tarea común de dar y conservar la vida la misma circunstancia las aúna, y el conocimiento compartido permite que cristalice la solidaridad entre ellas. Se origina así el grupo social primario, compuesto por mujeres de varias generaciones y sus proles. Los lazos que establece la cópula en la época arcaica son momentáneos e inestables, y no parecen haber sido el elemento fundacional del grupo.
(...) El ginecogrupo (y no la pareja heterosexual) es la primera forma de organización humana, original y universal. Esto significa que no es un tipo de organización cualquiera, sino la primera forma grupal que permite la consolidación de la especie en el tiempo, y que se estructura a partir de exigencias específicamente humanas, es decir, culturales y no instintivas. Dicho de otra manera, no es un resto de una forma de organización entre varias posibles, sino la original, a partir de la cual se derivarán todas las variables conocidas.” Martha Moia, “El no de las niñas”
Intentaremos ahora, a través de las palabras de Casilda Rodrigañez, desenmarañar ese “batiburrillo” de términos y significaciones que se utilizan para describir a estas sociedades organizadas a partir de lo que Marta Moia calificaba como “Ginecogrupo”:
“Ante todo hay que tener en cuenta que no podemos establecer paralelismos; por ejemplo, frente al linaje patrilineal dar por sentado también un linaje matrilineal, cuando la reproducción grupal excluye el linaje. Pero la reproducción grupal es algo que la perspectiva patriarcal no puede concebir ni conceptualizar.
En primer lugar, porque los matriarcados existieron en las épocas de transición precediendo al desarrollo de la paternidad; la existencia de lo que Bachofen llama “ginecocracia”, se sitúa en el tiempo, más o menos con las primeras ciudades-Estado que se formaron a partir del 3000 a.c., y que aparecen con la deificación de la imagen de la mujer, con el matrimonio demétrico, la agricultura extensiva, y posiblemente la institución de algunos linajes matrimoniales que vinieron de la mano de determinados pactos matrimoniales y políticos, y que implicaron la aparición del sistema de identidad individual y la propiedad, y la pérdida de la “identidad” grupal y de la comunidad de bienes.
En segundo lugar, porque si estamos analizando una sociedad desconocida, no podemos dar por sentado que el calificativo general automáticamente nos esté calificando todo lo demás.
“Mutterlich” y “muttertum” no pueden traducirse por “matriarcal” porque estamos con sociedades no jerarquizadas, por lo tanto exentas de autoridad; así pues no estamos en matri-arcados, ni en gineco-cracias. Estamos en sociedades a-cratas, sin archos, con una forma de organización asamblearia y comunalista, sintonizada con el continuum gaiático autopoyético (sin dioses) y autorregulado (sin ley sin estado).
Para una definición general de la sociedad pre-patriarcal, la voz “MATRÍSTICA” que está siendo cada vez más aceptada, es mucho mas acertada que la de “matriarcado” que debería excluirse o restringirse a los periodos ginecocráticos concretos; también se puede usar lo de sociedad de “derecho materno” propuesta por Bachofen (aunque lo de “derecho” es cuando menos ambiguo) o el “mundo de las madres”, el “muttertum”.
Para definir el grupo, tribu, gens, etc., tenemos el concepto de “matrifocal” y el de “ginecogrupo” empleados por diversos antropólg@s; “matrifocal” se empezó a emplear cuando se constato que el lugar de residencia de cada núcleo humano que se formaba, era el de la mujer-madre. Es decir, que la relación de apareamiento no daba lugar a un cambio de residencia de la madre, puesto que la cópula no era el punto de partida de un grupo humano; copular y engendrar hij@s no eran actividades que supusieran la exclusión de la mujer del clan al que pertenecía, si no todo lo contrario. Puesto que una sociedad sin linajes individuales se renueva con las criaturas de las mujeres del grupo.
Por lo tanto la mujer no cambiaba de residencia y seguía viviendo en el lugar donde había nacido con las demás mujeres y hombres con vínculos uterinos (hermanos uterinos o nacidos de la madre).
Hay, pues, que empezar a pensar y a imaginarse lo que puede ser el despliegue social de la sexualidad de la mujer, alentando la simbiosis primaria del ser humano; imaginarnos creciendo en el “muttertum”; imaginarnos como seríamos después l@s adult@s crecid@s en el “muttertum”, con las criaturas pequeñas saltando de regazo en regazo, chupando y lamiendo, incorporadas a nuestros cuerpos en todo el quehacer cotidiano. Imaginarnos los grupos humanos formados no al lado, no en contra, no a pesar de los inconvenientes de la crianza, sino en función de ella, para protegerla y cuidarla como el bien más preciado del grupo. Ni tuya ni mía, las criaturas serían de los grupos humanos, no por ley, no por decreto establecido, sino por la cualidad de la energía libidinal. Por eso, su bienestar sería de hecho el de tod@s. Y si un grupo humano se pone a funcionar teniendo como lo primordial el bienestar inmediato y el cuidado de la pequeña criatura, recuperaría el impulso vital de búsqueda del bienestar; haría volver la sabiduría perdida, el impulso general por el cuidado de los demás que ha sido sustituido hoy por el afán de dinero y de éxito”. Casilda rodrigañez
En el pasado tampoco existía lo que hoy conocemos como “pareja” sino una gran libertad sexual que propiciaba saber quién era la madre, pero en muchas ocasiones no se sabía a ciencia cierta quién era el padre, es más, la mayor parte de las veces, ese dato, carecía de importancia. “En época arcaica, el varón adulto no se responsabilizaba de los hijos de una mujer y no existía vinculación mujer-varón: las primeras familias estaban compuestas por la madre e hijos. (Ampliamos en: Creencia arcaica en la ausencia de poder fecundador del varón) Así, en la familia matricéntrica, en la que no se daba la vinculación masculina, la mujer era fuerte junto a sus hijos, era autosuficiente económicamente y existía la sucesión matrilineal por la certeza de saber quien era la madre de los descendientes”. Francisca Martín-Cano, “Causas de la prostitución arcaica”
“La familia matricéntrica, compuesta por la madre y los hijos, formaba una unidad económica autosuficiente: la madre proporcionaba los alimentos vegetales y los hijos los de la caza o pesca, por lo que era muy grande la influencia femenina en la sociedad. Ella desempeñaba el principal papel en el terreno económico, regía la estructura social y ejercía el poder.
Entre la madre y los hijos existirían lazos muy fuertes, mientras no existía vinculación varón-mujer, ni vínculos entre el padre e hijos (igual que pasa entre los primates). La razón principal estaría basada en el hecho de que el varón desconocía ser padre de sus hijos.
Son múltiples los testimonios existentes que corroboran la afirmación del desconocimiento de la paternidad en época antigua, por lo que se creía que la mujer era madre virgen: "... el sociólogo escocés (Mac Lennan) parte del supuesto de que la incertidumbre de la paternidad fue lo único que determinó la fase matriarcal." (Espasa, Tomo 33, 1988: 1001). "En el grupo humano es sobre todo la madre la que aparece esencialmente como fuente de toda vida, de un modo particular en esa época en que la unión conyugal no existía de modo estable." (Pirenne, 1982: 44). Su expresión "como fuente de toda vida" referida a la madre, expresa la creencia arcaica de que la mujer sola creaba al nuevo ser, se creía que la reproducción era asexuada, no intervenía el varón, se realizaba por partenogénesis / virginal / hermafrodita / agámica / afrodita (afrodita = sin cooperación del sexo masculino) (Espasa, Tomo 3, 1988: 231).”Francisca Martín-Cano
“Bachofen afirma que en la sociedad organizada desde lo maternal, lxs niñxs tenían muchos “padres”¸de este modo, Bachofen explicaba el que muchos adultos cuidasen de cada niñx; y sin poder imaginar otra forma de conceptualizar esa función masculina, caía en el mimetismo de llamarlo “polipáteres”, una sociedad en la que cada niñx tenía muchos “padres”. (...) El concepto de “polipáteres” es un acercamiento a la función social masculina, desde nuestra perspectiva patriarcal; es a la vez rompedor y equívoco. Rompedor, porque tener muchos padres es lo mismo que no tener ninguno desde el punto de vista de la posesión; y equívoco, los “polipáteres” no tenían nada de la patria potestas, que es el contenido básico del concepto de “padre”; por ello el concepto de “polipáteres” es un sinsentido, porque el “poli” es incompatible con el “pater” “. Casilda Rodrigañez “En la sombra de la cultura, el vientre todavía palpita”
b) La sexualidad arcaica.
“Teniendo en cuenta la perspectiva gaiática de la vida humana, y un punto de vista no patriarcal. En primer lugar, hay que partir de que en el Paleolítico, como luego en el Neolítico, el sexo no se había instituido en tabú ni era objeto de represión alguna. Sin inhibiciones, ni pudor ni recato, el sexo y la búsqueda del placer corporal formaría parte de su vida cotidiana, y se practicaría de forma espontánea sin reglamentación alguna”. Casilda Rodrigañez
La escisión del cuerpo de la mujer y el invento del amor espiritual se inscriben en un orden general de los sentimientos. Según De Choisy hay datos históricos que prueban que hubo un tiempo en el que el amor al próximo era físico, y era una regla en una sociedad basada en la conservación de la vida, en el bienestar y en la ayuda mutua. La espiritualización cristiana del “amor al próximo” forma parte del orden sexual represivo patriarcal. De Choisy cuenta también cómo, en la transición a la sociedad patriarcal, cuando empiezan a instituirse la monogamia y la exclusividad, aparecen las hetairas, lo que nuestra cultura ha llamado “prostitutas sagradas”, para "expiar el pecado del matrimonio" y mantener vivo el fluido del amor. Cuando la monogamia y la pareja se generalizan, las prostitutas sagradas se mantendrán todavía durante algún tiempo en algunos lugares junto con los cultos a la diosa Madre.
El matrimonio aparece, ante todo, como la violación de una ley religiosa. Por muy incomprensible que sea para nuestra conciencia moderna, esto tiene el testimonio de la Historia. (...) El matrimonio debía ser expiado ya que "por su exclusivismo viola la ley de la divinidad". La naturaleza no ha dotado a la mujer de tantos encantos para que se marchite en los brazos de uno solo. La ley de la materia, según esta filosofía religiosa odia la coacción, rechaza todo límite, considerado como una ofensa hacia la diosa. El matrimonio sólo fue posible después de un cambio de moral (...) La monogamia debe compensar con la prostitución sagrada su infracción a las leyes de la materia y reconquistar- así la complacencia divina. Marise De Choisy.
La religión de la diosa apareció durante la transición, en las primeras ciudades-Estado (y sus vestigios han perdurado hasta la Edad Media, con los druidas, celtas etc.), como una forma de resistencia: un modo de conservar el antiguo modo de vida y de cultivar la vida contra el Patriarcado, y por eso, entonces, las prostitutas eran “sagradas”: eran sacerdotisas de la diosa que vivían en los templos para rendir culto al amor. No es casualidad que la mariología, el culto a la Virgen María, aparezca en el siglo XII para machacar los vestigios de los diferentes cultos a la diosa Madre y hacer prevalecer el amor “espiritual” sobre el amor verdadero.
“Al abandono al primero que llegaba le sucede la elección de las personas; Deméter ha vencido a Afrodita. Pasamos al reino de la pareja”. Marise de Choisy
Ahora el deseo lo induce el neocórtex ante aquél o aquella cuya imagen representa el prototipo de lo que te debe gustar, de lo que es adecuado para formar la pareja, obedeciendo al orden sentimental establecido. Hoy no podemos entender el significado de "el abandono al primero que llega" de los otros tiempos. No podemos ni imaginar algo tan simple como el deseo descodificado. Pero lo cierto es que, sin mediar la destrucción del tejido social y los procesos de devastación y de domesticación de las criaturas, el deseo no codificado es inducido por el deseo de otr@; y basta sentirse desead@ para desear a quien te desea.
El deseo, por su propia condición, se derrama para fundirse con otr@s, y se guía por su anhelo de complacer a otr@. Es cierto que, cuando de la integridad de nuestro ser mana el deseo y el sentimiento puro, su tránsito es como una caricia que lame todos los vericuetos de nuestros cuerpos y de nuestras almas; pero el hecho de que el derramamiento del deseo nos produzca placer, no debe de confundirnos. El deseo genuino no es egocéntrico. Como diría Kropotkin se obtiene placer dando, porque la búsqueda del placer y la solidaridad son las vías generales del mantenimiento y de la expansión de la vida. Y no hay en ello nada misterioso ni romántico: sin esta cualidad (la ayuda mutua y la búsqueda del placer o de `lo agradable') el reino animal jamás se habría desarrollado o alcanzado su perfección actual. Desear a otr@ es ante todo deseo de saciar sus deseos; y al saciar los deseos del ser deseado, nos fundimos y nos saciamos. Es el complacer del placer, y el placer de complacer. El sentir del consentir, y el consentir de los sentimientos que se originan precisamente para expandirse -la condición del mantenimiento de la vida es su expansión-, y por eso decimos que, en su origen, los deseos no son ni posesivos ni egocéntricos. La posesividad, con palabras de Deleuze y Guattari, es un contraefecto de la represión.
Nuestra condición humana está preparada para la abundancia de la producción de los deseos, de unos deseos saciables; y no para la carencia ni para la frustración. Pero el orden social tal y como está constituido, frustra y asfixia nuestro anhelo de vida desde el mismo nacimiento, y crecemos con los deseos bloqueados y reprimidos. Y ese anhelo profundo reprimido, que habita en lo más hondo de nuestro ser, es el que se idealiza y se canaliza hacia el “amor” posesivo, con toda su fuerza contenida y con toda la ansiedad acumulada durante años. La criatura humana abandonada por sus congéneres se convierte en individuo en busca de compañía. El deseo se ha transformado ya en miedo a carecer, y este miedo, a su vez, en afán de poseer a otr@. Hemos entrado en el reino de la pareja, que presupone el reino del individuo.
El ego es el resultado del bloqueo del flujo de la vida; cuando el deseo deja de fluir, el ser humano queda en soledad, y aparece el individuo, que trata de compensar la carencia y la soledad con la posesión; por eso su `identidad' se define por lo que retiene, acapara y convierte en su posesión (`mi' papa, 'ni' mamá, `mi' casa...); aparece el “yo-poseedor“ por contra del yo-vivo-disuelto: por contra del vivir disuelto que hace innecesaria la metafísica y la “identidad”.
El “ego” se forma por la imposibilidad del deseo de fluir y con la descomposición del amor, por un lado, en “amor” sexual posesivo, que sí es egocéntrico; y por otro, en “amor” espiritual, que puede que no sea egocéntrico, pero que está desprovisto de deseo.
El “amor”, el desprendimiento, la generosidad gozan de un prestigio hipócrita en nuestra sociedad siempre y cuando sea un sentimiento mutilado, no sea amor sexual. ¿Por qué, en medio de tanta generosidad, el amor sexual tiene que ser posesivo, exclusivo y egocéntrico? La respuesta es clara: el deseo es el sustento de la ayuda mutua, y el Poder no puede manipular y controlar la vida más que mutilándola.
El “ego” es una impostura que aparece con las relaciones de Poder. L@s antropólog@s han constatado en ciertas tribus la inexistencia de la identidad individual; la conciencia que cada cual tiene de si es la mera pertenencia a un grupo, la de ser parte de un grupo humano: a esta forma de percibirse lo han llamado miméticamente `sistema de identidad grupal'.
Según la antropóloga Martha Moia, en la estructura social matrifocal, la “identidad” era grupa1 y la convivencia estaba basada en el deseo (sexual) materno de bienestar directamente vinculado a la conservación y protección de la vida. Se trataba de "ayudarse en la tarea común de dar y conservar la vida". Los mayores y los fuertes cuidaban y protegían a los pequeños y a los débiles como requisito de bienestar de conservación del grupo. La ayuda y no la lucha eran la garantía de la vida. Del reconocimiento de la madre y de su amor materno, brotan los sentimientos de fraternidad.
c) Falsas ideas estereotipadas sobre varón imponiéndose sexualmente a mujer
“Os podéis hacer una idea del comportamiento sexual en sociedades libres: cuando una mujer tenía "ganas" invitaba al varón elegido. Y cuando no tenía, ningún varón se atrevía a imponerse por la fuerza, si no quería convertirse en un paria "solitario" y quizás con maldiciones de poderosas "hechiceras" que le llevarían a la muerte. La violación es un comportamiento cultural nacido en la especie humana tras la revolución patriarcal. “Francisca Martín-Cano.
“Muchos se preguntan, cómo tenía lugar la seducción en época prehistórica entre sujetos de ambos sexos. Desde luego no existen fuentes exactas para informarnos de ello, pero sí indicios.
Y precisamente esos indicios se pueden deducir basándose en las nuevas teorías antropológicas, nacidas tras las más recientes investigaciones de la conducta de los primates, y complementadas con los sucesivos estudios de las creencias y de las sociedades primitivas. Tras analizar sus resultados se constata que no es cierta la idea imaginada por algunos sujetos con ideas androcéntricas, que proyectaban sobre la Edad de Piedra, a los varones como seres superiores que subordinaban a su compañera arrastrándola por los cabellos.
Estos nuevos descubrimientos ponen de manifiesto, que la visión estereotipada que aporta Auel en sus novelas, mostrando que los varones prehistóricos imponían brutalmente la relación sexual a mujeres maltratadas, es un mito machista, totalmente inexacto. Subraya esta idea Fisher (1984, 110):
"Tres tratados más, todos de científicos sociales influyentes, remitieron el parentesco primitivo a la mujer, a la madre. Estos estudios no atribuían, sin embargo, ningún estatus social generoso a las mujeres primitivas. Como la mayoría de estos pensadores concebían a los hombre y mujeres prehistóricos como individuos similares a los que veían a su alrededor de la Inglaterra victoriana, se imaginaron a sus ancestros masculinos como los patriarcas agresivos, dominantes, militantes y autoritarios de aquellas familias matrilineales. Y describieron a las hembras como seres sumisos, débiles, inactivos..."
