Autor: kallaikoi
miércoles, 18 de octubre de 2006
Sección: Lenguas
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TOPÓNIMOS MONOSÍLABOS DE LA EUROPA OCCIDENTAL, LOS MÁS ANTIGUOS DEL CONTINENTE EUROPEO
Los topónimos monosílabos de la Europa Occidental han llegado a nosotros gracias a la transmisión oral, y su significado se ha perdido, por ser antiquísimos. Dado su extraordinario primitivismo, serían las palabras más cercanas a los albores del lenguaje de los primitivos europeos occidentales que se han conservado.
Los topónimos monosílabos de la Europa Occidental han llegado a nosotros gracias a la transmisión oral, y su significado se ha perdido, por ser antiquísimos. Dado su extraordinario primitivismo, serían las palabras más cercanas a los albores del lenguaje de los primitivos europeos occidentales que se han conservado.
Estas palabras elementales -las cuales también habrían sido habitualmente utilizadas en el lenguaje oral- actuando como prefijos, dieron lugar a palabras derivadas que también fueron utilizadas en la toponimia, mediante la adición de sufijos como: -a / -o / -as / -os / -ña / -ño / -ñas / -ños; el superlativo / -ón; el diminutivo / -ín... siendo la mayoría de ellas también de significado desconocido en la actualidad.
La pérdida de significado de estas palabras se debe en parte a su grandísima antigüedad, y en parte al desarrollo del pensamiento abstracto en los primitivos europeos occidentales.
En un principio, las terminaciones en -a / -as; -o / -os, / -ño / -ña, etc., no tendrían por qué indicar siempre género en los topónimos derivados.
Por otra parte, estos topónimos o palabras elementales, y sus derivadas, dieron lugar a topónimos compuestos más complejos, bisílabos, trisílabos y polisílabos, con una regla muy sencilla: la simple concatenación, prueba adicional de su extrema antigüedad.
El significado de estos topónimos compuestos se ha perdido en la mayoría de los casos, debido también al desarrollo del pensamiento abstracto.
Veamos, para muestra, algunos ejemplos bien conocidos de topónimos monosílabos, sin pretender ser exhaustivos. Comenzando por los más simples:
A. Está presente en el topónimo compuesto Ai (A+I).
E. Perviven sus bien conocidos topónimos derivados E-a, E-o, E-as y E-os.
I. Perviven sus topónimos derivados I-a, I-o, I-ña, I-ño, I-ñas, I-ños. También lo vemos solo en el topónimo compuesto Ider (I+Der).
O. Este topónimo existe actualmente en Galicia. Tiene como derivados conocidos O-ña, O-ño. También lo vemos solo en topónimos compuestos tales como Oia (O+Ia); con falsa etimología en Ove (O+Be); Obre (O+Bre), y Orra (O+RRa).
U. Lo vemos solo en los topónimos compuestos Udra (U+Dra) y Urroa (U+RRoa).
AL. Su derivado Al-o lo vemos en el topónimo compuesto Aloia (Alo+Ia). También en Feal (Fe+Al).
AM. Romanizado en Am-es, aparece hoy formando parte del topónimo compuesto Amio (Am+Io); también en Ameas (Am+Eas). Es derivado suyo Am-o, que aparece en Breamo (Bre+Amo)
AN. Es prefijo en Ancos (An+Kos) y en Anca (An+Ka); también en Anta (An+Ta) y Arán (Ar+An). Lo vemos formando parte de topónimos compuestos más complejos, como Corbalán (Kor+Bal+An).
AR. Existe en la actualidad, así como sus derivados Ar-o y Ar-a. A veces lo vemos romanizado en Ar-es. También lo vemos en Arán (Ar+An).
IM. Hoy se conserva Im-o, que es su derivado.
OM. Aparece en la actualidad en topónimos compuestos tales como Ombre (Om+Bre), Ombreiro (Om+Breiro), y Ome (Om+E).
UM. Aparece solo en los hidrónimos compuestos Umia (Um+Ia), y Ume (Um+E), hoy río Eume.
OK (Oc). Perviven tanto la raíz como sus derivados Oc-a, Oc-o, Oc-os: Langued'Oc, Oca, Oco, Ocos.
