Autor: kallaikoi
domingo, 20 de agosto de 2006
Sección: Lenguas
Información publicada por: kallaikoi
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EL ATLAS LINGÜÍSTICO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
AL RESCATE DEL ATLAS LINGÜÍSTICO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA (ALPI).
AL RESCATE DEL ATLAS LINGÜÍSTICO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA (ALPI).
Como es tradición, y para vergüenza de los españoles, los investigadores extranjeros siempre tienen más interés por los asuntos españoles que los propios investigadores españoles…
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1.0 - Artículo de D. Xesús Alonso Montero, Catedrático Emérito de la Universidad de Santiago, publicado en La Voz de Galicia el 14-08-2.004. (Traducción al Castellano).
DAVID HEAP Y EL ALPI: DE LA DESMEMORIA.
El domingo pasado almorcé en Vigo con el profesor David Heap, titular de Lingüística Románica en la Universidad de Western Ontario (Canadá). Desde Canadá, por teléfono, había concertado una entrevista conmigo dos semanas antes.
Lo atendí como colega pero con entusiasmo de camarada, pues el profesor Heap vino a España por una causa filológica noble, muy noble: quiere recuperar los cuadernos no publicados, que son muchos, del A(tlas) L(inguístico) de la P(enínsula) I(bérica).
La historia del ALPI es una historia, en parte, bélica. En efecto, el colaborador gallego, Aníbal Otero (1.891-1.974), fue detenido en el norte de Portugal, en el fatídico verano del 36, mientras encuestaba a varios hablantes populares de las tierras fronterizas con Galicia.
La política Salazarista, aliada de los generales sublevados en España, puso al inocente filólogo en las manos, que eran garras, de la policía española, gremio que desconocía la existencia del alfabeto fonético en que los dialectólogos transcriben las palabras que estudian.
Por este desconocimiento fue acusado de espía comunista, y fueron inútiles las declaraciones del sacerdote D. Jesús Carro ante el fiscal Rivero de Aguilar, de infausta memoria. Aníbal Otero fue, en principio, condenado a pena de muerte.
El ALPI es una tarea cultural llevada a cabo en los años de la II República bajo el patrocinio de Ramón Menéndez Pidal y el magisterio de Tomás Navarro Tomás.
Navarro Tomás llevó al exilio (Estados Unidos) el material recogido por sus colaboradores más próximos. Aníbal Otero (área del gallego-portugués), Moll y Sanchís Guarner (área del catalán), Rodríguez-Castellano y Espinosa hijo (área del castellano y limítrofes)…, y lo llevó con la idea de que lo devolvería a España cuando se restableciera la legitimidad republicana.
Pasaron años y años, y, en 1.951, el ilustre fonetista accede, por razones científicas, a que aquel valioso e ingente material lingüístico retorne a Madrid para ser publicado en la España de Franco.
El ilustre exiliado sólo pone una condición (“conditio sine qua non”): que sean los viejos colaboradores (dos de ellos ex–presos) los que completen la investigación y elaboren cartográficamente el material.
Se publica en 1.962 el primer volumen, y, desde entonces (pasaron 42 años), ninguna institución publicó ninguno de los 9 volúmenes restantes. Está claro que al Régimen de Franco sólo le interesaba la foto del evento. Existe, en efecto, y fue hecha el 17 de abril de 1.962. En ella, a la derecha de Menéndez Pidal, está Aníbal Otero, y, a la izquierda, Rafael de Balbín, pieza importante del Opus Dei en el organigrama del CSIC. Después, ni con Franco, ni con la UCD, ni con el PSOE, ni con el PP hubo más fotos.
Así las cosas, el profesor canadiense David Heap viene a España para localizar los cuadernos “extraviados” de los volúmenes inéditos, empresa semiquijotesca en la que todos tenemos que colaborar: por la Lingüística y por la dignidad de los investigadores republicanos.
2.0 - Artículo de D. Xesús Alonso Montero, Catedrático Emérito de la Universidad de Santiago, publicado en La Voz de Galicia el 21-08-2.004. (Traducción al Castellano).
ANÍBAL OTERO Y EL ALPI, DE NUEVO.
Nadie, que yo sepa, ha recordado en este 2.004 la personalidad filológica de Aníbal Otero y su infortunada existencia a partir de 1.936. El olvidado lingüista murió en Barcia, su aldea natal (en tierras de Meira, Lugo), el 14 de mayo de 1.974. Hace, pues, treinta años.
Pero está entre nosotros, en este mes de agosto, el profesor canadiense David Heap, que anda a la búsqueda de los cuadernos inéditos del A(tlas) L(inguístico) de la P(enínsula) I(bérica), tal como conté en el artículo de la semana pasada.
Me consta que ya se entrevistó con Horocel Otero, hijo de nuestro ilustre lingüista, y que piensa entrevistarse con el profesor Antón Santamarina, director del Instituto de la Lengua Gallega, institución que custodia los cuadernos elaborados por Aníbal Otero en sus indagaciones científicas por tierras de Galicia y Portugal.
También me consta que el profesor Heap está a la búsqueda de datos sobre el verdadero inspirador y director del ALPI, el gran fonetista Tomás Navarro Tomás, para trazar su biografía de lingüista. En esa biografía hay un capítulo excelso, aquel en que salva, en plena Guerra Civil, entre bombardeo y bombardeo, los materiales recogidos durante años por sus discípulos.
Navarro Tomás murió sin ver publicados nueve de los diez volúmenes del ALPI, que siguen inéditos. En carta desde Nueva York a Aníbal Otero, del 9 de enero de 1.974, le comunica con tristeza: “Tendremos que resignarnos a pensar que sus materiales serán útiles a los lingüistas futuros. He puesto interés en recomendar a don Rafael de Balbín que los materiales sean guardados y protegidos en los archivos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas”.
Esta institución, ni ayer (con Franco), ni hoy, ha estado a la altura de las circunstancias con una investigación lingüística hecha con rigor, entusiasmo y abnegación antes del 18 de julio de 1.936.
Tengo noticias, por otra parte, de que los materiales que tanto preocupaban a don Tomás Navarro Tomás no están al alcance de los investigadores.
Quizás no exagera mucho un colega mío de Madrid cuando afirma que algunos de los institutos del CSIC todavía están presididos por el fantasma de Franco.
Poco después del fallecimiento de Aníbal Otero, Horocel, su hijo, recibe una carta de Navarro Tomás en estos términos:
“Tuvimos la ilusión de contribuir al respeto y prestigio de la ciencia lingüística española. No se ha publicado más que el primer volumen del ALPI, que da una idea limitada del trabajo realizado. Algún día, en circunstancias más favorables, se publicará la obra total. El nombre de su padre recibirá el honor que le corresponde, acrecentado por el sufrimiento que la violencia de un ciego atropello le hizo padecer”.
Pasaron 30 años, 29 después de la muerte de Franco.
Info. sobre el magnífico trabajo que está haciendo David Heap en:
http://www.alpi.ca/
Y los originales del ALPI continúan secuestrados...
Más informacióen en: http://es.geocities.com/kallaikoi
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