Con los resultados de las contemporáneas investigaciones de primates, se puede uno hacer la idea de la conducta sexual de la mujer en los inicios de la cultura humana, ya que algo parecido debió ocurrir con nuestros remotos antepasados homínidos: el modo de vida sería similar al de los primates no humanos.
Os cuento el más significativo resultado de los estudios de la conducta sexual de las primates superiores de varias especies: LA HEMBRA ES LA QUE ELIGE A LAS PAREJAS SEXUALES, que no pueden imponerse por la fuerza.
Kay y Voorhies afirman en (1978, 153): "Los chimpancés y gorilas, ciertamente, muestran lo que algunos han llamado pautas de dominio. Ahora bien, entre los monos el dominio se establece mediante actos de exhibición en lugar de hacerse a base de agresiones dentro del grupo. Estas actividades exhibicionistas suelen tenerlas los machos para con los machos y a menudo su carácter es casi teatral."...
"Aunque el dominio así conseguido puede a veces llevarse a la práctica en presencia de alimentos, nunca es ejercido en el campo de la sexualidad. Es significativo que la jerarquía de dominio de los monos es exterior a las relaciones macho-hembra. ¿Cuál es, entonces su función?..."
Aporta José Luís Moreno en (1997, 44): "Por lo demás, la hembra, según De Waal, «es libre de elegir si quiere tener o no relaciones sexuales. Si la hembra no quiere aparearse, no hay nada más que hablar, y los insistentes corren el riesgo de ser perseguidos no sólo por la hembra a la que acosa, sino también por las demás hembras.»"
Según Kay y Voorhies (1978, 109): "Esta autora (Sally Linton) afirma que la idea de que los machos seleccionen y posean con exclusividad a las hembras es una noción típicamente euroamericana..."
Informa Meredith F. Small refiriéndose a las hembras bonobos (1996, 115): "Las hembras son las que dirigen el negocio: sexo y comida -dice Dewaal- creo que es una especie ideal para feministas."
Afirma Strum de los babuinos (1996): "Al ser más grande y más fuerte, un macho como Belius podía desplazar con facilidad a una hembra o a un macho más pequeño..." "... pero por lo visto los machos más fuertes no podían obtener cuanto deseaban por la fuerza, tenían que encontrar otros medios..."
Corrobora que es la hembra la que elige pareja, el comentario de Kay y Voorhies (1978, 109): "Se ha observado asimismo que las hembras de orangutanes, gibones, gorilas y chimpancés muestran a veces claras preferencias por machos concretos y han sido vistas cuando rechazaban, durante el estro a machos completamente dispuestos y capaces. Estas observaciones indican que la actividad sexual de las hembras de estos primates superiores no depende totalmente de las hormonas."
Y más adelante (1978, 153): "Según Van Lawick-Goodall (1971), los chimpancés machos en estado salvaje tienen una actitud muy despreocupada ante el coito y no sienten interés por la competencia o los celos relacionados con las relaciones sexuales. Del mismo modo, Schaller (1963) informa que los gorilas macho no compiten por obtener determinada hembra y de hecho no muestran gran interés por el coito."
Y Ronald Nadler ha investigado la conducta sexual de los gorilas en el Centro Regional Yerkes de Investigación de Primates y descubrió, según refiere Fisher en (1984, 22): "Los machos no se acercaban nunca a las hembras, y las hembras que no estaban en celo rara vez se acercaban a los machos. Pero cuando una hembra estaba en celo (un período breve de unos cuatro días) perseguía realmente al macho y en algunos casos le obligaba a copular varias veces."
Me parece que todos estos resultados, indican claramente que se puede deducir que la MUJER EN LA PREHISTORIA sería la que se acercaría a un varón elegido y le indicaría que estaba "preparada" para la cópula. Francisca Martín-Cano “La seducción en la prehistoria”.
“Es sabida la importancia del sexo en las sociedades de primates, inclusive no es extraño escuchar que el sexo es el “pasatiempo” favorito de todos los monos. Los bonobos resuelven las tensiones sociales a través de su sexualidad libre, sin tabúes, no reprimida. Los bonobos no se pelean por el alimento, antes follan y comparten. Los bonobos se dan besos con lengua, se miran a los ojos cuando hacen el amor en la postura de frente. Las hembras tienen la vulva por delante, como las muchachas humanas. Practican también otras muchas posiciones. Se acarician mutuamente los genitales y esporádicamente practican el sexo oral. Constituyen un matriarcado, una sociedad que ha preferido gozar de sus placeres preferidos y echar abajo los brotes de dominación violenta. Pese a la libertad en la práctica de su sexualidad tienen una frecuencia de reproducción baja. Es posible que las hembras controlen en cierto modo su embarazo como las mujeres forrajeras podían y pueden hacer antes de la domesticación de su cuerpo, de los orígenes del genero y el patriarcado” (WWW.salvajistas.tk)
d) Algunas características de conductas sexuales de sociedades matrilineales
En las sociedades matrilineales, según manifiesta Burguière (1988, 55): "... apenas se preocupan del problema de la paternidad, sólo se otorga una importancia limitada a los vínculos maritales. En ellas, además el divorcio es frecuente y fácil". Martín-Cano.
Son numerosas las culturas ya desaparecidas en muchos lugares de la tierra o sociedades primitivas que aún milagrosamente permanecen, en las que la conducta sexual femenina es exactamente opuesta a la patriarcal: son las sociedades matrilineales y matrilocales, en las que perviven o pervivían hasta hace poco, costumbres y antiguas instituciones matriarcales, aunque atenuadas, consideradas reminiscencias del matriarcado. (Amplío en: http://es.geocities.com/culturaarcaica/sociedades.matrilineales.html).
El hecho de que en estas sociedades, PERVIVAN COSTUMBRES DE GRAN LIBERTAD SEXUAL FEMENINA ejemplifica la que tendría en la Prehistoria. Algunas características de la conducta sexual femenina de las sociedades matrilineales, son:
—Existían costumbres licenciosas y de promiscuidad sexual por parte femenina, que tenía relaciones sexuales libres.
—La mujer casada podía ser infiel a su esposo y otorgaba la «amistad del muslo» al huésped (la cultura occidental considera machistamente que el varón prestaba la esposa al huésped).
—O las mujeres elegían a sus múltiples amantes, síntomas de que no se dejaban dominar por ningún varón.
—Sociedades en las que no se daban los celos masculinos por la conducta de su esposa infiel y si algún esposo los sentía podía vengarse en el amante, no en la esposa intocable.
—O existía la costumbre de que a veces eran los esposos varones adúlteros los que se entregaban a los parientes de la mujer ofendida para que la vengasen.
—En algunas sociedades se practicaba la poliandria: una mujer con varios varones, institución social que subrayaba la alta posición femenina y que tenía por resultado darle un lugar preponderante en la sociedad.
—En otras s. m. la mujer no vivía con su esposo quien sólo la visitaba de noche (y ella le pagaba el favor sexual).
—O existía "el esposo desconocido".
—Y eran sociedades que consideraban nacimientos milagrosos los que tenía una mujer de padre desconocido. En palabras de los autores de la Encicl. Espasa, Tomo 33 (1988,1005): "... fue engendrado por Zeus, es decir, por un padre desconocido, una característica del matriarcado."
—La mujer poseía gran autonomía en las sociedades matrilineales y gozaban de grandes derechos y poderes de libre decisión, siendo la elección de pareja dependiente de la joven. Hayes en la Encicl. Espasa, Tomo 33 (1988, 1000) afirma: "...en las sociedades exógamas las mujeres pueden rechazar a los pretendientes..."
—Y añado: que en las sociedades matrilineales existía la promiscuidad sexual entre los jóvenes de manera reglamentada antes de casarse.
—En correspondencia a la estructura de la sociedad en el panteón lo femenino ocupaba el lugar de honor y las Diosas tenían multitud de amantes Divinos y humanos, mitos que reflejaban la gran libertad sexual que gozaba la mujer.
—(...) Y un comentario jocoso sobre los dibujos de esculturas amorosas. Es que justo estos días, en una conversación me hicieron caer en la cuenta (a mi edad por fin lo entendí), del por qué se llama "postura del misionero", la manera de hacer el acto amoroso de frente y tumbados, con el varón encima aprisionando a su pareja. Ya veis que los misioneros no sólo se dedicaron a imponer "la única religión verdadera" en los países descubiertos, sino que también les impusieron a las mujeres aborígenes, una manera de hacer el amor dominadora por el varón.
Los Na (Mongolia)
Y por último sólo hablarles de una cultura que conserva instituciones de la organización social y familiar de tipo matriarcal y que sobrevive aún hoy día. Comunidad matriarcal "caso único en el mundo" en palabras de Soutif, Dray y Dibie, (1999, 38), quienes cuentan sus costumbres aportadas por el etnólogo chino Cai Hua. Comunidad campesina en la que sobrevive costumbres del matriarcado arcaico, cuando el mundo y los niños pertenecía a las mujeres y los varones no tenían hogar permanente (según documental de Malcolm Penny, 1988).
Se trata de los Na, pueblos mongoles del norte de China cercana a la frontera, que viven en las montañas de Yunán. Allí las mujeres son exclusivamente las dueñas de las posesiones valiosas, de las casas y los hijos. La prole son educados por la matriarca anciana, que está al mando y la herencia es matrilineal. En esos hogares no existe el matrimonio, reina gran libertad sexual y una auténtica ausencia de celos. En esta sociedad no hay lugar para el varón, que no posee ningún bien y sólo como "hachu", como "varón aceptado", como amante furtivo, visita de noche a la mujer que lo elige y ni siquiera existe la palabra "padre".” Francisca martín-Cano.
Los mosuo (Sur de China)
“(...) El grupo humano matrifocal es una de las cosa más difíciles de imaginar (sin embargo quedan pruebas vivas como la de los Mosuo), ligado a ese ámbito femenino “remoto” y difícil de recuperar, tan opuesto a la familia edípica patriarcal.
(...)Recientemente nos está llegando información de un pueblo perdido en el sur de China, los Mosuo, que tienen una organización social como la que describe Martha Moia, y que confirma su estudio antropológico. Entresacamos retazos de un artículo de la periodista Paka Diaz sobre los Mosuo:
Los mosuo tienen un asombroso sistema social en el que el matrimonio y la paternidad no existen como tales...Se suelen agrupar tres generaciones de mujeres con sus respectivos hijos. Abuelas, madres e hijas viven bajo el mismo techo sin admitir la presencia de padres o maridos. Solamente los tíos, hermanos, hijos y sobrinos...no existe el concepto del matrimonio...el sexo se practica de forma abierta y libre. solo hay que elegir pareja para pasar la noche...mientras el matrimonio y la fidelidad son considerados como una herejía...no dan muestras de celos. Las tragedias amorosas latinas de amantes vengativos y atormentados les hacen reír. Parecen pensar que el visitante se está burlando de ellos.”¿Cómo es posible que alguien acabe con una preciosa vida por algo tan banal como el sexo?”, se preguntan tras escuchar una historia truculenta de amor y pasión occidental...
Según su propia historia oral, ya que carecen de restos escritos, los Mosuo fueron en su origen unos soldados tibetanos que regresaban de la guerra y que, hartos de pelear, decidieron asentarse en este lugar donde tenían todo lo que podían desear. “Debió de ser uno de esos pueblos que, huyendo de las guerras patriarcales, recuperaron en su nuevo asentamiento sus costumbres matrísticas, que han conseguido mantener hasta nuestros días gracias a su aislamiento”. Casilda Rodrigañez
Las tribus cazadoras-recolectoras
“Los pigmeos del Zaire celebran las primeras menstruaciones de las chicas con una gran fiesta de gratitud y alegría. La mujer joven experimenta el orgullo y el placer, y todo el grupo demuestra su felicidad. (...) Dramper se impresionó por las relaciones distendidas y igualitarias entre hombres y mujeres San, con su suavidad y respeto mutuo, tipo de relación que perdura, mientras los San continúan siendo recolectores cazadores.
Duffy ha descubierto que todos los niños de un campamento Mbouti llaman padre a todos los hombres y madre a todas las mujeres. Los niños de los recolectores cazadores se benefician de más atención y cuidados y más tiempo de dedicación que los de las familias nucleares aisladas por la civilización. Taylor ha descrito "un contacto casi permanente" con sus madres y con otros adultos de los que se benefician los niños bosquimanos. Los bebes Kung estudiados por Ainsworth presentan una precocidad marcada del desarrollo de las primeras actitudes cognitivas y motrices. Eso se atribuye tanto a la estimulación favorecida por una libertad de movimientos sin trabas, como al nivel de calor y proximidad física entre los padres y los niños.
Draper ha podido observar que la "competición en los juegos está prácticamente ausente entre los Kung, igual que Shostack observa que "los chicos y chicas Kung juegan de una manera parecida y comparten la mayor parte de las juegos". Ha descubierto también que no se prohibe a los niños los juegos sexuales experimentales, esta situación es pareja a la libertad de los jóvenes Mbouti durante la pubertad “se libran con deleite y alegría a la actividad sexual preconyugal”. Y los Zoumi “no tienen ninguna noción de pecado”, como dice Ruth Benedict en la misma línea de ideas, “la castidad como estilo de vida está mal considerada... las relaciones agradables entre sexos no son más que un aspecto de las relaciones agradables entre humanos...La sexualidad es un hecho banal en una vida feliz”. John Zerzan “Futuro primitivo”
Los Sufíes
"En la cosmogonía sufi, como en la tántrica, el universo es un inmenso océano de amor, que se define como una energía vital que pervade todos los cuerpos viniéndoles desde fuera. Todos los seres, vivos o inanimados, son receptores y emisores de amor pero no son acumuladores. El amor no es un estanque, sino una corriente; sólo existe el movimiento, y para que entre ha de estar saliendo: la llama amorosa ha de pasarse para que no se extinga. Si se quiere acumular, se escapa. Su paso por el cuerpo templa la personalidad.
Desde esta filosofía sufi, la energía amorosa tal como se concibe hoy ha sido banalizada y desvirtuada: primero, porque en el amor, según la concepción sufi, no se pueden dar los celos; y segundo, porque el amor siempre es desinteresado y los que dicen amar sin ser correspondidos, no aman, sino que están neuróticos. Vamos de aclarar estos dos puntos.
En primer lugar, desde la perspectiva sufi, los celos son imposibles. El amor es un fenómeno sinergético, es decir, no cumple el principio de conservación de la energía. En la ley de la materia o la energía, cuando tengo 8 y doy 3 me quedo con 5; en la ley del amor, cuando tengo 8 y doy 3 me quedo con 11. Esto es lo característico de fenómenos sinergéticos, o multiplicadores de energía, como el conocimiento o el amor. En el conocimiento sucede que si doy una clase a 30 personas, mi conocimiento pasa a ellos (o a unos cuantos) y yo, no sólo no lo pierdo, sino que normalmente lo aumento. Así es en el amor y por tanto para amar a una persona no he de quitar amor a otras. Además, no se puede amar a una sola persona: o se ama a todo el universo, o lo que se llama amor es un egoísmo a dúo.
Por otra parte, desde la concepción del amor sufí, es imposibles amar y pasarlo mal, porque el ser o no correspondido es irrelevante. Un amor no correspondido será una irradiación pasajera que se lanza y de la cual se pasa a irradiar hacia otras cosas y personas. Empeñarnos en irradiar hacia una sola persona y que ésta nos corresponda, es estancarnos en una neurosis obsesiva, lo cual no debe considerarse como un amor ejemplar y abnegado, sino como una estúpida negación de la vida. Hay tantos objetos de amor en el mundo, que encerrarse en uno solo es atentar contra el propio flujo de la vida." Extraído de "Filosofías del Underground de Luís Racionero
3) EL UTERO O EL CORAZON ARCAICO
“Un curioso fenómeno concerniente a las mujeres recolectoras cazadoras, es su capacidad de impedir la preñez en ausencia de todo tipo de anticonceptivo. Diversas hipótesis han sido formuladas y rechazadas, por ejemplo que la fertilidad esté ligada a la cantidad de grasa del cuerpo. La explicación que parece plausible se apoya en el hecho de que los humanos no domesticados están más en armonía con su ser físico que nosotros. Los sentidos y los procesos físicos no les son extraños ni se les hacen grandes; el dominio sobre la fecundidad es sin duda menos misterioso para aquellos para los que el cuerpo no se ha vuelto un objeto externo sobre el que se actúa.” John Zerzan “Futuro Primitivo”
(Extracto de “La sexualidad de la mujer”. Casilda Rodrigañez.) “A lo largo de unos años nos hemos ido encontrando con una serie de datos que, en principio, casi no llaman la atención ni sugieren nada; son datos sueltos, que en su desconexión no resultan significativos; son como las piezas de un puzzle que, almacenadas en algún lugar de nuestra conciencia a la espera de ocupar su puesto en la resolución del puzzle.
a) Para Masters&Johnsons, las contracciones uterinas son un componente esencial en todo orgasmo femenino. Marise de Choisy va más lejos al afirmar que éste... “tiene su origen en el cuello del útero. Y que si los psicoanalistas, desde hace tiempo, vienen confundiendo el orgasmo cérvico-uterino con el orgasmo vaginal, no es sólo debido al narcisismo masculino, ni tampoco sólo a la ignorancia femenina, sino también porque las cérvico-uterinas no frecuentan nuestras consultas”.
b) Bartolomé de las Casas y otros viajeros del siglo XVI han escrito que las mujeres de las poblaciones que habían encontrado en zonas del planeta desconectadas de nuestra civilización parían sin dolor.
c) Histeria viene de “hysteron”, es decir, de “útero”. En la Antigua Grecia se creía que las enfermedades nerviosas o “histéricas” de las mujeres eran debidas a que el útero sufría un desplazamiento hacia arriba. Platón y otros hablan del “vientre errante”, de un “animal dentro del animal”.
d) El útero aparece sistemática y cuantiosamente reproducido en la cultura que ahora se está desenterrando de la llamada Antigua Europa, datada entre el 6.500 y el 3.500 a.c. En aquel mundo simbólico, el útero era aquello cuyo latido significa la vida; algo análogo a lo que en nuestro mundo simbólico significa el corazón: el amor y la vida.