BA. Este topónimo pervive en la actualidad, así como sus derivados Ba-a y Ba-o. Aparece solo en los topónimos compuestos Baio (Ba+Io) y Baia (Ba+Ia). El derivado está en el topónimo compuesto Baamonde (Baa+Mon+De). También los vemos, con falsa etimología, en las formas Va, Vaa y Vao, puesto que el Idioma Gallego no tiene V.
BE. Pervive su derivado Be-o. Su derivado Be-a lo vemos en el topónimo compuesto Beade (Bea+De). La raíz está presente, pero con falsa etimología, en Vedra (Be+Dra) y Vedro (Be+Dro).
BO. Derivados Bo-a y Bo-o. Bo pervive en la actualidad. También lo vemos solo en Bogo (Bo+Go). El primer derivado lo vemos en Boado (Boa+Do). Boo pervive como topónimo en Galicia, Asturias y Santander.
BU. Lo vemos solo en los topónimos compuestos Bueu (Bu+E+U) y Buio (Bu+Io).
DA. Pervive su derivado Da-a.
DE. Pervive en topónimos compuestos como Deva (De+Ba), Bande (Ban+De) y Sande (San+De).
DO. Lo vemos solo en el topónimo compuesto Dodro (Do+Dro).
FE. Lo vemos solo en topónimos compuestos como Feal (Fe+Al) y Fene (Fe+Ne).
FI. Derivado Fi-o. Vemos el derivado en el topónimo compuesto Fiobre (Fio+Bre).
GA. Lo vemos solo en topónimos compuestos tales como Gai (Ga+I), Gaia (Ga+Ia) y Gaiás (Ga+Ias).
GO. Perviven los topónimos Go-a y Go-as, que son sus derivados. Lo vemos solo en los topónimos compuestos Goia (Go+Ia); Goios (Go+Ios); Goibe (Go+I+Be), y Mondego (Mon+De+Go).
KA (hoy Ca). Derivados Ka-a (Caa), Ka-o (Cao). Vemos el derivado Ka-a formando parte de los topónimos compuestos Caa-veiro y Caa-mouco. El derivado Cao pervive en la actualidad.
KO (hoy Co). Derivado Ko-a (Coa). Aparece solo en Coio (Ko+Io), y su derivado en Coaña. También lo vemos en Coea (Ko+Ea).
LA. Lo vemos solo en topónimos compuestos como Laga (La+Ga) y Laza (La+Za).
LE. En Galicia perviven sus derivados Le-a y Le-ón. Esto indica que León es un topónimo autóctono de la Península Ibérica que no deriva del latín.
LO. Lo vemos solo en el topónimo compuesto Loio (Lo+Io).
LU. Derivado Lu-a. El derivado Lúa existe en la actualidad, y también lo vemos en el topónimo compuesto Luaces (Lua+Zes). La raíz la vemos en topónimos compuestos tales como Luía (Lu+Ia), Lugo (Lu+Go), Lubre (Lu+Bre), y Luarca (Lu+Ar+Ka).
MA. Aparece solo en el topónimo compuesto Mato (Ma+To).
ME. Aparece solo en los topónimos compuestos Mede (Me+De) y Meda (Me+Da).
MI. Lo vemos solo en Mi-ña y Mi-ño, que son derivados suyos.
MO. Derivado Mo-a. La raíz y el derivado los vemos en Moia (Mo+Ia) y en Moaña.
NE. Lo vemos solo en los topónimos compuestos Neda (Ne+Da), Fene (Fe+Ne), y Nemancos (Ne+Man+Cos).
NO. Está presente en los topónimos compuestos Noia (No+Ia) y Noche (No+Che).
OR. Lo vemos solo en los topónimos compuestos Orán (Or+An) y Orce (Or+Ze).
PA. Pervive su derivado Pa-a.
PI. Derivados existentes en la actualidad: Pi-a, Pi-as, Pi-os,
PO. Pervive en la actualidad, así como su derivado Po-o. Está presente en el topónimo compuesto Poio (Po+Io).
