Autor: Habis
miércoles, 09 de noviembre de 2005
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Habis


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EL MITO DE LA RECONQUISTA Y LA REPOBLACION-I: Una critica lingüistica.

Distintas perspectivas que desmienten la teoria oficial de una Reconquista maximalista.

Cada cierto tiempo en Celtiberia surge y resurge el tema sobre la denominación correcta de nuestra lengua: Castellano o español.
Los defensores de la primera denominación lo suelen hacer aduciendo motivos historicos relacionados con esa epoca de la historia peninsular mal llamada Reconquista; para estos, el castellano es uno de los muchos dialectos romances que se hablan en la España no arabizada, y su extensión y apoteosis se debe a la primacía politica y repoblacional que alcanza el reino de Castilla. Sobre la base de este paradigma tan discutible se asienta todo lo demás: La lengua española es una evolución natural en forma de arbol genealogico desde ese castellano de los repobladores y la administración castellana hasta la rica variedad del español moderno.
Ya hace un par de décadas que los analisis de tipo genealógico han ido cayendo en el descredito. Los fenomenos de la naturaleza (da igual que sus repercusiones sean a nivvel lingüistico, demográfico o biologico) no evolucionan de manera univoca: Hay apariciones y extinciones, hay ramas que se reproducen y se diversifican a mayor velocidad que otras, hay mescolanza continua entre elementos internos y externos, hay avances, retrocesos y estancamientos, etc.
Es por ello que para analizar el origen de la lengua que hablamos consideremos como más adecuado un esquema de desarrollo en red: No hay un ancestro y unos descendientes, sino varios ascendientes y muchos descendientes.
Para empezar remontemonos al origen de los tiempos, que para el tema que nos ocupa es la romanización. En los momentos previos a la llegada de las huestes romanas (que no solo eran romanas, sino tambien etruscas, sabelicas, italohelenicas, etc), se hablaban en Hispania multitud de lenguas de distintas familias: Protovasco (en zonas aledañas a su ubicación actual), lenguas iberas (especialmente en el Levante y Sureste), turdetano-tartessio (en el Valle del Guadalquivir), lenguas indoeuropeas (especialmente en el Oeste y centro de la Peninsula) y lenguas semitas (en la costa mediterránea andaluza, costa de Cadiz y Bajo Guadalquvir).
El proceso de latinización fue lento y desigual. Fuese cual fuese el aporte poblacional de origen italico, lo cierto es que este sería bien pequeño, y tendría a agruparse en colonias separadas de las poblaciones nativas. En zonas como la Betica este aporte sería mayor y la romanización profundamente intensas, hasta el punto de perderse las lenguas nativas a las pocas genraciones de la conquista. En otras zonas el aporte poblacional sería verdaderamente exiguo, y la romanizacion se extendería por ellas lo mismo a causa de portadores italicos que de portadores ibericos bien romanizados. Sin embargo la latinizacion, el proceso lingüistico en sí, fue exitosa, como lo prueba el hecho de que en tiempos altomedievales, a pesar de la presunta escasa presencia de pobladores latinos y la persistencia de la ocupación germánica, no desaparece el latín de las zonas de la Peninsula donde se había asentado (es decir, su totalidad salvo el entorno vascoparlante).
Una vez que triunfa la conquista islamica de buena parte de la peninsula nos encontramos con una situación dual:

- Por un lado, en el tercio peninsular se halla una población que ha sido menos romanizada que el resto, que conserva tradiciones anteriores a la romanización y a los que se unen la casi totalidad de la clase dominante de origen germanico aunque también latinizados desde hace muchos años. De esta forma el latín hablado en esa estrecha franja de terreno tiende a segmentarse, y a consecuencia de esa particularidad geografica lo hace sin tener contactos entre ellas, salvos con los dialectos adyacentes. De este modo, la transición del latin al romance en el norte peninsular, configurará un cordel de dialectos que irán evolucionando a lo largo del tiempo y favorecidos por el aislamiento geográfico, y que se irán extendiendo conforme la presion demográfica de los reinos cristianos consiga ir desplazando la frontera de un califato politica, militar y demograficamente centrado en el sur: Gallego, astur-leones, castellano, navarro-aragones, aranés. catalán...