La arqueología está obteniendo datos sorprendentes y reveladores de aquella civilización. Con esta información se vuelve evidente que lo que relata el Génesis (datado precisamente hacia el 3.000 a.c.) no es la creación de la naturaleza humana, sino las condiciones de un nuevo modo de convivencia y de ser humano que se imponen contra otras, y que incluyen el parto con dolor, la transformación del “hysteron” en “histeria”. De hecho, el Génesis habla de un paraíso del que fueron expulsados nuestros primeros progenitores; es decir, que aunque lo de “primeros” da pie a pensar que desde el principio esa fue nuestra condición, no pudieron omitir la existencia de otro mundo anterior al actual. ¿Por qué si no inventar la historia de un paraíso, de una serpiente-demonio, de un Árbol del conocimiento del bien y del mal cuya accesibilidad queda también prohibida con la expulsión del Paraíso?
e) La oxitocina, que se utiliza como oxitócico, como dilatador del útero en la medicina, se empleaba en las orgías eleusíacas por medio del hongo del cornezuelo de centeno. La misma química, una aplicada en el parto con dolor forzado, la otra como afrodisíaco. La misma hormona (la oxitocina) que está presente en el parto para dilatar el cuello uterino es también la hormona del orgasmo, que por ello se la conoce como “la hormona del amor”.
f) En los partos actuales existen casos de partos orgásmicos. Y según los que lo han estudiado, como Serrano Vicens, Merelo-Barberá y el Dr. Schebat del Hospital Universitario de París, son más frecuentes de lo que se cree.
g)Dentro de la práctica de partos “alternativos” o humanistas existe la constatación de Michel Odent de que cuanto menos se interfiera, cuanto menos se provoque el neocórtex de la mujer, haciéndola presta atención (racional) a conversaciones, y cuanto más desinhibido permanezca el cerebro ancestral, más fácil resulta el parto. La mujer está en ese clima de confianza y de cierta intimidad.
CASOS DE RECUPERACIÓN DE CIERTA SENSIBILIDAD UTERINA.
Lo que acabó de retener nuestra atención sobre este tema, fueron los testimonios de unas mujeres que habían recuperado una cierta sensibilidad uterina, tras la lectura del libro de Merelo-Barberá, en el que afirma que la mujer se socializa en la ruptura psicosomática entre la conciencia y el útero. Esta percepción o sensibilidad, aunque difícil de traducir en palabras, fue descrita así:
En el momento del orgasmo habían empezado a percibir, en el centro y en el interior de la cavidad pélvica, como una ameba que se retrae y que se expande rítmicamente con cada oleada de placer. Podía también asimilarse al latido de un corazón, aunque más lento, o al latido del cuerpo de un rana. En el momento en que se termina el movimiento de retraimiento y comienza la expansión, podían empujar y amplificar la onda expansiva, lo mismo que en las contracciones de la fase expulsiva del parto, o al defecar, cuando “vienen las ganas” como normalmente se dice. Al ampliar la onda expansiva del latido, se amplifica al mismo tiempo la contracción uterina y la ola de placer.
Esto supuso un cambio en el modo de percibir sus cuerpos y en su sexualidad. El simple hecho de dirigir la atención/pensamiento al útero produce excitación y placer ubicados en las paredes del útero y en los pechos.
Otra amiga nos comentaba que entre la tercera y la octava semana de un embarazo, se encontraba en un estado de bienestar flotante permanente, que podría calificar de pre-orgásmico. Lo relacionaba con el concepto de “gravidez”, de sentir la matriz pesada, hinchada, presionando el suelo de la cavidad pélvica.
Contrastados estos testimonios con Juan Marelo-Barberá, este afirma que el útero efectivamente comienza a palpitar como un corazón desde el momento en que la mujer se excita sexualmente; a palpitar y a descender. Afirma que el cuello uterino se hace incluso visible desde el exterior a simple vista en estado de excitación fuerte. Por eso en la Antigüedad la mujer frígida era aquella cuyo útero no podía moverse y descender. Luego se invierte la valoración: la mujer cuyo útero se mueve como un pez es una mujer lasciva y pecaminosa; la del “vientre errante”, la del “animal dentro del animal”; la que no está castrada ni sometida al varón.
LA FISIOLOGÍA DEL PARTO
Un animal crece a partir de una sola célula, un zigoto que crece hasta hacerse un embrión. Este proceso requiere una protección especial, porque el zigoto/embrión no puede dársela a sí mismo. Las especies animales que no se dotaron de una protección adecuada, no prosperaron. Una vez más, una forma de simbiosis entre dos seres vivos resuelve el problema de la conservación y regeneración de la vida. Los huevos de las aves tienen una protección, una cáscara de calcio que no puede ser más dura y proteger más de lo que hace, porque, dado que se trata de una estructura ovoidea herméticamente cerrada, el embrión mismo tiene que poder romperla cuando llega el término: esto, la salida, determina su fragilidad. El invento de los mamíferos es sorprendente, como todo o casi todo en la evolución de las formas de vida. La madre guarda dentro de sí el óvulo fecundado en lugar de expulsarlo y lo protege al tiempo que se protege a sí misma, con su movilidad, su propia nutrición, etc. Pero debe resolver la contradicción entre la consistencia de la envoltura protectora y la salida del embrión de dicha envoltura en su debido momento. La contradicción la resuelve el tejido muscular: fuerte y a la vez elástico y flexible, conectando con el sistema nervioso de la madre, y formando una bolsa con una puerta de salida que puede cerrarse y abrirse. Una articulación (la neuromuscular) puesta a punto para la locomoción, bombear la sangre (el corazón es tejido muscular), etc., combinando el sistema nervioso involuntario y el voluntario. Aquello que nuestro organismo debe ejecutar sistemáticamente (el bombeo de la sangre, la respiración, la digestión cuando llega alimento al estomago) se realiza automáticamente por el sistema nervioso involuntario; pero aquello que sólo se realiza en momentos determinados, como correr para cazar, coger un fruto de un árbol, requiere la actuación del sistema nervioso voluntario, seguramente siempre en conexión con el sistema nervioso involuntario: los engranjes neuromusculares realizan su cometido a la perfección.
Entonces intervienen los sentidos: la percepción sensorial indica cuándo el sistema nervioso voluntario debe ponerse en marcha. Los sentidos en su origen, antes del desarrollo cultural que los recrea, están al servicio de la conservación de la vida: el gusto, la vista, el oído, el tacto, el apetito, et. El deseo sexual, al igual que el deseo de comer, tiene ese origen.
La reproducción en los mamíferos tiene involucrada una sensibilidad especial, una inducción de tipo sensitivo que pone en marcha un sistema de producción de hormonas (la oxitocina del orgasmo y del parto es una de ellas) para realizar las funciones sexuales reproductivas. Esta inducción sensitiva es lo que llamamos instinto, o en los humanos, deseo sexual. Por ejemplo, las cerdas sólo eyaculan leche de sus mamas cuando son estimuladas por la succión del lechón. No es una producción continua, sino una serie de eyaculaciones sucesivas a la estimulación. Si alguien entra en la cochiquera y distrae a la cerda, deja de hacerlo. Hemos visto parir a una gata varios gatitos. Cuando terminaba de lamer la bolsa y de comerse la placenta de un gatito, reactivaba las contracciones para expulsar al siguiente. Como si pudiese controlar de modo voluntario las contracciones uterinas.
Unos versos mesopotámicos del tercer milenio a.c. nos dan a entender que los humanos de los tiempos en los que las mujeres parían sin dolor, tenían también el útero en el sistema nervioso voluntario:
Ninhursaga, única y grandiosa,contrae la matriz;Nintur, que es una gran madredesencadena el parto.
¿Qué mejor invento podría hacerse para tener seguro al embrión y para que salga cuando llegue el término, que la fuerte, dúctil y elástica bolsa uterina, con su cuello que cierra firmemente y es a la vez capaz de abrirse? En este contexto situamos las contracciones uterinas para dilatar el cuello. Ahora bien, no es lo mismo mover un músculo contracturado, rígido, que está medio atrofiado por no ser usado, que mover un músculo distendido y que es utilizado habitualmente. Actualmente parimos con el útero rígido, sin elasticidad, medio atrofiado y sin que el deseo estimule la producción de oxitocina. Por eso duelen también las reglas.
La sexualidad en la que nos educan es la sexualidad de un cuerpo despiezado, escindido en “cuerpo” y alma. Lo que llamamos “cuerpo” es en realidad el subproducto de un cuerpo despiezado y en buena medida desvitalizado. La clave de esta escisión es “la ruptura psicosomática entre la conciencia y el útero”, como dice J.Merelo Barberá.
El “cuerpo” que la mujeres creemos que tenemos, es un cuerpo al que le ha sido arrebatado el órgano central de su sistema erógeno; es un cuerpo sin útero, con un sistema erógeno que comprende sólo vagina y clítoris.
Y todo esto, establecido por la Ciencia; porque cuando la sexualidad fue abordada “científicamente” en el siglo pasado, la sexualidad femenina que se definió fue la de un cuerpo castrado, devastado, despiezado; sometido y explotado: una sexualidad falocrática, vaginal y/o clitoridiana. Aunque algunos llegaron a reconocer que había algo “indefinido” en la sexualidad de la mujer (Groddeck), que era un “continente negro” inexplorado y desconocido (Freud al final de su vida, Lacan). ¡Y tan desconocido!
¿Y qué ocurre realmente con la verdadera líbido y anhelo de la mujer?. El deseo se reprime, se sublima en amores románticos y espirituales, se manipula y, finalmente, lo que queda después de toda esta descomposición, se orienta hacia el falo, dejando un rastro de enfermedades psicosomáticas que prueban la quiebra de la autorregulación de la vida: partos traumáticos, histerias, depresiones post-parto, falta de leche, dolores menstruales, etc.
Pensemos en nuestro útero inexistente; en nuestro tejido muscular uterino. Y pensemos en que si una simple inmovilización durante algún tiempo por una escayola requiere después ejercicios de rehabilitación para que el tejido muscular se recupere, ¿qué sería, por ejemplo, de un brazo que hubiese permanecido inmovilizado durante toda la vida porque no sabíamos que teníamos ese brazo ni para que servía? Y si quisiéramos utilizarlo, nos encontraríamos con unos músculos que habrían perdido su elasticidad, rígidos y contracturados. Y como todo el mundo sabe lo que duele un calambre, podemos entonces entender los dolores de la dilatación del cuello uterino en nuestra sociedad. Es significativo que en el Génesis se diga “parirás con dolor”, como algo nuevo que iba a ser y que antes no era.
Todavía hay una observación más sobre la fisiología del parto en la especie humana:
Al adquirir la posición erecta, el plano de inclinación del útero se hace casi vertical, quedando el orificio de salida hacia abajo, sometido a la fuerza de la gravedad, Esto supone/requiere un perfeccionamiento del dispositivo de cierre y apertura del útero, un cierre más fuerte para sujetar 9 u 11 Kg. De peso contra la fuerza de la gravedad. Y el dispositivo de cierre y apertura del útero no es otra cosa que el cuello, cuya relajación total deja una abertura de hasta 10 cm. de diámetro. Por eso “el origen del auténtico orgasmo femenino está en el cuello del útero”. Nuestra opinión, contrastada con Merelo-Barberá, es que el orgasmo fue el invento evolutivo para accionar el dispositivo de apertura del útero.
Esto da coherencia a los datos inconexos del punto 1º, y permite acercarnos al modo de vida que expresa la simbología de la cultura pre-patriarcal: explica el paso del útero al corazón, del hysteron a la histeria, de la serpiente como símbolo del bien a la serpiente como símbolo del mal”. Extracto de “La sexualidad de la mujer”. Casilda Rodrigañez
“Si las niñas bailasen las danzas del vientre con sus hermanas mayores, sus madres, sus abuelas, y nadasen como sirenas, crecerían sin parar de mover las caderas, la pelvis, el útero; y éste volvería ser como un pez que se mueve en nuestro vientre, tal cual lo representaban en el neolítico. Cuando se habla de recuperar nuestro cuerpo de mujer, en concreto quiere decir recuperar la sensibilidad y el movimiento uterino. Que nuestro vientre canalice y exprese nuestra emoción y nuestra alegría de vivir.”
LA RECUPERACIÓN DEL “LATIDO DEL UTERO”
Tenemos varias “pistas” que podemos seguir. Una de ellas es la tradición olmeca que están recogiendo algunas mujeres, como Silvia Sterbova y Elena Lázaro; recuperando el pensamiento y los ejercicios de aquella civilización para expandir 'la energía femenina', nos proponen 'las prácticas femeninas' para lo que ellas llaman el 'despertar del útero'. Esto está directamente relacionado con lo que dice Carlos Castaneda en su libro Los pases mágicos: Según Don Juan Matus, uno de los intereses más concretos de los chamanes que en la antigüedad vivieron en México es lo que denominaban 'la liberación de la matriz' ...A los chamanes les interesaba 'el despertar' de la matriz porque, a parte de su función primaria reproductora, sabían de una función secundaria; una capacidad para procesar conocimientos directos sensoriales e interpretarlos directamente sin el auxilio de los procesos de interpretación que todos conocemos (lo que también podemos llamar 'conocimiento o intuición visceral' de lo que desean l@s hij@s, por ejemplo). ...
Al igual que otros chamanes de su linaje (Don Juan) estaba convencido de que si se apartan del ciclo reproductor, la matriz y los ovarios se convierten en herramientas de percepción, y ciertamente, en el epicentro de la evolución.... En virtud de los efectos de la matriz, las mujeres ven directamente la energía con más facilidad que los hombres, decían y se quejaban de que las mujeres no son conscientes de su capacidad.... Resultaba paradójico que la mujer tuviese a su disposición un poder infinito y no se interesara por conseguirlo. Don Juan estaba convencido de que esta falta de deseo de hacer algo no era natural, sino adquirida.
Quizá si las mujeres estaban menos interesadas que los chamanes en la evolución humana en sentido general era porque estaban más interesadas en la evolución concreta de sus criaturas y a ello dedicarían su 'energía', su capacidad de percepción, su intuición. En cuanto a las funciones secundarias, cabe imaginar, y así debió de ser por las informaciones que tenemos, que en un contexto matrifocal, a las mujeres les sobraba energía y tiempo para desplegar su capacidad de percepción y su intuición a otros aspectos de la vida y de su conocimiento.
En cualquier caso, 'los pases mágicos', o sea, lo que nosotras llamaríamos 'ejercicios', que Castaneda recopila, sin duda favorecen el despertar de la sensibilidad uterina, puesto que tienen por objeto anular las consecuencias de la socialización nociva que las (nos) vuelve indiferentes.
En nuestra cultura, la matriz es una gran desconocida; ha sido rebajada a una víscera con un papel casi vegetativo, cuando no como un sifón de un sistema de cañerías. Sin embargo, si el cerebro es una especie de unificador a ciertos niveles de nuestra percepción y de nuestra voluntad, a otro nivel, la matriz es otro centro de percepción y de toma de decisiones (las 'viscerales'). Podríamos decir que el 'alma' en el sentido de 'ánimo' de la mujer, en cierto modo es la matriz. En este mundo la mujer está 'desanimada', 'desalmada', paralizada, porque la vitalidad genuina de la mujer es incompatible con esta sociedad y por eso quedó prohibida y excluida de este mundo (desterrada al Hades); como dice Melandri, es como si el existir de la mujer se hallase ya incluido en una forma de existencia que la niegan en cuanto a mujer; como si la única posibilidad de existir en este mundo tuviese como condición la 'indiferencia' de la matriz, la castración de la mujer que después tres o cuatro milenios de dominación física, se efectúa ya a nivel simbólico e inconsciente (No por casualidad en la Biblia, el establecimiento de la sociedad de dominación sobre todo el ecosistema se enuncia paralela y simultánea al parir con dolor.) y esta castración de la mujer trae consigo, tanto la congelación de su 'capacidad de percepción' que decían los chamanes, como el realizar la función primaria reproductora en ese estado de 'indiferencia',- lo que con otras palabras, llamamos 'robotización', que quiere decir eso, 'des-animación', o 'des-vitalización'.
Desde el campo del psicoanálisis y de la sexología, la psicoanalista francesa Maryse de Choisy ha constatado, referido al útero, algo muy parecido a lo que dice Michel Odent referido a los médicos obstretas: no saben lo que es un parto porque sólo han conocido los partos hospitalarios; entonces se dedican a hacer 'ciencia' y a sentar cátedra sobre el parto de una manera falaz, sobre una base no verdadera, no cierta. Maryse de Choisy dice que los profesionales de la sexología, que han 'sentado cátedra' sobre la sexualidad, lo han hecho basándose en un tipo de mujeres determinado; pero como dice ella, las mujeres 'uterinas' o 'cérvico uterinas' no se preocupan por la sexualidad ni acuden a las consultas de los sexólog@s. Es algo como que nadie se preocupa de su hígado mientras le funciona bien, y sólo empieza a preocuparse cuando le deja de funcionar bien; a continuación, imaginemos lo que sería ir a un médico que desconoce el funcionamiento normal del hígado a que te lo arregle... Se institucionalizaría una patología hepática mantenida y reproducido por el Poder médico. Hace poco hablando con un grupo de gente joven, una chica decía que ella no había hablado nunca con nadie de que notaba y sentía su útero porque pensaba que era lo normal, que todas las mujeres lo sentían. Así concluíamos que era muy importante hablar de ello, eliminar el pudor absurdo que pueda haber, que solo sirve para mantener la ignorancia.
