Autor: Macornic
viernes, 02 de mayo de 2008
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Macornic


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Comunicación en el mundo castrexo

Una idea de la posible comunicacion ente los castros de una tribu

Vision de los castros desde otros

Tengo leido en algun foro, que la sociedad castrexa era una sociedad poco jerarquizada, en la que los castros jugarian un papel totalmente independiente, en formas de gentilidades o centurias. Esto lo basaba en las pequeñas dimensiones que tienen los castros del noroeste y su dispersion (posicion que respeto pero no comparto).


Yo opino, que su dispersion era un medio para que una tribu abarcara mas terreno, y tener asi mas tierras de caza, pesca, ganaderia, agricultura o recoleccion.


Cualquier persona que suba a un castro sin excavar del noroeste y sepa identificarlos, se va a encontrar que desde ese alto se divisan como mínimo otros dos o tres castros, en casos hasta diez.


Si nos trasladaramos a aquella epoca, donde la degradacion del paisaje seria escaso esceptuando las inmediaciones de los castros, la percepción de ellos seria bastante clara.


Imaginemos que en un castro, a una hoguera, se le echa vegetal en estado verde, (ahí tenemos un sistema de comunicación con la humareda negra, dependiendo el numero de ogueras (otro sistema), la colocacion de ellas (otro sistema, comparese con la ¨festa dos fachos¨ de TAboada.


Pero el sistema de comunicación mas claro en aquella época, seria el sonido, (debemos tener en cuenta, que en esa cronologia, la contaminacion acustica debia ser insignificante.


Hablemos de un sistema de comunicación que existia no hace tanto tiempo en algunas montañas lucenses, para avisar a toda la parroquia.. El cuerno, cuando moria alguna persona, existia una manera de tocar el cuerno, se producia algun incendio, habia otra manera de tocarlo, etc. Si tenemos en cuenta que seguramente sea un instrumento mas antiguo que la edad del hierro, es muy posible que los castrexos utilizasen esa tecnologia con unos codigos concretos para cada tribu.


Yo opino que esa dispersion, pero haciendose visible desde los propios castros es un medio, no un impedimento para controlar una zona mayor entre las tribus.



Este articulo, mas que un articulo quisiera que fuese una idea para que alguien con mas conocimientos pudiese crear alguna hipotesis mas seria. Graciñas


 

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Comentarios

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  1. #1 jmpita 15 de nov. 2007

    Yo también me considero profano, pero porfundamente interesado en el tema que propones, y por eso voy a aportar un dato que me dió hace unos días un anciano pastor de Medinilla y que me pareció tan asombroso que se lo he comentado hoy a BRANDAN durante un paseo por los alrededores de El Berrueco.


    Este pastor ha pasado 60 años de su vida subiendo todos los días (repito, todos los días) los 1.340 m que llevan al asentamiento; dejaba las ovejas cada noche abajo, y las recogía por la mañana en la cumbre. Desde nuestra óptica, la excursión es una barbaridad que hacemos por placer, pero la explicación del pastor (que vive a unos 7 km de la base del castro) me ha hecho reflexionar sobre el asunto.


    Las tierras de lAbor y los seis asentamientos que circundan El Berrueco (más las huellas que vamos encontrando, algunas de las cuales ya habeis visto por aquí) debieron estar perfectamente comunicados por medios como los que proponeis, además de la posibilidad de subir y bajar con ¿mensajeros?


    La situación del foco dominante en lo alto y enlazado con otros asientamientos no defensivos es otra de las reflexiones que cita xabres y que nosotros comentabamos hoy, pues cuesta creer que en períodos de cientos o incluso miles de años vivieran en estado de guerra o invasiones permanentes: lo normal sería vivir largos períodos de paz y progreso (avances en agricultura, ganadería, tecnologías nuevas, etc), interrumpidos de cuando en cuando por algún conflicto armado), lo que explicaría los numerosos indicios que se van encontrando por los alrededores. Los indicios parecen probar que la desaparición por abandono o destrucción de un asentamiento de cumbre no significaban necesariamente la desaparición de los asentamientos de los alrededores, como apuntan algunas teorías, difíciles de creer, desde mi punto de vista.


    Luego, los medios de comunicación, tuvieron que desarrollarse sin duda. El tema me parece fascinante porque me toca de cerca en lo profesional y agradezco mucho que lo hayais traido aquí. Ojalá recibamos aportaciones más autorizadas que la mía. Un abrazo a todos.