-Por el otro lado, tenemos un nuevo estado donde el derecho romano ha sido sustituido por el árabe y la casta dominante ha pasado de ser de origen germanico a origen semita y bereber. Se toleran las otras religiones del Libro y se permite su práctica, aunque no su proselitismo. La practica totalidad de la población se corresponde con la de la época romana, es decir, gentes cuyos grado de latinización fue desdde mucho tiempo atrás de los más altos del imperio.

Las tesis oficialistas sostienen (sin muchos fundamentos pues es bien sabido que la mayoría de los historiadores medievales españoles del ultimo siglo y medio desconocían la lengua y grafías árabes), que se produjo un fenómeno similar a la romanización, esto es, que la lengua administrativa y religiosa, el árabe, acabaría imponiendose sobre la anterior debido a las ventajas evidentes que su uso proporcionaría a sus hablantes. Sin embargo este análisis ignora otras posibilidadess. La primera de ellas es que el latin se impone en una Iberia fragmentada en decenas de lenguas y dialectos; el arabe en cambio encuentra una lengua unica, asentada desde hace siglos y que une Hispania al resto de Europa. La segunda sería ignorar la posibilidad del bilingüismo o el ambilingüismo, pues por mucho que avnzase el arabe ( y este lo hizo más cuanto más alta era la clase social) la inmensa mayoria de la poblacion seguia hablando el latin, tanto campesinos como mercaderes, tanto artistas como profesores. No es excepcional los casos de una region o pais que mantiene durante siglos un doble sistema lingüistico.
Ahora bien, admitida la posibilidad de la supervivencia del latin (que como es natural iría derivando hacia algun tipo de lengua romance), cabría estimar durante cuánto tiempo se conservó y en que medida. El sentido común os induciría a pensar que el avance del árabe sería imparable, pues dado que era la lengua de la administración y de la religión, sería pocos los habitantes que no la conociesen, pero esto tiene una doble objetación. Por un lado las minorias religiosas (judios y cristianos) tendrían un conocimiento muy somero de la lengua, lo suficiente para poderse comunicar con sus conciudadanos, pero dando prioridad a su lengua familiar y liturgica. Por otro la adquisición paulatina de una lengua oficial no implica el abandono de la materna: Es posible que los españoles acabemos hablando todos en inglés, pero es muy dificil que dejemos de hablar el español.
Ejemplos de la pervivencia del romance en al-andalus (que por ser escrito en alfabeto arabe se le llama romance aljamiado o aljamí, es decir extranjero), los tenemos en distintas epocas. UN calendario califal del siglo IX muestra la lengua romance varios siglos antes de las glosas emilianenses. Aljoxami en su "Historia de los Jueces de Cordoba", de la epoca omeya, nos cuenta al anecdota de un juez que contesta en romance a una mujer que previamente se le expresó asi. Esto indica dos cosas importantes. La primera es que el romance esta tan extendido que una mujer del pueblo, al recurrir ante la autoridad (un contexto de oficialidad maxima), no le queda más remedio que expresarse en su lengua materna. la segunda que el juez, es decir un miembro de la administración y por tanto araboparlante, conoce y practica la lengua romance y no desdeña dirigirse en ella en lugar de corregir a la mujer y obligarle a hablar el árabe. O sea, que un par de siglos mas tarde de la conquista, el árabe estaría mucho mas extendido, pero el romance parece intacto: Se ha pasado del mono al bilingüismo.
Siglo y pico más tarde nos encontramos con que los principales poetas de la Al-Andalus fragmentada en taifas, muchos de ellos pertenecientes a las clases mas altas, rematan sus moaxajas con coplillas romances llamadas jarchas. Estas coplillas, que no parecen estar a una mayor distancia lingüistica del español moderno que el gallego o el castellano antiguo, aparecen insertas tanto en contextos arabes ocmo hebreos, es decir, que estamos ya por la segunda mitad del siglo XI y el romance es conocido y utilizado tanto por hebreos como por araboparlantes, y eso a pesar de que los textos supervivientes son literarios: Si en una obra literaria culta el remate está en lengua popular, ¿es posible imaginar que el pueblo no hable esa lengua?