Maryse de Choisy después de diez años de trabajo con cuestionario, ofrece una perspectiva sobre el orgasmo femenino que rompe la tradicional dicotomía 'orgasmo vaginal-orgasmo clitoridiano'. El orgasmo más global e importante de la mujer, afirma, no es ni vaginal ni clitoridiano; apretando los muslos o los glúteos firmemente (las mujeres) alcanzan un tipo de orgasmo que arranca en el centro de su cavidad pélvica, en algún punto muy profundo de su interior, y se expande por todo el cuerpo... pues el verdadero orgasmo femenino es cérvico-uterino, o tiene su origen en él...
Tenemos también la pista a seguir de las mujeres de la India, que nos proponen la práctica de la visualización, con los pétalos de la flor de loto abriéndose... o la imagen de las ranas pre-colombinas palpitando rítmicamente como un corazón... o el animal errante de Platón y otros, quitándole la intención peyorativa y visualizando/sintiendo una preciosa ameba que se alarga y se encoge y se vuelve a alargar, y se mueve, una onda tras otra, como las parras de las cenefas y frisos, que se enroscan una tras otra, (y de las que cuelgan formas uterinas en lugar de racimos de uvas); una ola tras otra, como los dibujos de los tentáculos de los pulpos en las vasijas neolíticas... hasta que el útero, más allá de su forma, se hace todo latido, pulso, ritmo, que irradia y expande el placer (por eso la oxitocina y el placer son también pulsátiles y rítmicos).
O la 'pista' de las mujeres de Arabia Saudí, bailando la danza del vientre en corro alrededor de la parturienta, para inducir su movimiento uterino... o el movimiento de los delfines, o la experiencia conocida de la pornografía por la cual sabemos que el neocórtex puede inducir la excitación sexual, a falta del deseo de el/la otr@, y no solo la falocéntrica...
La danza del vientre, dice Karmele O'Hanguren:
no tiene fecha de nacimiento, pero parece ser la supervivencia de una forma de danza ligada a los ritos de fertilidad y maternidad, ya que reproduce simbólicamente los movimientos de la concepción y del alumbramiento... En sus distintas versiones, que van desde el raks sharki con música clásica árabe, al estilo baladí más popular, la danza del vientre es uno de los bailes más sensuales del mundo reservado únicamente a mujeres. .... Las mujeres que la practican obtienen importantes beneficios fisicos, como la regulación de los ciclos menstruales, la renovación de la energía corporal y un conocimiento mayor del cuerpo y de los propios sentimientos. No requiere un cuerpo escultural ni un vientre plano, por lo que las aprendices de bailarinas aprenden a amar su cuerpo y a descubrir su gracia y su sensualidad. Por estos motivos, la danza oriental vive un momento de gran auge,... lo que la experta Isabel Fuentes ha constatado en su academia de baile de Granada...
Por último, recordar que los ejercicios que se recomiendan para fortalecer los músculos pélvicos en la preparación al parto, también sirven en las no embarazadas para despertar el útero inmovilizado.
También podemos afirmar que mujeres que conocemos, sin mediar prácticas femeninas olmecas, ni visualizaciones hindúes, ni pases mágicos, ni danzas del vientre, con el solo hecho de saberlo, han recuperado la percepción sensible de su útero. Por eso creo que aun siendo difícil, no es imposible perder la rigidez e insensibilidad producidas por la represión de la sexualidad básica, a lo largo de toda una socialización castradora.
El yoga también nos puede ayudar. Yo no lo practico ni lo conozco, pero transcribo una carta de un amigo: Tanto el yoga... como otras terapias se basan en los siete chakras de energía del ser humano. La kundalini (representada simbólicamente con una serpiente enroscada) es la energía vital que se encuentra en el segundo chakra, a la altura de los genitales, y la función de este chakra es movilizar la kundalini (la serpiente se desenrosca y se mueve) y redistribuirla por todos los otros cinco chakras (el primer chakra, que se encuentra más o menos entre los genitales y el ano, es el encargado de tomar contacto con la energía vital de la tierra para que el segundo chakra la pueda canalizar). Tanto en yoga como en las psicoterapias corporales que te comento son práctica habitual ejercicios de movilización de la cadera para activar la kundalini, es decir, la energía vital y/o sexual. Una persona con poca movilidad y conciencia de esa parte del cuerpo es una persona que no canaliza correctamente esa energía. Es un poco como las danzas del vientre de las sociedades matrísticas del neolítico...” Casilda Rodrigañez


> Capítulo 2:
> La muerte del viejo mundo
> La irrupción de la guerra y el patriarcado
“El tipo de sociedad esclavista que consiguieron imponer las oleadas de pastores seminómadas indoeuropeos que empezaron a asolar las antiguas aldeas y ciudades matrifocales, a partir del 4.000 a.C., al principio esporádicamente, no buscaban el bienestar y la armonía sino la dominación para extraer, acaparar y acumular las producciones de la vida; es decir, crear Poder, a cualquier precio, con toda la violencia necesaria y con los quebrantamientos de la autorregulación de la vida que sus objetivos requisieran, con tal de sedimentar su Poder contra esta vida humana autorregulada. Para esto, para devastar, luchar, conquistar, expoliar y acaparar se requiere un tejido social distinto del que se crea para el bienestar y conservación de la vida, partiendo de lo maternal. Un tejido de guerreros, de jefes de guerreros, de linajes de guerreros, de esclavos, de jefes de esclavos, de líneas de mandos, de mujeres disciplinadas y dispuestas a acorazar y adiestrar criaturas, es decir, de cambiar la maternidad por la construcción de los linajes verticales y organizar la crianza de esos futuros guerreros dispuestos a matar y esclavos dispuestos a dedicar sus vidas a trabajar para los amos.” Casilda Rodrigañez.
1) LAS INVASIONES INDOEUROPEAS
“Los padres de nuestra civilización descubrieron lo que hay que hacer para convertir a un toro en buey y poder utilizar su fuerza sumisa para tirar de la carreta o labrar los campos: castrarlo cuando es muy pequeño; entonces inventaron la ganadería, tener un montón de vacas, de ovejas o de lo que sea, reproduciendo lo que interesa; se trata de dominar a la especie en cuestión para reducir su vitalidad sin matarla del todo para poder explotar la producción de esas vidas mutiladas. Este arte de la dominación, de la devastación y de la explotación lo aplicaron a la sociedad humana, para conseguir ejércitos para las guerras de conquista, y esclavos para el trabajo forzado” Casilda Rodrigañez.
Como hemos visto hasta ahora de manera esquematizada, hubo un tiempo en el que existió una cultura y unas sociedades de las que no nos hablan los libros de historia. Estas culturas terminaron por no dejar prácticamente ni rastro. Sólo en este último siglo, y gracias sobre todo a la arqueología, comenzamos a atisbar lo que hasta ahora se nos escondía pero, ¿Qué ocurrió en Europa y en el mundo para que progresivamente fueran desapareciendo las diferentes expresiones sociales, artísticas y culturales de las llamadas “Culturas de la celebración de la vida”?.
“En realidad, los primeros episodios de civilización patriarcal en esta zona (Vieja Europa), datan de mediados del 4000 a.c., y se irán desarrollando hasta el 500 a.c. cuando en esa misma zona se concreta la civilización actual, con reglas y leyes desarrolladas que abarcan todos los aspectos de la vida humana del contrato social moderno. Sabemos que nuestro Derecho se basa en el Derecho romano y éste a su vez en el griego. Hasta ahora la civilización humana y su historia arrancaba de ahí; pero hoy, gracias a la “revolución arqueológica, que además ha tirado de la manta de todos los otros indicios (mitológicos, psicoanalíticos, antropológicos, biológicos), tenemos a nuestro alcance saber como vivían los humanos de aquellos lugares entre el 7000 y el 3500 a.c. cuando prevalecía un modo de vida humana con características esencialmente distintas, y cómo fue y qué ocurrió en la Vieja Europa durante una transición de 3000 años, desde mediados del cuarto milenio a.c. cuando empezaron las oleadas de invasiones del Norte, hasta el 500 a.c.” Casilda Rodrigañez, “El asalto al Hades”.
Parece ser, aunque hay investigadores que lo rebaten, que “a partir del 4.400 a.C. Europa comienza a sufrir el ataque de pastores nómadas que trajeron consigo el final de la cultura neolítica de la Vieja Europa gradualmente en tres etapas: 4.400-4.200, 3.400-3.200 y 3.000-2800 a.c. Estas primeras etapas no trajeron en casi ningún o en ningún caso a los pueblos históricos que conocemos, sino que griegos, latinos, celtas, germanos y eslavos se superpusieron a originarios pueblos y lenguas. Los indoeuropeos en su conjunto parecen caracterizarse por un cambio de costumbres y hábitats: nueva religión masculina por su sociedad patriarcal con instituciones sociales y especialización social por la presencia de guerreros; sociedad guerrera y por tanto poblados fortificados en lugares altos y predominantemente estratégicos; supusieron también el desarrollo del comercio en Europa y el uso del Bronce; su típica edificación era el mégaron y su cerámica característica la de meandros y espirales". (Extraído de “La llegada de los indoeuropeos a Grecia”).
“Se produjeron las invasiones de bandidos indoeuropeos, de pueblos nómadas desconocedoras de la agricultura, que residían en zonas donde los recursos alimentarios habían sido abundantes. Pero tras sobrepasar sus límites y empezar a escasear y necesitados de pastos para alimentar a sus rebaños, atravesaron e invadieron territorios ajenos, en busca del codiciado alimento, saquearon, devastaron las codiciadas regiones y terminaron destruyendo gran número de pueblos y modificando la estructura social.
Fueron los arios, los luvianos, los aqueos, los kurgos, los hebreos, los dorios: las oleadas de migraciones que según Gimbutas asolaron Europa en tres fases: la ola nº 1 del año 4300 adne, la 2ª ola del año 3200 adne y la nº 3 del año 3000 adne.
Conquistaron otras regiones y destruyeron culturas de muchas regiones, en donde impusieron sus ideologías. Y se generalizó el patriarcado por la fuerza de la violencia y la guerra: "según Gimbutas la cultura patriarcal de los indoeuropeos supuso la destrucción de una cultura uniforme, matriarcal y pacífica, que había perdurado en toda la Europa antigua durante veinte mil años atrás, del Paleolítico al Neolítico." (Eliade, 1990: 184). [...]
Los pueblos semíticos estaban invadiendo el mundo de los sistemas de la Madre Diosa, con lo que las mitologías de orientación masculina se volvieron predominantes, y la Madre Diosa se convierte... pues en algo así como la Abuela Diosa, algo muy, muy lejano en el pasado. (Campbell, 1991a. 240 y 241).
Durante los primeros mil años de su existencia, esos primeros pueblecitos fueron capaces de sobrevivir sin murallas de protección. Sin embargo, sobre el sexto milenio antes de nuestra era, y sobre todo durante el quinto, las murallas empiezan a ser evidentes... y eso nos indica que violentos pueblos guerreros empezaban a amenazar ocasionalmente a invadir y saquear los ahora comparativamente ricos asentamientos de los pacíficos destripaterrones. (Campbell, 1994: 202).
... la parte (coloreada en su mapa) indica la zona de extensión continua, desde Europa hasta la India, de las florecientes civilizaciones matriarcales antes de la irrupción de las hordas bárbaras de las estepas y los desiertos... Estos bárbaros (persas, medas, armenios, baltos, celtas, germanos, eslavos, luvitas, frigios, escitas, kurdos, albaneses, tracios, griegos, ilirios, vénetos, italiotas) no eran ni de raza pura ni superiores, salvo en fuerza bruta. En todas partes destruyeron civilizaciones (matriarcales) (Van Lysebeth, 1990: 30).
En particular, a través del estudio de las representaciones antropomorfas de arcilla (figurillas) procedentes de contextos arquitectónicos arqueológicos, trató de demostrar, para su propia satisfacción (Gimbutas, 1970, 1980, 1982) y la del público (Eisler, 1987) que la sigue, el contraste entre el carácter pacífico de esos pueblos amantes del arte de la "civilización de la Europa Antigua" y el de la sociedad que la destruyó: los invasores kurganes indo-europeos, patriarcales, jerárquicos y amantes de la guerra. (Ruth E. Tringham, 1999: 101-102).
Los saqueadores robaban las valiosas propiedades de las sociedades agrarias sedentarias, incluyendo como botines sobre todo a las valiosas mujeres, con sus conocimientos y sus facultades procreadoras.
Por lo que surgió la necesidad de defenderse del acoso, el robo y el rapto de los asaltantes. En principio, también las mujeres recurrirían a la violencia y la guerra para defender sus posesiones apetecidas por los saqueadores: ahí están los numerosos testimonios de mujeres guerreras que así lo corroboran.
Pero debido a los cambios profundos producidos a lo largo del tiempo y a la continua sangría de las guerras y dada la necesidad de hacer frente a las bajas y aportar los necesarios recursos humanos para evitar la extinción humana y aumentar el poderío del clan, se quedaría la mujer en su papel exclusivo de procreadora.
Y para evitar la provocación de los violadores, para que no estuviesen expuestas al rapto y para evitar que se expusieran a peligros, que implicasen el riesgo de morir y por tanto el abandono de su prole, que correría igual suerte, se impondrían a las mujeres restricciones en su libertad de movimiento y se les prohibiría el desplazamiento lejos del hogar, por caminos solitarios; se las encerraría, con lo que significa de limitación cultural y pocas posibilidades de cambio. Y con la limitación de la libertad femenina, se fue pronunciando más el estado de sometimiento. Y consecuencia de ello sobrevino la revolución patriarcal y en unos pocos siglos la subordinación femenina.” Francisca Martín-Cano
“Ha sido la arqueóloga de origen báltico Marija Gimbutas la que más en detalle ha analizado este proceso (“Begining of the Bronze Age”). Para empezar, respecto a las fechas, las excavaciones masivas realizadas después de la II Guerra utilizando técnicas nuevas de datación, indican lo siguiente: que la transición de la Edad del Cobre a la del Bronce sucedió mucho antes de lo que se pensaba (sucedió entre 3500 y 2500 a.c.), pues es por esas fechas cuando aparecen las primeras aleaciones de cobre-arsénico y de cobre-estaño. Por lo tanto, la extensión temprana de la metalurgia del bronce a Europa está estrechamente relacionada con las irrupciones crecientes de aquellas tribus de pastores seminómadas (los kurgos) provenientes de las estepas eurásicas. Como en dichas estepas no había cobre, aquellas gentes de a caballo aprenderían las técnicas metalúrgicas de los transcaucásicos (pues en los montes del Cáucaso ya se conocía la metalurgia del bronce en el V y IV milenios) y más tarde explotarían ellos mismos esa zona.
Esos hechos marcaron una gran encrucijada de la civilización: aquellos pueblos cuyo sistema social se basaba en la jefatura, en la jerarquía y en el predominio patriarcal utilizaron por primera vez los metales y el caballo para la guerra. Y cambió completamente el escenario cultural”. Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”.
Esta teoría global de la extensión de los pueblos indoeuropeos por Europa y Asia es pues la de la arqueóloga lituana Marija Gimbutas, enunciada entre los años 60 y 70. Para ella, uno de los rasgos definitorios de la cultura indoeuropea es lo que se ha denominado como Kurganes (palabra eslava que designa tumbas, aplicada ésta a unas tumbas enterradas y cubiertas que forman un montículo). Pues bien, situado el punto de origen de los pueblos indoeuropeos en el sur de las estepas de la actual Rusia, Bielorrusia y Ucrania, las gentes de estas tumbas se fueron extendiendo en diferentes oleadas de migraciones.
Sobre la importancia histórica del momento Josu Naberan recalca: "La invasión de los “bárbaros” y la caída del Imperio Romano no fue más que un episodio entre indoeuropeos. El cambio sustancial ocurrió en Europa varios milenios antes (hace unos 5000 años) con la irrupción de los “Kurgos”. Eran los primeros pueblos de habla indoeuropea y reciben sus nombres de los túmulos (Kurgan) que empleaban para enterrar a sus muertos”.
Según la “Gran Enciclopedia Larousse”: “Los pueblos indoeuropeos constituían tribus guerreras bien organizadas, que conocían el caballo y la metalurgia del hierro (arios, hititas y aqueos). Su hábitat primitivo es objeto de controversias; se trata quizás de las estepas que se extienden del Dnieper al Kazajstain. El estudio del léxico indoeuropeo ha permitido determinar su modo de vida (agricultura y ganadería), sus estructuras sociales (organización patriarcal, jerarquización de los estamentos: religioso, guerrero y agricultor) y su religión (culto a los antepasados, adoración del Dios Celeste)”.
Los “Kurgos” eran pueblos de pastores semi-nómadas que vivían en grutas o pequeños poblados de temporada, conduciendo el ganado de un sitio a otro por las anchas estepas situadas entre el norte del Mar Negro y el Caspio, donde se sitúa probablemente su origen. Eran tribus organizadas según el sistema de jefatura y descendencia patrilineal, y adoraban a dioses guerreros masculinos. El hacha, el puñal y la espada constituían los símbolos del poder divino. Domesticaron el caballo y aprendieron la metalurgia del bronce de los caucásicos hacia el 3500 a/C, y aplicaron por primera vez los metales y los animales para la guerra. He ahí el salto cualitativo. A partir de entonces, y debido fundamentalmente al crecimiento demográfico y al cambio de clima atlántico a suboreal que desecó las estepas, empezaron a emigrar masivamente hacia Europa. Según la arqueóloga M.Gimbutas, partiendo del Sur de las estepas de la actual Rusia, Bielorrusia y Ucrania, se extendieron en tres grandes invasiones, la última de ellas hacia 3000-2800 a/C.
De la “Gran Enciclopedia Larousse” extraemos: Comparación entre la cultura Europea pre-indoeuropea y la cultura de los Kurganes (Según Marija Gimbutas).