RRA. Pervive su derivado Ra-o.
RRO. Pervive su derivado Ro-a.
SA. Hoy pervive, así como su derivado Sa-a. Aparece solo en topónimos compuestos como Sada (Sa+Da) y Sado (Sa+Do).
SO. Lo vemos solo en topónimos compuestos como Soán (So+An) y Sober (So+Ber).
SU. Aparece solo en los topónimos compuestos Suar (Su+Ar); Suarna (Su+Ar+Na), y Susá (Su+Sa) o quizás (Su+Saa).
TE. Derivados Te-a y Te-o. La raíz y los derivados perviven en la actualidad.
TI. Derivado Ti-o. El derivado lo vemos en el topónimo compuesto Tiobre (Tio+Bre).
TO. Lo vemos solo en el topónimo compuesto Toca (To+Ca).
ZA. Lo vemos solo en el topónimo compuesto Zazar (Za+Zar).
ZE (Ce). Perviven sus derivados Ze-a (Cea) y Ze-o (Ceo). Lo vemos solo en los topónimos compuestos Cee (Ze+E) y Cei (Ze+I).
ZO. Perviven sus derivados Zo-o y Zo-as.
BAL. Aparece en topónimos compuestos como Balocos (Bal+Ocos); Baltar (Bal+Tar); Balboa (Bal+Boa); Balea (Bal+Ea), y Baleo (Bal+Eo).
BAR. Pervive en la actualidad en Galicia. En algún caso ha sido romanizado en Bar-es. También existe en Francia (Bar-le-Duc, Bar-sur-Aube, Bar-sur-Sena); y forma parte de topónimos compuestos, por ejemplo: Barca (Bar+Ka); Barcala (Bar+Kala); Barco (Bar+Ko) en Barco de Valdeorras, Barco de Ávila; y Baroña (Bar+Oña).
BER. Existe solo en la actualidad, y formando parte de topónimos compuestos, por ejemplo: Bergondo (Ber+Gon+Do) y Bertón (Ber+Ton). También lo vemos, pero con falsa etimología, en la forma Ver.
BUR. Lo vemos como prefijo en Bur-ela, que es derivado suyo; y también en topónimos compuestos como Burgas (Bur+Gas), Burgo (Bur+Go), Burgos (Bur+Gos), y Bur-d'Eos.
BRE. Lo vemos hoy como aparente sufijo en los topónimos compuestos Tambre (Tam+Bre), Lambre (Lam+Bre), Cambre (Cam+Bre), etc.; pero también como aparente prefijo en Breamo (Bre+Amo), y Breanca (Bre+An+Ka). Pervive su derivado Bre-a.
KOL (hoy Col). Lo encontramos romanizado en Col-es, y pervive su erivado Col-o.
KOR (hoy Cor). Sus derivados Kor-a (Cora) y Kor-o (Coro) perviven en la actualidad. También lo vemos presente en Corgo (Kor+Go), Corme (Kor+Me); y en el topónimo complejo Cortegada (Kor+Te+Ga+Da).
DOR. Pervive en la actualidad. También forma parte de topónimos compuestos como Doroña (Dor+Oña) y Dormeá (Dor+Meaa).
DRA. Lo vemos en el topónimo compuesto Vedra (Be+Dra).
DRO. Está presente en topónimos compuestos tales como Vedro (Be+Dro), Dodro (Do+Dro), y Alvedro (Al+Be+Dro).
KAL (hoy Cal). Derivados Kal-a (Cala); Kal-o (Calo). Hoy perviven tanto el prefijo como los derivados. También lo vemos romanizado en la forma Cales. Kale (Cale) existió en Portus Cale (Kal+E); y pervive en el Paso de Cale. Kal aparece como prefijo en Kalaiko (Calaico).
KAM (hoy Cam). Está presente en el topónimo compuesto Cambre (asociación de Kam+Bre); en Cambás (Kam+Bas); Camboa (Kam+Boa); y solo en el hidrónimo Cam (río que pasa por Cambridge, UK).
GAL. Lo vemos solo en el topónimo compuesto Galea (Gal+Ea).
LAS. Pervive en la actualidad.
