Autor: de la Carpetania
viernes, 09 de diciembre de 2005
Sección: De los pueblos de Celtiberia
Información publicada por: DelaCarpetania
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Notas sobre Viriato

Sacado de la novela histórica "Viriato, Iberia contra Roma" de Joao Aguiar.

Se que una novela histórica pocas veces puede ser utilizada como fuente, pero el autor al final de esta obra, que hace poco ha puesto a la venta el periódico el País a través de su colección de novela histórica, cita una serie de fuentes muy importantes sobre la vida de este importante personaje histórico, ahí pongo parte del texto, lo que yo creo que es digno de mencionar:

"Viriato surge en los testimonios históricos a partir del momento en que los guerreros lusitanos, cercados por las tropas de Cayo Vetilio lo eligen como caudillo. Sabemos también que fue uno de los supervivientes de la matanza ordenada por Galba, pero se desconoce el lugar y la fecha de su nacimiento, del mismo modo que ignoramos también cuál era su familia y dónde vivió su infancia. Hay referencias a su juventud, en las montañas, pastoreando ganado, pero se trata de referencias muy vagas. Diodoro Sículo afirma, por su parte, que el jefe lusitano había nacido en el litoral occidental de Iberia.
Todos, o casi todos, los historiadores modernos se muestran unánimes en rechazar la hipótesis de un Viriato nacido en las montañas. Así, J. Leite de Vasconcelos piensa incluso que podría ser natural de Alentejo, mientras Joerge Alarcao, basándose quizá en Diodoro, apunta al litoral norte del Tajo. Por otra parte, el hecho de que Viriato se casara con la hija de un rico propietario del valle del Tajo (Astolpas), sugiere que pasó algún tiempo en esa región.
Para trazar el "retrato posible" de Viriato, disponemos, en primer lugar, de las informaciones dejadas por los autores antiguos en cuanto a sus hábitos y carácter, sobrio, escrupulosamente justo y fiel a la palabra dada, con total desprecio por el lujo y el confort, etcétera. Tenemos también algunas descripciones, como las de su casamiento y las de los funerales. Y, finalmente, podemos intentar interpretar su acción como estratega y político a lo largo de los siete años en que fue jefe indiscutido de los lusitanos y alma de la resitencia ibérica. De todos estos datos surge la imagen de un verdadero caudillo militar y político hábil, no la de un rudo pastor de las montañas. Recuérdese, por otra parte, que en aquella época los lusitanos de las montañas eran aúnb muy primitivos y se habían mostrado completamente incapaces de resistir al avance romano, como demuestra la fulgurante ofensiva de Décimo Junio Bruto.
Podrá parecer, pues, exagerado presentar a Viriato como defensor de cierta unificación militar y política ante el poder romano; y aún más, quizá, como eventual pretendiente a la realeza en Lusitania, pues ese territorio no constituía una unidad social o política. Sin embargo, lo cierto es que a la accción diplomática del caudillo se debe la revuelta simultánea de varios pueblos y, muy especialmente, el inicio de la guerra numantina. Viriato no mandó sobre los arevacos, pero, al menos, los convenció para que tomaran la ofensiva. Por otra parte, y como Jorge Alarcao hace notar, fue él quizá el primero en mandar un cuerpo de guerreros formado por gentes oriundas de diversas tribus, y nótese el respeto que, según Apiano, en los siete años de campañas no hubo ni un solo caso de indisciplina, hecho extraordinario, sobre todo en un "ejército de bárbaros". En fin, es significativo que Viriato, con ocasión del tratado impuesto a Serviliano, recibiera el título de Amicus Populi Romani, que habitualmente sólo se concedía a los reyes bárbaros aliados de Roma. Verdad es que, si bien procuró realmente unificar la Lusitania, no pudo conseguirlo, pero la tentativa en sí resulta una hipótesis aceptable.
Pienso, pues, que es legítimo afirmar que el periodo de viriato corresponde a un momento histórico extremadamente interesante: la primera tentativa de resistencia organizada, el primer, y último, esfuerzo coherente de los lusitanos para resistir a Roma. Y la derrota significó el fin de un mundo - el mundo sin la ley romana-. Pero ninguna acción posterior de los lusitanos tuvo la misma importancia y amplitud. La "tradición folclórica" hizo de Quinto Sertorio un "sucesor" de Viriato, cosa falsa, pues Sertorio era un romano y un patriota. Nunca pensó en liberar a los lusitanos del dominio de Roma, ni siquiera cuando éstos le ofrecieron el mando, su lucha fue una guerra civil contra la dictadura de Sila, y los guerreros ibéricos fueron usados por él como simple instrumento...........................(Referencia bibliográfica) ... En cuanto a los autores antiguos, recurrí a Apiano Alejandrino, a Diodoro Sículo, a Plutarco, a Suetonio y a Estrabón -este último, sobre todo para obtener datos referentes a la antigua Cádiz (traducción al español y comentarios de A. García Bellido).


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