CULTURA DE LA ANTIGUA EUROPA CULTURA DE LOS KURGANES
Economía: Agrícola (sin caballo),sedentaria. Economía: Pastoril (con caballo)
Hábitat:Grandes aglomeraciones De pueblos y ciudades. Hábitat: Pequeñas poblaciones con casas subterráneas.
Estructura social: Sociedad igualitaria, matrilineal. Estructura social: Sociedad Patriarcal, patrilocal.
Ideología: Pacífica, artista, mujer creadora. Ideología: Guerrera, hombre creador.
Del libro de Andrés Ortiz-Osés, “El inconsciente colectivo vasco” hemos sacado:
“Podría decirse, ciertamente de un modo general pero no obtuso, que, mientras la religión matriarcal-agrícola se correlacionaría con el comunismo libertario, la religión patriarcal se correlaciona de hecho con el Estado indoeuropeo, el cual sitúa al frente de su panteón político-religioso, junto a un dios Padre (Zeus), el garante de su ley -ley patriarcal que, como ha dicho García Calvo, emerge del sometimiento de la experiencia matriarcal-femenina de la vida (en Qué es el Estado, La Gaya Ciencia).
Frente a la madre-mujer como eje de consaguinidad y heredad, la cultura indoeuropea establece al padre (palabra, por lo demás, indoeuropea) como eje de la vida familiar y político-social. En lugar de las diosas de la fertilidad y fecundidad (ritos agrarios y de sexualidad), el dios patriarcal-racionalista. Finalmente, en lugar del cultivo femenino, del agro, el cultivo masculino del campo con tecnología falico-agresiva, superproduccionismo y ganadería (que viene de «ganancia», y que se remite al vocablo indoeuropeo «pecu») Como afirma Rodríguez Arados, el heroísmo caballeresco (no en vano el caballo es típicamente indoeuropeo) suplanta al naturalismo, del mismo modo que la divinización del cielo y del sol suplantan a la vieja divinización de la tierra y la luna. Una sociedad guerrera belicosamente jerarquizada se enfrenta, pues, a lo que Humboldt consideraba como la medula de la nación vasca: los labriegos. Thomson ha estudiado para Grecia el paso del primitivo concepto de «destino terraceo» (suerte/sorteo de campos) al de ley política (abstracta).
Creo que podríamos establecer una diferencia entre matriarcalismo agrario y patriarcalismo «ganadero» del siguiente modo: mientras que la primera mentalidad es arcaico -circular o cíclica- (los ciclos de la naturaleza), la segunda es histórico-lineal o progresionista" Andrés Ortiz-Oses
He aquí por tanto un momento clave de la historia mundial. Para muchos historiadores, sociólogos o antropólogos representa el inicio de una época que aún persiste en la actualidad bajo otros parámetros pero idéntica en esencia.
“Las dagas de bronce, las alabardas, los mazos y las hachas de guerra y las flechas de puntas de pedernal encontradas en numerosos sitios arqueológicos, junto con los ídolos masculinos, permiten seguir con exactitud las rutas de aquellos indoeuropeos. A partir de entonces se notan cambios profundos en los registros arqueológicos: aparecen muchas armas, pero desaparecen el sistema de símbolos y el arte de la Antigua Europa neolítica; se nota el hundimiento de la agricultura y el auge de la ganadería, la decadencia de las ciudades y el aumento del nomadismo; la abundancia de los ídolos masculinos y la desaparición de las representaciones de la diosa”. Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”
"El arma de bronce, la espada, el puñal, el hacha de guerra van a reducir todo ello a la nada, y si bien los conquistadores utilizarán los dólmenes (construidos hacía siglos por los antepasados de las poblaciones ahora conquistadas) para enterrar a sus propios jefes, abatirán las estatuas-menhires. (...)Ahora bien, las poblaciones autóctonas, aun las más pacíficas, no se dejaron reducir voluntariamente por aquellos guerreros más experimentados que ellos. Y así, a comienzos de la Edad de Bronce se encuentran diseminados por toda Europa Occidental huellas de combates, restos calcinados, cuerpos atravesados por flechas, y sobre todo la preponderancia de una civilización muy diferente a la anterior” J.C.Perpere, “Les Pierres qui Parlent”.
“Y con el surgimiento de una sociedad jerarquizada, sobrevino la lucha por el rango jerárquico, por la hegemonía y por su mantenimiento, la rivalidad entre grupos e individuos, la obediencia jerárquica y el dominio masculino.
Los jefes, al haber adquirido el poder por medios violentos (no por vía matrilineal), su autoridad no estaba legitimada, ni tenía origen Divino, por lo que no serían reconocidos automáticamente.
Consecuentemente tendrían que recurrir a la violencia para afianzar su autoridad; para conseguir sus fines; como mecanismo de promoción social; por rivalidad; para sofocar las luchas intestinas por el poder. Y se legitimó por tanto las espantosas guerras y los constantes enfrentamientos.
Y así los déspotas habían de apoyarse en la fuerza militar, muchas veces reclutada de forma obligatoria, haciendo uso ¿legítimo? de la coerción física, para imponer la ley y el orden. Y hacían la guerra para conquistar otros pueblos y así poder acceder a las materias primas y para posesionarse de los bienes ajenos; para avasallar a los pueblos vecinos e imponerles las propias creencias; para defenderse de enemigos que saqueaban sus propiedades y que a pesar de sus defensas, terminarían al fin siendo derribados y sustituidos por otros.
Y como en las batallas aumentaría la sangría demográfica, resultaría imprescindible muchos descendientes, por lo que las máquinas humanas femeninas estarían esclavizadas ocupadas (embarazadas) en satisfacer los deseos masculinos, para que los ejércitos pudiesen hacer frente al fenómeno cultural de la guerra.” Francisca martín-Cano.
Y aunque no podemos hablar de cambios radicales, es decir, de la noche a la mañana, si es verdad que progresivamente, y a medida que los pueblos patriarcales se iban expandiendo por Europa, irán a la par desapareciendo las antiguas sociedades de “la cultura de la celebración de la vida”
“Durante la larga transición entre la matrística y la generalización del patriarcado, como dice Riane Eisler, hubo formas, normativas, instituciones que resultaban de los pactos entre los dos modos de vida, que reflejaban la correlación de fuerzas en cada situación y en cada momento. Las mujeres, explica también Eisler, siempre fueron propicias a la negociación para evitar las guerras y las muertes. Según Bachofen, la primera forma de matrimonio, el matrimonio demétrico, fue un pacto propuesto por las mujeres para paliar la violencia sexual de los hombres. Hubo quienes optaron por la guerrilla (las amazonas), hubo gobiernos matriarcales que levantaron murallas en torno a sus ciudades. La transición no fueron unos cuantos años ni unos cuantos siglos: fueron, según los lugares, entre 3 mil y 4 mil años, con tiempos de guerra, treguas, tiempos de paz pactados con fronteras, situaciones de coexistencia y de vecindad; hasta que el antiguo modo de vida fue quedando en zonas muy aisladas (como en el Caribe hasta el siglo XV d.c.) o en las catacumbas (cultos a la diosa, brujas, etc.)” Casilda Rodrigañez, “El asalto al hades”.
Según Francisca Martín-Cano la instauración del matrimonio patriarcal tenía como consecuencia:
(a) - El establecimiento de la herencia patrilineal, por lo que la propiedad del suelo cultivable pasaba a los hijos varones. Por ello la mujer dejó de ser dueña de los frutos del campo y ya no podía autosostenerse económicamente.
(b) - Al perder la mujer su valor económico, sólo se la valoraba en su función de esposa y madre de muchos hijos. Dado el exclusivo papel de procreadora que la esposa tenía en la familia patriarcal, estaría siempre embarazada. Así que los esposos acudirían a otras mujeres para que les proporcionasen placer, con lo que la demanda de prostitutas incrementaría la oferta. Comenta Kneissler en (1993, 64) de la sociedad patriarcal griega: "Cuando no estaban embarazadas, los maridos se limitaban a cumplir desapasionadamente tres veces al mes con sus deberes conyugales." [Se sabe que en Atenas, se estableció la institución del matrimonio y la familia patriarcal, por primera vez, en época de Cecrops. El hecho se cuenta como castigo a las mujeres atenienses, tras Atenea haber dado nombre a la ciudad, en su contienda con Neptuno / Poseidón. Para calmar al derrotado Neptuno que quería darle su nombre, Cecrops, padre de Atenea, tomó la decisión, según los autores de la Enciclopedia Espasa, Tomo 33 (1988, 1005) (que citan a Giraud-Jeulon) de castigar a las mujeres: "... y entonces, para desagraviar al dios se impuso a las mujeres los siguientes tres castigos: a) se les quitó el derecho de votar; b) se prohibió que en adelante los hijos llevaran el nombre de sus madres y c) despojarlas del título de ciudadanas, de manera que quedaran reducidas a ser meras esposas de los atenienses." Decisión, que muestra el mecanismo psicológico que castiga a las mujeres para quitarles el poder. A partir del castigo patriarcal, los hijos llevarían el nombre de sus padres varones (patrilinealidad), cuando antes llevaban los de sus madres (matrilinealidad). Lo que traduce la institución del matrimonio y de la familia patriarcal].
(c) - Además, a principios de la época histórica, aún pervivían costumbres de gran libertad sexual femenina, vestigio del matriarcado. Dada la consideración de valor sagrado que tenía el acto sexual en la antigüedad, considerado un acto de Fertilidad, no estaba todavía limitada la sexualidad femenina, si aún no había llegado al matrimonio. Por lo que en principio, no se exigía la virginidad femenina antes del matrimonio y podían prostituirse para ganar dinero.
(d) - Por otro lado al establecerse el matrimonio a cambio de una recompensa, para que un varón sostuviera a su pareja, se exigió la dote a la novia, exigencia que manifiesta su consideración desvalorizada. Dado que los padres no asumían el pago de la dote, la mujer tuvo que ejercer la prostitución, como única vía que le permitía la ocasión de autoproporcionársela. Y de ahí que el ejercicio de la prostitución no le impidiese contraer ventajosos matrimonios [como aseguraba Plinio en referencia de Sechi (1993, 297)] y que a los occidentales tanto asombraba”.
“En Oceanía, al igual que en el resto del universo, también se dio la revolución patriarcal, y los varones se apropiaron de las funciones femeninas. Por ejemplo se apropiaron de las prácticas que las Sacerdotisas realizaban en las ceremonias religiosas. Apropiación masculina que se codifica en mitos, como apropiación masculina de instrumentos musicales. Y apropiación existente en regiones tan alejadas como en Grecia, donde Apolo se apropió de la lira de las Sacerdotisas Délicas y Pan se apropió de la flauta siringa de la Ninfa Syrinx / Siringa (y a partir de entonces la siringa pasa a denominarse flauta de pan). También se apropiaron de los instrumentos de música que tocaban las mujeres, en regiones americanas, donde los Xinguanos amazónicos, se apropiaron de las flautas femeninas. E igual ocurrió en Colombia, Brasil, en regiones de Tierra del Fuego y en Australia, donde los varones se apoderaron de los bramadores, objetos que estaban, según afirma Husain en (1997, 22): "... antaño bajo la custodia de las mujeres, hasta que les fueron arrebatados por la fuerza o un timo." Francisca Martín-cano, “Culturas de Oceanía: Manifestaciones artísticas prehistóricas y primitiva arqueología”
“En contra del “muttertum” y de la reproducción grupal, se instaura el concepto de linaje, de relación vertical individual, y se fijan las reglas de la jerarquía familiar, de la transmisión individual y vertical de la propiedad, etc.; el hijo no es la criatura de las entrañas que pertenece (en sentido de procedencia por lugar físico) al grupo de la madre, sino el “filium”, el que es elegido porque sigue al padre. En la familia patriarcal la madre “pertenece” al padre, y esa “pertenencia” es con sentido de propiedad, y su destino es reconocerle como su superior y seguir sus órdenes, heredar sus bienes y seguir el desarrollo del patrimonio” Casilda Rodrigañez.
“Entre los romanos la palabra familia ni siquiera se aplica a la pareja conyugal y a sus hijos, sino tan sólo a los esclavos. Famulus quiere decir “esclavo domestico”, y familia es “el conjunto de esclavos pertenecientes a un mismo hombre”. En los tiempos de Gayo la familia, id est patrimonium (es decir, herencia), se transmitía aún por testamento. Esta expresión la inventaron los romanos para designar un nuevo organismo social, cuyo jefe tenía bajo su poder a la mujer, a los hijos y a cierto número de esclavos, con la patria potestad romana y el derecho de vida y muerte sobre todos ellos” WWW.salvajistas.tk
“Para fijar las leyes, el hombre desplegó un astucia increíble: inventó un ser todopoderoso, dueño y señor de todo cuanto existe; su inexistencia se camufla en su intangibilidad e invisibilidad, que a su vez se justifican porque habita en las alturas; no se le ve porque reina en los cielos (esta metáfora tan ingenua, que parece lo de la cigüeña que trae a los niños, perdura hasta nuestros días). Este personaje al que le debemos la existencia porque nos ha creado y nos da el aire y el alimento y todo cuanto existe, porque todo es suyo, nos indica lo que hay que hacer y como hay que vivir: nos da las leyes (véanse las mitologías hebreas (Yahvé) o mesopotámicas (Marduk) o griegas (Zeus)).” Casilda Rodrigañez.
"Zeus, Javhé y todos los dioses masculinos juntos lograron destronar y expulsar a la Gran Diosa y nació una mestiza: la cultura y la civilización griega, representada por Apolo, dios de la razón. Los mitos griegos, como abanderados de esta nueva civilización, reflejarán a nivel simbólico este vuelco cultural, social y político". Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”.
La civilización griega debe ser desterrada de nuestro imaginario como origen de la sabiduría. Como hemos comprobando hasta ahora, muchos miles de años antes ya existía una cultura mucho más avanzada y universal que la helénica y que además no necesitaba de esclavos ni de guerreros para mantenerse. La mitología Griega está elaborada con retales de saberes y creencias muchos miles de años anteriores a la elaboración de esos famosos mitos. Estos saberes y creencias (de los cuales hablaremos más adelante) tienen su origen, como poco a poco se irá descubriendo, en los pueblos aborígenes europeos. Más tarde, los griegos y otras culturas guerreras readaptaron la milenaria cosmovisión indígena y distorsionaron su contenido (pues su conocimiento les llego fragmentado), simbolizando metafóricamente en sus mitos el triunfo de la revolución patriarcal sobre las condiciones de vida anteriores, en las que la mujer tenía un protagonismo social que en modo alguno se corresponde con lo que nos quieren hacer creer los libros de historia.
“Javier de Hoz, en la introducción a la edición de “La Iliada” de Espasa Calpe, explica que esta obra fue una empresa publicitaria encargada por el rey de Micenas para ser recitada en el ágora. Se trataba de erradicar la memoria social todavía existente en el último milenio a.c., acerca de la sociedad humana pre-patriarcal; memoria que se mantenía con cuentos y coplas transmitidos por tradición oral. La escritura, la literatura escrita, en manos de los poderosos, aparece así para fijar la versión de la historia que da la vuelta a las guerras y a las conquista que aniquilaron la sociedad matricéntrica”. Casilda Rodrigañez, “El asalto al Hades”.
“Metis es la diosa preolímpica de la sabiduría. Fue la primera esposa del dios del cielo, Zeus. Este la engaño haciéndola muy pequeña y tragándosela cuando ella estaba embarazada de Atenea. Sólo después de haberse hecho adulta, Atenea surgió de la cabeza de su padre ignorando totalmente que tenía una madre” (Itsaso Colina Olabarria, “Atenea o la niña que perdió su ombligo”)
Según R.Graves “el tema principal de los mitos griegos es el modo en como las mujeres se convirtieron de seres sagrados en esclavas, gradualmente, a lo largo de la historia”.
Sobre la antigüedad del pueblo griego Villar afirma: "Por otro lado que los griegos son un pueblo indoeuropeo está fuera de toda duda, si bien no voy a demostrarlo, pues ya lo está lingüísticamente en los estudios de gramática. Sin embargo, ni son los habitantes autóctonos de Grecia ni siquiera los primeros indoeuropeos que llegaron a estos lugares: no son la población neolítica que allá el 7000 a. C. habitaba Grecia, sino que llegaron a ella hacia el 2000 a. C. en plena Edad del Bronce. El final del III milenio se asocia arqueológicamente con una fuerte destrucción en la Argólide y el Ática, marcada por el incendio de los asentamientos existentes; estas destrucciones son también visibles en Troya II, en el sur de Anatolia (en Beicesultán) e incluso Palestina. Tales destrucciones suponen una ruptura, ya que hay cambios en todos los órdenes. Se suelen asociar a la llegada de dos pueblos inmigrantes de forma paralela, hablantes unos de una forma primitiva de griego para Grecia y hablantes otros de lenguas anatolias (luvita, hetita y palaíta; el imperio hetita parece nacer hacia el siglo XVIII a. C.)".
Por su parte, Arnaiz y Alonso afirman: “La invención del mito de Grecia (toda la cultura viene de Grecia) en el siglo XIX por Alemania, Inglaterra y otras potencias occidentales no mediterráneas, ha ocultado el antiguo patrimonio circum-mediterráneo en el que hubo durante milenios un flujo genético y lingüístico entre los pueblos ribereños y de oriente Medio, incluido el Caúcaso” “Caucásicos, turcos, mesopotámicos y vascos”.
Por lo tanto no es casualidad que esta sociedad actual, tome como ejemplo a Grecia ("toda la cultura viene de Grecia") y la eleve a mito, pues representa la consolidación en Europa de una nueva era que se prolonga hasta la actualidad: La Era Patriarcal y guerrera. El sistema de creencias sufrió un vuelco y los mitos fueron suplantados o cambiados de significado.