     

  2. #2 Macornic 16 de nov. 2007

    Por cierto, ¨yo tambien soy profano¨ y agradezco mucho vuestra colAboracion. Me tiene contado algun paisano respecto a la comunicacion por cuerno o caracola, que incluso en las casas solian tener dos o mas, para cuando se escapaba un animal, el primero en encontrarlo lo tocaba, y se reunian todos en casa. Trasladado al castrexo, nos puede dar mas posibilidades. Respecto a la comunicacion entre castros, (por lo menos los de mi zona) he observado, que desde un castro se divisan varios, pero desde esos otros castros, se divisan mas castros distintos, que no se observan desde el inicial. Yo opino que incluso podrian hacer una comunicacion bastante extensa haciendo un efecto dominó.

  3. #3 xabres 17 de nov. 2007

    Hola de nuevo, volviendo sobre la comunicación, recuerdo que, en la zona española de lo que es hoy el Parque de Montesinho, y el de CalAbor, todo en Tras Os Montes, no hace mucho tiempo, cuando los pobladores de la zona llevaban la vacas a la sierra, normalmente, había un vaquero, que estaba con ellas durante el mes y pico que duraba la estancia.
     Para juntar todas la vacas tocaban un cuerno.
     Si se extraviaba una tenían un toque particular.
     Y para llevarle cosas, a la sierra otro.
     Hay que tener en cuenta que al ser una zona montañosa, el cuerno tocado desde un alto se oía en casi todo el valle.
     En algún lugar he oído lo mismo pero con caracolas marinas.
     Estas zonas tradicionalmente aisladas, hay que pensar que en esta zona, no había luz eléctrica hace 30 años, y las primeras pistas-carreteras, en algunos casos desde hace solo 15.
    Algunas tradiciones, aunque evolucionasen, no creo que fuera mucho.
     No digo yo que se pueda extrapolar esto, pero si, tenerlo en cuenta a la hora de los análisis.
     Estoy de acuerdo con Brigantinus.
     Lo de los 50.000 muertos y demás, creo que es más debido a la inventiva del narrador que a la propia realidad. No olvidemos que eran los propios generales romanos los que escribían o mandaban hacerlo, para contarlo en Roma.
     Otra cosa, no creo mucho en la belicosidad, de aquellas gentes, que salvo excepciones seguramente tendrían bastante con subsistir. Desde el punto de vista histórico y creo que erimológico, no hay evidencias de que fuesen pueblos guerreros. Incluso lo del monte Medulio, todavía hoy no se sabe más que lo que dicen las crónicas, quiero decir que nos e sabe donde era, ni tampoco muy bien el porque.
    Un saludo

  4. #4 xabres 19 de nov. 2007

    Dándole vueltas a los que nos trae, la comunicación en el mundo castrexo, buscando en libros y recurriendo a la memoria, de lo que uno conoce(más bien poco), los castros visitados, casi me atrevo a proponer una pequeña teoría, que pueda servir como línea de una pequeña investigación. Sin pretensión, de ningún tipo, dijéramos que, casi como divertimento.
     Como todos sabéis, y de acuerdo con la documentación, que se maneja con relación al mundo prerromano, parec ser que en la peninsulaprerromanica, estaba habtada por gentes agrupadas en tribus.
     Como ejemplo menciono algunas del CoventoBracarense.

    Aebisocios, Aobrigenses, Aquiflaviensis, Equesios, Celerinos, citados en la piedra honorifica del puente de Chaves.
    Elenos citados por Estrabón, Galecos citados por Plinio, cuando dice que lossepara el Duero de los Lusitanos. Grovios, Luancos, Lubenos, Querquernos etc. listado en el que no estan todos los que son nombrados.
     Por lógica debemos suponer que estas tribus, deberian estar agrupadas territorialmente, y seguramente en castros comunicados visualmente entre ellos, lo que facilitaria una comunicación visual rápida.
     Yo conozco, por lo menos dos zonas que responden a estas premisas, es más en el Valle del Tuela, donde por lo menos hay seis asentamientos, existen dos, que ahora mismo, uno se llama El Castro y enfrente existe el Otro Castro, En Vilar de Sistelo, en la comarca del Deza o Castro Distelado y O Daquilado.
     No podemos olvidar, que entre los castros, podria haber alguna otra, digamos vivienda, o personal trabajando, o pastorendo por alli, que en caso necesario podrian dar el aviso del caracter que fuera.
     Sin olvidarnos que en algún lugar he leido, que algunos Castros podrian estar comunicados de forma subterranea, cosa no demostrada, que yo sepa, por los arqueologos.
     Continuaremos..