El periodo clave viene ahora, con las invasiones nortefricanas de almoravides y almohades. Tantos unos como otros traen un concepto mas estricto de la religión en un pais donde esta se ha practicado de manera muy moderada. Como sucedió an ocasiones precedentes el aporte poblacional bereber es escaso en proporcion a las poblacion total, el posterior sustituye al anterior y se concentra de cualquier manera en los grandes centros de poder. En el ambito rural, la presencia demografica, religiosa y lingüistica de los invasores se deja sentir mucho menos.
¡Y ahora viene la trampa! Los lingüistas, en un alarde de imprecisión irreparable, denominan mozárabe a la lengua romance que se siguió hablando en Al Andalus, presuponiendo que sólo los cristianos tendrían interés en conservar su lengua nativa. Pero mozarabe es un termino religioso para definir al cristiano que vive en el pais musulman, hable la lengua que hable. Como hemos podido comprobar, la mayor parte de los hablantes de romance no eran cristianos ni judíos (que tambien quedan excluidos del termino lingüistico mozarabe), sino los propios muladíes, el 80% de la poblacion de al andalus, hispanorromanos islamizados, arabizados de manera oficial y conservadores de su lengua materna.
El caso es que el celo religioso hizo que se expulsaran los pocos mozarabes que aun se encontraban en Al Andalus, marcando esta expulsión, según las tesis tradicionales, la fecha última del habla romance al sur del Tajo.
Veamos. El castellano no se desarrolla deus ex machina, sino que sufre influencias de sus dialectos vecinos, y a esas influencias habría que sumar las que proporcionan los inmigrantes mozarabes, por lo general gente culta y letrada; es curioso que entre esas ultimas migraciones y la datación de las glosas emilianenses pasen muy pocos años. Asímismo, cuando comparamos las jarchas, el gallego antiguo y el castellano antiguo, no vemos una diferencia tan substancial que (pronunciaciones aparte) impida la intercomunicación. Intuimos que durante toda la Edad Media se ha hablado romance en toda la peninsula salvo el entorno vasco, y que el latín ha ido evolucionando de manera diferenciada en cada región o comarca, pero manteniendo una cierta unión sólo rota por el catalán, cuyo aislamniento y sus contactos con el sur de Francia le hacen derivar hacia una nueva lengua.
Se le llama castellano a la lengua que, sin perder del todo el lazo de entendimiento con el aragonés, el aljamí, el gallego o el leones, va extendiendose por la peninsula. Paralelamente los hablantes de esos dialectos lo van adoptando, cosa que no extraña por ser la lengua de la administracion castellana, pero a la misma vez van abandonando la propia, señal de que no la interpretan como muy ajena. De hecho, esa diferenciacion avanza no solo debido al paso del tiempo (que parec dejar estancadas las relaciones entre gallego y astur-leones, por ejemplo), sino en su avance hacia el sur.
Ya a mediados del siglo XIV se menciona que el habla sevillana tiene evidentes diferencias con la castellana y un siglo más tarde un escritor hispanojudío, al tratar de las hablantes en Castilla, diferencia a tres grupos : Gallegos, castellanos y sevillanos. Asimismo, el escritor cordobés Francisco Delicado, en su "Lozana Andaluza", muestra una lengua que difiere sensiblemente del de la Celestina, publicada solo 20 años mas tarde, excluyendose el autor por ser de la Andaluzia y no ser muy docto en el habla castellana.
Recapitulemos y añadamos:
-Tenemos una lengua romance que parece no dejar de hablarse en el sur peninsular. Se da el bilingüismo, incluso el predominio del arabe, pero no parece haber un monolingüismo excluyente.
-Tenemos una evolución de los romances del norte. Los de menor avance geografico son tambien los que se conservan más proximos, y los de mayor avence geografico, catalán y castellano, los que más evolucionan y de fortalecen.
-Tenemos testimonios de diferenciaciones evidentes entre el habla castellana y la sevillana, a pesar de ser (presuntamente) los hablantes de esta ultima castellanos repobladores desde el Duero medio, y no cesando las repoblaciones y deserciones durante toda al baja edad media.
-Tenemos la evidencia de que el progreso de la lengua española es mayor entre 1330 (Libro del Buen Amor) y 1605 (el Quijote), es mayor que entre 1605 y la actualidad ( a pesar del siglo y pico de diferencia a favor del segundo periodo).
-El autor de la gramatica castellana Elio Antonio de Nebrija, sevillano, fue duramente criticado por los gramaticos de su tiempo, en especial por el salmantino Juan Valdés que decía de él que era un gran conocedor de la lengua latina pero un desconocedor de la lengua castellana por ser andaluz, y que la gramatica que había escrito era más util para un andaluz que para un castellano.