“En la antigua Europa, el color negro significaba el humus fértil y la vida (así queda también reflejado en el euskera), mientras que el blanco denotaba la palidez del hueso y de los cadáveres, es decir, la muerte; en adelante sería al revés. El Toro estaba relacionado con la luna y la regeneración (con la diosa), pero en adelante significará la fuerza y el poder del dios masculino (Zeus). Y, como relata el viejo mito, Zeus-Toro raptó a Europa”. Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar. “
"Y el mismo origen etimológico (“ma”) tiene la voz latina “mas-maris” que, casualmente, no significa “hembra”, como hubiera parecido lógico, sino “varón”, “macho”. Es decir, que incluso el nombre para designar al hombre es un derivado de un nombre de mujer. Ya lo vimos al referirnos a la voz cantabro-vasca “ander” (señora), que sin embargo se ha convertido en griego en “varón”, “hombre”.” J.M. Rivero Meneses, “Cantabria cuna de la humanidad”.
“Según Arnaiz y Alonso, y según su estudio basado en las grabaciones en estelas funerarias neolíticas (...), Anderea en el vasco actual es mujer; y en el griego actual es hombre. La coincidencia del andrea vasco y el andrea griego nunca me había llamado la atención, pero tras descubrir el parentesco entre el vasco y el minoico, la pregunta es: ¿tiene esto algo que ver con lo que dice Moia de que en la literatura griega clásica, se traduce sistemáticamente “madre” por “padre”? En el euskera de las estelas neolíticas jaune es señora; y en el euskera que hoy se conoce, es señor. ¿Acaso este cambio acontecido en algún momento después del Neolítico, se debe a lo mismo que el cambio entre el griego antiguo y el moderno? ¿Son transferencias del significado de los símbolos que acompañan a la construcción del orden simbólico patriarcal, que no pudiendo prohibir la voz de las gargantas trastocan su significado? ¿Tiene este cambio algo que ver con el surgimiento de esa forma de existencia, en la que según palabras de Lea Melandri, el existir de la mujer se hallase ya incluido en una forma de existencia (mujer, madre, hija, etc.) que la niega en cuanto a mujer? ¿En la que ser madre significa existir y usar el propio cuerpo en función del hombre?”. Casilda Rodrigañez, “El asalto al Hades”.
Por lo tanto he aquí el inicio del patriarcado. He aquí el inicio de la guerra y de la conquista como motor de la historia. He aquí el inicio del imperialismo a gran escala, del racionalismo cultural, de la destrucción del medio, del militarismo, del sometimiento de las culturas indígenas, etc, etc, etc... En definitiva, he aquí el origen de la civilización que padecemos.
2) LA MITOLOGÍA CLÁSICA COMO SISTEMA DE PROPAGANDA PATRIARCAL
“Con la revolución patriarcal, los nuevos soberanos déspotas buscaron el apoyo de los Sacerdotes y poetas para que diesen fundamento religioso a su ideología política, les ayudase a gobernar con normas morales y legitimase sus acciones agresivas y su poder absoluto. Y así se llevó a cabo la reforma religiosa, creando y divulgando mitos, usados con la expresa función de propagar la ideología patriarcal. Francisca Martín-Cano
“Los nuevos mitólogos dieron nuevas explicaciones míticas del mundo que destruían, neutralizaban y falseaban los originales mitos y adjudicaban el papel dominante a lo masculino. Se dieron nuevas explicaciones con una mitología adaptada a sus aspiraciones, basada en la dominación masculina sobre las mujeres, defensora de la guerra. Se exaltó el Principio masculino y las Divinidades masculinas ejercían un poder exigente, que dominaba sobre todas las cosas, que reafirmaban el modelo patriarcal, otro mecanismo que explica la pérdida del poder femenino y que contribuyó a la evolución de la sociedad al patriarcado.
Los nuevos mitos aportaban claves útiles para la existencia, servían para imponer, amparar y mantener una situación de superioridad masculina, modelaban conductas diferenciadas de cada sexo y servían para subordinar, someter y disciplinar a las mujeres, para justificar el orden impuesto y para asignarle una base moral.
Y justificándose en la religión que permitía la guerra, como cumplimiento de indicaciones Divinas y amparándose en la misión grandiosa de extender su religión y convertir a todo el universo, los déspotas la imponían sobre otros pueblos con sus ejércitos y se sentían legitimados para cometer los peores crímenes y crueldades. Leemos, en referida al nacimiento de una de tantas mitologías de guerra: "... mitología de guerra divinamente autorizada." (Campbell, 1994: 208).
Y desde el momento de la conquista de una región, los nuevos gobernantes exclusivamente divulgaban los mitos, el arte a su servicio y otros sistemas de propaganda política CON UN FIN ALECCIONADOR, como estrategia complementaria, para modelar las ideas que les interesaba prestigiar (y lograron) imponer, en los que se daban modelos centrado en la violencia y la fuerza, en la jerarquía y el dominio patriarcal. A partir de entonces la religión es intolerancia.
De las narraciones y poemas griegos leemos: "... desarrollan una teología que influirá profundamente en la especulación posterior, dado que se convirtieron en obras aceptadas por todos los griegos, conocidas y aprendidas desde la infancia y que sirvieron para homogeneizar las creencias..." (Díez de Velasco, 1995: 270).
A medida que las civilizaciones patriarcales fueron aumentando su poder, extendieron sus creencias, sus postulados, sus mitos, sus sistemas religiosos y filosóficos sobre otros pueblos de manera violenta, y a la par se modificaba la sociedad, se dejaba de disfrutar de libertades individuales y aparecía la esclavitud y subordinación humanas y la guerra.
Influyeron de forma poderosa en la mente humana y en muy pocos siglos, junto con los otros medios de comunicación, transformaron las mentalidades y aniquilaron los valores de la sociedad matriarcal y contribuyeron a su evolución hacia el patriarcado.
Hoy día, sabemos que los mitos, en los que una enorme mayoría de personas cree y ha creído ciegamente, son una invención humana, pura fantasía sin fundamento racional. Pero siguen perviviendo estos conceptos aunque queden invalidadas por el conocimiento científico. (Con algunas excepciones como es el caso de la creencia en occidente del mito de la creación del ser humano directamente por Dios, a Adán a imagen suya y a Eva "Madre de Todos" de su costilla, creencia invalidada por la teoría evolucionista, que pocos habitantes de nuestra cultura creen ya).
Generalmente, la creencia en los mitos sigue actuando en las conciencias humanas, sin que se oponga resistencia a sus mensajes. En ese sentido son muy importantes porque hablan en imágenes de gran carga pedagógica e instructiva que penetran muy profundamente. "Los mitos son metáforas de la potencialidad espiritual del ser humano, y los mismos poderes que animan nuestra vida animan la vida del mundo." (Campbell, 1991a: 54).
Los mitos son relatos sobre figuras legendarias que relatan historias en los que se cifran de forma simbólica los papeles sociales de una determinada sociedad, las categorías y el conocimiento del mundo. Unos atañen a las prohibiciones, otros dan explicaciones del Más Allá, otros describen cómo fueron hechas las cosas y por qué son como son e imponen sanciones sobrenaturales.
Los mitos siempre tienen una FINALIDAD:
—Ya sea la de poner fin a ciertas costumbres indeseadas o sirven para evitar padecimientos, como por ejemplo se inventa un mito para prohibir comer de un animal bien porque esté enfermo o bien porque no sea rentable su cría cuando es desproporcionada la relación entre costo y beneficio.
—O se construyen mitos para permitir la catarsis ante situaciones conflictivas o para dar la posibilidad de revancha o para ofrecer una posibilidad de expresión.
—O se inventan mitos para desacreditar ciertas conductas y prestigiar otras.
—O se inventan por cuestiones económicas e intereses de estado, que la religión favorece.
Su FUNCIÓN en una determinada cultura es:
—Revelar modelos y simbolizar con metáforas ciertas ideas abstractas, ciertas creencias sobre lo que el mundo dice a la humanidad. Son una historia moral con una envoltura pedagógica, un código mítico que da amparo legal a ciertas conductas humanas y modela las pautas a seguir.
—Al considerar cualquier elenco de mitos, jamás debemos olvidar una cosa: que se originan como hierofanías, fábulas que -siempre transmitidas oralmente- explican los orígenes del mundo, de la raza humana y de los dioses, y que con frecuencia sientan los parámetros de la conducta humana hacia estos últimos. (Rutherford, 1994: 34).
—Actúan como sugestiones, como una fuerza operativa que condiciona la realidad y sugiere lo que se ha de pensar respecto a la vida y a los Dioses. Constituyen los mecanismos de control social.
Así que el mito es un POTENTE Y SUTIL MEDIO DE ADOCTRINAMIENTO junto con el arte, las leyendas, la literatura y otros medios de comunicación típicos de cada cultura, que influyen en la visión inconsciente, moldean las actitudes y hacen que se acepten las normas. En general, los mitos:
1) Reflejan costumbres o dan modelos de comportamiento para cada sexo en la sociedad, según el modelo cultural vigente en un momento histórico.
2) Se prestigian o critican ciertas conductas y propone pautas de conducta, lo que influye poderosamente en el proceso de adquisición de los patrones culturales.
3) Se refieren a algún aspecto de la Naturaleza cíclica coincidente con un hecho astronómico.
4) Incluyen algún proceso histórico: emigración, invasión, lucha entre pueblos...
Pero en toda tradición mitológica —y esto es aún más cierto en el caso de los celtas—, hay que preguntarse siempre si el mito no recubre una cierta realidad histórica, sea por proceso de evemerización, sea porque el mito, para resultar comprensible y transmisible, debe encarnarse, materializarse tanto en la ficción como en la historia. (Markale, 1989: 67).
Es evidente que un mito se cifra en términos diferentes, si está condicionado por los valores de una sociedad en la que lo femenino juega un papel importante que si está subordinada: cada sociedad presenta unos hechos según la ideología que defienden.
Los mitos inventados por las mitólogas desde la Prehistoria, estaban centrados en la Naturaleza, adjudicaba la victoria al Principio femenino, reafirmaban el modelo matriarcal y reflejaban la sociedad en su arcaica existencia real y pacífica. Y así la religión primitiva seguía el modelo social de la Gran Diosa Madre Naturaleza, que ejercía un poder Pacífico y de Protección sobre sus hijos, a los que procuraba suficientes alimentos.
Pero los mitos inventados por los mitólogos del patriarcado, fueron usados pedagógicamente como sistema de propagando que divulgaba la ideología patriarcal y modificaron la sociedad anterior.
De los mitos de la civilización de Mesopotamia, tras la revolución patriarcal, leemos: "...en la civilización de Uruk, se observa por el contrario la instauración de un poder masculino personal. Éste no pudo imponerse más que después de una larga lucha contra el poder matriarcal establecido, poseedor de las tierras. Tal lucha fue indicada claramente en la epopeya (espos) babilónico de la creación el Enuma Elish." (Laviosa, 1977: 63)
Algunas estrategias míticas patriarcales para erradicar el culto a Diosa
En los más antiguos mitos patriarcales de diferentes regiones, se observan una serie de estrategias para modificar las ideas anteriores.
[ Cambio de género de la Divinidad que culminaba el panteón ]
La primera estrategia patriarcal de los mitólogos y mitógrafos patriarcales fue la de elaborar mitos de exagerada ideología patriarcal, modificando el sexo de los protagonistas míticos que culminaba el panteón. Y a partir del patriarcado, las Divinidades masculinas son las juegan los papeles dominantes y a las que se les adjudican las funciones naturales de la Diosa Madre: se apropian y usurpan sus funciones naturales (por ejemplo Dionisios / Baco, Apolo, Zeus / Júpiter). O simplemente se les cambia el género a la Diosa, y sus sustitutos conservan, a veces, incluso el mismo nombre (Por ejemplo Mitra o Sin, que antes de ser masculinos, eran Diosas).
Mientras que la Gran Diosa Madre, Origen de la vida, encarnación de la Naturaleza, fue rebajada a Diosa secundaria. Y las figuras femeninas sufrieron cambios de poder en las narraciones. Algunas fueron convertidas en hijas o esposas o en amantes o hermanas de las Deidades masculinas y quedaron unidos al padre. O se les adjudicaron los nuevos valores femeninos subordinados característicos del patriarcado, que inducía por modelamiento (servía de modelo) la conformidad de las conductas: asumieron durante algún tiempo funciones de entretenedoras, objeto ya al servicio masculino. O su poder declinó hacia una naturaleza terrenal, relacionada con el ama de casa. O adquirieron características de intercesión, con cualidades "femeninas" como compasión, clemencia y humildad.
Hacia el final de la Edad del Bronce y, con más fuerza, en el amanecer de la Edad del Hierro (alr. 1250 a.C. en Levante), las antiguas cosmologías y mitologías de la diosa madre fueron transformadas radicalmente, reinterpretadas, e incluso en gran medida fueron suprimidas por aquellos repentinos intrusos, los guerreros tribales patriarcales, cuyas tradiciones han llegado a nosotros fundamentalmente en el Antiguo y el Nuevo Testamento y en los mitos de Grecia. (Campbell, 1992: 24).
En aquellos tiempos remotos, los griegos primitivos adoraban sobre todo a la Gran Madre, la Madre tierra, llamada Gea. No fue hasta el siglo VIII a. C. cuando Homero convirtió a Zeus en el padre supremo de una extensa familia olímpica regida según los cánones de la aristocracia patriarcal.
Casi al mismo tiempo que Homero, Hesíodo creó una teogonía, esto es, una historia donde se relata el origen de los dioses (Vandenberg, 1993: 78).
Son ejemplos los mitos de las Diosas Walkirias escandinavas o las Diosas Apsaras hindúes, que sufrieron un cambio de función: en principio eran Grandes Diosas de la Naturaleza, según lo evidencias sus atributos y títulos: Diosas del Destino que tejen el hilo de la vida y la cortan con sus tijeras cuando deciden (asociada a Escorpio, arácnido que teje y con su aguijón mata). En el patriarcado los mitólogos las convierten en servidoras de los muertos en batalla y en objetos de placer.
Es un mito que además manifiesta su tergiversación por intereses políticos. Cuando las políticas de los estados consideraron conveniente hacer uso de las guerras para lograr sus objetivos expansionistas, ilusionaron a los soldados para atraerlos a la defensa de sus intereses y les reforzaron la muerte violenta y heroica en el campo de batalla, con la esperanza de los placeres que iban a disfrutar de en el Paraíso con las Walkirias. Así el mito promete a los que mueren en batalla la inmortalidad y el disfrute de placeres ¡Divinos!
Con ello se dio nacimiento a las religiones de fuerte espíritu patriarcal, que produjo modificaciones machistas de la sociedad.
[ Desacreditaron las funciones de la Diosa ]
Otra estrategia que contribuyó a la modificación patriarcal, fue la de desacreditar las funciones que la Diosa había detentado. Y también se desacreditaba las antiguas ideas y se castigaba a las mujeres que las defendían, como estrategia manipuladora para imponer las nuevas ideas patriarcales, además de derrocar a la Diosa: "... ejemplo de "política religiosa", por la cual las divinidades de una cultura anterior conquistada se convierten en los demonios de la nueva." (Husain, 1997: 22). "Los valores emanados de lo femenino, del ancestral culto a la Magna Mater, fueron relegados, cuando no perseguidos y destruidos con toda la saña de lo odiado y temido a la vez." (Atienza, 1991: 392).
Por ejemplo las funciones Legislativas de la Diosa, que daba normas y castigaba a los infractores de sus leyes, en los panteones patriarcales se convirtieron en Diosas de la Venganza, que personificaba todo lo malo: los vicios, la guerra, la peste, el fraude, la miseria,... muestra de la evolución al patriarcado.
Un ejemplo es el de las Diosas Furias / Erinias, Juezas que castigaban tras juzgar a los delincuentes: "representantes de la antigua ley matriarcal" (Espasa, Tomo 33, 1988: 1005), a partir de Esquilo se convierten en personificaciones morales de carácter repulsivo, en seres horripilantes y demoníacas (Espasa, Tomo 25, 1988: 247).
Otro ejemplo es el de las Diosas Harpías (arpía animal similar a buitre, arpa instrumento de música asociada a Lira / Buitre). Se consideraban que eran juezas que habitaban en las islas Estrofadas y juzgaban y castigaban a los delincuentes. En la mitología patriarcal, el mito las define como mujeres feas, de mala condición, codiciosas (harpías), cuyas palabras eran cantos de Sirenas que enloquecían a los varones y temidas por su poder de seducción. Ya que con sus cantos al son de harpas, llevaban a los varones a la perdición. Y las convirtieron en personificaciones de los vicios
Y así en la Odisea se narra que Ulises, para huir de la seducción de las Sirenas / para defenderse de los fuertes vientos marinos y de los temporales de primeros de noviembre, se ató al mástil de su barco y se taponó las orejas con cera. (Aparece las Sirenas volando alrededor del Ulises atado al mástil de su barco en una cratera de Vulci).
Y en la sociedad, las mujeres defensoras de las ideas matriarcales y representantes de las Diosas, sufrían el castigo patriarcal y el descrédito. Y así Apolo castigó a la famosa princesa Sacerdotisa profetisa Casandra / Alexandra de Troya, desacreditándola para que sus profecías no fuesen creídas, a pesar de sus aciertos. En una advertía sobre el caballo de madera de Troya.
La Gran Diosa Madre Naturaleza terminó por ser degradada y descalificado su reino
Y finalmente la Gran Diosa Madre Naturaleza, terminó por ser degradada y descalificado su reino, para así revalorizar el Principio masculino: "... el empleo de una estratagema Sacerdotal de difamación mitológica, que desde entonces ha sido utilizada constantemente, principal, pero no únicamente, por los teólogos occidentales. Consiste simplemente en llamar a los dioses de los otros pueblos demonios,..." (Campbell, 1992: 84).
En la nueva mitología se la desacredita y se convierte en Diosa infernal y maléfica / de las Tinieblas / Principio del Mal que es vencida por la luz del sol y se la culpa de ser la causa de la introducción de mal en el mundo.