  5. #5 Cossue 20 de nov. 2007

    Sobre los túneles de los castros, materia común de los mitos y leyendas del conjunto de Galicia, tal vez sea interesante los siguientes párrafos de la “Guía dos Castros de Galicia” (eds. Do Cumio, 2000), pág. 83-85, referidos al castro da Graña (Toques, A Coruña):


    “os seus traballos de escavación principian cunha primeira campaña no ano 1987 ata 1993, froito do traballo de colAboura entre a Universidade de Santiago, o instituto de Arqueoloxía da universidade de Lodz (Polonia) e o museo Terra de Melide, dirixidas estas campañas por Fernando Acuña Castroviejo (…) A ocupación do xacemento vai desde o S. VIII a.d.C., principios da Cultura Castrexa e finais de Idade do Bronce, ata a derradeira ocupación coñecida no S. II d.C. xa en época romana.
    O castro é de reducidas dimensións, ten forma ovalada e está circundado por unha muralla. Os investigadores que nel levan estudiado, destacan como área de especial relevo o camiño de entrada ó castro.
    O profesor Acuña Castroviejo explícanos que este camiño se realizou en época romana, posiblemente cando o castro sofreu unha profunda reforma. O camiño que leva o castro, escavado na rocha uns 50 metros dende o interior do recinto ata o exterior, ten unha profundidade de 3 metros e unha anchura de 2,5 metros emparedándose os laterais con muros de mamposteria (…) Pero o máis significativo da estructura arquitectónica deste camiño é que estaría cuberto por unha estructura de madeira.”

    Este último punto se deduce de la aparición a lo largo del trayecto de un gran número de tachuelas de hierro. Y sigue el autor narrando un sistema defensivo, de época romana, con puertas levadizas y sendos torreones flanqueando la entrada. Así que las leyendas que hablan de túneles en los castros probablemente tienen, como tantas otras, una base auténtica, que luego se magnifica y generaliza.


    Otras cosillas que me parecen interesantes tener en cuenta a la hora de valorar la belicosidad de los Galaicos (o que tal vez valga la pena valorar si no queremos convertirlos en simples elementos de un paisaje que otros modelan, como indolentes aunque simpáticas vacas):


    1) Uno no dedica ingentes recursos a un sistema defensivo de muros, terraplenes y fosos, muchas veces en varias líneas concéntricas, y con excavación del lecho rocoso, si no le reporta unas ciertas ventajas, incluida la ventaja del prestigio. Es decir: uno se prepara para resistir el asalto, pero anuncia también lo fuerte y potente (¿lo numeroso?) de sus habitantes, haciendo que la primera defensa sea de hecho psicológica: “somos poderosos; venid si os atrevéis”.


    En mi niñez de crío de barrio en Santiago (tengo 35, así que acababa de pasar la última glaciación), un par de veces nos batimos a pedradas con los de la calle de al lado, siendo el mes de junio el momento más peligroso del año, cuando reuníamos combustible para la cacharela de San Juan, intentando asaltar las reservas ajenas y defender las propias (situadas en lugares de difícil acceso y fácil defensa, como por ejemplo, edificios en obras). En estas circunstancias, se formaban áreas de influencia y de recolección de cajas, cartones y otros combustibles, zonas de interés económico que había que defender, y defensa que se basaba frecuentemente en hacer saber que tal o cual zona era de tal o cual calle, y actuar coordinada y ruidosamente en caso de incursión enemiga. En todo caso, pocas veces pasaba la cosa de un intercambio de insultos en la distancia. Y lo cierto es que llegado el San Xoán, lo realmente importante de conseguir la mejor cacharela de los alrededores era la cohesión que obteníamos como grupo.


    2) Parte de la misma psicología parece ser la de las esculturas de guerreros galaicos del sur de Galicia y norte de Portugal: tipos de buena salud, que portan escudo, espada, puñal, ricas vestiduras, virias y torques, e incluso a veces yelmos. Es más: estas esculturas son mucho más numerosas que las de los pacíficos sedentes.


    3) La propia joyería castrexa abunda más en joyas masculinas, como suelen considerarse los torques (han sido hallados más de un centenar de ellos) que en joyas femeninas (como las arracadas). Volvemos al prestigio del guerrero y del cazador, y los recursos que la comunidad en su conjunto consigue se invierten mayoritariamente en bienes de prestigio “viril”, sean estos bienes unas murallas de impresión o unos pesados toques de oro para las fuerzas vivas de la comunidad. Seguramente también podemos incluir aquí los puñales de antena.


    4) Recientemente se ha publicado el hallazgo de un depósito de torques de plata provenientes de un castro portugués, la Cividade de Bagunte. Por la tipología de estos torques, este depósito podría ser un botín de guerra obtenido en el sur de la península, tal vez durante las guerras púnicas. Más adelante serán muchos los galaicos que participarán en las fuerzas auxiliares romanas a lo ancho del imperio, y encontramos cohortes lucenses o bracaraugustanas en Germania inferior, en Tracia o Siria, incluida caballería en Panonia o Mauretania… Es notable también que nos hayan llegado hasta nuestros días más elementos de prestigio (armas o joyas) que aperos agrícolas.