Reconsiderando todo esto, y con el eco aun en la mente de las palabars de Juan Valdes, ¿no es posible que la configuración del habla sevillana no haya sido una emanacion univoca del castellano sino la adaptación local del habla de Castilla en u proceso biunivoco? ¿no será que en lugar de una extensión maximalista de una lengua castellana por todas las tierras conquistadas, se dió una fusión de los distintos dialectos conquistadores y conquistados de buena parte de Hispania o España, razon por la cual, más que de la evolucion dialectal del habla castellana podemos hablar de la unificación de un habla española? ¿Y no podemos entender que la gramatica de Nebrija y la extensión al habla de America de la norma sevillana marca el punto final
de la historia del castellano y el comienzo del español, digno hijo y sucesor? ¿No serían los fenomenos de ultracorrección como el laismo, el leismo y el loismo, asi como la mayor tensión articulatoria respecto al resto de hablantes de español (que camina por el sentido opuesto) , mas frecuentes en Castilla que en ningun otro lugar del ambito hispanoparlante, el inicio de una dialectalización neocastellana?

Nuestra conclusión es la siguiente. Nuestra lengua no es un arbol de raiz castellana y multitud de ramas hasta abarcar todos los dialectos imaginables del español moderno, sino una enmarañada yedra de muchas raices y ramas, y donde la más gruesa y frondosa sería el tronco que arranca en el castellano pero que se entremezcla de tal manera con el resto de troncos, que cuesta diferenciar que a pesar de la diversidad, no sea todo el resultado de una misma unidad.
Del mismo modo, la mal llamada Reconquista, no es un proceso univoco de conquista sino un mestizaje asimetrico entre conquistadores y conquistados, marcando dicha consideración la preeminencia social y demografica, pero no su exclusividad.






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Comentarios

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  1. #1 silmarillion 11 de nov. 2005

    Acordando con Jeromor:

    mozárabe.
    (Del ár. hisp. musta‘rabí, gentilicio del ár. clás. musta‘rab, arabizado, infl. por árabe).
    1. adj. Se dice del individuo de la población hispánica que, consentida por el derecho islámico como tributaria, vivió en la España musulmana hasta fines del siglo XI conservando su religión cristiana e incluso su organización eclesiástica y judicial. U. m. c. s.
    2. adj. Se dice del individuo de las mismas comunidades emigrado a los reinos cristianos del norte, llevando consigo elementos culturales musulmanes. U. m. c. s.
    3. adj. Se dice del individuo de la comunidad toledana de ese tipo, mucho tiempo subsistente, que pudo por especial privilegio conservar la vieja liturgia visigótica frente a la romana. U. t. c. s.
    4. adj. Perteneciente o relativo a las comunidades antedichas.
    5. adj. Se dice de la lengua romance, hoy extinta, heredera del latín vulgar visigótico, que, contaminada de árabe, hablaban cristianos y musulmanes en la España islámica. U. t. c. s. m.
    6. adj. Perteneciente o relativo a esta lengua.
    7. adj. Se dice especialmente de la misa, rito o liturgia que usaron los mozárabes y que aún se conservan en una capilla de la catedral de Toledo y otros lugares.


    arabismo.
    1. m. Giro o modo de hablar propio de la lengua árabe.
    2. m. Vocablo o giro de esta lengua empleado en otra.

    aljamía.
    (Del ár. hisp. al‘agamíyya, y este del ár. clás. a‘gamiyyah).
    1. f. Entre los antiguos musulmanes habitantes de España, lenguas de los cristianos peninsulares.
    2. f. Texto morisco en romance, pero transcrito con caracteres árabes.
    3. f. Texto judeoespañol transcrito con caracteres hebreos.

    sefardí. .
    (Der. del hebr. ?efarad, topónimo que la tradición identificó con la Península Ibérica).
    1. adj. Se dice de los judíos oriundos de España, o de los que, sin proceder de España, aceptan las prácticas especiales religiosas que en el rezo mantienen los judíos españoles. U. t. c. s.
    2. adj. Perteneciente o relativo a ellos.
    3. m. Dialecto judeoespañol.

    http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1136&cadena=aljamia

  2. Hay 1 comentarios.
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