La morada de la Gran Diosa tierra, en todos los panteones, era el Mundo Subterráneo / el Mundo de la Muerte / el Abismo / el Seno de la Diosa en donde se producía el renacimiento de la semilla y la resurrección de los difuntos / el Paraíso Terrestre, de donde la Diosa era soberana / por donde desaparecen las constelaciones, el sol y la luna del cielo nocturno, en la nueva mitología esta morada el Scheol / Tártaro (todavía llamada Belial en el Antiguo Testamento de Belis = Soberana) / el mundo de las Tinieblas y se descalifica como el Infierno a donde iban las almas merecedoras de castigo.
Y termina dando género masculino al Espíritu / Principio del Mal que es destruido por el del Bien. Y el Principio vencido pasará a llamarse: Ahura-Daeva, Angra Mainyu, Ahriman, Satán, Armany (Hungría), Daeva, Lucifer,...
Y dada la correlación entre los mitos y la realidad económica y social, al perder importancia el Principio femenino y su papel activo, se modificó igualmente la importancia femenina en la vida económica, se produjo un cambio profundo en la estructura social y sobrevino la sociedad patriarcal.
[ Invento de mitos protagonizados por guerreros para imponer valores machistas ]
A partir de la promoción de los valores patriarcales, el antiguo héroe-paredro mortal (Divinidad inferior del que la Diosa se enamoraba, al que imponía reglas y que se autocastraba, moría como semilla y la Diosa resucitaba) pasó a convertirse: en una divinidad masculina solar.
En la nueva mitología, el paredro se convierte en un héroe Salvador, identificado en la visión patriarcal con el sol, al que se le atribuye todo tipo de hazañas y acciones agresivas, modeladoras de los nuevos valores guerreros.
Los mitólogos patriarcales inventaron mitos que suelen adoptar la forma de epopeyas protagonizadas por varones que viajan en busca de algún objeto valioso, o para colonizar un nuevo territorio, o con cualquier otra excusa, para mientras tanto, en diferentes episodios, ir prestigiando los nuevos rasgos patriarcales arquetípicos, que iban a impregnar a la sociedad y a la par se iban desacreditando los valores femeninos, así como su resistencia a la conquista. El viaje de los héroes termina con la fundación de un imperio y el aniquilamiento del poder femenino.
Sol-héroe Salvador que se apropia de los símbolos y funciones de la Luna-Diosa Salvadora, le arrebata sus facultades de Fertilidad y protagoniza epopeyas como fábulas que narran sus aventuras durante su vida errante, sus encuentros y enfrentamientos con monstruos y dragones.
Asesinato de mujeres-monstruos: enmascara la lucha contra el poder femenino y la conquista de regiones donde reinaban
En todos los casos, las epopeyas se desarrollaron mezclándose historia con la leyenda y los enfrentamientos tienen tanto una explicación doctrinal-histórica como otra astronómica.
— La explicación doctrinal-histórica de las aventuras de los héroes, es que se refieren a la emigración violenta-invasión patriarcal de regiones, en las que gobernaban reinas Sacerdotisas, mientras se van prestigiando diferentes tipos de conductas agresivas.
Ejemplo paradigmático sería las hazañas de Hércules: "... Hércules era más bien un nombre apelativo que propio dado a los célebres negociantes que iban a descubrir nuevos países y a fundar colonias..." (Noël, Tomo 2, 1987: 51).
En esencia los mitos patriarcales, adjudican a los héroes una serie de actos atroces y violentos, que traduce como hazañas heroicas, en contra de monstruos. Con ello se enmascara la lucha contra el poder femenino y las destrucciones y devastaciones de regiones por parte de invasores patriarcales, a la vez que se prestigia el proceso de conquista. (Y que corresponden a veces exactamente a hechos astronómicos y otras a su inversión).
— Y la explicación astronómica del viaje del héroe-sol es que pretende imitar el viaje de la Diosa-Luna en su recorrido por el cielo nocturno, junto con las constelaciones animalísticas.
Explicación astronómica que ya se ha dado al viaje de Rama que se narra en la epopeya Ramayana. "El carmelita padre Paulino de San Bartolomé prueba con muchas razones que no es más que una ficción de geografía astronómica, aunque cree que bajo esta fábula podría ocultarse algún héroe verdadero." (Espasa, Tomo 49, 1991: 488).
Aunque los mitógrafos han interpretado a los héroes como personificaciones solares, que viajan mientras realizan las hazañas de matar monstruos (constelaciones) y pretenden atenerse al hecho de que cuando el sol nace, todas las constelaciones nocturnas desaparecen, no todos están de acuerdo.
En la tesis que he expuesto en detalle en mi estudio sobre siegfried ou lor du Rhin, París, Ed. Retz, 1984. Sostengo, basándome en numerosos documentos, que el abusivamente llamado héroe solar es en realidad un "héroe cultural", un "héroe civilizador" que no tiene fuerza por sí mismo si no se regenera constantemente junto a la Mujer-sol, detentadora real de la soberanía”... Aporta también la prueba de que, ni entre los celtas, ni entre los germanos, hay dios-solar o sol representado en forma de dios. (Markale, 1989: 95).
En realidad, al atribuir al héroe-sol ciertas aventuras basadas en la mitología matriarcal, estarían refiriéndose a su identificación con varias constelaciones, considerados "Pequeños soles": Crátera, Flecha, Can Mayor, Águila y Escorpio (como Divinidades de la Luz, no como personificación del sol).
Existen antecedentes en autores actuales que también denominan "sol" a algunas estrellas muy brillantes. Por ejemplo leemos de la estrella Arctosoura, hoy conocida como Arturo: "... la estrella Arturo, brillante sol del hemisferio boreal, de color variable,..." (Espasa, Tomo 9, 1088: 499). Y también es cierto que en ciertas mitologías históricas se consideraban que había cinco "Pequeños soles", correspondientes a diferentes situaciones de las constelaciones: Can Mayor, Crátera, Libra-Escorpio, Águila y Flecha, por lo que ello estaría en el origen de la equivocación de los mitógrafos patriarcales, que les llevó a identificar a los héroes con el sol.
Los enfrentamientos de los héroes se refieren a varios hechos astronómicos correspondientes a distintas situaciones de las constelaciones consideradas "Pequeño sol", con las que se identifican en el cielo y en relación a las otras constelaciones.
Y así los principales hechos de los protagonistas patriarcales están cifrados en mitos que narran que los héroes en sus viajes de invasión se encuentran con fenómenos y calamidades como torbellinos, escollos, tempestades, huracanes, rayos, sequía y otros fenómenos, que hacían detener su marcha o naufragar sus barcos... o viajan a regiones habitadas por monstruos dañinos con los que se enfrentan.
Estando las calamidades asociadas a diferentes fenómenos atmosféricos, coincidentes con la desaparición por el cielo crepuscular (o la reaparición matutina) de una precisa constelación animalística / monstruo.
Constelación animal que se creía animada por la Diosa en sus diferentes aspectos. Y que eran representadas en la tierra por poderosas Sacerdotisas y amazonas armadas, que al ejercer sus ceremonias sagradas y al actuar de guardianas de sus grutas / Santuarios, lugares de culto a Diosas, se ponían máscaras.
Representantes Divinas que gozaban de gran poder bajo la advocación de la Diosa que les dictaba sus oráculos en sus Santuarios, en donde almacenaban enormes riquezas y formaban parte de los tribunales de justicia, juzgando y castigando a los asesinos y delincuentes y que se opusieron a la invasión patriarcal.
El desacreditar a las juezas y a las Sacerdotisas enmascaradas y calificarlas de monstruos dañinos y horripilantes, servía para justificar las acciones emprendidas por los héroes para eliminar a los monstruos, para así salvar a la humanidad de su influencia.
Y así los defensores y representantes patriarcales encontraban plena justificación para que Hércules o Indra o Rama o Apolo o Perseo o Cecrops (o san Jorge o san Miguel...) destruyesen al demonio / dragón (monstruo femenino asociado a constelación animalística).
(El dragón, como representación del Principio femenino en su faceta que animaba la constelación Dragón que presidía diferentes oficios en la tierra como la metalurgia, es el animal más universalmente perseguido y derrotado. Era representado por las guardianas de los Santuarios de ciudades marítimas, artesanas metalúrgicas, que en la defensa de su territorio, usaban espejos de metales bruñidos como faros que reflejaban los rayos solares y achicharraban / dragón vomitaba fuego).
La interpretación de los héroes como Divinidad solar es patriarcal, pero sus aventuras tienen un fundamento ajeno. De ahí que en algunas ocasiones, los mitólogos patriarcales para hacer al héroe siempre vencedor, invierten, sin saberlo, el hecho astronómico en que se sustentan.
Y así los representantes patriarcales encontraron justificación para robar las propiedades y riquezas de mujeres y maltratarlas, violarlas y asesinarlas. Y con ello arrebatarles su libertad y su autonomía, para así ¡salvar a la humanidad! "Los valores emanados de lo femenino, del ancestral culto a la Magna Mater, fueron relegados, cuando no perseguidos y destruidos con toda la saña de lo odiado y temido a la vez." (Atienza, 1991: 392).
El culpar a la víctima de la violencia patriarcal es un ejemplo típico que demuestra la existencia del mecanismo psicológico de INVERSIÓN MÍTICA para justificar la violencia del agresor. Y que demuestra igualmente la existencia del mecanismo de DESCRÉDITO del modelo centrado en la Naturaleza y amante de la paz por parte de los vencedores patriarcales: las pacíficas mujeres son consideradas las causas de los males. ¡Y de ahí que por considerarla, ser la culpable de la introducción de mal en el mundo, se justificaba las actuaciones masculinas en contra de los derechos femeninos!
[ Hazañas de héroes patriarcales: robo, rapto y desprestigio de conductas femeninas ]
Y así los mitos patriarcales valoran y prestigian ciertas conductas, que encierran la violencia masculina sobre la mujer, del fuerte sobre el débil, como sistema pedagógico que modelaba las conductas reflejadas. Y así sus ¡hazañas! consistían en robar, violar, raptar, asesinar, dejar embarazada y abandonar... a otros seres humanos y bajo la Protección de figuras Divinizadas.
Las ¡hazañas! prestigiadas son del tipo:
a) Robo
Y así los héroes roban objetos como frutos, árboles, jugos sagrados por ser mujeres las dueñas del suelo de cultivo y sus frutos heredados matrilinealmente, así como las profesiones de cultivadora y nutricias / maestras.
O roban posesiones como animales o riquezas femeninas u objetos de adorno o de protección, estando los mismos identificados con los objetos del trabajo femenino, por ser las mujeres las más arcaicas artesanas que los elaboraban en talleres de fabricación de armas y talismanes: cascos, escudos, corazas, fabricación de espejos, instrumentos musicales, trípodes metálicos, horcas (instrumento de labranza con el que se avienta los granos o se hacinan las mieses) o tridentes, esculturas de madera (asociadas a la salud), curtido de las pieles de animales-pergaminos usados para escribir o como vasijas (zurrón) o como vestidos o de los cuernos de animales usados como arados, o símbolo de sus funciones: paladión de su profesión de médica, cinturón de su profesión dirigente, coronas de reina,...
b) Rapto de mujeres
En los mitos patriarcales existen leyendas de rapto de: princesas, Sacerdotisas y reinas. Tanto con la función prestigiadora y modeladoras de tales ¡hazañas! y concreción de la apropiación patriarcal de las funciones que ejercían en la sociedad, como con significado astronómico de sucesión de constelaciones.
Y así frente a los mitos astronómicos matriarcales pacíficos agrícolas, que se cifraban en leyendas que narraban que una princesa identificada con la semilla, desaparecía dulcemente o se quedaba dormida y se despertaba o descendía al Mundo Subterráneo o se montaba dulcemente en un animal, simbolizando el período de enterramiento y muerte de la semilla (período de siembra), los mitos patriarcales narraban que las princesas, como objetos deseables, sufrían una agresión violenta y eran raptadas por un varón o por un animal.
Tras el rapto de las princesas, los raptores y el pueblo patriarcal al que simbolizaban, se apropiaban de la antigua función asociada a lo femenino (el ejercicio del poder político y religioso). Y a la par la Divinidad masculina -que sustituía a la Diosa- se apropiaba de sus facultades Nutricias y Fecundantes.
c) Desprestigio de la respuesta femenina frente a la agresión y a la invasión patriarcal
A partir de la revolución patriarcal se inventan mitos que desprestigiaban la resistencia que oponían las mujeres para impedir el avance de los conquistadores patriarcales, como mecanismo psicológico de descrédito que castiga a las mujeres para modelarles conductas sumisas.
Y los mitos empezaron a reflejar a las protagonistas femenina en actuaciones sumisas o de huida frente a la agresión.
Y así la Tiniebla o la Aurora o el Crepúsculo (personificaciones femeninas) ya no luchan cuando aparecen sus perseguidores (considerados el sol traducido en términos de mitología patriarcal), sino que huyen. Expresando además el hecho astronómico de la desaparición de cualquier constelación del cielo nocturno, justo cuando aparece / nace el sol (amanece). Y que el mito traduce: la Luz vence a las Tinieblas.
d) Desprestigio de mujeres que persistían en sus antiguos ritos
También se desprestigiaron a las Sacerdotisa que persistían en sus antiguos ritos. Y así las leyendas narran que eran castigadas convirtiéndolas en monstruos o rocas o fuentes, por negarse a ponerse al servicio de Divinidades masculinas.
e) Trato denigratorio a mujeres
También abundan los mitos patriarcales que defienden conductas discriminatorias de las diferencias sexuales y prestigian actitudes machistas, que exaltan y revalorizan las conductas por parte de los varones, denigradoras de la mujer y de la Diosa. Todo como estrategia modeladora que ejemplariza que las mujeres aceptan el sometimiento y subordinación masculina.
A partir del patriarcado los mitos narraban que las mujeres se enamoraban de los héroes, pero a diferencia de los mitos anteriores, ellas ya no les imponían reglas, sino que se supeditaban totalmente a los intereses masculinos y ponían a su servicio sus conocimientos y dotes. Y mientras, sufrían sumisamente las infidelidades de su pareja, vejaciones, abandonos, maltratos,...
f) Adulterio femenino castigado
Frente a los numerosos mitos en los que la esposa infiel de un esposo impotente, era inviolable para el celoso y era el amado el que moría y era rescatado por su propia esposa [ahí están las infieles Asertu, Neith,... y sus amantes Baal, Osiris,... son los que mueren a manos del ofendido esposo, El / Elkunirsa, Seth,...], en los mitos patriarcales se presentan siempre a las esposas adúlteras siendo castigadas y asesinadas por su infidelidad, a veces por su propio hijo (matricidio).
g) Embarazo femenino castigado fuera del matrimonio
Si a principios de los tiempos históricos todavía la mujer disfrutaba de libertad sexual y cuando quedaba embarazada se consideraba que su hijo: "... fue engendrado por Zeus, es decir, por un padre desconocido, una característica del matriarcado." (Espasa, Tomo 33, 1988: 1005), en época patriarcal son castigadas si se quedan embarazadas fuera del matrimonio.
Mito de Hércules
Un representante patriarcal mítico, que ha ejercido una gran influencia en la sociedad occidental es Hércules / Heracles. Sus aventuras empiezan narrando que sufrió varios castigos por sus muchos asesinatos, que les fueron impuestos tras ser juzgado por varias Pitonisas del Oráculo de Pito / Delfos.
Con ello nos informa quienes eran las que en principio ejercían de juezas y juzgaban a los delincuentes, muestra del poder femenino aún a principios de la época histórica, antes que la revolución patriarcal negara todos los derechos a las mujeres.
En uno de los castigos impuestos por una jueza fue comprado por la Diosa / reina Onfalia / Omfalo / Ónfala de Lidia que lo obligó a vestirse y trabajar como mujer durante tres años. En otra ocasión la Pitonisa le ordenó que se estableciera en Tirinto como esclavo durante doce años y fue cuando Euristeo, rey de Argos le encargó los doce trabajos.
Pero mientras la reina ONFALIA HABÍA TRATADO A HÉRCULES ¡COMO A UNA MUJER!, EURISTEO LO CONVIRTIÓ ¡EN UN HOMBRE! encargándole que: robara, asesinara y devastara las regiones donde gobernaban mujeres. Y así sus "hazañas" manifiestan ya el carácter revolucionario patriarcal y prestigiador de las nuevas acciones guerreras.
La mayor parte de las hazañas de Hércules tienen lugar en Asia Menor, La Argólida, Eubea y La Arcadia, donde es manifiesto imperaba el poder femenino, gobernaban reinas y en algunas regiones se adoraba a la Diosa HERA / JUNO, considerada su enemiga perpetua. Y Diosa a la que el mito le echa la culpa de la respuesta de Hércules.
Y así ¡el pobre Dios de la Fuerza sólo se defiende de su enemiga que lo perseguía de manera implacable!, por el odio que le tenía por ser hijo de su infiel esposo Zeus y de Alcmena.
Sus doce trabajos corresponden a la destrucción de las regiones que el mito considera habitada por monstruos dañinos-constelaciones femeninas y protegidas por guardianas con máscaras / artesanas metalúrgicas de talleres de metalurgia adscritos a Santuarios, en donde la Diosa Hera o la Diosa Artemisa, recibían culto.
Y así estas regiones se sabe sufrieron gran parte de las hazañas de Hércules / conquista patriarcal. Al final el héroe fundó la ciudad de Heraclea = en gloria de Hera, origen de que se le conozca como Heracles. Después como ¡recompensa a sus buenas acciones! en la Otra vida, Hércules fue perdonado por la Diosa Hera y se casó con su Hija la Diosa Hebe. ¡Ese es el mensaje que se enviaba a la sociedad!: los varones que se comportasen conforme a los intereses patriarcales y conquistasen otras regiones mediante el asesinato, violación y robo de sus legítimos dueños, encontrarían al morir, en vez de castigo, una recompensa llena de placeres (mensaje que influyó poderosamente en la sociedad durante miles de años e hizo mover a los aventureros a ir a otras regiones a ¡colonizarlas! sin miedo).