    5) En la antroponimia, toponimia y etnonimia de los galaicos se trasmite también esta cultura de aprecio del valor y la fama, y lo hacen mediante antropónimos galaicos como NANTIUS (“Valeroso”), CADROIOLOS (tal vez “Deseoso de ir a la Batalla”, *katro-ialos), VESUCLOTUS (“El que tiene buena Fama”, *wesu-cloutos), BOBDAENI (“Nacido en la Victoria”,  < *Boudo-genos)… o dedicatorias como ARIOUNIS MINCOSEGAECIS (“A los Campos de las Muchas Victorias”, < *ariomn- *mengo-seg-aik-), lugares antiguos como AGUBRI (“Castro de la Guerra”, < *agu-bri), o modernos como Sésamo y Sísamo (“Victoriosísimo”, < *Segisamo), y gentilicios como Nerios (“Los Fuertes, Los Viriles”) o Ártabros (tal vez “Los que tienen fuerza de Oso”, *art-abr-). Aunque ciertamente no conozco ningún caso como el de los Cántabros Orgenosmescos, literalmente “Borrachos”, *mesk-, “(con la) matanza”, *orgen-.


    6) Por último, cuando dos gentes se relacionan, esta relación puede ser, fundamentalmente, hostil o no hostil. Los galaicos y los romanos, luego del episodio de Bruto, se relacionaron antes como aliados que como enemigos. Por supuesto, todo el mundo sabía quien estaba arriba en esta relación, pero eso no quiere decir que ésta no necesitase de sus instrumentos jurídicos (sus pactos de hospitalidad indígenas). Y esta relación, aunque menos romántica, es desde luego más sofisticada que un intercambio de pedradas entre adolescentes. Desde luego, el mundo galaico de los castros vivió un último siglo de autentico esplendor, antes de que durante los siglos I y II d.C. se procediese al abandono de la mayoría de los poblado fortificados.


    Resumiendo: la guerra y la confrontación “viril” seguramente formaban una parte importante de la ideología de los castrexos (como entiendo que declaran los extensos muros y fortificaciones, la estatuas de guerreros o los propios torques y abundantes indicios lingüísticos), aunque luego fuese la ganadería, el marisqueo y la agricultura la que los sostuviese, más que el botín de guerra... Este aserto también es cierto para los antiguos nórdicos, por cierto: también los padroneses se embarcaron y cometieron matanzas y robos en el Algarbe, bajo Xelmirez, para luego retornar a casa, dar su parte al arzobispo (que era el propietario de las galeras), y volver a sus dedicaciones cotidianas.

  6. #6 jmpita 02 de dic. 2007

    Macornic: muy de acuerdo y me permito añadir que no solo vivían, sino que, además, vivían bien (hechos probados por la arqueología: hogares tirando a confortables, cestos, cerámica, telares, ajuares personales, ganado domesticado, agricultura y marisqueo, etc).


    Para mi, aún estando de acuerdo como ya he expuesto antes en algunos puntos relativos a la guerra (que no deja de ser una forma de hostil de comunicación), la clave del debate estaría más en analizar cómo las invasiones (aquí si a la guerra), el comercio, la trashumancia, etc., van abriendo vías de comunicación a lo largo y ancho de la geografía peninsular (otro tema no menos interesante serían las islas). Caro Baroja menciona el dato de que aún hoy en día existen en África rutas comerciales que atraviesan territorios de tribus irreconciliabes, pero que todas respetan y cuidan por su propio interés y subraya el hecho de que, a pesar de su enemistad, paulatinamente unos adoptan costumbres, modas, etc., de los otros. Y yo creo, como él, en esta especie de mestizaje de razas, lenguas y costumbres. Se puede argumentar, como dice Xabres, el asunto de las murallas defensivas (hay casos en los que no hubo ninguna necesidad de defensa), pero aún así, siempre queda el dato incuestionable de que alrededor de las murallas, en territorios bajos, más fertiles, existían prósperos asentamientos en los que la gente se dedicaba a sus lAbores. Lo que relega a los oppida a un status de "por si las moscas" (o quizá también por prestigio, como se ha dicho)


    En fin, disculpad si me he pasado, pero el asunto me interesa mucho y trato de contrastar la idea de que aqui hubo vías de comunicación activas desde antes del Bronce y el Hierro, usadas por todos los que llegaron "de buen rollito" o por las "bravas".


     

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