En 1955 fue encontrado entre unas rocas próximas a la cumbre del monte "El Cueto" (Castro Urdiales, Cantabria) una figurilla de bronce que representa un Dios del mar. Dicho monte está junto a la costa cantábrica. Es muy posible que se tratase de un santuario, de un monte sagrado consagrado a una divinidad marina.
La figura es la de un joven imberbe, con cabello abundante. Con la mano izquierda sostiene un delfín. La mano derecha, abierta y alzada, sostendría en origen un tridente. En torno al cuello lleva un collar con un colgante de oro en forma de media luna muy cerrada. Al parecer representa a NEPTUNO, a juzgar por sus atributos (delfín, posible tridente), pero otras características (el colgante en forma de luna, el hecho de que se trate de un joven imberbe) confirman que se trata de un Dios indígena sincretizado con el Dios marino grecorromano. El bronce es hispanorromano. Se trataría pues de una asimilación, por el proceso de la interpretatio, de una divinidad del mar cántabra con el Dios NEPTUNO.

La luna tiene un fuerte simbolismo religioso en todo el mundo celta. Según Estrabón los celtíberos y los otros pueblos que lindan con ellos por el norte festejaban las noches de plenilunio con danzas en honor de la divinidad lunar. En época visigoda, la Iglesia trató de erradicar, entre otras cosas, el uso de amuletos en forma de luna cuyo uso era frecuente entre los campesinos hispano-romano, por sus connotaciones paganas. Isidoro de Sevilla (Etym. XIX 31, 7) menciona los colgantes en forma de luna, que llevaban principalmente las mujeres. El concilio II de Braga del 572 d.C. condena de esta manera la importancia que tenían los ciclos lunares en la vida social campesina de la Hispania de la Alta Edad Media:

"No está permitido a los cristianos el conservar las tradiciones de los gentiles, ni festejarlas, ni tampoco tomar en cuenta los elementos o el curso de la luna o de las estrellas o la vana falacia de los astros para la construcción de una casa o para la siembra o plantación de árboles o para la celebración del matrimonio".

En el mundo romano la luna estaba relacionada también con el mundo de ultratumba. Se consideraba la morada de los difuntos. Tal vez el Dios marino cántabro lo fuese también de los muertos. En varias culturas indoeuropeas el mar y el agua se relacionan con el mundo del Más Allá.

IVLIANVS.

El texto original con fotografías se puede ver en.
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