CONCLUSIÓN
Así que bajo el bombardeo continuo de mitos que narraban como hazañas: el arrebatamiento de las propiedades femeninas, su asesinato o la apropiación de sus Santuarios. A la vez que los varones imponían sus costumbres agresivas y sus cultos patriarcales y vengativos, se encargaban del culto y de las profesiones y talleres femeninos, no es de extrañar que la mujer terminase perdiendo su poder milenario, fuese subordinada y los varones extendieran su dominio a todos los campos. (“Revista de antropología experimental” (ISSN: 1578 -4282) número 1, 2001)
Para terminar, unas reflexiones sobre el mito de Caín y Abel:
“Eran dos hermanos –relata la Biblia-, Caín el labrador y Abel el pastor. Pero Javhé prefería las ofrendas de este último. (¿Cómo podía preferir, en efecto, al vencido Caín?). Y entonces –continua el relato-, Caín, movido por los celos, “atacó a su hermano y lo mató”. Y de ahí que Caín se volviera maldito por los siglos de los siglos.
Ahora sabemos que las cosas no fueron exactamente así, sino todo lo contrario. Fue Abel (abel en euskera significa ganado, y abeltzain es el pastor) el que invadió las tierras de Caín el labrador, y quién realmente mató o esclavizó a los habitantes del Este de Europa, Anatolia, Canaán... Puede ser que algún Caín, en alguna revuelta, matara a algún que otro Abel, pero la historia no sucedió, tampoco esta vez, como quedó escrita por los historiadores del bando vencedor. Y los vencedores seguirían, en adelante también, manipulando sistemáticamente la historia: convirtiendo al agresor en víctima, y a la víctima en agresor.” Josu Naberan. La vuelta de Sugaar.
Y es que la invención de la agricultura no trajo consigo la propiedad privada y los excedentes (como dicen muchos autores). Fue la invención de la ganadería la que comenzó a generar el concepto de “riqueza” como acertadamente nos indica Ortiz-Osés. (ganado-ganancia).
Así ha quedado reflejado también en el euskera (el idioma más antiguo de Europa): Aberatza (rico), compuesto de Abere (ganado) y tza (abundancia).
“En el tiempo de imposición del nombre Aberatza (rico), no se conocía el oro, la plata, ni otras cosas preciosas que hoy constituyen al verdadero rico; y que esta verdad y la de haber sido la primitiva riqueza la abundancia de ganados, hace ver la analogía que tiene nuestra voz Aberatza con el origen antiquísimo de la riqueza”. P.Pedro de Astarloa 1803
3) LA DESAPARICIÓN DE LA SERPIENTE
Textos de casilda Rodrigañez
“La serpiente era la alimaña más insidiosa de entre los seres creados por Dios” (Génesis 3, 1) “Vi descender del cielo a un ángel que llevaba en su mano la llave de la gran gruta subterránea y una gran cadena. Apresó al dragón, a la serpiente antigua –esto es, el diablo o Satán- y lo encadenó por mil años. Lo arrojó a la gruta, cerró la entrada con la llave y la selló hasta que se cumplieran los mil años, para que no encandilará a la gente en adelante; después de transcurrir los mil años, tiene que quedar libre durante algún tiempo” (Apocalipsis, 20).
“La serpiente es un reptil que aparece representado con frecuencia en la antigüedad. En el Génesis (que coincide con la fecha en la que algun@s historiador@s y arqueólog@s datan la generalización de la revolución patriarcal, es decir, aproximadamente, en el 2.500 a.c.) la serpiente es el símbolo del mal, del demonio que induce a Eva al pecado y a desobedecer a Yavé, el Señor que representa el bien. Yavé, que había decidido dar una compañera a Adán (¿antes no tenía?), en la misma escena condena a Eva –y con ella, a todas las mujeres- por dejarse seducir por la serpiente a parir con dolor y a vivir bajo el dominio del hombre. Luego enviará a un arcángel con alas y espadas para matar a la serpiente: la muerte de la serpiente es el triunfo de Yavé. 2500 años después vuelve a aparecer la serpiente, con la Virgen María, la madre pura que aplasta su cabeza, pues, al parecer, no se había matado del todo y se hacia necesaria una redención de nuestros pecados, junto con la consagración de la mujer como esclava del Señor y su renuncia a la serpiente.
¿Qué más sabemos de la serpiente? Las guías del Museo Arqueológico Nacional De Atenas dicen a l@s turist@s que la serpiente era el símbolo de la sexualidad de la mujer en la Grecia antigua. Marija Gimbutas, en su obra basada en el estudio de miles de figuras de mujer recogidas en la llamada Antigua Europa y datadas del 6500 al 3500 a.c., y ya en general, todos los estudios de la Antigüedad coinciden en señalar que la serpiente era la representación de la voluptuosidad, de la vida y de la fertilidad impulsada por la líbido yu los deseos de la mujer. En las ruinas del palacio de Cnossos en Creta, que por ser una isla debió de ser uno de los últimos bastiones de la Antigua Europa que resistió a la revolución patriarcal, aparecieron dos figuras de mujer del 1.600 a.c., vestidas con elegantes trajes largos y con escotes que dejan los pechos al aire: una lleva serpientes dibujadas en el vientre y enroscadas en los brazos; la otra, blande en sus manos alzadas sendas serpientes: ¡No nos las quitarésis! ¡No pasaréis! Parece querer decir. Y sin embargo, pasaron. Los arqueólogos las han llamado “diosas de las serpientes”, pero podían ser simplemente la representación de dos mujeres de la época. Con el triunfo de la revolución patriarcal y la desposesión de la serpiente de la mujer, aparece el nuevo orden simbólico que ya deja ver por donde van a ir los tiros: el Olimpo se llena de Dioses, y entre ellos, Esculapio, dios de la medicina, que se ha apoderado de la serpiente y que hoy, cual trofeo de guerra, todavía se exhibe en las bolsas de nuestras farmacias.
El control de la capacidad reproductora de la mujer implicó la desposesión de sus deseos y la eliminación de su líbido para hacer funcionar la fisiología de su cuerpo, esclavizado y robotizado, según los fines específicos del nuevo orden patriarcal: reproducir esclavos resignados y guerreros insensibles al sufrimiento humano, así como esclavas resignadas y futuras nuevas madres insensibles al sufrimiento de su prole; en lugar de la vida exuberante y pacífica que llegó a existir en los palacios de las sociedades matricéntricas del Neolítico”.
Casilda Rodrigañez. Revista Archipiélago nº 25, 1996.
“Después de las guerras de devastación, ya constituida la sociedad patriarcal, siguió habiendo una dura y larga resistencia durante la cual se siguieron exterminando a las mujeres que guardaban el rescoldo del antiguo modo de vida y de la otra sexualidad. Para justificar este holocausto, se creó la imagen de la 'bruja' que tiene trato con el demonio, que todavía perdura en nuestros días.
Pero la vida es como es, y no deja de serlo, a pesar y en contra del Poder. Y para impedir que nuestra sexualidad se desarrolle, además de silenciarla había que hacerla inimaginable, eliminando todo aquello que pudiera delatarla o aludir a su eventual existencia.
Por ello tuvieron que cambiar el significado de los símbolos de las culturas neolíticas, que habían estado durante milenios vinculados a nuestra sexualidad. Símbolos presentes en costumbres y objetos materiales de 1a vida cotidiana. Para conseguirlo se escribieron las historias y los mitos que cambiaron el significado v el sentido de aquellos símbolos (las grandes obras míticas, como la Biblia o la Iliada se escribieron en el siglo VIII a.c).
El nuevo orden simbólico correlativo al nuevo orden social, proyecta en nuestra imaginación y en nuestro inconsciente el modelo de mujer patriarcal: una falsa percepción de nuestros cuerpos, con una orientación exclusivamente falocéntrica de nuestro anhelo emocional, que debe acompañar la relación de sumisión al hombre.
Este proceso de construcción del nuevo orden simbólico, se puede verificar siguiendo el rastro del que fue símbolo de nuestra sexualidad en casi todas las culturas: la serpiente.
La importancia y la omnipresencia de la imagen de la serpiente había sido correlativa a la importancia del despliegue de la líbido femenina. Hacer que la serpiente desapareciera era imposible. Por eso lo que hicieron fue eliminar su fuerza simbólica. que mantenía viva la memoria el recuerdo y la posibilidad de imaginar otra forma de ser mujer.
Cambiaron su significado simbólico cambiando las historias míticas, y convirtiendo el movimiento ondulante de la serpiente en un símbolo de todos los males y de todos los demonios. También el asco que nos producen los reptiles, sus mucosas y sus pieles húmedas, es una construcción cultural paralela al asco y al pudor que sentimos hacia nuestros cuerpos y sus fluidos, y que tiene por objeto sacar de nuestra imaginación su sentido maternal y simbiótico.
El orden simbólico tiene que hacer a lo bueno, malo, y a lo malo, bueno. Así, junto a la satanización de la sexualidad de la mujer, se sataniza también a la serpiente que pasa a ser el demonio del infierno judeo-cristiano; y el infierno y el Hades pasaron a ser los lugares a donde va todo lo que no debe ser, por contraste de los cielos donde habitan los paradigmas de lo que debe ser; y el guardián del Hades en la mitología griega, fue el can Cerbero, hermano de la amazona Medusa, la de la cabellera de serpientes, que lleva también el lomo lleno de serpientes y su cola es una serpiente. Las sirenas y las Nereidas que representaban la asociación de lo femenino con el agua, se convirtieron en monstruos marinos que atacaban a los héroes, como Escila que no deja a Ulises pasar por el estrecho de mesina. Atenea, en un tiempo representada con serpientes, pasa a ser la diosa de la guerra, y las serpientes pasan simbólicamente a manos de Esculapio, dios, como no, de la Medicina, y de Hermes, dios de la fertilidad, de manera que la sexualidad femenina en vez de ser una emanación de 1a mujer para la autorregulación de la vida, pasa a ser algo administrado y gobernado por los dioses.
En todas las culturas aparece el héroe o el dios que desafía y mata la serpiente: Zeus mata a Tifón, Apolo a la Pitón, Hércules a la Hidra, Perseo a Medusa y Jasón vence al dragón que guardaba al vellocino; el dios mesopotámico Marduk mata a las serpientes de la diosa Tiamet, y el hindú Krisna a la serpiente-demonio Kaliya. En las culturas cristianas, después del famoso y explícito mito del Génesis (pondré enemistad entre ti y la serpiente), la virgen María vuelve a aplastar a la serpiente, San Jorge al dragón de Inglaterra, San Patricio a la serpiente de Irlanda, San Miguel a diversos dragones...
Ante el cuadro del Museo del Prado de Cornelio de Vos que representa Apolo matando a Pitón, un profesor de instituto les decía a sus alumnos y alumnas que simbolizaba el origen de nuestra civilización. Siempre nos sorprendemos cuando descubrimos que ellos ya sabían estas cosas. Es la complicidad transgeneracional de los señores del Poder y de la Guerra.
Fijaos que la resistencia al orden patriarcal a lo largo de los siglos la delatan los mitos: porque la Virgen María tiene que volver a aplastar a la serpiente que ya había sido enviada por Jehova al Infierno 2500 años antes. Y en la Edad Media, para hacer las naciones modernas y acabar con el relativo descontrol de las aldeas desperdigadas por la tierra, siguen haciendo falta mitologías con santos que matan a las serpientes locales: San Jorge en Inglaterra, San Patricio en Irlanda, pueblos en donde los campesinos celtas animados por los druidas conservaron durante mucho tiempo reductos de antiguos modos de vida. Arturo es otro mito, en plena Edad Media que representa, al igual que Edipo, la tragedia de la transición. Arturo, no mata al dragón, sino que lo salva, era conocido como Arturo de Pendragón, y al principio llevaba su imagen en su estandarte porque era un caballero que defendía el antiguo modo de vida. Llevaba sendas serpientes tatuadas en ambas muñecas. Junto al cambio de significado simbólico de la serpiente, está la inversión de lo que vale, del bien y del mal, y también, la significación de los que la matan: el héroe o el santo. Matando a la serpiente, el santo salva nuestras almas y el caballero o el príncipe azul, nuestros cuerpos.
Dice Robert Graves que muchas de estas historias son versiones falseadas de las originales; y asegura que las fábulas de las doncellas salvadas por héroes, que matan a los dragones o a los monstruos, sólo puede deberse a un error 'iconotrópico': porque la doncella o la princesa no es la futura víctima de la serpiente, sino que ella es quien ha sido encadenada por Bel, Marduk, Perseo o Hércules después de haber vencido éstos al monstruo que era una emanación de ellas.
Este cambio en los mitos corresponde al paso de la dominación de la mujer por la fuerza bruta (se captura a la mujer tras destruir por la fuerza lo que emana de ella), a la sumisión voluntaria de la misma (la mujer se considera 'salvada' cuando se destruyen las monstruosas emanaciones de su cuerpo).” Extraído de "Tender la Urdimbre" de Casilda Rodrigañez
Adán, Eva y la serpiente.
“Y entonces surgió uno de los mitos religiosos más famosos: el del “pecado original”. Pero ¿de quién era la culpa nuevamente? De la serpiente (es decir, del máximo representante de la Diosa, puesto que simboliza la continuidad de la regeneración y de los ciclos cósmicos) y, por supuesto, de Eva, la primera mujer.
¿De qué se acusa a Adán y Eva? De querer saber demasiado sobre el Bien y el Mal, sobre la Muerte y la Vida, de la pretensión de lograr la “facultad de conocer todo” todo lo referente al Árbol de la Vida. En adelante, el Conocimiento será malo, el Sexo y la Procreación serán sucios, la Muerte será sagrada... Conocemos bien estas doctrinas y a sus impulsores. -” Josu Naberan
La serpiente de Atenas
La Serpiente mítica, de ser protectora de la Casa, pasó a ser la protectora de la Ciudad.
He aquí la historia de la Serpiente de Atenas, de la pluma de Herodoto. Este no cree que exista de verdad esa serpiente (y no tiene ninguna referencia del mito preindoeuropeo), pero nos transmite la historia con un respeto absoluto.
La armada persa está a las puertas de Atenas y los ciudadanos no saben qué hacer: evacuar o no a sus hijos y familiares. Al final toman la decisión de evacuarlos:
"Y por cierto que se apresuraron a evacuarlos al objeto de obedecer al oráculo y, muy en especial, por el siguiente motivo: los atenienses aseguraban que, en el interior del santuario, vive una gran serpiente en calidad de guardiana de la Acrópolis; esto es lo que aseguran y, es más, todos los meses le hacen entrega de una ofrenda, como si realmente existiese (la ofrenda mensual consiste en una torta de miel). Pues bien, esa torta de miel, que hasta entonces había sido consumida siempre, quedó a la sazón intacta. Cuando la sacerdotisa informó de lo ocurrido, los atenienses abandonaron la ciudad con mucho mayor empeño todavía, convencidos de que también la diosa había dejado la Acrópolis. Y, tras haberlo puesto todo a salvo, zarparon para reunirse con la flota" (Historias, VIII, 41).
Estos sucesos corresponden al siglo V a/C., y para entonces se había desvanecido casi por completo la memoria de la Serpiente preindoeuropeo no se había perdido del todo. En el pensamiento mítico de los griegos de aquella época, la Serpiente de Atenas personificaba a Erecteo, el ser que nació del semen derramado en la tierra por Hefesto al intentar violar a la diosa Atenea. Por eso, la Serpiente era el símbolo ctónico de Atenea, la diosa guerrera que protegía la ciudad.
Mil años antes, sin embargo, la serpiente era el atributo de la diosa que protegía la casa en la cultura minoica. Y dos mil años antes, era eso mismo pero en toda Europa.

Guillermo Piquero

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Comentarios

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  1. #1 Kaerkwes 24 de mayo de 2007

    Me ha llamado la atención que señala la agricultura como anterior a la ganadería, actividad de las culturas patriarcales que llegan posteriormente; y digo que me ha llamado la atención porque siempre he tenido en mi mente, y puede ser imaginación mía, que tanto la ganadería como la agricultura aparecen asociadas. Incluso en algún lugar me suena haber leido que la aparición de la actividad ganadera en la península ibérica es anterior a la agricultura. Pero lo digo con muchas dudas todo.

    El artículo me parece que es para leer despacito y con mucha calma.

  2. #2 Kaerkwes 30 de mayo de 2007

    Yo continúo con uno de los dos hilos que abrí sobre algunos datos de este artículo (formas de las viviendas y la agricultura frente a la ganadería).; a ver si alguien por ahí se anima a seguir.

    Según Martí Oliver, en "Prehistoria de la Península Ibérica" , Edit.Ariel, y cronologicamente hablando de finales del séptimo milenio o principios del sexto a.c. la neolitización ha llegado ya a toda la península.

    La actividad agropastoril, ya incluye cereales , leguminosas, cabras, ovejas, y pienso que probablemente el perro para trabajar con éstas últimas para añadirse después el vacuno y los suidos.
    No se distinguen testimonios ni evidencias de ningún cambio que suponga la aparición primero de la agricultura y luego de la ganadería. Es una unica actividad, la agropastoril, que aparece de forma conjunta.

    Lo que me hace pensar en lo dudoso de ese argumento de sociedad agrícola - femenino- vieja europa versus sociedad pastoril- masculino-indoeuropeo.

    El cambio más o menos brusco, según los vestigios se da en el paso entre las colectividades cazadoras recolectoras y las agropastoriles, eso es del paleolítico al neolitico. Sin olvidar que el cambio es gradual y se combinan en diferentes grados las actividades durante todo el periodo mesolítico. Incluso en la península todo el proceso es desigual dependiendo de las zonas, al igual que sucede en el resto de Europa.

    Así que por ahí....ese mundo femenino-lunar agricola violentado por el masculino-solar- ganadero y guerrero....pues no se.

  3. Hay 2 comentarios.
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