LAM. Perviven sus derivados Lam-a, Lam-as, Lam-o. Lo vemos solo en el topónimo compuesto Lambre (Lam+Bre).
LON. Lo vemos solo en los topónimos compuestos Lonzas (Lon+Zas) y Londoño (Lon+Doño).
LOR. Derivado Lor-a. Los dos perviven en la actualidad.
LUS. Aparece solo en el topónimo compuesto Lusio (Lus+Io).
MAR. Indudable topónimo monosílabo antiquísimo del occidente europeo, al igual que Ceo (Ze-o).
MER. Derivados Mer-a, Mer-o. En Asturias, Mer habría sido romanizado en Mer-es y después castellanizado en Mie-res. Mer, Mer-a y Mer-o existen en la actualidad en Galicia.
MOR. Pervive su derivado Mor-ón. Está presente en los topónimos compuestos Morlás (Mor+Las), y Morgade (Mor+Ga+De).
MUR. Sus topónimos derivados Mur-a, Mur-o, Mur-as, y Mur-os perviven en la actualidad.
MON. Pervive en la actualidad. Se conoce su antiguo derivado Mon-a (hoy isla de Man).
MOS. Pervive en la actualidad, y lo vemos como prefijo en Mos-a y Mos-ela.
NAR. Derivados Nar-a, Nar-o, Nar-ón. Los vemos en los topónimos compuestos Naraio (Nara+Io), Naranco (Nar+An+Ko), Narcea (Nar+Zea); y sabemos que existió Naro (el antiquísimo nombre de Narbona, según la Ora Marítima).
NAZ. Pervive en la actualidad.
NOR. Pervive en la actualidad.
PAM. Lo vemos solo en el topónimo compuesto Pambre (Pam+Bre).
PAS. Pervive en la actualidad.
SAR. Existe en la actualidad como topónimo e hidrónimo. También está presente en topónimos compuestos tales como Belesar (Bel+E+Sar), Sartego (Sar+Te+Go) y Sartaña (Sar+Taña).
SAM. Hoy perviven en sus derivados Sam-a y Sam-os. También forma parte del hidrónimo Sambre (Sam+Bre), río francés.
SAS. Pervive en la actualidad.
SEN. Derivado Sen-a. Hoy lo vemos en el topónimo compuesto Senra (Sen+RRa). Sen-a pervive como hidrónimo en Francia.
SIL. Pervive en la actualidad.
SOL. Pervive en la actualidad.
SON. Pervive en la actualidad.
SOR. Existe en la actualidad como hidrónimo. Aparece también en el topónimo compuesto Soria (Sor+Ia).
POL. Pervive en la actualidad, así como sus derivados Pol-a y Pol-o. También forma parte del topónimo compuesto Polanco (Pol+An+Ko).
TAM. Lo vemos solo en el topónimo compuesto Tambre (asociación de Tam+Bre).
TAR. Pervive su derivado Tar-o. Su derivado Tar-a está presente, por ejemplo, en el topónimo compuesto Taramancos (Tara+Man+Cos).
TOR. Perviven sus derivados Tor-a y Tor-o.
VAZ. Pervive en la actualidad, aunque la etimología es falsa. Lo correcto es BAZ.
XEN. Este topónimo pervive en la actualidad, castellanizado en Gen (Xen). También lo vemos solo en el topónimo compuesto Xende (Xen+De), el cual en algunos casos aparece castellanizado en Gende.
ZAR. Aparece como aparente sufijo en el topónimo compuesto Zazar (Za+Zar)
ZAS. Pervive en la actualidad.
Esta pequeña lista de topónimos monosílabos fósiles del Occidente Europeo, casi todos presentes en Galicia, es al mismo tiempo un subconjunto de las paleo-sílabas del Idioma Gallego, y contiene un subconjunto de sus paleo-fonemas.
Con las paleo-sílabas y los paleo-fonemas se explica la práctica totalidad del vocabulario gallego actual, sin necesidad de recurrir a etimologías latinas; o a otros disparates similares que también fueron establecidos a lo largo del Siglo XX.
Más informacióen en: http://es.geocities.com/kallaikoi
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